Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Gótica y los 7 Regentes por Ddai

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Del 13 al 16, espero que lo disfruten, me divertí mucho escribiendo la parte de "Los 4 Robin" }=)

XIII


Una plática pendiente


Habían pasado un par de días desde que todo ese lío se había complicado aún más. Gótica no se había aparecido, por lo que no podían preguntarle por el dueño verdadero de aquella corona y La Muerte, rondaba todos los días por doquier, manteniéndose a una distancia prudente, ya sea por su bien o el de alguien más. Sea lo que sea a Bruce no le gustaba.


Verla tan pronto y tan seguido lo ponía de un humor peor del que normalmente estaría en un caso estresante. Todo ese asunto había comenzado desde aquella noche en la que Red Hood casi había matado al Joker. ¿Por qué esa Muerte maldita había vuelto a aparecer? No sería para llevarse a Jason, no de nuevo, eso es lo que le había dicho, pero Batman era paranoico y no podía confiar en la palabra de ese ente.


Si tan solo hubiera podido diseccionar unos pocos misterios no estaría andando como si todo el suelo fuera de vidrio quebradizo, sentía que un mal paso y todo caería sin que nada pudiera hacer. Si en verdad la “Regla de La Muerte” era real entonces pudiese tener una salida, pero si no lo fuera… Eso le hacía pensar, que quizás, incluso si la regla fuera una mentira podría tener la solución al alcance de su mano, faltaría ver, con sumo cuidado, todo lo que podía estar arriesgando.


Sus pensamientos vagaron a recuerdos de hace varios años, en donde en medio de una explosión vio a Saamin Azra sonriendo cruelmente. Sus recuerdos se vieron interrumpidos cuando una tormenta en negro y rojo entró, Nightwing no se molestó en hacer una entrada espectacular, como era su costumbre, en cambio simplemente caminó hacia Batman, con la tensión evidente en su mandíbula.


Red Robin le había dicho que más pronto que tarde eso iba a suceder y hasta que no lo hablara con Dick él no pensaba aparecerse, discutir con Nightwing siempre era un dolor de cabeza, especialmente porque su hermano mayor no quería ver otra perspectiva hasta que no tuviera más opción… Y Jason siempre había sido un punto delicado para todos ellos. No, mejor que entre Bruce y Dick se arreglaran, ya estaría Alfred para calmarlos después, Tim no tenía que pasar por eso de nuevo.


¿Por qué no me lo habían dicho?— era curioso como su voz, menos grave que la de Bruce, podía hacer retumbar la cueva de una manera teatral —¡No se trata de una nimiedad! ¡Se llevó su corazón! ¡SU corazón, Bruce! ¡Jason no puede vivir sin su corazón en su lugar! ¡La soledad lo acabará angustiando!— por supuesto que no estaba mencionando lo tibio y vibrante que se sentía, nadie más tenía que saber que lo había sostenido en sus manos alguna vez.


—Fue decisión de Jason, Dick, nadie hubiera podido impedirlo así hubiéramos estado presentes en el momento en el que pasó— era verdad, aunque él suponía que sucedió cuando estaba en Arkham y no la misma noche en la que lo apresó.


—Eso no tiene importancia, B— dejó de gritar, aunque no estaba más calmado —Cuando menos pudieron habérmelo dicho en el momento en que lo supieron— trato de respirar profundamente y serenarse, ir contra Batman no resolvería nada.


—Nada hubieras podido hacer y necesito que te centres en cuidar de Damian— la voz neutra y modulada, si el primer Robin no lo conociera se hubiese dejado engañar.


—La he visto hace poco, ella me dijo cosas que esperaba ustedes me pudieran aclarar— y en respuesta él usó ese tono irritado pero controlado, sin duda esa discusión no acabaría muy bien —Me dijo que La Muerte anda rondando el lugar, con tu corona puesta, ella piense que La Muerte viene por ti—


—No es mi corona, ésta sigue en su lugar, ya lo he comprobado varias veces— con él sin duda dejaba saber que ya estaba enterado desde antes; señaló un punto a la izquierda, en dónde había, oculta una caja fuerte; todos sus hijos sabían en donde se encontraba en caso de una emergencia —Viene por algo más, es por eso que necesito que Mantengas a Damian lejos y ocupado— le relató brevemente lo que ellos sabían —Ya encontraremos una forma de proteger al ciudad sin arriesgar la vida de nadie— en ningún momento dijo que él tenía una posible solución.


—¿Y cuando esté eso resuelto hablarás con ella?— porque él no iba a dejar caer ese tema pronto —No sé cuánto tiempo ha pasado, pero estoy seguro que mucho no nos queda— un ser humano normal solo podía vivir meses sin algo tan valioso, aun con toda su terquedad dudaba que Jason pudiera aguantar mucho más que eso.


—Ella no se lo devolverá fácilmente, me temo que si no es él mismo quien se lo pide ella ni siquiera lo considerará— y ellos lo sabían, un hombre que no sentía la necesidad de tener algo no lo pediría, Jason, de toda las personas, nunca le pediría de regreso algo que voluntariamente le había obsequiado.


—Debe haber algo que se pueda hacer, algo que ella aceptaría tener en su lugar— estaría dispuesto a robar la joya más valiosa y brillante si con ello podía recuperar ese corazón —Debe haber algo que ella desee, algo que le podamos ofrecer—


—No se trata de una mujer, ni de un ser humano, lo que ella pudiese pedirte a cambio serían las cosas que no podrías ofrecerle de verdad— porque lo conocía bien, Dick era capaz de empeñar su propia alma al diablo con tal de salvar a sus hermanos. Pero tenía que entender que sus acciones tendrían consecuencias —Ella podría pedirte el corazón de otra persona, la vida de alguien más, un sacrificio que no podrías realizar—


—Si me pide mi corazón a cambio se lo daré— lo dijo con tanta seguridad que incluso Batman se vio preocupado por un segundo, había más de lo que podía verse a simple vista en su motivación, de eso no había duda.


—Ella no te pediría algo tan simple— lo que era verdad, estaban a punto de comprobarlo.


Si el corazón de mi caballero quieres de vuelta— la voz de ella resonó desde la lejanía, poco a poco su figura se iba formando —Entrégame algo igual de valioso—estaba a unos tres metros de ellos y no hizo por acercarse más —El corazón puro y bello de Barbara Gordon, entrégamelo y te devolveré el de Jason Todd— ella lo miró expectante, como si dejara de respirar, en lo que esperaba escuchar su respuesta.


—¡No puedo darte el corazón de Barbara!—Nightwing casi sonó escandalizado, nunca comprendería a esa mujer, por mucho que lo intentara —¿Por qué tiene que ser el corazón de alguien más? ¿Por qué no puede ser el mío en su lugar?— Batman sólo estaba observando, analizando todo con cuidado.


Porque quiero algo igual de valioso, no algo que me entregarías sin pensar— ella permanecía distante, casi transparente, preparándose para marcharse.


—¿Quieres decir que mi corazón, que aclamaste noble y hermoso antes, no tiene el mismo valor?— sino se tratara de un asunto tan delicado sin duda se sentiría indignado.


No tiene el mismo valor para ti, entrégame un corazón que tú consideres que vale tanto o más, como el de Barbara, y yo te entregaré el corazón de Jason— en esta ocasión ella no esperó una respuesta, sencillamente desapareció.


—Eso no es justo— Nightwing susurró, dándole la razón a Bruce —Nada que pueda darle podrá complacerla. No puedo ofrecerle el corazón de Babs, o el de otra persona, como si no fuera nada— ahora se sentía deprimido, su única opción sería tratar de convencer a Jason de pedirlo de vuelta, lo cual sería tanto o más difícil que entregar el corazón de la pelirroja.


—¿Por qué te pediría el corazón de Barbara a cambio?— Batman dijo en un tono meditativo, cuando él le había exigido lo mismo Gótica le había dicho que le entregara en corazón de otro de sus hijos en su lugar. Él nunca hubiera podido hacer algo como eso.


—No lo sé ¿Qué importancia podría tener? Yo no puedo entregarle el corazón de otra persona— Bruce podía ver a lo que Tim se refería cuando decía que Dick no profundizaba en las cosas importantes de la misma forma, no es que no pudiera, era que se dejaba llevar por sus propios sentimientos.


—Si ella hubiera querido un equivalente ¿No te habría pedido el corazón de alguno de tus otros hermanos, Dick?— eso fue más un pensamiento en voz alta, siendo respondido por el silencio. Nightwing únicamente se giró hacia Batman, luciendo una expresión de asombro, miedo y confusión.


Tal vez era algo que ni a él mismo se le había ocurrido antes.


Bruce maldijo entre dientes una vez que su hijo mayor se fue de la misma forma en la que llegó, ella había aparecido pero no tuvo oportunidad de preguntarle nada de lo que había pensado, tendría que buscarla más tarde para que aclarara sus dudas.


XIV


El Ave y el Caballero II


Red Hood estaba en la cueva cuando esa discusión se libró, quedando algo intrigado, o lo que posiblemente podría ser descrito como tal, ahora que sus emociones estaban entumidas no podía estar seguro. Lo meditó por unos minutos, confrontar a Nightwing no sería una buena idea estando en la cueva.


No hace muchos meses la sola idea del chico maravilla original tratando de salvarlo hubiese revuelto sus entrañas, ese idiota creía que tenía que salvar a todo el mundo, era un mártir maldito. Pero el día de hoy no estaba seguro de lo que le causaba, es decir, no es que pudiera sentir algo al respecto realmente, era el destello de una emoción, una que no sabía clasificar, pudo haber sido ira, porque sabía que Dick era un idiota, podía haber sido frustración, porque ninguno de ellos lo dejaba en paz nunca, pero también la emoción y el miedo se sentían como un hueco en el estómago en muchos casos, ahora no podía estar seguro.


 Espero a que Tim lo llevara a una zona apartada, deberían estar vigilando los muelles en caso de que un embarque de armas llegara, no podían estar seguros del día, solo que sería pronto, tampoco era algo seguro ya que solo había sido un rumor.


Mientras observaba todo a su alrededor, Red Robin, le había dicho que era mejor que se fuera a ver a Nightwing para hablar con él si es lo que quería, ya que esperar mucho no le convenía si el asunto quería tratar ya que Dick solía dejar las cosas de lado una vez que el tema se enfriara. Por supuesto, Tim había escuchado esa discusión también y seguramente ya tenía sus propias opiniones al respecto, las cuales no estaba por compartir con él.


Así, con la promesa de que le llamaría si algo aparecía, Red Robin hizo salir a Red Hood para que buscara a Nightwing. ¿Cómo le hizo el tercer Robin para deshacerse del actual? Era algo que Jason quería preguntarle cuando lo viera, porque no había rastros de Damian cuando llegó al tejado en donde el mayor estaba esperando.


El silencio entre ellos se prolongó por bastante tiempo, que serían cerca de diez minutos con Dick en silencio. Era un nuevo record seguramente.


—¿Te comió el gato la lengua?— Jason dijo con cierto tono divertido, bien ensayado que casi parecía real.


—Sólo estaba pensando en que si no lo supiera mejor, podrías haberme engañado— sonrió con tristeza, era tan evidente que ni la máscara podía ocultarlo —¿Cómo se siente? ¿No te duele? ¿Realmente ayuda a pensar más claramente?— nada de eso era lo que quería preguntarle, pero por el momento tendría que conformarse.


—No causa dolor, tampoco me siento diferente, es…— no estaba seguro de cómo explicárselo, en otros momentos estaría muy irritado por la lluvia de preguntas pero ahora no significaba nada especial. Su tristeza removió algo en su interior, pero fue tan breve que no supo si lo que quería era golpearlo o hacerlo reír, las emociones comenzaban a ser más confusas ahora —Es como estar entumido, más o menos. Tus preguntas incesantes no me molestan, supongo que eso puede considerarse como un gran avance— trató de hacer una broma sobre ello, pero ninguno de los dos se rio.


—Preferiría que estuvieras gritando o tratando de ignorarme— él se acercó los pocos pasos que los separaban, agarrando el casco para retirárselo —¿No te importa si lo retiro un momento, verdad?— un suave movimiento de la cabeza del menor le dio su consentimiento —Sólo tú podías ser tan idiota, Little Wing— lo miró a los ojos, sabiendo que nada podría ver en ellos ahora —No quiero perderte de nuevo, no si puedo hacer algo al respecto—


—¿Entregarías el corazón de Barbara por mí?— y esa emoción de hundimiento en el estómago fue tan fuerte que casi lo hizo temblar. Para su suerte o desgracia duró unos instantes.


—¿Estabas escuchando?— y él sintió que sus mejillas de ruborizaban de vergüenza, ni siquiera sabía bien porque, no es que Jason se lo estuviera reprochando ni hacía mofa de él.


—No es que tus gritos no se escuchara por todas partes— ellos seguían muy cerca uno del otro, Nightwing con el caso de Red Hood en sus manos, y el joven del antifaz rojo ligeramente inclinado hacia él.


—Yo no podría darle el corazón de Babs, Jay. EL corazón de una persona no es un objeto de comercio— y agradecía que en esos momentos su sucesor no tuviera un corazón, porque seguramente una declaración así podría haberle dolido, porque Jason tenía la idea, equivocada, de que nunca era la primera opción de nadie —Uno solo es dueño de su propio corazón, es todo lo que puede dar, pero ella no quiere mío por el tuyo— era algo sencillo y difícil, a Dick le había dolido que Gótica no considerara su corazón tan valioso como el de Jason, pero después de haberlo sostenido en sus manos lo entendía perfectamente.


—Dices que no es un objeto de comercio, pero estabas dispuesto a negociar el tuyo por el mío. ¿Por qué? Nosotros nunca nos hemos llevado particularmente bien, tampoco estas en deuda conmigo como para llegar tan lejos— no podía entenderlo y había algo en su interior que quería saber.


—Puede que no nos hallamos llevado bien, pero no por eso te quería menos, Jay. Eres una persona compleja, con muchos problemas, lo entiendo, tu vida no ha sido fácil y, demonios, volver de la muerte no debe ser una experiencia grata para contar —especialmente si había cavado para salir de su tumba con sus manos desnudas —Pero, a pesar de todas las cosas malas que hiciste en el pasado—como robar y matar —De cualquiera de los errores de los que te hayas arrepentido,  tú sigues siendo un hombre bueno, amable y generoso, eso no lo puedo ignorar. Me has ayudado a mí, así como a los demás, si de verdad nos odiaras nunca habrías vuelto— y en ese momento estaba a punto de fallarle la voz, si se dejaba llevar acabaría llorando —No quiero que ese hombre desaparezca, olvidado en la oscuridad, tú necesitas tu corazón para seguir siendo quien eres, no solo lo que podrías llegar a ser. La parte buena de ti sigue ahí, Jay, pero ¿Reamente puedes sentir ahora las cosas importantes? No quiero que renuncies a algo como la felicidad, realmente la mereces—


—¿Sabes? Sólo me comportaba así contigo porque creí que no me soportabas— dijo refiriéndose a sus años de Robin, sabía que Dick lo entendería —Pero siempre te admiré, eras lo que yo quería llegar a ser— no sabía muy bien por qué, pero suponía que ese “nudo” en su interior quería decir que quería consolar al mayor —Siempre fui bastante impulsivo y dejaba que la rabia me segara, eso no pasará de nuevo, Dick, ¿No se supone que eso es una ventaja?— y estar cerca de ellos no lo dejaría entumirse por completo, estaría bien sin su corazón, pero ellos no parecían querer entender eso.


—Eres un idiota Jay, un completo idiota— lo abrazó de nuevo, sabiendo que el menor no se apartaría, no había ira o vergüenza que lo impulsaran a quitarse de sus brazos —Ella me dejó sostener tu corazón por un momento— le susurró, como si le confesara un gran secreto.


—¿Por qué?— eso realmente lo había sorprendido, pudo reconocer esa emoción de las varias que sus palabras lo hicieron sentir. Ella no parecía del tipo de persona que compartiera sus posiciones, que dejara que Nightwing, o cualquier otro, pudiera tocar una de ellas era casi imposible.


—Para probar que yo estaba equivocado— él podía reconocer sus errores en la intimidad de su mente, pero aún seguía creyendo en que Jason no debería matar —Y aunque no cambia los fundamentos de lo creo, puedo entender porque ella lo quería— sostuvo a Red Hood con más fuerza, abrazando cada una de las sensaciones que le hacía sentir, sosteniendo el casco rojo en una de sus manos —Tu corazón es hermoso, Jason, lleno de emociones encontradas, tiene tantos colores en él que no pude enfocarme en ninguno— lo confesaba, todo el conjunto el gustaba desde lo más profundo de su interior —Quería sostenerlo para siempre— y en ese momento él no estaba pensando en cómo esas palabras podrían tomarse.


Jason no le respondió nada a su confesión, dejó que lo abrazara con fuerza y lo sostuvo de vuelta con más fuerza de lo habitual. Agradecido por sus palabras, no sabía que necesitaba oírlas, pero escuchar que alguien más estaba dispuesto a sujetar algo tan preciado y frágil de ti mismo, sin juzgar lo que veía, como su odio o su ira, la vergüenza que sintió o el dolor que lo mataba lentamente, era importante. Nuca esperó que alguien, además de ella, lo aceptara tal cual era.


—La próxima vez, si tu aún lo quieres, te dejaré sostenerlo, Dicky— le susurró después de casi treinta minutos de silencio, entre broma y en serio, siendo una suave risa del mayor su respuesta esperada. Tal vez en su próxima vida, él pensó, ellos podrían intercambiar sus corazones.


XV


Los cuatro Robin II


El embarque de armas al final si había llegado, Tim le había mandado un mensaje a Damian, indicándole que había alejado a Jason de la misión, peor que necesitaría su apoyo. No era una mentira exactamente, pero había funcionado maravillosamente, hasta que ya no lo hizo más y tuvieron que pedir refuerzos. ¿Quién iba a imaginar que los estúpidos repartidores intentarían volarlos con un lanza misiles?  No tuvo más opción que decirles a esos dos que necesitaban su ayuda.


En menos de diez minutos los dos mayores llegaron, deteniendo a los tipos que estaban escapando y quedándose a observar el trabajo de los dos más jóvenes. Realmente no hicieron mucha falta, salvo por un par de bodegas que estaban en llamas no había gran daño en el lugar.


—¡Gracias por la ayuda!— Red Robin dijo con sarcasmo, mirándolos con un poco de resentimiento, de saber que se quedarían mirando no los hubiera contactado, después de todo seguro de Bart llegaba en menos tiempo si lo llamaba.


—¡No necesitaba su ayuda!— Robin se quejó, guardando su Katana al mismo tiempo que los observaba con cuidado, estaba seguro de que algo estaba pasando, su instinto se lo decía.


—Ustedes no necesitaban nuestra ayuda ahí, lo manejaron bastante bien— Nightwing les sonrió, era como ver salir el sol a media noche, demasiado segador.


—Estas de bastante buen humor, Nightwing. Sea lo que sea no lo quiero saber, no me interesan las historias de tus conquistas— Robin comentó mientras caminaba hacia la ciudad, él no los necesitaba.


—¿Conquista? No he estado saliendo, Robin— pero su sonrisa no amainó ni un poco —¿Qué no puede un hombre estar feliz por reunirse con todos sus hermanos?— lanzó sin pensárselo, no era común estar los cuatro reunidos sin que estuvieran peleándose entre sí.


—¿En esta familia? No— Robin fue tajante y directo, no compraba esa tonta excusa.


—Hieres mis sentimientos, ¿No te importan mis sentimientos?— eso era jugar sucio, porque sabía que en el fondo hacía sentir la niño un poco culpable, pero un poco de dolor no lo mataría.


—¿Y tú no vas a decir nada?— se dirigió a Red Hood, quien no parecía darse por aludido antes. Red Robin y Nightwing se quedaron asombrados por un instante al no ver a Jason estallar contra el niño, después se acordaron que eso no volvería a suceder.


—¿Qué quieres escuchar?— parecía estar aburrido, tampoco le era necesario hacerle gestos ya que el casco hacía de barrera entre él y el resto del mundo.


—¿Qué estabas haciendo antes de venir? Padre dijo que no debías de quedarte por ti mismo, ¿Me equivoco? ¿En dónde estabas?— Damian no sabía por qué pero la presencia de Todd lo enfurecía más de lo acostumbrado, podría enumerar las posibles razones ¿Pero para que tomarse la molestia?


—No creo que eso sea importante, Robin— Red Robin trató de encubrir el hecho de que, según sus observaciones, era posible que sus dos hermanos mayores estuvieran encuentros un poco más íntimos de lo que un niño de la edad de Damian tenía permitido saber. Tampoco quería que Robin fuera a ir en contra de ellos tres.


—¿Por qué preguntas, Little D?— y Red Hood puso su dedo índice con gracia y cuidado en la nariz del más joven, tal como Dick lo habría hecho —¿Estas interesado en mí? Me siento halagado— la voz de Jason había sido suave, con un tinte de diversión inocente que ninguno de ellos había escuchado antes.


—¿Quién demonios eres tú?— Robin había saltado hacia sus otros dos hermanos, preparando su Katana, sin duda alguien se hacía pasar por Todd ¿Cómo es que los otros dos no lo habían notado?


—Vaya pequeño paranoico— se quitó el caso para que el chico pudiese verlo —Y yo que casi te creía que te preocupabas por mí— sonaba como Dick, realmente sonaba como el mayor, pero en su rostro no había rastro de diversión o entusiasmo—Si quieres saberlo estaba con Nightwing, no creo que a tu padre le importe mucho—


—¿Qué demonios está mal contigo? ¿Te golpeaste la cabeza?— él miró al mayor y al tercero, alzando una ceja, estaba esperando una respuesta.


—¿No le han dicho?— Red Hood parecía muy sorprendido por unos instantes, vaya familia de idiotas que tenían. Ya sea porque no quería asustarlo o preocuparlo, él no pensaba que ocultárselo fuese algo bueno, tampoco malo, la verdad en esos momentos poco le importaba.


—¿Decirme que?— el pequeño se giró hacia los otros tres, típico que no le informaban las cosas importantes.


Red Robin suspiró, no quería ser él quien lidiara con todo eso, Jason no parecía particularmente inclinado a ser razonable y Dick era el mayor, que él lidiara con el mocoso haciendo berrinches.


Después de unos minutos de explicarle lo ocurrido y unos más de explicarle lo que significaba el niño parecía consternado pero también parecía pensarlo profundamente, claro que habían omitido un poco de información para no “abrumarlo” demasiado, como por ejemplo, no le dijeron que eso, a la larga, mataría a Jason de nuevo.


—No se oye tan mal— el niño dijo par así mismo aunque los demás lo estuvieran oyendo— Entonces, si llego a  pegarte con una barra de hierro— no podían creer que le estuviera preguntando eso.


—¡Robin!— Nightwing quería pegarle a ese niño, parecía que no tenía empatía o quizás su juventud lo hacía imprudente —Ya hemos hablado sobre el manejo de los temas sensibles antes— tendría que hablarle a Bruce al respecto, a pesar de todo él no tenía corazón para castigar al niño.


—¿Qué? No sería la primera vez— Damian le contestó como si no fuera gran cosa.


—¿Es…?— Tim no sabía si quería o no decir lo que estaba pensando.


—Sí, es tema pasado —se giró de nuevo hacia el segundo— ¿Si uso una barra de hierro para pegarte entonces no te sentirás enojado? ¿Tampoco sentirás claustrofobia encerrado en lugares pequeños?— tenía que saber, era un tema interesante.


—Supongo que no— se preguntó que estaría pensando ese niño, su manera de preguntar le recordaba a Bruce, un poco, y de alguna manera le parecía que su padre adoptivo se vio como Damian cuando tuvo su edad, por supuesto Bruce habrá sido un niño mimado y no un busca problemas como ese niño que tenía en frente.


—¿Matarías a alguien si tienes la oportunidad?— incluso Tim y Dick podían notarlo, Damian no estaba haciendo esas preguntas buscando enojar al segundo, más bien estaba usando su tono reflexivo.


—No particularmente— su respuesta pareció ser un poco confusa —No me importa si se mueren o no, no me siento inclinado a matarlos especialmente— esperaba que eso fuera lo suficientemente claro.


—Siempre creí que eso era uno de tus impulsores— el niño dijo más para sí mismo, los otros dos estuvieron de acuerdo en silencio, querían saber a dónde llevaría esa plática extraña de Robin —Parece más una solución que un problema, desde mi perspectiva, incluso podrías llevar una vida normal sin tantos desvelos—


—Tal vez— Jason se encogió de hombros.


Era surreal, ellos dos nunca habían podido mantener una conversación, como personas comunes, antes de esa noche. Damian tenía razón en cierta medida.


—¿Entonces porque eres un vigilante?— esa pregunta los sorprendió a los tres —No pareces tener una motivación, no sientes inclinaciones homicidas y tampoco estar enojado por todo, podrías ser una persona normal, volver a ser la persona que eras, sin tantos problemas, padre no se opondría a la idea— no si se lo planteaban correctamente es lo que quería decir —¿Por qué seguir siendo un vigilante?—


Y, siendo completamente honestos, los otros tres Robin sabían que era una pregunta valida. Jason no tenía una verdadera razón para seguir saliendo, tampoco para mantener su promesa de no matar. Dick y Tim también querían saber que respondería Red Hood.


—…—Jason guardó silencio, dejando que una sonrisa pequeña asomara en sus labios, Damian se parecía mucho a Bruce, aunque también era muy diferente. Lo que sentía en ese momento era satisfacción, estaba muy seguro de ello, dejarlos con la intriga le placía enormemente, aunque solo durara momentos breves —¿Si tuvieras la oportunidad de tener una vida normal, la tomarías?— dicho eso él saltó del tejado, dejándolos confundidos, el que no pudiera sentir no cambiaba la forma en la que pensaba, él no dejaría de ser lo que era si podía seguir haciendo lo que mejor hacía.


—Maldito bastardo— Robin chasqueó la lengua, por ahora lo dejaría pasar, después de todo tenía otro asunto muy importante en el cual centrarse.


Al volver a la cueva cada uno de ellos tenía sus propios pensamientos en sus metas inmediatas, en el fondo los cuatro eran similares, sin importar las circunstancias seguirían poniéndose entre los ciudadanos y los malhechores, para eso habían nacido y seguramente así morirían.


XVI


La Muerte y la Dama de la Ciudad


Aquello no era una reunión inusual, de vez cuando ellos debían de coincidir en algún punto para ponerse de acuerdo en lo que podía o no suceder. Ahora estaban en una cafetería, disfrutando de los tonos rojizos del atardecer, ella tomando un café negro, acompañado de pastel, él tomando té menta, con algunas suaves galletas.


—Devuélvemela ahora que tienes tiempo, Saamin Azra, esa corona le pertenece a uno de mis regentes— su postre no había sido tocado y de tu taza apenas había bebido un par de veces.


—La corona me pertenece, su dueño en vida y muerte no la reclamó, una corona sin nombre le pertenece al primero que se la encuentre ¿No es verdad?—no era ninguna ley, pero de cierta forma él tenía razón —No desperdicias un tesoro como este, Gótica querida, las coronas de oro se hicieron para lucirse—


—No puedes romper las reglas sagradas, robarla de una tumba te convierte en infractor— ella quería tanto golpearlo muchas veces, hasta borrarle esa estúpida sonrisa de su rostro.


—Cada Rey se entierra con su corona. No la saqué de una tumba, simplemente la recogí ¿Tan difícil te resulta creerlo?— sus burlas no cesarían pronto, especialmente porque ella aún creía que esa corona no tenía nombre —La vez de cerca ahora y todavía no te das cuenta. Mejor así, será más divertido— él se levantó, dejándola con la palabra en la boca —Te veré pronto querida, en el funeral de uno de tus niños favoritos— él desapareció en ese instante, dejándola perpleja.


—No puede ser… Esa corona…— ella no podía estar del todo segura hasta que lo comprobara, pero casi podría jurar que aquella corona era la que una palabra grabada sobre otra tenía, lo que la hacía parecer que era nada más una —Nunca dejé que mi Rey viajara con ella, por miedo a que la perdiera— esa corona debería estar guardada, en un viejo cofre de madera, bajo el resguardo de un tablón que se movía debajo de una enorme cama… —No puede ser… La Muerte no podía saber en dónde la escondía, a menos…— a menos que alguiense lo hubiera confesado —¡Maldito desgraciado!— ella aventó su taza y también su pedazo de pastel —¡Así sea lo último que escuchen de mí, recuperaré la corona de mi Rey!— por supuesto ella estaba usando una frase humana porque no podía morir, para matarla hacía falta destruir, desde los mismos cimientos, toda la ciudad.

Notas finales:

Sepan que no me arrepiento de nada, absolutamente NADA.

Y tampoco por lo que pasará después.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).