El rey Aldini guardaba una estrecha amistad con el reino vecino, y cierta vez que ambos se juntaron para coordinar algunos asuntos diplomáticos de ambos reinos, decidieron casar a sus hijos que estaban por nacer.
El Rey Saiba era el mejor monarca que halla existido, sin menospreciar al Rey Aldini, una gran amistad los unía, ambos reinos vivían en paz y habían formado una alianza por años.
Un día todo esto cambió, un golpe de estado se llevó a cabo en uno de los reinos, el rey Aldini no pudo hacer mucho para ayudar a su amigo, cuando la ayuda llego se llevó la sorpresa de que su amigo, su esposa y su hijo habían muerto. Los reyes habían muerto, pero afortunadamente este golpe de estado no pasó a más, la guardo real había logrado apresar a los que querían hacerse con el poder. Ante esto, el consejo de ancianos del reino proclamó a un nuevo rey, pensando en el bien de su pueblo, pero esto no fue así, el nuevo monarca fue coronado a la vista de todos, un nuevo reinado daba inicio, y su pequeña hija, la princesa Nakiri Erina se instrauraron y empezaron a gobernar, los primeros años fue un buen comienzo, pero las exigencias del Rey Nakiri, no se hicieron esperar, solo quería personas eficientes en su reino, despidos masivos, destierros y alianzas quebradas.
Mientras tanto en el reino vecino, los mellizos Aldini crecían normalmente, Takumi a pesar de ser un doncel no demostraba serlo y se comportaba como todo un varón, tanto en las reuniones como en su vida diaria, su hermano menor, Isami, admiraba y respetaba mucho al rubio, el cual siempre lo defendía y era el mejor en todo, bueno casi en todo, si se habla de los juegos de mesa, el que siempre ganaba era Isami.
Quince años han pasado, El rey Nakiri prácticamente gobernaba infundiendo el temor en su propio reino, mientras que el rey Aldini había logrado conquistar y expandir sus tierras, todo se desarrollaba normalmente, un día, llego una propuesta al reino, el rey Nakiri quería solicitar la mano de uno de sus hijos en matrimonio para poder unir ambos reinos, era bien sabido que el mayor y futuro rey era un doncel, mientras que su otro hijo tan solo era el segundo heredero al trono. A pesar de todo, decidió acudir a esta proposición, nada era lo que iba a perder, mientras se dirigían al otro reino en su carruaje, se vieron intervenidos por unos ladrones, los cuales asesinaron a los sirvientes que los acompañaban, el rey al ver esto salto como fiera para defender a sus amados hijos, era bien sabido que el rey Aldini era uno de los mejores espadachines del reino y que nadie había podido vencerlo hasta ahora, trato de poner a sus hijos a buen resguardo, peleo fieramente contra los bandidos, el cansancio se empezaba a notar, iba a morir juntos a sus hijos, no iba a poder verlos ser felices, no lo permitiría.
Mientras tanto los jóvenes se sentían impotentes al no poder ayudar a su padre, en eso Takumi sujeto una espada que había podido alcanzar y se alzó en pos de lucha, no iba a permitir que dañaran a su familia, no por nada el fue el primero en nacer, debía proteger tanto a su hermano como a su padre. El hecho de ser doncel no era impedimento para él.
Padre e hijo lucharon con los bandidos que atentaban contra sus vidas, Uno de ellos al ver a Isami desprotegido fue contra él, el pelinegro no sabia que hacer, su hermano al ver este acto fue a protegerlo pero varios hombres se lo impidieron, Isami trataba de mantenerse a salvo hasta que no pudo retroceder más, si daba un paso más caería en el barranco en el que se encontraban, Takumi no podía hacer nada, trataba de quitarse a los hombres que tenía en frente, pero en eso el padre de Isami atacó al hombre que acorraló a su hijo, sonó el rozar de las espadas, tuvieron un feroz encuentro, el Rey Aldini estaba acorralado, trataba de proteger a su hijo menor con todo, en eso Takumi al ver la situación en la que se encontraban su padre y su hermano, sacó a relucir su verdadero poder, no era muy considerado para un doncel como él ser hábil en deportes o actividades que solo los Varones podían serlo, pero al haber nacido siendo hombre estaba dentro de su educación.
Tres hombres estaban rendidos en el suelo, las heridas que tenían no eran graves pero si les impedían seguir en la lucha, Takumi corrió raudamente al sitio donde se encontraba su padre y hermano para protegerlos, pero en eso un mal paso hizo que Isami cayera al barranco, el rey intento sujetar a su hijo en el acto, lográndolo al último minuto, el hombre con el cual se estaba enfrentando el rey vio la oportunidad que tenía frente a él y la aprovecho, apuñalo al rey por la espalda y trato de patear el cuerpo del rey, el cual no se rendía y trataba de sacar a su hijo.
Takumi llegó justo a tiempo para ayudar a su padre y a su hermano, logrando rescatar al pelinegro, pero el esfuerzo fue tanto que el rey cayó en el, los gritos no se hicieron esperar, por un impulso Takumi saltó para sujetar a su padre, Isami sujeto a su hermano, pero en eso atacaron a Isami por la espalda, no paraban de patearlo y amenazarlo, empezaron a insultarlo pero su mirada reflejaba total determinación, no soltaría a la dos personas más importantes de su vida, primero preferiría morir que hacer eso.
Mientras tanto en el reino Totsuki, el rey Nakiri esperaba la llegada de la familia real del reino vecino. Al ver que no llegaban, mandó a unos guardias para que fueran a la entrada y así los escoltarán a su llegada, pero esto no pasó, lo único que llego fue uno de los caballos del carruaje real, de inmediato le informaron al rey, al saber de esto mando a varios guardias a que buscarán tanto al rey como a sus hijos.
Isami fue el primero en despertar, los árboles y la gran inclinación del barranco prácticamente habían amortiguado su caída, de inmediato busco a su padre y a su hermano, su hermano estaba tirado cerca a su padre se había golpeado la cabeza y estaba sangrando, mientras que su padre estaba muy débil, lo reviso ya que su condición era la peor, verificó si su cinturón estaba intacto e hizo su labor.
En el reino Atlant, pocas eran las personas con habilidades curativas, una cualidad innata en el reino, habían médicos como cualquier estado y reino, pero este tipo de personas eran las más buscadas, ya que sólo necesitaban los ungüentos que ellos mismos fabricaban y su tacto para poder realizar su labor, eran raros, en todo el mundo estas personas casi estaban extintas, la anterior reina era una de ellas, sus poderes eran los más puros, los médicos no podían hacer nada con sus pobres capacidades, el príncipe menor al pasar los años fue despertando sus habilidades, nadie en el reino sabía sobre ello a excepción de su hermano, el único al que podía confiar, ni su padre lo sabía.
Sacó los frascos que tenía en los compartimientos de su cinturón y empezó con su labor, al ver a su padre en tal estado no espero más, utilizo varios de sus ungüentos y se los colocó a su padre, se alistó para coser la herida que tenía en la espalda, afortunadamente no había dañado órganos vitales pero el sangrado podría provocarle la muerte así que se alistó, hilos y aguja, una habilidad expendida fue lo que se vio, la sutura era casi imperceptible, preparo dos posiciones para que se recuperará rápidamente y se la dio de beber, luego pasó con su hermano, su condición era estable, pero los golpes en la cabeza podrían traer consecuencias graves, procedió a suturar la herida de su hermano y a aplicarle los ungüentos necesarios para su recuperación, ya solo faltaba darle de beber las mismas posiciones que a su padre y estarían mejor en unos días, en eso unos ruidos empezaron a escucharse, pisadas que poco a poco se acercaban a donde ellos estaban, el miedo se apoderó de Isami, no quería repetir esa escena otra vez, aunque fuera a Costa de su vida, él no permitiría que dañaran a su hermano ni a su padre.
Una sombra se empezaba a vislumbrar, Isami estaba preparado para enfrentarlo, sabía que la lucha con la espada no era lo suyo pero no dejaría que su familia corriera peligro, las agujas que llevaba consigo y sus hilos se convertirían en sus armas.
Isami corrió hacia la extraña sombra pero su sorpresa fue que este lo evadió de inmediato, dio una pequeña mirada al frente y se retiró, minutos después apareció esa extraña persona con una carreta.
Ayúdame a subirlos aquí. — dijo el chico.
Isami obedeció al chico sin pensarlo, su intuición le decía que confiara en él.
Colocó a su padre y a su hermano en esa carreta y siguió al chico, mientras caminaba vio como un líquido se iba derramando, en eso el chico encendió un mechero que tenía cerca y lo tiro al suelo, el fuego se propagó rápidamente y un gran incendio se llevó a cabo.
Caminaron por varias horas hasta que llegaron a una zona aislada.
Creo que ya están a salvo. — dijo el chico.
¿Quién eres? — pregunto el príncipe menor.
Solo una persona que pasaba por ahí. — respondió. — vi como caían por el barranco y quise ver si estaban bien.
Gracias. — fue la respuesta sincera de Isami.
Pero no puedo creer que hallan sido tan estupidos para no darse cuenta de los bandidos, o es que acaso les gusta el peligro. — Isami se enojo al escuchar esas palabras, pero se quedó callado. — Son las primeras personas que veo ir por esa ruta, desde hace varios años quedo clausurada por los inevitables robos y muertes que han ocurrido ahí, ni el propio rey ha podido derrotar a esos hombres. — Al escuchar esas palabras a Isami le quedo todo bien claro, fue una trampa, una maldita y cobarde trampa para poder asesinarlos, si lo que decía ese chico era verdad, habían sido vendidos a los bandidos, ya no podía confiar en nadie.
Disculpa si te hemos molestado. — menciono Isami cordialmente — espero que mi pedido egoísta no sea un problema para ti, pero ... ¿Podríamos quedarnos un tiempo aquí?—
No creo que sea egoísta, después de todo ellos están mal. — respondió el chico. — por el momento vivo aquí, soy un ermitaño que le gusta viajar por todos los reinos, disculpa si no me he presentado. Soy Yukihira Soma.
Continuará...