Capítulo Tres
La misma noche en que Sehun y Yixing se conocieron, esa misma noche ya estaban entregados al calor del momento.
Habían llegado demasiado rápido al apartamento de Yixing y antes de alcanzar la puerta ya estaban besándose desenfrenadamente otra vez.
Yixing abrió la puerta con gran dificultad, mientras un impaciente Sehun se estaba dejando llevar por el deseo, tocando toda la piel que pudiera como si el tiempo para hacerlo fuera limitado.
—Quítate los pantalones. —¿Yixing se lo estaba pidiendo? Sonaba más como una orden.
No importaba ahora qué clase de palabras podrían ser esas. Sehun se iba a dejar llevar por lo que Lay le dijera que hiciera, al fin de cuentas, el experto en sexo gay era Lay.
Acababan de cerrar la puerta y aun en el pasillo, ya estaban empezando a desnudarse.
—De acuerdo, pero no dejes de besarme. —Si Lay le había dado una orden, Sehun también podía hacerlo, ¿no?
Yixing sonrió, obvio no pensaba dejar de hacerlo.
—No voy a parar, lo prometo.
De algún modo, uno desconocido para ambos por cierto, lograron llegar a la habitación. Y entre besos desesperados, impacientes caricias, respiraciones agitadas, y pensamientos ardientes, los dos llegaron a estar completamente desnudos.
Yixing tumbó a Sehun sobre su cama. A Sehun le gustaba la manera en que Lay lo exploraba con la mirada llena de lujuria, tanto como para sentirse duro otra vez, como si fuera posible estarlo en un grado mayor.
La exploración visual duró demasiado poco, los dos estaban demasiado ansiosos en hacerlo.
De repente la pregunta llegó a la cabeza de Yixing: ¿Con cuántas chicas había estado Sehun? ¿A cuántas había permitido verlo así? Muy seguramente eran bastantes y todas habrían quedado igual de satisfechas con lo que veían así como Yixing se estaba sintiendo ahora.
Era sexo.
—Quiero tener tu pene en mi boca. —las palabras sucias de Lay lo sorprendieron. No porque fuera sucio hablar así, era más bien porque no pensaba que fuera posible.
Nunca ninguna chica con la que había estado Sehun le había hecho alguna felación, aunque lo hubiera deseado nunca había sido capaz de plantearlo mientras tenía sexo con ellas, y ahora era Lay el que pedía hacerlo.
—Sí, hazlo.
Yixing no necesitaba oír nada más. Bajó su cabeza y con su boca empezó a hacer su trabajo.
Adentro, afuera, adentro, afuera, adentro, afuera…
Sehun pensó que Lay debía tener mucha práctica porque lo hacía demasiado bien y eso lo estaba enloqueciendo. El contacto de la lengua de Lay con su pene era llevarlo al éxtasis.
Sehun había cerrado los ojos, pero si esto no volvería a suceder, al menos le gustaría recordarlo bien, así que abrió los ojos y quiso ver la cara de Lay mientras éste dedicaba toda su atención a su miembro.
El cabello de Lay tapaba toda su vista.
Sehun retiró todo ese cabello de la cara de su amante y lo mantuvo sobre la cabella de Lay para que no tapara su rostro. Sehun sonrió al encontrarse con esa mirada. Lay no se detenía y le excitaba también ser observado así.
Sí, bien, mira… obsérvame hacerlo…
—Detente ahora, o voy a venirme en tu boca y no quiero terminar tan pronto. —la voz de Sehun sale totalmente ronca después de un momento de haberse quedado viéndose.
Yixing deja de hacerlo y se gatea hasta quedar frente a Sehun. Sehun está indeciso sobre lo que debe hacer ahora, aunque quiere hacer de todo, no sabe qué hacer primero o cómo debe funcionar esto del sexo gay.
—No tienes que tocarme, yo puedo encargarme de todo. —Yixing malinterpreta su indecisión y decide tomar cartas en el asunto.
—Esto es cosa de dos, yo también quiero participar. —aclara Sehun.
—Perfecto, soy demasiado sensitivo, toca mis tetillas, acaricia mis orejas, muerde mi cuello, tócame tú también…
—Bien. —Lay ya le había dedicado su tiempo a su miembro, Sehun debería devolvérselo también, ¿no?, Pero no lo quería hacer con la boca porque no tenía la técnica que tenía Lay.
Podría usar su mano, en eso sí que podía ser muy bueno.
Sehun se dedicó a darle una buena atención al miembro de Lay, así como Lay lo había hecho con el suyo anteriormente.
Yixing se estaba arqueando, dejando llevar por los movimientos manuales de Sehun. Sehun se inclina un poco y muerde ligeramente una de sus tetillas. Yixing gime y toma el cabello de Sehun para que suba un poco más y se besen otra vez.
Esto era demasiado bueno. Y aún no habían llegado a la mejor parte.
Sus miradas lujuriosas se vuelven a encontrar. Yixing enreda sus manos entre el cabello de Sehun y vuelve a besarlo. Sehun pellizca una de las tetillas de Yixing con su mano libre.
Yixing está por venirse en la mano de Sehun, así que él mismo lo detiene para no terminar tan pronto.
Yixing quiere pasar a lo siguiente sin más juegos previos. Sehun claramente desea lo mismo.
—Sehun, lame esto. —otra… ¿orden?
—¿Tus dedos? —Sehun se siente desubicado.
—Quiero prepararme para ti.
Sehun se niega a hacerlo. Si esta parte funciona parecido a lo que es tener sexo con una mujer, entonces de esto se puede encargar él mismo.
—Mejor tú, lame bien mis dedos, quiero ser yo quien te prepare para mí. —la forma posesiva en que Sehun se refiere a él, hace que Yixing le obedezca porque le gusta el rumbo que toma la situación.
Al momento los dedos de Sehun están suficientemente húmedos como para empezar a introducirlos uno a uno en Yixing.
Segundos después Yixing está gimiendo cada vez un poco más fuerte. Y eso que solo son dedos.
—Siento que no puedo soportarlo más. —un desesperado Yixing va a colapsar.
—Un poco más. —Sehun aún no está confiado de que sea el momento.
—¡No!, ¡Hazlo ya! —eso definitivamente si que fue una orden de Yixing.
—Espera.
—¡Sehun! —suficiente para que decida hacerle caso.
—Bien, ya está. —Sehun saca sus dedos y cuando está por acomodar su miembro, es Yixing quien se detiene.
—¡Un momento! —Sehun ve a Yixing sacar un condón del pantalón de su bolsillo—. Ponte esto rápido.
Sehun sonríe y muerde una de las esquinas del empaque. Es bastante hábil en ponérselo y cuando Yixing está por preguntar, Sehun ya está volviendo al ataque.
—Qué bueno que recuerdes mi nombre, porque ahora es lo único que quiero oír en toda esta habitación.
Yixing gimió al sentirlo dentro de una sola vez. Demasiado brusco. Sehun no le dio tiempo a adaptarse al intruso en su cuerpo y ya estaba moviéndose como un compás.
—Hazlo con calma, ¿Vale? —Yixing tenía los ojos cerrados, intentando concentrarse en el placer y no en el dolor. En este momento no era bueno ser tan apresurados, no por lo menos mientras se adaptaba a su miembro.
—Bien, lo siento. —lentamente las embestidas empezaron a aligerar el dolor.
En cuestión de segundos Yixing estaba gimiendo el nombre de Sehun.
Fue sexo.
Sucio, degradante, delirante y magnífico sexo. ¿A qué se dedicaba uno? ¿Qué edad tenía el otro? ¿Tendría pareja alguno o tal vez niños que esperaban en casa para recibir un beso de buenas noches de su padre antes de ir a dormir? Nada. Ninguno sabía nada.
Y así era mejor.
Era suficiente con saber que se entendían muy bien en una cama y que ninguno quería llevarlo a más.
Hilarante. Rudo.
Fantástico.
Perfecto.
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En realidad nadie sabía que Joonmyeon y Luhan se conocen de su época escolar, desde los 11. Lo que sí es verdad es que nunca fueron cercanos.
Luhan no destacaba ni en popularidad ni en estudios. Luhan era lo que se consideraba, “del montón”. Por su parte, Joonmyeon siempre ha destacado por ser el cerebrito, aunque sí que siempre fue indiferente para los demás, así que nunca hubo nada en común que los hiciera realmente cercanos. Tampoco es que buscaran ser amigos.
En sus años de escuela, Luhan y Joonmyeon sabían del otro sólo porque compartían el mismo salón de clase. Alguna vez fueron parte del mismo equipo de futbol del torneo que organizaba la escuela, que por ser del mismo salón, tuvieron que aceptar ser compañeros de equipo, pero las cosas no fueron más allá de saludos y reconocer quien era cada uno.
Luhan no tenía problemas con la existencia de Joonmyeon. Le era totalmente indiferente que ahora coincidieran en la misma universidad aunque en diferentes campos de estudio. Joonmyeon no se metía en los asuntos de Luhan, y Luhan no se metía en los asuntos de Joonmyeon.
Luhan sabe que Joonmyeon es una persona pacífica que no molesta a nadie, por eso siente algo de culpa mientras escribe en el tablero mucho antes de que él llegue a clase o que incluso alguien más lo pueda ver haciéndolo.
Aunque sabe que no está bien, aun así es ambicioso y desea la popularidad que Baekhyun le ofrece. Cuando termina de escribir, sale del salón y camina hacia su propio locker. Piensa esperar a que sea la hora para entrar a la única clase que comparte con Joonmyeon.
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Minseok despierta a su hermano para que coma algo.
Otra vez Joonmyeon se ha quedado dormido mientras trabaja en su tesis de grado y ha amanecido tal cual a cómo llegó el día anterior.
Joonmyeon recibe lo que Minseok le ha preparado de desayuno mientras evita la mirada de desaprobación de su hermano menor.
—Sé que tu terminar tu tesis es importante, pero no deberías seguir durmiendo y comiendo a destiempo. Te vas a enfermar si sigues así.
—No pasará nada, cuando la termine podré dormir y comer a las horas que son como debe ser. —le dice para que tranquilizarlo—. No creo que a Jongdae le guste que hagas las cosas de esta manera.
—Para un universitario es normal que tenga poco tiempo para comer y dormir, no seas dramático Minseok. Te aseguro que Jongdae tampoco duerme mucho estos días debido a su tesis de grado.
Buen punto. Pero aun así era inaceptable para Minseok.
—De todas maneras intenta organizarte de tal manera que duermas lo suficiente y comas a las horas que son.
—¡Como si eso fuera posible para un universitario!, solo espera a que llegues a tu último semestre. —Minseok estaba por replicar, pero un mensaje de texto al celular de Joonmyeon interrumpe la insignificante discusión—. Jongdae me escribe para que nos encontremos antes de entrar a clase.
Minseok sonríe, intentando ocultar de nuevo su dolor y decide caminar hacia la sala, donde ha dejado sus cosas.
—Ya que lo mencionas, tengo clase temprano. Te veo en la noche.
Joonmyeon sonríe también y se despide de su hermano, agradeciéndole por el desayuno. A veces Minseok se comportaba como el padre y madre de la casa aun cuando sus padres estuvieran la mayoría del tiempo trabajando en el extranjero.
Joonmyeon termina su desayuno rápidamente y guarda sus escritos y libros de texto sobre diabetes. Su tesis sobre una cura mejorada de la diabetes está por concluirse, solo debe esforzarse un poco más y será la mejor tesis de su graduación.
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Victoria se levanta de su cama lo más silenciosamente posible para no despertar a Yifan.
Su hermana la ha llamado y dado que Yifan dispone de pocas horas para dormir, decide salir de la habitación para dejarlo dormir un poco más.
—¿Ya puedes hablar? —se escuchó preguntar desde el otro lado de la línea.
—Sí, aquí no despertaré a Yifan. —Victoria se había acomodado en el sofá de la sala, abrazada a sus piernas. Sus rodillas llegaban a la altura de su mentón.
—No hay mejor hombre que Yifan, ¿no? —su hermana bromea.
—No. Él es el mejor. —sonríe. Victoria está demasiado enamorada de él—. Pero precisamente porque es el mejor es que yo no soy lo que él merece.
Su hermana pone los ojos en blanco. De nuevo esa conversación no.
—Victoria, deja de decir eso. No se trata de decir quien es lo mejor o no para el otro. Yifan te eligió a ti porque tú eres la mujer que el ama y sobre eso no hay nada más que decir.
—Estás diciendo lo mismo que me suele decir Chanyeol.
—¡Entonces dame más la razón!, ahora somos dos personas que pensamos igual. —las dos se rien—. Hablando de Chanyeol, dijiste que me lo ibas a presentar y aun sigo esperando.
—Lo siento, Yifan me ha estado llevando a consultas médicas y aplicándome medicamentos. Prometo que ahora que tenga más tiempo, los presentaré, ustedes dos quedarían realmente bien juntos.
—¡Eso me lo has dicho desde hace mil años y aún sigo esperando!
—Ya, Luna, prometo que voy a presentarlos pronto.
—Esperaré a ese día.
Luego de unas palabras más, la llamada termina y Victoria decide regresar a su cama de mejor humor. La noche anterior había tenido una discusión con Yifan por la medicina agotada y que él no la dejara trabajar. Algo sobre lo que no quería preocupar a su hermana.
Victoria tenía razón en querer hacer algo frente a la crisis económica por la que estaban pasando. Yifan tendría que aceptar eso tarde o temprano.
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Cuando Joonmyeon y Jongdae entran a la clase tomados de la mano, no pueden evitar notar que todos se han girado a mirarlos.
Era el cuarto día de verlos juntos y aunque cualquiera pensaría que se volvería normal esto, todos estaban poniendo demasiada atención en Joonmyeon.
De pronto, Joonmyeon palidece al ver la razón de las miradas y sale corriendo de allí.
Jongdae se enfurece al leer lo que hay en el tablero:
“¿Cómo alguien puede reemplazar a Baekhyun por Joonmyeon? Debe ser que el cerebrito es demasiado bueno en la cama.”
Jongdae corre al tablero y lo borra todo tan rápido como puede. Casi se puede ver chispas salir de su mirada. Está tan encabronado que las personas a su alrededor se alejan dos o tres pasos.
—¿¡Quién escribió eso!? —Nadie responde y todos miran a diferentes lados en silencio— ¿¡Quién!? —estaba empezando a gritar. Aun así nadie es capaz de dar la cara—. ¡Cobardes!
Todos ven a Jongdae salir por donde se vio salir a Joonmyeon. Cuando ninguno de los dos está, vuelven a conversar entre ellos sobre el espectáculo que se formó.
Luhan, quien había llegado a clase fingiendo sorpresa, había sonreído ligeramente con ese show. Separar a ese par no sería tan difícil como pensaba.
Otra idea se formaba en su cabeza.