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Coincidencias por JiGoKu nO HaNa

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Cuando salía del trabajo tomaba el mismo autobús de la vez pasada, aunque en esta ocasión era el último, después de salir de casa de Leonard debería tomar un taxi o algo por la hora que era. Llegaba a la parada que le había indicado el moreno, entonces debía caminar una distancia no muy corta hasta su objetivo. Durante su camino a casa de Leonard chocaba con una pareja de adolescentes punk que iban cantando por ahí, luego empujarlo un poco “por accidente” le pedían perdón como mocosos que eran y seguían su camino sin mucho alboroto. 
 
Cuando finalmente llegaba al lugar donde Leonard vivía no podía evitar impresionarse un poco, y además de eso dar fe de lo que le había dicho sobre el enorme guardia de seguridad que le revisaba todo. Ese lugar definitivamente no se parecía ni un poco al lugar donde él vivía, en el que el ascensor ni siquiera servía toda la semana, este parecía del futuro o algo, sin ningún ruido extraño. Zak estaba bastante fuera de lugar ahí, con su cara de niño perdido y su ropa vieja, una camisa roja a cuadros, una playera gris con una gran estrella que seguía brillando y sus pantalones desgastados. Nunca había tenido buen gusto por la ropa, por un momento se preguntaba si debía haberse puesto traje o algo.
 
En casa Leonard ya se había quitado el día de encima, había tomado una ducha y andaba por ahí con pantuflas, y ropa holgada de esa que uno ya a usado tanto que queda para andar en casa. Ponía a calentar algo que había preparado otro día esperando la llegada de Zak, pensando en cómo abordar la situación.
  
Zak tocaba el timbre un par de veces y se inclinaba un poco para ver lo que suponía debía ser una cámara por la que el dueño de la casa podría ver a quien viniera a su puerta.
 
—Oye, viejo, ¿estás ahí? —preguntaba levantando un poco la voz cuando pasaba un rato y no le abrían. Se rascaba la cabeza y miraba a los lados como con precaución, quizás se había equivocado de puerta o algo, ¿no lo iba a echar el guardia verdad? No tenía cara de enojado ya, sólo de curioso y de vez en cuando un poco alerta. Se preguntaba también si debía seguir con eso de tocar el timbre, quizás le había mentido y no estaba ahí, aunque el guardia lo había dejado pasar y todo.
 
—Que impaciente, tardo en llegar a la puerta porque no vivo en un dos por dos —abría la puerta, lo miraba y lo dejaba pasar regresando a la cocina— Buenas, niño, ¿le pediste permiso a tus padres para estar afuera a estas horas? Cosas malas le pasan a los niños cuando está tan oscuro.
 
—¿Quién eres tú? —preguntaba extrañado cuando lo veía aparecer en la puerta con esa ropa—... Así hasta parece que tienes unos cien años menos —decía y lo seguía adentro de su casa, para nada como la propia, esta estaba ordenada, era grande y "sofisticada"— Y estoy bien con el horario, ma me deja ir a pijamadas de vez en cuando, no vas a intentar robar mi alma o algo, ¿no?
 
—Nah, tengo suficientes almas para conservar mi juventud por unos cien años más, no te preocupes —sonaba el pitido del horno eléctrico e iba a sacar su comida y se acomodaba en la barra— ¿Quieres comer, pequeño? Debes alimentarte para crecer y mantener en forma esa alma para cuando la necesite.
 
Entrecerraba sus ojos con un poco de desconfianza, pero el olor de la comida se la jugaba mal, especialmente porque acababa de salir del trabajo y tenía el estómago vacío, el cual por cierto no tardaba en gruñir.
 
—Esta batalla la ganas tú —declaraba caminando detrás de él para que le diera lo ofrecido, entonces podía verlo. Leonard no mentía con lo que había dicho de su retaguardia, entonces Zak ladeaba un poco la cabeza para apreciar mejor, luego se hacía el tonto caminando como si nada y viendo hacia los lados cuando Leonard volteaba a verlo—. ¿Cocinaste tú?
 
—Si, a veces hago demás y dejo para calentar, uno no debe hacerse el millonario aunque lo parezca —le guiñaba un ojo mientras le ofrecía su plato y su asiento al menor, el se calentaría otro, podía escuchar la panza de este reclamar y se reía por ello, mientras el horno trabajaba una segunda vez él iba a su nevera por una lata de cerveza— ¿Quieres una de estas o solo te dejan beber juguito?
 
Estiraba la mano para tomar la lata. No era el mejor bebedor del mundo, tampoco el peor, era más bien promedio aunque una vez borracho era un poco problemático.
 
—Bueno, pues esto me sorprende —decía después de probar la comida que no era para nada mala, aunque eso también podría ser producto de su hambre, no descartaba nada—, no pareces de los que cocinan.. Aunque vestido así hasta pareces otra persona... —hablaba y tomaba algo de cerveza.
 
—¿Qué? ¿Ya te conquisté? Eres muy fácil, niño —se divertía molestando al joven, las muecas que hacía cuando se enojaba eran divertidas de ver, arrimaba una silla junto al otro en la barra y se sentaba cerca de él a beber— Bueno, soy un tipo apuesto y limpio, con un salario bueno, no hay mucha competencia para mí en estos días...
 
—No tengo tan mal gusto, gracias —decía a lo de conquistar—. Es sólo que no pareces un viejo vestido así, eres más como un "hombre de edad mediana" o algo —se burlaba un poco, pero no era tan grosero como podía a pesar de que el otro le hacía refunfuñar, eso era porque sabía ser agradecido con quien le daba de comer, aunque no que se aguantara todo por eso, por supuesto—. Si tienes tan poca competencia, ¿por qué no tienes una pareja aún?
 
—¿Solo porque puedo estar acompañado no debería estar sólo? Aww, eso es tan de la gente joven —atendía al pitido del horno yendo en busca de su plato, tenía bastante hambre también pero no tanta como el otro— No estoy desesperado como tú que dejas que tú ex te haga escenas de celos sólo para poder seguir tirándotela y sentirte acompañado, ya pase esa etapa, no acepto cosas que no quiero y no hago nada que la gente espere de mí. Es lo bueno de ser viejo.
 
r13;A mí me suenan como las excusas de alguien que se está haciendo mayor pero no es capaz de mantener una relación estable más allá de una noche r13;sabía que el otro tenía razón en muchas cosas que decía, pero decirle que sí sería dejarlo ganar y él no estaba dispuesto a ello.
 
—Cree lo que te haga sentir mejor, niño, lo que te de más tranquilidad al cerrar los ojos estando sólo en tu cama, siempre debe ser así, pero ten claro que si es mentira tardarás un poco más en dormir —era algo que recordaba le decía su madre y él se lo decía bastante a sus alumnos, por supuesto ella seguía diciéndoselo a él cuando venía de visita o él iba a verla— Soy demasiado perezoso para ir por la vida buscando extraños con los que acostarme. Duermo con las mismas tres personas hace varios años, no al mismo tiempo, esas cosas grupales no son lo mío, soy más conservador.
 
r13;¿Duermes con las mismas tres personas hace años? r13;bueno, eso sí lo sorprendía, y no podía ocultarlo, así como la mayoría de sus reaccionesr13; ¿No es eso como “poligamia” o algo? r13;nunca había conocido a alguien que hiciera eso antesr13; ¿Cómo puedes dormir con las mismas personas por años y no tener ningún compromiso?
 
—Porque tenemos buen sexo pero no estamos ni cerca de estar enamorados, son buenos amigos, no nos vemos mucho pero nos conocemos hace bastante, por cierto estoy enojado con uno de ellos, no le contestaré las llamadas por un mes por idiota —comentaba simplemente al recordar por qué se había enfadado y pasaba la comida con cerveza como si alguien lo apresurara, costumbres difíciles de cortar— Niño, debes saberlo ahora, no debes tener compromisos con alguien que no amas, se volverá penoso a la larga y difícil de terminar... Ah, a tu edad no escuchan nada, creen que ya se lo saben todo sólo porque pasaron la adolescencia y lo más triste es estar sólo. No importa, ya crecerás, niño.
 
r13;Pues yo no podría acostarme con ninguno de mis amigos, principalmente porque son feos como mentirle a la madre, pero tampoco me acostaría con mis amigas… tampoco puedo salir con quien no quiero salir r13;de ahí la novia vengativar13;, especialmente si siento algo por alguien más por otra persona… por otro lado, siempre quiero acostarme con la persona que me gusta r13;desde su punto de vista no podía seguir saliendo con su novia desde el momento en el que la otra persona había comenzado a gustarle. r13;Si te soy sincero no puedo decir que no entiendo lo que dices, pero no puedo estar de acuerdo contigo en todo eso. Hablas como un viejo que lo ha vivido todo, pero tampoco te creo eso, ¿qué tan grande puedes ser? No luces más grande que el mayor de mis hermanos, así que realmente no debes ser tan mayor como para darte el lujo de llamarme niño todo el tiempo, ¿o es que sólo eres un morboso? r13;iba ya más allá de la mitad de su comida porque había empezado con ganas, también había terminado su cerveza y había ganado algo de color en las mejillas a pesar de que en el departamento había aire acondicionado.
 
—Soy morboso, pero también soy mayor —se reía e iba por una segunda lata para cada uno— Bien, entonces dime, primero que nada, ¿qué edad tienes, niño? ¿Y qué edad crees que tengo?
 
Se quedaba callado mientras abría la lata con una mano, lo miraba desconfiado de nuevo como haciendo cálculos.
 
r13;Yo tengo 26 r13;decía para después dar un buen trago a su cerveza y dejar salir el aire por su boca como un borracho y volvía a su gesto calculadorr13;… tú deberías tener… deberías estar en tus treinta, pero no pasando de la mitad de estos r13; es que era difícil de decir, había muchas contradicciones en él, se veía muy diferente con su traje a en ese momento, le gustaba más su estilo informal, le hacía ver más joven, más accesible.
 
—Gracias por los años menos, pequeño —daba un trago largo a su cerveza como pensando si compartir o no esa información que tenía tan curioso al chico— Mm...para darte una pista te diré, que a veces tengo aventuras que absolutamente no debería tener pero pasa una vez cada un par de años, el asunto es... Me he cenado niños veinte años menor que yo.
 
r13;¿Cómo “cenar”? ¿Cómo comer? r13;se desconcertaba un poco de primera, no entendiendo muy bien su indirecta, y cuando lo hacía se sorprendíar13;… quieres decir que, ¿te acuestas con tus alumnos? ¿En serio pasas los 35? r13;estaba sorprendido por las dos cosasr13; ¿No te pueden meter a la cárcel por eso o algo? r13;completamente interesado tomaba algo más de su cerveza, tenía los ojos bien abiertos, curiosos.
 
—Por supuesto podría ir a la cárcel o como mínimo meterme en problemas, si supieran los padres o la escuela, claro, ¿pero crees que un mocoso cuya mayor entretención es masturbarse va a decir algo que me pueda perjudicar por darles una excelente primera vez? Claro que no,  ellos andan felices por la vida dejando la virginidad atrás y por lo menos hasta ahora no me he topado con ningún niño que no comprenda cómo funciona el asunto, lo hacemos, se terminó r13;no lo consideraba algo grave para nada, él no obligaba a nadie, esos chicos iban tras él por cuenta propia y se divertían bastanter13;. Tampoco me acuesto con todos, como te digo es algo poco usual, solo pasa con aquellos que están bien desarrollados para su edad y se ven interesados en mí r13;aclaraba sintiendo que quizá se estaba dejando mal cuando solo quería fanfarronear sobre sus aventuras un pocor13; Tengo 39, ¿tampoco es tanto, no?
 
r13;Pues no es tanto, tampoco son “69” r13;decía citando la edad que el otro le había dicho en el autobúsr13;. Pero, así como hablas, no pensé que te interesaran tanto los vírgenes, espera, ¿no decías que sólo te acostabas con tres personas? Eres un mentiroso r13;lo miraba frunciendo el ceñor13;… pero te concedo que pareces más joven, por lo menos te ves más joven que mi hermano r13;aunque sus hermanos eran casos bastante especiales.
 
—Me acuesto con tres personas usualmente, son las que están en mi vida con constancia, si a eso se le puede llamar así, a uno de ellos no lo veo hace medio año, pero de vez en cuando un niño es tentador, ¿tiene eso algo de malo? No lo hago mucho, el último fue el año pasado, este año no veo a nadie que me interese.
 
r13;No, nada de malo, salvo que suenas como el lobo del bosque o la bruja de Hansel y Gretel r13;se reía un poco con eso, imaginando a Leonard atrayendo a niños a su cabaña del bosquer13;. Entonces eres maestro de instituto… qué terror r13;le daban un poco de escalofríos, definitivamente no le gustaban las escuelasr13;. ¿Y los traes a tu guarida para comértelos o qué? r13;decía mirando alrededor como señalando el lugarr13; ¿Tus amigos habituales son también viejos o qué? r13;ya iba al final de la segunda cerveza, por lo que su lengua se soltaba un poco más, incluso había olvidado el motivo principal de haber ido a ese lugar.
 
—No, no, los niños no tienen permitido conocer mi casa, es un lugar íntimo, reservado para gente importante y niños idiotas que olvidan su celular en el autobus —agregaba burlón—. Dos de mis amigos son mayores que yo, uno es menor pero no mucho, la juventud es buena pero la experiencia mucho mejor, es relajante dejar todo a cargo de otra persona por una vez.
 
Zak hacía un gesto infantil, similar a un puchero, cuando el otro lo llamaba niño de nuevo.
 
—Tú eres el idiota. Y además de eso te acuestas con viejos, ¿qué vas a hacer si a uno le da un infarto mientras lo hacen? —lo señalaba con el dedo de forma acusadora, entonces lo del celular, abría bien los ojos de nuevo— Tú tienes mi celular —de verdad había que ser estúpido para olvidar el tema principal de su misión tan pronto, siempre perdía la concentración demasiado pronto, se olvidaba de las cosas importantes, ese era uno de los motivos por los que la había pasado mal en la escuela también—, ¿puedes regresarme mi celular ahora? —extendía su mano para acompañar de un ademán su petición no sin algo de vergüenza, pues ahora que recordaba lo de su celular, también recordaba que el otro había tenido la oportunidad de ver sus vídeos.
 
—Si con lo que ya hemos hecho no les ha dado un infarto entonces estan a salvo— había dejado su comida a medias pero iba ya por su tercera lata de cerveza y le dejaba en la mesa otra a su compañero de tragos, se veía más accesible luego de tomar, no podían culparlo por seguir aflojando su lengua cuando Zak tocaba el tema del celular —¿Por qué tanta prisa? Ya vi TODO.
 
Zak se había acabado todo y si más le diera más comería, era un tipo grande después de todo. Abría la tercera como escondiéndose tras ella, después le daba un largo trago.
 
—No deberías revisar así las cosas de los demás, ¿sabes? Tú no tienes ningún respeto por nada —le reclamaba—... Qué- qué tan... ¿Qué tan "todo" viste? —preguntaba preocupado y con las cejas juntas— yo sólo quiero lo que es mío de vuelta —miraba a otro lado para evitar su cara burlona.
 
—Oh, vamos, no seas falso, te apuesto que en mi lugar hubieras hecho lo mismo, revisar todo y luego devolver el celular, sólo que yo más allá de unas selfies estúpidas no tengo —encogía los hombros admitiendo su vergonzoso pasatiempo de intentar tomarse una foto como los chicos de la escuela, tenía muchas fotos con alumnos en el celular pero esas las tomaban ellos, él no era bueno enfocando la cámara— ¿Qué tan todo? Pues todo lo tuyo, lo de tu ex no, no me interesa. Vi sus chat vergonzosos, las fotos y los vídeos, que gráficos son, niños, ¿de verdad era necesario grabar esas cosas?
 
—Las vacaciones son largas y aburridas, no tienes derecho a juzgarme por eso... Y yo no revisaría tus cosas, no importa lo que creas —bebía más, lo hacía al mismo tiempo por sentir vergüenza que por querer ocultarla— ¿y si son tan tontas mis cosas para qué las viste? Hay porno de sobra en internet, ¿te burlas de mí? —eso era, sin duda, sabía el origen tonto de sus vídeos, y que sólo tendrían algún fin recreativo más allá de la risa para su destinataria original— Es algo íntimo, algo que nadie más debía ver —se quejaba algo resentido, porque que lo vieran como en esos vídeos lo hacía sentir ultrajado y vulnerable. Era un ataque a su privacidad.
 
—Para qué lo guardas en tu celular entonces, el celular es algo que se pierde con facilidad, ¿no se te ocurrió jamás que eso podía pasar? ¿Dejar tu celular por ahí y que cualquiera viera tus vídeos? Si es así, dejame decirte que eres una persona muy positiva. Y tonta. En serio, la gracia de grabarse o tomarse fotos en esas situaciones ya de por si no la entiendo, ¿y después no borrarlo? ¿No hay límite en lo idiota que se puede ser?
 
Zak juntaba las cejas con una cara de profunda molestia, no le hacía gracia que el otro le diera un sermón y que se burmara de él.
 
—Yo nunca he perdido nada antes —y eso era totalmente verdad—. No lo entenderías porque nunca lo has hecho, no tienes con quién tontear respecto a eso, ni sabes lo divertido que puede ser... Quédate con tus cosas "sofisticadas" y deja de juzgar las cosas que no conoces, dejame en paz, no eres más que otro idiota que siente que lo sabe todo —eso se lo decía molesto de verdad, siempre se le iba la boca cuando estaba molesto, especialmente con unas copas encima.
 
—Ow, me siento tan dolido porque no tengo a quien grabarle vídeos masturbandome~ —que se pusiera así le daban más ganas de molestarlo todavía, el chico era alguien preocupado por su imagen al parecer, realmente lo molestaba que le hiciera esos comentarios— ¿Cosas sofisticadas? ¿Qué cosas? Oye, no encuentro nada malo tener alguna sesión por skype, pero grabarlo es otra cosa, reconoce al menos que es estúpido. Y no lo sé todo, niño, pero sé más que tú.
 
—No tengo por qué reconocer nada de lo que tú me digas... Si quiero grabar lo que sea es mi problema, no tienes ningún derecho de meterte con eso —refunfuñaba—... Qué desagradable, es por eso que sólo puedes acostarte con las mismas tres personas cada día de fiesta y cada que un puberto supera los 1.70...
 
—Nop, no funcionó antes y no funcionó ahora, vamos, niño, yo sé que algún día podrás dar con alguna manera de irritarme con la facilidad con la que yo te irrito a ti, aunque no creo que ese día sea hoy —le sonreía mostrándose contento, para molestarlo mas de lo que ya—. Como televidente de tus vídeos tengo derecho a opinar, cuando grabas algo estas expuesto, debes asumir la responsabilidad de haberlo hecho por tu propia voluntad y no comportarte como una nena llorona.
 
—Asumiría eso si te los hubiera mandado a ti desde el principio, pero que los hayas visto no es más que un muy desafortunado accidente —se quejaba, no podía hacer nada para esconder su enojo y menos al final de su tercera cerveza— Si te hace sentir bien, puedes estar orgulloso de ser la persona a la que me ha tomado menos tiempo odiar en años... Ahora, ¿puedes darme mi celular de una vez? Tengo quien me espera en casa —sus gatos, que a esas alturas seguro ya habrían destruído la mitad de ella.
 
—¿Quién? ¿Tus gatos? Pff, bien, te daré tu celular así te dejas de llorar de una vez —recogía los platos de pasada y los dejaba en el fregadero, salia de la cocina y desaparecía de la sala un momento para volver con el celular y dejarlo en la barra frente a Zak— Ahí está, puedes irte cuando quieras.
 
Tomaba su celular y lo revisaba, tenía un 30% de carga aún, lo guardaba en su bolsillo y lo miraba fijamente.
—La copia... Tienes que borrar la copia, tú dijiste antes que habías hecho una, no puedes quedartela.
 
—Jajaja...¿Y cómo planeas hacerme borrarla? —iba una vez más a su nevera, no le quedaban muchas latas ya por lo que sólo sacaba para él— Porque te informo; no se me da la gana. Y estás siendo muy desagradable como para pedir un favor.
  
Ya acalorado por toda la charla y las cervezas, Zak se ponía de pie e iba frente al otro que a pesar de tener que mirarlo hacia arriba no parecía tenerle ni un poco de miedo, entonces se portaba grosero. 
Estiraba sus manos y las llevaba al pantalón del otro para inspeccionarlo sin un poco de tacto, cosa que parecía un manoseo hecho y derecho.
 
—¿Dónde está tu celular? —si el otro no quería borrarlo él lo haría en su lugar, estaba cansado de ser tratado como un tonto todo el tiempo.
 
—¿Por qué andaría con mi celular en el bolsillo en casa? No tengo quince, puedo separarme de él. Eres un genio, Zak, que excusa para manosear —lo dejaba tocar cuanto quisiera mientras bebía su cerveza, no iba a encontrar nada porque sus pantalones ni siquiera tenían bolsillo pero el chico parecía lo suficientemente ebrio para no darse cuenta—. Y, ¿qué te hace pensar que tengo la copia en el celular? También tengo un iPad, un notebook y una computadora de escritorio, ¿quieres buscar ahí? Podría estar ahí también. Ah, pero todo tiene contraseña, una buena contraseña.
 
Apretaba los labios con frustración y cerraba los ojos un momento soltándolo, estaba de verdad enfadado, podría golpearlo, en su pueblo natal eso sería el siguiente paso lógico, pero él no era así, no en la ciudad, además de que no ganaría nada, bueno, nada aparte de la satisfacción que le daría partirle la cara a esa desesperante persona.
Pensando en ello lo tomaba de la playera por enfrente con una mano, lo jalaba con fuerza hacia arriba, quedándose cerca, amenazante, pero aguantando.
 
r13;¿Para qué tendrías tantas copias de algo que consideras estúpido? Sólo déjalo. A ti no te interesa y a mí no me gusta que la gente ponga sus manos así nada más sobre mis cosas r13;movía la barbilla hacia un lado y esta hacía ruido, era un tic que sólo salía cuando estaba enfadador13;… tienes todo lo que quieres. Yo no quiero ser tu enemigo, pero tengo unas ganas terribles de partirte la cara ahora mismo r13;rechinaba los dientes y se mordía el labio inferior y sus puños temblaban un poco, ese chico tenía problemas de ira.
  
—Quitame las manos de encima, mocoso —fruncía el ceño esta vez serio, de repente la situación se había tornado peligrosa, no creía que el chico fuera a ponerse así de agresivo pero suponía que era su culpa después de todo, no entendía cuando una persona estaba en el juego o no— ¿De verdad crees que tengo copias de esa basura? Sólo te estaba molestando como todo el tiempo desde que llegaste aquí pero me equivoqué de persona, creí que eras...No sé, ¿más inteligente? Qué fastidio. Ya tienes tu celular de vuelta, desaparece de aquí, que pérdida de tiempo con una persona como tú.
 
r13;Pues puedes agregar eso a la lista de cosas que crees que soy y en las que terminas equivocado r13;lo soltaba y su gesto volvía a la normalidad, si el otro no tenía nada, entonces el problema estaba resueltor13;… no soy yo quien estaba ansioso por venir aquí r13;lo miraba de arriba abajo suspirabar13;, no a todo el mundo le gusta que juegues con él y que lo humilles constantemente, menospreciar a la gente así... r13;decía alejándose de él, ya no estaba enojado, tenía su celular y el otro no tenía copias  de sus cosas, así de simple era él con sus estados de ánimo y sus sentimientos, aunque de verdad tenía un problema de ira. Ya no tenía nada que hacer ahí.
r13;Cocinas bien, por cierto, gracias por la cena.
 
—Vete al diablo, desaparece antes de que llame al guardia— al contrario de Zak, cuando Leonard se enojaba era serio, entendía que había molestado bastante al chico pero no creía que luego de haberlo dejado entrar a su casa y ofrecido una cena el otro se comportara de esa manera, no tenía sentido que el chico se hubiera puesto agresivo y casi lo hubiera golpeado solo por molestarlo un poco.
 
Iba a la sala a instalarse en el sillón terminando su lata de cerveza, algo abollada ya que la había apretado en su mano con rabia, esperaba ahí ver al otro irse para dar por terminada la fracasada noche.
 
Zak se iba sin decir nada más y sin mayor problema. Leonard no era más que un tipo extraño y molesto que había conocido en el autobús y que se había quedado con su celular. Zak también sabía que podía ser exagerado cuando se enojaba, y que a la gente no le gustaba tener que lidiar con algo así. No era su problema, no iba a pedir disculpas por eso, tampoco era su culpa, él de verdad hacía lo que podía para estar bien y ser bueno todo el tiempo.
 
Bajaba hasta el primer piso con la misma curiosidad con la que había entrado en este, afuera había una ligera brisa que llevaba una capa delgada de lluvia de vez en cuando y la calle olía a tierra mojada, era un clima agradable con el calor que había hecho en el día. 
 
Zak se quedaba a un lado de la caseta del guardia, debía llamar un taxi pues no era una zona transitada. No era de los que usaran mucho taxis porque no los necesitaba y porque eran muy caros en ese lugar, pero igual siempre cargaba un par de tarjetas de lo que fuera en su cartera. Entonces se daba cuenta de que esta no estaba.
Se volteaba de inmediato como para querer regresar al edificio, no sólo eran la tarjetas, ahí también estaba lo que le quedaba de dinero para sobrevivir hasta el día de pago en quincena. Trataba de acordarse si la había dejado caer en el lugar de Leonard, pero entonces un mal presentimiento le decía que eso no era así. Antes de llegar ahí había chocado misteriosamente con un par de chicos raros. Carteristas, lo sabía, no era la primera vez que le pasaba en la ciudad, pero siempre caía como un tonto en esas cosas.
 
 
 
—Qué decepción...— Leonard relajaba su postura en el sillón quedando medio sentado y medio acostado, con una actitud perezosa como la que siempre tenía en casa, se terminaba la cerveza pero no estaba convencido y la daba vuelta hasta sacarle la última gota. Con algo de resignación decidía que era suficiente por la noche, aún tenía un par de cosas que hacer para las clases del día siguiente, pero por lo menos por la próxima media hora no planeaba moverse de su cómoda posición.
Notas finales:

NEL


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