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MALOS ENTENDIDOS por reydelosPK2

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En la enfermedad y la salud. O hasta que me arte de los mosquitos.

Naruto se paró frente del departamento de Sasuke. Después de ingresar sus documentos para Médicos sin fronteras, tenía dos semanas libres para recoger todas sus pertenencias de su departamento y para verlo por última vez. Cuatro días para estar a su lado y después dos años de ausencia. La última vez que vio a Sasuke fue hacia más de un mes y medio

Y esa vez no pudo hablar con el de la forma que deseaba. Estaba enfermo y había muchos intrusos. Supuso que ahora debía estar bien. Seguía preocupado.

Dentro Sasuke trataba de espantar a los tontos mosquitos que invadieron su departamento por culpa del cumulo de basura que dejaban sus amigos, que de la nada pasaban a verlo los fines de semana desde que le despidieron. Al escuchar el timbre solo atino a ir a abrir esa puerta. Su cara de pocos amigos aligero las arrugas al ver al rubio para segundos después volver a formar más arrugas por el enfado.

-Naruto- dijo Sasuke de mala gana al descubrirlo.

Naruto rio y saludo con la mano. No esperaba ser recibido con los brazos abiertos. Todo lo contrario, ni siquiera esperaba ser recibido, y obvio que no sería recibido pues Sasuke le cerraba la puerta en la cara. Pero bueno. Se metería a la fuerza de ser necesario, dio inicio a un empuje de la puerta, uno por abrirla el otro por cerrarla. Ambos parecían decididos a no rendirse. No obstante Naruto era el que más empeño ponía, estaba decidido a quedarse en ese departamento y pasar con Sasuke los cuatro días que tenía antes de irse a África.

Como era de esperar. Sasuke aún molesto y Naruto gano la contienda de la puerta.

-Hola cariño- dijo Naruto tratando de acariciar su mejilla, pero Sasuke solo alejo la cara dando a comprender que no deseaba contacto alguno- ¿Tus mascotas ya se fueron?-Pregunto tratando de ver más adentro del departamento de Sasuke. Pero este se lo impedía, más al notar las maletas que Naruto tenía en el pasillo.

-¿Dónde demonios crees entrar?-Le acuso con causa. No tenía derecho de invadir su morada, no sin su permiso.

-Oh vamos Sasuke. Viene a visitarte- replicaba Naruto empezando a empujarlo, pues pese a ganar a un el moreno se paraba frente a él como un muro y Sasuke lo imitaba para no dejarle entrar avanzar más- No hay otro lugar en el que pueda quedarme, no a estas horas- se excusó, pues pasaban de las once de la noche.

-Existen hoteles. ¡Ve a uno!

-No quiero son muy caros. Además…- tomo a Sasuke de las mejillas y lo miro fijamente antes de besar su nariz- quiero estar contigo.

Sasuke miro el suelo al mismo tiempo que limpiaba su nariz. Mientras Naruto irrumpía en su morada y dejaba sus maletas sobre su sala.

-¿Cuándo te iras?-Pregunto Sasuke de mala gana y a la vez esperanzado de que Naruto se retractara de sus tontas ambiciones. Esas maletas parecían pesadas y eran muy grandes.

-Apenas llego y ya me botas. Típico de ti- recrimino Naruto.

-Dijiste que partirías con médicos sin fronteras. ¿Qué haces aquí?-Interrogo cerrando la puerta de su departamento.

Naruto empezó rápidamente a buscar en sus bolsillos la razón por la cual se animó a venir a irrumpir a Sasuke.

Sasuke le vio acercarse a él y sonreírle avergonzado. Incluso tenía la cara roja por la pena. Tomo sus manos y las acerco a su boca, beso antes de comenzar a hablar.

-Sasuke Uchiha…-Dijo tímidamente, mientras Sasuke dudaba de las acciones del rubio. ¿Qué diantres le pasaba ahora?- acepta casarse con Naruto Uzumaki para amarlo, cuidarlo en la salud y la enfermedad. En la riqueza o la pobreza. En la lejanía o cercanía hasta que la muerte los separe- repuso soltándole una mano para mostrarle un anillo de oro que compro antes de llegar esa ciudad.

Sasuke arqueo las cejas. Esto era ridículo. Inesperadamente ridículo.

-¡No!-Respondió sin dudarlo. No era un chico que se dejara guiar por las cursilerías del rubio

-¡Sasuke!-Regaño Naruto. Sasuke se sintió algo culpable al ver la expresión de dolor  molestia en el rubio. Esa mirada acusadora era una reprimenda fuerte para el Uchiha que pese a su aparente frialdad era sensible.

-Prometo amarte… solo en la riqueza y la cercanía. Si no puedes con eso mejor no me des ese anillo- concluyo Sasuke riéndose por lo ridículo de esta ingeniosidad. ¿Cómo se le podía ocurrir a Naruto aparecerse en su departamento y de la nada fingir una tonta ceremonia de bodas?. De la nada toda la rabia y el desazón de saberse dejado a un lado por una beca se esfumaba, pero sería temporal, dos años eran dos años.

-Oye. Es hasta que la muerte nos separe- Reprendió Naruto y Sasuke negó con la cabeza

-La muerte, Médicos sin fronteras, tu estúpida beca, la pobreza y tus tontos viajes- regaño Sasuke- yo no me pienso mover de Japón, ni de este departamento

-Oye. Yo te espere mientras estuviste en la universidad, perdone tus aventuras…

-nadie te lo pidió- remato Sasuke menospreciando el dolor por el que paso Naruto cuando Sasuke se fue. Y la rabia de saberlo de otros antes que suyo aunque… recordó las palabras de su madre “Solo se metió contigo”

-Ahora yo debo ir y superarme para poder estar a tu lado- dijo Naruto tomando la mano derecha de Sasuke con fuerza, pues este comenzaba a jalarla para liberarse.

-¡Suelta! ¡Suelta!-Regañaba Sasuke tratando de verse libre del agarre de Naruto, pues este trataba de ponerle el anillo.

-Por el poder que me confiere el amor que poseo por ti…- decía Naruto tratando de abrir el puño de Sasuke que seguía empeñado en liberarse y mantener su mano cerrada para que no le pusiera el anillo. Pero no pudo lograrlo. Pues Naruto lo comenzaba a arrastrarlo a la cama para poder arrojarlo en ella y así doblegarlo sin miedo de hacerle caer al suelo.

-Oí. No seas un abusivo- recriminaba Sasuke aferrándose con la mano libre al marco de su la puerta de su habitación para oponer mayor resistencia- ¡yo no me quiero casarme contigo!- renegaba. Es que pese a ser de mentiras ante la ley, para ojo de ambos era muy serio. Era dar la palabra de esperarse y si alguno fallaba seria doloroso para el tonto que siguió el juego.

-¡Sasuke!- Exclamo Naruto serio acorralando Sasuke contra la pared- seamos serios en esto: ¿Me amas?

-Quizás- dijo Sasuke mirándolo detenidamente. Naruto estaba muy extraño. Lo que empezaba como una tonta imitación de matrimonio y un jaloneo, por la expresión del rubio se tronaba en algo más serio. Más peligroso. Más comprometido.

-Estoy hablando en serio. ¡No es un tonto juego!- remarco Naruto golpeando la pared con uno de sus puños- Quiero algo serio contigo. La seguridad que me esperaras cuando regrese. Ser capaz de llegar aquí y quedarme contigo… de hacerte mío- susurro acercando su cara a la cara de Sasuke.

-Quizás…-Volvió provocarlo. Pero era sincero. Es decir quien les aseguraba que no se enamorarían de otras personas. La distancia mata pasiones.

-Ja. ¿Estás jugando cruelmente conmigo Sasuke?- reclamo- creo que no comprendes tu posición. Beso su cuello dándole una leve mordida.

-Mi posición la comprendo perfectamente Naruto- reclamo Sasuke reprimiendo un gemido- te iras y esperas que vista santos. No soy ese tipo de chico sabes.

-Mi madre dijo que si lo eras. Por lo menos eso dijiste o ¿acaso le mentías a tu padre?

Sasuke se sonrojo recordando el tonto interrogatorio y miro el techo

-si- dijo sin verlo a los ojos. Jamás debió ir a su pueblo. Pero supuso que ya era tarde para lamentos.

Se miró así mismo. Naruto lo tenía contra la pared. De verdad desde cuando se volvió tan atrevido. Su mano seguía empuñada mientras Naruto parecía esperar paciente a que se rindiera y poder ponerle ese anillo. Como si eso fuera posible.

-Esto se pone aburrido- reclamo Sasuke. Mientras Naruto arqueaba las cejas. Y así lo sentía Sasuke, los dos parados Naruto acorralándolo contra la pared, mirándose esperando a que uno cediera.

Sasuke suspiraba. De verdad deseaba decirle que sí, pero las cosas cambiaban y siempre seria así. El futuro seria incierto para ambos desde ahora desde siempre.

Flash back

Sasuke miro la cara de pocos amigos del señor Hyuga. Supuso que era inevitable, hasta el mismo se despediría por tantos permisos y faltas.

Suspiro.

-Uchiha-Comenzó el hombre – espero que tenga algo del orgullo de su padre y sepa que hacer- concluyo, pues sabía que su hija era una eterna defensora del Uchiha. Como padre valoro la ayuda que ese joven brindo a su hija durante la universidad, pero esto era el trabajo y en el trabajo debía ser neutral y justo con todos y el Uchiha había sobrepasado los límites.

Primero pidió permiso para su boda, después para ver a sus padres, después se enfermó y no tuvo la decencia de pedir baja por enfermedad. En fin. Fue imprudente.

-si señor- fueron sus palabras. Que más podía decir. Alegar inocencia era cinismo.

Las cosas simplemente comenzaron a cambiar y cambiarían para peor. De la nada parecía que sus años de experiencia nos servían de nada. Nadie parecía quererlo en su empresa. Ya pasaban el mese y el dinero se le acababa.

Sasuke casi se da un tiro en la cabeza cuando vio a su padre parado frente de su departamento.

-Pa… Papá-Dijo dudoso con los hombros caídos pues aun seguía con sueño eran las cinco de la madrugada cuando su padre llamo a su puerta.

-Póngase recto, quien demonios te enseño a poner joroba- renegaba Fugaku entrando sin permiso al departamento de Sasuke para inspeccionarlo con la mirada- al menos esta ordenado. Pequeño, vacío… pero ordenado- juzgaba con severidad.

-Papá ¿se puede saber qué demonios haces aquí?- repuso viendo como su padre se acercaba a su lado y le daba un golpe en la espalda

-No me conteste con ese descaro, de verdad te has vuelto más insolente de lo que recuerdo- Sasuke se encogía nuevamente pues le dolió- enderécese. No camine jorobado.

-Lo siento- se disculpó de mala gana Sasuke. Había una razón fuera de su desviación sexual y Naruto para largarse de casa: sus padres y su sobre protección. Pues después del primer ataque de asma estos no lo dejaban de acosar de todo y de nada. A los ojos de sus progenitores era como un animalito lacerado que jamás sobreviviría solo en la naturaleza asfáltica que eran las grandes metrópolis Japonesas, siempre sobre él, vigilando su comportamiento y sus acciones. Quizás por eso era un diablillo, siempre buscaba romper las reglas para hacerles renegar. A su vez sus padres lo trataban con severidad y ridiculez. Como si deseasen encontrar hasta el mínimo detalle de errores en su vida para darle a entender que no era capaz de ser independiente.

Después de unos años finalmente Fugaku mostro aceptación y comprendió que su hijo podía vivir solo, pero desde que salió del closet… digamos que todo empezaba desde cero y ahora lo comprobaba.

-Papá…-Llamo con miedo- ¿Qué haces aquí?- Fugaku miro a Sasuke fijamente y con supremacía.

-Supe que te despidieron por irresponsable- dijo con cierta satisfacción. Incluso no pudo evitar que se formara esa sonrisa maléfica. Ya pillaba a su hijo con la guardia baja, indefenso. Fugaku estaba listo para lanzar la red y mantenerlo encerrado en su acuario. No lo dejaría salirse con la suya menos si era para ponerse de noviecito con el hijo de esa escandalosa mujer.

Fue un golpe de suerte saber que el rubio se iría por dos años al extranjero por que había perdido la beca y para nuevamente postular a ella entraría a Médicos sin Fronteras. No le sorprendió, siempre supo que ese chico era un bueno para nada y lo que más lo molesto era que comenzaba a contagiar a su hijo. Pues antes de andar con Naruto, Sasuke jamás fue despedido o recibió llamada de atención de los Hyuga y ahora fue despedido. Antes de andar con Naruto no se había enfermado, parecía que estaba curado por completo y de la nada se enfermaba.

Si. Podía ser que Fugaku le soltó la rienda hacia mucho, pero eso no significaba que no lo vigilara mediante Suigetsu e Itachi. Pero al ver que pasaban cosas que le eran escondidas como el incidente de Orochimaru, la relación de Sasuke con Naruto. Que su hijo era gay. Reacciono como  todo padre sobre protector. Simplemente hizo lo que creyó correcto: Meterse en la vida de su hijo para jorobarle la existencia, hasta que este decidiera aceptar que era incapaz de vivir por su cuenta.

Fugaku empaco todas sus pertenencias y con Mikoto se marchó a la ciudad dejando esa casa en la que planificaron morir vacía. Fugaku que creyó no regresaría a la empresa Uchiha como presidente y dueño. De la nada nuevamente tomaba el control y con el control a los contactos necesarios para sabotear los intentos de Sasuke de entrar a trabajar a alguna empresa.

Cual depredador calculo el momento exacto para presentarse frente de Sasuke. Supuso que sus ahorros comenzaban a menguar, que el pobre se hallaría al borde de la desesperación por la falta de empleo y los gastos mensuales.

-Si.-dijo serio- pero planeaba empezar a buscar un trabajo el mes que vienen. Por ahora debo ocuparme de otras cosas…- Sasuke disimulaba su situación

-Sé que no te aceptaron en otras empresas- acuso Fugaku dando a entender que lo sabía todo.

-Solo algunas. No he probado aun en las otras. Sé que tres años de experiencia no son muchos, pero… estoy seguro que me aceptaran, soy joven, soy inteligente, se trabajar. Obtendré trabajo no me cabe duda- se defendió Sasuke.

-Deja de soltar estupideces- Dijo Fugaku severo como siempre- trabajaras en las empresas Uchiha- Sasuke arqueo las cejas. Eso no estaba en sus planes hasta que tuviera unos 45 años.

-No lo creo. No sería prudente que usara…

-Piénsalo. Tus abuelos y yo trabajamos duro por crear esa empresa para que ustedes la manejaran. Que tiene de malo que trabajen en su propio patrimonio. ¿Por qué pagar a otro por el trabajo que tú puedes realizar? –remato Fugaku mirando a su hijo y luego a un extraño mosquito que volaba y se atrevía a posarse en su cara. No dudo en matarlo de un solo golpe.

Sasuke miro a su padre con  algo de pena y asco. El mosquito fue asesinado sin compasión y por segundos se imaginó ser él el mosquito.

Lo que su padre decía Tenía lógica. Que mejor que trabajar en su propio patrimonio, pero aun así… era incómodo. Pero al menos no estaría bajo las órdenes de su padre pues él no era el presidente, solo el dueño.

-Quizás…-dijo dudoso. Debía ser sincero consigo mismo, el dinero se le acababa y no le alcanzaría para cubrir la renta del mes. Maldijo haber comprado ese juego de comedor y romper el televisor nuevo, sin mencionar irse de viaje… es decir aún era un simple asalariado que pagaba renta mensual, no tenía los grandes ahorros que todos llegarían a pensar-… puedo mandar mi currículo y ver si me aceptan. Después de todo tú no eres el presiente y sería bueno presentarme de forma ajena a tus influencias.

-Si. Ese es el camino correcto. No creas que por ser mi hijo entraras fácilmente a las empresas Uchiha. Además empezaras desde cero. Y déjame decirte que daré instrucciones al actual presidente de ser estricto contigo. Eres un Uchiha debes de dar el ejemplo en puntualidad, rectitud y esfuerzo.

Sasuke miro a su padre, parecía algo justo. Tendría trabajo y no sería tratado de forma especial, de hecho su padre mandaría al actual presidente a ser más estricto con él.

-Déjame pensarlo- dijo aun dudoso. Ser ayudado por su padre no era algo que su orgullo desease aceptar, pero supuso que no era momento de ponerse sus moños.

-Como quieras- dijo Fugaku dando media vuelta y saliendo por esa puerta dejando a  su hijo solo. Afuera una limosina esperaba por él y dentro Mikoto mirándolo angustiada

-Y ¿Qué dijo?-Pregunto

-Lo pensara. Pero obviamente tomara el trajo. Las otras empresas no son tontas y saben que perderían mucho si lo contratan. Un empleado de planta de poca experiencia no iguala a posibles contratos millonarios con los Uchiha.

-Ya veo…-dijo sonriéndole dulcemente- y… ¿Cuándo regresaremos a casa?

Fugaku miro a su esposa y negó con la cabeza. Se sentía triste, pero no regresarían nunca más a ese lugar.

- Te lo dije. Por ahora no regresaremos. Debo ponerme al día con la empresa y vigilarlo

-Cuando Sasuke se entere que eres nuevamente presidente se enfadara mucho- repuso Mikoto

-cuando eso pase ya habrá firmado el contrato de trabajo y poco importara que se enfade o no.

-Supongo que si-dijo Mikoto acercándose más a Fugaku- No creo que Naruto sea tan mal novio para Sasuke

-Mikoto Uchiha que te quede claro que no dejare a mi hijo a manos de ese crio atolondrado. No es bueno para Sasuke. Si acepto que sea gay no significa que acepte a Naruto y su loca familia. Quiero lo mejor para mi hijo- concluyo. Quizás por ensañarse con el rubio. O solo por instinto paterno, pero las señales eran claras para Fugaku: cada que su hijo estaba con Naruto algo malo pasaba, sentía que si los dejaba juntos podría perder a Sasuke para siempre. Capaz que ese muchacho terminara matándolo o llevándoselo a quien sabe que parte del mundo donde no pudieran volverlo a ver.

Sasuke miro el cielo llenarse de luz. Amanecía. Nuevamente intentaría conseguir trabajo. Solo le faltaban 15 empresas en las que probar suerte. Supuso que serían dos semanas de espera para tener respuesta de estas. Después, sin no lograba entrar en alguna trabajaría para la empresa de su padre. 

Miro su celular al sentir que vibraba.

“Te extraño ♥”

Leyó el mensaje que Naruto le mandaba. Trago saliva aun desde la distancia el rubio se empeñaba en mover su mundo. Definitivamente cambiaria de celular pero… Parte de él no deseaba hacerlo.

Nuevamente escucho los zumbidos de más mosquitos. De verdad por más que limpiaba su departamento estos seguían presentes.

-Así que ese viejo gruñón de verdad se mudó- renegó Kushina

-Si. Esta vez si cumplió su promesa de largarse lejos de nosotros. Es una lástima- lamento Minato- Esta vez sí seriamos familia- concluyo recordando que sus hijos estaban enamorados. Entonces lo comprendió todo.  Fugaku estaba rompiendo vínculos. Se preocuparía si Sasuke aun fuera un niño, pero ya era un adulto independiente. Que se fueran a otro lugar no afectaría la relación de sus hijos supuso. Pero su cara se mostró preocupada cuando vio el tractor y la demoledora tumbando la casa de ensueños de Mikoto. De verdad Fugaku llevaba las cosas al extremo. Se aseguraba que no existiera un lugar para que Sasuke regresara a ese pueblo.

-Mejor- dijo Kushina- se quedara en nuestra casa- dio la solución.

Fin del flash back

-Y ¿qué gano yo si me caso contigo?-Contra ataco Sasuke. Algo debía ganar.

-A mí- repuso Naruto orgulloso, mientras Sasuke se comenzaba a matar de risa.

-oí, no me desanimes- Se burló Sasuke

-No te burles tú de mí. Sabes lo vergonzoso que es hacer esto y tú todavía te burlas y te niegas-rengaba Naruto aun sujetándolo contra la pared. Ambos mirándose. Sasuke aun con el puño cerrado y Naruto con el anillo en mano. –No te soltare hasta que aceptes

-eso es chantaje

-No me importa

-¿Dónde te destinaron?

-Un pueblito en la ciudad de Somalia… África-Susurro en su oído

-Valla que estarás lejos…-Rio perverso- quizás encuentres a un hombre negro de treinta centímetros…- rio pues se sobreentendía su chiste de mal gusto según Naruto.

-Te estás pasando- amenazo el rubio azotándolo sutilmente contra la pared. De verdad Sasuke no abriría ese puño ¿nunca? dudo. Comenzaba a cansarse de esta situación.

-Ok…-Repuso Sasuke mirándolo fijamente, para después deshacer el puño de su mano derecha. Mirando como Naruto la tomaba y trataba de ponerle ese aniño. Pero se adelantó y se lo quito. Él se lo pondría y pondría también las condiciones de ese matrimonio.

Ambos guardaron silencio mirándose mutuamente, pero el silencio fue cortado por un zumbido que Sasuke reconoció de inmediato, pero decidió ignorar aunque ya sentía su piel irritada por el maldito insecto.

-En la salud, la enfermedad o… - miro al mosquito pararse sobre la frente de Naruto y no dudo en aplastarlo dándole  a Naruto un buen palmazo- hasta que me arte de los mosquitos.

Naruto lo miro asustado, no solo por el palmazo recibido sino por verlo feliz de asesinar a ese mosquito. Su pobre anillo vilmente aplanado.

-¡Sasuke!-le llamo molesto. El moreno giro a verlo y pudo comprobar que Naruto también solía molestarse de verdad.

-¿Dime cariño?-Repuso con esa sonrisa malosa y esa actitud frívola que hacía mucho no veía. Mientras se ponía el susodicho anillo en el dedo anular. Cosa que calmo y calentó a Naruto, pues según su punto de vista ahora eran esposos.

-¿Empezamos la luna de miel?-Pregunto en tono erótico. Mientras Sasuke corría a buscar su juego de ajedrez.

-¿Blancas o negras?

-Tú de verdad me quieres matar ¿cierto?-Reprocho Naruto al ver las intenciones de Sasuke al mantener el jueguito pero que más daba. Er divertido de cierta forma.

Naruto miraba el inmenso cielo azul parecía no tener fin y el sol con su abrazante calor tampoco. Sudaba peor que cerdo pero aun así debían seguir atendiendo a los pobladores de esa tribu. Controlar la mal nutrición de los niños, darles sobres hidratantes con agua potable. Controlar el estado de las mujeres en estado y medicar a los que sufrían de cólera. Las filas eran largas. No todos pertenecían a la tribu, otros venían de algunas aldeas cercanas a la tribu. Habían caminado por horas solo para obtener algo de medicamentos y agua.

Naruto suspiro. Que diferente era ese lugar de Japón, de todos los sitios que conocía. Los niños negritos, con brazos y piernas esqueléticas pero estómagos abultados por las lombrices y otros patógenos. Sus ojos grandes y oscuros parecían ver a través de su alma y reclamarle el por qué ellos debían sufrir y ser diferentes a ellos. Por qué  no podían contar con las mismas oportunidades y facilidades.

Naruto dio gracias a no conocer el idioma y no poder responder las preguntas que imagino que harían esos niños que de la anda sonreían de oreja a oreja al recibir el kid de medicamentos, las sales rehidratantes. Algunas raciones secas y botellones de agua. Des pues de recibir una que otra vacuna. Ser revisados y curar algunas heridas.

-Creen que son dioses- dijo uno de los traductores y Naruto negó con la cabeza. No eran dioses. Estaban lejos de ser dioses. Solo que el mundo era si de extraño y daba a unos y castigaba a otros. Solo que los humanos estábamos torcidos y todo lo hacíamos mal.

-Sería bueno que alguno de ustedes se quedara de forma permanente aquí- dijo nuevamente el traductor- la mayoría retorna a su país después de unos años y nuevamente quedamos en nada. La gente no confía con facilidad ciertas cosas a los extraños, no les dejan que hablen de sexualidad a las mujeres y niños. No los admiten dentro de los colegios para dar charlas… Ellos necesitan capacitación y concientización sobre muchos temas.

-Y no soy profesor- dijo Naruto al intérprete

-No es necesario que lo sea. Basta con que sepa contar y leer más de 10

Naruto trago saliva.

-si solo fuera yo lo haría. Pero tengo pareja y está esperando por mí

-Puede traer a su esposa. Podríamos cubrir su estadía y darles vivienda. Claro que no será una de grandes lujos. Peor sería aceptable. Contaría con energía eléctrica por cuatro horas y agua potable en las mañanas.

Naruto sabía que reírse era un insulto. Pero no pudo evitar hacerlo al imaginarse pidiéndole a Sasuke que se viniera a vivir con a Somalia. Imaginaba a Sasuke buscando en el ordenador el país africano y al descubrirlo y ver las imágenes del lugar, lo mandaría a la mierda.

-Dudo que mi pareja acepte. Es algo diferente a mí. El estudio para ser ejecutivo, no es de campo, es de ciudad y de lujos.

-comprendo-dijo el traductor algo entristecido. Se veía que Naruto era una buena persona. Quizás si se juntaba con alguna aldeana o naciera en él el deseo de ayudarlos se quedaría, pero su corazón pese a ser solidario estaba atado a las comodidades de la ciudad por culpa de su pareja. ¿Qué persona abandonaría las comodidades de la ciudad si deseaba formar una familia?

Acabado el descanso simplemente retornaron a atender a los que hacían fila por atención médica.

Sasuke miro su correo y entristecido leyó las cartas de rechazo. Ninguna empresa necesitaba sus servicios. Ninguna la creía capaz. Esto fue un golpe duro a su orgullo pues parecía que si obtuvo trabajo la primera vez era por ser amigo de Hinata. Por si solo no obtenía nada.

-Uchiha Corp…-dijo de mala gana. No quería entrar a la empresa familiar, pero no le quedaba más. Las empresas pequeñas no pagaban lo que necesitaba para cubrir los gastos de su nivel de vida y ahorrar  para hacerse de cosas.

Leyó el contrato de trabajo que le alcanzo el administrador de turno de recepción.

Estaba sujeto a predisponer su tiempo para cualquier tipo de viaje de negocio en cualquiera de sus sucursales en las diferentes ciudades de Japón, china e incluso en la de estados unidos y Europa. Eso significaba que lo podían trasladar como lo hicieron los Hyuga con Suigetsu cuando ellos lo vieran necesario. Dado esta cláusula ellos le darían vivienda.

Estaba obligado a aprender chino mandarino. También español y francés.

Sasuke seguía leyendo. Esto lentamente le parecía malo. ¿Dónde quedaba su vida rutinaria?

“No te la pondré fácil. Deberás empezar desde cero.” Dijo su padre. Supuso que esa era su forma de ponerlo desde cero. Debía empezar como simple empleado esclavizado para facilitar las negociaciones de un país a otro.

-Supongo que solo será por un tiempo hasta que me asciendan a un puesto fijo- repuso leyendo que el contrato de trabajo era de cinco años. Analizo que no vería a Naruto por dos años, y luego su beca lo alejaría por otros dos. No tenía nada que perder y firmo el contrato. Empezaría desde el día lunes.  

 

Notas finales:

Próximos capítulos:

Pesca - pesca

Motín

Juntos en París

Jueves (Fin)


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