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MALOS ENTENDIDOS por reydelosPK2

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Juntos en Paris.


Sasuke no se exalto mucho cuando recupero la conciencia por completo. Entre sueños vio a Naruto y supuso que el rubio estaba detrás de todo esto.


Se levantó de esa suave cama y sus ojos revisaron cada rincón de ese departamento. Era pequeño, apenas si tenía dos cuartos, uno era el dormitorio y el otro la sala que poseía una cocineta y un baño con una regadera.


Camino algo mareado, se cuestionó cuanto tiempo estuvo inconsciente, supuso que mucho… Realmente estaba hambriento.


Camino hasta la cocineta y miro en el mini refrigerador si había algo para prepararse. Grande fue su sorpresa al verlo lleno de verduras, frutas y carne. Se rasco la cabeza, sabía cocinar también para Naruto. Negó de inmediato, el estúpido lo secuestro… claro que no merecía que le cocinara nada. Aunque… Sasuke también el dio motivos para que actuara de esa forma… aunque el esperaba reclamos, gritos… en fin un berrinche, pero un secuestro… Eso estaba fuera de su imaginación.


Comenzó a cortar las verduras y poner a hervir el agua. Prepararía pescado con verduras hervidas y un poco de arroz blanco.


Prepararse la comida no el demoró mucho, era un plato sencillo. Al concluir lavo los servicios y volvió a sentarse sobre la silla mirando la sala. No había televisión, de seguro Naruto recién comenzaba a experimentar las dificultades de ser independiente y lidiar con sus gastos.


Sasuke recordó con nostalgia esas épocas… recordó que por el segundo año de su completa independencia comenzó a salir con Naruto… giro nuevamente su cabeza y miro todo el lugar, al parecer a Naruto se le hizo sencillo conseguir un trabajo bien remunerado y amoblarlo o quizás consiguió un departamento amoblado. Analizaba.


Después de revivir sus recuerdos pasados de hombre independiente, y rememorar cada momento de su relación con Naruto finalmente se aburrió del silencio y le entro curiosidad de saber qué hora era.


Camino a al recamara y busco donde demonios Naruto puso su ropa, pues al fin cabía en cuenta que vestía pijama.


-Baka…-Repuso con molestia al no encontrar ni su ropa, ni su celular, ni su reloj… nada. Suspiro al sentir que la tos se manifestaba, esto de ser enfermo daba asco, de todo y de nada tosía, se sentía débil y le dolía la cabeza.


Camino en dirección de la puerta para salir de ese lugar y llamar a su casa para que vinieran a  recogerlo pero la puerta estaba cerrada con llave.


Una gotita de agua se dibujó en su frente. Esto… esto era un secuestro, un verídico secuestro… no solo un rapto momentáneo. 


-NARUTO!!- grito golpeando al puerta esperanzado de que el rubio estuviera cerca, pero no fue así- Auxilio!!!-Grito después, pero nadie le respondía nada. Furioso se dirigió a la ventana para saber dónde demonios estaba e idear un plan para salir. Sorpresa… Eso no era Japón. Por lo menos no Tokio, no las ciudades ni el pueblo que conocía de Japón y esas personas de piel clara y rojiza por culpa del sol, cabellos dorados o castaños… no se asemejaban a los japoneses que estaba acostumbrado ver. 


Solo guardo silencio y se sentó a esperar a que Naruto apareciera. Tarde o temprano el rubio debía volver a ese departamento. Sentado sobre la cama miro la cómoda y abrió los cajones sospechando algo: si, dentro de los cajones estaban medicamentos y una receta hecha por Naruto sobre la dosificación y un estúpido corazón al final de la nota.


Sasuke apretó la receta y volvió  sentarse en cama con el inhalador en mano, comenzaba a sentir la falta de aire. Suspiro, como alguien podía desear pasar su vida al lado de un desahuciado.


Después de cinco horas finalmente se oía como alguien abría la cerradura de la puerta.


No fue de sorpresa para ambos descubrirse y verse fijamente con expresión seria. 


-Me secuestraste…- Dijo Sasuke aun sin comprenderlo- ¿Qué demonios tienes en la cabeza? ¡Me secuestraste!- volvió a reclamar casi a gritos


-¡Te casaste! ¡Eres padre!…  ¿En qué demonios estabas pensando?.... ¡Si quiera pensaste en mí cuando hiciste todas esas tonterías! Por un momento no pensaste: ¡Estoy traicionando a mi pareja! ¡Por lo menos pensaste en terminar nuestra relación en vez de engañarme de esa forma frívola!


-Lo…


-¡Ni se te ocurra decir: Lo hice por tu bien!- hizo una pausa al ver la mirada seria de Sasuke sobre su persona y en ella la decisión de abandonarlo- ¡Te juro que no respondo!- concluyo cerrando la puerta de un solo golpe para luego respirar y asegurar la puerta. Como si nada camino en dirección del baño, quería un ducha ese día tuvo dos cirugías. La primera a las cuatro de la madrugada, una urgencia cardiaca. La segunda operación era una extracción de apéndice. Sin mencionar que reviso a algunos pacientes, en fin estaba cansado y deseaba una ducha en vez de ponerse a escuchar las quejas de Sasuke y mirarlo entrar en algún ataque.


-Entonces que planeas…- Dijo Sasuke comprendiendo que justificarse no serviría, lo mejor era llegar a un acuerdo para salir, es decir: Naruto no podía tenerlo encerrado hasta su muerte. Eso no era legal- ¡¿Encerrarme aquí hasta que me muera?!- Repuso seguro de que Naruto no haría algo tan absurdo.


-…-No hubo respuesta. Sasuke arqueo las cejas y negó con la cabeza, de verdad planeaba hacer eso. Quizás solo estaba molesto y no razonaba bien, quizás debía darle tiempo y entraría en razón, mañana sería un nuevo día, pero ahora no solo era cosa de esperar las ganas de Naruto tenía alguien a quien deseaba ver.


-Quiero ver crecer a mi hija todo lo que pueda…- Dijo Sasuke y Naruto sintió una espada atravesando su pecho.


-Y a mí que me coma el boby…- Repuso dudoso finalmente existía alguien difícil de vencer, alguien a quien Sasuke amaba tanto o más que a él. Ya no era cosa del padre de Sasuke, de la familia de Sasuke, de los amigos de Sasuke, de la enfermedad de Sasuke… Ahora era la Hija de Sasuke, un ser que no pidió venir al mundo, pero al venir llego con el poder de exigirlo todo aun sin ser capaz de hablar, caminar.


Sus ojos solo podían mirar a Sasuke cargados de rabia y aun que deseaba no parecer molesto no podía evitarlo, es que no era justo, Sasuke lo traiciono de una forma cruel… Lo peor era que se escudaba en su enfermedad para llamar a sus fechorías: Buenas intenciones. Para ser perdonado y excusado.


Para Naruto solo eran una bomba de tiempo… Era de la nada algo que ya no deseaba ver, pero si no lo veía ahora mismo mañana no estaría allí y sabía que se sentiría fatal de no aprovechar esos momentos- Claro como soy tu familia, solo el idiota que manipulas… el bastardo que se enamoró  y puedes pisotear cuando quieras.


-No yo…


-¡Quieres callarte de una vez! Por primera vez en mi vida quiero romperte la cara, pero sé que no puedo… De verdad quiero matarte… -Se contuvo pero no puedo evitar golpear la pared. Nuevamente ambos se miraban en silencio.


Sasuke no dijo nada, solo bajaron las miradas. Y el silencio reino de forma aterradora en ese departamento.


La luz de luna brillo dentro de ese departamento y descubrió a ambos cuerpos dormidos en el suelo, el rubio apoyado sobre la puerta de salida y Sasuke a sobre la pared.


Cuando sintió que era momento de despertar abrió los ojos y sintió su cuello adormecido al igual que brazo, de verdad dormir sentado no era lo suyo. Planeaba quejarse de su situación a su carcelero, pero al buscarlo este no estaba en el departamento. Suspiro. Era obvio que se marchó y le dejo encerrado nuevamente.


¿Cuánto soportarían esta situación ambos?


No dudo que para Naruto esto era cansado, para Sasuke también, pero el azabache no tenía que trabajar, solo lidiar con su enfermedad.  


Camino en dirección del cuarto y se lanzó sobre la cama para volver a dormir. Hambre no tenía y no tenía nada más que hacer.


….


Por primera vez en su vida Naruto se animaba a entrar a la capilla del hospital.


Esta no era la gran cosa, era una simple habitación amplia de cuatro esquinas cargadas de decoraciones sobrecargadas de una religión. Supuso que era extraño pues el hospital era francés y en Francia predominaba el cristianismo, supuso que solo vería estatuillas, cuadros y velas referentes a la religión católica, pero no.


La primera esquina estaba dedicada a los católicos y tenía incluso un confesionario. La segunda esquina era dedicada a los budistas, la imagen de buda era el único adorno de esa esquina, lo extraño de ese lugar era que pese a la diferencia de creencias y sus doctrinas nadie se animaba a pelear por religión, quizás porque se hallaban hundidos en sus dolencias y buscaban en ese lugar hallar la fuerza para continuar. La tercera esquina  una imagen e Ala y en el suelo algunos cojines y en uno central un Corán. La cuarta esquina era la los Hindús con la imagen de Brahma y sobre el suelo igual que los musulmanes, se hallaban cojines pero de menor tamaño.


Después de analizarlo un poco, no le pareció extraño, era Francia en ese país habitaban tanto musulmanes, como indus, como católicos y Budistas. Lo que le pareció extraño era no saber a qué esquina ir y tratar de hallar fortaleza, respuestas y consuelo a su situación.  


¿En que creía Naruto?


Se cuestionó llamándose a sí mismo como si fuera otra persona. No supo que responder, en toda su vida jamás se puso a pensar en las religiones. Jamás necesito de alguna, solo necesitaba saber que estaba vivo y tenía el mundo a su alcance y lo conquistaría. Cuando supo sobre la enfermedad de Sasuke y renuncio a estar a su lado dos años solo se enfocó en sus estudios  para ser un médico cirujano… Si hablaban de religión y lo que uno podía pensar en los momentos de angustia… El amor era su religión y Sasuke era el ídolo que la representaba.


Pero a diferencia de las otras religiones una vez muriera Sasuke no quedaría nada… solo el vacío y la duda de saber si existe vida después de la muerte, si existe la reencarnación, si el cielo o el infierno son reales y en cual iría a parar Sasuke… debía rezarle después de muerto para que su alma alcanzara al paz. Y si podía reencarnar… ¿Acaso debía suicidarse para seguirlo y buscar alguna forma de reencarnar cerca suyo, en la misma especie?   


De la nada todo le parecía confuso y extraño. Era como jugar a de Tim Marín de dos pingue, Cucara macara títere fue. Para decidirse en que creer y poder ser nuevamente capaz encarar a Sasuke, perdonarlo y llegar a una especie de acuerdo. Demonios, era tan complicado… no era cosa de un lo siento, no era cosa de un perdón, era cosa de aceptación y Naruto aún no podía aceptar que Sasuke estaba muriendo, no podía. Lo sabía, lo comprendía pero no lo aceptaba, era como un tonto sueño donde todo pasaba, pero estaba seguro que al despertar regresarían a esos días de paz y felicidad donde solo existían ellos dos.


Sin embargo parecían incapaces de despertar. De la nada ese sueño se convertía en una pesadilla que estaba decidida a acabar con sus deseos de vivir.



La puerta nuevamente se abrió y Naruto pillo a Sasuke con el sartén en mano, estaba cocinando unos huevos revueltos.


-Dame una razón para no lanzarte los huevos y escapar?-Pregunto Sasuke con clara molestia, era aburrido ser un prisionero y no tener nada más que hacer que mirar las sombras cambiar de lugar.


De la nada Naruto simplemente se abalanzo contra Sasuke y lo varazo fuerte contra su persona, con tal desespero que Sasuke sintió sus costillas crujir, pero no dijo nada al oír el sollozo del rubio. Solo descanso su cabeza sobre su hombro y lo imito. Si era difícil para un ser querido aceptar una enfermedad terminal, también lo era para el enfermo que paralelamente a estar enfermo y lidiar con una muerte agonizante y limitante, también debía lidiar con la culpa por el dolor que causaba a las personas que lo rodeaban y querían. Inútiles. Así se sentían ambos ante la realidad que superaba su comprensión y sus capacidades. Jugando a dar lo mejor de uno mismo y cometiendo errores, jugando a ser dioses y darse cuenta que la ciencia es limitada contra la naturaleza.


-Sa… Sasuke- fue lo único que dijo Naruto y basto para que Sasuke soltara ese tonto perol y lo abrazara con fuerza y finalmente llorara como hacía tiempo no lo hacía- No te mueras…- susurro como si esa fuera decisión del moreno.


-No lo hare- susurro Sasuke sabiendo lo ridícula de su respuesta. Pero eso basto para que Naruto riera y Sasuke también… ambos sabían que hablaban estupideces y aun así sonaban tan sinceros y verídicos en cada palabra que quisieron creerlas.


La luna nuevamente los descubría a ambos echados sobre la cama abrazados. Naruto no dejo de llamarlo por su nombre cada cierto tiempo interrumpiendo sus sueños. Era ridículo pero temía que si lo dejaba dormir nuevamente Sasuke despertaría y se quedaría solo en esa pesadilla. O quizás Sasuke moriría y se quedaría solo… Era lo mismo.


Cerca del alba y algo cansado de oír su nombre. Sasuke solo giro y se miraron las caras con ayuda de la luz del alba.


-Baka…-Le susurro al descubrir las ojeras de Naruto y ver que eran gruesas y las órbitas oculares estaban rojas.


-Teme…-Repuso el rubio besando su frente. Estaba molesto con Sasuke por sus locuras, pero más que molesto estaba asustado de ya no volverlo a ver. ¿Quién lo enloquecería hasta el grado de cometer locuras?


Por el universo… Naruto no recordaba nada de su vida antes de Sasuke… desde que eran niños siempre estuvo presente en cada paso, cada decisión… presente o ausente, Sasuke era quien dirigía su camino. ¿Qué sería de su vida sin él?


Le vio marcharse y cerrar esa puerta. A diferencia de los otros días no se puso de mal humor. Solo miro la ventana y contemplo a la gente caminar por esas calles. Francia era un hermoso lugar, pero no superaba la falsa fantasía que vendían las industrias turísticas.


Sasuke recordó que sufrió de depresión del viajero. Un raro ataque de depresión que les da a ciertas personas que descubren que las cosas no siempre es lo que te anuncian. La ciudad del amor no era un área tranquila en la cual uno pudiera caminar, estaba llena de turistas y existían tantas restricciones que te arruinaban el espíritu. Igualmente china y su muro… en las fotos solo se ve el muro no el cumulo de personas que parecen sardinas atrapadas tratando de tomarse fotos.


Pero lejos de las zonas turísticas, en medio de sus calles semi céntricas, donde se daba una extraña combinación entre ciudad y campo. Podía ver el ajetreo de las personas y a su vez el paisaje verdes que les suplicaba paciencia.


Sasuke solos los miraba y en ellos se recordaba  a si mismo antes de saber su realidad. Siempre inmerso en su trabajo, casi nunca miraba la belleza de su entorno. Se ahogaba en un vaso con agua con su homosexualidad y ahora que llegaba a este punto… Nada le parecía tan malo, el estaría feliz de padecer de sida. Era casi lo mismo, pero el sida era algo más comprensible a su parecer y más tratable. Si tuviera sida sabría que fue por su culpa y aceptaría las consecuencias de su descuido. Pero estas enfermedades eran más extrañas. Eran los premios que asechaban a una de un millón. Era sacarse la lotería. Una extraña lotería que cambiaba a todas las personas a tu alrededor y las hacia comprender el valor del tiempo, la familia y tantas otras cosas más que uno parece ignorar. 


Sasuke los miro con más detenimiento creyendo que al verlos más detalladamente sería capaz de enterarse más sobre esas personas y comprender más sobre la vida. Vivir atreves de esas personas. Sin embargo nuevamente le recuerdo de su hija lo alcanzaba y la desesperación de no poderla ver lo afligía.


Esa niña era su legado. Su forma de demostrar al mundo que seguiría vivo después de la muerte y triunfaría donde había sido derrotado. Pero a su vez era su anhelo de valorar la vida que aún le quedaba.


Sadara, su hija. Su familia y Naruto eran cosas que no se comparaban ni igualaban en diferentes sintonías.


Se sentó sobre la cama con el inhalador en mano pues toser era algo casi tan común como respirar… o así comenzaba a sentirlo. El inhalador solo ayudaba a calmar su garganta y mantener la costumbre. La incomodidad de sentir el raspaje de la presión del aire, el dolor de sentir escogerse a sus pulmones y luego expandirse con dificultad… todo eso ya se volvía algo normal para Sasuke.


Al menos Naruto ya regresaba a ser quien siempre fue. Un hombre calmado y decidido. Alocado y detallista… Naruto, simplemente Naruto.  Esa noche hablarían y le haría entrar en razón. Debían regresar a Japón.



Abrió la puerta nuevamente en sus brazos tenía un montón de flores y Tomates. Sabía que esa era la fruta favorita de Sasuke. 


Naruto miro a Sasuke sentado alado de la ventana de la cocina.


Pese a su rostro demacrado por la enfermedad pese a sus labios resecos y su mirada fría y desolada. Para Naruto fue la imagen más bella que jamás hubiera visto. Incluso se igualaba a la de su primer recuerdo. Más cuando Sasuke le dedico una sutil sonrisa. 


-Baka…-Le regaño al verlo con semejantes cargas. ¿Quién demonios se comería tantas  docenas de tomates? ¿Dónde pondría esa montonera de rosas?


-¡¿Que?!-Se quejó Naruto como si no pasara nada. Cerro nuevamente la puerta dejo las cosas sobre al mesas sentándose al frente de Sasuke que seguía mirando la cantidad exagerada de tomates.


-Planeas intoxicarnos de tomates hasta la muerte?-Interrogo.


-Quizás…- dijo divertido sacando un tomate y dándole una buena mordida. El jugo resbalaba por sus labios y un hilo del líquido llegaba a resbalar por su mentón amenazando con caer y manchar su camisa blanca.


-Sabes… lo que más extrañare…-Dijo Sasuke y Naruto le miro atento. Si era un deseo que estuviera a su alcance lo haría realidad.


-es verte hacer estriptis- concluyo y Naruto se atraganto- fue divertido- comenzó a reír al ver como Naruto se ponía rojo de la vergüenza. Ese pasado de la nada parecía tan lejano, un recuerdo que acariciaba la época dorada de su relación, cuando aún se veían soñadores y con planes a largo plazo.  


-Si quieres puedo hacerlo…- dijo algo molesto al mismo tiempo que se limpiaba la boca y la camisa pues se había manchado con tomate.


-Tienes un juego de ajedrez?-Interrogo Sasuke con malicia y esa sonrisa que pensó no ser capaz de volver a mostrar.


- ¡iré a por él!- concluyo Naruto corriendo como loco. No dejaría pasar esta oportunidad, no por el sexo, sino porque había practicado ajedrez desde sus derrotas con Sasuke y ahora se creía capaz de hacerle frente y salirse con las suya.


Sasuke suspiro alzando un tomate para metérselo a la boca. Quizás esa sería su última noche de pasión antes de regresar a la problemática realidad. Ya le parecía algo extraño que su padre no llegara con sus guarda espaldas y lo sacaran de allí para llevarlo nuevamente a la residencia Uchiha, supuso que decidió darles su tiempo, pues tarde o temprano Naruto lo regresaría y se acoplaría al extraño convenio que se manejaba en la residencia Uchiha.


-Esta noche disfrutemos estar juntos en Paris…- Susurro mirando a la luna. Pues supuso que sería una noche de sexo. No del sexo alocado del pasado, pero si habría sexo… y en cierta forma también estaba necesitado de contacto físico. Después de todo el amor que sentían el uno por el otro no había cambiado. 


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