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MALOS ENTENDIDOS por reydelosPK2

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Malos entendidos 3

La boda

El pueblo donde ambos se criaron, apenas si tenía una población de 1000 personas. Era tan lejano y remoto que la empresa telefónica dominante creyó fracasar en la inversión de recursos para brindar los servicios de internet y telefonía celular. Pero bueno esa era la promesa de la empresa: Hasta en los lugares más lejanos, donde el costo de inversión no era cubierto por la demanda.

Las casas todo lo contrario a lo que uno esperaba encontrar en un sitio lejano, no eran precarias. Eran residencias elegantes. Allí solo habitaba la gente pudiente que cansada de la agitada rutina citadina escapaban a la tranquilidad de ese pueblo, donde sus hijos creían con mayor seguridad y libertades que en las metrópolis. O por lo menos los padres no debían preocuparse tanto por los peligros que aquejaban a las metrópolis. 

Mikoto miraba con detenimiento los adornos florales que ella misma se esforzó en componer, varios modelos para la boda de su hijo menor. A su lado Kushina le ayudaba. Ambas mujeres eran buenas amigas, casi hermanas, aunque debían admitir que la razón por la cual su amistad duro tanto era la paciencia de Mikoto. Kushina pese a ser una mujer alegre y energética, solía ser explosiva. Sin duda tuvo mucha suerte de encontrar a Minato, el hombre más tranquilo del mundo. Un hombre que comprendía y encajaba con el temperamento de su esposa. Ambos mantenían un equilibrio envidiable.

Mikoto miro la mesa continua allí Minato cortando algunos tallos y desojando algunas rosas. Miraba atento y con detalle que todo estuviera perfecto, no era que fuera cosa suya, pero era domingo de familia y lo único que quería era pasar el día con Kushina aunque esta se enfocara en sus charlas interminables con Mikoto sobre trivialidades. Mikoto a veces opina sin oír, mientras inspeccionaba su alrededor. Era una mujer calmada, muy obediente a su marido y sus tradiciones, pero a su vez tenia ojos de águila. Era capaz de percibir cosas que escapaban a la percepción de otros. Quizás por su carácter. Mientras Kushina… casi nunca permanecía callada, y se concentraba tanto en sus historias que se olvidaba de su entorno.

Mikoto volvió a mirar en todas las direcciones buscando a alguien en específico. Rio al verlo contemplar los arreglos florales concluidos. Fugaku, el hombre serio con cara de demonios. Supuso que si alguien lo veía ahora mismo pensaría que el pobre estaba furiosos por esa boda. Pero no, que se le iba a hacer si esa era la cara de su marido. Siempre serio, el señor ceño fruncido. 

Fugaku apenas noto la mirada de su esposa, abandono los arreglos florales y salió de la habitación como diciéndole: No me importa esta mierda.

Mikoto suspiro, pese a su orgullo Fugaku si estaba entusiasmado con la boda de su hijo menor. Pero no sabía cómo demostrarlo. Recordó lo orgullosos que estuvo cuando Itachi se casó. Lo entusiasta que estuvo con su primer nieto. Pero siquiera ¿alguien lo noto?. No. El pobre se mantuvo serio todo el tiempo. Apenas si abrazo a Itachi y le regalo una casa en el centro de la ciudad. Supuso que eso demostraba su regocijo por la felicidad de su hijo mayor.  

Mikoto acomodo un mechón de pelo que resbalo tapándole la cara y mostro una sutil sonrisa. Supuso que ella era la mujer adecuada para Fugaku. Una mujer que notaba esos pequeños detalles con los cuales comprobó que sí, su esposo si la amaba y era una persona amable y sensible. Muy en el fondo, lo era. Cuando acepto casarse con Fugaku, no lo hizo por su dinero, no lo hizo por la presión de sus padres. Lo hizo porque Fugaku le construyo una casa con sus propias manos. El hombre trabajo durante tres años para construirle esa casa. Renuncio a la vida citadina para darle la tranquilidad que Mikoto anhelaba. Esa casa no solo era un propiedad, era el símbolo del amor y la protección que Fugaku el prometía a cambio de que ella le aceptara como compañero de vida.

La seriedad de su esposo… supuso que la culpa la tenían los padres de Fugaku. Personas estrictas que siempre esperaron tanto de Fugaku y él solo deseaba complacer sus exigencias. Ya hora con sus hijos pese a no pedírselos verbalmente también esperaba que le respondieran adecuadamente. Que fueran hombres de bien que llevaran en alto el apellido Uchiha. 

Mikoto suspiro y se levantó. Debía ir a por su esposo, el pobre debía estar avergonzado. Unas palmaditas en la espalda nunca estaban de más. Un beso sutil en la mejilla era la única muestra de amor que podía mostrar en público a diferencia de Minato y Kushina que se comían a besos como si fueran dos quinceañeros enamorados. 

Fugaku siempre criticaba a Kushina y Minato

“Esa mujer es una loca. ¿No sabe comportarse como mujer?”

“Minato no tiene pantalones. Todos dicen que es un mandilón”

“Pobre de la que se case con Naruto. Tendrá que aguantar una suegra insoportable, loca pero de atar”

“¿Eso es hablar? Por poco y no destruye la casa con sus griteríos. ¿Cómo puedes ser amiga de ese demonio? Que no se te pegue lo vulgar”

“Creo que ya se quien lleva los pantalones en esa casa…”

En fin. Fugaku siempre les criticaba y se iban a los insultos con Kushina, pero gracias a Minato y Mikoto se contentaban y volvían a tolerarse. Supuso que su desagrado solo era por diferencias de carácter. Y pese a decir que se odiaban se respetaban mutuamente, pues cada uno tenía sus virtudes.  Fugaku su determinación y Kushina su valor. 

Mikoto y Kushina agradecieron no tener hijas, pues si hubieran tenido una hija y se llevara tan bien como solían llevarse Naruto y Sasuke, quizás terminarían casándose y conociendo a Kushina y Fugaku… sería un verdadero infierno. Supuso que tendrían que enviar a la parejita a vivir lejos, muy lejos de ambos pues estos saltarían en cada discusión empeorando la situación. Los suegros acabarían con su relación.


Sasuke entro a la casa y miro a su padre en el jardín observando la fuente de agua. Detrás a su madre tocando su espalda para luego poner sobre esta su frente. Como si fuera un solo ser.

Tan dulces… tan tiernos. 

Suspiro.  Sus padres eran ejemplo de la perfección familiar que él deseaba tener. Pese al carácter frio de su padre parecían y eran tan felices… era evidente que el uno no podía vivir sin el otro.  

Lentamente llego la imagen de Sakura a su mente y trato de verse con ella en esa misma situación… al único que vio  fue a Naruto… rio, ni siquiera en su imaginación podía dejar de pensar en él. Y aun cuando pensaba en él, la calma parecía que no existía entre ambos. Después de todo discutir con Naruto era como respirar. Así de inevitable. Incluso en sus fantasías  peleaba de trivialidades.

-Sasuke!-Llamo Mikoto al descubrir a su hijo mirándolos fijamente.

-¡Deja de estar parado como una estatua! Salude a su madre. ¿Creo que enseñamos modales?-Reclamo Fugaku algo avergonzado por ser descubierto en tal situación con su esposa. Miro serio a Mikoto, la cual solo le dedico una sonrisa de oreja a oreja y se aferró a su brazo con  descaro.

-Es normal ser un poco románticos cariño- le dijo esperando algo de complicidad, pero Fugaku solo le retiro el brazo y camino en dirección de Sasuke dejando a tras a una deprimida Mikoto. 

“Ya veremos en la noche…” le amenazó Mikoto mentalmente, recordando que la alcoba era el único lugar donde su marido parecía humano y su esposo.

-sígueme- concluyo Fugaku ignorando a Mikoto. Odiaba que se juntara tanto tiempo con Kushina, se le pegaban las extrañas mañas. 

Sasuke siguió a su padre al dojo. Allí los dos en silencio miraban las espadas que usaron sus antepasados en la guerra contra China. 

-Sinceridad, Respeto… Lealtad- Repuso sin mirarlo- es lo que nunca debes olvidar ahora que comienzas una nueva vida. Sakura, no solo será tu esposa, será tu compañera, tu amiga y confidente. Debes seguir estos tres lineamientos para darle la seguridad de seguirte, de apoyarte y sobre todo: de amarte hasta que la muerte los separe.

Sasuke sintió que cada una de esas palabras era una daga, que comenzaba en su hombro y lentamente bajaba hasta sus intestinos para finalmente partirlo en dos. 

¿Sinceridad?

Se casaba con Sakura para tratar de olvidar a Naruto. Para dejar de ser gay… No podía decirle la verdad. Ese matrimonio no tenía nada de sinceridad y él era el único culpable

¿Respeto?

Sin la sinceridad no existe el respeto. Simplemente estaba usando a Sakura como una herramienta. No la respetaba como persona, como mujer.

¿Lealtad?

Acaso no la engañaba con Naruto desde siempre en su imaginación. Eso era peor que serle infiel de cuerpo pues ni siquiera sabía si podía llegarla a amar.

No podía cumplir esos tres principios. Sintió que era la basura más grande del mundo. Y aun cuando deseaba dejar de serlo no tenía el valor.

-Por eso quiero preguntarte algo- siguió Fugaku- ¿realmente amas a Sakura?-Los ojos de Sasuke se abrieron mirándolo incrédulo- El matrimonio no es un juego. No es tomar al azar a una mujer y luego dejarlo a la suerte. Implica un lazo eterno, implica descendencia. Una descendencia que seguirá tu ejemplo- suspiro- nadie te decapitara si huyes de una batalla pero ganas una guerra-Tomo una katana, la desenfundo, giro y le miró fijamente con la seriedad que lo caracterizaba. Apunto con la katana a Sasuke justo en el cuello- te decapitaran si te quedas en la batalla y pierdes la guerra- concluyo para después enfundar la katana y entregársela a Sasuke- Piénsalo… Aun estas a tiempo.

Sasuke aun paralizado por esas apalabras combinadas con el frio y filo de la espada que aun sentía en su cuello. Apenas si trago saliva.

Según escucho los pasos de su padre alejarse del dojo y cerrar la puerta. Apretó el filo de la katana. Incluso su padre noto lo evidente. Incluso el noto lo que su madre no se animaba a ver por la ilusión del matrimonio. Le daba a entender que nadie se enfadaría con él si se retractaba a estas alturas. Pero si lo hacía luego… no se lo perdonaría. Casados no había marcha atrás.

-Acabare con esto- dijo decidido a ir a hablar personalmente con Sakura. Este error no se llevaría a cabo. No la usaría para corregir su pecaminosa realidad. 

…. 

Sakura se sentó sobre su cama mirando el calendario. Faltaba tan poco para su boda. Tan poco… 

-Vamos Sakura- se animó recordando que ella siempre estuvo enamorada de Sasuke. Desde que eran pequeños y siempre uso a Naruto como excusa para estar cerca de Sasuke. Claro como sabía que Naruto babeaba por ella, no era un secreto para nadie. Pero lo que si era un secreto a gritos era la verdad que muchos notaron y nadie comento: Sasuke estaba enamorado de Naruto. 

Quien en su sano juicio rechazaría a todas las chicas del pueblo. Eso no era normal a menos que deseara ser sacerdote y cuando se le pregunto no respondió nada. Sin mencionar las veces que lo descubrió mirando a Naruto desde lejos. Con esa mirada fija y `perdida… incluso soltaba una sonrisa cálida al verlo, una expresión que no dedicaba a nadie mas que Naruto aunque siempre se la pasara pelando. Incluso de la pasaba todo el tiempo con Naruto que era su menor e ignoraba a sus compañeros de curso. Incluso le ayudaba con los deberes y ordenaba su habitación. Otra explicación para tal comportamiento… ninguna. Sasuke amaba a Naruto y el cabezota de Naruto era el único que no lo notaba.

Tomo una de las margaritas que adornaba su cuarto y empezó a desojarla, como dejando a la suerte su destino. Una parte de ella le decía que podía currar a Sasuke de sus tendencias sexuales. Que con el pasar de los años… Con los hijos Sasuke llegaría a amarla, a aceptarla en su vida como su esposa. Ella pondría todo de sí. Ambos podrían ser felices. Un matrimonio no siempre se basa en amor, se basa en la compatibilidad que tengan esas dos personas. 

Pero otra parte le gritaba que eso no funcionaria. Que si o era con Naruto, tarde o temprano Sasuke terminaría engañándola con cualquier otro varón. Era gay después de todo, tarde o temprano saldría del closet. Miro los escasos pétalos y se preguntó:

¿Estaba lista para ser engañada?. Para aceptar que su esposo le fue infiel con otro hombre. Para dejar que los rumores nacieran y supieran que su marido prefería el banano en vez del mango. Para exponer a sus hijo al ridículo… si su amor perdonaría los deslices de su esposo. Si su amor no se convertiría en odio y su matrimonio en un infierno.

-No puedo…-Susurro mirando la margarita y sus escasos cuatro pétalos. La dejo caer al suelo y rápidamente salió de su habitación. Debía hablar con Sasuke sobre este matrimonio. No podía seguir con tal mentira.

Sincronizados ambos corrieron en busca del otro, peor lo que no esperaron fue encontrar a Naruto parado en la plazuela que quedaba en mitad del camino de ambas casas.

-¿Naruto?-Preguntaron Sakura y Sasuke mirando al recién llegado

-¿Sasuke? ¿Sakura?-Interrogo Naruto con desconfianza al verlos agitados corriendo al parecer uno en el encuentro del otro. Miro a ambos Molesto. Con esa mirada que esconde algo, que analiza y busca cualquier indicio de peligro o desperfecto para encararlo de forma agresiva o fría.

-¡Naruto!-Grito Sakura corriendo a  abrazarlo. De la nada olvidaba lo que intentaba  hacer y dejaba libre la felicidad de su pecho al ver a su amigo de infancia frente suyo. 

Naruto no dudo en corresponder al abrazo, más que felicidad sintió culpa, pues venía arruinar el matrimonio de su mejor amiga. Así que sin oponerse solo cobijo a Sakura en sus brazos. Ser amable era lo mínimo que podía ser en esos momentos.

Un aura sombría  invadió el ambiente cálido del reencuentro amistoso de los tres jóvenes. Una sombra oscura que emanaba de Sasuke. De esa mirada colérica y el crujir de dientes.

Sasuke por su parte que tenía el carácter más reservado como su padre. Miro frunciendo el ceño las muertas de cariño de ambos. De la nada sentía que no suspendería ese matrimonio. Ni loco les dejaría el camino libre a esos dos para ser felices. Era su peor pesadilla verlos juntos con hijos. Con cualquier mujer menos con Sakura que prácticamente se lo arrebato como amigo. No se lo sedería como esposo. 

-Eh…-Repuso Naruto que no pudo evitar notar la mirada de odio que les dedicaba Sasuke. Supuso que el moreno estaba celosos y molesto de verlo tan cercano con su futura esposa. Quizás cometía un error, era claro que Sasuke amaba a Sakura o de lo contrario no se pondría tan celosos por ese simple abrazo-lo siento- Dijo separándose de Sakura- no quise ser tan impertinente- se disculpo

-No, que va. Tú siempre fuiste así…-Dijo enfadado Sasuke. Acusándolo con las palabras de resbalosos y cariñosos. Pues sí. Naruto siempre fue así. Abrazando a medio mundo con tanta facilidad. ¿Cómo diablos podía hacer esas cosas? eran japoneses. ¿Dónde quedaban las tradiciones?. Bufo y cruzo los brazos. Ese era Naruto, su amor no correspondido y su interminable dolor de cabeza. De la nada no sabía que pesaba más: el amor que le tenía o las ganas de matarlo. 

-Ja ja. Repuso. Es lo menos que te mereces. Te casas y no avisas. ¿Puedes ser más desalmado y frívolo?- Acuso enfadado. Lo que deseaba reclamar eran otras cosas, pero era evidente de que Sasuke si amaba a Sakura de lo contrario no actuaria tan celosos. No se enfadaría tanto. Dentro de él sintió el peso de su amor no correspondido. Debía renunciar a Sasuke, no le pertenecería nunca. Siempre fue así, ahora comprendía que desapareció para dejarle el camino libre con Sakura, después de todo eran amigos. Pero al ver que lo suyo con Sakura no funciono, la tomo para que fuera su futura esposa.

Abrazo nuevamente a Sakura con descaro. Dejando un brazo rodear la cintura de la ojos esmeralda, mientras su otro brazo rodeaba sus hombros. Sakura arqueaba las cejas, ese abrazo era demasiado… se sonrojo más al ver la cara de demonio que ponía Sasuke. 

-Sakura no te cases con este amargado. Mira que tus hijos saldrán tan aburridos como él- termino su acusación-Mejor cásate conmigo 

-Mejor ser amargados que una patada en el trasero como lo eras tú- se defendió Sasuke acercándose para tratar de separarlos, no lo soportaba más. Ni loco dejaría a Naruto quedarse con Sakura-¡Suelta a mi prometida!- concluyo arrebatado a Sakura de los brazos de Naruto para sin darse cuenta  abrazarla sobreprotectoramente, mientras miraba a Naruto asesinamente.

-¡YA BASTA!-Grito Sakura toda roja de tantos abrazos- ¡soy una persona no un objeto para que se guitoneen!- Se alejó de Sasuke- Yo decidiré con quien casarme- concluyo para luego darles la espalda a ambos y marcharse nuevamente a su casa. Tenía tanto que pensar. Tanto que protestar. Ella sabía que esa rabieta era por celos mal interpretados entre ambos varones y se sintió tan herida de que la usaran como simple excusa para reclamar al otro sus faltas. 

-Mujeriego- dijo Sasuke

-Impotente- se defendió Naruto

-Prefiero ser impotente que disparar a quemarropa a todo lo que se asemeje a un hoyo- estallo Sasuke mientras le daba la espalda a Naruto y también se regresaba a su casa. Naruto con equipaje en mano le miro partir y se rasco la cabeza y suspiro. Olvidaba la fórmula que representaban ambos en el mismo lugar, una mezcla de agua y sodio… al final uno terminaba combustionando al otro hasta agotar su paciencia y estallar.

Tomo su equipaje de mano y fue detrás de Sasuke, después de todo eran vecinos

-¡Deja de seguirme!- Reclamo Sasuke

-No te sigo Teme… Somos vecinos…- Repuso molesto- y después dices que soy yo el baka- Sasuke apretó sus puños y acelero el paso. Ya no lo quería ver jamás en su vida. ¿Quién demonios lo mando a llamar?. Ahora estaba seguro que lo odiaba con toda su ser.

Sasuke entro a su casa azotando la puerta de entrada. Fue directo al dojo, necesitaba calmarse. Debía clamarse y reflexionar sobre su futuro, no podía dejarse llevar por la rabia que Naruto sembraba en él y condenar a Sakura a un matrimonio infeliz. Pero ganas no le faltaban. 

Flash back 

-Sakura chan es tan hermosa…-Dijo Naruto distraído y Sasuke sintió la primer avenita sobre su frente y con un tic nerviosos en un ojo se animó a preguntar

-¿Qué tiene de bonita una niña bipolar?- le cuestiono recordando como Sakura solía agarrar a Naruto a coscorrones por su torpeza.

-Todo…-Contesto Naruto y Sasuke ya buscaba una piedra para golpear la cabeza del rubio y ver si su cerebro recuperaba la cordura. Quizás de tantos golpes que Sakura le dio ya lo había malogrado.

-Es tan dulce…

-¿qué de dulce tiene una chica que se la pasa gritando el 90 por ciento del tiempo?-Cuestiono, pero Naruto no caso le hizo.

-Tan bella

-Tiene un frente grande y es plana… sin mencionar que no se comporta como una señorita

-Tan femenina

-pela como hombre y tiene un vocabulario digno de un pandillero

-¡Es perfecta!

-¿Estamos hablando de la misma persona?-Le cuestionaba Sasuke con su bilis a punto de explotar.

-Algún día me casare con ella

-¡¿Cómo puedes pensar en el matrimonio si apenas tienes 13 años?!- reprochaba Sasuke respirando entre cortado, aguantando las ganas de golpearlo.

-Para el amor no hay edad- se defendía Naruto suspirando mientras seguían sobre el árbol espiando a la susodicha que no dejaba de perseguir asesinamente a Rock lee que le robo un beso en la mejilla y la llamaba su novia.

-¡Espera que te ponga las manos encima! ¡Ya sabrás lo que es calumniar a las personas!... ¡Cejudo de mierda!-Gritaba Sakura con la escoba en mano mientras lee seguía huyendo.

-Creo que tienes razón. Para el amor no hay edad. Tampoco sentido común- concluyo Sasuke pues ni el mismo no podía descifrar la incomodidad que sentía cuando Naruto se quedaba mirando a  Sakura cual perro abandonado. Esa incomodidad y deseo de que lo mirra a él. 

Sasuke suspiro y comenzó a bajarse de ese árbol. No soportaba estar con Naruto mirando a Sakura. Estaba harto de esta situación.

-¿Dónde vas?-Interrogo Naruto al ver como Sasuke comenzaba a bajarse del árbol y aterrizaba artísticamente sobre el suelo asemejándose a un gato, pues casi no hubo ruido alguno.

-A casa… Sabes soy mayor que tú, tengo más deberes en el colegio y pronto deberé prepararme para los exámenes universitarios…

-¡Exagerado! Tienes quince, aun te falta dos años para concluir el colegio. Aun tienes tiempo. Además ni siquiera sabes que quieres estudiar- acuso Naruto comenzando a bajarse del árbol y cayendo torpemente al suelo sobre sus plantas causándose dolor en las articulaciones, tanto así que termino por tirarse sobre el suelo. Sasuke le miro quejarse del dolor como niño chiquito.

-torpe-Repuso Sasuke extendiéndole una mano. Naruto la tomo y apenas se puso de pie. Sasuke ofreció su hombro para ayudarlo ponerse en pie y caminar. Entonces Naruto lo noto:

-soy más alto que tu- dijo con orgullo, y de la rabia Sasuke lo dejo caer sobre el suelo nuevamente.

-¡Oye!- le acuso y contemplo. Era el atardecer y Sasuke le daba la espalda al sol rojizo que  contrastaba con su silueta tiñéndola de color sepia. Trago saliva. Sin duda Sasuke pasaría sin dificultad como mujer. Era más bello que Sakura. Su piel misma era más fina, sus dedos más elegantes y cuidados.

Negó con la cabeza. No era correcto pensar así de su mejor amigo. “Sakura, Sakura” se repitió una y otra vez.

-volvamos- dijo Sasuke volviendo a ofrecerla la mano para ayudarlo a levantarse. 

Apoyado sobre el hombro de Sasuke. Naruto regreso a su casa sintiendo el olor corporal de Sasuke, un olor que asemejo al pino… un olor que para nada le pareció desagradable. Mientras miraba con mayor detenimiento sus rasgos faciales del pelinegro. Tanto que llego a incomodar a Sasuke

-¿Tengo monos en la cara o qué?-Le pregunto

-No. Que va. Sabes… Deberías dedicarte a ser modelo. Apuesto que te iría muy bien. Eres muy apuesto- concluyo y callo al notar como Sasuke se ponía rojo como un tomate

-Ba, baka- concluyo y ambos guardaron silencio el resto del viaje.

Fin del flash back

-Naruto- escucho y despertó de sus recuerdos cuando sintió las manos se su madre abrazándolo con fuerza- Hijo, ¿Por qué no dijiste que vendrías?-Acuso tratando de sonar enfadada sin éxito. La emoción era tanta. Hacia tanto que no tenía a Naruto cerca suyo.

-Quería darte una sorpresa-Excuso el rubio- Además sabes que no faltaría a la boda de mi mejor ami…- cayo al escuchar el tronar de la puerta vecina. Tanto Kushina como Naruto se miraron.

-¿Volvieron pelear?-Pregunto – Minato que aprecia detrás

-Hay cosas inevitables.- repuso Naruto con una gotita de agua en la cabeza

-Déjalo, ya se le pasara. Vamos, vamos entra a la casa. Quiero que me cuentes todo: ¿Cómo te va en la universidad? ¿Tienes novia? ¿Para cuándo fijaron al fecha?- comenzó el interrogatorio. Mientras Naruto sonreía exteriormente pero internamente estaba tan indeciso y confundido sobre lo que vino a hacer. 

En la residencia Uchiha

-cariño…-dijo Mikoto al ver a su hijo sentado en el dojo. Es decir escucho el tronar de la puerta, fue a ver qué pasaba y vio a Naruto, así que dedujo lo evidente. Le dio tiempo a Sasuke para meditar, pero estaba tardando mucho. Al ser su madre se le acercó para ver si podía mediar entre ambos- ¿todo está bien?- le pregunto abrazándolo por la espalda

-Ese idiota…

-¿Qué esperaba de Naruto Kun?-cuestiono Mikoto sonriéndole- sabes cómo es su carácter. A veces no mides sus accione, menos sus palaras, pero tú sabes que es buena persona. Siempre fueron amigos… 

-No- dijo Sasuke- el jamás fue mi amigo- reclamo- él fue mi dolor de cabeza. ¿Qué demonios hace aquí? Yo no lo invite- reclamo nuevamente girando y mirando a su madre fijamente, esta solo le sonreía sutilmente

-Yo le dije a Kushina que podía invitar a Naruto kun. Que tú no tenías tiempo de llevar la invitación… Goneme- suplico mirando como su hijos lanzaba uno de esos suspiros tan largos. Similares ha los que lanzaba Fugaku cuando se veía obligado por Mikoto a retractarse de una decisión.

-Mamá…- reclamo pesadamente- lo que menos deseaba en estos momentos era volver a ver a Naruto. Sabes que el ama a Sakura ¿Tienes idea de cómo se sentirá?. Debe odiarme a muerte ahora mismo

-¿A Naruto le gusta Sakura?-Pregunto Mikoto sorprendida, de hecho ella creía que Naruto amaba a su hijo y mucho tiempo estuvo preocupada de la reacción de Fugaku cuando este se llegara a percatar de lo evidente. Pero después de que Sasuke se fue y Naruto siguió con su vida.

Supuso que solo fue una etapa de juventud. Una de esas crisis de identidad por la cercanía que tenían ambos. Pero Jamás imagino que Naruto amase a Sakura. Es decir desde que Sasuke se fue ambos jóvenes simplemente dejaron de verse. De pasar tiempo juntos… de la nada eran como extraños. Dedujo que sin Sasuke el triángulo amoroso había llegado a su fin- Ni en un millón de años lo hubiera imaginado- concluyo mientras Sasuke rodaba los ojos

-Mama era tan obvio. Todas las malditas tarde me obligaba a acompañarlo a ver a Sakura… era una piedra en el zapato.

-Sabes…-Dijo su madre sentándose sobre el parque- siempre creí que a Naruto kun le gustabas tu… pero ahora que sé que no es así, me siento más aliviada

Sasuke quedo paralizado. Pero después de unos momentos reacciono

-¿De dónde sacas semejante disparate? ¡Somos varones!- reprocho con cara de asco- Deja de decir estupideces mamá. Naruto no es gay, ni yo lo soy. Es un mujeriego. Siempre andaba detrás de chicas. Incluso una vez se metió con Ino al bosque y después salió con sus pantaletas como vadera de victoria…

-¡Indecente!-Exclamo Mikoto sorprendida de lo que oía. Siempre creyó que Naruto era todo un caballero. 

-¡Ese es Naruto! Un maldito mujeriego sin principios ni vergüenza.

¿Qué paso el resto de los días faltantes a la boda?

Simple: Entre enfados y discusiones se la pasaron ambos. Celando a la pobre de Sakura que harta de esta situación simplemente se escondía de ambos en su cuarto donde gritaba maldiciones para ambos. 

Parecía que apenas despertaban ambos, lo primero que hacían era ir a por Sakura para impedir que el otro asara tiempo a solas con la pelo rosa.

Cuando ambos miraron el altar. Supieron que todo acababa. No podían dar marcha a otras. Ni el uno ni el otro.

Era claro que amaba a Sakura: Así sol dedujo Sasuke.

Era evidente que amaba a Sakura: así lo dedujo Naruto. 

Solo podían salvar su amistad, para que empañar esos  momentos con confesiones absurdas que los terminarían por alejar. 

La muchedumbre comenzaba a murmurar el hermoso vestido de Sakura. El elegante traje de etiqueta de Sasuke. Ambos parecían modelos de revistas. Actores de cine.

El sacerdote espero a que los novios llegaran frente suyo. Una cintilla se puso sobre ambos, en símbolo de unión. El sacerdote dio a conocer su largo discurso de lo que llegaba a significar el matrimonio. El corazón de Sasuke y el de Naruto en silencio gritaba razones para impedir la boda, pero sus labios seguían sellados. Sus ojos miraban fríos al sacerdote mientras este comenzaba con la pregunta del millón:

-Si hay alguien que esté en contra de esta unión que hable a hora o calle para siempre- pregunto y nadie dijo nada. Naruto se mordió los labios para no gritar mil razones y secuestrara a Sasuke.

Sasuke empuño sus manos para contenerse y delatar sus sentimientos por Naruto.

-Sasuke Uchiha- pregunto- aceptar a Sakura Haruno como tu esposa para amarla protegerla y respetarla ¿hasta que la muerte los separe?-Pregunto y un silencio largo se formó. Naruto se sentó al filo de su silla mirando atento a Sasuke. Rogando que se retractar. Mientras el alma de Mikoto tambaleaba en la cuerda floja al igual que el resto de los presentes. Por su parte Fugaku que vestía de forma tradicional y en su cintura sujetaba una katana. Depositaba una manos sobre la espada listo para ejecutar a su hijo por ocurrírsele armar tal escándalo en plena ceremonia. Ya se lo había advertido.  Quizás no lo mataría pero si le enseñaría a insultar a una dama.

-S..si-dijo Sasuke al ver los ojos verdes de Sakura llenarse de lágrimas. Sakura no merecía este desplante, no frente a todos.

-Sakura Haruno. Aceptas a Sasuke Uchiha como esposo para amarlo, respetarlo hasta que la muerte los separe- Naruto se paraba y lentamente de la silla y con disimulo se retiraba del lugar. Y ano había nada que hacer en ese sitio. No soportaría verlos felices. No lo soportaría.

Sakura noto a Naruto retirarse. Miro la cara de Sasuke  contemplando al rubio con mirada sombría. Miro al público, miro al sacerdote y se miró a sí misma.

-No-Dijo y todos se levantaron de las silla mirando asombrados a la novia. Incluso Naruto se detuvo y giro nuevamente para ver a los novios- Lo siento Sasuke kun… ¡No quiero esto! No de esta forma… no con dudas. Si me caso, lo hare cuando realmente este segura.-concluyó Sakura midiendo sus palabras para no levantar sospechas, para salir librada de escándalos y con algo de orgullo. Arrojo el ramo de flores al aire y simplemente camino por esos pasillos cubiertos de pétalos de rosas blancas. Camino con pasos firmes y miro a Naruto al cual tomo del brazo y arrastró consigo.

-¡NO CREAS QUE TE SALVARAS!-Fue lo único que dijo Sakura jalando al rubio fuera del templo mientras el resto comenzaba a murmurar la supuesta relación de Sakura y Naruto. Mientras Sasuke incrédulo se frotaba la cien y su madre acudía a abrazarlo impidiéndole marcharse detrás de la parejita de traidores.

Por su parte Fugaku comenzaba a desenfundar su katana, y  Kushina se le paraba enfrente

-¡Usted no va a matar a mi hijo!

-¡Su hijo deshonro a mi familia!

Comenzaba las discusiones. 


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