Se abre el telón dos jóvenes se ven en el escenario, son nada más ni nada menos que los hermanos Elric, mirándose tiernamente el uno al otro. Los ojos del menor se iluminaban al tener tan ceca a su amado.
-Esto no está bien, hermano.-le decía el menor.
-Nos amamos y es eso lo que importa.-lo consolaba el mayor
-Pero…
-Yo siempre te amare.
“Yo siempre te amare”…
-Al, Al, despierta, Al.-Ed movía a su hermano para sacarlo del profundo sueño en que estaba.
-Mmmm.- abrió perezosamente los ojos.- ¿Qué pasa?
-Te has quedado dormido en el salón de teatro.-le comunico
-Ah.-dijo tristemente recordando las imágenes del sueño que nunca fueron
-Ven Al, vamos a casa.-le ordeno Ed
Durante todo el camino a casa, Al pensaba “Solo fue un sueño” se repetía “Pero… de verdad me hubiera encantado que fuera realidad”
-No te preocupes, Al.-le decía.-Veras que terminaras tu guión a tiempo.
-Si, pero…
-Tienes talento y seguro lo harás bien
Al sonrió
“Quizás me vuelva loco si sigo guardando este amor para mi”.-pensaba. Al
Los hermanos llegaron a casa. Estaban solos, pues sus padres estaban de viaje
-Durmamos ya Al tu ya no das más del cansancio.-lo molestaba Ed
-A veces también me agoto.-se quejo Al
La noche llegó pronto
“Ay, Ed si supieras lo que siento”.-pensó Al antes de dormir
Al día siguiente
-¡Nos dormimos!-exclamo Ed abriendo la puerta de la habitación de Al
Los dos hermanos se bañaron, vistieron, y desayunaron a toda prisa para no llegar tarde a clases
-¡Lo lograremos!-animaba Ed para que Al no se detuviera
Llegaron justo a tiempo
Para la mala suerte de Ed, hoy le tocaba la asignatura que más odiaba: Lengua. No era por la asignatura en si, sino por el profesor: Roy Mustang, a quien adiaba desde que entro a la escuela.
Entro el profesor Mustang al aula. Tos los alumnos se pararon tras sus pupitres para saludarlo.
-¡De pie todos!-Ordenó el profesor al entrar. Todos obedecieron.
-¡Señor Elric parece!-lo regaño.
-Estoy parado.-se quejo
-No lo veo, súbase a la silla.
Toda la clase se rió
-“Ya me las pagaras maldito”.-susurró Ed entre dientes.
Siempre, siempre el profesor Mustang encontraba una forma de hacerlo quedar en ridículo. Ed juró vengarse algún día
La clase termino para suerte de Ed.
-Hermano, ¿Por qué estas tan molesto?-le pregunto Al cuando volvían a casa.
-Ya sabes que día es hoy, es uno de esos días en que tengo clases con el profesor Mustang.-se quejo.-Siempre encuentra una manera de hacerme la vida imposible.
-Quizás tú estas exagerando.-le cuestiono Al.- A mi no me molesta en absoluto
-Tienes suerte.
Otra vez en su casa. Ed ojeaba una revista, Al escribía en la computadora.
…. Y el teléfono sonó.
-¿Alo?-contesto Ed.- ¡Mamá!, ¡si yo muy bien!
-Ed, hijo, quiero decirte algo.-le decía trisha por teléfono
-¿Qué?
-Mañana vendrá a casa Alphonse Heiderich
-¿Y ese quién es?
-¿No te acuerdas? Eran amigos de la infancia
-¿Ese que era idéntico a Al?
-Si-¡¡Ese gordo!!
-No exageres, no está tan gordo, además ha estado a dieta
-Ahora solo repite la comida 10 veces
-No seas insolente
-Está bien
-Mañana vendrá a casa y quiero que lo reciban en nuestra ausencia
-Si, mamá.
Colgó el teléfono
-¿Qué pasa hermano?-pregunto Al viendo la cara de enojo de Ed.
-Mañana vendrá Alphonse Heiderich a casa.
-¡Que bueno!- se alegro Al pero luego Ed lo miro con odio
-No soporto a la gente.-se quejo Ed
-¡Anímate! será divertido vivir los tres juntos.
-Seguro... –dijo ironico Ed
Al siguiente día
-Ed, yo abro.-dijo Al cuando escuchó el timbre sonar
-“De seguro es ese tal Heid”.-pensó Ed
Ignoró lo que pasaba disimulando nunca haber notado esa pintura tan linda que había en la sala
-¡Bienvenido Heid!-lo saludo Al. Ed no lo miro.
-Hala Al, tanto tiempo sin verte.-se saludaron ambos Al
-Hola Ed.-saludo Heid tímidamente al ver que este no le hacía caso.
-Hola.- se volteo para saludarlo, pero algo en su corazón le impidió volver a ignorarlo
-Hola.-repitió tímidamente Heid
-Hola.-Ed lo miró a los ojos. Nunca antes había tenido aquel sentimiento hacia alguien, y menos por un chico.
Al miraba a los dos, jamás Ed lo había mirado a si. ¿Celos?
CONTINUARA…