Pov Camila
Hoy era el día en el que comenzaba con mi nueva vida en la ciudad que tanto daño me había hecho. Estuve un año en México y hace una semana que regrese. Decidí que tenía que regresar y dejar ir lo que sucedió en el pasado y seguir adelante. En la semana que tuve decidí estar con mi familia antes de ir a terminar la escuela. Solo me quedaba un año para terminarla y luego podría entrar a alguna universidad.
El lunes había llegado y eso indicaba que tenia que ir a la escuela. Como era ya costumbre me levanté temprano para alimentar a mi hijo. Si, tengo un hijo, Cameron. Lo tuve cuando tenía 15 años. Él ahora tiene un año.
Luego de darle de comer a Cameron preparé el desayuno a mis padres. Mi papá tenía que ir a trabajar y mi mamá se quedaría cuidando a mi hijo mientras yo iba a la escuela. A mis padres no les gustaba la idea de tener que dejar al niño en una guardería, pudiendo ellos cuidarlo. Cuando les dije que estaba embarazada ellos me apoyaron por obvias razones. Pero eso es algo que no quiero recordar.
—Hija buenos días—dijo mi mamá entrando a la cocina.
Me dió un beso en la mejilla y luego se fue a saludar a mi hijo que estaba en su silla. Lo sacó de su silla y lo cargó dandole besos por sus mejillas, él solo comenzó a reir divertido por lo que hacia su abuela.
—Mamá ya le dí de comer, solo hace falta que tome un baño—le dije pasándole su desayuno.
—No te preocupes hija, yo lo baño—dijo acomodando a Cameron sobre sus piernas—Camila date prisa si no quieres llegar tarde—Empezó a comer lo que le preparé.
—Gracias mamá—le dí un beso en la frente y luego a mí hijo—Adiós amor—me despedí de él y comencé a caminar hacia la sala donde estaba mi bolso sobre el sillón.
Tomé mis cosas necesarias para la escuela y guarde las llaves de la casa. No tenía coche por lo que tenía que ir caminando. Llegué hasta la puerta y me giré.
—Ya me voy mamá saluda a papá por mí—grite desde la puerta.
—Claro que sí, cuidate cielo—dijo saliendo de la cocina con Cameron en brazos.
Le sonreí salí de la casa y comencé a caminar hacía lo que sería mi nueva escuela. Ya sabía donde quedaba, había estado estudiando ahí antes de quedar embarazada. Ahí había dejado a mis dos mejores amigas, Dinah y Normani. Nunca les había dicho la verdadera razón por la que me fuí, así que les tendría que contar y recuperar el tiempo perdido.
Cuando llegué a la entrada de la escuela pude ver a muchos estudiantes que iban camino a sus clases, había extrañado eso ya que por el embarazo me tuve que salir de la escuela. Yo no quise perder el alo así que cuando estaba en México estudié desde casa. Seguí caminando y entre al edificio. Todo seguía igual no había cambiado nada en un año. Caminé por el extenso pasillo, había bastantes estudiantes fuera de clases pero era obvio ya que todavía era temprano. Como tenía algo de tiempo decidí recorrer la escuela para ver si de verdad no había cambiado mucho.
Todo seguía igual, excepto por la cafetería que la habían remodelado un poco. Eran las 7:45 y yo entraba a las 8:00 así que me puse a buscar mi salón de clase. No lograba recordar donde quedaba el salón de clases donde se suponía que tenía la primera clase.
Continúe caminando hasta chocar con alguien. Levanté mi vista hasta con una chica de ojos verdes muy hermosos, pero yo conocía a alguien con unos más hermosos todavía. Ella me miró y sonrió.
—Hola linda—dijo mirandome de arriba a bajo—¿Te has perdido?—preguntó luego de analizarme bien.
—Uhm sí, podrías decirme donde esta este salón—le respondí dandole el papel donde tenía apuntado el salón.
—Estas de suerte linda, tendrás el honor de ser mi compañera de clase así que te llevaré ahí—dijo después de leer el papel. Me guiñó el ojoy luego se puso al lado mío para pasar su brazp por encima de mis hombros.
Intenté decirle que lo quitara ya que me incomodaba pero antes de que antes de que pudiera decir algo comenzó a caminar, prácticamente arrastrándome por el extenso pasillo. Nos detuvimos después de caminar varios minutos al frente de un salón que tenía la puerta abierta dejando ver a varios estudiantes que conversaban entre sí.
—Muy bien linda es aquí—se colocó al frente de mí.
—Muchas gra....— Y antes de que pudiera seguir hablando me besó.
Me quedé quieta, no podía moverme. Después de varios minutos se separó de mí, me miró y sonrió. Cuando al fin pude reaccionar le pegué una cachetada. Ella me miró sorprendida y colocó su mano em la mejilla que le había golpeado.
¿Quién se creía como para besarme de esa maneramanera?
Di vuelta sobre mis talones y entré al salón. Ella se quedó ahí parada, seguía sorprendida por lo que había sucedido. Supuse que nunca antes le habían hecho eso por su reacción. Probablemente sería un problema juntarme con ella, así que tendría que mantenerme lejos.
Seguí caminando y evitando todas esas miradas de sorpresa que se posaban en mí hasta llegar a un asiento vacío justo en el medio del salón. Estaba molesta, apenas y habíamos hablado y ya me estaba besando de verdad quien se creía.