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3. Siwon, El salvador del Rayito de sol por dayanstyle

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Heechul se estiró, aliviado de sentir una suave cama. Por primera vez en mucho tiempo él no se había ido a dormir con la molesta sensación de haberse vendido para sobrevivir. Bueno, él lo había hecho, pero esta vez no hubo sexo involucrado. Pensó en el apocalíptico tipo que siguió al cuarto del hotel. Había algo del antiguo y viejo mundo en él. Algo imponente. Se había sentido lo suficientemente relajado como para dormirse, lo que era un gran no-no en el libro de Heechul. Demasiadas cosas malas pudieron haber sucedido mientras dormía. Lo sabía muy bien.

Al abrir los ojos, Heechul vió alrededor. El cuarto estaba vacío. «¡Joder!» ¿Él lo había engañado? Si lo hizo, Heechul había perdido la noche entera para hacer dinero. Ahora tendría que trabajar más duro para recuperarse.

La puerta se abrió, y el hombre entró con una bandeja y una gran bolsa de compras. Heechul tenía curiosidad de saber qué estaba dentro de la bolsa, pero el aroma de la comida era abrumador como para pensar.

─ Buenos días, rayito de sol. ¿Hambriento?

─ De hecho, muerto de hambre. —Se enderezó sentándose, preguntándose si tenía que levantarse e ir por su propia comida. El tipo dejó la bolsa en el suelo y le entregó la bandeja. Supongo que no. Levantó la cúpula del plato y el vapor salió, había huevos revueltos, pan tostado, tocino y papas fritas. Oh sí. Se acomodó el cabello detrás de la oreja y sonrió. Eso realmente se veía delicioso.

─ Avísame si quieres más y ordenaré que lo suban. —El hombre caminó hacia la pequeña y redonda mesa y levantó las bolsas, sacando ropa, cepillos de dientes, cepillo para el cabello, desodorante y enjuague bucal. Heechul se encogió de hombros y comenzó a comer. Sus ojos giraron ante el celestial sabor. Todas las cosas estaban como le gustaban. Los huevos estaban suaves, el tocino tostado y las papas fritas solo perfectas. El pan tostado era incluso más perfecto.

Heechul mantenía un ojo en su cliente mientras comía, viendo cualquier movimiento. Aún no confiaba en alguien que pagaba por otra persona solo para dormir, dándole desayuno y cama. Esto no era esa mierda de Pretty Woman y él no era Julia Roberts. Los cuentos de hadas no existían, especialmente no para gente como él. El único caballero con brillante armadura que había visto estaba en un museo.

El tipo con feroz apariencia estaba sentado en una de las dos sillas de la habitación, pasando su dedo bajo su labio inferior y viendo a Heechul comer.

«Embarazoso».

Así es como se siente cuando tienes a alguien viéndote masticar la comida. Heechul repentinamente comenzó a ser consciente de cómo estaba comiendo, masticando y tragando. Se oía como un alto eco ahora que prestaba atención a lo que estaba haciendo. Le dió un trago a su jugo el cual tuvo un efecto acústico como si tuviera un altavoz frente a él, entonces dejó el vaso y bajó el tenedor.

Bajó la mirada a la bandeja, acomodó su cabello detrás de la oreja. ¿Por qué el tipo no podía dejar de verlo? ¿Era un voyerista? Sabía que era tiempo de irse. Esto se estaba volviendo demasiado bizarro. Dejó la bandeja a un lado y salió de la cama, Heechul entró al cuarto de baño para encontrar que su ropa no estaba donde la había dejado. Revisó el pequeño gabinete bajo el lavabo, pero nada. Mierda, ¿Ese tipo intentaría retenerlo aquí? Saldría desnudo si tenía que hacerlo. Nadie lo mantendría cautivo.

Heechul regresó al cuarto caminando directo hacia el hombre que estaba sentado. ─ ¿Podrías por favor regresarme mi ropa? ─El hombre se puso de pie. Santa mierda, esa altura era un privilegio. Heechul medía un metro ochenta, el tipo media más de dos metros. No había prestado atención anoche, estaba demasiado ocupado tratando de terminar el trabajo.

─ Esa ropa en la mesa es para ti. Me tomé la libertad de traerte también algunos artículos de higiene personal. —El hombre tranquilamente levantó una mano y pasó su dedo índice bajo el mentón de Heechul. Él se contuvo de temblar. No quería enojar al hombre porque de hecho sabía que él no sería capaz de vencerlo en una pelea. No se veía como que alguien pudiera. El tipo se acercó a sus labios y le dió un ligero beso en los labios. Heechul se quedó ahí momentáneamente en trance, inclinándose para otro. Sacudió la cabeza y se apartó.

Besar Tipos iba contra las reglas. Eso era demasiado personal, demasiado íntimo. Heechul tomó la ropa de la mesa y se puso unos jeans y un suéter. ¿Dónde estaban sus zapatos? Ahí. Tomó sus tenis que estaban cerca de la cómoda, se los anudó y se puso de pie. Los calcetines, se habían perdido.

─ Um, ¿Puedes darme mi dinero ahora? —Heechul jaló su cabello hacia atrás y entrelazó sus dedos en él mientras esperaba.

El tipo sacó su cartera y le dió a Heechul el dinero prometido. Guardándoselo en el bolsillo del frente, suspiró. ─ Bueno. Esto, uh, fue divertido. Búscame si quieres que alguien duerma contigo de nuevo. —Se dirigió a la puerta sintiendo una tristeza en él. ¿Por qué se sentiría triste por dejar ir a un prostituto? Bueno, técnicamente él no lo fue. No calificaba como eso dado que no hubo intercambio sexual. De cualquier manera así es como Heechul lo veía.

Tomó una profunda respiración para salir de esos locos sentimientos y alcanzó la perilla.

─ Espera.

Siwon no podía dejar que su pareja solo saliera por esa puerta. Había visto la manera en que el chico había dudado y sabía que no quería regresar a las calles. Tenía que pensar rápido. ─ ¿Cuánto cuesta sacarte de las calles y que no te vendas?

La cabeza de su pareja se fue hacia atrás. ─ Amigo, en serio, debes volver a tomar tus medicamentos.

─ Está bien, dado que esa no fue una petición razonable para ti. ¿Cuánto cuesta que te quedes a mi lado mientras esté en la ciudad? —Siwon esperó por el siguiente rápido e inteligente comentario.

─ Está bien, Richard Gere, por qué no cierras el pico y regresas a la realidad.

─ ¿Quién?

─ No has visto… olvídalo. Iré con la línea de la historia y te diré que en efectivo. Por adelantado. Dos grandes.

Dos grandes era una gota en el océano para Siwon. La vida de su pareja no tenía precio. Compraría el tiempo que se necesitara para convencerlo de ir a casa con él, convencer a Heechul que ellos eran pareja. ─ Hecho. Tengo que ir a mi banco. ¿Es eso razonable?

El joven estaba de pie con la boca abierta y los ojos como platos. ¿No era suficiente? Siwon podría pagar más.

─ Uh, sí. Está bien. Um, ¿qué haremos mientras estés aquí?

─ Tengo que encontrar a alguien. Dado que eres nativo de aquí, quizás puedas ayudarme. —Siwon suavemente jaló a su pareja de regreso al interior del cuarto y el tipo se veía muy confundido para discutirlo. Al menos tenía algunos días antes de que el Alfa Jong In empezara a llamarlo y cuestionarlo acerca de la tardanza. Siwon podía utilizar ese tiempo para conocer a este jovencito. Descubrir lo que causó que se convirtiera en prostituto.

─ Uh, seguro. Puedo acompañarte, probablemente sea de ayuda que te acompañe, sin ofender amigo, pero eres muy grande y atemorizante. La gente podría orinarse y huir antes de que puedas preguntarles cualquier cosa.

Siwon sonrió. Su pareja era encantadora de una manera alucinante. ─ Mi nombre es Siwon.

─ Todo el mundo me dice Heenim. Y no le doy mi nombre real a nadie.

Siwon frunció el ceño. Eso no podía ser. Él quería; no, necesitaba saber el nombre de su pareja. No quería el nombre que usaba en las calles. ─ Creo que estoy pagando lo suficiente como para al menos obtener tu nombre real. Eso no es algo irrazonable.

El joven suspiró, se acomodó el cabello detrás de sus orejas. Él hacía eso mucho. ¿Era nervios o era un hábito? Siwon lo guió al borde de la cama y lo sentó, colocándose en cuclillas frente a su pareja. El chico bajó la vista de nuevo. Siwon suprimió un gruñido. ─ Bajar la vista es un signo de sumisión. No cedas ante nadie esa parte de ti… ni siquiera a mí. —El hombre levantó la mirada y se encontró con la suya. Mejor.

─ Es, uh, Heechul.

─ Heechul. Me agrada. Encantado de conocerte, Heechul.

Su pareja sonrió tímidamente. ─ Encantado de conocerte, Siwon.

Su nombre se oía como una sinfonía, dicho por su pareja. Quería oírlo una y otra y otra vez. Siwon notó que el chico no tenía abrigo. Él rectificaría eso. Estaba haciendo demasiado frío como para no tener uno. ─ Por favor discúlpame. —Siwon salió al pasillo, sacó su teléfono celular y llamó a la tienda de ropa del primer piso, pidió un abrigo de la talla del jovencito, en blanco. El cabello de su pareja haría un hermoso contraste. Regresó al cuarto y encontró a Heechul desnudándose.

─ ¿Qué estás haciendo jovencito?

─ Imaginé que por dos grandes, ibas a querer hacer valer tu dinero. —De nuevo bajó la mirada. Estaba de pie desnudo, con las manos cerradas frente a él, viéndose nervioso como el infierno.

─ No. No te estoy alquilando. Eres mi asistente. Me ayudarás en mi tarea. Nada más. Si el sexo sucede, será natural, no porque sientas que debas pagarme. Ahora levanta la mirada.

Heechul levantó la cabeza, lágrimas inundaban sus ojos. Él estaba humillado. Se limpió los ojos, tomó los jeans y se los puso, después el suéter por su cabeza. Estaba de espaldas a Siwon, incapaz de verlo a la cara. Ese era el momento más embarazoso que había tenido en mucho tiempo, y considerando lo que hacía para vivir, eso era mucho. ¿Por qué debería de importarle lo que ese hombre pensara de él? Nadie se había tomado su tiempo para conocerlo, realmente lo quería más que para un rapidín.

Siwon. El gigante no había hecho ni un movimiento sexual hacia Heechul. Bueno, a excepción de ese beso. ¿Era un beso si apenas sus labios se habían tocado? Quizás el tipo era disfuncional ahí abajo y solo quería compañía. Hey, extraña mierda si sucedía. El tipo nunca confirmó o negó eso. Bien. Si Siwon no quería sexo, Heechul se retractaría. Aunque quería ganarse ese dinero. No era un estafador. Heechul cuadró los hombros. Podría ayudarlo a encontrar a quien fuera el tipo que estuviera buscando.

─ Gírate, rayito de sol.

Heechul lentamente se giró, manteniendo la vista pegada al suelo. No podía ver a Siwon a los ojos. Él se sentía sucio, como la peor clase de basura. En lugar de verlo, tomó un pañuelo desechable de la mesita de noche y se limpió la nariz, sentándose en el borde de la cama. Acomodó su cabello detrás de las orejas y se mordió una uña.

Heechul levantó la vista y vio esa hermosa cara. ¿Por qué no podía valer lo suficiente para un hombre como Siwon? Ese dios merecía un hombre limpio, libre del bagaje que Heechul cargaba. Alguien decente y dulce. Algo que él no era desde hace mucho tiempo. Su inocencia había sido tomada a la fuerza hace mucho tiempo.

─ Dime por qué sigues bajando la vista.

─ Vergüenza. Humillación. ¿Quieres la lista por orden alfabético? —Heechul se rió nervioso.

─ Nunca sientas nada de eso conmigo. No hay nada embarazoso, ni vergonzoso, ni humillante entre nosotros. ¿Entiendes? —Jaló a Heechul para que se pusiera de pie— Vamos, tenemos que visitar el banco y buscar una persona. Tiempo de hacer algo de trabajo.

Heechul sonrió, se puso los zapatos. A él realmente le agradaba este tipo. Ahora no parecía tan atemorizante. Podría sentir vergüenza cuando él se hubiera ido y Heechul tuviera que regresar a la realidad. Se sentía bien ganar dinero honestamente, ayudando a Siwon sin que hubiera sexo involucrado. El orgullo era un sentimiento nuevo para él.

Tocaron a la puerta. Heechul veía curioso mientras Siwon atendía. Él tomó una bolsa y cerró la puerta.

─ Ten, ahora estarás caliente. Vámonos. —Siwon le dio la bolsa a Heechul.

Heechul se preguntaba qué podría haber dentro. Tocó una suave tela y la sacó. Era una chaqueta blanca con un falso pelo de mink alrededor de la gorra. Al menos pensaba que era falso. ─ ¿Por qué? ¿Por qué te interesa si estoy caliente o no?

─ Yo cuido de mis empleos. Ahora, ¿podemos irnos? Siwon salió dejando la puerta abierta y se dirigió a los elevadores.

Heechul lo siguió sintiéndose aturdido con su nuevo abrigo. Se lo puso sintiendo el calor del material. ─ Gracias.

─ Heechul, ¿de qué hemos estado hablando toda la mañana? Siwon puso su mano en la baja espalda de Heechul.

Heechul levantó los ojos, acomodando su cabello detrás de las orejas y vio a Siwon directamente a esos hermosos ojos azules. ─ Gracias.

─ ¿No fue tan difícil, verdad? —Siwon besó la punta de su nariz mientras el elevador bajaba al primer piso.

Siwon sostuvo la puerta abierta para Heechul cuando entraron al banco. Llenó la ficha de retiro y la deslizó hacia la cajera. Ella completó la transacción y colocó dos grandes en un sobre para él. — ¿Puedo ayudarlo en algo más, Señor Choi? —La cajera le dio un guiño y trató de darle su tarjeta de presentación. Estaba tan malditamente cansado de eso. Él la declinó, colocando su mano en la espalda baja de Heechul, haciendo su reclamación frente a ella y guiando a su pareja hacia afuera.

─ Guarda esto en algún lugar y no lo pierdas o dejes que te lo roben. —Siwon le dio el sobre con el dinero. Heechul lo metió en uno de los bolsillos interiores de su chaqueta, y cerró el cierre.

─ ¿A dónde vamos ahora?

─ Es tu vecindario, tú guías.

Ellos pasaron la mayor parte de la mañana visitando los establecimientos de la lista de Siwon. Jong In le había dado la lista de puntos a revisar. Para la hora de la comida, Siwon estaba frustrado. Aparte de algunas ofertas de prostitutas baratas y un irascible traficante de drogas que le gritó a Siwon que estaba ahuyentando a sus clientes, ellos no tenían nada.

─ Vamos, rayito de sol, consigamos algo de comer. —Siwon dejó que Heeechul escogiera el lugar dado que era su vecindario.

Ellos entraron a un grasoso lugar de hamburguesas, el olor de cebollas cocinándose y carne cociéndose llenaba el aire. Siwon vio alrededor. El lugar era el mejor que había visto en días. Ellos se sentaron en una cabina cerca de una ventana. Siwon empujó la banca hacia atrás para ajustar. Gracias a dios no estaban ancladas. El piso era de linóleum verde cuyo color se había desvanecido por la grasa y el movimiento. Era perfecto. El lugar le recordaba a Siwon viejos tiempos, el lugar de mamá y papá. Era hogareño, se sentía bienvenido. Podía ver por qué le gustaba a Heechul.

Siwon tomó el menú de un contenedor de metal y lo revisó para hacer su selección. El chili con queso y cebollas se veía bien. Dejó el menú y vio a su pareja frunciendo el ceño con concentración, su dedo revisaba el menú de arriba hacia abajo mientras sus labios se movían. Siwon prestó atención, escuchando. Aunque Heechul hablaba suavemente, podía oírlo. Los lobos Timber tenían un sentido auditivo sin rival, visión nocturna y habilidades para el rastreo. Podía oír palabras murmuradas a seis metros de distancia, su oído era muy bueno. Siwon oyó a Heechul decir las palabras luchando para pronunciarlas. Le sorprendió que un hombre tan inteligente como su pareja fuera casi analfabeto.

─ Sabes, voy a pedir el chili con queso y cebolla. Se oye bien. Fue realmente una difícil decisión estaba entre eso y la hamburguesa, o quizás debería pedir la ensalada de la casa con pollo asado. Viene con papa asada. ¿Qué piensas?

Heechul dejó el menú y el alivio se vió reflejado en su cara. Siwon sabía que su analfabetismo era un enorme problema para que él lograra más. Eso no tenía que avergonzarlo. Solo tenía que encontrar la forma de solucionarlo para poder alcanzar sus metas, cualquiera que estas fueran. Si quería que Siwon le ayudara, él estaría más que feliz.

─ Creo que la hamburguesa se oye bien. ¿Qué vas a ordenar con eso?

─ El puré de papa con gravy se oye bien. La mezcla de vegetales, también, eso podría haber sido una buena elección si el chili no me hubiera atrapado.

─ Creo que robaré tu idea y tomaré eso. —Heechul se rió por primera vez y Siwon vio cómo unos hoyuelos marcaban su cara. Sus ojos café brillaban. ¿Cómo había llegado a ser tan afortunado? Llamó la atención del mesero y le dio su orden, alejando su mente y su libido de Heechul.

Ellos comieron en relativo silencio. Cuando terminaron, Heechul trató de sacar dinero del sobre sin que nadie lo viera para pagar su comida. Siwon nunca permitiría que su pareja pagara. Él era anticuado. Insistía en encargarse de su pareja. Detuvo la mano de Heechul y le dijo que lo guardara antes de que alguien lo viera. Siwon pagó, dejando una buena propina, y ellos salieron a la brillante tarde.


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