Nadie nos aceptará tal cual somos, siempre, pero siempre siempre habrá algo que les moleste de lo que somos.
Media noche, la luna en su cenit.
La oscuridad invadiendo cada lugar, incluso mi corazón, ideas y sentires.
'Acaso hubo algo que haya hecho mal?, que faltó?, quizás... quizás le ame demasiado.'
Mirando al techo, pienso en porque todo tuvo que acabar sin, incluso, haber empezado.
'Sólo... Solo fue que yo le ame demasiado... Solo... Solo que me enamore sólo.'
Nunca he sido un chico depresivo.
Pero... Me enamore tan profundamente, que fue un golpe duro.
No es como si yo no le hubiera confesado mis sentimientos, fue que él no los acepto, no intentó corresponderme.
Fue que no pude alejarme, fue que le ame más que a mi, fue que me entrege completa y totalmente cuando él no hizo lo mismo... Fue que me tire al vacío sin salvavidas.
Mi amor fue puro, sincero, ingenuo y real, más real que mis manos, más real que mis risas.
Su felicidad me importó más que la mía.
Y di todo de mi para enamorarle, sin tomar en cuenta las heridas que su rechazo y evasivas me causaron.
Quede peor que un cristal roto por un mazo.
Ahora me río de mi estupidez, de mi amor.
Ahora me miró y me doy lástima.
Nunca pude darme cuenta, incluso en este momento, de cuando llegue a ser tan patético.
Las marcas de mi muñecas me pesan, y aun así soy capaz de reconocer porque son cada una de ellas.
Hasta la 'M'.
Aunque a veces me cuestionó si es por él, o por un 'muerete'.
Hoy, como cada noche, como en cada momento de soledad, me pongo a pensar en cuan estúpido fui, en cuanto he sufrido por alguien.
El amor es cruel, duró y frío como el piso, como el hielo, cuando no existe en ambas partes.
Estar tan dañado como para no quererte a ti mismo, como para no poder querer a nadie más, como para no confiar en nadie.
Tan destruido como para no volver a querer levantarte.
El amor es dañino, a veces cruel.
Lo aprendí de la manera más difícil.
Y aún así, si sé que esta en problemas, si sé que se siente mal, que esta dañado, iría a su ayuda sin pensarlo dos veces.
Si eso no es amor, no se que será, pero duele, duele mucho, mi corazón casi no lo soporta.
Cada día verle, fingiendo una sonrisa, en casa, en la calle, en la escuela, siempre sonreír.
No es sano, pero es mi rutina, mi día a día, es lo que hago.
'Demonios...'
Mi mano aprieta la sábana, mientras lágrimas recorren mi rostro, mis labios se aprietan en una línea, tratando de aguantar todo.
De contenerlo, el sol ya se asoma.
'Ponte la máscara, el ya día comienza.'
Suspiro y esbozo la primera sonrisa falsa del día.
Me levanto y después de una ducha parezco alguien distinto.
En el baño tomó el corrector de ojeras de mi madre, con un poco de eso ya no se ven esos semicirculos negros de los días sin dormir.
Saltandome el desayuno, voy a buscarle a su casa como siempre.
Luego de esperar unos minutos, veo salir a quien me hace doler el corazón.
-Ohayo, Shin-chan.
Él solo me mira, y sin decir nada se sube atrás mío.