Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Algodón de Azúcar (YoonSeok) por Futuristic lover

[Reviews - 44]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Capítulo 11

 

 

 

 

 

 

—Creo que ya está despertando.

—¡Ah sí! ¡Está abriendo los ojos!

—¡HOBI! ¿Estás bien?

 

Los murmullos que cada vez se hacían más claros correspondían a las personas que le habían acompañado en la comida y quienes, le encontraron inconsciente en la calle, al pie del restaurante. Hoseok abrió los ojos lentamente mientras su hermana le comenzaba a abrazar con mucha fuerza. Divisó el lugar donde se encontraban y reconoció las paredes de su habitación. Sabía que había perdido la consciencia al recibir un fuerte golpe en la calle, sin embargo, lo que no comprendía era del motivo por el que lo recibió, aunque tenía una ligera intuición.

 

—Hobi, mi Hobi, ¡estaba muy preocupada! ¿Qué tal te encuentras?

—B…Bien. —dijo el moreno con la voz seca.

—Te habías desmayado —habló Seokjin. —¿Qué ha pasado?

—Resbalé o no sé. No lo recuerdo m…muy bien. M…me di un fuerte golpe en la cabeza sin querer.

—Tú, tan despistado. —murmuró Taehyung.

 

Hoseok movió sus piernas y sus manos para inclinarse y quedar sentado en su cama, levantó la mano para posarla sobre la cabeza de Jiwoo y darle unas suaves caricias con el fin de calmarla paulatinamente. Sus amigos le dieron unas palmadas en la espalda antes de explicar cómo le habían encontrado inconsciente. Le trasladaron a urgencias para recibir atención. El médico de turno, tras hacerle unas cortas pruebas, confirmó el estado saludable de chico y el pronto reposo del paciente.

 

—Si te encuentras mal vamos al hospital, hyung. Debes tener cuidado. Nos dijeron que con una buena siesta bastaba. ¿De verdad estás bien?

—Sí. Solo me duele un poco la cabeza, no os preocupéis. —fingió una sonrisa cansada para ellos y cerró su mano en un puño con firmeza.

 

Antes de perder el conocimiento, intentó descubrir que había pasado y por qué había recibido una advertencia de ese modo. Supuso que Yoongi comprendía todo, por lo que, aprovechó a que sus amigos le dejaran solo para coger el teléfono y hacer una corta llamada.

 

—¿Qué quieres? Estoy ocupado.

—En proporcionar palizas para vuestra mafia, ¿no? —murmuró por lo bajo ya que no quería que nadie le escuchase.

Lo siento, intenté que no sea tan fuerte. ¿Estás bien?

—Maldita sea, Yoongi. ¡He acabado en el puto hospital por tu culpa, imbécil! —musitó en voz alta y rápidamente se cubrió la boca. Estaba alucinando por las palabras que decía el otro. Ni por asomo, había pensado que Yoongi fuera el culpable por el que cayó al suelo. Suspiró y volvió a hablar otra vez más bajo. —¿Para quién trabajas? ¿Desde cuándo los actores porno hacen recados sucios e inmorales a sus jefes? ¿Es eso? ¡Yoongi!

—Eres demasiado ruidoso. Ahora no corres peligro, han dejado de mantener los ojos en ti, solo querían darte un sutil aviso, el último, ya sabes.

—Estoy harto de secretos que perjudican mi vida.

—Por eso asumí este “recado”. ¿Recuerdas nuestro pacto? Mantente alejado de ese local y deja de hacer preguntas, así estarás a salvo.

—Sigo sin saber cómo mi vida ha cambiado de un día para otro.

—Por ser demasiado cotilla.  

—Hablando sobre el pacto. ¿También recuerdas tu parte, no? Esta noche nos encontraremos en la feria de Dongjak. Noona te ha invitado para pasar la noche con mis amigos. ¡Ni se te ocurra faltar!

—Como quieras. —Y colgó.

 

Tan seco como siempre. No se había sorprendido cuando Yoongi confirmó sus sospechas, es cierto que él ya se había encargado de avisarle esa misma mañana sobre la situación incómoda de la que el moreno era la gran pieza protagonista, aunque Hoseok no se hubiera acordado por completo. Se volvió a tumbar en la cama y esperó un rato para quedarse dormido una vez más.

 

—Hoseok, ¿tienes un momento? —No, aún no podía dormir. La voz de Taehyung al otro lado de la puerta, le mantuvo despierto.

—Sí.

 

La cabeza de Taehyung asomó por la puerta y colocando sus manos en los bolsillos traseros de su pantalón, entró con nerviosismo y mirando el suelo, se acercó hacia el chico.

 

—¿Cómo te encuentras?

—Bien.

—Estábamos pensando en no ir a la fiesta de hoy.

—¿Cómo? ¡No! ¡Ni hablar! —bramó al tiempo que se levantaba de la cama impresionando al castaño y comenzó a hacer movimientos ridículos con las manos y pies, intentó bailar alguna coreografía mientras mantenía los ojos muy abiertos. Quería demostrar que era capaz de comerse el mismo mundo por no faltar a esa fiesta. Una oportunidad demasiado buena para hacerle saber a su hermana que era homosexual y tenía un novio de diez, no quería desaprovechar una ocasión de oro. —¡Estoy bien! ¡MUY BIEN, TAETAE!

—Hoseok, acuéstate, no estás bien. ¿Tienes fiebre? —hizo el amago de acercarse al chico con la palma de la mano estirada como si quisiera tomarle la temperatura de su frente.

—¡Créem…

—¿Desde cuándo conoces tanto a Yoongi? —cortó Taehyung tan directo como siempre.

—¿Qué? Ah, lo del pacto. No nos llevamos tan bien, TaeTae. Mmm, ¿sabes si tiene otra profesión aparte de…?

—¿…de actor porno?

—SSSHHH. —cubrió la boca del opuesto con ambas manos asustado por si alguien más le escuchara. —Por favor, sé discreto. Es un tema realmente importante.

—¿Tan importante como para mentir, Hoseok? Tú no mientes.

—Este Hoseok ha empezado a tomar algunas pequeñas decisiones para salvar su culo.

—No quiero formar parte de tu circo. Creía que eras leal ante tus principios. No eres así, Hoseok. —dicho eso, se levantó y se acercó a la puerta para salir. — Debes decir la verdad antes de que todo se complique más.

—Sólo serán dos días hasta que la tormenta pase. Por favor, entiéndeme. No puedo pasar esta oportunidad.

—Increíble. —suspiró pesadamente Taehyung antes de marcharse.

 

 

Hoseok estando completamente solo, se tiró en la cama a la vez que cerraba los ojos y estiraba los brazos. Su cabeza daba vueltas y no soportaba los propios remordimientos consumir su consciencia. ¿Estaba haciendo lo correcto? ¿Esta era la manera más apropiada para esconder una verdad? Pensó en los momentos, los tantos momentos que se había sentido presionado por la insistencia tenaz de su madre. Aquellos momentos de enfado, de vergüenza, de desconfianza que había experimentado en comidas familiares, en citas sorpresas, en llamadas telefónicas. ¿Era correcto haber ideado, como dijo Taehyung, un circo lleno de mentiras?

Y con ese último pensamiento, Hoseok se rindió en los brazos de Morfeo, olvidando por completo el mundo real.

 

 

 

 

 

<<<. . .>>>

 

 

 

 

—Vamos. —dictó el chico de traje y corpulento que apareció tras abrir la puerta.

 

Yoongi le mandó una mirada al tipo como respuesta a la orden y continuó, colocándose la última media hasta llegar al muslo. Echó un vistazo a su despeinado cabello oscuro y rostro maquillado ocultando su cansancio y sus pocas ganas de querer hacer lo que iba a hacer. Su mirada vacía se podía reflejar partida en aquel espejo deteriorado y dañado que reposaba en una esquina de la oscura y pequeña habitación. Por su mente no concurría ningún pensamiento estable y consciente sobre su físico, ni en la poca ropa que llevaba, ni en los próximos personajes quienes serían testigos de contemplar cómo su orgullo era arrastrado una vez más.

¿Orgullo? Yoongi ya no tenía de eso, desde una edad temprana un monstruo se lo arrebató junto a varias personas que llegaron día a día, tal como si hubieran estado colocados en una única fila para despojar, un poquito más, el orgullo y dignidad del chico vendido por sus padres.

Hubo una persona que le había ayudado, o eso fue lo que creyó Yoongi cuando era un simple enano. No obstante, existió esa persona que le prometió, como todos, una felicidad junto a él, del propio bienestar y de un orgullo y autoestima reconstruido gracias a su apoyo, pero esta persona era distinta al resto, fue la primera que, aunque no pudo estar a su lado hace unos años, le ofrecía la mano, la única mano que no tenía intención sexual, la única que recibió tras mucho tiempo deliberando de si era lo correcto. Esa persona, su hermano mayor, le dedicó unas palabras, unos sentimientos que capturó rápidamente el corazón de un inestable Yoongi.

Pero, ahí estaba otra vez, como tonto, permaneció otra noche en ese lugar, específicamente en ese pasillo cuyo suelo era de la más sucia moqueta que podía existir, impregnado del olor seco y húmedo del ambiente contaminado, pasillo que parecía el mismo corredor de la muerte, o como sería en este entonces, corredor de mutilar una vez más el alma de un actor porno.

¿Todos los actores de esta industria tenían un doble trabajo como de servir a los mandamases de una mafia?

Inesperadamente, sintió un fuerte tirón en su hombro dañado y se giró molesto, encontrándose con un angustiado y despeinado Jimin. Parte de su maquillaje estaba corrido por toda su cara, pero no le importó pues estaba acostumbrado a verle así casi todos los días y más en esta área.

 

—¿Qué coño quieres? Tengo que…

—¿E-es verdad que tienen los ojos puestos en Hoseok?

 

De repente, Yoongi empujó al chico contra la pared más cercana al tiempo que situaba su brazo en el cuello del menor.

 

—¿Qué te han dicho? —masculló con el ceño fruncido Yoongi. —¿Cómo coño lo sabes? ¡¿Cómo?!

—Lo es-es-escuché. De Am…Amber, ya sabes, como siempre está con Woonyeok.

—Esa puta no puede mantener la maldita boca cerrada. —se separó de él y suspiró. —Supongo que sabes lo de aquella noche. Querían darle su merecido y fui voluntario para darle una paliza. Mejor yo que nadie.

—¿Ahora sirves para la armada? —dijo en tono irónico. —Pueden que no le hayan quitado el ojo, Yoongi. Eres el que más conoce esta mierda y el que ha visto cómo chicos como él han llegado aquí por una simpleza. Como yo.

—Hemos pactado un acuerdo, algo a cambio de algo. Si cumplo mi parte, el pasa de meter sus narices con esta gente.

—¿Qué tipo de acuerdo?

 

Las voces, que provenían de la habitación a la que tenía que acudir, se hicieron más presentes. Continuas quejas produjeron que de aquella habitación saliera el mismo guardia de antes y que de un movimiento agarrara el brazo de Yoongi para desplazarle bruscamente a ese lugar plagado de quejas, alejándose continuamente de Jimin, quien se quedó sin habla mientras veía a esa persona desaparecer con el guardia tras una puerta corrediza.

A continuación, las voces profundas de las personas que estaban en el interior fueron acompañados por la suave voz de un Suga realmente derrotado.

 

Jimin cogió el teléfono y envió la grabación de la conversación que mantuvo con el moreno a un número oculto. Se llevó una mano a su flequillo castaño, barriéndolo hacia atrás al tiempo que volvía sus pasos y desaparecía por otra habitación.

 

Cada vez tenía que ser más cuidadoso.

 

 

 

 

 

 

<<<. . .>>>

 

 

 

 

 

 

Esa sonrisa que contempló por primera vez hace tiempo, esa sonrisa que mostraba unas encías rosadas, unos blancos dientes, unos labios suaves y voluminosos, sus ojos encogidos, miraban a esa persona con ternura. Hoseok aún lo recordaba, fue en esa fiesta, la fiesta de empresa, justo en el momento después de haber compartido unas palabras en el baño sobre la primera noche que se acostaron y que tras salir se encontró esa escena de él con Jimin, fue aquel momento que sintió por primera vez unas fuertes pulsaciones en su corazón, no quería admitir que sentía tanta envidia por no ser la persona que le dedicase una mirada así, tal como ese estúpido deseo interno de ver a un Yoongi girándose hacia a él, acercándose y terminar lo que no acabó en el servicio.

Con cada segundo que pasaba, más fuerte era el deseo de sentirse arrinconado contra la fría pared del baño por el contrario mientras continuaba con los toques atrevidos que le proporcionaba en la zona más baja de su anatomía. Quería escuchar esas fuertes palabras en su oído, explicándole la depravada imaginación que tenía y lo acertada que era al ritmo de esos movimientos que se convertían en círculos lentos contra su hombría. Quería disfrutar de ese repaso que hacía con el dedo en la longitud del mimbro y seguir con aquellas cosquillas en forma de círculos que le maravillaba, le obligaban a coger más oxígeno e intentar no ahogarse entre tanto regocijo. El continuo vaivén de la pelvis de Yoongi frotándose contra la suya le hizo posar sus manos sobre las caderas del más bajo e incrementar el toque que ejecutaba con solo la fricción de su entrepierna. Echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos con fuerza, dejándose llevar, por fin, de las sensaciones placenteras de esa mano experta bajo sus pantalones. Para su sorpresa, él, Yoongi con esa voz impaciente y lujuriosa le pedía, le rogaba que le mirase. Se pegó más a él y como si de un potente imán se tratase, Hoseok se arrimó también a él entre suspiros desgarrados.

 

"Vamos, mírame. Mírame. Te la voy a chupar como la primera vez, Hoseok. Tan solo, mírame."

 

 

Y abrió los ojos.

 

 

 

 

Los suspiros fuertes junto a sus latidos acelerados rompieron el silencio de su habitación. No quería hacer caso a la petición del fantasma de sus sueños más húmedos, ya que sabía, con certeza, que para cuando abriera los ojos, volvería al mundo real. Pero aun así le hizo caso.

 

Acababa de tener un sueño húmedo con...

 

Su mirada viajó a su entrepierna despierta que abultaba por debajo de sus pantalones y pegó un sobre salto al descubrir la travesura que había cometido sin pensar. Las acciones que ejecutaba Yoongi en él, realmente se lo hizo a sí mismo. Hoseok se había tocado ya por tercera vez pensando en un chico que no le gustaba, o eso creía.

 

 

—¡Hobi! ¡¿Qué tal estás?!

 

Su hermana mayor apareció por la puerta interrumpiendo los alborotados pensamientos del chico que no tardó, ni un segundo, en buscar su almohada y colocársela entre las piernas. Hizo como que buscaba el móvil entre las sábanas mientras fingía haberlo encontrado a medio metro de él.

 

—S...Sí. Estoy bien.

—¿Seguro?

—Sí, Jiwoo. ¿Qué quieres?

 

Jiwoo abrió los ojos sorprendida por la escueta contestación de su hermano ya que nunca había recibido una respuesta tan seca por parte de él. Se acercó a él sin percatarse de la almohada entre sus piernas y se sentó a su lado. Cogió el mechón de pelo de Hoseok que sobresalía de su cabello y se lo colocó con dulzura.

 

—¿Has tenido una pesadilla? Mi Hobi no suele tener malos sueños, ¿verdad?

 

“No sé si se podría clasificar como un mal sueño” pensó Hoseok.

 

Parecía que Jiwoo le conocía demasiado bien, tanto que pensó que tenía otro sexto sentido específicamente para él y negó al tiempo que se abrazaba a ella, escondiendo su cabeza en el pecho ajeno. Si supiera de lo pervertida que estaba siendo su cabeza últimamente, ahora mismo Jiwoo acabaría perdiendo la fe en él.

 

—Tuve mucho calor.

—¿Estás mejor? Podemos cancelar lo de esta noche. Por cierto, tus amigos se han marchado temprano a la espera de asistir o no dependiendo de tu condición.

—Estoy bien, noona. Solo necesitaba descansar un poco. Los trabajos de la universidad me mantienen en vilo casi todas las noches.

—Tenemos que prepararnos ya, Hobi. —murmuró mientras acariciaba el cabello del moreno, enterrando las yemas de sus dedos. Hoseok amaba que le hicieran eso, las caricias en su cabeza, en el cabello, el cosquilleo intenso que provocaba esos suaves movimientos en su cuero cabelludo, le adormilaba poco a poco. —Echabas de menos mis masajes, ¿mmm?

—Sigue~ —mandó con un hilo de voz inaudible.

De repente, su móvil sonó recibiendo una llamada que cortó la conexión pausada que tenía con su hermana. Jiwoo, buscó el aparato entre las sábanas y ojeó la persona que le llamaba por el nombre de:

—¿”El actor de paja”? Hobi, ¿qui… —no pudo terminar la frase pues el moreno le arrebató el teléfono para colgarlo apresuradamente.

—N…No es nadie, bueno sí. —Era tan malo mintiendo que volvió a abrazarla para que no viera las facciones de su rostro. — ¡Noona! Es un amigo que conocí en el grupo del teatro de la universidad y…

—Vale, vale, pero no pierdas mucho tiempo en prepararte, Hobi. —Tras eso, le dio un corto beso en la coronilla antes de salir por la puerta. —¡Si te sientes mal, avísame!

—¡Síiii!

 

Hoseok esperó unos segundos para que la chica se marchara y encendió el móvil mirando la llamada que había optado por colgar. ¿Por qué le estaba llamando ahora? ¿Por qué él? Después haber tenido un sueño tan…

Se colocó el móvil en el oído y esperó a que el chico cogiera su llamada, dudaba que lo hiciera por haberse negado antes a responder ya que su cuartada peligraba con su hermana delante. Los timbres largos y continuos duraban cada vez más y sí, no había fallado en pensar que esta vez el rechazado era él. Poco a poco, conocía más a Yoongi y no se sentía orgulloso de ello.

Cortó la llamada cuando el contestador dio la señal de dejar un mensaje de voz. Suspiró mientras dejaba el móvil a un lado e iba hacia su armario para comenzar a cambiarse. ¿Qué podía ponerse para eventos de este tipo?

Inesperadamente, escuchó unas piedras retumbar en su ventana que le hizo detener cualquier acción e ir hacia la parte más fresca de su habitación. Abrió la ventana mientras era víctima de un pequeño golpe de otra piedra más grande.

 

—¿Por qué me has colgado imbécil? —habló Yoongi en voz alta, cosa que asustó a Hoseok quien no se esperaba recibir esa visita tan inoportuna. Le hizo señales para que cerrara la boca y no hiciera más ruido con el temor de que su hermana le escuchara. —¿No me escuchas? Vale, Qué POR QUÉ ME HAS COLGADO, IMBÉCIL —gritó aún más alto haciéndolo aposta.

—¡Cállate!

—No me hagas esperar más y baja. —mandó Yoongi mientras volvía a su coche aparcado frente al portal.

Una vez vio el coche gris del actor el mismo día que le acercó al aeropuerto antes de embarcar para ir a la isla Jeju, Yoongi afirmó que era uno de los tantos regalos que le hacían ciertas personas, sin embargo, este coche era nuevo con una carrocería totalmente negra, elegante y brillante, como si hubiera sido adquirido ese mismo día. Yoongi parecía cuidarlo muy bien. ¿Se trataba de otro regalo de sus tantos pretendientes?

Hoseok cogió su teléfono de vuelta y le llamó para que hablaran por el dispositivo y no hicieran tanto ruido en la calle, pero Yoongi tampoco respondía. Cuatro toques después, Hoseok se acercó a la ventana con el fin de regañarle, no obstante, la escena que estaba presenciando a través de sus ojos, le dejó sin habla.

Jiwoo conversaba con Yoongi y le invitaba a la casa. ¿Qué hacia Jiwoo ahí?

 

—¡Noona! —gritó por la ventana, pero esta no le escuchó. —¡JIWOO! ¡NO!

 

Hoseok salió disparado hacia la puerta de entrada que se abrió lentamente por el empuje de la chica sobre esta, permitiendo la llegada de Yoongi, su "novio" y su hermana, entretenidos en algún tema insignificante de conversación. Jiwoo se dio cuenta de la presencia de su hermano pequeño y después miró hacia el invitado.

 

—¡Hobi! ¡¿Adivina a quién me he encontrado?! He ido a tirar la basura y Yoongi-ssi estaba esperando fuera. ¿Por qué no le has abierto? —regañó al contrario que solo se dedicaba en divisar atento las facciones de un indiferente Yoongi. — Puedes sentarte aquí Yoongi-ssi. Hobi no tard...

—Tengo que hablar con él, noona. Me lo llevo a la habitación. —interrumpió Hoseok cogiéndole de la muñeca al invitado sin pedir permiso y le encaminó hacia su recamara.

—No tardéis. —dijo esbozando una risa tonta y tímida pensando en lo que tenían que hablar o hacer. Dejó que los chicos se fueran para comenzar a prepararse ella también.

 

 

 

 

 

<<<. . .>>>

 

 

 

 

 

—¿Me vas a soltar?

—No, o sea sí. —miró su agarre aún en su muñeca y le liberó. — ¿Qué haces aquí?

—¿No puedo visitar a mi "novio"? —dijo en tono sarcástico.

—Si vienes por la salida de esta noche, me sorprende porque pensé que no ibas a venir.

—Tenemos un pacto. Mi parte siempre las cumplo, esperando que la otra parte la cumpla, ¿verdad?

—Tranquilo. Tu golpe me ha retenido en casa por unas horas. ¿Sabes? También cumplo mi parte. Aunque no confíes.

—¿Te he pillado haciéndote una paja? —dijo repentinamente, señalando a su entrepierna, provocando que el aludido pegara un brinco y le diera la espalda mientras guiaba su mirada a esta. —O sea que eres de esos tipos. —se cruzó de brazos mientras se sentaba en la orilla de la cama. — ¿No cogías el teléfono por masturbarte cual desesperado?

 

No era eso.

 

—¿O porque no escuchabas tu teléfono por ver porno en el ordenador?

 

Tampoco era eso.

 

—¿Repasabas las últimas grabaciones protagonizadas por mí? ¿Es eso?

 

No. Algo peor.

 

—¿Has tenido un sueño caliente?

 

Y Hoseok tosió inesperadamente. Fue hacia las puertas de su armario para coger la ropa y cambiarse en el baño pues no deseaba que el ajeno viera el espectáculo, le intimidaba mucho ese par de ojos sobre él.

 

—Vamos a ir a las fiestas de Gwangju. Conocerás a Seokjin, Jungkook y Taehyung, aunque de este creo que le conoces.

—Sí, le conozco. —respondió secamente. —El que te llamó en la playa.

 

A partir de esa respuesta, Hoseok recordó la incomodidad que seguro Yoongi vivió en ese día y se sintió muy culpable.

 

—No estoy a favor de esta relación, pero hoy debemos ser increíbles. —dijo en un tono más bajo de lo normal, puesto que, aunque estuviera en el baño, no quería que una tercera persona le escuchara. — ¿Sabes a qué me refiero? —se colocó una camisa de palmeras llamativas y buscó los pantalones que creyó haber cogido, pero por estar pendiente del invitado, se le quedó en el armario cerca de Yoongi. Sacó su cabeza cuando abrió la puerta del baño con sutileza para captar la atención del otro quien ojeaba las notificaciones del teléfono. Sintió sus mejillas calientes en el tiempo que la mirada del chico tropezó con la propia. — ¿Puedes pasarme los pantalones? —carraspeó reposando la mirada en su armario a medio cerrar.

—¿Soy tu chacha? —enarcó una ceja volviendo a mirar su teléfono.

—Estoy en calzoncillos y… no volveré a pedirte nada más en esta vida. Lo prometo. —dijo intentando convencerle. Le daba demasiada vergüenza salir en esas condiciones y más estando él presente.

—Tampoco quiero encontrarte en la próxima vida.

—Gracias. Voy a por él.

 

Tal respuesta sacó una sonrisa ladeada por parte de Yoongi, sin que el otro se diera cuenta.

Antes de salir, Hoseok cogió una toalla para ir a por sus pantalones. Con pasos inseguros, se dirigió a su objetivo. En el camino, le envió una mirada asesina al chico que siguió mirando el móvil. No obstante, por dicha acción, Hoseok se resbaló hacia un lado por no mirar donde había pisado. La toalla atrapada entre el suelo y el pie del moreno, le impulsó a deslizarse hacia un tranquilo Yoongi. Y todo se formó un caos.

 

El móvil acabó por encima del cabello de ambos chicos. Hoseok sobre él y Yoongi debajo del chico torpe.

 

Silencio.

 

Aquello desconcertó a Yoongi pues la pantalla de su móvil fue sustituida, en un abrir y cerrar de ojos por el rostro de Hoseok que al igual de sorprendido, no decía nada. Sus músculos no reaccionaban, su respiración se paralizó, su mirada viajó hacia los labios entreabiertos del actor. Tan rosados, tan suaves, tan adictos. Tal como fue en su sueño, como aquel Yoongi de sus fantasías más fogosas. Hoseok, por unos escasos segundos, pensó en visualizar aquel Yoongi que le pedía abrir los ojos mientras le masturbaba con lujuria y parsimonia. Creyó estar enfermo, un enfermo por imaginar cosas de ese nivel estando en una situación que ni él se podía mover. No quería mirarle y concebir sucesos indebidos con sus labios, ojos, boca.

Cerró los ojos y se apartó encima de él balbuceando.

Sin embargo, Yoongi le detuvo con una mano en su brazo y le miró fijamente.

 

—No vuelvas a irte como aquella vez. —masculló.

 

¿Cómo?

 

Tiró de su brazo dejándole en el mismo sitio de antes y volvió a hablar.

 

—No me gusta la soledad. —admitió en voz baja sin quitarle la mirada. Esa confesión le extrañó hasta a él.

 

La respiración de Hoseok comenzó a acelerarse pues no entendía tal acción ni las palabras que parecían significar mucho más que una frase cualquiera.

 

¿Soledad?

 

Y entonces comprendió. Hablaba de lo que pasó en la isla. Recordó que al día siguiente se arrepintió por no haberle buscado esa noche, tarde se dio cuenta que necesitaba una compañía, pero Hoseok hizo lo contrario. Ese día fue en su busca para pedirle perdón, pero nada, comprendió que Yoongi había vuelto a Seúl, desapareciendo como tantas veces había hecho, en silencio y sin que nadie se diera cuenta.

 Como otras pocas veces, descubrió, una vez más, que en el corazón de Yoongi habitaban tantas incógnitas sin resolver que acarreaba sentimientos dolorosos.

Fue un estúpido. Por decisiones inmaduras y egoístas, Yoongi recordó un pasado arduo que era necesario superar.

 

—P-Perdona por lo de esa vez. Fue un error haber di-discutido por una tontería y no resolverlo de una forma madura. —alternaba su mirada entre las sábanas y el rostro serio del mayor. Su voz temblaba cual cachorro angustiado y temeroso, sus mejillas volvían a calentarse y él solo deseaba acabar con eso para no sentirse aún más miserable. —Lo siento. —terminó por decir.

 

Yoongi, en cambio, continuaba tranquilo, independiente de la comprensión de aquellas palabras que más le costaba soltar a Hoseok. Sin moverse, pensó en la de veces que han estado en esa postura por simples accidentes sin sentido. Accidentes ocasionados por el despistado moreno siendo él una víctima más de su torpeza. Aunque en este caso, como en los últimos, algo en su mente estaba evolucionando al verlo tan nervioso encima suya sin poder exponer una palabra en condiciones, sin balbucear, su estremecimiento le causaba gracia, sus mejillas se tornaban lentamente rosas nuevamente, sus labios carnosos temblaban al igual que su mirada, visualizó cómo cerraba los ojos tal como si estuviera prohibiéndose mirar el rostro ajeno, estando de esa forma le parecía tan...

 

¿Desde cuándo Hoseok era atractivo, pero adorable? 

El muy idiota cerró los ojos cuando más le gustaba observar esa mirada oscura acompañadas de sus largas pestañas.

Espera, ¿le gustaba?

La respiración de Yoongi era calmada a diferencia del contrario, y eso, pocas personas, lo conseguían cuando estaban a unos centímetros de él. No estaba nervioso pues la cercanía de Hoseok le calmaba. Sin razón, su corazón mantenía cierta paz que le animaban a sonreír, pero luchaba para no mostrarlo. No era muy propio de él. Sin embargo, ese estúpido se lo ponía realmente dificil. Verlo tan tonto con los ojos cerrados y rogando internamente de su estupidez por los errores cometidos en el pasado le hacía querer darle un pequeño golpe por idiota. ¿Desde cuándo podía escuchar los pensamientos del chico y por qué se sentía dichoso por ello?

Su mano comenzaba a desplazarse hacia la cadera de Hoseok inconscientemente. Este último continuaba diciendo palabras entrecortadas explicándose de cómo se sintió ese día, mientras que Yoongi aproximaba más su mano dejándose llevar reiteradamente. ¿Qué era Hoseok para él que siempre le ocasionaba lo mismo? Ni sus interesados, ni sus coprotagonistas han logrado lo que ese estúpido cámara conseguía. Quería tocarle e intentar disipar los malos recuerdos que retuvo esa tarde, experiencias que no valían la pena revivirlas en su mente y disfrutar de esa inexplicable tranquilidad.

 

—Mírame.

—¿Eh? —murmuró poniéndose más rojo que antes, subiéndosele el calor por las orejas y traspasando a su cuello. Esa simple palabra le había recordado algo que no era el momento correcto para rememorar.

—Mírame. —ordenó.

Sus párpados ascendieron cuando enfrentó su mirada a la opuesta y sintió su corazón latir enérgicamente.

—¿Qué eres? —dijo Yoongi mientras dejaba su mano en el mentón del chico.

 

Hoseok alzó las cejas totalmente sorprendido por las palabras repentinas que decía el otro. El contacto imprevisible de la mano en su piel, logró incrementar ese rubor y la parálisis en todo su cuerpo. Sabía a qué se refería Yoongi porque al igual que él, Hoseok se había preguntado lo mismo desde hace días, aunque no lo tenía tan asimilado. Yoongi también producía que su corazón latiese con fuerza tal como ahora.

 

—¿De qué hablas?

 

El mayor ladeó una sonrisa débil. Su interés había llegado a la punta del iceberg y no sabía qué hacer. Era la primera vez que desconocía cómo tratar con Hoseok, pero tenía ganas de aprender.

 

 

 

 

 

<<<. . .>>>

 

 

 

 

 

—¡Todos estáis muy muy guapos! —exclamó Jiwoo en la entrada del recinto mientras aplaudía ilusionada por estar rodeada de tantos chicos guapos.

 

Jungkook vestía de una forma tan atractiva, más de lo que esa chaqueta de cuero que llevaba le hacía ver, el niñato era realmente guapo y todos entendían porqué el chico cautivaba rápidamente a una chica para pasarlo bien. Todo un casanova.

Seokjin, en cambio, se arreglaba más varonil, portaba un largo abrigo rosa que conjuntaba bien con las gafas en aquel rostro perfecto y delicado, se veía tan maduro que atrapaba la atención de cualquiera. Tanto él como Jiwoo estaban ilusionados en pasar una noche divertida, aunque el resto solo quería que finalizara cuanto antes. Entre estos se encontraba Taehyung con ropas holgadas que, aunque no pareciera, le quedaban extraordinariamente bien. Hoseok sonreía con las manos en los bolsillos esperando la llegada de Yoongi que venía en su coche negro.

 

—¿Va a tardar mucho Yoongi-ssi? —rompió el silencio Jiwoo dirigiéndose hacia Hoseok que miraba despreocupado los puestos de comida, juegos, atracciones, entre otras cosas. El resto se giraron curiosos para divisar a este. Nadie había asimilado la noticia tan reciente, ni el propio Hoseok que comenzó a tartamudear.

—N…No creo. Si queréis ir avanzando, puedo esperar aquí.

—¡Ni hablar! Es tu novio y no pasará nada por esperar un poco más, ¿verdad? —preguntó a los presentes consiguiendo que Jungkook y Seokjin asintieran, pero Taehyung evitó responder.

 

Tras la situación vivida en su casa, Jiwoo interrumpió el momento de la pareja para avisar de la tardanza. Yoongi decidió irse por su cuenta para poner en orden su corazón y prometió encontrarse después con el grupo. Ahora Hoseok dudaba de la certeza de aquella promesa. Dejó de mirar el lugar, la gente, las familias y parejas para ver el largo de la carretera, esperando por la pronta llegada del único que faltaba y por el que el resto quería presenciar. Obviando a Taehyung y Jiwoo, Seokjin y Jungkook no le conocían y ansiaban ver por fin el rostro del novio de su amigo.

Uno de ellos vio cómo una sombra se acercaba por la espalda de Hoseok e hizo un sonido de alerta que el desconocido silenció cuando abrazó por la cintura a su amigo y atrajo la atención de todos los de su alrededor.

 

—¡¡Hoseokkieeee~!! —dijo de forma tierna en el oído del aludido que también escucharon sus amigos. Yoongi sonrió de oreja a oreja y Hoseok se dio la vuelta con el ceño fruncido. Ese apodo le recordó a la forma cariñosa de su nombre por el que Yannick, el estilista de la isla de Jeju, le llamaba, ¿de ahí habrá sacado Yoongi dicho apodo?

—¿”Hoseokkie”? ¿Estás borracho? —susurró dándole un golpe para que le dejara de tocar la cintura. —¿Qué haces?

—¿A esto no te referías de ser geniales? ¿Una pareja increíble? ¿Mimosa y siendo estúpidas como el resto? Yo cumplo lo que prometo.

—¡Pero así no! —murmuró Hoseok un poco más fuerte sin que el resto pueda escuchar la conversación entre cuchicheos.

—¿Eres… Yoongi? Soy Seokjin. Encantado. —se acercó el mayor con una sonrisa tierna en los labios.

—Y yo, Jungkook. Mucho gusto. —hizo una leve reverencia con la cabeza.

 

Yoongi asintió y echo un vistazo a todos los presentes, segundos después, su mirada recayó en la cara que más conocía entre los amigos de Hoseok y esta se tornó sombría. Taehyung le miraba serio también, sin cruzar palabras o una escueta reverencia, permanecieron en aquella conexión visual por unos simples instantes que Hoseok dudo de si eran minutos o no. Finalmente, Taehyung comenzó a andar molesto y sin aguantar la presencia de su compañero de trabajo, se dio la vuelta.

 

—¡BUENO! ¡Dentro de dos horas son los fuegos artificiales y quiero ver todo lo que haya! Nos lo pasaremos bien, ¿verdad? —habló Jiwoo con entusiasmo siendo la primera en comenzar el recorrido de los puestos.

—¡Vamos vamos! —continuó Hoseok cogiendo del brazo a un Yoongi que comenzaba a mentalizase sobre la actuación de pareja perfecta.

 

Seokjin no le quitaba el ojo al actor, tenía ganas de conocerle un poco más, su comportamiento, sus formas de tratar a Hoseok, conocerle, más de lo que podía presenciar. Pasó su brazo por el hombro de Jungkook y este por la espalda.

 

—Supongo que Hoseok se controlara con la bebida esta vez. —murmuró Jungkook obteniendo una carcajada fuerte por parte de Seokjin.

 

 

 

 

 

<<<. . .>>>

 

 

 

 

 

Las colas para jugar en cada caseta incrementaban en cada minuto que pasaba. Había tanta gente, tantos niños que les dificultaba optar por un juego u otro de acuerdo a sus capacidades y gustos. Jiwoo señaló un juego de pistolas en las que debías disparar a unas botellas de plástico y conseguir el peluche o juego que quieras. La chica arrastró a su hermano y a los chicos hacia la caseta y tras esperar por unos minutos exasperantes en la cola, eligieron un arma con el que iban a disparar.

Jiwoo y Seokjin eran los primeros jugadores. Preparados con el arma en sus manos hicieron una cuenta atrás para empezar. Hoseok sabía que el chico iba a ser el primer perdedor de la noche pues conocía de las buenas habilidades que atesoraba Jiwoo con las armas, cualquier arma. No le convenía que su hermana supiera sobre la mentira porque intuía que se quedaría sin trasero por un disparo.

 

—Tres, dos… UNAAAAA. —gritó la chica y disparó con su falsa beretta de 9mm hacia esas molestas latas de plástico, consiguiendo en menos de tres segundos dos victoriosos disparos.

—¡Noona! ¡Noona! —alzaba los brazos y animaba a su hermana entre gritos de júbilo y animados.

Yoongi enarcó una ceja seria y suspiró por la situación en la que se encontraba. Odiaba soportar tanto ajetreo, ruido y fiesta. Miró su reloj esperando por el final de ese día.

 

—¡ME FALTA UNO! —avisó mostrando felicidad en sus palabras. Era una gran competidora y pocos le ganaban. Una jugadora decidida con creces.

—¡Tú puedes! —saltó Taehyung a la par que Hoseok para animar a la chica.

—¡YAH! ¡¿Y a mí nadie me anima?! —gritó Seokjin abriendo los ojos incrédulo y frustrado, poniéndose cada vez más nervioso por los fallos que ejercía debido a la tembladera de la escopeta en sus manos. —¡Jungkook!

—Hyung… Es que realmente eres malo. —confesó con los brazos cruzados y haciendo una mueca de deshonra.

 

La fémina dejó la pistola sobre la mesa mientras se tocaba el pelo satisfecha por haber conseguido ganar esta partida como en tantas veces que había jugado en juegos de ese tipo. Sus dudas se esfumaron cuando a lo lejos visualizó un gran conejo rosa de largas orejas, el cual señaló con mucha alegría. El encargado le dio dicho peluche y agradeció por jugar. Taehyung, Jungkook y Hoseok comenzaron a aplaudir y expresar la magnífica habilidad de la chica consiguiendo que Seokjin le diera un golpe en la cabeza a cada uno.

 

—¡Y a vuestro hyung también! —se quejó.

 

Avanzaron mientras reían e intercambian anécdotas de las ferias a las que habían ido de pequeños. Llegaron a un juego de dardos en el que Jungkook decidió jugar, puesto que, había practicado durante mucho tiempo y entre todos eligieron su contrincante pues nadie quería enfrentarse a un chico tan competidor y experto como lo era el menor. Taehyung fue el elegido, aclamado por la mayoría menos por Yoongi, aceptó mientras se acercaba hacia la barra y cogió los cincos dardos ajustándolos entre sus largos dedos.

 

—¡Taehyung! ¡Taehyung! ¡Taehyung! —animaban eufóricos los hermanos Jung uniéndose después un Seokjin igualmente estimulado.

Jungkook se les quedó mirando con una ceja levantada mientras ahogaba una sonrisa.

—Ahora sabes cómo se siente que nadie te anime, ¿eh? —habló Seokjin aún dolido.

—Pero yo sé que voy a ganar. —se encogió de hombros el menor arrebatando una sonrisa a Yoongi. Esa actitud tan arrogante le causaba cierta gracia.

—¡Empecemos! —avisó Taehyung al tiempo que guiaba la punta del dardo en la diana. Jungkook ya se le había adelantado y tras la indicación lanzó un dardo dejándolo al lado del centro pintado de blanco. El resto exclamó impresionado y Hoseok aplaudió animado.

 

Los sonidos del acoplamiento de la punta con los agujeros de la base fueron como unos disparos tanto buenos por parte de Jungkook como malos por parte de Taehyung, sin embargo, era clara la victoria del menor. Algunos dardos salieron disparados de la base por la mala guía de Taehyung que ocasionó grandes carcajadas del resto y del propio Jungkook que se encogió de la risa. Fue una pequeña ventaja que adquirió el castaño en conseguir más puntos, pero que dejó escapar cuando Jungkook tiró el último entre risas, consiguiendo el mejor puntaje, una victoria breve y limpia. Todos comenzaron a aplaudir mientras Taehyung seguía riéndose por sus fallos más sencillos. Hoseok le dio palmaditas en la espalda y Jiwoo acarició el cabello de Jungkook felicitándole por su gran jugada. Este se sonrojó y asintió nervioso. Posteriormente, se giró hacia Taehyung y le felicitó por el juego y el esfuerzo desempeñado.

 

—Gracias, Jungkook. La próxima vez debemos jugar juntos también.

—Puedo enseñarte. —Dicha afirmación ocasionó una amplia sonrisa por parte de Taehyung y alzó el pulgar.

—¿Cuál es tu peluche favorito Hobi? —Aunque su hermana ya lo sabía quería que su novio le escuchara con atención y lograra el peluche por él, como en todos los dramas que había visto. Tan romántico y de un amor inocente.

—Mmm, los juguetes de vinilo, pero no creo que se puedan conseguir aquí, así que algún peluche gracioso. —dijo con indiferencia. —Pero, noona, eso ya lo sabes. 

—Estoy segura que Yoongi-ssi estaría encantado de lograrlo por ti, ¿verdad? —La chica se dirigió hacia el nombrado que estaba muy absorto en sus pensamientos o dormido con los ojos abiertos.

—¡Noona! No digas tonterías.

—MMMM~ Le puedo conseguir lo que sea a MI Hoseokkie. —dijo espabilándose y haciéndole aegyo a su novio. —¿Mmm? —Hoseok quería arrancarle la cabeza en esos momentos. Odiaba ese tono de voz y ese sobrenombre que aparecería en sus mayores pesadillas.

—Para. —susurró para él.

—¿Y si probamos en esta máquina? —dijo la chica acercándose al aparato lleno de juguetes que solo se podían adquirir a través de los ágiles y pensados movimientos del gancho.

—¿Vamos, Hoseokkie? —habló Yoongi con una sonrisa más falsa que las ganas de querer estar ahí.

—No me llames así. —volvió a susurrar. Yoongi se encogió de hombros y fue hacia la máquina.

—Uuuuh~ Le gustas mucho, Hobi. —Hoseok sonrió sin ganas a su hermana y continuó caminando.

 

Nada más introducir la moneda que pedían como condición, Yoongi atrapó el mando entre sus manos e ideo un plan para ir a por el primer peluche ignorando los deseos del moreno. El primer intento, se quedó como un mero intento pues el peluche elegido había resbalado de las garras del gancho.

 

—Vaya, es una pena que no lo hayas conseguido. —habló Jiwoo.

—Realmente ese juego es difícil porque tienes que estar pendiente de muchas cosas.

—Cierto. —dijo Seokjin.

—¡Vamos Yoongi-ssi! —animó la chica y después se unieron el resto poniéndole más nervioso al encargado de capturar el peluche.

—Ni siquiera me gusta ese muñeco. —murmuró Hoseok empezando a aplaudir.

 

Nuevamente Yoongi, tras meter por segunda vez una moneda, perdió el juguete por el mismo motivo anterior.

 

—¡Yah! —gritó hacia la cabina.

—Déjalo, podemos probar otra cosa Yoongi, además no quiero que…

—Cierra el pico, niño. —musitó entre dientes y volvió a introducir otra moneda yendo hacia el mismo muñeco.

 

¿Acaso se había mosqueado por una tontería así?

 

Jiwoo escondió una risa en su mano de forma tímida, el chico era tan gracioso que no le importó quedarse un poco más para verlo competir contra la máquina y sus habilidades. Hoseok intentaba no perder la paciencia viendo al actor cometer los mismos errores por guiar mal el joystick y se acercó para ayudarle. Antes de que el tiempo de la partida acabara, Hoseok colocó su mano sobre la mano opuesta y le ayudó a redirigir la pinza.

 

—Te voy a ayudar porque eres realmente malo en esto. —murmuró a la vez que se colocaba a su lado y juntos movían el aparato. Jiwoo aprovechó a sacar su teléfono y echar una foto a los tortolitos para mandarla a su madre. Seokjin sonreía por lo ridículos que se veían intentando conseguir un mísero peluche que a ninguno le gustaba. Se veían muy graciosos y tiernos. —¡Idiota! Es así, ¡guíalo un poco más a la derecha! —exclamó Hoseok obligando con su mano a llevarlo a la dirección que le parecía apropiada.

 

—¿Eres imbécil? —inquirió moviéndolo hacia el lado opuesto. —¡Que es por ahí!

—¡Bastardo!

 

La pinza descendió cogiendo lo primero que tocó cuando el tiempo se hubo acabado. La pareja abrió demasiado los ojos golpeando la máquina y el mando para que el gancho soltara la pequeña caja de preservativos que consiguió por las direcciones indicadas por Yoongi y Hoseok. La pinza llevó la recompensa hasta echarla en la abertura de los premios conseguidos. ¿Qué hacía una caja de ese estilo en toda la cabina? ¿Algún chiflado de mantenimiento lo puso para hacer la gracia?

 

—Cógelo tú. —susurró Yoongi mientras se alejaba.

—¡Ni hablar!

 

Los chicos comenzaron a reírse sin parar intentado no ahogarse. Hoseok se moría de la vergüenza y Jiwoo grababa todo el asunto. Yoongi se desentendió yendo hacia otro juego con una sonrisa notable en los labios. Finalmente, Seokjin le convenció al moreno que lo cogiera porque podía hacer falta algún día. Jungkook se inclinó muriéndose entre risas de la mala suerte que tenían esos dos.

De repente, Taehyung, tras haber desaparecido por un momento, llegó en la circunstancia más correcta. Todos se reían y Hoseok escondía su rostro de la vergüenza al tiempo que sujetaba una caja llamativa.

 

—Hoseok. —llamó cuando apareció a su lado.

—¡TaeTae! ¿Dónde habías estado? Diles que dejen de reírse de mí. —se quejó con un puchero.

— ¡Te he conseguido esto! —Levantó un llavero de la rana Gustavo con una camiseta de Supreme.

 

Hoseok se sorprendió al igual que sus acompañantes y de un alejado Yoongi que escuchaba todo, aunque aparentaba que no.

—¿Dónde lo has conse…?

—Volví a jugar a los dardos y te lo he conseguido. —dijo con alegría y se lo tendió para que lo cogiera.

—Gracias. ¡Gracias!

 

La única persona que vio el rostro serio de Yoongi quien fingía no escuchar, pero sus manos se convirtiendo en dos fuertes y tensos puños, fue Seokjin. El mayor notó la forma incómoda en la que se encontraba y volvió a mirar a los chicos intercambiando un abrazo en condiciones.

 

 

 

 

 

<<<. . .>>>

 

 

 

 

Los niños bailaban alrededor de unas grandes cajas de comida, corrían por el largo pasillo de personas que disfrutaban de la mejor música, compañía y sobre todo de la buena comida típica coreana en los puestos localizados a ambos lados de la carretera. Las familias calmaban a los tantos niños con el miedo de que alguno desapareciese.

 

—De pequeño me perdí por muchas horas, deambulaba entre tanta gente en un día así hace muchos años, lloraba de impotencia y miedo de no encontrar a los míos. Finalmente, aparecí cerca de un campo, el mismo donde se realizaba la pirotecnia de los fuegos y lo pasé realmente mal. —explicó de la nada Hoseok cuando estaba degustando un helado junto a Yoongi. — De verdad que le tengo mucho miedo a perderme, aún le temo a los fuegos artificiales por eso. Fue una experiencia traumática. —terminó por sonreír y volvió a mirar su helado.

Yoongi no respondió y siguió observando los puestos. Algo más conocía de su acompañante y era que siempre le contaba sus mayores temores cuando estaban solos mirando el horizonte. Le gustaba escuchar, pero era tan hablador que las ganas de dejarle hablando solo eran inmensas.

 

—¿Y tú? —murmuró girándose hacia él.

—¿Mmm?

—Que si también has vivido algo así. —volvió a lamer su helado al ver que se le estaba derritiendo entre sus manos.

—Aah, eeh, mmm, pues no me gusta la gente tan habladora. ¿Algo así?

—¡Hey! Que no decía eso, pregunté si te ha pasado algo así alguna vez. ¿Me estabas escuchando?

—Claro que te estaba esc… —se quedó unos segundos en silencio dejando a un Hoseok expectante. — ¡AH! Sí, me encantas. Mi Hoseokkieeee~ Lo haces todo bien. Hoseokkie… —y una vez más actuó ese tono de voz tan agudo e insoportable. Hoseok enarcó una ceja, pero el otro le dio un codazo en un costado que le hizo encogerse.

—¡Chicos! ¡Estabais aquí! —exclamó Seokjin dirigiéndose hacia ellos con dos botellines de cerveza. —Jiwoo quería saber si queríais tomar también. ¿Os apetece? —sonrió de modo cortés y amable mientras tendía un botellín hacia el chico. — ¿Te gusta beber?

—No. —dijo secamente. —Gracias.

—Ehhh, sí Jin. Yoongi no es mucho de bebida y… —colocó una mano en su boca y se dirigió a Seokjin para proporcionarle una información relevante. —Es un bebé. —Aquella afirmación obtuvo una risa burlona de Seokjin y una mirada asesina a Yoongi que perfectamente había escuchado tal revelación.

—Ok, si queréis algo, podéis pedírmelo. Conozco a un buen barman que también está preparando bebidas aquí. —guiñó el ojo a Hoseok.

—¡¿NAMJOON ESTA AQUÍ?! —exclamó el moreno levantándose con los ojos brillantes y con una sonrisa de oreja a oreja. Le dio un par de golpes en el hombro a Seokjin mientras alzaba la ceja cual gesto de sospecha. —Iré a visitarle más tarde entonces.

—Él estará muy feliz de que lo hagas. —dijo antes de irse.

 

Tras eso, se fue con las bebidas donde se encontraba el resto de sus amigos que perdían tiempo y dinero en competir en algún juego de disparos con pistolas, otra vez. Jiwoo buscaba con la mirada al mayor que había desaparecido en busca de la parejita que había ido a por un helado que a su hermano pequeño le apetecía, un capricho, como siempre. No obstante, la espera se disipó al ver a su hermano pequeño mirándole mal a Yoongi y este de igual manera, aquello provocó que la chica ahogara una risa tonta. Ese par hacía tan buena pareja y su hermano pequeño se veía tan feliz que ella se encontraba muy a gusto.

 

—¡CHICOS! ¡VENID! —levantó el brazo agitándolo al aire para captar la atención de la pareja.

 

Yoongi miró hacia esa dirección y le dio un abrazo a su “novio” cuando descubrió una mirada ajena sobre ellos. Instintivamente, rodeó el cuerpo de Hoseok con sus brazos sin percatarse del helado que se derretía y que, por su acción, entró en contacto con la camisa del chico. No se dio cuenta e iba a pedir perdón, pero la risa asomándose en su garganta le bloqueó y estalló en carcajadas como nunca.

 

—¡¿PERO ERES IDIOTA?! ¡TEN CUIDADO! —Hoseok descendió la mirada hacia las palmeras de su camisa, arrastró el helado hacia el suelo cabreado y apartándose de Yoongi sin notar que un niño pequeño venia hacia él, Hoseok no le vio y terminó por tropezar con este haciendo que la bebida del pequeño, que mantenía con cuidado en sus manos, se vertiera en su camisa acompañando al helado de vainilla.

 

Yoongi se ahogaba entre tantas carcajadas que comenzó a dar golpes en su pierna como poseso mientras sus ojos conseguían ser más pequeños que antes. Sus encías rosadas se hicieron más visibles al tiempo que la tos de ahogarse con su propia saliva comenzaba a ejercer en él.

 

—Lo haces todo bien, Hoseokkie. —picó con esa voz tan molesta. —Eres tan despistado. —murmuró para sí mismo.

—¡YAH! ¡MIRA LO QUE HAS OCASIONADO! —se inclinó hacia el niño y le acarició la mejilla con ternura. — Este viejo te comprará la bebida que quieras, ¿vale? —señaló al chico que seguía tosiendo sin parar. —Perdóname.

 

El niño seguía observando su bebida en el suelo con tristeza y empezando a hacer pucheros, sus ojos se encontraban acuosos, pero asintió sin decir nada mientras escuchaba las palabras del mayor. Hoseok cogió a Yoongi del brazo y junto con el pequeño fueron hacia el primer puesto de bebidas que encontró. Pidió una bebida igual o parecida a la que echó a perder y pagó con el dinero de Yoongi que a regañadientes estaba viendo como el niño volvía a ser feliz mientras recibía la bebida nuevamente.

 

—Haz mucho dinero cuando crezcas y deja de ser una molestia como este de aquí. —recibió un codazo de Hoseok que volvió a dirigirse al niño, no obstante, este ya había desaparecido. El moreno empezó a mirar por todas partes buscando la cabecita del pequeño que escapó. —Se ha ido.

—¿Habrá vuelto con sus padres?

—Espero que sí. Vamos.

 

Inesperadamente, Yoongi le cogió de la muñeca para volver con los otros, no siendo consciente de las sensaciones que causaba en Hoseok aquel roce tan imprevisto e inocente.

Siguió los pasos del actor a la vez que veía su espalda vibrar ante los movimientos del abrigo negro que portaba ondeándose al viento. Su cabello, su corte de pelo, su nuca nívea, le gustaba, le encantaba y no podía dejar de verlo. Agitó su cabeza olvidándose de esos pensamientos y bajó la mirada divisando su camisa manchada. Se había enfadado con el otro por el accidente causado, pero no era más que un accidente y no debía echarle la culpa. Al contrario, se notaba extrañamente contento por haber logrado algo sin querer.

Él, Jung Hoseok consiguió que Yoongi riera como nunca antes. Estudió por mucho tiempo la forma de su rostro al sonreír, al reír, al divertirse por la mala fortuna de él, sus carcajadas fueron un nuevo sonido para sus oídos. Hoseok dejó escapar una floja risotada mientras era consciente de lo que había logrado.

 

—Tu hermana está por ahí.

 

Por una reacción tan natural e inesperada, sus impulsos le hicieron dejarse llevar, deseaba hacer algo fuera de los límites propios, algo que su propia mente había evitado todo este tiempo, y por ello, y con mucha valentía, Hoseok tiró de su muñeca, provocando que Yoongi se detuviera y diera la vuelta.

 

—Vamos a comportarnos como una pareja genial.

 

Murmuró Hoseok antes de llevar su mano al cuello ajeno, tirar con fuerza con el fin de estampar sus labios con los de él y fundirse en un ansiado beso que anhelaba sentir desde lo ocurrido en su casa.

 

Quería besarle.

 

Una vez.

 

Sentirle, solo a él.

 

—¿Estás loco? —susurró Yoongi sobre sus labios.

—Creo que sí.

 

 Yoongi esbozó una sonrisa ante la respuesta insegura del ajeno, llevó sus manos para posarlas en ambas mejillas sonrojadas del menor y corresponderle con muchas ganas.

 

Delante de todos, delante de Jiwoo y de sus amigos. Hoseok y Yoongi se besaban como cualquier pareja “genial” sin percatarse del lugar público que les rodeaba. Un sitio que muchos no estarían de acuerdo ante la demostración libre de cariño y lujuria, entre las personas que afirmaban este pensamiento se encontraba Taehyung, quien miraba desconcertado el espectáculo que habían montado. Sin decir ni una palabra, avanzó con pasos agigantados hacia la pareja y cogió de la muñeca a Hoseok separándole de Yoongi, quién se quedó sorprendido por la repentina desaparición del chico.

 

 

 

 

 

<<<. . .>>>

 

 

 

 

 

—¿Qué haces? ¡Taehyung! ¡Suéltame! —se liberó de su agarre de un solo movimiento cuando llegaron a un lugar apartado.

—N...No puedes hacer eso delante de todos.

—¡¿Qué?!

—¿Estás loco, Hoseok? ¿No es suficiente con mentir a tu hermana como para que comiences a besarle como si fuerais novios de verdad?

—No veo el problema cuando es algo que he deseado hacer.

—¡¿Hacer?! No eres el Hoseok que conocí. No sé qué te ha hecho, no sé cómo os habéis llegado a conocer tan bien, pero está mal. ¡Estar tan cerca de él está mal!

 

Hoseok frunció el ceño y avanzó hacia a él, colocando una mano en su brazo.

 

—Es un trato, Taehyung. Después de esto no volveremos a vernos. Casi es lo más seguro. —Sus propias palabras le ocasionaron un sentimiento agridulce en el alma.

—¡Trabajais juntos! Debes, debes alejarte de él. Tiene una vida complicada. Es un agujero negro que absorbe todo lo que haya a su alrededor. Debes... Debes mantenerte lejos. ¡Hoseok, hazme caso! ¡No me gusta que os conozcáis tan bien!

—¿Estás celoso?

 

Taehyung al oír esa pregunta se apartó de él y se dio la vuelta avergonzado, pero muy enfadado. No sabía si estaba en lo correcto el exponer cosas de ese estilo, pero era este un momento de oro, un ahora o nunca.

 

—Sí. Lo estoy.

 

Hoseok se mantuvo con la mente sosegada, intentando comprender lo que decía y sobre todo lo que sentía su amigo.

 

—Taehyung. No sé por qué dices eso, pero él... me gusta. Creo que...me gusta. Y sé más que nadie que estar a su lado es un peligro constante, pero desde que le vi por primera vez, trabajando o no y sin darme cuenta, me empezó a gustar. Todos nuestros encuentros en fiestas me han llevado a reflexionar sobre lo estúpido que soy frente a él —sonrió mientras se rascaba la nuca, tímido, recordando cada parte de su vida que había compartido con él, inconscientemente su sonrisa se convirtió en una más amplia.  — Y eso tiene un motivo que ahora por fin comprendo.

 

El castaño se dio media vuelta, tragó saliva y le miró totalmente serio.

 

—Hope. —le llamó en un angustioso hilo de voz. —Hope. ¿Recuerdas? ¿También crees que fue él con quien pasaste la noche de la fiesta de la empresa?

—¿Cóm...

 

Esa mañana cuando despertó desnudo junto a la fría compañía de una nota con una caligrafía sublime, Hoseok pensó que había pasado la noche con el actor, sin embargo, Taehyung le confirmaba lo equivocado que estaba. Tal acontecimiento había desaparecido de su cabeza por arte de magia.

 

—"Gracias por la magnífica noche, Hope. Espero que te recuperes de la resaca". ¿También esa noche él estuvo contigo?

—¿Nos a-acostamos j-juntos? —Le era tan difícil respirar que sentía desfallecer. — Nosotros...

—¿Tú qué crees? —dijo Taehyung evitando mirarle a los ojos.

 

No puede ser.

 

Yoongi, atento a esas palabras dio un fuerte golpe al coche más cercano de donde se mantenía expectante, ocasionando un fuerte y rudo ruido que desvió la atención de Hoseok y Taehyung hacia él. ¿Yoongi estaba ahí? ¿Desde cuándo?

 

¿Qué había pasado y por qué se sentía tan afligido?

 

 

 

.

 

.

 

.

 

.

 

.

 

.

 

Continuará

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

¡Hola otra vez! He vuelto después de unos meses totalmente agobiantes y estresantes ㅠㅠ Esta semana tuve mi último examen de todo el curso y aproveché a daros lo prometido en estos días de descanso. Como he terminado el curso, tendré más tiempo para actualizar, así que intentaré subir uno o dos capítulos por semana si mi imaginación no me deja desamparada.

Gracias por los comentarios que me habéis escrito ;-; Sois geniales. De verdad.

Espero que os haya gustado y nos vemos pronto. 💕



Lil B~



Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).