Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Así no confies en mi... yo te seguiré amando por toomin

[Reviews - 36]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Si no se entiende algo, escribanme en los comentarios para corregirlo 6v6

 

“Iremos de incognitos a Japón mi amor, es la mejor opción para descansar a pleno”

Maldito mentiros, embustero, secuestrador y todos sus derivados.

Japón, era el único lugar donde Choi Minho y su alocada vida como actor, no podían interferir con nuestro noviazgo. Porque sí, Minho era mi novio y estábamos de viaje por mis continuos reclamos hacia su falta de atención hacia mí y nuestra relación.

Estaba irritado porque no pude descansar la primera noche que pisamos los baños termales en Japón debido a un grupo de fans. Ni siquiera pude recorrer el lugar o tomarme una fotografía, ni siquiera fui consiente cuando el vapor del agua ya me estaba haciendo sudar más de la cuenta.

Tampoco fui consciente del momento en el que Minho me había terminado convenciendo para tener relaciones sexuales en un lugar público, cosa que me habría opuesto si mi pene no hubiera reaccionado antes que yo.

-          Minho, detente, ya es suficiente. Ya no tengo semen.

-          No, no puedo, no es suficiente, nunca es suficiente contigo.

Estaba sin poder sentir mis manos y mis rodillas. Y al parecer las manos de Minho se habían fundido contra la piel de mis caderas, las cuales eran cruelmente presionadas para dar mejor estabilidad a sus certeras embestidas que me tenían al límite. No quiero exagerar, pero no recuerdo cuantas veces me he corrido esta noche y él parece no querer detenerse nunca.

-          ¡Ah, no puedo más Min! Paremos, por favor, paremos.

-          Tranquilo amor, pronto te sentirás bien, ¿sí?

No pude terminar de maldecir, cuando sus manos se encontraban ahora sobre la punta de mi pezón y sobre la de mi pene húmedo. Sus dedos empezaron a juguetear con la punta y yo me deshacía entre sus brazos, gimiendo, jadeando y restregando mi trasero contra su hombría de forma desesperada.

-          Min… Minho, estoy asustado. No más, por favor.

-          No… no hasta que yo sea… el que se quede sin una gota por derramar.

-          ¡Idiota!...Dije…dije…que ya no…

Y no era como si me estuviera violando, porque mi cuerpo colaboraba para ser poseído por Minho. Estaba asustado, pues sus caderas no dejaban de chocar contra mis nalgas y su pene no dejaba de entrar y salir, rebelándose hasta lo más profundo de mi interior, haciendo que jadee como un adolescente primerizo.

-          Ves que eres… todo un experto eyaculando

Al fin se estaba cansando o eso creí. Me susurro esto al oído y mordió de forma erótica mi oído, estremeciéndome por completo al punto de correrme con fuerza y succionar su falo en mi interior.

-          ¿Te sientes bien ahora mi amor?

Me pregunto el muy descarado, ganándose un leve manotazo en uno de sus brazos desnudos por la vergüenza que me hizo sentir. Me dio un leve respiro posicionando nuevamente sus manos en mis caderas. Yo había terminado, pero él continuaba sin correrse y eso empezó a preocuparme porque no quería ser atrapado en esta situación.

-          ¿Minho?

Lo llame preocupado y con cierto temor ya que no me respondió, empezando a moverse nuevamente pero con más fuerza y velocidad que antes. Incluso ahora podía ver mi cabello desprenderse de mi frente sudada y mi cabeza rebotando por la brutalidad de sus embestidas-

-          Ya, ya me siento… bien… Paremos o nos descubrirán... ¿Minho?

-          Aun no y deja de moverte o mi pene se saldrá y ensuciaremos el agua.

Me respondió al fin con cierto tono infantil, cosa que me saco de contexto por lo que estábamos haciendo. Inclino mi cuerpo hacia adelante, dejando mis caderas levantadas y mi trasero expuesto y a su disposición absoluta. Sin ninguna gota de vergüenza, continuo moviéndose detrás de mí, sin importarle si alguien nos veía. Así era él, un ser despreocupado y que todo lo que no tenía que ver directamente con él, pues lo ignoraba.

-          Sabes que quieres que siga. Admite que quieres que me venga en tu interior y te llene como tanto… te gusta.

Nuevamente el calor se centró entre mis piernas y mi pene se empezó a endurecer. Santa mierda, estaba teniendo una nueva erección y mis gemidos eran comprados con aullidos porque ya no podía contenerme, no sí me lo estaba haciendo de esa forma tan salvaje y pasional.

-          Además… mierda tú tienes la culpa. Tú empezaste… hablar sobre eyacular.

-          ¡Basta!... Ah ahí Min…. Dame ahí... Te odio…

-          Shhh… gírate que quiero correrme viendo tu rostro.

Con cuidado, contrario a sus embestidas, me giro. Rodeo mi espalda y me abrazo hundiendo su rostro en mi cuello, aspirando mi aroma y presionándose contra mi cuerpo. Podía sentir cada espasmo, cada musculo contraerse y preparándonos para un orgasmo devastador.

Mis uñas se clavaron en su espalda y mis piernas presionaron sus caderas con fuerza. Un movimiento en seco y ya lo estaba montando. Me aferré a su cuello con fuerza y le deje hacer el trabajo porque mi cuerpo no tenía coordinación alguna.

-          ¿Cómo se siente? ¿Está mejor así?

A lo que yo solo respondí con más gemidos, pues en esta posición podía sentir su miembro deslizarse por completo en mi interior hasta chocar con su pelvis y sus bolas chocar con mi entrada. Quería morderlo y lo hice, consiguiendo un fuerte gruñido, pero ninguna señal de que se correría.

-          Ah… tan profundo. ¿Quería correrte mientras me miras? Pues… pues mírame…

Le exigí separándome de su cuello para verlo a la cara y encontrarme con su rostro lleno de placer y lujuria. Con sus labios rojos por mis mordidas y sus ojos brillando por lo excitado que estaba. Yo era una historia similar, solo que yo, necesitaba que él se corriera y me llenara por dentro de una vez. Sus caderas seguían golpeteando y martilleando mi interior, su rostro empezó a gesticular esas expresiones características y que yo me sabía de memoria.

-          Ya casi, ay mierda, ya casi bebé.

Gruño con fuerza sobre mis labios junto a un par de golpeteos más s y e corrió dentro de mí, tomándome por sorpresa con sus labios, besándome de forma exigente y posesiva, mientras ahora los dos nos corríamos y gemíamos sin descaro alguno.

-          Esto fue lo más…

-          Vergonzoso que me has hecho hacer. Me acabas de violar.

No lo deje terminar y me queje abrazando mi cuerpo magullado pero feliz. Amaba la forma en la que Minho me hacía el amor y la disposición que tenía por probar cosas nuevas conmigo. Aunque su forma embaucadora, llena de palabras dulces y miles de “Te amo” le bastaban para que le siguiera el juego y terminará viviendo estas situaciones.

-          Ves que te ibas a relajar mi amor.

-          Ya cállate y llévame a la habitación, me duele todo, fuiste muy rudo.

-          Te amo

-          Te amo también, pero no siempre solucionaras las cosas con eso.

Me dio un nuevo beso y tras anudarse la toalla en la cintura y envolverme en otra a mí, me saco en brazos de las aguas termales con dirección a la habitación que habíamos tomado durante nuestra estancia.

 

Maldito Choi Minho y tu perfecta sonrisa embaucadora. ¡Pero como te amo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).