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addicted to you...KAGAKURO por Kitori Keira

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Notas del fanfic:

Haaaiiii xD Primeramente, esta en Wattpad, bajo el mismo nombre, diferente pareja. Era un One Shot, pero se me hizo un poco largo y decidi partirlo en partes. Hasta ahora tendra solo dos, pero podrian ser tres. Nada mas.

Es una historia un poco extraña, pero les invito a leer hasta el final.

Notas del capitulo:

Hasta ahora parte 1/2. Traten de analizar muy bien las situaciones que vayan pasando.

Narra Kagami:

Mordió mi labio con cizaña para después maldecirme por, según él, obligarle a esto. Ignorándolo, me escabullí a mi verdadero destino. Mi boca palpitaba y un minuto bastó para dejarlo completamente seco. El líquido rojo recorrió mi lengua y paladar, y ahora era yo el que maldecía. Todos me sabían igual. El mismo sabor mugroso impregnaba mi boca con una repulsiva sensación de estar ingiriendo todo tipo de cosas podridas. Escupí hacia la yerba, tratando de mantener pura mi garganta, pero no ayudó mucho. Todo había cambiado desde que la probé a ella...

Su piel era blanca como la nieve que cubría mi negro corazón. Sus ojos, el océano más intensamente tranquilo en el cual podrías nadar hasta cualquier horizonte, pero, estaban llenos de un sentimiento que no pude recordar. Su cabello celeste iluminó mi nauseabunda vida en ese momento tan asqueroso de mi vida.

La sangre brotaba de mi garganta, resultado de una catástrofe llamada pelea, que acabó con muchos de mis órganos destrozados. Necesitaba sangre, , eso necesitaba. Sangre ajena, espesa y pura. Ahí ella se acercó a . Se arrodilló a mi derecha, mientras yo apretaba mis puños destrozados contra el suelo, odiando mi vida, odiando el hecho de que fuera tan tonto como para meterme en un bar lleno de cazadores. Su rostro mostraba la pena que sentía hacia , un desconocido repugnante. Sus manos rozaron mis pómulos empujándolos un poco hacia abajo para apreciar mis rojos ojos. Su mirada se fue a muchas direcciones probablemente buscando alguna solución a todo esto. Mi vista se puso borrosa, pero pude ver perfectamente como una pequeña figura se hacía presente. Era su copia, pero con el cabello mas corto.

—Tetsuya, vamos. La necesito...—susurró y pude sentir el miedo que invadía las venas de esa pequeña figura.

Con nervios, esa pequeña figura hizo ver un puñal el cual se esfumó de mi vista por varios segundos cuando mis ojos se cerraron por el profundo sueño que sentía. Un ruido desastroso fue el que me obligó a abrirlos de nuevo, para observar como esa chica acercaba sus manos hacia , cubiertas de sangre. El olor pronto llegó a mis fosas nasales y la saliva casi cae vergonzosamente de mi boca.

Con lentitud acerqué mis labios a sus blanquecinas manos, y lo último que supe, fue que ella huía hacia quien sabe donde, escondiendo con desespero a esa pequeña figura entre sus brazos con una gruesa capa negra que también cubría parte de su cuerpo. El camino de gotas de sangre fue el único rastro que quedó de ella.

No sabía que estaba pasando. ¿Quién era ella? ¿Por qué se fue así? ¿por qué el rostro de aquella pequeña figura no me era reconocible? ¿cómo podría encontrarla y decirle que me había vuelto adicto a ella? ¿cómo decirle que su sangre era la más pura que había probado jamás?

¿Cómo decirle que ese nombre que susurró no sale de mi cabeza?

Tetsuya.

Tetsuya...

***

Con pesadez aparté aquél cuerpo sin vida lejos de mí. Siempre era así.

Limpiando cualquier mancha roja, salí de allí, borrando la memoria del recepcionista y montando mi auto con dirección a la oficina. Estaba atendiendo varias entrevistas de trabajo cuando algo hizo que mi piel se erizara. Allí estaba ella, de pie frente a mí. Con un vestido color rosa pastel y una sonrisa.

—Eres tú...

—Sí, soy yo...

***

Meses habían pasado y ya estábamos pronto a casarnos. Pero, ni una sola vez me dejó probar de su sangre...

{}{}{}{}

Con rapidez corrió hacia mí, gritando que la habían atacado. Su rostro tenía machas de sangre y sus manos estaban hasta el tope de ella. Todo fue tan rápido que ni siquiera pude revisarla. Me abrazó fuertemente, llenándome también de ese líquido y el doctor de la mansión fue a socorrerla. Yo no les seguí, ya que estaba petrificado en mi lugar.

Con lentitud pasé mi lengua por mi mejilla, saboreando por fin ese rico manjar. Mi corazón latió por primera vez en mucho tiempo y sonreí.

Al rato, ella bajó las escaleras ya con las heridas curadas y gracias a una crema especial elaborada por el doctor, que también era vampiro, sus cicatrices habían desaparecido. Más a la noche, pude encargarme de esos tipos que intentaron robarle.

***

Pasamos largos años juntos, en los que sobreviví a base de sangre empaquetada. Pero no me quejaba. Después de todo, había sido capaz de probar su sangre por segunda vez.

En una noche, donde tomaba algunas copas fue que me acordé de ese nombre...

Tetsuya...

Debía preguntarle acerca de aquella pequeña figura que también presenció mi casi muerte.

Pero, cuando lo hice, su mirada se cargó de un sentimiento que jamas pensé ver en ella. Interrumpiendo ese momento, un chico de cabello castaño y ojos azules se acercó temblando trayendo unos papeles, la mirada de ella se dirigió a él y pude ver su miedo. Una sensación bastante familiar. Yo le observé y él tragó saliva dejando los papeles rápidamente sobre mi escritorio y yéndose a quién sabe donde.

—Lo asustaste, no debías mirarlo de esa forma. Él es humano.—ella me miró desconcertada, pero luego su mirada cambio a una aliviada.

—Lo siento, el que me preguntes por Tetsuya me enfada un poco.—yo puse un poco más de atención. En todo este tiempo, no había sabido nada de su familia.—Él siempre fue el preferido de mis padres y luego de matarlos, huyó hacia otro país.—ya había escuchado muchas historias trágicas, pero al ser mi esposa, me conmovió un poco.

—¿Por qué los mató?—su mirada paró en algún rincón.

—Porque, después de diecisiete años, comenzaron a prestarme atención.—ante mis ojos ella era la criatura más sensible que haya conocido. Esa noche la abracé y dormimos de esa misma forma.

Cuando me encontraba firmando aquellos papeles en mi escritorio, el mismo chico tocó la puerta tres veces, a lo que pasó cuando escuchó mi consentimiento.

Su rostro miraba hacia el suelo y en sus manos temblorosas y algo cicatrizadas llevaba un tubo de cristal, que contenía, la mayoría de las veces, cartas del Rey. Su cabello castaño estaba enredado y sucio, al igual que su ropa. Mi costumbre de darle trabajo a los indigentes estaba decayendo con cada palabra que mi amada esposa decía acerca de que cualquiera de ellos podría ser un asesino. Conmigo allí, ella no corría peligro, pero sus palabras, a la larga, afectaron mis decisiones. Aunque, por alguna razón, ese chico era a el único que aún no había despedido, después de todo, ni siquiera se atrevía a mirarme a los ojos. Vi como mordía su labio esperando una orden mía y me acomodé en mi silla.

—Acércate y déjalo en el escritorio.—dije sin mirarlo, ya que toda mi atención estaba en unos papeles que se encontraban en mis manos. No escuche respuesta, pero por el rabillo del ojo, vi como dejaba lentamente aquél cilindro verticalmente sobre unas carpetas. Mi vista subió y casi pude jurar que vi su sucio rostro algo húmedo. Quizás si debería despedirlo. Su rostro reflejaba el miedo que sentía por mí.—Desde mañana ya no tienes que venir más. Si tanto miedo te inspiro, debiste renunciar desde el primer día y no convertirte en mi mensajero personal.—su rostro fue visible lentamente, dejándome ver sus ojos. No podía leerlos.

—Usted no me inspira miedo...—su voz sonó cortada pero firme. Dejé esos papeles en un cajón y me acerqué más hacia el escritorio.

—Entonces, ¿a qué se debe tanto nerviosismo de parte de usted?—su cuerpo se relajó un poco, pero sus ojos seguían escudriñándome.

—Parece que lo están matando de hambre.—me sorprendí ante su comentario y el cambio repentino de tema. ¿Tan mal me veía? 

—¿Qué significa ese comentario...?—él bajó la mirada por un segundo para luego volver a situarla sobre la mía.

—Yo...no tengo a más nadie. Vivo solo y así siempre he estado. Este trabajo es el único que puede sustentarme.—en sus palabras había algo de tristeza y desesperación.—Así que, puedo dejar que usted tome mi sangre, al fin y al cabo, si sigue mandando a comprar sangre empaquetada podría contraer una enfermedad. Las personas que donan la sangre son anónimas.—por un momento me pregunte cómo es que sabía eso, pero luego recordé que él es quien se encarga de cada carta o paquete que entra en la mansión. Por otro lado, ¿beber su sangre? estaba loco. No se muy bien de eso, pero eso sería una infidelidad a mi esposa, aunque, de parte de ella nunca recibía ni una gota de sangre. Ella no era vampiresa, pero tampoco humana.

—¿Por qué estás haciendo esto? sabes muy bien de mi esposa y lo mucho que la amo.—su mirada se llenó de incredulidad. 

—Usted solo está enamorado de su sangre, no de ella.—ese comentario me ofendió muchísimo. ¿Qué yo no amaba a mi esposa? Entonces, ¿qué eran todas esas cosquillas que sentí cuando su aliento chocaba contra el mío? ¿qué fue esa sensación cuando me abrazó aquella vez que trataron de robarle? claro que estaba enamorado de ella. ¿Quién se cree este empleado para decir semejante cosa? 

—No se porque éstas diciendo todo esto, pero ya basta. Estas en riesgo de perder tu trabajo.—otra vez esa mirada.

—Adelante, despídame. Ella le rogará que no lo haga.—ahora el incrédulo era yo.

—Estas jugando con fuego, niño.—el dejó caer una lágrima que rápidamente borró con el dorso de su mano cicatrizada.

—Hace tiempo ya que me he quemado por completo...

***

Ese día desperté más amargado de lo normal. Había despedido a ese mocoso insolente, pero como había dicho, mi esposa hizo todo lo posible para que yo no lo hiciera. ¿Qué se traía ella con él? ¿Acaso me engañaba?

Con paso lento, salí de mi habitación y cuando estaba apunto de salir por la puerta de atrás (donde acostumbro a fumar) escuché una conversación que hubiera querido no presenciar.

—¡Deja de causarme tantos problemas con Kagami! ¡por poco te despide hace una semana! ¡¿en qué estabas pensando?! ¡tú debes quedarte muy pegado a mí! ¡no te puedo perder de vista!—esa voz llegó hasta mis oídos y mis puños fueron cerrador fuertemente. ¿Qué significaba esta conversación?

—Ya no puedo, no puedo más. Eres tan cínica que podría morir en este instante.—una cachetada se escuchó y el rostro de ese chico comenzó a ponerse color rojo. Yo iba a intervenir en ese instante, de no ser por aquellas palabras que ella dijo.

—¡Cállate! ¡tú no le dirás nada a MI esposo! ¡la verdad quedará entre nosotros para siempre! insúltame todo lo que desees, pero aun así, nunca obtendrás mi cariño.—las lágrimas ya bajaban por el rostro del chico castaño. ¿Qué mierda estaba pasando? ¿su cariño? ¿ese chico estaba enamorado de mi amada esposa? la rabia comenzó a recorrer mis venas y cuando ella desapareció dejando solo al castaño, salí de mi escondite, sorprendiéndolo.

—¿Q-Qué hace aquí, jefe?—su voz temblaba y mi rabia aumentaba. ¿Tan cínico era? mis colmillos ya amenazaban con salir y de un momento a otro su cuello comenzó a parecerme muy apetitoso.

—Me dijiste que podría tomar de tu sangre, ¿no es así?—su rostro mostró sorpresa y yo sonreí maliciosamente. La rabia que sentía, me hacía querer restregarlo contra la pared y dejarlo seco, sin ninguna gota de sangre por la traición que estaba cometiendo hacia mi. ¿Enamorado de mi esposa? ya es hombre muerto.

—¿Qué? n-no, ya no. Su esposa—

—Ya no me importa mi esposa. Estás enamorado de ella, ¿verdad?—me acerqué a él peligrosamente, acorralándolo completamente. El negó con su cabeza y se pegó completamente al muro detrás de él.

—¡N-No! ¡usted esta equivocado! ¡yo—no le dejé continuar y enterré mi cara en su cuello. Un aroma exquisito me llegó. ¿Desde cuando alguien olía tan bien para mí? debe ser el factor de que hace ya muchos años que no he bebido personalmente de alguien. Mi nariz rozó su cuello, erizándole la piel y agrandando mi orgullo. Mi lengua pasó por ese lugar, y no me di cuenta de cuando mis colmillos ya habían salido a flote, adoloridos he hinchados. ¿Qué está pasando...?

Notas finales:

Me gustaria leer sus hipotesis de que mierda acaba de pasar en esta parte. Me tome mucho tiempo escribiendola xD


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