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Una Situación Peculiar por Nekoboy mty

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Notas del capitulo:

He estado ausente mucho tiempo, no tengo excusa, pero aquí estoy de vuelta con la historia y les dejo una sorpresa XD 

Capítulo 14: La revista de mis Hijos

Una nueva semana empezó para Kuroko, llevo a sus pequeños a la escuela y realizo su jornada de trabajo en el restaurante como de costumbre, su vida se resumía en trabajar y cuidar de sus hijos, por eso mismo no había intentado realmente tener una relación con ninguna persona, pues en una vida tan ocupada, el tiempo libre personal era escaso, demasiado escaso como para llevar una buena relación. No era que le importase mucho estar solo, pues tenía a un par de amigos, conocidos y demás personas en las que podía apoyarse en ocasiones, mas sin embargo, siendo sincero consigo mismo a veces deseaba tener alguien a su lado, una persona con la cual pudiera contar siempre, que compartiera sus alegrías y sus tristezas, que cuando se sintiera por los suelos, fuese quien le ayudara a ponerse de pie de nuevo.

Pero ese pequeño sueño o anhelo secreto que tenía, el cual era tan poco probable acababa de volverse aún más imposible al reencontrarse con Aomine y Kagami, los padres de sus pequeños. Ahora debía estar pendiente la mayor parte del tiempo en caso de que aparecieran lo cual hacia que su vida fuese más desgastante, ser padre soltero, tener dos trabajos y lidiar con esos sujetos, hacían que sus fuerzas estuviesen llegando hasta el límite. Aun lidiaba con pesadillas por aquel evento ocurrido años atrás, por eso mismo no les permitía entrar de nuevo a su vida, el hacerlo era algo imposible, por lo menos de momento.

El joven padre recordó el regalo que ellos le dieron hace poco, aquel retrato suyo con sus padres, el único recuerdo de su vida anterior, una vida a la que jamás podría regresar, pero cuyas memorias siempre vivirían en él, el recuerdo de sus padres era otra de las cosas que le daban fuerzas, su infancia fue maravillosa gracias a ellos, nunca le falto nada que fuese necesario, siempre pudo contar con ellos en cada momento. Kuroko deseaba ser tan buen padre para sus pequeños como los suyos lo fueron con él, sin embargo existía la diferencia de que sus padres se tenían el uno al otro para cualquier cosa, en cambio él estaba solo, no llevaban una mala vida, pero no era perfecta, no podía consentir a sus pequeños como quisiera, ni darles todo aquello que necesitaban, era algo que lo hacía sentir un tanto culpable, no poder darles lo mejor a sus hijos.

De cualquier forma entendía que no podía lamentarse por esas cosas, lo realmente importante era el ahora, tenía que esforzarse al máximo por ellos, para poder darles una buena educación, una buena vida, que algún día cuando crecieran pudiesen estudiar en la universidad que quisieran. Así el tuviese que sacrificar toda su vida por ellos, lo haría sin ninguna duda, después de todo lo único que lo motivaba a seguir adelante eran sus pequeños y por eso mismo haría todo lo que estuviese en sus manos para que ellos tuvieran una buena vida.

-Ah…Dai…Tai…mis pequeños… ¿Qué será de ustedes?

-¿Otra vez en la nubes Kuroko?

-Solo un poco Furihata, ya sabes que a veces me pierdo en mis pensamientos.

-Tienes suerte de que haya poca gente hoy, si estuviésemos saturados en verdad sería un problema que estés en las nubes.

-Lo sé, me pondré a trabajar de inmediato.

-De hecho acaba de iniciar tu descanso, no te preocupes aquí yo y el resto nos encargamos, ve a pedir algo en la cocina.

-Gracias.

Ya en la cocina pidió algo ligero para comer así como una bebida, fue a la barra de empleados, se sentó a un banco de distancia de una compañera mesera y se dispuso a tomar su almuerzo, esta era una de las ventajas de trabajar en este lugar, podía pedir cosas del menú gratis, después al recomendarlas a los clientes se compensaba el gasto.

-Ah… en verdad que me sentía cansado…debería pensar en tomar pedidos algunos días libres o algo así, aunque si lo hago luego será más difícil costear los gastos de la casa, y tampoco puedo pedir más turnos pues no me alcanzaría el tiempo para cuidar de mis pequeños… que difícil es mi situación jeje…

-(Riko) Si sigues hablando solo, van a pensar que estás loco.

-No, no es eso, es solo…

-¿Qué? No hablaba contigo.

-(¿Y luego quien es el loco?) Ah, quizás no sea mala idea pedir esos días o terminare como ella antes de darme cuenta, lo cual no sería bueno para mí ni para mis pequeños.

-Oye Kuroko te tengo una buena noticia.

-¿Cuál es Furihata?

-El gerente dice que por la poca afluencia de gente nos dejara salir temprano, apenas se vayan los clientes que están aquí, los meseros podremos irnos.

-Vaya, eso sí es fabuloso.

-Lo sé, es genial.

-Ahora podre llegar antes a casa y arreglarla un poco.

-Hay amigo, solo piensas en trabajar, ¿No te gustaría salir a algún lado esta noche?

-Aún hay trabajo al siguiente día.

-Oh vamos amigo, hace mucho que no vamos a ningún lado, sé que tienes que cuidar a tus niños, pero también necesitas algo de tiempo para ti. No quieres terminar como ella.

-…Es un buen punto, bien supongo que una corta salida nocturna no sería una mala idea.

-Te lo aseguro, la pasaremos bien, ¡Hay! ¡Oye Riko! ¡¿Por qué me diste ese golpe en la cabeza?!

-Los escuche hablando mal de mí.

-Jaja, estas en problemas Furihata.

-¡No digas eso! ¡Deja de reírte!

-Jajajajaja.

Momentos así con sus compañeros de trabajo le elevaban el ánimo, algo que realmente necesitaba en esos tiempos. No mucho después pudieron retirarse, Kuroko fue directamente a su hogar disponiéndose a hacer el aseo, aún faltaba tiempo para recoger a sus niños por lo que podría tener el lugar aseado para cuando volvieran.

-No me dejes morir, yo espero por ti, no dejes de vivir, aunque no haya fin...

A Kuroko le gustaba poner música y cantar un poco mientras realizaba el aseo, le ayudaba a relajarse y sentirse mejor.

-Moriremos esperando el día, moriremos esperando el día…

Limpio rápidamente la cocina, la sala, su habitación y se dirigió a la de sus pequeños, el cuarto siempre era un desastre, las camas sin tender, los juguetes en todos lados, su ropa esparcida en todas partes, el clásico desorden de todos los niños.

-Ah…por más que intento no consigo que arreglen su habitación, bien al menos cuando crezcan ya podre obligarlos a hacerlo o tendrán que atenerse a las consecuencias.

Mientras recogía el desorden, empezó a pensar en cómo se verían sus pequeños cuando crecieran, afortunadamente al ser copias idénticas de sus respectivos padres pudo hacerse una idea, si todo era como lo imaginaba entonces cuando estuvieran terminando la primaria ya serían más altos que él.

-Me estanque en 1.68 cuando estaba en la preparatoria, seguro que cuando terminen la primaria y entren a secundaria ya me llevaran varios centímetros de diferencia, lo que significa que cuando entren a preparatoria ya deberán estar como mínimo en 1.90… ah…siendo honesto conmigo mismo les tengo envidia, pero por lo menos podre seguir controlándolos, la altura no importa en esta relación, después de todo soy su padre.

Continuo limpiando la habitación lo cual consumió todo el tiempo que tenía antes de dirigirse a recoger a los niños, mientras revisaba debajo de la cama de Dai sintió algo extraño, lo que le pareció una revista. Estiro un poco el brazo y al sacarla parecía una revista normal, su expresión pacifica cambio a una de sorpresa al darse cuenta que era una revista pornográfica de toda clase.

-¡Ag! A…a…a…a…a… ¿Qué….que…que hace esta cosa aquí?...No entiendo… ¿De dónde salió?... ¿Qué hace…debajo de la cama de mi hijo?... ¿Es que alguien se la dio?... ¿La tomo de algún sitio?... ¿Cómo es que obtuvo acceso a esto?... Esto no puede ser… Dai no puede tener esto… él y Tai… son muy jóvenes para pensar en estas cosas… No puede ser verdad… mis pequeños no pueden estar viendo estas cosas… solo son unos niños…  ¿Acaso he sido mal padre? ¿Los he descuidado y expuesto a estas cosas? No, No, No, No, ¡NOOOOOOOOO!

-¡DING, DONG!

-¿Qué? ¡Ah! ¡Ya debería haber salido a recogerlos!

Kuroko tomo la revista la guardo en su mochila y salió corriendo de la casa, a mitad del camino la saco y arrojo a un contenedor. En la escuela la mayoría de los pequeños ya habían sido recogidos, entre los que no estaban el par de gemelos que de gemelos no tenían nada. Cuando comenzaban a preocuparse vieron a su papi llegar corriendo a gran velocidad hasta llegar frente a ellos.

-Papi.

-¿Papi estas bien?

-Sí, Tai,  Dai, lamento llegar tarde, es solo que me distraje un poco es todo.

-No importa.

-Papi trabaja mucho lo sabemos.

-Solo volvamos a casa.

-Sí, claro, hagamos eso jeje.

Los pequeños tomaron cada uno una mano de su padre caminando a su lado, de inmediato se percataron de que el mayor actuaba de una forma extraña, parecía estar algo preocupado, cosa nada normal en él, no parecía que lo estuviesen siguiendo como en otras ocasiones, solo lo veían ansioso y un poco asustado. Cuando llegaron a casa los niños como de costumbre fueron corriendo a su habitación, el padre por su parte solo se puso a preparar la comida, al principio pensó en confrontar a sus hijos por tener esa revista, pero estaba tan impactado que no podía hacerlo, decidió que lo mejor era actuar normal, ya después discutiría ese asunto con una persona adulta que le recomendara que hacer.

-Papi arreglo el cuarto Dai.

-Sí, ahora tardaremos mucho en desordenarlo.

-Mentiroso, nos llevara diez minutos.

-Igual pienso que eso es mucho tiempo, deberíamos hacerlo más rápido ¡Ag!

-¿Qué tienes hermano?

-Papi… arreglo el cuarto…

-Eso ya lo sé…

-Papi arreglo el cuarto…

-Ya dijiste eso.

-¡No entiendes Tai! ¡Papi arreglo el cuarto! Lo que significa que debe…

-…haber encontrado la revista.

Ambos pequeños palidecieron al pensar en eso, rápidamente revisaron dándose cuenta que la revista no estaba ahí, de inmediato sintieron todo el peso del mundo caerles encima, si el castigo por salirse de la escuela les dolió, no se imaginaban las nalgadas que recibirían cuando descubriera que tenían esa cosa.

-Estamos muertos…

-Nos hará polvo…

-Quizá no, somos sus hijos Dai, no puede hacernos daño… ¿O sí?

-…No quiero morir aun…quiero crecer y hacer esas cosas con papi antes…

-No es momento para que piense en eso, mira…quizá no se dio cuenta, papi siempre mete todo de inmediato a la bolsa de basura…solo debemos preguntarle con una mentira…estaremos bien te lo juro…

-No mientas…sabes tan bien como yo que estamos fritos…

-Lo sé, solo intento ser positivo…

-Esperaba vivir más…

-Yo también…pero será peor mientras más lo hagamos esperar…vayamos juntos como si nada…yo hablare tu quédate detrás de mi…

-Fue un gusto ser tu hermano Tai.

Los pequeños salieron despacio y vieron a su padre cocinando, Tai junto todo el valor que tenía en su pequeño cuerpo para hablar tratando de escucharse lo más normal posible.

-Pa…papi…

-Si Tai…

-Dejamos, una revista de comics debajo de la cama, ¿No la has visto?

Kuroko se paralizo un segundo, sabia a que se referían, pero aún no se sentía listo para confrontarlos por ese hecho, no era algo tan simple como cuando se salieron de la escuela, este era un tema delicado, usando toda su fuerza de voluntad decidió seguirles el juego.

-Ah, ¿Era eso? Lo siento pequeños, pensé que no era nada y la eche a la basura, lo lamento.

Los niños no podían creer su suerte, todo indicaba que no se dio cuenta de que era en verdad, era momento para continuar con su mentira.

-Hay papi, bien no importa, está bien, Dai y yo estaremos jugando en el cuarto, háblanos cuando este la comida.

-Claro pequeños.

Ya en su cuarto cerraron la puerta y dieron una gran exhalación, por fin podían respirar con tranquilidad.

-Tuvimos demasiada suerte hermano.

-Lo se Tai, más que suerte, fue un milagro.

-No volvamos a traer una de esas revistas a casa.

-Cierto, ahora salimos ilesos, no hay garantía de que eso suceda de nuevo.

-Bien, con ese problema resuelto… ¡Yo quiero la pelota!

-¡¿Qué?! ¡No! ¡Es Mia!

-¡Es de ambos!

-¡Es Mia! ¡Ya dámela!

Es un instante ambos niños ya actuaban como si nada hubiese sucedido, en cambio su padre seguía terriblemente preocupado, casi se le quemo la comida por estar distraído salvándola por muy poco. Mientras la degustaban ellos actuaban con normalidad, pero él estaba demasiado ausente, casi no toco su comida, solo los observaba, le costaba creer que sus pequeños ya estuvieran pensando en esas cosas, se sentía algo responsable por haberlos descuidado y permitir que eso sucediera. Decidió dejarlo pasar por el momento, pero en cuanto viera el menor indicio de algo pasando, no dudaría en que tenía que hablar con ellos.  

Las horas pasaron con tranquilidad para los menores que se pusieron a ver televisión, el padre en cambio intentaba distraerse revisando algunos pendientes de la casa, no paso mucho tiempo para que recordara que acepto salir a algún sitio con Furihata esa noche, justo en ese momento se escuchó un golpe en la puerta y al abrirla ahí estaba su compañero.

-Furihata.

-Kuroko, ¿Ah? ¿No te has arreglado aun?

-Lo lamento, lo olvide por completo, dame unos minutos enseguida me arreglo.

-Claro no hay problema.

-¡Papi! ¿Qué haces?

-¡Ah! ¡Es el amigo de papi!

-Hola, Dai, hola Tai, que gusto verlos.

-¿Qué haces aquí?

-Veras Tai, hoy su papi y yo vamos a salir un poco a pasear.

-¿Pasear?

-¡¿Podemos ir Papi?!

-No Dai, tú y tu hermano ya deben estar dormidos, además es salida de adultos, no es un lugar al que puedan ir los niños.

-¡No es justo!

-¡Queremos ir!

-¡Adema ya somos grandes!

-¡Podemos ir!

-Siguen siendo niños, por no mencionar que obviamente son pequeños.

-Mmp.

-Mmp.

-Escuchen pequeño papi necesita salir a despejar su mente un poco, por eso saldré con Furihata, sean buenos y vayan a dormir, estaré aquí antes de lo que piensan, solo no le abran la puerta a nadie, ya después les compensare con algo.

-Está bien papi.

-Está bien papi.

-Solo iré a acostarlos, enseguida regreso.

-Claro no importa, espero aquí afuera.

Kuroko fue a acostar a sus pequeños cubriéndolos con las sabanas, cuando estaba por retirarse los vio a ambos hacer esos tiernos e inocentes ojos con los que siempre lo manipulaban, prácticamente le decían, No te vayas, quédate con nosotros y aunque por un momento estuvo a punto de ceder no lo hizo.

-Buen intento pequeños, pero esta vez no funcionara, regresare pronto, duerman bien y no se levanten a ver la televisión.

-No funciono Tai.

-Quizá estamos perdiendo el toque.

-No lo creo, solo es que él ya pensaba salir.

-Ah bueno, ya estamos aquí. ¡Buenas noches!

-Ni aguantas nada despierto, yo en cambio…

Antes de que pudiera terminar de hablar Dai cayó dormido en su cama igual que su hermano. Kuroko cerró su departamento y aviso a la pareja de ancianos vecinos para que le llamaran en caso de cualquier cosa. Los dos se retiraron hasta que llegaron a un pequeño y tranquilo bar con música en vivo.

-Pensé que este sería un buen lugar para traerte, es calmado, con buena música, perfecto para que te relajes y vuelvas a estar tranquilo.

-…

-Aunque por la cara que estas poniendo es claro que no está sirviendo de nada.

-Amigo…

-¿Qué te sucede Kuroko?

-…acaba de pasar algo…algo malo en mi vida…

-¿Tienes problemas económicos?

-Quisiera que fuera eso, pero no… cuando regrese a casa hoy estaba haciendo el aseo y al hacerlo…encontré debajo de la cama de uno de mis hijos…una… una… una revista pornográfica.

-¡Pfffff! ¡¿Qué?! ¿Encontraste que, debajo de la cama de uno de tus niños?

-Una revista porno ya te lo dije.

-Pero son unos niños, ¿Cómo la consiguieron en primer lugar?

-No tengo idea, tampoco se desde cuando la tienen. Furihata, estoy preocupado, siento que les estoy fallando como padre, mi deber era cuidarlos, enseñarles, educarles, hablarles de eso cuando fueran mayores y ahora que son tan pequeños ya vieron esas cosas ¡Soy un pésimo padre!

Kuroko estrello su cabeza contra la mesa mientras lloraba.

-Hay amigo tranquilízate un poco.

-¿Cómo me voy a tranquilizar? ¡Mis pequeños Dai y Tai ya estaban viendo pornografía! ¡Tengo todo el derecho de estar alterado!

-¿Los encaraste?

-No tuve el valor de hacerlo.

-¿Y estas seguro de que era de ellos?

-Quisieron engañarme con una mentira, o créeme era de ellos.

-Vaya, mira nada más que cosas amigo, en verdad que esos dos son bastante precoces.

-¡No digas eso de mis hijos! ¡Son unos niños!

-Perdona, lo que quiero decir es que quizá heredaron parte del comportamiento de sus padres.

-…Si intentas hacerme sentir mejor solo estas fallando y estas motivándome a cometer homicidio.

-Lo siento, mejor pensare lo que digo. Escucha Kuroko entiendo que te cuesta encarar este tipo de cosas, sobre todo tomando en cuenta el pasado…

-¡¡¡FURIHATA!!!

-Ok ya entendí, a lo que me refiero es que no puedes escapar de estas cosas o evitarlas así de simple, sé que te puede causar morbo o vergüenza, a quien no le daría hablando esos temas con sus hijos, pero es tu deber como padre enseñarles que hay cosas que no deben ver aun, aunque por la situación se podría decir que ya es tarde, en todo caso lo mejor es que empieces a educarlos al respecto, si no podrían pasar cosas más problemáticas.

-Eso lo sé a la perfección, pero una parte de mi teme hablar de eso.

-Es natural, solo no te preocupes, igual lo harías cuando crecieran, como decía mi abuela Al mal paso darle prisa.

-¿Qué no decía, si amas algo dejarlo ir, si regresa es tuyo y si lo atropella el camión ya para que lo quieres?

-Si también, es una mujer sabia con muy buenos consejos.

-No la conozco, pero creo que debe ser algo extraña.

-Un poco la verdad.

-Ah…de todas maneras creo que tomare el consejo. Si tengo que empezar a hablar con mis hijos sobre ese tema, entonces lo hare.

-Es bueno ver que tomaste una decisión. Por eso mismo tomemos otra copa a tu salud.

-… ¿Podrían ser dos?

-Jajaja.

-Jajaja.

Los dos permanecieron en el bar por un tiempo hablando animadamente y disfrutando del ambiente. No mucho después Kuroko dijo que tenía que retirarse, pese a que su amigo le ofreció acompañarle este se negó y le dijo que permaneciera en el bar para que disfrutara la noche. El de ojos celestes salió del establecimiento y empezó a caminar en dirección su hogar, por alguna razón le gustaba mucho el ambiente que daba la noche, siempre se sintió bien, era como un merecido descanso luego de un largo día de trabajo. Sin darse cuenta se perdió de nuevo en sus pensamientos, esto provocaba que su ya baja presencia se desvaneciera aún más hasta el punto en que pareciera que en verdad no había nadie ahí. Siendo prácticamente invisible fue inevitable que chocara contra alguien, acto que lo hizo caer al suelo.

-Tsk, hay me dolió.

-Oh rayos, discúlpame es que no te vi.

-No descuida es mi culpa, la gente no suele notarme estoy acostumbrado a esta clase de cosas.

-De cualquier forma lo lamento.

-Tranquilo no me paso nada, estoy bien.

-Am si eso parece, que extraño, pensé que no habría estudiantes en la calle a estas horas.

-Oh no soy estudiante de preparatoria, ya soy mayor de edad en realidad.

-¿En serio? Vaya que no lo pareces.

-Si me conservo joven para mi buena fortuna.

-Eso es genial, mucha gente quisiera verse tan joven.

-Pues no tengo una fuente de la eterna juventud si es lo que piensas jeje, am…soy Kuroko Tetsuya, un gusto conocerlo.

-Mucho gusto mi nombre es Kise Ryouta.

En otro lugar, mejor dicho en la casa de Kuroko, Dai se despertó súbitamente con un fuerte grito que despertó a su hermano.

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

-¡¿Qué Diablos?! ¡Hermano! ¿Qué te pasa?

-Tai, tengo un muy mal presentimiento, uno muy malo.

-¿Ah?

Así mismo en casa de Aomine, este se despertó súbitamente y de inmediato busco su celular para así llamar a su amigo.

-¿Aomine? ¿Por qué estas llamando? Ya estaba dormido.

-¡Escúchame Bakagami tengo un terrible presentimiento!

-¿Qué tienes un qué?

-¡Un terrible presentimiento! ¡Uno realmente terrible!

Continuara…

Notas finales:

Les dije que tendrían una sorpresa, ¿Qué involucrara la aparición de Kise en esta historia? ¿Por qué esta aquí? ¿Se acercan malos tiempos para los padres y los hijos? ¡Solo yo lo sé! Es todo por ahora nos leeremos pronto. Por cierto hice un fic One-Shot Yaoi de unos personajes de Miraculous Ladybug, si les interesa ahí está en mi cuenta, ahora si Adios XD 


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