Capítulo 16: Un Beso
-Esto tiene que ser una broma…
Kuroko miraba a Kagami y Aomine, quienes los miraban un tanto asombrados, ellos solo estaban pasando por ese camino para acortar un poco su recorrido, nunca se hubieran imaginado que al hacerlo terminarían encontrando a Kuroko y el hogar en donde estaba viviendo.
-Ah…
-Tetsu…
-¿Papi?
-Papi ahí están esos sujetos.
-Lo se pequeños, solo… no les hagan caso, aún tenemos que ir a la tienda.
Kuroko tomo a sus hijos y comenzaron a caminar en dirección a las escaleras, incluso mientras lo hacían los otros dos aun no salían del todo de su asombro, era casi surrealista encontrar a Kuroko y ahora estaba ahí caminando frente a ellos, cuando regresaron en sí, de inmediato apuraron el paso para alcanzar a Kuroko y los niños. Este por su parte sabia a la perfección que pese a su habilidad no tenía forma alguna de ocultarse de ellos, lo único que podía hacer era aceptar la dura realidad y tratar de prepararse para lo que vendría después. Los mayores no tardaron nada en alcanzarlos y empezar a seguirlos por el camino.
-Kuroko.
-¿Qué quieren?
-¿A dónde vas?
-A la tienda con mis hijos.
-¿Tu, ustedes viven ahí Tetsu?
-Sí, eso es evidente.
-¿Hace cuánto que vives ahí?
-Desde el principio.
-Kuroko nosotros queríamos…
-No me importa lo que quieran, solo déjenos en paz.
-¡Ya oyeron a papi!
-¡Váyanse papi no los quiere!
-¡Tsk! Niños, ahora no les seguiremos el juego.
-Tetsu queremos…
-No, entiéndanlo, no me interesa escucharlos, solo déjenme ir a hacer mis compras.
-En ese caso vamos a acompañarte.
-Hagan lo que quieran, ni me importa.
Kuroko siguió caminando con sus pequeños en mano que volteaban a los que iban detrás de ellos, mostrándoles la lengua y haciéndoles caras, estos por su parte solo los miraban con furia pues estaban hartándose del comportamiento de esos niños. Así fue todo el recorrido hasta llegar a la tienda, ya ahí mientras realizaban las compras, el de ojos celeste sintió las miradas de muchas personas, eso era algo que no le gustaba y que siempre trataba de evitar, pero ahora estaba acompañado por sus pequeños y no solo eso sino que también los seguían los mayores que eran las versiones grandes de sus pequeños. Los murmullos y susurros no se hicieron esperar y para su desgracia no tenía forma alguna de evitarlos.
-Ya viste.
-Sí que extraño.
-Amiga estás pensando lo mismo que yo.
-Claro amiga, mira nada más que cosas de ese jovencito, se ve tan inocente.
-Supongo que no se puede juzgar un libro por su portada.
-Pero que libro más pervertido queras decir.
Todas esas conversaciones llegaban a la perfección a los oídos del chico que se sentía con nervios, temor y mucha ansiedad, esa clase de situaciones eran precisamente las que tanto trataba de evitar, ya era malo que hablaran sobre la apariencia de sus pequeños, ahora que los acompañaban los mayores esa situación ya vergonzosa, lo era aún más. Apenas pago las compras salió rápido de ahí con sus hijos, siendo seguidos aun por Aomine y Kagami. Mientras regresaban a los pequeños les pareció ver a su papi con lágrimas en sus ojos y no entendían bien el porqué. Subieron rápidamente a su edificio y en la puerta Kuroko hizo ingresar de inmediato a los niños para después cerrarla y enfrentar a los otros.
-Váyanse…
-Tetsu…
-¿Por qué les cuesta tanto entenderlo?
-No puedes pedirnos eso, no ahora que sabemos dónde vives Kuroko.
-No los quiero conmigo, mucho menos con mis hijos y menos aún en mi hogar.
-Tetsu, por favor…déjanos entrar de nuevo en tu vida.
-…no hare eso… ustedes no forman parte de mi vida y no lo volverán a hacer.
-Kuroko, no pensamos perderte otra vez.
-…Ustedes me perdieron hace mucho tiempo, no hay forma de que vuelvan a perderme, porque yo nunca volveré a ser suyo.
-Tetsuya…
-Tetsuya…
-Solo… déjenme vivir en paz con mis niños, es lo único que les pido.
Kuroko había estado de pie frente a su puerta sin voltear a ver a Aomine y Kagami, las lágrimas amenazaban con salir cuando de pronto sintió una mano en cada hombro.
-Tetsuya…no vamos a dejarte.
-Tetsuya…no vamos a dejarte.
-Tsk…
Kuroko entro rápido a su hogar y cerró la puerta con fuerza, se recargo en esta y se dejó caer de rodillas, oyó a los pasos de retirada de los chicos y empezó a dejar salir sus lágrimas en un débil llanto. Dai y Tai habían estado escuchando todo desde una pared cercana y cuando vieron a su papi triste de inmediato salieron de su escondite y fueron junto a el para intentar calmarlo dándole abrazos y acomodándose a su lado.
-Papi.
-Papi no llores.
-Papi estamos contigo.
-Papi nosotros te queremos.
-Papi nosotros te cuidaremos.
-No llores papi, Dai y yo te queremos mucho.
-Como dijo Tai, nosotros te queremos, nosotros te cuidamos.
-Nosotros amamos a papi.
-Nosotros te haremos feliz.
-Tsk, pequeños…gracias por estar conmigo.
Kuroko recibió un beso en la mejilla por parte de sus hijos, consiguiendo de esa manera que se calmara y sintiera mejor. Abrazo a sus pequeños y en cuanto recupero la compostura se levantó y se dispuso a terminar la comida. Todo ese tiempo hizo eso en un total silencio, sus pequeños por su parte normalmente estarían jugando y haciendo ruido, pero ahora solo estaban sentados en la mesa observando un tanto preocupados a su papi.
Eran unos niños a final de cuentas, habían muchas cosas que no entendían realmente, pero si algo sabían era que los hacía sentir mal ver a su papi tan triste, les fue inevitable recordar veces en que su papi despertaba con pesadillas y no se calmaba hasta tenerlos a su lado, precisamente momentos como esos habían hecho que acordaran que cuidaran a su papi cuando crecieran y lo harían feliz todos los días. El verlo nuevamente triste hizo crecer su determinación por crecer rápidamente para así de esa forma tener a su papi solo para ellos, pues de ninguna forma planeaban dejar que esos sujetos volvieran a tenerlo.
-Listo pequeños, la comida esta lista.
-Gracias papi.
-Gracias papi.
Kuroko encendió la televisión para que la comida no transcurriera en un silencio total y de esa forma las cosas se animaran un poco gradualmente. Su idea funciono, pues rápidamente empezaron a recobrar el ánimo y a sentirse mejor luego del momento difícil por el que tuvieron que pasar. El resto del día transcurrió con calma y se dispuso a acostar sus pequeños, los cuales no tardaron en quedarse dormidos. Mientras estaba por salir de la habitación volteo y los vio una última vez, y no pudo evitar recordar esa veces cuando niño que sus amigos se quedaron a dormir en su casa. Tai y Dai eran unas copias exactas de ellos y eso era algo que le preocupaba, pues no quería que por nada del mundo terminaran siendo igual que ellos, ya de por sí era problemático el saber que tenían escondida esa revista y eso lo dejaba sin tener la más mínima idea sobre que esperar de sus pequeños.
-Dai, Tai, papi siempre los va a cuidar, papi siempre los va a proteger y papi los enseñara a ser buenas personas también.
Kuroko cerró la puerta y regreso a la sala para recoger algunas cosas, fue entonces que noto su teléfono en la mesa y al tomarlo noto un mensaje del nuevo número que había agregado.
-Hola, espero estés pasando una buena noche, no olvides que aún me debes es invitación jajaja es broma, tomate el tiempo que necesites.
El padre no pudo evitar dejar salir una ligera risa al leer el mensaje, pese a no tener nada de conocerse, sentía que podía tomarse confianza con ese sujeto, ya habiendo recuperándose por completo del encuentro con Kagami y Aomine, se dispuso a contestar el mensaje.
-Igualmente, que tengas una buena noche, el próximo fin de semana estoy libre, creo que podríamos juntarnos en ese momento y tener esa cena, esperare tu respuesta.
Tras escribir el mensaje fue a su habitación y cuando estaba por cubrirse con las sabanas escucho su teléfono sonar por la alerta de mensaje
-¡¿En serio?! ¡Eso es fantástico! Por mí no hay problema alguno, estaré esperando ansioso el fin de semana, que descanses bien Kuroko Tetsuya, espero verte pronto.
Al ver el nuevo mensaje Kuroko puso una alegre sonrisa en su rostro, no sabía bien porque pero se sentía agradable poder hablar con una nueva persona, y no solo eso sino que se sentía con una gran tranquilidad al hablar con ese sujeto Kise, era como si sintiera que podía confiarle cualquier cosa. Dejo cargando su celular y se dispuso a dormir por el resto de la noche.
La mañana llego con tranquilidad para todo en la ciudad, Kuroko llevo a sus pequeños a la escuela para luego dirigirse al trabajo, Kagami y Aomine estaban en la universidad intentando prestar atención a las clases mientras sus mentes solo pensaban en su pequeño de ojos celestes. En el restaurante Kuroko aprovechaba el descanso para contarle a su amigo sobre lo ocurrido el día anterior.
-¿En serio te los topaste saliendo de casa?
-Por desgracia sí, ahora esos dos saben perfectamente donde vivo.
-Hay amigo, en serio que la tuya es una triste historia.
-Lo sé, aunque intente convencerlos una última vez para que me dejan en paz, no sirvió de nada, solo están más determinados que antes para… recuperarme.
-Amigo, la verdad ya no sé qué decirte, quiero aconsejarte, pero no es nada fácil hacerlo, para empezar creo que deben haber pocas personas en el mundo que pasen por lo que tu estas pasando, menos personas aún que puedan lidiar con todo sin que les explote la cabeza.
-Pues yo siento que no falta mucho para que mi cabeza explote.
-Tranquilo no te agobies, sabes que cuentas conmigo para lo que necesites, así que si requieres de ayuda en algo no tendré problema alguno en hacerlo.
-Gracias Furihata, pero la verdad estoy en una situación en la que me es casi imposible recibir ayuda por más que bien intencionada sea esta.
-Hablando de todo un poco, ¿Ya decidiste que hacer respecto con Dai y Tai? Ya sabes, en cuanto a la revista que tenían escondida.
-No, aun no lo sé, una parte de mi quiere encararlos y si de ser necesario explicarles sobre esas cosas, pero otra parte de mi cuando los ve, ve a esos dulces e inocentes niños y se niega a creer que ellos tenían esa cosa.
-Creo entender el conflicto que tienes, pero debes entender que no serán unos niños por siempre, si ellos ya estaban viendo esas cosas, quizá sea mejor que comiences a explicarles, tus hijos están creciendo sencillamente, puede que no esperaras hacer esta platica hasta que tuvieran doce o trece años, pero parece que será necesario adelantarla.
-…Si…puede que tengas razón.
-Animo, ya verás que todo se solucionará pronto.
~~~~~~Ring,Ring,Ring,Ring,Ring~~~~~~
-Disculpa, es mi teléfono.
-Hola Kuroko Tetsuya, soy Kise, espero estés teniendo un buen día, en verdad espero vernos pronto, que la pases bien hasta entonces.
-¡Wow! ese mensaje es de quien creo que es.
-No espíes mis mensajes. Pero si, es de quien tú crees, del alto tipo rubio que vino aquí la otra vez.
-¡Lo sabía! Vaya amigo, parece que las cosas están solucionándose más rápido de lo que pensaba.
-¿A qué te refieres con eso?
-Te conozco desde hace tiempo, siempre rechazas cualquier invitación o verte con alguien, pero ahora hasta accediste a volver a verte con ese tipo. Estoy muy orgulloso de ti, quien sabe, quizás ese nuevo amigo que acabas de hacer, pueda llegar a ser algo más que eso.
-¿Algo más?
-Aquella persona que cure tus heridas y te ofrezca un nuevo y gran futuro.
-No juegues Furihata.
-Quien sabe, podría volverse el nuevo padre de tus pequeños.
-¡¡¡Furihata!!!
-Yo solo decía.
-Lo acabo de conocer hace poco no exageres, no es como que todo eso pudiera suceder, solo somos unos extraños haciéndose amigos, es todo, no es nada de lo que dices.
-Eso puedes decirte a ti mismo amigo, pero si me lo permites, nunca te había visto sonrojado hasta ahora que hablas sobre él.
-¡Ag!
-Parece que ni te habías dado cuenta, bien volveré a trabajar, regresa cuando se te quite lo rostro del rojo jajaja.
-(¡Ag! ¡Ya me las pagaras, te daré el peor susto de tu vida!).
Mientras esperaba que se le quitara el rojo del rostro Kuroko comenzó a pensar en lo que decía su amigo, era cierto que solía rechazar cualquier escasa invitación que recibiera, pero ahora no solo había accedido sino que él se la había propuesto a Kise, eso solo le hizo preguntarse si escondía algo en su interior que el mismo desconocía, algún sentimiento que lo hubiese hecho reaccionar así hacia Kise y no hacia nadie más.
-(¿Qué estaré sintiendo?).
Decidiendo dejar eso de lado, se tranquilizó y regreso a su trabajo. Cuando llego el fin de su turno, se despido y fue directo a recoger a sus pequeños que no tardarían en salir de la escuela. Llegando ahí se topó con la nada agradable sorpresa de que Kagami y Aomine estaban ahí esperando cerca recargados en una pared, mientras recibían miradas asesinas por los pequeños que aún estaban detrás de las rejas y miradas curiosas por parte de las maestras, pues esos sujetos eran prácticamente las versiones mayores de los niños.
-Por qué me tiene que pasar todo esto.
Paso de largo a los mayores sabiendo a la perfección que lo seguían con la mirada, tan pronto llego con las maestras tomo a sus pequeños y agradeció por cuidarlos, mientras se alejaban alcanzo a escuchar algunas murmuraciones respecto a la situación, tuvo que mantener la compostura con fuerza y se fue caminando rápidamente con sus pequeños mientras los otros empezaban a seguirlos de nuevo. A mitad del camino habiendo menos gente en la zona, fue cuando los mayores decidieron empezar a hablar.
-Hey Kuroko, estábamos pensando en que nos gustaría que nos acompañaran a una nueva atracción en el parque de diversiones.
-No gracias Kagami.
-Bueno Tetsu si eso no te interesa, también queríamos invitarte al cine, dicen que hay una película especialmente buen en esta temporada.
-Agradezco la invitación, pero no gracias.
-Hay una tienda nueva en el centro comercial Kuroko, creo que sería un buen lugar para ir, tienen ropa de buena marca en oferta, además de un área de juegos que seguramente le encantaría a tus pequeños.
-Eso suena bien, pero no pienso ir, así que si nos disculpan, quisiera que…
-Papi…
-Papi…
-¿Ah?
Dai y Tai estaban por completo pendientes de lo que decían los mayores y deseaban poder echar a esos dos de una buena vez para alejarlo de su papi, mas sabían que fácilmente los otros podrían elevarlos por el cuello de la camisa dejándoles atrapados y sin poder hacer nada. Si bien se alegraban por cada cosa que su papi rechazaba, cuando escucharon sobre la zona de juegos en el centro comercial sus mentes quedaron en shock por un segundo, sus amigos en la escuela y el parque les habían contado sobre lo divertido de ese lugar y deseaban ir enormemente, pero entendían que por más que quisieran ir, el que su papi pudiera hacerlo era poco probable, pues siempre estaba trabajando.
Y ahora aunque lo que menos querían era que ellos estuvieran cerca, la sola idea de poder ir a esos juegos era demasiado tentadora como para dejarla pasar. Sin dudarlo le hicieron ojos de cachorro a su papi para de esa forma convencerlo, el mayor al ser atacado por ese par de ojitos brillantes, no tuvo otra opción que aceptar la invitación para ir al centro comercial. Ya ahí Kuroko llevo a sus pequeños al área de juegos, ellos en solo un instante saltaron a la piscina de pelotas, casi olvidando por completo a las personas que les acompañaban. Este por su parte decidió detenerse primero en un pequeño puesto de malteadas para descansar de la caminata antes de ir a revisar las tiendas. El único problema es que no tenía la más mínima idea de que hacer o hablar con aquellos gigantes que estaban sentados frente a él.
-¿Y bien?... Me han hecho venir aquí, ¿Ahora que quieren?
-…Kuroko, nosotros queremos que nos des una oportunidad de conquistarte.
-Entendemos que no creas en nosotros, pero nuestros sentimientos por ti son totalmente sinceros.
-El pasado no se puede borrar es cierto, pero creemos firmemente que por más terrible que sea puede superarse.
-Si solo nos das una oportunidad Tetsu, te demostraremos lo que en verdad sentimos por ti, no te arrepentirás, veras que podemos ser unas personas dignas de estar a tu lado.
-Te amamos y eso nunca cambiara.
-Por más que pidas que nos alejemos eso no sucederá.
-Ya ha sido una tortura no saber nada de ti en estos años, por eso no podemos permitirnos perderte de nuevo.
-Queremos volver a estar contigo, en todo sentido y que nos dejes enamorarte como se debe, veras que cuando lo hagamos, todo será mucho mejor que antes.
-Pero solo podemos hacerlo si nos das una oportunidad, así que, por favor, déjanos intentar entrar en tu vida de nuevo.
-…todo eso se escucha…realmente bien…como si en verdad pudiera suceder, por cómo se escuchan, estoy seguro que ustedes harían cualquier cosa para que eso se volviera realidad, lo lograrían sin lugar a duda, estoy seguro que lograrían hacer que todo sea mejor que antes.
Tanto Kagami como Aomine sintieron sus esperanzas crecer como nunca antes, parecía imposible, pero al parecer finalmente Kuroko le estaba permitiendo acercarse.
-…Pero… eso no va a suceder… porque nunca, jamás, les permitiré volver a ser parte de mi vida.
Todo la esperanza que sintieron fue destruida en un solo momento, no solo les quitaba la alegría que sintieron, sino que los despojaba de cualquier sueño y posibilidad de volver a entrar en su vida, ambos no pudieron ocultar el shock y la sorpresa en sus rostros, conocían a Kuroko y sabían que el chico tenía un corazón tan grande que le permitía perdonar a la gente sin importar que hubiera pasado. Sin embargo todo indicaba que la falta que ellos cometieron, era más grande de lo que el corazón del pequeño podía perdonar, si ese hermoso y fuerte corazón se había roto por sus acciones, entonces no existía forma alguna de que volvieran a estar con él.
-Kuroko…
-Tetsu…
-…Iré a hacer unas compras, si no les molesta vigilen un poco a mis pequeños en lo que regreso… no tardare mucho de cualquier forma.
Kuroko se retiró ante el asombro de Aomine y Kagami, por primera vez sintieron que en verdad, sin importar lo que hicieran, nunca volverían a recuperar a su pequeño, ambos se sentían sumergiéndose en una oscuridad sin fin de la que no podían escapar. Todos decían, inclusive ellos, que Kuroko era una sombra, pero siendo honestos, ellos siempre lo veían como la luz más brillante de sus vidas y ahora esa luz se estaba alejando de ellos por más que estiraban sus brazos para alcanzarla.
Esa oscuridad en la que se hundían los estaba por atrapar por completo y hacer desaparecer su luz, cuando en el último segundo, dejaron atrás esos sentimientos de derrota, dieron un paso firme y sintieron que se acercaban más a ese destello hasta que finalmente los envolvió por completo y les permitió regresar en sí. Observaron a Kuroko a punto de entrar en una tienda cuando le hablaron con voz fuerte.
-¡Tetsuya! ¡No nos vamos a rendir!
-¡Tetsuya! ¡No nos vamos a rendir!
El llamado llamo la atención de algunas personas, así como la del nombrado que se detuvo y volteo a verlos, y la de los pequeños que emergieron de la piscina de pelotas con una expresión molesta y furiosa en sus rostros.
-¡Esos tipos!
-¡Los odio hermano! ¡Los odio!
-¡Yo también Tai, yo también!
Kuroko decidió ignorar la declaración de los otros y continúo caminando sin fijarse que el piso delante de él estaba mojado. En un instante, se resbalo rápidamente ante la mirada preocupada de los otros cuatro, sin saber bien como Kuroko fue a dar contra otro sujeto que cuando intento detenerlo fue impactado por este, ambos chocaron contra una pared y por accidente sus labios se juntaron en un beso que no paso desapercibido para los demás. Tras separarse y recuperarse del impacto, ambos observaron quien era el extraño con el que habían chocado.
-… ¿Kise?...
-Hola Kuroko, vaya forma de reencontrarnos.