Capítulo 18: Lo llamaste por su nombre.
Kuroko estaba acostando a sus pequeños que ya estaban mucho más calmados y tranquilos que antes, apago las luces del cuarto y se despidió de ellos.
-Descansen mis pequeños mañana será un nuevo día.
-Buenas noches papi.
-Buenas noches papi.
-Tai, lo hicimos, nos confesamos a papi.
-Si lo sé y papi si quiere ser nuestro.
-Ya ganamos, por fin ganamos.
-Papi es solo nuestro Dai, ¡Por fin solo nuestro!
-Seremos una familia muy bonita cuando crezcamos.
-Ya somos una familia muy bonita, solo nos falta ser más grandes.
-Cierto y ahora que papi si dijo ser solo nuestro, tenemos que echar a esos tipos cuanto antes.
-Hermano seguro que aparecen mañana, en cuanto papi se distraiga les diremos que papi ya acepto ser nuestro.
-¡Exacto! Que ya no deben acercársele porque nunca será suyo, ¡Que se vayan a la...
-¡Hermano! ¡No digas eso! Sabes que a papi no le gusta que digamos esas palabras.
-Oh, es verdad casi lo olvide, lo siento hermano es solo que me emocione mucho.
-Lo entiendo, tampoco puedo creer que papi en verdad es ahora solo nuestro.
-Siempre lo ha sido, solo teníamos que confesarnos y ahora que lo hicimos todo será mejor.
-Claro y cuando seamos mayores podremos hacer esas cosas de la revista con papi, lo vamos a hacer muy feliz.
-Es verdad, por poco lo olvido jajaja, ¿Me pregunto si papi se sentirá bien cuando hagamos esas cosas con él?
-Debería sentirse bien, pues será con nosotros.
-¿No crees que eso pueda dolerle?
-Pues las fotos de la revista no sirven para saber si le dolerá o no, pero estoy seguro que tratándose de nosotros es imposible que a papi le duela, es más estoy seguro que le va a gustar mucho.
-Eso espero, porque solo quiero hacer feliz a papa.
-Yo también, pronto lo haremos muy feliz.
-Aww… hermano… ya quiero ser grande…
-Si… aww… yo igual…
-Cuando seamos grandes, papi va a ser aún más feliz…
-Así es… papi ahora nos carga a nosotros… pero cuando grandes nosotros lo vamos a cargar…
-Y a… amar por siempre…
-Todos los días… siempre…
-Buenas noches Tai…
-Buenas noches Dai…
Kuroko estaba en su cuarto ya pronto a dormirse cuando le envió un mensaje a su nuevo amigo.
-Muchas gracias por tu ayuda hoy, en verdad que la pase muy bien, espero nos veamos pronto, el fin de semana ya está cerca, así que podríamos ir a un buen lugar.
El mensaje del padre fue contestado casi inmediatamente por el contrario.
-Ya quiero verte también, yo igual la pase muy a gusto con tu compañía y estoy seguro de que la pasaremos realmente bien. Oye pero ahora que lo pienso, ¿No habías dicho que también trabajabas los fines de semana? ¿Y qué hay de tus pequeños? ¿Los traerás acaso?
Kuroko solo entonces se acordó de esos pequeños detalles, pero afortunadamente su mente pensó rápido en una solución.
-Oh tu descuida, no hay de qué preocuparse, puedo pedir un día libre sin ningún problema y un buen amigo cuidara de mis hijos así que todo estará bien.
-Fantástico entonces será una salida tranquila, bien ya debo ir a dormir, que tengas dulces sueños y nos vemos pronto.
-Igualmente, que pases buenas noches, espero verte pronto.
Kuroko se acostó con calma, así como con una feliz sonrisa, nuevamente se sentía alegre por hablar con ese amable desconocido, tal parece que ahora tenia la suerte de entablar una nueva amistad, una que esperaba fuera fructífera y durara mucho tiempo, pues en verdad no deseaba perder la amistad que estaba desarrollando y fortaleciendo con Kise. Por un segundo se cuestionó si esta buena sensación no sería aquello que la gente llamaba amor, pero estaba ya con mucho sueño para pensar en ello, solo se dejó llevar por los sueños mientras imaginaba una agradable tarde en compañía del rubio.
Un nuevo día llego a la ciudad, la familia Kuroko se arreglaba para empezar el día y salieron con tranquilidad de su hogar. En el camino Kuroko noto que sus pequeños parecían estar más alegres y sonrientes de lo usual, supuso que era debido a que logro disipar los temores que tenían respecto a quedarse solos, el seguía sin tener idea de que la razón por la que estaban tan alegres era porque creían que su papi ahora era en verdad solo suyo. Siguieron su camino hasta llegar a la escuela donde los pequeños entraron felizmente y sin causar problemas, él se retiró y fue hasta su trabajo donde empezó su jornada junto a sus compañeros que notaron su buen estado de ánimo, alegrándose mucho por su compañero. Entre tanto en la escuela los pequeños aprovechaban el descanso para jugar con sus compañeros y tomar sus almuerzos.
-Mi último onigiri Tai.
-El mío igual, bueno no importa, papi nos hará más.
-¡Aja! ¡Bueno a tragar!
-Mmm esta delicioso.
-Sí, papi hace los mejores onigiris.
-Me pregunto que estará haciendo papi en estos momentos.
-Trabajando como siempre Tai, ya lo sabes.
-Si Dai, pero ¿Qué estará pensando? ¿Pensara en nosotros?
-Es lo más seguro, después de todo anoche, papi dijo que sería solo nuestro. Debe estar pensando solo en eso.
-Ah, ya quiero ver a papi.
-No tardara en volver hermano, papi siempre viene por nosotros.
-Cuando seamos mayores nos tocara ir por el a donde este.
-Cierto, por eso debemos ser muy buenos, papi hace todo por nosotros ahora, ósea que cuando seamos mayores haremos todo por él.
-Oye hermano estaba pensando en una cosa.
-¿En qué cosa?
-Papi fue quien nos tuvo.
-Sí, eso ya lo sabemos, nos lo dijo hace tiempo.
-Si cuando crezcamos hacemos esas cosas de la revista con papi, ¿Qué pasara si papi tiene otros bebes?
-¡Ag! ¡Pft!
-¿Esos bebes serian nuestros hermanos? ¿O nuestros bebes?
-Ah… no lo sé… eso tendríamos que preguntárselo a papi, él debe saber sobre esas cosas. Aunque es bueno que menciones eso, no lo había pensado ahora que lo recuerdo.
-Creo que cuando venga a recogernos debemos preguntarle.
-Si buena idea, ya no hay porque tener miedo, papi ya dijo que es nuestro, por eso ya no debemos preocuparnos por nada.
-Bueno hasta que papi venga, vayamos a jugar a los columpios antes de que se termine el tiempo. ¡Yo quiero el columpio más grande!
-¡Ah! ¡No tú lo tuviste la otra vez Tai! ¡Me toca tenerlo a mí!
Los hermanos fueron corriendo empujándose hasta caer al suelo poco antes de llegar, cuando alzaron la vista vieron que una niña ya les había ganado el columpio y se sintieron tristes, porque la conocían y sabían que cuando se subía a un juego ya no se bajaba hasta que volvieran al salón. Un par de horas pasaron y Kuroko termino su turno en el trabajo, salió del lugar para dirigirse directamente a la escuela de los niños.
-Ah que alegría, me adelantaron el pago y ya llame a la tintorería para que me dieran el fin de semana libre, podre tener la reunión con Kise y pasar tiempo con mis pequeños al siguiente día. Vaya que los he descuidado, nunca pensé en lo traumática que sería esta experiencia para ellos, ya veo por qué actuaban tan extraño y porque ese beso que me dieron, aww mis niños son unos preciosos angelitos. Quizá después pueda comprarles un par de juguetes nuevos, siempre están peleándose por sus cosas, así que sería bueno que tuvieran algo propio cada uno. Aun me cuesta creer lo rápido que han crecido, parece que fue solo ayer que eran unas cositas que cargaba en mis brazos y ahora, hasta corren más rápido que yo.
Kuroko siguió con sus pensamientos mientras abordaba un camión para llegar antes con sus hijos, tomo asiento y permanecía feliz en sus pensamientos hasta que un par de llamados detrás de suyo lo asustaron trayéndolo de vuelta a la dura realidad.
-Tetsuya.
-Tetsuya.
-¡AAAAAAAAA! ¿Qué diablos? ¿Aomine, Kagami? ¿Qué están haciendo ustedes aquí?
-Hemos estado esperando para verte.
-Es la tercera vuelta que damos en esta ruta de camión esperando que subas.
-¿Llevan tres vueltas en este camión? Ah, en serio que ustedes están locos, ¿No tienen nada mejor que hacer?
-Hay un par de pendientes en la universidad, pero eso pasa a segundo término tratándose de ti Kuroko.
-Hay, ¿Tan difícil es que entiendan que no los quiero ver? Ya déjenme solo.
-El asunto Tetsu es que tú no estás solo y por eso mismo no pensamos alejarnos de ti.
-Cierto, creemos que no te has dado cuenta, pero tus pequeños te ven con ojos que muestran más intenciones hacia ti que las que deberían tener unos hijos con su padre.
-¿Qué están diciendo?
-Tetsu, tus pequeños podrían estar enamorados de ti.
-¡¿Cómo dicen?!
-Y no solo eso Kuroko, tu pareces estar empezando a enamorarte de ese extraño de cabello rubio llamado Kise.
-¿Se están escuchando si quiera entre ustedes? Están hablando de puras tonterías, mis pequeños no se encuentran enamorados de mí, solo son muy apegados a mí eso lo reconozco. Y tampoco me estoy enamorando de Kise, él es solo un amable sujeto que recién conozco y que parece ser mucho más agradable y sensato de lo que ustedes podrían serlo jamás.
-¡Ahí! ¡Justo ahí Kuroko!
-¿Qué?
-Esa forma que usas para hablar de él, siempre defendiéndolo, siempre hablando tan bien sobre él, no logro recordar una vez que nos pusieras en esa posición a mí y Aomine. Todo eso demuestra que estas enamorándote de ese completo extraño.
-Por todos los dioses, ahora sí que se han vuelto paranoicos, ¿Es que tengo que llamar a un centro psiquiátrico para que los internen?
-Nada de eso Tetsu, no estamos paranoicos ni nada, solo muy preocupados de que ese sujeto pudiera llegar a alejarte de nuestro lado.
-¿Su lado? Si más no recuerdo deje de estar junto a su lado desde hace como seis años. No me adjudiquen como algo suyo así nada más, cuando no somos y no seremos absolutamente nada de lo que quieran.
-Tetsu, queremos pasar tiempo contigo, necesitamos demostrarte que somos tu mejor opción y que el amor que sentimos por ti es mucho más grande que el que cualquier otra persona pudiera darte.
-Incluido ese entrometido rubio.
-¿Entrometido? Mira nada más quienes se están entrometiendo en mi vida por más que intento alejarlos.
-Kuroko estamos determinados a reconquistarte, pero nos harías más sencillo el trabajo si tan solo nos permitieras hacerlo, o mínimo alejando de ti a ese sujeto.
-No voy a dejarlos acercarse a mí y tampoco voy a alejar a Ryota de mi vida, eso sería un acto realmente grosero, no pienso arruinar una posible nueva y muy buena amistad solo por sus paranoias.
-…
-…
-¿Ahora qué les pasa a ustedes? Se quedaron petrificados de pronto, ¿Seguro que están bien? Hey, Aomine, Kagami, ¿Aun pueden escucharme?
-¡TETSUYA!
-¡TETSUYA!
-¡No me griten con un carajo!
-¡Ya estuvo bueno ustedes tres haya atrás! ¡No voy a soportar gritos! ¡Bájense de mi camión! ¡Órale, ya nos los quiero ver aquí! ¡Fuera, largo! ¡CHU! ¡Sáquense de este transporte!
Los tres fueron echados del camión y observaron como este arranco con rapidez levantando un poco de humo en el lugar donde estaban, cuando este se empezó a disipar los mayores notaron que su pequeño ya se estaba alejando caminando en dirección a la escuela, por lo que se apresuraron a alcanzarlo.
-¡Ya estarán contentos! Miren nada más lo que hicieron, consiguieron que me echaran del transporte, tienen suerte de que la escuela de mis niños ya no esté muy lejos o sino les juro que les rompería las piernas hasta que pudiera verlos directo a los ojos al hablar.
-Disculpa Kuroko es solo que…
-¿Qué? ¿Qué pudo ser tan importante para que gritaran mi nombre de esa manera?
-Tetsu es solo que… lo llamaste Ryota.
-¿Ah?
-Lo llamaste así directamente como si nada…
-No tienes nada de conocerlo y ya hasta te tomas esa libertad, en cambio con nosotros, solo en muy pocas ocasiones… casi nunca mejor dicho, nos has llamado por nuestros nombres.
-No veo el porque tanto problema por una insignificancia como esa.
-No es una insignificancia Tetsu, todo lo contrario.
-Es algo muy significativo, esto podría decir que tu… en verdad te estas enamorando de ese tipo.
-Solo exageran es todo.
-Queremos creer eso, pero nos es imposible.
-Tememos estarte perdiendo muy rápido, demasiado como para que nos permitas demostrarte lo que sentimos por ti.
-Yo sé bien lo que ustedes siente por mí.
-¿Qué?
-¿Pero cómo?
-Esa noche… esa noche hace varios años… ustedes dijeron todo lo que sentían por mí, desde entonces se a la perfección sus sentimientos y eso… eso es algo que me asusta, no quiero volver a tener que pasar por algo como eso nunca más, no quiero tener que sufrir de nuevo, no quiero sentirme traicionado otra vez, simplemente no quiero… que…que alguien me viole para que me diga lo que siente por mí.
-…
-…
-Miren, se a la perfección… los sentimientos que pueden tener… así que no piensen que no sé lo que sienten, porque lo es demasiado bien…ah… escuchen hagan lo que quieran ahora, pero no conseguirán que desista de la idea de hacerme amigo de Kise, bien si me permiten aun debo recoger a mis niños… nos veremos próximamente, ya que dudo que me dejen en paz un día.
-Vamos a seguirte Kuroko.
-Al menos para cerciorarnos que estarás bien.
El trio comenzó a avanzar en dirección a la escuela, al llegar como de costumbre todos los niños estaban siendo recogidos por sus padres, su arribo fue notado por todos, muchos conocían a los pequeños de Kuroko y por ende las miradas y susurros fueron inevitables de nuevo, solo que en esta ocasión el padre opto por ignorarlos por completo. Al acercarse a la puerta noto a sus pequeños despedirse de un amigo para después ir corriendo hacia él.
-¡Papi!
-¡Papi!
-Hola amores, ¿Cómo se la pasaron mis tesoros?
-Muy bien papi, Dai y yo la pasamos bien.
-Jugamos todo el tiempo.
-Papi teníamos una pregunta.
-¿Cuál pregunta Tai?
-Pues era de…
-¿Ah? ¿Qué hacen ellos aquí?
-Mmm, oh si ellos, me siguieron como de costumbre amores, ya lo saben.
-¡No deben estar aquí!
-¡No te deben hablar!
-Tranquilos hijos, ya me encargare yo luego, ahora Tai, ¿Qué era lo que querías preguntarme hijo?
-Ah… por verlos ya se me olvido.
-¿Tú lo sabes Dai?
-No, también se me olvido.
-Bueno, si era algo importante ya lo recordaran luego, ahora volvamos a casa.
Kuroko tomo a sus hijos con las manos para como de costumbre caminar de regreso a casa, inevitablemente fueron seguidos por Aomine y Kagami que nuevamente recibían malas caras de parte de los pequeños, solo que esta vez cuando ya estaban más lejos de la escuela y con poca gente cerca comenzaron a insultarlos.
-Largo tontos.
-Váyanse fenómenos.
-¿Ah? ¿Quiénes se creen para llamarnos así?
-No se tomen tanta confianza enanos.
-Da igual, váyanse monstruos.
-No los queremos, vayan a caerse a un pozo.
-No haremos eso tontito Dai.
-Lo mismo para ti tontito Tai.
-Dejen a papi en paz, es mío y de Dai.
-Exacto, váyanse a la mierda.
-A la mierda vete tú.
-Enano insolente nos provoques.
-¡Lo hare si quiero! ¡Váyanse a la Mierd…AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
-¡Hermano! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
-Tetsu que ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
-¡No! ¡No! ¡Kuroko No! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
Kuroko les dio un golpe en la cabeza a cada uno de sus pequeños, así como unos piquetes en las costillas a los mayores. Los niños estaban con sus ojos humedecidos igual que los grandes, todos voltearon a verlo mientras se sobaban el área que les había lastimado.
-Niños, ya les he dicho que no me gusta que digan esas palabras, los niños buenos no usan esa clase de lenguaje. Y en cuanto a ustedes, debería darles vergüenza estar peleando de esta forma con un par de niños. Ahora sí que no se quienes rayos son los niños aquí.
-Papi.
-Papi.
-Tetsuya.
-Tetsuya.
-Ah, ahora yo soy el malo, vamos niños vayamos a casa y ustedes hagan el favor de irse a las suyas.
-Si papi.
-Si papi.
-Si Tetsuya.
-Si Tetsu…un momento, ¡Tú no puedes decirnos que hagamos eso!
-¡Es verdad, no tienes control de nosotros!
-(Demonios casi lo logro) Da igual, nosotros nos vamos.
-No se los diremos de nuevo, dejen a Papi en paz.
-Papi ya es mío y de Tai, no los necesita a ustedes.
-Tsk par de mocosos.
-Calma, Aomine, calma ya les enseñaremos, ya les enseñaremos.
-Papi, ¿Verdad que ya solo eres mío y de Dai?
-Que eres solo nuestro y nada más nuestro.
-Tai, Dai, hijos ahora no es momento para empezar con sus juegos, papi ya se siente cansado, física y mentalmente, solo quiero llegar a casa y…
-¡Hola Kurokocchi!
-¿Qué? ¡Ah! ¡Hola Kise!
Todos quedaron boquiabiertos al ver el rápido cambio de humor de Kuroko, su humor cansado y harto, se transformó en un instante a uno alegre y sonriente que conocían todos, sin embargo los cuatro estaban bastante molestos, pues esa forma de ser de Kuroko, era algo que sentían que solo podían provocar ellos y no ese extraño rubio desconocido con el que se sonreía felizmente.
-(¡¡¡VETE AL INFIERNO!!!) –Fue lo que pensaron los cuatro al mismo tiempo-.