Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una Situación Peculiar por Nekoboy mty

[Reviews - 38]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ya volví, y aquí está el nuevo cap XD 

Capítulo 9: ¡Esto es la Guerra!

Kuroko se encontraba justo en medio de ambos pares, Aomine y Kagami al frente, mientras que Dai y Tai detrás de él, todos viéndose desafiantemente mientras que el un tanto sorprendido y desconcertado por toparse con los mayores, en su mente estaba intentando comprender como era que lo habían encontrado pues no recordaba haber mencionado jamás la localización de la escuela, pero rápidamente ato cabos y su mente encontró la respuesta.

-(Furihata-kun)

Pero ese no era momento para perderse en sus pensamientos, tenía que encontrar una forma para salir de ahí con sus hijos sin que ellos se dieran cuenta.

-Tai, Dai, vengan niños hay que irnos.

-Lo siento Tetsu pero no podemos dejarte ir a ningún lado.

-Concuerdo, esta vez vas a hablar con nosotros.

-Yo no tengo nada de qué hablar con ustedes, ahora con su permiso dejen que nos retiremos.

-Eso es algo que no podemos permitir Kuroko.

-Tetsu, no puedes evitar esto ni hacer como que nada ocurrió, sabes que no nos detendremos hasta que accedas.

-…No importa cuanto lo hagan no voy a escucharlos.

-Kuroko por favor… ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

-¿Bakagami? ¿Qu… ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

Los adultos se habían olvidado completamente de que los menores estaban presentes, los pequeños aprovecharon que estaban ocupados hablando con su papi para acercarse en silencio y picarlos en las costillas, haciendo sin saber lo mismo que Kuroko cuando estaba con ellos. Los dos adultos cayeron al suelo un  tanto doloridos y dejando al otro sorprendido por lo ocurrido.

-Papi ya está.

-No volverán a molestarte papi, Tai y yo te protegeremos.

-Vámonos a casa.

-…Si, claro, vámonos niños.

Los tres comenzaron a caminar rápido pasando en medio de los otros que seguían tirados en el suelo, ninguno entendía como era que esos pequeños demonios consiguieron acercárseles sin darse cuenta, para rematar tenían el mismo habito de su papi, estando en el suelo pudieron observar alejarse al trio. Tai y Dai iban abrazados a su papi y voltearon un segundo para verlos y enseñarles la lengua burlándose de ellos, los pequeños al regresar la vista al camino pusieron cada uno una mano en el trasero de su papi, lo que aún era un acto un tanto inocente para ellos, no lo era para sus progenitores.

-(Es oficial, ¡Esto es la Guerra!).

Fue lo que pensaron ambos mientras intentaban levantarse, cuando consiguieron recomponerse fueron en dirección por donde se fue Kuroko, pero al doblar la esquina fue evidente de que nunca podrían encontrarlo, pues el muy astuto fue por un camino lleno de gente donde ocultarse sería mucho más fácil para los tres.

-¡Ag! ¡Demonios! ¡¿Por qué Kuroko siempre tiene que hacer eso?!

-No importa, ya lo encontraremos, ahora sabemos donde trabaja y en qué escuela están eso pequeños diablos, solo falta averiguar donde viven.

-¿Qué idea tienes?

-Por ahora ninguna, pero lo descubriremos pronto de un modo u otro.

-Solo recuérdame no volver a olvidar a esos niños, la próxima vez los pondré en su lugar, se arrepentirán de lo que hicieron.

-Estoy de acuerdo, luego los pondremos en su lugar, pero por ahora, quizá sea mejor actuar cuando estemos seguros que no están presentes.

-Buena idea.

Ambos adultos se fueron por su propio camino mientras discutían el momento perfecto para volver a ver al de ojos celestes. Entre tanto el joven padre estaba llegando a casa con sus dos pequeños, en el final de la segunda planta de un complejo de departamentos, los pequeños entraron corriendo felices a su hogar mientras que el solo se quedó un momento en la entrada sonriendo.

Vivian en un pequeño lugar, solo dos habitaciones, la suya y la que compartían sus hijos, pero eran suficientes para vivir bien, el chico fue a la cocina a preparar los onigiris de sus hijos, al mismo tiempo pensaba en como habían conseguido ese lugar, todo gracias a su buen amigo Ogiwara que lo había apoyado cuando se enteró de lo sucedido, él les consiguió ese lugar y ayuda cuando los pequeños estaban por nacer. Sus hijos le tenían mucha estima y lo llamaban constantemente tío, al parecer para ellos era el héroe de la historia que cuido de su papi en los tiempos difíciles.

-Tai yo quiero el juguete ahora es mi turno.

-Tú lo tuviste la última vez, ahora es mi turno.

-No es cierto.

-Si es cierto.

-¡Que no!

-¡Que sí!

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

El grito de los niños lo saco de sus pensamientos y vio como ambos estaban forcejeando en la sala mientras Tai intentaba evitar que Dai tuviera el juguete de un soldado. Sabia a la perfección que no tenia de que preocuparse, pues sus pequeños siempre tenían ese tipo de discusiones, eran muy competitivos cuando se trataba de algo que les gustaba, al verlos así eran prácticamente las vivas copias de sus padres cuando niños, recordaba como ellos solían pelear pero por obtener su atención.

-Jeje, qué tiempos aquellos.

-¡Dámelo Tai!

-¡No quiero! ¡Es mío!

-¡Es de los dos!

-¡Es Mío!

-¡Dámelo!

-¡Que No!

-¡Suéltalo!

-¡Jamás!

El juguete de soldado no pudo más con los jalones de los pequeños y se partió en dos haciendo que ambos cayeran, cuando se levantaron Dai conservaba las piernas y la cintura, mientras que Tai todo desde el abdomen hasta la cabeza. Al darse cuenta de lo sucedido los dos empezaron a llorar en su lugar llamando la atención de su papi nuevamente.

-Niños, ¿Ahora qué sucedió?

-Se rompió, el juguete se rompió.

-¡Es culpa de Dai!

-¡No es cierto es tu culpa!

-Ah cielos, ya dejen de llorar niños, no es el fin del mundo, esto solo necesita un poco de pegamento y estará como nuevo, no se preocupen que papi lo va a arreglar más tarde y podrán jugar de nuevo.

-¿En serio Papi?

-Así es Tai y entonces podrán volver a jugar con él, solo no vuelvan a estirarlo así. ¿Me entendiste Tai?

-Sí.

-¿Me entendiste Dai?

-Sí, papi.

-Bien, denme eso y vayan a jugar con algo más, no pelen más y traten de portarse bien hasta que sirva la comida.

Los pequeños se retiraron mientras Kuroko dejaba las piezas sobre un estante, el chico apenas estaba retomando su labor en la cocina cuando de pronto una nueva discusión lo hizo voltear a la sala.

-¡Dámela Dai, es mi pelota de hule!

-¡No es cierto Tai! ¡Es mi pelota de hule!

-¡Que me la des!

-¡No lo voy a hacer!

-¡Dámela!

-¡Nunca!

-¡Oigan! ¡¿Qué les acabo de decir?!

Ese era un típico día en la vida de la familia Kuroko, los pequeños peleando por las cosas mientras que su papi intentaba mantener la paz en su hogar. Dai y Tai estuvieron peleando por los juguetes todo el tiempo en que su papi termino de preparar la comida, no fue sino hasta que se sentaron a comer que las cosas en verdad se calmaron. Para el mayor, ese era su momento de paz, pues cuando sus pequeños comían, todo lo demás pasaba a segundo término.

-¡Quiero otro!

-¡Yo también!

-¿Podemos agarrar más papi?

-Mmm, está bien Tai, tú y tu hermano vayan a tomar los otros que deje en la cocina.

-¡Gracias Papi!

-¡Gracias Papi!

-Ah mis pequeños están creciendo, y con ello su apetito, para ser que heredaron eso de sus padres para mi mala suerte. Jajá, cuando me dé cuenta me habrán dejado sin comida.

Los pequeños regresaron con mas onigiris y se dispusieron a comer, pero antes de hacerlo cada uno le dio uno a su papi para después mostrar un alegre sonrisa, esos eran los momentos que alentaban a Kuroko a seguir adelante, esos bellos momentos que compartía junto con sus hijos, eran la motivación que necesitaba para nunca rendirse y cuidar de ellos. El resto del día lo aprovecho para limpiar la casa mientras que los niños jugaban ya más tranquilos, las horas pasaron volando y cuando estaban viendo una película se dio cuenta que ya había anochecido.

-Las diez de la noche, ya es muy tarde y ustedes ya deberían estar dormidos. Tai, Dai, vamos tienen que irse a la cama.

-Pero la película aún no se acaba.

-Como dijo Tai, no se ha terminado ¿Podemos quedarnos a ver el final?

-Claro que no niños, ustedes tiene escuela mañana y yo trabajo, así que ya levántense y vayan a su cama.

-No queremos.

-¡No puedes obligarnos!

-Niños por favor es tarde, ya deben ir a dormir.

-Como dijo Dai, no puedes obligarnos a ir a dormir.

-¡Ya es suficiente! ¡Vayan a dormir! ¡Voy a contar hasta tres! Uno…dos…

-…

-…

-Tre…

-¡Ya nos vamos a dormir!

Fue lo que los pequeños gritaron para irse a su habitación corriendo, sabían que no era buena idea hacer enojar a su papi, era una ira que ninguno quería enfrentar. El por su parte solo rio un poco mientras se dispuso a hacer un par de últimas cosas antes de dormir también. En su cuarto los niños estaba poniéndose sus pijamas para después ir cada uno a su cama, su papi entro y los vio ya acostándose.

-Duerme bien mi pequeño Dai.

-Gracias papi.

-Duerme bien mi pequeño Tai.

-Gracias papi, que tu también duermas bien.

-Eso are, descansen amores, sueñen con los angelitos.

El mayor apago el foco y salió de la habitación dejando a los niños a oscuras, ambos tenían sus camas en lados opuestos de la habitación de forma que cada uno tuviera un poco de espacio propio. Tai estaba por dormirse cuando escucho una pequeña risa por parte de su hermano, finalmente se sentó en su cama y se le quedo viendo.

-¿De qué te ríes?

-Papi me dio beso a mi primero.

-¿Si y qué?

-Significa que papi me quiere más a mí.

-Eso no es cierto.

-Claro que sí.

-Claro que no, anoche el me dio beso a mi primero, eso significa que me quiere más que a ti.

-No es cierto, la noche anterior a esa él me dio beso de buenas noches primero.

-Y a mí antes la noche anterior a esa.

-Papi me quiere más que a ti, solo no quieres aceptarlo.

-Ya quisieras, papi me quiere más a mí entiéndelo.

-…

-…

Los pequeños se quedaron mudos por un momento, algo en ellos les decía que se estaban comportando mal, recordaron alguna vez haber oído que esos sujetos que eran sus padres siempre peleaban por su papi y que eso fue lo que llevo a que lo lastimaran.

-…No quiero terminar como ellos Dai, no quiero hacerle daño a papi.

-Yo tampoco, odiaría que papi nos odie como a ellos.

-¡La promesa! ¡Recuérdala!

-¡Cierto tienes razón!

-Cuando seamos grandes, compartiremos a papi.

-El será de ambos, así nunca tendrá que escoger. Lo haremos feliz.

-Ya quiero ser grande y poder cuidar de papi.

-Yo también, quiero poder abrazarlo y estar con el todo el día.

-Dai, ¿Por qué toma tanto tiempo crecer?

-No lo sé Tai, pero ya lo haremos y cuando lo hagamos, papi será nuestro para siempre.

-Estar con él siempre, eso se oye tan bien.

-Lo sé, pero será difícil si esos dos intentan acercarse a papi de nuevo.

-No quiero que lo tengan, papi es nuestro lo conocemos desde que nacimos.

-Tenemos que hacer algo Tai, hoy encontraron la escuela donde estamos y estoy seguro que hallaron a papi en el restaurante.

-Si descubren donde vivimos será el fin y nos lo quitaran.

-Debemos cuidar de papi más que nunca, no podemos dejar que se le acerquen.

-¿Pero cómo? Tenemos escuela en las mañanas y papi va a su trabajo, no podremos cuidarlo desde la escuela.

-Podríamos salir de la escuela.

-¿Cómo dices?

-Recuérdalo hermano, una vez nos salimos y fuimos hasta el parque.

-¡Es cierto! Y nadie nunca se dio cuenta.

-Solo tenemos que hacer lo mismo, mañana cuando papi nos deje en la escuela saldremos sin que se den cuenta, lo cuidaremos y regresaremos antes para que nos recoja.

-Jamás se dará cuenta, es perfecto.

-Y así evitaremos que ellos se le acerquen.

-¡Papi va a ser nuestro!

Dijo alegremente Tai, ahora ambos niños tenían un plan, una forma segura de cuidar de su papi. Ambos trataron de dormir de nuevo pero encontraron que era imposible, salieron de su cuarto y fueron hasta el de su papi que dormía tranquilamente, ya ahí subieron a la cama y se acomodaron debajo de las sabanas para después colocarse cada uno a su lado y dormir en paz. Sabían que no habría problema, pues Kuroko estaba acostumbrado a acostarse solo y que en ocasiones despertara junto con sus pequeños, además se sentía mejor cuando ellos dormían con él, de alguna forma era relajante y ayudaba a olvidar el mal momento vivido. Esa noche la alegre familia dormía en paz con un futuro incierto por delante, pues en sus respectivos hogares Aomine y Kagami estaban hablando por teléfono.

-Está decidido Aomine.

-Por supuesto Kagami, vamos a recuperar a Tetsu.

-El será de los dos de nuevo. 

Notas finales:

Vaya, vaya, miren como están las cosas XD Padres e hijos han tomado la misma decisión, pero… ¿De quién terminara siendo Kuroko realmente? Ya lo averiguaremos próximamente. Muchas gracias por los reviews, ya sé que no se los contesto pero créanme que me hacen muy feliz cuando los veo, me alegra ver que mi historia les está gustando y espero siga siendo así.  Tengo más historias en mi cuenta por si quieren leer alguna XD 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).