Capítulo 13: El Regalo
La siguientes dos semanas pasaron sin encuentros con Kagami y Aomine, Kuroko dedujo que seguramente estaban en exámenes en la universidad y debido a eso no se presentaban, aunque secretamente en el fondo deseaba que hubiesen perdido interés en el y no se aparecieran más, cosa que también sabia a la perfección que no sucedería. Llegado el nuevo fin de semana supuso que no tardarían en aparecer, por lo que solo decidió tratar de tomar las cosas con calma y evitar que aquellos dos lo exasperaran.
Ese día lo pidió libre en el trabajo de la tintorería, pero de cualquier forma llevo a sus hijos a jugar al parque de costumbre. Apenas llegaron los pequeños fueron directo con sus amigos olvidando por unos instantes todo el lio amoroso y que esos dos podrían estar cerca. Kuroko por su parte solo se quedó sentado en una de las bancas leyendo un libro y observando de vez en cuando a sus pequeños que le devolvían alegres sonrisas.
-(Ah, ¿Qué nos ira a deparar el futuro ahora pequeños?).
-Como lo suponía, estaban en este lugar.
Cuando volteo pudo ver detrás de la banca a ambos chicos, una parte de él quiso salir corriendo, pero decidió que lo mejor era afrontar la situación, no podría escapar por siempre y esta era una de esas situaciones donde no podía hacer nada en realidad.
-Supones bien Aomine, pero creo que es por demás obvio que buscaran en este lugar.
-¿No estás trabajando?
-Pedí un día libre, casi nunca lo hago, por lo que no fue difícil obtenerlo.
Ambos aprovecharon para sentarse cada uno a su lado, Aomine a la izquierda y Kagami a la derecha, Kuroko entre tanto evitaba tener contacto visual con cualquiera de ellos, solo mantenía fija la vista en los juegos donde estaban sus niños, quienes no estaban conscientes de la llegada de los adultos.
-Eres tan cortante al hablar, igual que siempre.
-Ya me conoces Kagami, hay hábitos que nunca se van.
-En serio parece que siguieras siendo el mismo Tetsu.
-…Ya hablen, díganme a que vinieron esta vez.
-¿Acaso es malo solo querer verte?
-Tomando en cuenta el pasado, si, si lo es.
-Kuroko sabemos a la perfección lo que hicimos, la mayor prueba está ahí adelante jugando en los columpios, pero creo que olvidas que hubo un pasado mucho más grande e importante antes de eso.
-…Todo ese pasado ya no significa nada, se destruyó luego de esa noche.
-Tetsu…
-¿Es que no les queda ni un poco claro? Las cosas no pueden volver a ser como antes y hacer como si nada de eso hubiera pasado. Aomine, Kagami, yo confiaba en ustedes ciegamente, nos conocimos desde niños, los consideraba los mejores amigos que pudiera tener en el mundo, pero… esa noche ni si quiera pude reconocerlos, eso fue lo que más me asusto… no tenía ni idea de quien eran ustedes.
-…Kuroko entendemos porque estás tan afectado y tienes razón en algo… no hay excusa para nuestros actos.
-Nosotros sabíamos cómo nos encontrábamos por el alcohol y aun así decidimos ir a donde estabas, quizá de no haberlo hecho las cosas serían muy diferentes hoy en día.
-..Quien sabe… tal vez tengas razón, quizá nada de esto hubiera pasado y hoy seguiríamos siendo amigos y estaríamos juntos como de costumbre… pero él hubiera no existe, solo existe la realidad actual y eso es algo que uno tiene que aceptar sencillamente. Ustedes tienen que aceptar sus hechos y yo tengo que aceptar mi vida ahora, pero yo ya lo he hecho, soy feliz cuidando de mis hijos, solo faltan que ustedes entiendan que no quiero nada con los dos, lo que una vez fue ya no puede ser de nuevo.
-No puedes pedirnos que nos alejemos de nuevo Kuroko.
-Tengo todo el derecho a pedirlo.
-Eso lo entiendo, pero no sabes lo difícil que ha sido para nosotros vivir todos estos años sin ti, es algo completamente desconocido, siempre estuviste ahí y ahora no tenerte, fue algo irreal, fuera de este mundo.
-Tetsu, tal vez tú quieras dejarnos como un recuerdo pasado, pero nosotros no queremos hacer eso, en verdad te extrañamos, en verdad queremos volver a estar contigo, en verdad te amamos. Sé que es difícil creerlo, pero en verdad deseamos tener la oportunidad de demostrártelo, de mostrarte que podemos volver a estar a tu lado.
-…Es que no es tan fácil darles esa oportunidad… cuesta mucho más de lo que puedan creer, solo permitirles estar sentados a mi lado en este momento, requiere de mucha fuerza de voluntad, que pensé que ya no tendría cuando escape de casa. La fuerza que tengo ahora es gracias a mis pequeños, a Dai y Tai, ellos son lo que me motiva a seguir adelante, a no rendirme, ahora no sé qué sería de mi sin ellos.
-…
-…
-Hay algo que quiero preguntarles, probablemente no lo recuerden, pero esa noche ustedes no paraban de decir cuánto me amaban. ¿Hacia cuanto que tenían esos sentimientos por mí?
-Ah, creo que desde que nos conocimos en el Kínder.
-Si debe haber sido en ese tiempo.
-Y entonces… en todo ese largo tiempo ¿Jamás tuvieron el valor de decirme lo que sentían?
-Era complicado Tetsu.
-Si queríamos hacerlo pero era difícil, para empezar los dos teníamos los mismos sentimientos por ti, así que teníamos una lucha complicada entre nosotros.
-Hasta que al fin nos dimos cuenta que sería más simple tenerte para ambos, convencerte de estar con nosotros, a pelear eternamente por ti.
-Así que desde pequeños y aun tras haber acordado eso, ¿No pudieron hacerlo?
-Jamás nos diste una señal ni nada Tetsu, en verdad era muy difícil acercarnos a ti, por más que intentáramos era imposible.
-Resultaba más fácil evitar que cualquier otra persona se te acercara, que poder declararnos, eras prácticamente inalcanzable. Solo podíamos estar a tu lado como amigos, por más que intentáramos llegar a ser algo más.
-…Con que por eso me era difícil socializar con cualquier otra persona, no me imagino a cuanta gente deben haber ahuyentado.
-No fue tanto como piensas Tetsu, tú propia habilidad para pasar desapercibido nos ayudó más de lo que imaginas.
-Por lo general solo te cubríamos, intentando que nadie se diera cuenta de lo lindo y especial que eras, para que de esa manera solo nosotros pudiéramos verte y apreciarte. Cuando alguien más lo hacía, solo necesitábamos intimidarle un poco y no mucho después dejaban de estar tras de ti.
-Con que protegiéndome según ustedes, Mmm Ah, ahora entiendo mejor algunas cosas de esas épocas.
-Bueno Tetsu ya nos has hecho la pregunta que querías, pero ahora nosotros tenemos una para ti.
-¿Por qué jamás nos dijiste que eras doncel?
-En todos esos años, ¿Nunca pensaste en decirnos?
-Oh, eso no es tan complicado, verán como saben mi condición es apreciada en ciertos “mercados” por eso mis padres me ensañaron a ocultarlo inicialmente, para evitar llamar la atención y terminar poniendo mi vida en peligro. Otro motivo por el cual lo oculte es porque no a todo mundo le agrada estar cerca de chicos como yo, no quería perder su amistad así que jamás se los mencione, era más fácil seguir aparentando que era completamente normal, por eso nunca me preocupe por contárselos.
-Con que por eso no lo decías.
-No nos hubiera incomodado nada que nos contaras eso Kuroko, en lo absoluto.
-Por eso mismo les grite una y otra vez que se detuvieran esa noche, sabía perfectamente a lo que podía llegar esa situación si no se detenían, pero no logre hacer que lo hicieran.
-…
-…
-Sin embargo ya no me importa, ahora gracias a ese evento tengo a mis niños y no los cambiaría por nada del mundo. Si pudiera volver en el tiempo y evitar que pasara eso, no lo haría porque solo de esa forma podre tener a mis pequeños, ellos son lo que amo ahora, ellos son lo que alegra cada día de mi vida.
-¿Y si esa felicidad pudiera ser mejor Kuroko?
-Y si pudiera ser más grande aun Tetsu?
-No veo cómo. Chicos ustedes pueden estar tras de mi todo lo que quieran, pueden intentar recuperarme aun si eso les llevara todo una vida, pero temo que pasan por alto una cosa, y esa es que ya no estoy solo ahora.
-…Tus pequeños Tetsu.
-Ahora mi vida gira entorno a ellos y solo busco darles lo mejor, lo que no sé es si ellos estarían dispuestos a aceptar un cambio tan grande en sus jóvenes vidas, y si ellos no pueden hacerlo, entonces yo tampoco puedo.
-Creo entender lo que quieres decir Kuroko.
-Para que puedan llegar a acerarse a mí, primero tendrán que ser de la confianza de ellos, yo ya les he dicho que no se les acerquen y en verdad espero que no lo hagan. Tampoco les mentiré, no los quiero cerca de mis bebes, pero presiento que eso será imposible, si están tan decididos a seguirme de nuevo, por ende mis pequeños estarán cerca… Simplemente no quiero causarles angustia ni miedo, solo quiero que ambos sean felices…
-Pasar por ellos, para llegar a ti.
-Eso en verdad pareciera imposible Tetsu.
-Lo sé y conociendo tan bien a mis niños, es posible que no lo logren.
-No deberías tenernos tan poca fe.
-Ya te lo hemos dicho, queremos volver a estar contigo y si para eso tenemos que aprender a convivir con nuestros hijos, lo haremos.
-¿Sus hijos Kagami?
-Sí, nuestros.
-Ellos también son parte de nosotros y también queremos estar ahí para ellos, cuidarlos y criarlos.
-… ¿Se están escuchando? No se parecen en nada a como los recuerdo.
-También hemos cambiado.
-Solo que para bien.
-…Mmm.
-En fin Kuroko, nos gustaría seguir charlando contigo pero debemos irnos.
-¿Irse? ¿Ustedes? ¿A dónde?
-Aunque no lo creas tenemos un par de obligaciones, puede que termináramos los exámenes, pero aún quedan algunas cosas por hacer.
-Pero no lo malinterpretes Tetsu, apenas tengamos un momento libre te buscaremos de nuevo, eso ni lo dudes.
-Ah… como sería de esperarse.
-Oh cierto antes de irnos trajimos algo para ti.
Aomine le entrego a Kuroko un regalo cuadrado envuelto en un papel de regalo verde con rayas blancas y un moño rojo. Kuroko por su parte no entendía él porque del regalo.
-¿Qué es esto?
-Algo que sabemos que te gustara.
-Por favor, no lo abras hasta que vuelvas a casa. Nos veremos pronto.
-Cuídate Tetsu.
Los dos se alejaron mientras el otro los veía marcharse, pese a que tenía curiosidad de saber que era aquello que le entregaron, decidió hacerles caso y no abrirlo hasta regresar a su hogar, solo lo guardo en su mochila y volvió a concentrarse en sus pequeños que nunca se percataron de la charla que tuvieron. Luego de una hora más jugando y tras despedirse de sus amigos, Dai y Tai regresaron con su padre y se pusieron en marcha a casa, ellos no paraban de hablarle sobre lo mucho que se divirtieron con los otros niños, sin darse cuenta que su padre apenas les prestaba atención. Ya en casa los pequeños estaban ansiosos por comer sentados en su lugar mientras que Kuroko terminaba de preparar la comida.
-¡¿Ya merito?!
-¡¿Ya merito?!
-Ya casi pequeños, solo un poco más y estará listo.
-Ah, yo quiero comer ya.
-Yo también Dai.
-Deje un sándwich que me dio un amigo en la mochila de papi, voy por él.
-¿Me das la mitad?
-No.
-Si no lo haces le diré a papi sobre la revista debajo de tu cama.
-…Hay que dices hermano, obvio que te daré la mitad del sándwich jajá.
Dai fue al cuarto de su papi y tomo la mochila, después saco su sándwich pero al ver de nuevo el interior pudo notar un regalo, sin dudarlo lo tomo y regreso corriendo con Tai.
-Te estabas tardando.
-Cállate y mira esto.
-¿Un regalo? ¿De dónde lo sacaste?
-Estaba en la mochila de papi.
-¿Para quién será?
-Obvio que para nosotros, papi solo compra regalos cuando piensa dárnoslos.
-¡Entonces no te quedes ahí! ¡Ábrelo! ¡Quiero ver que nos trajo papi!
-Muy bien pequeños ya está lista la com…
Kuroko noto a sus pequeños que habían encontrado el regalo y comenzado a quitar el papel.
-¿Ah papi?
-¿Estas bien?
-¿De dónde sacaron eso?
-Dai lo trajo de tu mochila.
-¡Chismoso!
-¿Es para nosotros papi? ¿Cuándo lo compraste?
-No Tai, este regalo no es para ustedes, me lo dieron…mmm… aquellos sujetos que les, dije con los que no deben hablar.
-¡¿Ah?! ¡¿Es de ellos?!
-¡Ellos no deben regalarte nada papi! ¡Solo nosotros podemos!
-Ya, ya, cálmense los dos y dénmelo, honestamente ni siquiera sé que es esto, pero supongo que lo mejor será averiguar que me dieron.
-¡No lo abras!
-¡Podría ser algo malo!
-¡Dai y yo te daremos un regalo más bonito!
-¡No necesitas ese!
-Pues igual lo pienso abrir niños, así que ya tranquilícense.
-Pft
-Pft.
-Ah, ahora sí creo que los estoy maleducando.
Kuroko comenzó a quitar el papel notando que era un portarretratos que le parecía extrañamente familiar, cuando lo volteo confirmo sus sospechas, ese portarretratos era uno que tenía en su antigua casa, pero lo más significante era la fotografía en ella, pues eran él y sus padres pocas semanas antes de que huyera. No pudo evitar dejar salir una solitaria lágrima, era la primera vez en seis años que veía una fotografía de sus padres, cuando se fue de casa lo hizo tan rápido que no tomo ninguna y tras saber que la casa fue nuevamente vendida suponía que todos esos recuerdos fueron desechados, ya había perdido la esperanza de encontrar algo tan significativo y ahora tener de nuevo una le daba una gran alegría.
-¿Papi estas bien?
-¿Por qué lloras papi? ¿Estas triste?
-Tch, no pequeños, papi solo está muy feliz. Vengan quiero mostrarles a unas personas.
Ambos pequeños se pusieron a su lado y vieron la fotografía donde estaba su papi y otras dos personas.
-¿Quiénes son papi?
-Tai, Dai, estos de aquí son… mis padres, sus abuelos.
-¿Abuelos?
-Pero nosotros no tenemos abuelos, nunca lo hemos conocido.
-Nos dijiste a mí y Tai que no teníamos abuelos.
-Bueno, no es que no los tengan, es solo que ellos ya… fallecieron hace tiempo. Pero aunque ya hayan muerto, ellos siguen siendo sus abuelos.
-Se parecen mucho a papi.
-¿Crees que nos hubieran querido a mí y a Dai?
-…Ellos los habrían amado, estoy seguro de eso.
-¿Cómo eran ellos papi?
Kuroko paso el resto del día hablando con sus pequeños sobre sus padres, ambos escuchaban atentamente todo lo que les decían, pese a que nunca pudieron conocerles, con cada palabra que oían solo podían sentir más y más afecto por aquellas personas que le habían dado la vida a su papi. Cuando llego la noche, los pequeños se durmieron rápidamente en su habitación, mientras que su padre se preparaba para dormir, cuando apago las luces fue hasta su cama y dejo en el pequeño buro de al lado la fotografía de él y su familia, le dio una última sonrisa antes de cerrar los ojos y dejarse llevar por el sueño.