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8. El turno de E.Den por dayanstyle

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Notas del capitulo:

a leer

Rasa miró a través de la ventana y vio a E.Den hablando con los otros dos chicos. ¿Estaría tratando de agregar a Rasa a su harem de hombres? ¿Cuántos hombres diferentes traería aquí? Rasa cerró los puños, enojado de que su cuerpo lo traicionara. Él tenía que admitir, al menos ante sí mismo, que E.Den le intrigaba. Estúpido libido.

Rasa golpeó ollas y sartenes, enojado porque realmente estaba interesado. Lo que más le molestaba además del tamaño de E.Den era que tenía el presentimiento de que él ya no sería más el de arriba y no había manera en el infierno que él fuera el de abajo con algún hombre.

Nunca.

¿Qué importaba? Él no iba a acercarse a E.Den. No iba a salir huyendo de la ciudad o luchar para escapar de un montón de homófobos. Había tenido suficiente de eso en esta vida y la siguiente.

Rasa tomó la siguiente orden que Hyosung dejó en la ventana, haciendo su mejor esfuerzo para olvidar a E.Den Park, lo que era malditamente difícil considerando que sentía la necesidad de salir corriendo y caer en los brazos de ese hombre. Rasa maldecía mientras golpeaba más cosas.

— ¿Todo está bien aquí? —Jae Suk preguntó saliendo de la oficina.

— Si, solo trato de cocinar todo —Rasa contestó.

— Avísame si es demasiado. Siempre puedo ayudar.

— No, puedo manejarlo. —Si él no dejaba de aventar cosas, haría que todo el mundo supiera cómo se sentía. Eso era algo que prefería mantener para sí mismo.

— Está bien. —Jae Suk pasó por las puertas dobles y entró al comedor.

Rasa se asomó a la ventana para mirar de nuevo. E.Den se reía con los dos hombres en la mesa. Rasa sentía que se le agitaba el estómago ante la hermosa sonrisa del hombre. Parecía que iluminaba el cuarto entero. Se agachó cuando E.Den miró hacia él. Rasa se deslizó por el suelo lejos de la ventana y se puso de pie. ¿Por qué estaba actuando como un tonto? ¿Por qué a él le importaba si los dos hombres en la mesa estaban siendo honrados con esa celestial sonrisa?

Plantó sus manos en sus caderas mientras exhalaba. Esto era un rompimiento limpio, no una fuga romántica. No podría tener a E.Den en su vida.

El estúpido cerebro de Rasa vagaba, soñando despierto con una vida donde él no tuviera que seguir escondiéndose por quién era. ¿Tal lugar incluso existe?

— Orden lista.

Sobresaltado, regresó a la realidad donde él estaba en medio de la cocina, trabajando y escondiéndole al mundo lo que era. Rodeando la isla en la mitad de la cocina, pateó con su bota el gabinete. Se suponía que no iba a ser tan duro aquí. Su primer día y ya se sentía atrapado. Rasa sacudió la cabeza. Si E.Dem seguía abordándolo, sólo lo rechazaría cortésmente. No había manera en que se arriesgara de nuevo.

Recordaba la expresión de puro orgullo de su papá cuando el hermano de Rasa anunció que sería papá. Palmeó su espalda y sacó su mejor whiskey. No había manera de que su papá pudiera celebrar que su hijo anunciara que era gay.

Tratando de descubrir por qué le gustaban los hombres lo había mantenido despierto innumerables noches en su adolescencia. Sentía que había decepcionado a todo el mundo.

Rasa alejó los pensamientos depresivos. No había nada que pudiera hacer con eso. Él era quien era, lo admitiera o no.

Jae Suk lo llevó arriba de las escaleras después de que el último de los clientes se fuera. El lugar era pequeño. Tenía una pequeña cocineta, un cuarto abierto que hacía de sala y comedor y una recámara del tamaño de un closet y un cuarto de baño. Era perfecto para Rasa. Después de compartir las barracas prácticamente toda su vida, tener su propio, aunque muy pequeño, lugar, era un paraíso para él.

Rasa volvió a bajar y tomó sus pertenencias de la parte de atrás de su camioneta. No era mucho: dos maletas y un maletín. Afortunadamente, el departamento estaba amueblado.

Luchó para subir el equipaje por las estrechas escaleras, lanzó todo adentro y volvió a bajar para limpiar la cocina. Jae Suk entró y se apoyó en el refrigerador industrial. — Entonces, ¿qué piensas de E.Den?

Rasa no quería hablar de ese hombre. Él nunca había visto a un hombre tan grande en su vida y estaba tratando de olvidarlo.

Jae Suk no ayudaba.

— Él está bien. Un poco extraño. —Rasa se rió nerviosamente, incómodo con el tema— ¿Él siempre toma así a la gente que acaba de conocer?

— No, solo a ti. —Jae Suk lo veía fijamente, probablemente tratando de sentir si estaba ‘fuera’. Bueno, Rasa no iba a soltar nada.

— Bueno, no sé cuál sea su problema, pero no estoy interesado en hombres, así que puede tratar de completar su harem con alguien más. —Rasa limpió repetidamente el mismo lugar. Luchaba contra el sentimiento de celos por los hombres que acompañaban a E.Den. Eso no tenía sentido.

— Ese no es su harem. Ellos son los novios de sus buenos amigos. Los hombres de antes también son solo amigos. —Rasa se detuvo un momento y volvió a limpiar. A él no le importaba si E.Den estaba libre. Él no se dejaría seducir. De cualquier manera, ¿qué infiernos le pasaba a Jae Suk? ¿Era algún tipo de autoproclamado casamentero? Aunque su curiosidad se despertó.

— ¿Hay hombres gay aquí? —Rasa preguntó simplemente, como si fuera una pregunta por curiosidad.

— Si, muchos de ellos. A la gente de la ciudad no le molesta. Ellos contribuyen mucho a la comunidad y son tipos agradables. —Jae Suk salió de la cocina y dejó a Rasa para que analizara su nuevo pedazo de información.

Rasa absorbió lo que Jae Suk acababa de revelar. No solo que la ciudad lo aceptaba, sino que hombres abiertamente gay vivían aquí. Incluso si le creyera a Jae Suk y él aún no estaba seguro de hacerlo, E.Dem aun así no era su tipo. ¿Esos hombres no eran su harem, solo sus amigos? Maldición, ¿por qué Jae Suk tenía que abrir la boca?

Rasa apagó las luces y llevó sus cansados huesos arriba, su mente era un remolino de emociones que le asaltaban. Pensó en Jun mientras se dejaba caer en el sofá. Su estómago una vez más se tensó ante la traición. Rasa había amado al hombre, le había entregado su corazón, y él lo aplastó. No podía hacerlo de nuevo.

Buscó en su maleta y sacó algunos CDs, abrió el reproductor de discos compactos y metió un CD y buscó la canción que había estado oyendo. To Make You Feel My Love de Garth Brooks. Apoyó la cabeza en el sofá, pensando en su perdido amor y en su corazón roto. Rasa rápidamente cambió de canción. No iba a quedarse sentado auto compadeciéndose. Eso se terminó, él necesitaba superarlo. Dejar a Jun en Jeongseon y comenzar una nueva vida aquí.

Su nueva y solitaria vida.

 

 

 

E.Den caminaba por el pasillo del estudio. Quería a Rasa. Quería sostenerlo y reclamarlo. Su cabeza le dolía de pensar en las posibles maneras de convencer al hombre de que estaban destinados a estar juntos. Recordaba la hermosa imagen de Rasa, ojos negros, cabello rubio arena. Él también tenía un lindo trasero de vaquero. Un trasero en el que E.Den moría por entrar.

— Ugh. —No iba poder aguantar esto. Él quería a su pareja. ¿Por qué tenía que ser tan malditamente testarudo? Solo debería ir ahí y exigirle a Rasa que viniera a casa con él. Podría hacer que el hombre viera que él lo amaba incondicionalmente, tratarlo como un rey.

— Si, correcto, y entonces conseguirás que te arresten —E.Den murmuró.

— Sabes que es señal de que te estás volviendo loco, cuando comienzas a hablar solo. —Baekho caminó al lado de E.Den.

— No lo estoy. Bueno, lo estoy, pero es que estoy malditamente frustrado. —E.Den se frotó la cabeza con sus manos. ¿Por qué se estaba torturando a sí mismo de esta forma? ¿Cómo habían hecho los otros guerreros para reclamar a sus parejas?

— ¿Qué tiene al gigante tan alterado? —Baekho levantó una ceja.

— Encontré a mi pareja pero él no quiere nada conmigo. —E.Den se apoyó en la pared y miró al techo. ¿Por qué las cosas tenían que ser tan complicadas?

— Guau. ¿Quién? —Baekho preguntó sorprendido. Eso irritó al ya irritado hombre. ¿Nadie creía que él merecía tener una pareja, o ellos sólo creían que solo era bueno para ser la niñera de las suyas? E.Den alejó esos pensamientos. Sabía que estaba siendo un tonto.

— Rasa Park. —E.Den dijo su nombre con reverencia.

— Espera, ¿mi nuevo cocinero? —Baekho era medio propietario del restaurante, y había estado ayudando en la cocina hasta que él y Jae Suk encontraran a un reemplazo del cocinero que renunció cuando el negocio se llenó rápidamente. E.Den estaría agradecido eternamente de que el tipo hubiera renunciado. Es decir, si alguna vez lograba convencer a Rasa de que ellos eran pareja.

— Si —E.Den bufó.

— ¿Sabes por qué está aquí, verdad? —Baekho se colocó en cuclillas al lado de E.Den que se había sentado en el suelo.

— No. —Miró a Baekho esperando que su respuesta pudiera resolver su problema.

— Él ha sido echado de tres ranchos cuando descubrieron que es gay y el amor de su vida destrozó su corazón al negarlo cuando era importante. Él está asustado de revelar su preferencia sexual.

— ¿Crees eso? ¿Crees que por eso me rechaza? —E.Den se puso de pie. La esperanza lo inundaba.

— Yo lo diría, pero no tengo evidencias, amigo. —Baekho también se puso de pie y palmeó la espalda de E.Den.

E.Den vio a Baekho alejarse. Así que él tenía que encontrar una manera diferente de aproximarse a su pareja. ¿Cuál? ¿Cómo haces para convencer a un hombre que esconde lo que es que no se esconda? Bueno, él tenía razón en una cosa, Rasa iba a ser un desafío.

 

 

 

E.Den despertó la siguiente mañana e hizo una llamada telefónica antes de salir al restaurante. Planeaba hacer las tres comidas ahí todos los días hasta que su pareja cediera.

Esperó afuera hasta que Baekho abrió el lugar.

— Veo que estás ansioso. —Baekho abrió la puerta y dejó que su pareja, Ren, entrara primero y después E.Den.

— ¿E.Den tiene pareja? —Ren preguntó mientras subía en una de las altas sillas frente al mostrador. Él era un querido amigo de E.Den. Ren podía pedirle a E.Den lo que fuera y él lo tendría.

— Si, pero pareja no quiere a E.Den. —Se sentó al lado de la pequeña pareja.

— Él lo hará. Tú buen partido. —Ren le sonrió al guerrero.

Baekho gruñó. — ¿Coqueteando con mi pareja, E.Den?

— Él empezó —E.Den se defendió con una sonrisa. Todo el mundo sabía que aparte del comandante, Park, quien quería matar a cualquiera que mirara a su pareja, Baekhyun, Baekho era el que seguía, siendo extremadamente protector con Ren, más que los otros lobos con sus respectivas parejas. La protección que les daban Baekho y Chanyeol tenía completamente un nuevo nivel. Ren había sido secuestrado por los coreanos que lo trajeron aquí, y Baekho se había vuelto loco y desgarrado la tienda de videos en la que esos tipos lo habían encontrado, cambiando a plena vista para buscar a su pareja, finalmente el príncipe de los vampiros lo encontró y les regresó a Ren.

— Solo relájate, E.Den. No empieces demasiado fuerte —Baekho ofreció.

E.Den tomó una profunda respiración y exhaló. — No puedo.- Estaba nervioso como el infierno y excitado ante el prospecto de ver a su pareja de nuevo. Sus manos comenzaron a sudar y su estómago estaba lleno de mariposas volando. Repentinamente sintió como si fuera a vomitar— No puedo hacer esto. —E.Den se puso de pie, pero Ren jaló su brazo.

— Relájate. —Ren palmeó su brazo.

— Sí. Está bien. Relajarse. —E.Den se sentó de nuevo.

— Buenos días. —Rasa bajó corriendo de su departamento, y E.Den se levantó de la silla y salió por la puerta del frente.

 

 

 

— ¿A él no le gusta que la gente diga “buenos días”? —Rasa miraba a E.Den, preguntándose qué había hecho para molestar al hombre.

Baekho se quedó con la boca abierta viendo a E.Den salir apresuradamente. — Supongo que no. —Baekho cerró la boca.

— ¿Debí haber dicho hola? —Rasa miraba hacia la puerta. Él había decidido durante la noche que podía seguir la corriente, sentir la ciudad y quizás, solo quizás, darle a E.Den media oportunidad y ver qué sucedía. Si realmente eran amistosos con los gay como Jae Suk decía, entonces quizás tenía la oportunidad de tener una vida real aquí.

Supuso que descubriría lo que sucedería.

— No madrugador. —Un pequeño hombre sentado frente al mostrador defendió a E.Den.

— Hola. ¿Quién eres? —Rasa extendió la mano solo para que uno de sus dos jefes le gruñera. Rasa se encogió de hombros hacia Baekho y estrechó la linda pequeña mano.

— Ren, la pareja de Baekho. —Le sonrió.

— ¿Pareja? —Miró de Ren a Baekho.

— Él es de Inglaterra. —Baekho estaba obviamente cubriendo el error de Ren. Pero la pregunta era, ¿Qué error?

— Pero él es japonés. —Rasa se rascó la cabeza.

— Si, uh, ¿inmigrante? —Baekho rápidamente se dirigió a la oficina que compartía con Jae Suk, antes de meter más profundamente la pata. Rasa se imaginó que estaba huyendo de él, pero ¿qué estaba escondiendo?

— ¿Realmente eres de Inglaterra? —Rasa le preguntó a Ren.

— Yo, uh, no hablo Inglés. —Ren corrió tras Baekho.

Bueno, al parecer sabía cómo desocupar rápidamente un cuarto. Rasa miró una vez más hacia la puerta antes de entrar a la cocina y preparar las cosas para el día.

 

 

 

E.Den se sentó en los escalones de la oficina de correos, sintiéndose como un verdadero idiota.

— Estúpido, estúpido, estúpido —gruñó.

Rasa realmente le había hablado y él salió huyendo como un maldito cachorro. E.Den pasó sus manos sobre su cabeza. Necesitaba regresar ahí, pero ¿querría su pareja aun hablar con él? Se puso de pie, se sacudió los pantalones y regresó al restaurante.

No había nadie alrededor, así que tomó asiento ante una mesa. La mañana comenzaba y Hyosung llegó a tomar su orden. E.Den comió lentamente esperando tener otra oportunidad para hablar con Rasa.

Un mensajero llegó con un ramo de flores, entregándoselo a Hyosung.

— ¿Para mí?— Ella sonrió y olió las rosas amarillas.

— No, señora, son para Rasa Park. —El mensajero le dijo que firmara.

— Rasa, te mandaron unas malditas flores —Hyosung gritó hacia el fondo.

E.Den se preguntó cuál sería el problema de ella. ¿Estaría celosa de no tener a nadie? Él vio a Rasa salir, mirar alrededor y tomar la tarjeta del mensajero. La abrió, entonces se ruborizó, miró a E.Den e inmediatamente alejó la vista.

— ¿Quién siente pasión por ti? —Hyosung trató de ver por el hombro de Rasa.

— Déjalo. —Rasa se encogió de hombros ante ella, consciente de que E.Den lo estaba mirando.

— Aun creo que deberías salir conmigo. Haría que valiera la pena. —Ella pellizcó la nalga de Rasa.

E.Den gruñó. Entonces por eso ella actuaba celosa. Ella quería a su pareja. E.Den tenía que hablar con Baekho acerca del acoso sexual en el trabajo.

Rasa tomó el florero y se dirigió a la cocina, miró sobre su hombro a E.Den, le sonrió y rápidamente desapareció.

E.Den mentalmente lanzó su brazo al aire. Marcó un punto en la operación “ganar a su pareja”.

Cuando el plato de E.Den llegó, había papas hash browns y cuatro huevos en lugar de dos.

— Supongo que su cabeza está en las flores. Él puso en el plato más de lo que ordenó. —Hyosung dejó el plato.

E.Den sacó el labio y resopló, entonces se controló. No iba a “sacar” a Rasa si él no estaba listo para eso.

— ¿Hambriento, chico grande? —Hyosung le dio un guiño.

— Siempre. —E.Den pegó una sonrisa que no sentía. A él le estaba empezando a desagradar ella.

 

continuara...

Notas finales:

dejen rw


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