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TU, MI ALMA GEMELA. por Loraine Ishmouth

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Notas del capitulo:

hoooooooola!!!!

jajajajjaj parece que me he tardado un tiempo ¿no?

pues que excusa les traigo ahora?

pfff ustedes saben que no me excuso, simplemente no tenia inspiracion, tiempo ni ganas.

pensaba publicarlo ayer pero me ganó el sueño XD 

lamento haberlos hecho esperar tanto, la verdad es que no estoy conforme con esto, pero creo que es mejor que dejarlos esperando mas tiempo. no importa que tan desinspirada esté, no abandonare.

con respecto a OCEANOS INNAVEGABLES descubri algo interesante.

!solo puedo escribirlo cuando me siento de mal humor o triste! XD 

para que me salgan los dialogos con verdadero sentimiento. que cosas ¿no? :P 

a parte de eso tenia que mencionar algo

!CUANTA PARTICIPACION TUVO EL CAPITULO # 10!!!

MIERDA, CREO QUE NINGUNO DE MIS FIC, JAMAS, TUVO TANTA PARTICIPACION EN UN SOLO CAPITULO!!!!

Rebechita10, M.N, Yir, Señora de Portgas, Tormenta, Gogo, Anonimo, Lucero, Natally, GumilliaMB, Anonimo (# 2), RockAniMetal, FudanshiMX, luci, mariye, dashdragneel, Sinimeg, Nezumi-chi, Joshy-kun, cristy.

para un total de 23 reviews (algunos comentaron mas de 1 vez) 

caramba, yo ni me lo podía creer.

¿de verdad les gusto tanto?

ME ALEGRO MUCHISIMO, ESTA HISTORIA ES PARA NUESTRO DISFRUTE (el mio, y el suyo porsupuesto) 

muchas, muchas gracias. de verdad que son maravillosos, los quiero a todos y cada uno de ustedes!!!!

bueno, dejare de hablar tanto y les presento el nuevo capitulo!!!!

 

El mundo estaba a punto de presenciar un acontecimiento  sin precedentes. Todos los den den mushi del mundo estaban sintonizados en una misma frecuencia, transmitiendo a todas partes del mundo, la famosa ejecución de Portgas D. Ace.

Todos los países subordinados del gobierno mundial, estaban esperando el desenlace del suceso. Su fe colgando de un hilo que solo podría ser reparado si la decisión resultaba ser la correcta.

Portgas D rouge y Gol D Roger miraron con impotencia la transmisión del den den mushi. Temblando de rabia junto a la comunidad que había visto crecer a Ace y que impotentes tenían que observar su ejecución.

Pero ellos tenían su esperanza puesta en ese demonio.

Él había prometido que los traería con vida.

Todo el mundo sostuvo el aliento cuando vieron subir los verdugos a la plataforma de ejecución. Sengoku se vistió con su armadura dorada, sosteniendo una espada mágica en su mano y una balanza en la otra. Revelando parte de su verdadera forma.

Los padres del muchacho condenado se preguntan si de verdad hay alguna esperanza.

Junto a él y para su sorpresa, no es otro que Garp.

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- me alegra que hayas tomado la decisión correcta, Garp- Sengoku caminaba junto a su amigo hacia la plataforma de ejecución.

- cállate Sengoku, esto no me hace feliz.

- lo sé. Pero es la justicia.

- justicia- repite Garp asintiendo solemne.

Caminan hombro con hombro hacia el andamio donde ya se encuentra su nieto, aun congelado, con una mirada horrorizada en su rostro cristalizado por el hielo, Garp tragó grueso.

Abajo del andamio están las sillas para los tres almirantes, Kuzan, Borzalino y Sasasuki.  Luego el resto del ejército, una mescla de todas las razas  y rangos disponibles.

-recuérdalo mi amigo, esto es por la justicia, por nada más.

Justicia

Justicia

¿Qué había de justo en asesinar a un niño que no pidió ser el alma gemela de un rey demonio?

Guardando silencio establecieron sus puestos a lado y lado del condenado. Garp se sentó en el piso mientras Sengoku se quedó de pie, ja, él no se ensuciaría con la tierra como el resto de los mortales ¿verdad?

No, un arcángel era demasiado sublime para eso.

Un par de alas blancas aparecieron en su espalda y una aureola decoro la parte superior de su cabeza. Emitía un brillo como el oro, pristiño y deslumbrante.

- ¿podrías dejar de hacer tu numerito, Sengoku? Me lastima los ojos- Garp soltó- además, hay otras cosas de las que preocuparnos.

La pared mágica que separaba la isla del mundo exterior se rompió de repente.

Todos los marines miraron con horror como el cielo estaba teñido de un color grisáceo, cubierto por cientos y cientos de criaturas. Inmediatamente todos empuñaron sus armas. Desde que la niña demonio de O’hara había sido liberada, todos ellos sabían que había hecho algo para sabotearlos. Por muy escasos que hubieran sido los minutos en que recuperó la conciencia era demasiado inteligente y demasiado poderoso como para conformarse solo con asesinar unos cuantos guardias y ser congelada de nuevo junto a los niños que escapaban.

Por eso habían llamado a todos los mejores hombres de su ejército que rondaban en los mares e islas del mundo.

Los dragones descendieron en picada. Sus fauces se abrieron  y  salieron disparados chorros de fuego sobre las cabezas de los primeros solados que estaban en la línea de fuego principal.

Hubo una explosión después.

Nadie murió en ese primer ataque.  Los magos desviaron el fuego de sus cabezas.

- heh, criaturas estúpidas- dijo un mago al azar- ¿creen que con solo escupir una llamarada podrán con el poder de la justicia? Estu-

Unas fauces se cerraron sobre él.

Los barcos fueron congelados en la bahía. El primer almirante se abrió paso entre las tropas de marines y llegó a la playa congelando el océano por donde las otras criaturas trataban de arrastrarse. Un dragón escupió sobre el tratando de derretirlo pero no fue suficiente.

Con un movimiento de muñeca el lagarto fue congelado en una estatua de la misma forma que Ace.

Y luego se rompió en pedazos.

Voces suaves comenzaron a susurrar canciones por debajo del hielo que  Suavemente se derrite, soltando vapor y las voces se hacen más fuertes.

Las sirenas saltan, rompiendo la última capa de hielo delgada y haciendo que unos cuantos soldados enemigos se deslicen hacia ellos y se hundan en las aguas, pronto teñidas de rojo.

Un lobo negro y enorme aúlla sobre el primer barco, a su lado la princesa serpiente exhala una orden y sus compañeras se lanzan al ataque.

El lobo salta del barco y corre en dirección a Aokiji.

Él es el principal problema por ahora.

Se para en dos patas, transformándose en una figura humanoide peludo.

-…

- ¡nunca voy a perdonarlos!- Luffy gruñe hacia el almirante- ¡voy a derrotarlos, aplastarlos para siempre! ¡Prepárate!

Su garra se choca contra la mano desnuda del almirante, que intenta congelarlo, pero se sorprende al ver que no parece tener efecto en el lobo.

- ¿sorprendido?- Luffy sonrió- hemos encontrado nuestros propios trucos.

Atacó con el otro puño  y una onda explosiva hizo caer a los que hubieran estado cerca del combate.

Arriba en el andamio de ejecución los dos almirantes restantes observaron la pelea con aburrimiento. El elemental de hielo pronto acabaría con la estúpida amenaza y podrían ejecutar al prisionero a la hora adecuada.

- yo… no voy a quedarme aquí… mirando… me aburro muchísimo- Kizaru dijo con su cansina voz – solo se necesita… uno de nosotros… para proteger este lugar…

Luego de eso se difuminó en el aire y desapareció, reapareciendo inmediatamente después flotando por encima de la zona  de choque. Levantó su báculo de madera en el cual había una única piedra mágica de color amarillo.

- Sunbeams, waxaan baryi, ciqaabo xun, dhimasho dayrta on cadaawayaasheenna …

Muchas bolas de luz doradas aparecieron rodeando al mago y cayeron como una lluvia de rayos mortales sobre los enemigos, fueron atravesados, quedamos…

En un momento donde empiezan a haber gritos y gritos abajo en el campo de batalla el mago de luz sintió una presencia aterradora a su espalda se dio la vuelta rápidamente,  esquivando la llamarada blanca que si le hubiera alcanzado lo hubiera reducido a cenizas.

- vaya…vaya… su alteza- dijo se forma perezosa  y despectiva- que honor…

Mihawk se levantó en su forma de dragón magníficamente. Había vuelto por la venganza. Hacia tantos años que Shanks estaba congelado y aun así el hombre frente a él no había recibido su castigo.

Él había robado la mitad de su inmortalidad.

 La mitad que Mihawk le había dado a Shanks.

Por eso casi lo había perdido. Había vuelto a ser mortal en el peor momento posible y había recibido de lleno el ataque de Sengoku. Mientras intentaba salvar algunos de sus compañeros.

Ahora le sacaría esa inmortalidad de su propia sangre.

Un rayo de luz que el otro envió le tiró algunas de sus escamas dejando un pequeño punto débil. Esa luz siempre había sido peligrosa pero no estaba dispuesto a rendirse.  Lanzó un zarpazo y le tiro desde el aire, haciendo que se estrellara contra un muro de piedra. Luego  se arrojó contra él, garras y dientes extendidos para atravesarlo.

- no, no, no- el mago se levantó casi ileso- hoy no será el día en que la recuperes.

- ¡has vivido cuatrocientos años que le pertenecían a él! – Gritó el dragón- ¡muere!

Volvió a su forma humana, su forma de dragón demasiado grande para esquivar con facilidad los ataques de luz. Sobre su espalda, estaba Yoru.

La espada que forjó con su propio cuerno.

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Zoro avanzó a paso decidido por los intrincados pasillos de ese lugar. Sus garras arrancaron todas las puertas encontradas a su paso, liberando a los prisioneros. Atrás de él, la súcubo de nombre Nami, drenaba vitalmente a todos los guardas y enemigos que encontraba, dejando sus cuerpos como cascaras vacías tirados por el piso y siendo pisoteados por los desesperados prisioneros que iban en busca de su libertad.

-¡date más prisa Zoro! ¡Casi no puedo sentirlos!- la súcubo gritó- ¡estamos cerca!

En la esquina más cercana, el súcubo gritó. Zoro se dio la vuelta alarmado, solo para ver a Nami, apresada por ocho manos largas, negras y delgadas.

Como las de una araña.

No podía atacar con su fuego, porque quemaría también a Nami.

- ¡suéltame… asqueroso macho! ¡Voy a matarte!-  ella dejó que su cuerpo semi-desnudo se cubriera de un aura negra  y sus pequeños cuernos en las sienes crecieran un poco.

- ¡voy  a liberarte!- Zoro gritó, pero fue sorprendido cuando la súcubo negó con la cabeza-

- ¡sigue adelante! ¡Ellos nos necesitan! ¡Yo me encargare de este cerdo!-

Por más que Zoro quería quedarse a pelear, sabía que no debía hacerlo. Sus almas gemelas estaban muy mal, sus energías vitales solo titilaban.

Al borde de una muerte horrible.

Corrió y corrió, dejando que su instinto lo guiara. Esta vez no podía perderse, no podía llegar tarde.

Una puerta negra se vio al final de su carrera, debajo de ella, sangre.

- aguanta… ¡aguanta!- Zoro gritó con todas sus fuerzas, no podían rendirse, no cuando estaban tan cerca…

Su mano se cubrió de escamas verdes y garras lanzándose con toda su fuerza hacia adelante, rompiendo la puerta en miles de pedazos y también el guardia recostado en ella.

Horror.

-lo… lo siento tanto… - Zoro caminó lentamente a quien sabía que era su alma gemela- no pude llegar antes… lo siento, lo siento.

Algo se arrastraba hacia él.

Ese algo había sido antes un vampiro.

Su vampiro.

Estaba casi desecho.

Su piel se encontraba en carne viva por culpa de las quemaduras solares. Ellos solo podían salir de día, si eran protegidos por sus poderes, por su sombra. Que normalmente tomaba la forma de la capa negra característica de los vampiros, absorbiendo la luz solar y protegiendo el cuerpo.

Había parches de cabello aquí y allá,  pero la sangre no dejaba que lo viera bien.

- por el orden… mierda, mierda…

Tomo la mano de su joven alma gemela con la mayor delicadeza que jamás había tenido en su vida, pero aun así no pudo evitar que saliera un gemido de dolor.

- voy a sanarte… no te preocupes.

Le había maldecido para que Zoro no pudiera tomar el daño que había recibido, por eso no estaba lastimado.

Pero hubiera preferido mil veces eso a verlo en ese estado.

- lo siento-

Lo tomo a cuerpo completo entre sus brazos, cargándolo aunque el otro chillaba de dolor.

- solo un poco más y vas a estar bien de nuevo… bebe de mi sangre, toda la que necesites, no importa si la tomas toda.

Sanji no podía razonar bien.

Estaba en tanto dolor.

Agonía.

Solo quería que terminara.

Cuando la puerta exploto, fue derribada o lo que sea… el solo había sentido la necesidad de arrastrarse hacia la energía que emanaba la persona que entró.

Necesitaba esa fuerza.

“dame esa fuerza…”-pensó- dámela…

Su mano fue tomada por otra. El joven se quejó, dolía demasiado.

No entendía muy bien que pasaba después. Todo era un borrón de palabras, dolores y más palabras pero pronto su boca se acercó a una sensación muy conocida.

Saco su lengua herida y dio un suave lametazo al cuello descubierto.

Sus colmillos inmediatamente crecieron lo suficiente para morder y se clavaron con fuerza.

No dejaría ir su alimento.

Tendrían que arrancarlo de allí.

Después de tanto tiempo sin comida y siendo constantemente expuesto a la luz solar y torturas, solo quería comer.

No importaba que.

No importaba quien.

La sangre fresca comenzó a circular por su cuerpo, curando rápidamente sus heridas sangrantes. A medida que se recuperaba siguió chupando con más fuerza, tomando un mejor agarre, enterrando sus uñas en las espalda de su comida.

Saco toda la sangre que pudo, toda la que necesito para regenerarse y dejar de sentir dolor.

¿Por qué no se terminaba?

¿Qué estaba pasando?

Su boca se abrió herméticamente, liberando el cuello de su víctima sin necesidad de más sangre.

Solo entonces se dio el lujo de abrir los ojos.

Y se dio cuenta de quién era.

Abrió sus ojos rojizos con sorpresa y terror, temiendo haberle hecho un daño irreparable. Sin duda se veía pálido, pero no había heridas visibles.

- me alegro que ahora estés bien- dijo este hombre desconocido pero irremediablemente familiar- todo terminará pronto, destruiremos este lugar hasta los cimientos…

- soy… Sanji- dijo con su voz inestable, llorosa.

- Zoro- respondió simplemente el dragón, sonriendo con suavidad- voy a protegerte ahora, mi alma gemela. Hare que todos paguen lo que te deben.

Un sonido extraño, como de crujidos y masticación les llamó la atención.

En la puerta, Nami estaba de pie, sonriente y malévola,  lanzando la cabeza de onigumo al suelo.

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En la batalla principal de ejecución los seres demoniacos estaban avanzando lenta pero constantemente al andamio, dejando tras de si un reguero de cadáveres y sangre.

Sengoku desenvaino su espada.

Garp tragó grueso mientras un reloj en la torre más alta, comenzaba a sonar con campanas, anunciando la hora supuesta de la ejecución.

El arcángel levantó su espada.

- aquí y ahora- dijo, su voz severa- se hará justicia.

La espada se levantó por encima de la cabeza. Todo el mundo guardó silencio. Casi parecía que se hubieran detenido las peleas.

 Había algo sospechoso en el ambiente. ¿No había venido el demonio a salvar a su alma gemela? ¿Dónde estaba? Ignoro aquellas preguntas mientras dejaba caer la espada para darle muerte a Portgas D. Ace.

Pero la espada nunca lo tocó.

Un golpe en su cara, con fuerza, con la suficiente fuerza lo tiró del andamio.

El arcángel miro a su compañero mientras caía.

- Garp…- alcanzó a susurrar incrédulo-

-¡¿de verdad pensaste que te dejaría asesinar a mi nieto?!

Sengoku aterrizo en el suelo sin ningún rasguño. El golpe de Garp aunque poderoso no podia realmente dañar a una criatura como el. Se recuperó rápidamente del shock adoptando una mirada severa.

Hizo un asentimiento a Akainu para que se encargara del traidor.

El se encargaría de la ejecución.

Cuando se disponía a volar  una especie de sustancia negra le impidió levantarse del suelo.

- bien, bien…- una voz conocida y actualmente furiosa le susurró a la espalda- ahora que te hemos alejado de mi  propiedad… ¿Qué tal si nos peleamos enserio? Estúpido arcángel…

Esa voz demoniaca se escuchaba como miles de almas atormentadas, susurros tan diabólicos que una persona normal no soportaría escucharlos.

Rápidamente se quitó de encima la sustancia que reconoció como “almas destruidas” y lanzó una estocada hacia su enemigo mortal.

- Lujuria…-

Marco no respondió al llamado, simplemente concentrándose en lo importante.

Matar a este imbécil, mientras el abuelo de Ace protegía el andamio.

 

 

 

 

Notas finales:

¿que les pareció? espero que les haya gustado, actualizare quien sabe cuando pero sean pacientes, que seran recompenzados (?) 

amm, la guerra se acaba el proximo cap, nunca he sido buena en las descripciones de peleas (como podrán notar) y ademas no quiero alargarlo, asi que estense preparados!!!

chau


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