Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

TU, MI ALMA GEMELA. por Loraine Ishmouth

[Reviews - 140]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

hola!!! ¿adivinen quien regresó del hiatus? seeeeh este pechito pelado XD.  *le disparan*

!esperen esperen, traigo excusas!

*le disparan mas veces* 

meh, tube todo el tiempo libre del mundo, pero no tenía ganas de escribir, y aun me falta terminar el final de esta historia así que vine a traer la mitad de el final para que por lo menos  sepan que no he abandonado y que no he muerto XD.

quiero disculparme por eso, pero no se que me pasa ultimamente, no he tenido muchas ganas de escribir, y todo lo que he escrito es... ya saben... historias xxx yaoi XD. la verdad estaba pensando en comenzar a publicar una serie con ellas pero casi todas serían marco x ace o ace x marco. en fin, aqui les dejo la primera parte del final y espero que les guste.

muchisimas gracias a todas por seguirme hasta este punto aunque no me sorprende si algunas de ustedes me han abandonado. he sido tan inconstante que me lo merecería *llora* pero en fin, la vida no es justa y gueno, aqui estamos.

a leer.

 

El bosque de los elfos era sin duda una de las construcciones naturales más magnificas de todo el mundo. Los árboles que la constituían habían estado creciendo por miles y miles de años, formando complejas estructuras entrelazadas, maravillosos armatostes vivos, que los elfos usaban como vivienda.

Ellos viven en una estricta y organizada convivencia con la naturaleza. Según una de sus muchas reglas sagradas, al haber nacido de la tierra como hijos de la luz, una vez  fallecidos vuelven a ella, convirtiéndose en abono para el bosque.  Siendo este lugar, además de su país natal, su lugar de descanso eterno.

El presente día sería el más agitado que la comunidad había tenido hacía unos quinientos años. Debían preparar absolutamente todo para la llegada de los invitados.

Un elfo de cabello negro se destacaba entre la multitud. Estaba vestido con hermosos kimonos, bordados con intrincadas flores de cerezo y era también quien dirigía los esfuerzos. Su nombre es Izou y su deber era hacer realidad los planes de la su majestad Vivi, la princesa de la luz solar.

Diez años habían pasado ya, después de todo.

En esos diez años, las consecuencias de la guerra tomaron forma en miles de cambios inimaginables hasta ahora.

El mundo había comenzado revueltas en todas partes que desembocaron en muchas guerras políticas y militares en búsqueda de crear estatutos, leyes y estamentos que defiendan los derechos de todos aquellos que han sido afectados por ser almas gemelas de aquellos que son conocidos como “el mal”.

Muchos países se habían independizado del gobierno mundial, buscando regirse a sí mismos y aquellos quienes anteriormente fueron llamados dragones celestiales, habían pasado a ser simples nobles con una mediana influencia de poder y en constante peligro por sus decisiones egoístas.

Sengoku había sido castigado. Sus congéneres arcángeles que había que decirlo, jamás interferían en los asuntos de la tierra, le habían obligado a volver al cielo, según ellos, para que aprendiera de nuevo el significado de su deber como una de las columnas que sostiene la realidad. Sin él, la marina se había convertido en un rebaño de pollos sin cabeza de los cuales Garp había tomado el mando con puño firme. Dispuesto a  hacer de ellos verdaderos hombres.

El hecho es de que curiosamente Garp no pudo ser destituido (o ejecutado para el caso) porque si bien había traicionado a los marines al haber evitado que Sengoku matara a Ace, lo que hizo en realidad fue salvar al mundo de una destrucción inminente al haber salvado al joven que sin duda era el retenedor del poder y la ira de Marco, sin él, al demonio de la lujuria no le hubiera importado activar el reinicio del tiempo.

Y no estaba de más decirlo, en una organización que se había quedado sin sus mejores luchadores de la noche a la mañana, no había ningún pobre desgraciado que tuviera las pelotas suficientes para tratar de matar a Garp. Y no había nadie más a quienes los marines, asustados y desmoralizados obedecerían.

Después de la muerte de los tres almirantes, jóvenes prospectos habían ocupados sus puestos. Estaba Smoker, un elemental de humo poderoso, pero aun así falto de experiencia (aún verde, en palabras de Garp) que había tomado el lugar de Aokiji. Seguidamente estaba Hina, una hechicera especializada en restricción de poder.

Habiendo un tercer lugar que llenar entre los almirantes, Garp decidió entrenar a un chico prometedor, un capitán llamado Coby, un joven humano con el don de la clarividencia, que había tratado de razonar con todos los que conocía en su rango de influencia, previendo el resultado de la guerra, pero no fue escuchado.

Cuando Garp llegó a buscarlo, el pobre chico no lo vio venir.

Una vez Doflamingo (el rey de las arpías) logró recuperar a su hermano Rocinante, regresaron a su tierra Dessrosa.  Luego de la recuperación del hermano menor pudieron volver a dirigir a sus congéneres y volvieron a ser una comunidad organizada, reuniendo a todas las arpías dispersas que vagaban sin rumbo por el mundo sin tener a nadie a quien seguir. Finalmente volvieron a aterrorizar los mares como lo hacían antes de la pérdida de Rocinante.

Izou  suspiró ante la inminente amenaza de las arpías. Si se les ocurría poner una sola de sus garras cerca del bosque sagrado, las desplumarían como gallinas.

Se removió incomodo, arreglando su traje y decorándose con aún mas joyas (si le preguntaban, nunca serían suficientes). La reunión de los amigos de la princesa era en su reino y todos debían deslumbrar con belleza, dejando en alto su raza ante todos los posibles invitados.

Todo estaba listo ahora, el lugar había sido preparado, la comida estaba lista y finalmente era tiempo de que empezaran a llegar.

Nico Robin fue la primera en llegar (algo que en realidad no era ninguna sorpresa). La hechicera de la verdad llegó sentada elegantemente sobre la cabeza de su enorme compañero dragón, sosteniéndose de uno de los cuernos enroscados. La bestia masiva aterrizó con inusual delicadeza, cuidando de no dañar ni una sola hoja de los milenarios árboles.

— bienvenida— Izou tomó unos pasos adelante mientras se inclinaba cortésmente a la mujer— la princesa Vivi aún está preparándose.

— gracias por su hospitalidad— responde la hechicera— como hemos acordado la princesa Vivi y yo, he recibido permiso para investigar los Poneglyps que ustedes poseen, por lo cual vine con anticipación.

El elfo asintió y dio un silbido. Un joven salió de entre los árboles, acatando las órdenes para llevar a la pareja de arqueólogos a la sala del tesoro. No había ningún peligro en que ella tomara algo para ella misma.

Izou ya sabía que sería un día largo y cansado.

Poco a poco llegaron los demás invitados.

Estuvo Sabo, el mago de viento que venía acompañado de la hermosísima sirena llamada Koala.  El rostro del chico estaba marcado con una enorme cicatriz en su ojo izquierdo (ciego de ese ojo, obviamente) y ha madurado de un adolescente desgarbado a un adulto hecho y derecho.

Después de la ceremonia matrimonial donde juró a la sirena por el resto de su vida, compartió la mitad de su corazón humano con ella, proporcionándole una manera de salir a la superficie, y a él, una manera de vivir bajo el agua, desarrollando branquias y escamas, finamente ocultas con los pliegues del pañuelo en su cuello.

Según los chismorreos de algunos magos, era un prodigio que estaba estudiando duramente bajo la tutoría de Robin, incluso llegando a adentrarse en los intrincados caminos de la magia blanca de flevance, bajo la vigilancia constante y severa de Trafalgar Law.

Hablando del sobreviviente de flevance, llegó minuto después cabalgando sobre el lomo de Luffy, aparentemente una costumbre que tomó desde que fue liberado y creció en la tribu.

El moreno era el mayor enemigo del gobierno mundial.

El hombre lobo sabía que estaba lleno de odio y atormentado con la destrucción de su país de una manera tan cruel y tirana. Luffy no tenía nada en contra de los deseos de Law de desquitarse con los marines, o con el mundo, pero más que eso, quería ayudar a sanar su corazón lastimado. Había tomado tiempo antes de que el último mago blanco de flevance, permitiera la entrada de Luffy a su corazón. Confiaba en el, como se confía en las almas gemelas, pero no se permitió amarlo hasta mucho después.

Persistentemente, Luffy continúo haciendo su camino al lado de su pequeño mago. Mas una vez se vio obligado a retroceder sus avances de manera brusca pero nunca se dio por vencido. Ahora podía orgullosamente caminar a su lado.

El hombre lobo se transformó en un ser humano, revelando su sencilla facha, compuesta por un par de pantalones cortos azules y una chaqueta roja sin botones con un par de sandalias. En realidad, era la mayor cantidad de ropa que Izou le había visto llevar jamás, así que estaba en secreto orgulloso del mago por haber logrado tal hazaña.

—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—

Vivi se metió en el hermoso pero apretado vestido, ciñéndolo a su cintura para tratar de verse lo mejor posible. Las joyas que poseía le daban una apariencia más brillante y angelical mientras su largo cabello azul estaba siendo cepillado con cuidado por Nami.

La súcubo estaba sentada atrás de ella en el borde de la cama, completamente desnuda mientras Vivi se relajaba en el tacto y miraba el espejo donde se reflejaba su propia imagen y una generosa parte de la hermosa figura de su novia de cabello naranja. Tarareaba una cancioncilla pegajosa, trenzando el fino cabello azul y finalmente poniendo la delgada y elaborada corona de oro sobre la cabeza de la princesa.

— gracias mi amor— dice Vivi

— lo que sea por ti— responde Nami, cayendo de espaldas en la cama mientras mira las decoraciones del techo— ¿Cómo te sientes hoy?

— estoy bien— dice el elfo con una triste sonrisa— gracias por preocuparte.

Ambas habían pensado que Vivi había podido salir de aquel infierno sin ninguna secuela física, pero se habían equivocado enormemente.  Los tendones de sus pies habían sido cortados y ambas habían creído que no podría volver a caminar, hasta que trafalgar había aparecido para hacer una cirugía de emergencia en Vivi. Permitiéndole mover sus pies de nuevo, aunque con menos agilidad. Todo eso mientras le trasplantaba a la princesa unos tendones nuevos de un “donante” marino al azar.

Cobra, el rey de los elfos y padre de Vivi, nunca había podido perdonarse a sí mismo. Se disculpó una y otra vez con su hija admitiendo que había sido un error haber confiado en el gobierno mundial y tratar de interferir en su encuentro con Nami.

Su hija lo perdonó, incluso cuando este no podía perdonarse a sí mismo. Nami sin embargo no era tan piadosa y aun le resultaba difícil mirar a Cobra y no maldecir, pero por petición de su amada, haría lo que fuera. Dejó que la magia le diera forma a la ropa sobre su piel. Unos seductores shorts negros y un bikini del mismo color fue lo único que apreció sobre ella, acompañado de un par de tacones altos.

Aunque Vivi se viera hermosa en su atuendo, Nami seguía pensando en que era demasiada vestimenta. Los recuerdos de despertar ambas desnudas en la mañana le trajeron una sonrisa a la cara que no pasó desapercibida para su princesa.

— pervertida— susurró la princesa

— ¿oh? ¿En que estaba pensando, mi amor?— preguntó maliciosa

El elfo no cayó en su trampa. Se arrodillo hasta quedar sobre Nami, besando sus labios rojos con pasión.

— vamos, Nami—

— a donde quieras, querida—

—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—

 

—¡puta mierda Zoro!— el hombre rubio grito una vez más— ¡te dije que por aquí no es!

— ¡yo sé a dónde voy cejas de remolino!— el dragón rugió, haciendo que una bandada de pájaros se infartaran— ¡no estoy perdido!

— ¡es obvio que sí, coño! ¡¿Cuántas veces vamos a pasar sobre Banaro para que te des cuenta de que tu jodido culo ha estado volando en círculos?!—


Sanji dio patadas en el lomo del dragón  y este rugió enojado, tirándolo de su cuerpo. El rubio gritó miles de groserías y Zoro disfrutó de verlo caer unos cientos de metros antes de sumergirse en picada y recogerlo nuevamente.

—¿¡quieres matarme maldito pedazo de musgo!?

— ¡tú eres quien me golpeó primero, cocinero pervertido!

Perona flotaba sobre el cuerpo del dragón verde, riéndose a carcajadas de las payasadas de Zoro y Sanji.

Cuando recién habían llegado al castillo de Mihawk habían sido la cosa más pegajosa y recelosa de la tierra. Sanji se había ocultado por un tiempo, solo saliendo si Zoro estaba cerca de él, sin hablar mucho y desconfiando completamente de Mihawk y Perona, temiendo su fuerza. Zoro prácticamente se había vuelto una madre gallina, con la que el rey de los dragones tuvo que razonar, porque no podían simplemente seguir escondiéndose del mundo.

No sería sano para ellos.

Poco a poco fueron saliendo del cascarón que crearon para su seguridad y Sanji pudo revelar esa personalidad que había sido aplastada y controlada durante tanto tiempo.

Peleaban como niños pequeños, por la más mínima cosa. Sanji normalmente se burlaría de los defectos de Zoro (como no saber ubicarse a pesar de ser un dragón, su color verde y sus tres cuernos) y Zoro realzaría las cosas que Sanji siempre trataba de ocultar (que tenía algún tipo extraño de afición a las mujeres (las adoraba pero no estaba interesado en ellas sexualmente), que le gustaba cocinar y que sus cejas eran rizadas, entre otras cosas) la primera vez que se golpearon, Perona trató de detenerlos pero Mihawk le dijo que estaba bien. Esa era la manera en que ellos lidiaban con sus problemas y ni siquiera guardaban rencor por ello. Es más, parecían más unidos cada vez que se peleaban.

Finalmente había acabado por convertirse en su entretenimiento favorito.

Luego de un tiempo ella decidió intervenir.

— ¡oh, mira!— dijo, señalando la isla bajo ellos que ya habían pasado varias veces pero ella no había querido decir— ¡aquí está la isla! ¡Buen trabajo Zoro! ¡Solo nos tardamos 3 horas más de lo normal!

El dragón le rugió pero ella lo ignoró olímpicamente, se sumergió en el vuelo, llegando sana y salva hasta la hierba verde.

Todo era demasiado brillante y lujoso. Para nada lindo. Hacían falta unos cuantos arboles embrujados aquí, unos dos o tres zombis por allá, unas telarañas preciosas en las ventanas, una manada de murciélagos (que ella gustosamente estaría dispuesta a proporcionar) para que realmente se acercara a la definición de belleza que a ella le gustaba.

Suspiró, sabiendo que iba a ser un día largo.

—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—

 

—Ahh… ¡M—Marco!— un gemido deja a Ace que se aferra fuertemente a las sabanas de la enorme cama—

El demonio sonríe y se acerca más al cuerpo bajo el, acariciando los muslos y pasando su lengua por el estómago de su chico. Ahora que Ace tenía casi veintiséis años su cuerpo había pasado de ser el de un desgarbado adolescente, malnutrido y sucio, a mostrar toda la belleza esperada.

 Después de que habían  hecho su juramento (una especie de matrimonio) Marco había pasado a compartir sus poderes con Ace de una forma más permanente y sin riesgo. Habían dos pequeños cuernos en sus sienes, junto con esos tatuajes tribales recorriendo su cuerpo  que si bien no podían verse intimidantes a primera vista, Marco estaba seguro de que sus poderes demoniacos harían que cualquier imbécil se meara en los pantalones.

Su antes pálida piel había tomado un color bronceado, causa de pasar una considerable parte de su tiempo al sol, y sus pecas se habían desperdigado por todo su cuerpo. Había adquirido una buena musculatura que Marco se encargaba diariamente de recordarle cuanto amaba, su rostro era masculino, ojos tranquilos con ceño fruncido (desde sus anteriores épocas de preso) y una sonrisa relajada, fácil, de alguien que ahora no tiene nada de lo que preocuparse.

Y a Marco le gusta que sea así.

Sus hábiles dedos desabotonan el pantalón corto y tiran de el hacia abajo para dejar a Ace completamente desnudo.

—¡Marco… ah… vamos a llegar… tarde!

— ninguna reunión con cualquiera de esos mortales puede superar mi tiempo contigo…— dice, deslizando su lengua por los pectorales para jugar con uno de los pezones.

—¡tonto!

Ace reclama, pero no hay agresividad en su tono de voz, un minuto después  finalmente suelta una risita traviesa, sabiendo que ambos aman el desarrollo de las cosas.

La ropa de Marco desaparece muy rápidamente. A  veces Ace bromea con la magia del demonio porque impide quitarle la ropa por sí mismo, pero ambos están de acuerdo en que, entre más rápido salga, mejor.

Ace extiende sus manos en las sábanas blancas y abre tranquilamente sus piernas para que Marco se acomode en el medio, sin ninguna pisca de duda.

Le mira con ojos felices y su cuerpo siempre da gestos de bienvenida, sus piernas elevándose y aferrándose a las caderas de Marco.

— ohhh  parece que hoy estamos un poco ansiosos, ¿no, Ace?

Puede ver en el rostro del muchacho una suave sombra de rojo que solo parece aumentar, una de las manos de Ace se aleja de las sabanas y con suavidad acaricia su propio abdomen, tensándose ante el contacto, cierra los ojos, dejando la suave sensación erice su piel.

— por favor, Marco… te quiero.

El demonio gruñe satisfecho. Deja que su boca se deslice por la piel del estómago de Ace, saboreando como lo ha hecho  tantas veces ya, el incansable sabor del moreno.  Hay suspiros suaves comenzando a sonar de Ace y Marco desea más pronto que tarde que se transformen en gemidos de placer y peticiones por más.

Las manos de Ace se envuelven en su cuello, acariciando y aferrándose a su cabello.

—¡Ahh!— un gemido suave le dejó cuando sintió que Marco acariciaba sus muslos con ambas manos mientras chupo por un momento la piel en su vientre y deslizaba su lengua hasta el miembro semi erecto de Ace.

Ace casi gritó cuando el hombre mayor se metió todo su pene a la boca hasta que su nariz rozó los bellos en la base del vientre.

—¡M—Marco!

Marco gruñó intencionalmente, para que las vibraciones en su garganta estimularan a Ace aún más. Comienza a lamer y chupar de manera experta, sabiendo lo mucho que Ace ama el sexo oral.

Al parecer se encontraba en animo sumiso hoy. A veces las cosas cambiaban y era Ace quien acorralaba a Marco. La única persona en todo el mundo a quien le permitiría tal cosa era a Ace.

—Ahh, ah… si…

Minutos más tarde ambos se movían desesperados en medio del éxtasis. Marco chocaba contra el cuerpo de Ace con fuerza y rapidez, mientras el chico pecoso se encontraba con él a medio camino, aferrado con fuerza a las abanas de la cama, perdido en el placer.

— ¡Marco!— el chico se aferró a la espalda del demonio, clavando las uñas en sus omoplatos, sabiendo que se acercaba el clímax.

— eso es Ace, ven para mí— susurró el demonio de manera sensual, dejando salir profundos gruñidos.

Finalmente fue demasiado para ambos y el demonio empujó una última vez en el cálido interior de Ace alcanzando el clímax mientras el macho más joven arquea su espalda y salpica su propio abdomen con su semilla.

Les toma unos momentos recuperarse del resplandor, los cuales pasan besándose castamente, Marco acariciando el cabello de Ace.

— Marco…

— ¿sí?

— vamos a llegar tarde— reprende Ace con un puchero.

— no me importa eso, solo me importas tú, Ace.— el demonio sonríe y a cambio recibe un golpe sin rabia en el  pecho y una risa suave.

Se toman unos cuantos minutos para bañarse rápidamente luego Marco lo guía a través del portal.

¡Tenía tantas ganas de verlos!

La luz al otro lado es brillante y sabe que en el país de los elfos nunca hay invierno, es una eterna primavera llena de árboles verdes y aguas puras, donde incluso la vida se marchita con hermosura. Sin embargo, ese lugar a pesar de ser un paraíso terrenal, puede volverse una irremediable trampa mortal para los enemigos en un abrir y cerrar de ojos.

Inmediatamente un elfo corre adelante para saludarlos. Ace responde con un apretón de manos y una sonrisa, mientras Marco asiente a Izou en reconocimiento.

— por favor, síganme— el hermoso elfo les dice guiándolos hacia un increíble escenario de banquete donde hay muchísimas personas reunidas, algunas de ellas, que Ace conoce muy bien.

—¡Ace!— un hombre choca contra él, apretándolo en un fuerte abrazo. Oye a Marco gruñir un poco, pero sabe que no representa peligro, pues reconoce al hombre que abraza a su amante.

—¡Sabo!, ¡mierda, estas enorme!— y es que ahora lo superaba por unos buenos siete centímetros.

— y  tú ya no estás tan pálido e insufrible— dice sonriendo, como broma— te hizo bien el ejercicio— dijo levantando las cejas, obviamente insinuantes.

— ¡oh, cállate! ¡Te has vuelto más bocón desde que salimos!

Marco saluda a Sabo con un apretón de manos político a lo que el rubio responde con una sonrisa burlona.

 — si me lo permites, me robaré a Ace unos minutos— guiña empujando a Ace con él, luego del asentimiento de Marco, quien se dirige a conversar con alguien más.

— te ves muy bien Sabo— dice Ace con una sonrisa, pasando una mano por los hombros de su amigo— ¿Cómo han ido las cosas con los gyojin y las sirenas?

— ¡de maravilla! ¡Ellos son fascinantes! además puedo ignorar su dieta alimenticia.

—si tú lo dices… ¿y tu esposa? ¿Cómo está ella?

— ella está en perfecto estado— cuando Sabo dice eso, una sonrisa orgullosa se muestra y un leve sonrojo— estamos esperando un bebé.

—¡wow! ¡Mierda! ¡Felicidades, Sabo!

— gracias— el mago dijo, rascándose la parte posterior del cuello, orgulloso y avergonzado.

Ambos caminaron un poco lejos de la algarabía de la fiesta, pero sin pasar los límites que los elfos pusieron. Cuando consideraron que su caminata había sido lo suficiente para tener algo de privacidad, se sentaron en la raíz de uno de los enormes árboles, guardando silencio por un minuto.

 — no ha sido fácil la verdad— comienza el chico rubio, dejando caer un poco la máscara de felicidad que tenía en la fiesta, no es que no fuera feliz, pero las secuelas no desaparecen así de rápido. Aunque  las pesadillas y el estrés están disminuyendo, las cosas no se solucionarán así como así…

— lo sé— Ace sonrió tristemente— Marco ha hecho todo en su poder para ayudarme, pero aún no puede evitar que de vez en cuando me despierte gritando por la noche o me ponga a llorar sin motivo alguno— suspira— Marco aún cree que la solución es matar al resto de supervivientes de la prisión, pero se lo he impedido.

Solo quiere que todo termine.

— a veces no puedo evitar fantasear sobre lo que hubieran sido nuestras vidas si nada de eso hubiera pasado— Sabo admite— pero aferrarse al pasado es solo una estupidez. No  estoy feliz por lo que tuve que pasar, pero estoy feliz ahora y estoy bien con eso.

— lo mismo digo, hermano— asiente Ace con sabiduría.

De la nada, una bola de humo negro toma la forma de una mujer pelirroja voluptuosa que los mira con reproche.

— ¿Qué carajo hacen aquí, solos?— no les da tiempo de responder— mi hermosa y generosa Vivi tiene la amabilidad de hacer una fiesta para ustedes ¿y la dejan sola?

—Ahh, lo sentimos mucho— Sabo se disculpa— solo… no nos sentíamos como animo de fiesta ahora… pero nos uniremos enseguida, dile a Vivi que no tardaremos, por favor.

El súcubo se aprieta el puente de la nariz, pero da una mirada comprensiva.

— ella se unirá a ustedes aquí, en un momento—

Luego desaparece.

No mucho después aparece Sanji, ayudando a la princesa a caminar. La sombra del rubio ha tomado forma de una capa negra que le cubre de los rayos del sol, así que no hay peligro de que se queme.

Vivi es suavemente recostada sobre otra de las raíces. Esta preciosa, deslumbrante de belleza y encanto místico.

—terminamos escondiéndonos como fugitivos— ríe Sanji— los viejos vicios tardan en desaparecer.

Todos sueltan una suave carcajada.

Se pasan una enorme cantidad de tiempo rememorando algunos de los pocos recuerdos agradables que tienen de todo su tiempo juntos en los laboratorios y hablan sobre sus almas gemelas, sus relaciones, los avances que han hecho y las cosas que han mejorado.

Finalmente deciden que no pueden esconderse más de la fiesta y se levantan, Ace y Sabo entrelazando sus manos para que Vivi se siente y llevarla cargada graciosamente. Ella protesta  pero sus amigos no hacen caso y ríen todo el camino hasta unos metros de la fiesta, donde permiten que  se baje y tome un hermoso bastón de oro.

— ¡por el orden!— reclama ella no realmente enojada— ¡ustedes no saben tratar a una dama!—

— ¿Dónde está la dama?— dice Ace, para luego recibir un bastonazo en la espinilla— ¡ouch!

Ace siente la irritación de Marco y se ríe. Para ser una criatura todo poderoso tiene mucho que aprender sobre las relaciones humanas y que no siempre un golpe significaba maltrato.

Al menos en este caso.

Sanji se separó de ellos a zancadas, llegando hasta donde Zoro  estaba siendo molestado por Franky como compañeros dragones y exigió al dragón que bailaran. El dragón verde se veía absolutamente abochornado y se negó con un gruñido, a lo que Sanji respondió con una simple ceja levantada y una mueca que decía claramente “o bailas o te vas a arrepentir”.

La elegante fiesta se ve transformada en unos cuantos minutos en una loca parranda donde todos se emborrachan y ríen, celebrando por la libertad que han conseguido y los recuerdos que deben dejar atrás.

Izou se haló el pelo en la desesperación.

¡Todo su esfuerzo por el caño!

El elfo sintió una mano poderosa posarse sobre su hombro e inmediatamente volteó, sacando la pistola mágica que tenía escondida en el cinto, apuntando a la mitad de la frente del desconocido.

Su aliento se fue de su boca cuando reconoció quien era.

— ¡hey!— dijo el hombre con una sonrisa amistosa, que no ocultaba el enojo detrás— me alegra conocerte… por fin. —

Maldición.

Lo habían descubierto.

— Gula…

— así me conocen algunos, pero tú puedes llamarme Satch – la mirada de hizo mucho menos satisfecha— y tú y yo tenemos varias cosas de que hablar, ¿no es así?... mi alma gemela.

Mierda.

Notas finales:

¿que les pareció?

espero de corazón que les haya gustado y que me meresca un review aunque sea pequeñito. ustedes saben que cada uno de ellos es un pedacito de amor que me ayuda a seguir viviendo.

muak.

chau

posdata: por cierto, los arcangeles y los señores demonio son los siguientes ;) 

Lujuria= Marco

Avaricia= Tesoro

Gula= Satch

Pereza = Rayleigh

Ira = Kid

Orgullo = Karugara (el de Skypea)

Envidia =  Kaya (¿que cosas no? XD)

y los arcangeles

arcangel de la espada = Rob Lucy

arcangel de la balanza = Sengoku

arcangel de la Humildad = Montblanc Noland

arcangel de la vida = Tsuru

arcangel de reencarnacion = Yorki

arcangel de la energía = Enel

arcangel de la muerte = Brook

¿pueden encontrar las parejas ocultas? 100 puntos para el primero jajajaja 

se que había dicho que nadie además de tesoro y Marco tenía su alma gemela pero era una vil mentira. solo que los otros que tienen almas gemelas lo tienen muy oculto ;) 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).