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TU, MI ALMA GEMELA. por Loraine Ishmouth

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Notas del capitulo:

buenas tardes queridas y apreciadas lectoras.

quiero enviar un mensaje de felicitacion y animo a todas ustedes. este año ha estado lleno de cosas maravillosas y estoy feliz, siento que he realizado una de mis metas que era ingresar a la universidad. desde que he comenzado a publicar mis anteriores fic, ustedes han estado aqui conmigo, disfrutando de la misma forma que yo, de estas historias que humildemente quiero compartir con ustedes.

muchas gracias. 

cada uno de sus comentarios, cada una de sus visitas, han hecho posible para mi completar un año de traer a ustedes historias, todas hemos reido o hemos llorado con lo que hemos leido, visto y experimentado este año y por eso es que yo deseo para ustedes el mas grandioso final de año y que en este 2017 que llega, podamos compartir una vez mas en este espacio que fue creado para que nos conectemos por medio de la imaginacion y de los mundos fantasticos que nos ofrece la escritura.

deseo que todas sus metas se hagan realidad, que esten rodeadas de sus familias y amigos y que todo aquello que han deseado llege a sus manos (dinero, trabajo, amor, inspiracion etc.) 

!feliz año 2017!

mi deseo para el 2017 es que me sigan acompañando y leyendo mis historias, las escribo para ustedes. !gracias!

(los reviews recibidos anteriormente a este capitulo seran respondidos el martes a mas tardar, ya que he estado muy ocupada y voy a celebrar junto a mi familia y amigos)

sin mas, a leer.

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Ace cayó al piso con rapidez. Sus amigos se apresuraron a tomarlo en brazos, huyendo del lugar lleno de sangre y cuerpos despedazados. Estaba pálido, gotas de sudor frio caían por su rostro y sus ojos aún estaban desenfocados, mientras su cuerpo se sacudía en temblores.

Al parecer la conexión con su demonio le había hecho algo de daño.

- no es raro- dijo Sanji que aparte de Ace era quien más se conectaba con su alma gemela para poder endurecer su piel- es solo un humano, la fuerza  de un rey demonio esta por fuera de sus límites, fue afortunado el poder sostenerlo tanto tiempo.

-¿ahora que se supone que vamos a hacer?, una vez que todo el mundo logre llegar aquí, vamos a estar en muchos problemas- dijo Vivi, con voz asustada.

- es Ace quien está en problemas- aclaro Sabo- ahora que saben que puede conectar con su demonio, probablemente van a congelarlo.

Era una opción. Los niños habían visto a una mujer, morena de cabello negro y largo, metida en una especie de tubo de vidrio, flotando en un mar de agua pegajosa  y habían escuchado decir a los guardias y a los doctores que esa mujer era un  mago  “nivel S” y que por ningún motivo debía descongelarse.

Nico Robin, al parecer se llamaba.

Para evitar ese mismo destino a Ace, tenían que escapar aunque fuera por un tiempo.

Salir de la isla era casi imposible, con el sin fin de criaturas mágicas custodiando cada orilla. Tendrían que esconderse y de alguna manera arreglárselas para que el pecoso no fuera encontrado.

Con rapidez, aprovechando el caos en que las instalaciones se encontraban por el momento, los niños corrieron hacia la parte más profunda del bosque, donde las bestias y criaturas eran más grandes, más fuertes y estaban siempre hambrientas.

Curiosamente esta vez solo escaparon de ellos, alejándose de los niños como si tuvieran la peste. Escondiéndose en las sombras, cerrando sus fauces amenazantes, desviando sus miradas brillantes.

Casi con reverencia.

Ellos sospecharon que era por el poder del demonio que aun podía sentir que el pecoso exudaba. Llegaron a una cueva y se adentraron en el interior, Sabo invocando un poco de fuego incandescente para mantener el lugar caliente e iluminado y Vivi cantando canciones mágicas para que creciera musgo sobre las rocas y poder recostar en el a su amigo.

Sanji, salió a cazar algo.

 Fuera se podía escuchar el aullido de las sirenas mecánicas y tropas movilizándose. Ellos sabían que estaban a salvo por el momento ya que se tardarían en reunir la fuerza suficiente para que pudieran enfrentarse a las criaturas del bosque y buscarlos más allá de los límites.

Ace tardo tres días en dar señales de despertar. Hasta entonces habían estado cuidándolo, en realidad algo aliviado de estar momentáneamente lejos de las torturas y experimentos y deseando que su escape se prolongara un poco más.

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Por fin había logrado salir de ese mar chicloso de aguas oscuras en que se hallaba envuelto. Desde que esa persona le habló al oído, había sido arrastrado a una corriente de fuerza increíble, absorta en sentimientos de confusión y miedo, pero algo lo tranquilizaba mientras se encontraba ahí.

Una de sus manos salió a la luz y se sorprendió cuando lo que sucedió fue que abrió los ojos.

¿No había estado despierto todo ese tiempo?

De repente sintió todo el peso de su cuerpo. Estaba cansado, le dolía la cabeza, parecía como si alguien hubiera acabado de darle la mayor paliza de su vida.

- ¿Ace? – una voz conocida hablo, era Vivi- ¡Ace! ¡Oh por el orden!!¡Está despierto! ¡Chicos vengan!-

De repente fue rodeado por sus amigos.

- ¡Ace! ¡Estábamos muy preocupados! ¡No despertaste en tres días!

¿Qué?

¿Por qué había dormido tanto tiempo?

¿Qué era lo último que recordaba?

Ah, sí.

Esos hombres.

Esos horribles hombres tocándolo.

¿Se había desmayado y había dejado que hicieran lo que quisieran?

Oh no.

Por favor, no.

No.

Se levantó tan rápido que su cabeza comenzó a dar vueltas y se examinó a sí mismo en busca de cualquier rastro de… lo que sea que haya pasado.

-¡espera Ace, tranquilízate!

Las manos e Vivi estaban sobre su cuerpo y lo recostaron suavemente en el ¿musgo?

-¡Vivi! ¡¿Qué me paso?! ¡Esos hombres! ¡Estaban tratando de violarme!

- ¡no, Ace! ¡No lo lograron! ¡Estás a salvo!

El moreno se paralizo.

-¿ustedes me salvaron?- Ace dijo poniendo una cara completamente agradecido –

-Ace… ¿tú… tú no recuerdas lo que sucedió?

-¿hm? No… ¿de qué me estás hablando?

- ¡no! ¡De nada…! Ace!

-Vivi…

- te lo contaremos después.

Ace asintió en silencio, recostándose en una de las paredes de la cueva. Un palo que ensartaba a una extraña criatura, se asaba a fuego lento al frente de él, y su estómago gruñó en el hambre. Vivi le sonrió y le dijo que era para él, a lo que el niño se lanzó inmediatamente a la comida y devoró todo el bicho sin importarle que fuera.

Fue unos días después que exigió una explicación para todo lo que había sucedido. Habían logrado escapar, ahora estaban en la parte del bosque en la que jamás se atrevieron a entrar por temor a los monstruos y ahora estos les rehuían como si los lugares de presa y cazador se hubieran cambiado sin darse cuenta.

- Ace, ¿quieres saber la verdad?- dijo Sabo, con ojos serios, su cicatriz roja aumentando la severidad de la mirada.

- sí, quiero saber lo que paso, díganmelo.

-puede que no te guste.

- no importa.

- puede que te sientas culpable.

-… solo… hazlo. No puedo seguir así.

- para eso, primero que nada, tienes que ver tu reflejo.

Sabo canto unas palabras y tomando unas gotas de agua las cristalizó en forma de un pequeño espejo el cual entrego a Ace con manos temblorosas.

El moreno miro su reflejo y…

-¿Qué? ¿Qué diablos es esto, Sabo?

Ese no era el, no podía ser él.

¿Cómo había pasado eso?

Sus ojos no eran negros más. Eran de color gris claro casi plateado y había marcas, marcas tribales rodeando sus hombros, envolviéndose en sus brazos y terminando en sus dedos.

Además, dos diminutos cuernos rojos, estaban creciendo en los lados de su cabeza.

 - eso, eso es por causa de tu alma gemela.

-¿Qué?

- e-estabas a punto de ser violado Ace. Nosotros íbamos a salvarte pero íbamos a llegar tarde ya que los guardias nos estaban reteniendo- dijo Sanji-

- no sabemos lo que paso allá adentro- dijo Sabo- pero cuando llegamos a ti, todo era un mar de sangre y estabas de pie en medio de él…

- y nos dimos cuenta de que no eras tú- esta vez, fue Vivi quien habló-  estabas poseído por tu alma gemela-

-¿Qué?, ¿Cómo es eso posible? Yo…

- es un demonio Ace, puede poseer a la gente.

- pero necesita la aprobación de quien lo va a contener.

-¿quieren decir que… que yo lo llame?

- creemos que sí. Que lo llamaste inconscientemente al estar tan acorralado.

Ace se quedó en silencio, reflexionando sobre lo que sus amigos le habían revelado.

-¿entonces yo los mate a todos?

- no, no, no- los chicos negaron rápidamente- ¡fue el! ¡Uso sus poderes a través de tu cuerpo y te libro de la amenaza!

- no… no quiero hablar más de esto… necesito pensar…

- sí, claro, te dejaremos solo.

Ace pensó en lo que había pasado. Solo tenía recuerdos borrosos de él luchando contra esos guardias que trataban de forzarlo y nada más.

¿Cómo debía sentirse ahora?

Había matado gente.

Incluso si no había sido “el”, eso no quitaba el hecho de que había asesinado a muchas personas, hombres  que le habían hecho daño, pero personas al fin y al cabo.

No te culpes.

Estaba allí, otra vez, esa voz.

Son solo pequeños insectos.

-¿Cómo puedes decir eso?

Nadie toca lo que me pertenece.

-¿Yo te pertenezco?

Lo haces, y hare cualquier cosa para mantenerte a salvo.

-¿Qué planeas hacerme?

Tomarte conmigo.

-¿A dónde?

Pronto lo veras.

-Ayúdanos… por favor.

Iré pronto por ti, Ace, Muy pronto. El  cielo y la tierra van a sacudirse ante mi presencia. Esos niños que quieres salvar, mantenlos junto a ti. Porque cuando vaya, voy a matar a todos los demás.

El corazón de Ace latió muy fuerte. Casi había olvidado lo que él era. Un demonio, un demonio que estaba más allá de cualquier regla.

Marco

-¿Qué?

Mi nombre, el nombre por el que quiero que me llames.

-Marco.

Una risa se oyó al otro lado de la conexión y desapareció, Ace sintiéndose solo y extrañamente tranquilo.

Ellos estaban muertos y nada los volvería a la vida. Las personas que lo dañaron no regresarían.

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Marco no sabía que cuando poseyó el cuerpo de Ace, iba a tener esas consecuencias.  Depuse de todo había un ritual que había que realizar para poder llegar a ese estado de compatibilidad y era lo primero que planeaba hacer cuando el chico estuviera al fin a su lado.

Sin embargo había logrado asimilarlo. Bueno, en realidad solo era un diminuto porcentaje, pero al menos bastaría para que su aura mantuviera a algunas de las criaturas al margen por un determinado periodo de tiempo.

Se moría de ganas por ver lo que su cara parecía ahora que la magia demonio corría por sus venas.

Pero primero lo primero.

- llama la oráculo.

- sí, mi señor.

Su sirviente se retiró y Marco puso una mano en su barbilla, pensativo.

La elfa de pelo azul tenía una marca que reconocía muy bien. La marca de una súcubos.

Una de sus subordinadas también tenía su alma gemela lejos de ella.

Y tenía una idea de quién podía ser.

- Nami.

-¿señor?

El demonio estaba radiante como siempre. Un cuerpo voluminoso y perfecto, hecho para tentar a hombres y mujeres por igual, con un increíble talento para conseguir lo que quería de cualquier ser que callera en sus manos.

- muéstrame tu mano derecha.

La succubus miro con sorpresa pero no se negó. Después de todo nadie podía negarse a Marco, era su amo.

- como lo suponía. ¿Cuándo ha aparecido?

Dijo refiriéndose a la marca en forma de una hoja que resplandecía de azul en la mano del demonio femenina.

- hace unos años.

-¿Por qué no me habías informado?

- no creí que fuera importante, señor.

Marco asintió en silencio. Es verdad, hace unos años ni siquiera le habría dado una mirada y simplemente le habría dicho a Nami que siguiera en su trabajo. Pero ahora era diferente, ahora que conocía el dolor de no estar junto a su alma gemela…

- ahora lo es. Al parecer la he encontrado por accidente.

Los ojos de la succubus se abrieron con sorpresa y se mordió el labio tratando de no demostrar demasiadas emociones, aunque falló.

- mi señor… ¿puedo preguntar dónde la encontró?

Marco le dio una breve explicación de  la situación en la que se encontraba y aunque ella trató de ocultar sus emociones su aura prácticamente gritaba “venganza” y sus ojos brillaban de un amenazante rojo que el demonio mayor sabía que era una promesa de muerte.

- necesitamos una reunión con los jefes de los clanes, ahora mismo la oráculo debe estar llamándolos bajo mi orden para discutir. No me importa si tengo que desgarrar unas cuantas tripas, todos ellos tendrán que escucharme.

Nami asintió y se retiró para preparar la llegada de los jefes.

Esas reuniones siempre terminaban en un baño de sangre así que se realizaban en una parte aislada del castillo donde los monstruos podrían tratar de matarse unos a otros todo lo que quisieran.

 

Notas finales:

feliz año nuevo!!!!!


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