El sonido de la alarma de Sasuke hizo que me despertará y cuando mire la hora en mi celular solo podía desear ir al cuarto de mi hermano y romperle su maldito aparato que no dejaba de sonar. ¡Eran las 6 de la mañana! ¿Quién, en sus sano juicio, se levantaba a esta hora?
Me levante enojado hacia el cuarto de mi hermano con la intención de romper aquella alarma infernal. No fue hasta que entre al cuarto de Sasuke, que me di cuenta de mi error.
El se acababa de levantar, tenía sus ojos entrecerrados y su hermoso cabello azabache revuelto. Estaba sentado en su cama bostezando mientras con una mano se tapaba su boca, este movimiento hizo que, su pijama ya floja, cayera más, notándose su piel perfecta de porcelana.... ¡Maldición! Que se veía precioso de esa forma, y no podía seguir pensando así de Sasuke.
Pero al ver sus mejillas rojas probablemente a causa del calor que se centraba en la habitación, tuve ganas de perder todo si con ello me ganaba a Sasuke para mi solo en las mañanas, despertando de noches enteras de nosotros solos fundiendonos en uno solo.
— ¿Qué haces aquí Itachi? Sal de mi habitación — me dijo con un tono indiferente e irritado (como el que casi siempre tenia) mientras me miraba con el ceño fruncido.
Lo mire unos segundos, no podía hacerle eso a Sasuke, no podía arriesgar a que el amor que me tenía se volviera odio, y sobre todo, no podía arriesgarme a que la vida de Sasuke se volviera horrible solo para satisfacer mis deseos hacia él.
— Vale, vale, hermanito, pero antes — dije con una sonrisa traviesa en mi rostro, intentando olvidar los pensamientos que tenía — ¡Compra un despertador menos ruidoso! — y sin que el reaccionará, tire su despertador al suelo, provocando que se rompiera y corrí rápidamente para no enfrentar la ira de Sasuke.
— ¡Maldito Itachi! ¡Era nuevo! — exclamó tan alto, que desde mi habitación se pudo escuchar a la perfección.
Yo solo pude reír al recordar la expresión de Sasuke cuando tire su amada alarma al piso. De verdad amaba ver su cara, no importaba cual tuviera, siempre y cuando estuviera bien.
Y yo no podía arriesgar todo eso.
No podía arriesgarme a nada, si dañaba a Sasuke.
Lo amaba, lo amaba con tanta intensidad, lo amaba y me dolía ver como nunca podría ser feliz a su lado, nunca podríamos estar juntos, nunca podría escucharlo decir "Estoy enamorado de ti, Itachi", nunca podríamos tener una familia, el haría su vida, se casaría y sería feliz a lado de alguien más. Esa sola idea me aterraba y me hacía querer llorar de nuevo.
Pero ayer había tomado una decisión, intentaría olvidar el inmenso amor que tenía por mi hermano, y viviría mi vida como un mal recuerdo.
Abrí la llave de la ducha y me quite mi ropa. Me bañe de prisa. Salí con una toalla únicamente cubriendo de mi cintura hacia abajo y con otra toalla me secaba mi cabello. Busque en mi closet un atuendo formal para mi trabajo.
La constructora en la que trabajaba era una de las más reconocidas en todo el mundo: la constructora Senju. Y aunque al principio mi padre había mostrado cierta disconformidad, había terminando aceptando ante la reputación que me estaba forjando. Había terminado mis estudios joven, y pese a mi inexperiencia, la empresa me contrato y varios proyectos grandes ahora estaban a cargo de mi.
Me vestí con rapidez y acomode unos cuantos papeles que tenía en mi escritorio, todo debía de estar perfecto para la junta que tendría hoy, en ella tenía que exponer mi propuesta para un nuevo edificio, y competía con otros compañeros que también deseaban el proyecto.
Baje a la cocina para desayunar, sabía que era muy pronto para ir al trabajo, ya que yo entra hasta unas cuantas horas más tarde, pero tanto mis padres, como Sasuke, salían muy temprano de casa, y pese a que dormía un poco menos, me agradaba pensar que éramos una familia normal.
— Buenos días padre, madre — dije respetuosamente al verlos sentados en el comedor. Imite su acción y tome asiento.
Mi padre, Fugaku Uchiha, era un importante asesor de finanzas, al igual que mi madre, y tenían una empresa familiar fundada desde cinco generaciones atrás. Cabe destacar que era una empresa muy reconocida y por ello, teníamos dinero de sobra.
Mi padre leía el periódico en la sección, cosa rara, de finanzas. Era una persona seria y recatada que le gustaba la perfección, muy protector con la familia, sobre todo con Sasuke. Por otro lado mi madre, Mikoto Uchiha era una mujer serena y amable que consentia en extremo a mi pequeño hermano menor.
Más de una vez me había preguntado cual sería su reacción así saber que su hijo mayor tenia sentimientos inapropiados hacia su querido hijo menor.
— Papá, mamá, Itachi — oí decir a Sasuke que apareció sin que yo notará su presencia.
El tomo asiento a un lado mio, esperando al igual que yo, le sirvieran de comer. A los pocos minutos nosotros también ya estábamos comiendo, en un silencio total. Nunca me acostumbraría a que en todas las comidas reinará el silencio. Vi el rostro de mi madre y sabia que pensaba igual que yo.
— ¿Cómo van los estudios, Sasuke? — pregunto ella mientras miraba con una sonrisa a mi hermoso hermano. Él la miro unos segundo y vio de reojo a mi padre, que no se mostraba interesado en la platica.
— Obtuve el primer lugar en los anteriores exámenes, supongo que me va bien — respondió serio mirando a nuestra madre feliz, aunque en su rostro se mantenía su siempre ceño fruncido.
Un indescriptible orgullo se asomo en mi pecho, Sasuke aparte de ser hermoso, tenía unas excelentes calificaciones. No dudaba que en el futuro se convirtiera en un gran empresario, su inteligencia y capacidad iban más allá de la de una persona común.
— ¿Y ya tienes novia? — al escuchar estas palabras empecé a tocer levemente, no me esperaba que mi madre preguntará eso, en realidad, tampoco yo sabía mucho de la vida amorosa de mi hermano, pero me daba miedo preguntar, porque quizá alguien ocupará el corazón de mi hermano.
— No, aún no tengo, no me interesa nadie en particular del colegio, aunque muchas chicas y algunos chicos se me han declarado — dijo con un mejillas levemente teñidas de rojo, se veía adorable avergonzado.
Yo solo pude soltar un suspiro de alivio. Pero luego me regañe a mi mismo, si en mis planes estaba olvidar a Sasuke, no tenía que importarme que le gustara alguien más. Pero aún sabiendo eso, no pude evitar pensar en como me sentiría al ver a Sasuke en brazos de otro.
La comida siguió en silencio y pronto todos terminamos de desayunar, me despedí de mi hermano y mis padres cuando me informaron que ya se iban a sus respectivas tareas. Solo pude asentir y desearles un buen día, no sin antes revolver un poco el cabello de Sasuke mientras reía y el me regañaba un poco molesto.
Subí a mi habitación. ¿Como le haría para olvidarme de Sasuke? Hoy había confirmado que por más que quisiera, el sentimiento no desaparecería de un día para otro, por muy determinado que estuviera de olvidarlo....
— ¡Joder! ¡¿Por qué de todos los chicos que hay en el mundo tenia que enamorarme de mi hermano menor?! — exclamé frustrado mientras golpeaba mi escritorio, justamente donde estaba un vaso de cristal, y por ende, me corte en el proceso, pero solo podía sentir odio por mi mismo y no sabia de que manera controlarlo.
Negué con enojo. Hasta que algo llamo mi atención.
— Itachi.... ¿Estas enamorado de Sasuke? —