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Praise Please [Traducción] Yuri!!! On Ice por Nicto_Nyx

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Notas del capitulo:

Espero que os guste y os recuerdo que esta traducción también se encuentra en wattpad :)

Los ídolos son raros.

Miras a alguien, los observas, a través de pantallas de todos los tamaños. Los ves crecer, observas cambiar sus habilidades y tamaño, talento y madurez. Estudias sus movimientos, sus hábitos alimenticios. Te desplazas por su twitter, miras sus entrevistas. Los conoces, piensas, pero ¿lo haces realmente?

Es extraño, admirar tanto a alguien. Quedarte alucinado por sus habilidades, su amabilidad. Anhelarles, en todo el sentido de la palabra.

Y luego... tenerlos aquí.

Los ojos de Viktor son bestiales a través de la pista de hielo. Escaneando, mirando. Son una quemadura constante, y hace que la piel de Yuuri se caliente.

—Yuuri, concéntrate. —Dice Viktor, en un tono muy distractor— Otra vez.

—C-Claro —Yuuri asiente, y saca sus manos detrás de él. La pista de hielo está en silencio hoy, pero vuelve a la vida con el sonido de sus patines raspando contra el hielo.

Patina, se desliza suavemente, tan suave como puede, doblando los brazos, rodándolos, moviendo los dedos en patrones que Viktor ha hecho incontables veces antes.

Está allí. Está allí. Mirando con esos ojos. Mira sus pies, sus piernas. Envuelven el cuerpo de Yuuri y arrulla con sus brazos, su cuello. Incluso mientras Yuuri patina, salta, se agacha y retrocede, aún puede sentir sus ojos. Como algo tangible.

—Bien, bien. —Viktor dice en voz alta, desde un lado. Está reclinado contra la pared, más relajado de lo que Yuuri nunca estará.

Él flota, como una balsa sobre el agua. Un día, Yuuri espera ser como Viktor. Como un solo pétalo en una piscina.

—Más ligero —Viktor pronuncia. Yuuri para y se gira. Viktor está sonriendo, sus ojos brillan mientras levanta las manos sobre su cabeza, y muestra a Yuuri exactamente qué quiere decir.

Y dios, Viktor es hermoso. Eso no es una novedad, pero sigue siendo cierto, ahora y para siempre.

Él gira, y gira, muy suave, muy ligero. Hace que la lengua de Yuuri se seque, hace que su estómago se retuerza por tantas sensaciones, viejas y nuevas.

Yuuri le mira fijamente, hasta que se da cuenta que Viktor está esperando por algo.

—¡Ah! —Yuuri balbucea— P-Perdona, ¿qué?

Viktor ríe, sonríe deslumbrante.

—¿Crees que puedes hacer eso?

—¡Sí! —Yuuri asiente y hace una reverencia— Por supuesto.

—Yo también lo creo —Viktor patina devuelta a la pared— Has perdido peso. Tus cuádruples ya son fluidos, debe de ser por mi dieta especial.

Yuuri se ruboriza por el cumplido, baja la vista hacia sus patines. Sí, la dieta es bastante mortal, especialmente con su madre constantemente tentándole con buena comida.

—¡Otra vez! —grita Viktor, y Yuuri vuelve al trabajo, con el corazón en la garganta.

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Viktor es un buen entrenador. Estricto, talentoso. Le enseña con detalle, paso a paso. Es implacable y obstinado, mordaz como el chasquido de un látigo. Ciertamente, lo que Yuuri necesita.

Pero Viktor es amable. Da elogios como una cascada, desbordante y ruidoso y hace que Yuuri se ahogue.

Cada "¡bien, otra vez!", cada "¡Precioso! ¡Impresionante!".

Le hace temblar. Hace que las manos de Yuuri se sacudan y su barriga se retuerza. Las palabras bajan rápido por su espalda, calientes y fluidas, y sus pulmones se estrujan patéticamente.

Está exhausto. Viktor es el entrenador más duro que conoce, pero es amable. Viktor le compra la comida, le da palmaditas en la espalda. Es tan positivo y brillante, que Yuuri siente que se quema con sólo estar ceca.

Es malo.

Es muy, muy malo.

Viktor le está ayudando. Viktor Nikiforov, uno de los patinadores más condecorados en el mundo del patinaje sobre hielo, está utilizando su tiempo libre para enseñar a Yuuri cómo sacar la cabeza del culo.

Yuuri se sienta en la fuente termal, sus manos recorren hacia arriba y abajo sus adoloridos músculos. Sus piernas duelen, sus pies duelen, pero su pecho le duele más. Necesita dejar esto detrás, mirar a Viktor como un entrenador y menos como un ídolo. Como un hombre y no como un... un amor platónico.

Agh, suena horrible, decirlo así en voz alta.

Necesita centrarse de una puta vez, maldita sea.

Mañana entrenarán todo el día y Yuuri probablemente morirá otra vez.
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Yuuri es absolutamente adorable.

Viktor reposa la cabeza en su mano, observando distraídamente el modo en que Yuuri come nerviosamente frente a él. Su ciudad natal es mona, su familia es aún más mona.

Pero ¿Yuuri? Yuuri es indescriptiblemente encantador.

¿Viktor se preocupa legítimamente porque Yuuri lo haga bien en el Grand Prix? Sí. Pero Viktor no es tonto. Yuuri probablemente esté hecho de leche y miel. Su piel es suave, sus ojos son tiernos, pero su pelo es lo más suave. Y flota en el hielo como algo hecho para estar allí. Es patoso, sí. Un poco sobreexcitado, pero el talento zumbante sin explotar bajo la piel de Yuuri es irreal.

Cuando Viktor le vio patinando su rutina, paso a paso, línea a línea, con un cuerpo ni siquiera en una condición prístina. Viktor voló al día siguiente. Tenía que verlo por él mismo.

Es mono en cualquier peso, Viktor decidió. Con barriga o no, mejillas regordetas o muslos delgados, sigue siendo cautivador. Yuuri se toma bien las críticas. Le escucha, con un rubor bajo el cuello y una reverencia respetuosa.

Y a Viktor le gustaría reiterar, que él no es ningún tonto.

Nunca ha sido alguien que escupa elogios como un buffet sin fin. Viktor no es malo por naturaleza, no, pero piensa que elogiar es algo que se gana.

Excepto, que Viktor mira el modo en que Yuuri se ruboriza. Ve sus ojos pestañear y su cuerpo temblar.

Así que educadamente da un sorbo a su bebida y asiente.

—Has hecho un buen trabajo hoy, Yuuri. —Y se deleita bajo la manera en que Yuuri se sonroja, tiembla. Merma un "gracias" y se rehúsa a encontrarse con sus ojos.
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Ha tardado mucho tiempo en llegar.

Han entrenado sin descanso en Hasetsu. Semanas y meses, pero Viktor no ha hecho otra cosa que insistir sobre llevar a Yuuri a la pista de hielo de su ciudad natal en Rusia.

"Hay muchas distracciones aquí, Yuuri" dijo Viktor con una palmadita en la espalda "te enseñaré una verdadera pista de hielo".

Y Yuuri no puede hacerse a la idea, porque si algo es esta pista de hielo es distractora, mucho, mucho más distractora que la de casa. Está llena de gente, profesionales, arrastrándose por el hielo sin ningún problema para coger aliento.

—¿No estás emocionado? —Viktor sonríe de una manera que sigue haciendo que la sangre de Yuuri se caliente.

—Sí —tiembla.

—¡Viktor! —una patinadora le saluda— ¡Es bueno verte!

—Y a ti —Viktor asiente.

Hablan sobre algo, o da igual, Yuuri no está seguro. En cambio está más concentrado en sus patines, intentando ignorar la mirada que Yuri Plisetsky le está dando. Por supuesto que está aquí. Por supuesto.

—He visto que has traído a tu nuevo alumno —Yuuri escucha— ¿Es ese?

—Sí —Viktor sonríe— Este es Yuuri Katsuki.

Yuuri les mira, siente su cara sonrojarse, porque el modo en que Viktor dice su nombre es agh. Es obsceno y delicado. Limpio y coqueto en general.

—Hola —Yuuri asiente.

—¿No fue él el que no pasó-

—Shh —Viktor le cortó, girándose para envolver una mano alrededor de los hombros de Yuuri— Eso no es asunto tuyo.

La multitud de patinadores murmuraron entre ellos, pero Yuuri se concentró en mantenerse con el ritmo constante de Viktor, e intentando respirar, ya sabes, como un ser humano normal.
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Con la pista de hielo llena de patinadores, Yuuri se tenía que centrar. Se esforzaba para oír la voz de Viktor, por encima de la charla y los sonidos de las cuchillas picar el hielo.

Esto está bien, Viktor le dice. Ahogándose en el ruido. Concentrándose sólo en el hielo.

Así que lo hace. Yuuri gira, salta. Utiliza su recuperada fuerza para ejecutar su rutina lo mejor que puede. Patina con una sola pierna, extiende la otra, usa toda su flexibilidad para bajar y retroceder otra vez.

—Wow —un hombre mayor se recuesta contra la pared, dándole un codazo a Viktor— No es nada malo.

—¿Nada malo? —Viktor sonríe— Es brillante.

El corazón de Yuuri flaquea. El mundo se viene a sus pies y su visión se nubla.

—Ah ¿Le tienes cariño a tu alumno, no?

—Yuuri es innegablemente impresionante.

Las palabras hicieron eco en su cabeza, como un grito en una cueva. Su cuerpo se acaloró, acumulándose en su estómago y alcanzando sus piernas.

La punta de su patín pilla el hielo. Yuuri jadea, cuando su cuerpo gira y sus manos chocan fuerte contra el hielo. Es ruidoso, y toda la pista de hielo se queda en silencio. Los patinadores se detienen y los entrenadores paran de gritar.

Yuuri deja salir un agudo jadeo, porque la sangre contra el hielo es la suya. Gatea para ponerse en pie, pero contiene un quejido cuando su tobillo vibra de dolor.

Su cara está ardiendo. Viktor lo vio, todos le están mirando.

Los ojos de Yuuri se vuelven borrosos, su pecho se retuerce, su corazón se detiene y está en silencio, en mucho silencio, Yuuri podría llorar. De vergüenza. Qué vergüenza.

Pero hay un sonido de patines y murmullos silenciosos, antes de que Viktor se esté arrodillando frente a él.

—¿Estás bien? —pregunta, con grandes ojos azules, pelo gris desordenado alrededor de su cara. Parece preocupado.

—Sí. —Yuuri resopla— Lo siento mucho.

—Oh dios, tu codo está hecho un desastre —Viktor se estira para coger su brazo, manos cálidas suavemente alcanzando el corte en su codo— ¿Te has torcido el tobillo?

—E-Eso creo.

La cara de Viktor se torna algo decidida. Algo firme. Dice, "espera", y estira sus manos por debajo de los hombros de Yuri, y alrededor de sus lados.

—¡Ah, espera!

Pero es levantado, sin peso en su pie malo, y en los brazos de Viktor Nikiforov.

Todos están mirando. Viktor no tiene vergüenza.

La cara de Yuuri se ruboriza de rojo a bermellón, y patalea un poco en sus brazos.

—¡Espera! Espera, puedo-

—Para de forcejear —Viktor ríe, mientras patina hacia el borde de la pista de hielo sin esfuerzo. Yuuri no es menudo. Cómo, cómo puede-

—¿Necesitas un médico? —un hombre pregunta en ruso. La comprensión de ruso de Yuuri es pequeña.

—Eso sería ideal, sí.

—Ven, tráelo aquí.

La cabeza de Yuuri nada y se ahoga, mientras Viktor le sostiene en sus brazos como una pequeña damisela, y sólo le baja cuando el médico se arrodilla a sus pies.
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Yuuri no dice nada cuando su tobillo es envuelto con una pañoleta y su codo es limpiado. Viktor observa cuidadosamente, como un halcón, analizando cada roce de los dedos del médico contra su piel.

El médico le da a Yuuri una palmadita en la rodilla.

—No está tan mal, no te preocupes. Ponte hielo unos días y estarás como nuevo.

—Gracias, señor.

Viktor le está mirando. El médico se marcha y Yuuri traga los algodones en su garganta.

—Lo siento... —la voz de Yuuri se va apagando— estoy retrasándonos.

—¿De qué te disculpas? —Viktor sonríe, y le ofrece una mano— eso le pasa al mejor de nosotros. —Murmura algo en ruso, Yuuri oye "culpa" y "mía", pero no está seguro.

Vacilante, acepta la mano de Viktor. Sus dedos son largos y suaves, se envuelven alrededor de la suya sin ninguna vergüenza, y Yuuri se pregunta si puede oír el modo en que su corazón late.

—Ven —Viktor le da un codazo y desliza una mano hacia su espalda, para soportar su peso— Vamos a mi casa ¿vale?
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La casa de Viktor es preciosa, Yuuri nunca se acostumbrará a ella.

La habitación de invitados es maravillosa, muy espaciosa. Muy prístina y limpia.

Cenan; Yuuri se mantiene callado la mayor parte de ella. La leve vibración en su tobillo es un constante recuerdo, un grito que dice "mira lo que has hecho, idiota. Delante de Viktor, delante de sus amigos-"

La charla de Viktor es bienvenida. Es increíble, muy amigable. Tan bueno en charlas concisas, que hace que el pecho de Yuuri se estruje de manera imposible.

Es este amor platónico. Esta ciega adoración. Está reprimiéndole, haciendo a Yuuri débil.

Pero ¿cómo lo deja ir?

Yuuri le agradece por la cena, cojea hasta la habitación e intenta mantenerse alejado de Viktor por el bien de su corazón.

Está poniendo hielo en su tobillo cuando Viktor se pasa por ahí. Es mono, da un golpecito a la puerta antes de que su pelo aparezca en la entrada. Sus ojos son luminosos y brillantes, pero su labio inferior está entre sus dientes con preocupación.

—¿Puedo entrar?

—Por supuesto —Yuuri asiente. Se levanta un poco de la cama y Viktor educadamente entra, y se sienta a su lado.

—¿Cómo te sientes?

—Bien.

—¿Cómo te sientes de verdad?

Yuuri se ríe.

—Duele.

Viktor asiente solemnemente. Está vestido con nada más que una camiseta sin mangas y vaqueros, pero sigue estando despampanante. La camiseta tira de sus músculos. Los vaqueros son ceñidos y pequeños alrededor de sus caderas. Es terriblemente distractor y lo último que Yuuri necesita.

—¿Puedo tocarte?

Yuuri balbucea.

—¿Q-Qué?

—Tu tobillo —Viktor aclara— Me he torcido el mío antes. Quiero ver si la hinchazón ha bajado.

Oh. Oh, joder. Yuuri inspira y aleja el ataque al corazón.

—Sí. —Yuuri aclara su garganta— Sí. Vale.

Viktor le ofrece una media sonrisa antes de inclinarse, y oh qué gentil, envuelve su palma alrededor de la delgada curva del tobillo de Yuuri. Yuuri hace un gesto de dolor, y Viktor susurra una disculpa bajo su aliento. Sus dedos son increíblemente suaves, presionando el hueso, buscando malas señales.

—Ah, ha bajado un poco —Viktor sonríe— Eso es bueno. Esperemos que sea una rápida recuperación.

—Eso espero —Yuuri suspira. Sus ojos se sienten pesados, en realidad, todo se siente así. Aun así, no puede evitar el involuntario escalofrío que recorre su espalda, sólo por la manera en que Viktor roza su pulgar por el interior de su pantorrilla.

Yuuri se muerde la lengua. Maldice internamente y tiembla cuando los ojos de Viktor le miran. Su mano le suelta y de repente, Yuuri se siente increíblemente asqueroso.

—P-Perdón.

—¿Yuuri? —Pregunta Viktor, acercándose otra vez— ¿Puedo preguntar algo?

Yuuri traga.

—Claro.

—¿Cómo me ves?

La pregunta es pesada. Como cemento en tus manos. La respiración de Yuuri se queda corta, sus pestañas golpean sus mejillas con cada parpadeo.

—¿Perdona?

—¿Un ídolo? ¿Un entrenador? ¿Un amigo? —Viktor inclina su cabeza— sólo quiero saberlo.

—Oh... —Yuuri mira sus manos. Están un poco adoloridas por chocar contra el hielo tan fuerte, pero no es un sentimiento desconocido. Viktor le está mirando. Yuuri se fuerza a sí mismo a encontrarse con sus ojos— Viktor, tengo... tengo un respeto extremo hacia a ti.

Viktor asiente, pero no parece sorprendido.

Yuuri suelta una risa a medias.

—Yo... —traga— estaba increíblemente obsesionado contigo, cuando era pequeño. Pero, aha, estoy bastante seguro de que ya sabías eso. Como todo el mundo.

Los ojos de Viktor le atraviesan.

—¿Sigues estándolo?

¿Qué?

Yuuri le mira, y su lengua le traiciona. Abre su boca y la cierra otra vez.

Estoy completamente obsesionado contigo.

Eres la persona más talentosa que he conocido.

Eres absolutamente hermoso.

No puede decir nada de eso. Yuuri se fuerza a sentarse ahí y no decir nada. El labio superior de Viktor cambia a una sonrisa. De repente está cerca, huele muy bien.

—Dime si no te gusta esto —Viktor dice y le besa, allí mismo.

Y um, Yuuri se queda un poco, en blanco. Se olvida de todo, es una mejor manera de decirlo, pero sinceramente, Yuuri entra a un diferente plano existencial.

Los labios de Viktor son suaves y se mueven lentamente. Se abren gentilmente y presiona para cerrarlos, es caliente como lo son los besadores más experimentados.

Viktor está aquí. Besando a Yuuri. Besándole a él. ¿Su entrenador, su ídolo, su amigo? Puede. El objeto de todas sus afecciones, el único que de verdad ha tenido su corazón.

Viktor le echa para atrás, y ojos azules miran a Yuuri con el primer indicio de duda que Yuuri ha visto en ellos. Los labios de Viktor están envueltos de saliva, sólo un poco, y oh dios mío sus mejillas están visiblemente rojas.

—¿Yuuri?

Debe de verse como un idiota. Con la boca abierta, ojos muy abiertos detrás de sus gruesas gafas.

—¿Q-Q-

—Lo siento —Viktor le dice— eso fue muy poco profesional.

—Me gustas —Yuuri escupe, porque su cerebro está aparentemente apagado de vacaciones en alguna parte— Me gustas.

La cara de Viktor se ilumina como una ciudad, su boca amplia con una sonrisa preciosa, Yuuri casi entra en pánico.

—Eso es bueno. —Viktor asiente— Porque yo te adoro completamente.

Y de pronto se están besando otra vez, pero en esta ocasión Yuuri tiene la mitad de su cabeza para participar. Su historia como besador no es exactamente muy larga, pero sus instintos son suficientes como para mantenerle contra los besos implacables de Viktor. Son decididos, nada delicados, dubitativos como los de una mujer, pero eso podría ser la mejor parte.

Porque Viktor es un hombre. Fuerte, no una onza de grasa corporal, almizclada y alta. Completa y totalmente cautivador.

El cerebro de Yuuri da vueltas, tropezándose consigo mismo, ardiendo en llamas con mil y una dudas, pero son borradas por el desagüe, por la mano que se eleva y reposa contra su cuello.

La respiración contra sus labios le castiga, mientras que Viktor se aleja lo suficiente para exhalar.

—Eres precioso, Yuuri.

El mundo cae ante él. Desaparece bajo sus pies. Yuuri no quiere gemir, porque dios santo, da vergüenza, pero lo hace. Las palabras le envuelven y hacen a Yuuri tiritar, levanta una mano para doblar la camiseta de Viktor, y suavemente tira de ella, juntando sus labios otra vez.

¿Él? ¿Precioso? Viktor no tiene ni idea.

Pero Viktor sonríe contra sus labios. Hablando en el beso, murmurando cosas como hermoso, talentoso, lindo, lindo, lindo.

—Ahh —Yuuri exhala, estirando la cabeza hacia atrás lo suficiente para respirar. Es demasiado, las palabras, son demasiado— tú, tú-

—Lo descubrí —Viktor sonríe, llevando lentamente su boca para besar la mejilla de Yuuri mientras respira. Sus labios bajan, alrededor de su mandíbula. Más lejos, hacia la zona suave de debajo de su oreja.— Respondes a mis elogios increíblemente bien.

—¡Ah! —Yuuri salta, mientras Viktor chupa la curvatura de su cuello— yo-

—Pero no con cualquiera. —Viktor le lame— Ni con tu madre. Ni con tus amigos. Ni siquiera con tu amor de la infancia, sonríes, pero no —muerde la piel, tira de ella hacia atrás y Yuuri salta— no tiemblas así.

La piel de Yuuri está enrojecida, por el cuello y debajo de su camiseta.

Viktor se inclina para encontrarse con sus ojos, sonríe.

—¡Monada!

Yuuri gime, y levanta sus manos para tapar su cara. Puede oír a Viktor reírse, y es musical, como campanas de la iglesia. Laxo y suave, sus dedos envuelven sus muñecas, apartando las manos de Yuuri.

—Por favor, sal conmigo. —Viktor sonríe.

La cabeza de Yuuri se golpea contra el cabecero con un fuerte sonido, y Viktor se carcajea aún más.

—¿Eso está bien?

—No se lo diremos a nadie, si no quieres. —Viktor tira de sus muñecas, desenroscando los dedos de Yuuri hasta que están tomados de las manos. Maldita sea, es muy cálido. Muy amable. El corazón de Yuuri está palpitando muy rápido.

—¿Esto es real? —Yuuri traga.

Viktor le da esa sonrisa, esa sonrisa, y luego se están besando otra vez, ambas manos cálidas entre las otras, el dolor de su tobillo olvidado hace mucho.

Está completamente encantado, tomado una y otra vez por la traviesa lengua de Viktor. Es rápido, apresurado pero no tanto. Yuuri le olfatea, gana valor, y envuelve su mano en su pelo, tomando con deleite la forma en que Viktor gime contra sus labios. Su cabello es tan suave... no debería ser legal la manera en que sus hebras se curvan bajo sus dedos, Viktor encorvándose con ellos.

Una pierna avanza entre las suyas. Yuuri se estira hacia atrás con pánico, dándose cuenta que está medio duro.

Pero Viktor tiene sus propios planes, su cabeza sigue los movimientos de Yuuri, sólo para unir sus labios una vez más, manos suavemente tirándole hacia la cama, hasta que está más relajado y respirando normal otra vez.

Pero esa rodilla se dirige hacia su entrepierna, justo contra sus pantalones de chándal, y Yuuri no hace más que gritar.

—¡Lo siento! —Yuuri grita, moviéndose en la cama, su cara horriblemente roja— Ah, yo-

Pero Viktor lo comprende. Se inclina lo suficiente para preguntar.

—¿Está bien esto?

Por supuesto, está bien. Yuuri ha imaginado esto miles de veces, en la ducha, debajo de las sábanas, esa es la peor parte, en serio. Estos pantalones de chándal son increíblemente crueles, y la tienda que está formando no deja mucho a la imaginación.

—Por favor... déjame tenerte —Viktor le besa contra su oreja, haciendo gemir involuntariamente a Yuuri— No haré nada que no te guste, lo prometo.

Los ojos de Yuuri bajan hasta los pantalones de Viktor, oh dios santo, él también está duro. Vale, vale. No entres en pánico ¿se le está haciendo la boca agua? Me cago en la puta, Yuuri es tan asqueroso-

—Por favor —Yuuri se ahoga y Viktor vuelve a la vida.

Manos, manos, están por todas partes y en ninguna a la vez. Recorriendo sus costados, debajo de sus brazos. Viktor se abre camino entre las piernas de Yuuri, rodillas debajo de los muslos de Yuuri. Es especialmente cuidadoso con el tobillo de Yuuri, largos dedos arrastrándose por sus piernas, provocando chispas en el camino.

—Tú —Viktor exhala— me vuelves loco —levanta la camiseta de Yuuri, los músculos libres para que Viktor se los coma con los ojos. Se estira hacia abajo, para que Viktor pueda acariciar su ombligo y mordisquear sus costados.

—Ahh —Yuuri retrocede. Calor, hace calor. Sus calzoncillos están muy apretados, está muy duro.

—Me encanta verte moverte —Viktor articula por su esternón— es absolutamente cautivador.

Yuuri cierra con fuerza sus ojos, y su polla salta visiblemente contra el elástico de su chándal. Viktor se detiene y Yuuri contiene la respiración, hasta que hay una exhalación temblorosa y una risa.

—Increíble —Viktor le elogia e inclina la nariz contra su erección.

Yuuri jadea, la presión le incita, sus caderas se levantan contra su voluntad.

—¿Podrías correrte así? —Viktor pregunta, sus ojos de nuevo hacia a él, impresionado con exitación.

—Ahh —Yuuri se revuelve, su cuerpo calentándose— U-Um, yo-

Sí. La respuesta es lo suficientemente vergonzosa, sí. Maldita sea, está muy cerca.

Viktor parece que está teniendo el mejor momento de su vida. Su boca está levantada en una sonrisa, ojos azules más fríos que cualquier hielo que Yuuri ha patinado. Gira la nariz hacia la entrepierna de Yuuri, boqueando contra la fábrica, y humedeciéndola con su lengua. Sus manos se deslizan por sus muslos, separando sus piernas un poco más, desparramando a Yuuri en algo obsceno.

Todo es nuevo, ser prodigado así. Ha estado con chicas antes, una o dos, que pensaron que Yuuri era lo suficientemente talentoso como para valer su tiempo. Fue frenético, chapucero y un lío caliente.

Pero este es Viktor, quien ve todo como una especie de desafío. Viktor, quien se está tomando su tiempo, rodando su lengua contra la entrepierna de Yuuri a través de sus calzoncillos, apretando sus muslos, mirándole a los ojos. Viktor presiona fuerte; Yuuri arquea su espalda y gime. Su tobillo vibra suavemente.

Viktor titubea, se vuelve a sentar, estirando sus manos para sentir las curvas de Yuuri.

—Lo siento, Yuuri.

—¿H-Hah? —Yuuri tiembla.

—Fue culpa mía —Viktor dice— que te cayeras. Sabía que podías oírme.

Yuuri de repente se siente castigado. Bajado de las nubes.

—Oh... —Yuuri parpadea— Así que um... el e-elogio era sólo...

—No, no, no —Viktor tira de él, sentándose de rodillas, dando un último tirón hasta que el culo de Yuuri está presionando contra su entrepierna. Mierda, está tan duro como Yuuri. La voz de Viktor suena grave, más grave de lo normal— fue sincero, lo prometo. Sólo que, no debería haberte molestado mientras practicabas una rutina peligrosa.

Yuuri traga. Temblando rueda sus caderas contra la entrepierna de Viktor y logra decir.

—No pasa nada. Es mi culpa por ser raro de todas formas.

—Eres extraño, en el mejor de los casos —Viktor le dice, manos siguen moviéndose en círculos y de pronto, Yuuri es abrumado por una urgencia de tocarle. Enrollar sus manos por los músculos que tiene Viktor, y hundirse en ellos. Probablemente es la ciega excitación, pero Yuuri cogerá todo el valor que pueda conseguir.

—Compénsamelo —dice Yuuri por fin, no teniendo sentido.

—¿Hm?

—Mi tobillo —Yuuri lo mira. Lentamente, lleva sus manos hacia abajo para jugar con el dobladillo de la camiseta de Viktor, dedos apenas tocando sus caderas. Yuuri retira su mano, la camiseta alrededor de sus muñecas y tira de ellas hacia arriba.

Los ojos de Viktor parpadean traviesos, el pelo cayendo en su cara. Levanta sus brazos, tirando de la camiseta antes de caer encima de él una vez más y besar a Yuuri como si hubiese nacido para eso.

Yuuri gime alrededor de su lengua, hunde su pie bueno en la cama y lo utiliza como palanca, rodando sus caderas contra las de Viktor. La fricción es eufórica, en serio. Agua en el desierto.

Sus labios se mueven más rápido, hacia adelante y hacia atrás, una presión tan grande que hace sentirse sucio y bueno a la vez. La lengua contra la suya hace que la barriga de Yuuri se doble. Hace que el calor se asiente en su ombligo, y su polla se contrae contra las caderas de Viktor.

Lo que realmente se está convirtiendo en un problema. Yuuri quiere ver, quiere sentir lo duro que está Viktor. Lentamente, lleva su mano para restregarla contra la entrepierna de Viktor, evaluándolo y maravillándose cuando el bulto continúa creciendo.

—Ah —Viktor respira, caderas rodando en sus manos. Yuuri presiona más fuerte y Viktor canturrea contra sus labios.

—Fuera, por favor —Yuuri traga. Su voz es rugosa por la lengua que estaba en su garganta.

Viktor ríe.

—Tú primero —Y un impresionante coordinado movimiento, coge a Yuuri por los muslos forzando sus rodillas contra su pecho y sacando su chándal de un solo tirón. Yuuri grita, viendo como sus calzoncillos caen al suelo también. El movimiento golpeo su tobillo, Yuuri se muerte la lengua con dolor, en lo que Viktor susurra "lo siento, lo siento, lo siento".

Y la realidad pega con fuerza, con la repentina brisa fresca que recorre su piel expuesta del ventilador de arriba. Su camiseta sigue subida hasta la clavícula, pero su polla está vergonzosamente llena, sonrojada y sacudiéndose contra sus caderas.

Viktor le está mirando, manos rodando perezosamente en círculos por sus muslos.

—Ah —Yuuri se ruboriza y baja una mano para cubrir su entrepierna— No mires.

Viktor carcajea y aparta su mano.

—¿Por qué no?

—¿No crees que es raro?

—En lo más mínimo —Viktor dice y se inclina hacia abajo para apretar su culo haciendo a Yuuri lamentarse patéticamente.

—Por favor —Yuuri exhala— Por favor.

Y algo en Viktor cambia, pupilas amplias, ojos volviéndose terriblemente negros. Le escanean, mirando a Yuuri avergonzarse y rogar mientras su polla palpita lentamente.

Viktor se baja la cremallera con un solo movimiento, empujando sus pantalones debajo de su culo, gateando con sus rodillas y juntando sus caderas como si estuvieran hechas para encajar.

ahhh, la fricción es brutal. Yuuri hace un ruido bajo en su garganta, los ojos cerrados, la cabeza colgando hacia atrás mientras Viktor mueve sus cuerpos, una vez, dos, tan tan bien.

Yuuri se fuerza a abrir los ojos, mira hacia Viktor y echa un vistazo a través de la V que se extiende por sus caderas. Le ha visto desnudo antes; Dios, Yuuri no lo ha olvidado. La imagen fue consumida por la mente de Yuuri, marcada allí para siempre.

—No recibí una respuesta —Viktor exhala. Su cara parece tensionada, como si estuviese conteniéndose.

—¿P-Para ahhn, para qué?

—Si saldrías conmigo.

Su voz es áspera y oscura. Se mete en los hombros de Yuuri y mueve sus caderas, pollas escurriéndose juntas, completamente perfectas. Cada vaivén le roba el aliento. Cada movimiento hace que Yuri arquee la espalda y sus muslos ardes, llevándole cerca.

—Sí, sí —Yuuri respira— Sí, por favor. Ah, más fuerte-

Viktor empuja más fuerte, las puntas se alinean perfectamente, ambos expirando gemidos temblorosos.

Viktor habla contra su garganta.

—Me encantaría follarte, Yuuri —el brazo apoyado por la cabeza de Yuuri se sacude— he pensado en ello muchas veces-

—Joder —Yuuri maldice— por favor, por favor-

—No puedo —Viktor traga— ni siquiera duraría un minuto. Eres muy sexy Yuuri.

¡Ahhh! —Yuuri se arquea, su cuerpo ruborizándose estúpidamente caliente. Su polla saltando contra la de Viktor, sus huevos aumentan, está cerca, está cerca, está cerca.

Viktor es malo, murmurando contra su oreja. Respirando húmedo y pesadamente, sólo para dar a Yuuri escalofríos.

—Mira lo que me has hecho.

Yuuri lo hace, la polla de Viktor está gruesa, goteando también, cayendo contra la de Yuri y dios, parece lascivo.

—¡Estoy cerca! —Yuuri espeta, arqueándose, levantándose.

Viktor se inclina para besarle, robándole su lengua, su saliva, su alma, su corazón, suplicándole.

—Por favor, Yuuri. Entrégate a mí.

Y lo hace, en un lavado de luz y calor. Su barriga hace el giro final, siente un hormigueo en los dedos de los pies, párpados revoloteando mientras su boca se abre en un gemido sin palabras. Su polla le levanta hacia su estómago, corriéndose duro y rápido, haciendo un verdadero desastre.

—Viktor, Viktor —Yuuri jadea. Pasa una mano alrededor de su hombro, debajo de su pecho— Viktor-

Y se corre, con un último empujón contra sus caderas, su cuerpo volviéndose rígido y pesado, murmurando palabras que Yuri no entiende.

Es hermoso. Una vista que Yuuri nunca pensó que vería.

Lentamente, se tranquilizan.

El pecho de Yuuri es un desastre pegajoso. Está ruborizado, por todo su cuello y alrededor de sus muslos. Viktor, en su estado deshuesado, aún tiene la educación de rodar para alcanzar la mesilla de noche y limpiar a Yuuri con un puñado de pañuelos.

Están echados a un lado, antes de que Viktor ruede junto a él y exhale fuertemente en las almohadas.

Yuuri todavía sigue sorprendido en silencio. Está mirando los azulejos del techo, con ojos abierto y respirando con dificultad. Nunca se ha corrido tan fuerte en su vida. Las endorfinas son muy buenas, su tobillo casi ni duele.

Viktor gira su cabeza hacia un lado, con los ojos en la mejilla de Yuuri. Lentamente pregunta.

—¿Estás bien?

Y Yuuri sólo... se parte de risa.

Porque en serio ¿Eso fue real? ¿Eso pasó de verdad?

Comienza con una risita. Luego dos, luego tres, hasta que Yuuri está sofocando su risa en su mano, sus costados le duelen, su cuerpo medio desnudo se retuerce entre las sábanas.

La cara que pone Viktor hace que Yuuri se ría más fuerte. Parece sorprendido, el pelo despeinado por las manos de Yuuri, ojos pasmados por el orgasmo. Pero mientras Yuuri se ríe, Viktor se acerca más, con los brazos envolviendo los lados de Yuuri, acariciándole el cuello.

—¿Qué? ¿Qué pasa?

—Nada —Yuuri consigue decir— esto es un sueño ¿verdad?

—No lo sé —Viktor arrulla, rodando encima de él, cosquilleando la cara de Yuuri con su nariz— ¿Lo es?

Yuuri se ríe muy fuerte, resopla. Se cubre la boca con su mano y Viktor se estira hacia atrás para encontrarse con sus ojos. El mayor sonríe, verdaderamente feliz.

—Tu risa es adorable.

Yuuri siente su cara sonrojarse. Mira al suelo, donde sus pantalones están enrollados en una bola, pero Viktor exige su contacto visual, presionándolo cerca, besándolo una vez, dos, hasta que toda la tensión en los hombros de Yuuri haya caído al colchón y al suelo.
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—¡Maravilloso! —Viktor elogia con manos apretadas detrás de su espalda— más arriba, Yuuri.

Va más arriba.

—Más ligero.

Se vuelve más ligero.

—¡Pon tu corazón en ello, Yuuri!

Así que Yuuri lo hace, patina moliendo el hielo, su cuerpo moviéndose fluidamente y sin esfuerzo, alimentado por cada demanda que Viktor da. Yuuri tiene la atención de toda la pista de hielo, todos le miran mientras él da volteretas en el aire, se mueve, enrolla sus dedos y se inclina hacia atrás, probando cada onza de flexibilidad que tiene.

Se está volviendo fuerte. Yuuri lo siente, cada día.

—Absolutamente impresionante —Viktor le dice mientras Yuuri completa su rutina con un hálito irregular. El cumplido calienta sus músculos y le hace sonreír.

—Gracias, entrenador —Yuuri se burla.

La mirada en los ojos de Viktor es depredadora. Da un asentimiento, señalando a Yuuri para que patine por donde está. La sala sigue observándole, así que Viktor se prepara para un toque amistoso en el hombre, antes de deslizar su mano por el brazo de Yuuri en un movimiento lo suficientemente fluido como para dar a Yuuri escalofríos.

—¿Me dejarías comprarte la cena esta noche? —Viktor pregunta con un tono oscuro por debajo.

Pero Yuuri coquetea, girando sobre sus talones, cortando el hielo.

—Depende de adonde vayamos.

Notas finales:

Espero que os haya gustado :)


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