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Talentos por dou-san

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Notas del capitulo:

Un viktor y yuuri espero les guste.


Fyodor significa en ruso, regalo de dios. 

“yo creo hay dos tipos de talento, el primero es con el que se nace.
Ese talento que se lleva en l sangre y sin importa si es muy joven o muy viejo, apenas es capaz de tomar un lápiz entre sus manos, apenas es capaz de sentir el frio por primera vez, el talento sale a flote, haciendo que los demás se deslumbres con tanta genialidad, con tanto deslumbre innato.”

 

 

 

Respiro profundo antes de tomar el suficiente impulso y saltar.

-          ¡ay! – chillo un poco cuando su costado dio de bruces contra el hielo.

Con la respiración ya agitada de tanto patinar se dejó recostado un poco en el hielo, agradeciendo que en ese momento no hubiera nadie que pudiera ver tan vergonzoso estado al pequeño Fyodor Nikiforov, hijo del reconocido patinador y luego entrenador ruso Viktor Nikiforov.

-          ¡oye! ¡enano es hora de irnos! – grito su entrenador que se acercaba tomándolo del cuello de la camiseta para levantarlo de forma brusca.- ¡no te acuestes en el hielo! ¡¿eres idiota acaso?!

-          ¡está bien! ¡entiendo Yurio-niichan! ¡puedo caminar solo! - el rubio lo miro molesto mientras lo empujaba a la salida.

Fyo-chan, como frecuentemente lo llamaba su padre, suspiro otra vez, exasperando más a Plisetsky, quien si bien sabía que la familia de su antiguo rival estaba sufriendo una crisis debido a las hormonas adolescentes del que sería su discípulo.

 Aunque el molesto chiquillo tuviera 12 años.

Terminando de guardar el equipo, ambos se subieron al auto que conducía ya el adulto de 29 años, aunque cada vez que llegaba a la casa de la familia Nikiforov, la pareja lo tratara aun como un niño.

-          Oye… niichan – Yurio suspiro mientras conducía por las conocidas calles de Detroit, mirando al niño de pelo negro y ojos azules.- si te lo pidiera… ¿me dejarías quedar en tu casa? – le miro con unos ojos que mostraban una expresividad increíble. No es como si fuera un libro abierto como su papá, pero al mirarlo podía notar la lucha interna por la que pasaba.

-          No

-          ¡¿-pe-pero porque?!

-          No me metas en tus problemas niño –respondió tras un gruñido sin dejar de mirar el camino, aunque ganas no le faltaban de detener el auto y golpear al mocoso – si tus problemas con el katsudon no se han solucionado entonces no me involucres.

Katsudon… así era como Yurio llamaba a su otro padre.

A Yuuri.

Katsuki Yuuri.

Frunció el ceño y se cruzó de brazos en una rabieta, recordando el motivo de que estuviera tan tenso y enojado con el mundo.

Fue después de su primer día de clases, en una nueva escuela cuando jugaba en el hielo con otros compañeros, nunca tuvo problemas en adaptarse, supuso que era porque desde que nació viajan mucho por la carrera de su padre, así que como en otras ocasiones sociabilizar no se le dio problemas, así como tampoco era no resaltar con esa apariencia equilibrada entre ruso y japonés que le dieron sus padres. No quería lucirse pero era inevitable disfrutar cuando estaba en el hielo, empezó a dar saltos y piruetas dejando impresionados a sus amigos que aunque notaron su manejo en el patinaje, nunca creyeron verlo en vivo en directo. Sin embargo en esa ocasión que había intentado realizar un loop triple, no funciono y cayó al hielo, causando risas. Pero no fueron las risas la que causaron su malestar, sino que cuando ya estaban sus amigos y el con Yurio, los niños se atrevieron a preguntar.

-          Oiga, profesor – llamo uno de los niñas al mayor.

-          ¿Qué quieres? – respondió de malos modos, pero los estudiantes acostumbrados al mal humor del ruso no le tomaron en cuenta.

-          ¿conoce a los padres de Fyodor? ¿verdad?

-          ¿Qué con eso? – ante tal respuesta muchos niños y niñas se mostraron entusiasmados y miraron a Fyo con ojos brillantes.

-          Entonces… ¡eso quiere decir que ambos son muy buenos en el hielo!

-          ¿se conocieron en una competencia?

Cada pregunta era más molesta que la anterior, al menos de parte de las niñas, y el solo pudo parpadear un poco sorprendido de sí mismo, la verdad nunca le había preguntado a sus padres como se conocieron por lo que no sabría cómo responder. Entonces miro a Yurio.

-          Viktor Nikiforov –dijo el ruso ante las miradas de los niños y su discípulo – un patinador que brillo en la pista desde que puso un pie en ella, un genio en la ejecución de la técnica y en la coreografía. – menciono sonriendo de lado, pero Fyo pudo notar como la mirada de su mentor se perdía como si recordara algo muy, muy lejano.- Ahora es uno de los reconocidos entrenadores que ha llevado a varios hasta la medalla de oro no solo en el Grand Prix, sino en competencias tanto nacionales como en la copa europea.

Los ojos de los niños brillaban emocionado y admirados, Fyo no pudo más que inflar su pecho con orgullo ante las descripciones de Plisetsky. Y aunque él ya sabía que su padre era reconocido escuchar que otra persona lo dijera a sus amigos, nuevos amigos, le hacía sentir que era algo más grande que su admiración como hijo.

-          Que hay de otro padre de Fyo – esa frase lo trajo de vuelta a la realidad. Y miro a Yurio de nueva cuenta esperando una respuesta. – era tan bueno como el señor Nikiforov ¿verdad?

Por supuesto que sí.

Ambos eran grandes patinadores.

-          Pff…

O quizás se equivocó.

-          Pff… ¡ajajajajaja! – la exagerada y falsa risa que lanzo Plisetsky en ese momento lo hiso fruncir el ceño enojado y confuso.- ese tazón de cerdo, ese inútil lo conocí hace más de catorce años, después de que quedó último lugar en el Grand Prix antes de mi debut como senior.

¿Qué? Su padre había perdido… ¿en un Grand Prix?

-          ¿Pe-perdió? – pregunto una de las niñas, y la verdad no pudo más que agradecer en silencio por que él estaba… sin habla.

-          Si, era un inútil llorón, estuvo a punto de desertar en esa época y nadie lo culpaba por que el idiota no tenía talento.

No tenía talento…

Entonces… ¿Cómo se conocieron sus padres? ¿Cómo alguien tan deslumbrante como Viktor pudo fijarse en alguien tan penoso como Yuuri?

Luego de ese momento tan incómodo el mismo humor de Plisetsky, tras un regaño y un grito mando a los niños a realizar sus ejercicios diarios y empezar a coordinar con Fyo su rutina para el próximo nacional.

Pero la mente de Fyo no se encontraba con su entrenador, ni en la pista, ni en el hielo. Se encontraba intentando llenar un vacío en su memoria y una decepción en el corazón.

Yuuri, su padre… sin talento.

Ese día llegando a casa, corro a encerrase a su habitación, encendió la computadora y busco.

Yuuri Katsuki fracasa en Grand Prix final

Presiono buscar y miles de noticias, críticas y videos referentes al tema salieron a colación.

Pasaron los minutos y mientras revisaba las noticias y publicaciones lo llevaban a otras del inicio de su carrera como patinador.

Vio desde el inicio de su carrera hasta ese fatal descenso en el Grand Prix.

Respiraba con dificultad, enojado.

¿Por qué tenían que mentirle?

¿Por qué Viktor le contaría maravillas de su padre si al buscar se le mostraba todo lo contrario?

¿Era por eso?

¿Era por poseer más genes de Yuuri que no podía mostrar todo su talento en el hielo?

Si su padre era una persona sin talento… ¿eso también lo hacía no poseer talento alguno para el hielo?

Tocaron a la puerta.

-          Fyo-chan, hijo ¿estás bien? – escucho la voz preocupada de padre al otro lado de la puerta, y no pudo sin más que responder enojado.

-          ¡vete!

-          ¿Fyo? – Yuuri abrió la puerta encontrando a su hijo encorvad en la computadora; tenso, reteniendo el enojo- ¡dios! Hijo ¿estas…? –quiso tocarle el hombro y hacer que lo mirara, pero apenas logro rosarlo cuando el mismo se ocupó de golpear su mano en rechazo.

-          ¡no me toques! – Yuuri se preocupó, en que momento su tierno hijo se enojó con él para reaccionar de esa manera tan… hiriente.

Yuuri suspiro, pensando que lo mejor era que su hijo enfriara la cabeza antes de hablar con él al respecto de su tan extraño comportamiento.

-          Si quieres hablar… estaré en la cocina – y apenas cerró la puerta Fyo tiro las cosas al piso, sacudiendo sus cabellos oscuros, lamentando haber sacado genes de lo que creyó un buen patinador cuando en realidad era una mentira, un fracaso que no sabe cómo siquiera pudo estar seleccionado para el Grand Prix en algún momento con tan desastrosa rutina.

Se sentó en la cama intentando calmarse, sin pensar que si se pudiera parecer más a su padre Viktor las cosas serían diferentes. O si su padre no fuera Yuuri… las cosas serían mejor.

Aun con la adrenalina del enojo, tomo entre sus manos una Tableta con la información de la patética rutina en el Grand Prix, bajo hasta la cocina, donde du padre estaba preparando la comida favorita de Viktor.

Hoy llegaba tras un viaje.

Yuuri al verlo le sonrió.

-          ¿estás de mejor humor?

-          ¿Qué es esto? – mostro la pantalla de la tableta con su desastrosa rutina.

-          Oh – dijo Yuuri luego de acercarse mejor y apreciar la noticia- eso fue hace muchos años… era muy malo en ese entonces – sonrió sin prestar mayor atención cosas del pasado, pero esa sonrisa solo logro enfadar más a Fyo.

-          ¡¿en ese entonces?! – Fyo grito, apoyando con demasiada fuerza la tableta en la mesa americana junto a él, sin pensar si la rompía o no. No le importaba, solo miraba a su padre.

-          ¿Fyo?

-          ¡¿no querrás decir aun ahora?!

-          ¿he? – Yuuri estaba sin habla, y totalmente pasmado por el comportamiento inusual de Fyo.

-          Es toda tu culpa. –murmuro bajito, ocultando sus ojos debajo de su flequillo, apretando los puños totalmente tenso.

-          Fyo por favor…

-          ¡es tu culpa! – le grito avanzando unos pasos hasta quedar mirando a escasos centímetro a un nervioso Yuuri.- ¡por tu falta de talento yo no puedo ser como papa! ¡ni siquiera sé cómo él se pudo fijar en alguien como tú! ¡patético y llorón sin talento! ¡te odio!  ¡ojala no fueras mi papa!

Yuuri se quedó unos segundos en silencio mirando incrédulo como los ojos de su hijo destellaban odio contra él. Las lágrimas empezaron a caer por si solas.

Un dejo de culpa se instauro en el pecho del menor, pero sin dejar de mirar con enojo a su papá.

-          Fy… Fyo… -llamo en un sollozo, cubriéndose la boca con la mano.

-          ¿Yuuri? – una voz conocida los hiso voltear, topándose con Viktor Nikiforov que lucía altamente sorprendido de encontrar a su hijo con cara de pocos amigos y a su querido Yuuri de esa forma.

-          Vic… Viktor… - el sollozo que vino después fue suficiente para apartar a Fyo y tomar a Yuuri por los hombros. El nipones solo presiono más su mano contra su boca y la otra se aferraba desesperadamente al traje de su marido.

-          ¿Yuuri? ¿Qué ha pasado? ¿Fyo? – miro a su hijo que le devolvió una mirada apenada y sin más salió corriendo, escuchando como subía los escalones y cerraba de un portazo. Instintivamente apretó a Yuuri contra él. Sintiéndolo sollozar a la vez que correspondía su abrazo, sin tomar en cuenta que hace mucho la comida estaba apagada, al igual que el brillo en los ojos de su amado.

 

Yurio resoplo, estacionando el auto a las afueras de la residencia Nikiforov, las cosas habían estado tensas quizás pro un par de semanas, de hecho ya estaban cerca de las vacaciones de invierno, pero él no pensaba inmiscuirse en temas de familia ajena.

Se desabrocho el cinturón dispuesto a bajar, pero al ver que Fyo no se movió gruño.

-          Maldito mocoso – dijo entre dientes para abalanzarse al menor y desabrocharle el cinturón.

-          ¡Wah! ¡no! ¡no quiero bajar!

-          ¡pues lo siento mocoso! ¡es mi auto! ¡yo decido quien se queda y quien se baja!- lo empujo fuera para luego cerrar de un portazo.

 

 

Yuuri se levantó con un leve quejido de dolor al sentir las caderas adoloridas y algo entumecido, sin duda Viktor se ponía insaciable siempre que volvía de algún viaje. Aunque en algunos viajes tanto Yuuri como Fyo acompañaban a Viktor, todo dependía de la temporada en la que algún joven fuese discípulo de Nikiforov.

Dejo que el agua relajara su cuerpo al hundirse un poco en ella, disfrutando de cómo algunos chupetones o mordidas se tornaban rojizos en su tersa piel. Se lamio el labio superior de forma sugerente de dolo recordar como Viktor se comportara en la cama tan solo un par de horas a atrás.

Disfrutaba de Viktor en todo lo que al respecta, los momentos cálidos, los felices, los tristes, y los candentes naturalmente. Se sonrojo al notar como se excitaba de nueva cuenta al rememorar al albino encima suyo mientras lo poseía con pasión y desenfreno.

Suspiro enamorado como solo él lo podía estar de la leyenda viviente del patinaje.

Se vistió con algo sencillo, un pantalón de algodón y una camiseta de mangas largas que ayudaba a esconder algunos chupetones en su cuerpo. Beso la cabeza de Viktor, causando que una pequeña risita saliera al ver como inmediatamente este se removía un poco con el gesto.

Viktor siempre tendría un complejo con el remolino de su cabello.

Bajo al primer piso, un poco desganado al notar como ya estando cerca de las vacaciones de su hijo no podría disfrutarlo como le gustaría con su actitud cada vez más irritable.

Pero era su hijo.

Su pedacito de vida.

Su “regalo de dios”  así que mientras pudiera intentaría comprenderlo.

 Aun recordaba cuando le dijeron que no sería “padre de forma tradicional”, porque sería él quien lo llevaría en el vientre. A pesar de una intensa combinación de sentimientos, felicidad, miedo y angustia nunca le falto el apoyo de su en ese entonces pareja y ahora marido, además, claro, el de su familia y amigos.

Las más entusiasmadas fueron las hijas del matrimonio Nishigori. Que guardaron una gran cantidad de “fotos” y “videos” que rememoran el momento.

-          Viktor –llamo quedito esa vez que ambos miraban como las trillizas jugaban en el patio con sus padres,

-          Yuuri –respondió con una sonrisa, llevando la mano que tenía el anillo nupcial para besarle los nudillos. Gesto que logro sonrojar al japonés. Y le encanta mirar como ahora, con todas las leyes que él podía conocer ese apuesto y sorprendente hombre dejo de impresionar al mundo para solo dedicarse a sorprenderlo a él. ¡pero no era momento de sus posesivos pensamientos!

-          Debo decirte algo.- Viktor rio y le abrazo de la espalda, apoyando su cabeza en la curvatura de su cuello, reposando las manos en el aun plano vientre de katsuki.

-          Dime mi katsudon- bromeo besando su cuello ante un avergonzado Yuuri.

-          Nosotros… bueno, yo… serás padre Viktor.

Contrario a lo que pudo pensar, Viktor se separó de golpe y lo arrastro a un lugar más “privado” en donde toma a Yuuri de los hombros y lo miro con seriedad.

-          ¿Quién te conto algo así?

-          ¿he? – solo puso mirar atónito como Viktor se sostenía el flequillo con una mano, clara señal de su frustración y Katsuki completamente confundido le tomo la otra mano.

-          Sabía que los de la prensa no habían quedados satisfechos con la conferencia, ¿peor inventar algo así? – pregunto más para sí mismo que para el hombre frente a él, quien no pudo más que mostrar confusión en su mirada- dímelo.

-          ¿Qué?

-          ¡dime quien te conto algo así y lo desmentiré! ¡tú eres el único para mi Yuuri! – y katsuki sonrió enternecido, porque con aquellas palabras se sabía Viktor solo suyo y que a veces el marido podía ser muy inocente.

-          Viktor –lo llamo con una sonrisa.

-          Yuuri.

-          Yo soy quien está esperando un hijo tuyo.

Su expresión fue para el recuerdo.

Primero totalmente sorprendido llevo sus manos a las mejillas mientras abría la boca de la impresión, luego gesticulaba con las manos mientras Yuuri sonreía quedito para finalmente.

-          ¡Yuuri!- grito emocionado cogiéndole ambas manos y lo miraba con ojos relucientes- ¡seremos padres Yuuri! ¡me darás un hijo! – sonrojado katsuki asintió.

-          ¡ahhh! ¡¿Viktor?! – lo tomo en brazos dando vueltas en su mismo eje mientras le daba esa mirada llena de cariño que solo el japonés podía sacar.

-          ¡seres padres Yuuri! – repetía mientras, aun en brazos, besaba el rostro de Yuuri.- ¡me harás padre! – la risa cristalina de su esposo lo hiso sonreír aún más si era posible. Hasta que un flash los hiso mirar.

La familia de su esposo y los Nishigori miraban enternecidos a la pajera.

-          ¡oh Yuuri! – gritaron emocionabas Yuko y Minako sensei, secándose las lágrimas mutuamente. Mari neechan sonreía de lado pagando el cigarrillo, obvio el futuro bebe primero. Los padres de Yuuri sonrientes con los ojos brillantes en vista de un nieto, al fin uno de sus hijos les daba nietos a quienes consentir, y las trillizas.

-          ¡Jajaja! ¡esta todo grabado!

-          ¡Yuuri se pondrá panzón otra vez!

-          Pero esta vez será por un bebe

-          ¡Axel, Lutz, Loop! – llamo un padre sonriente mientras les acariciaba la cabeza a sus hijas como falso regaño.

Yuuri solo sonreír a Viktor que aun alegre junto sus frentes.

-          Te amo Yuuri.

Un suspiro escapo de sus labios.  

 

 

-          Te amo Viktor-  dijo con los ojos cerrados al terminar el recuerdo, dejando salir después una pequeña risita.

 

Aun envuelto en el pasado, se dedicó a ordenar la mesa para servir la comida, y con un cubierto de más puesto que había invitado a Yurio a la cena, aunque aún lamentaba en su interior que el pandillero de Plisetsky ahora fuera más alto que él.

Malditos genes rusos.

Se preguntó cuan alto serio su pequeño Fyo al llegar a la madures.

Se lo imagino tan alto o quizás más que Viktor, con ese carisma y atractivo que solo un Nikiforov podía desprender.

La imagen de la primera vez que pudo sostener a sus bebe entre sus brazos  llego tan rápido como un suspiro.

Tan pequeñito y tan frágil que en un momento el miedo le embargo al creer que no podría cuidarlo como deberías, pero aun así como en su carrera por el patinaje no se rindió  y menos aún con Viktor a su lado, puesto que así como Yuuri sacaba lo mejor de Viktor, el ruso lo hacía con él.

Sus rutinas, las de ambos cambiaron, y sin bien en el patinaje artístico se jubila a edad temprana no quiere decir que no tuviera la oportunidad de seguir en el rubro aun después de dejarlo. Pero aun así no quiso hacerlo, en cierto modo sentía que ya había hecho historia a su modo, sobre la pista de hielo. Dejo una marca que sería recordada por mucho tiempo al igual que Viktor con su impecable trayectoria.

Fyodor había estado creciendo asno y alegre con una familia que lo quería. Era un niño tan inocente y apegado a Yuuri, más de una vez discutía con Víctor al competir por el cariño de Yuuri, pero ahora…

Jamás fue una especie de sucio secreto su atroz desempeño en esa oportunidad que llego al Grand Prix, pero jamás pensó que su hijo lo tomaría de esa manera.

Yuuri pensaba que todo esa desmotivación, esos errores y esas tristezas fueron necesarias para hacerlo madurar como patinador, para poder mostrar su verdadero potencial, y con Viktor a su lado… siempre pudo salir adelante, por lo que ese pasado al igual como aprendió con Viktor al patinar contra Minami en las nacionales de Japón, toda mala experiencia deja una enseñanza y no por eso debe avergonzarse de haberla vivido.

Esa derrota inminente en el Grand Prix y luego en los torneos posteriores solo lo preparaba para algo más grande junto a Viktor como entrenador, y aunque fueron momentos dolorosos también fueron momentos donde aprendió más de lo que puso aprender en años de patinaje.

 

Inesperadamente lo abrazan por la espalda, haciendo que saltara levemente por el susto.

-          ¡ah! ¡Viktor! ¡me asustaste!

-          Jejeje lo siento- le beso la oreja haciéndolo estremecer- en que tanto pensabas mi katsudon.

-          En que nos estamos poniendo viejos –dijo con una risilla.

-          No creo que el avance de nuestra edad te haga sentir triste – apoyo el mentón en el hombro de Yuri que con una sonrisa que no llegaba a sus ojos suspiro. – sé que estas triste… yo también lo estoy – Yuuri no menciono una palabra, no era necesario cuando Viktor lo conocía tan bien.

-          No… no deberías estarlo, es decir… - Viktor no lo dejo terminar al voltearlo para besarlo, fue cuando Yuuri noto que solo estaba con un pantalón de algodón y el torso descubierto, inconscientemente hiso un puchero, aun cuando estaban cerca de las vacaciones de invierno, Viktor siempre sentiría calor.

-          Se la razón… y aunque no esté enojado con migo, si lo está contigo – le acaricio la cara con la punto de sus dedos.- y eso es razón sufriente para que yo este triste también.

-          Es… nuestro hijo, pero está enojado solo con migo.

-          Pero aun, precisamente porque es contigo que está enojado que me siento triste. – Viktor apoyo la cabeza en el hombro de Yuuri mientras le apresaba la cintura. Katsuki le beso el cabello y empezó a acariciar su espalda.

-          Solo quiero… que las cosas se arreglen.

-          Y lo harán – le beso los labios con suavidad, un ligero roce para luego besarlos un poco más, sosteniendo con más firmeza la cintura de Yuuri para pegarlo lo más posible a su cuerpo.

No hay nada más tentador para Viktor que katsuki Yuuri.

-          Humm, oh… Viktor-  mierda, si hay algo más tentador; un katsuki Yuuri cooperativo.

Yuuri le paso la lengua por el labio superior disfrutando del estremecimiento que invadió a su marido.

-          ¿Qué pasa vicchan? – llamo de forma burlona mientras le abraza por el cuello.

-          Eso es hacer trampa – sonrió de vuelta dejándose envolver pro el beso que Yuuri demandaba- te amo.

-          Y yo a ti – se quedaron mirando con las frentes juntas, perdidos en los ojos del otro, pero un carraspeo los trajo de vuelta a la realidad.

Voltearon encontrándose con Yurio apuntando a un malhumorado Fyo quien fue el causante del carraspeo.

-          Tch, lo último que espero es encontrármelos de esta forma – dijo cruzado de brazos- perdí el apetito.

-          E-espera Fyo-chan – Yuuri se separó de Viktor tomando la mano de su hijo.

-          Mierda ¡suéltame! – dijo soltándose de forma tan brusca que Yuuri dio unos pasos hacia atrás- no quiero estar cerca de ti ¡no quiero que me toques!

-          P-pero… hijo… - las lágrimas se aglomeraron en los ojos de Yuuri-  hijo, escúchame yo no…

-          ¡no me digas hijo! – cerro los ojos tan fuerte que la cabeza llego a dolerle - ¡no te quiero cerca! ¡siento vergüenza de alguien como tú! ¡sin talento y llorón! ¡causándonos problemas a mí y a mi padre con tu presencia! ¡deberías irte! ¡TODO SERIA MUCHO MEJOR SI NO FUERAS MI PADRE!

Una sonora bofetada resonó en la estancia alarmando a Yuuri, Viktor… su Viktor había abofeteado a su hijo.

Viktor siempre escucho cosas de Yuuri, cosas desagradables y banales, incluso antes de tomar tal dedición de convertirse en su entrenador y hacerlo ganar el oro en el Grand Prix.

Esa vez que coincidieron en las salidas después de finalizar el evento, y noto como Yuuri lo miraba.

Quizás en ese tiempo no reconociera lo que trasmitían sus ojos, pero ahora sí.

En ese momento en Yuuri veía anhelo.

No ese tipo de anhelo como el que tenían algunos de sus compañeros de patinaje, ese anhelo de ser más que Viktor, de superarlo y lograr humillar; el de mirar desde la distancia, no.

Yuuri

Su Yuuri anhelaba patinar a su lado, como un igual.

Y era por ello que no dejaría que alguien hiciera sentir humillado a Yuuri por que el no pedía nada más que reconocimiento por su esfuerzo, no ser más de lo que el estaba dispuesto a dar.

Y menos permitiría que su propio hijo, quien Yuuri había dado su tiempo y su vida esos 12 años, lo tratara así.

-          ¿P-padre?

-          No tengas el descaro de llamarme así, porque si lo rechazas a él, me rechazas a mí.- cerro las manos en puños, sintiendo como le temblaban al querer mantener un temple tranquilo a pesar de su enojo para con su propio hijo- Pensé que eras un niño feliz a nuestro lado, que valoraba lo que le hemos entregado, y estoy seguro que ni Yuuri ni yo te entregamos esa educación para hablar de esa manera.

-          V-Viktor no… - sollozo katsuki.

-          Pídele disculpas a tu padre.

Fyo negó con la cabeza y los ojos brillantes por las lágrimas acumuladas, y sin más salió corriendo a la habitación, dejando que se escuchara un portazo por sobre la agitada respiración de Yuuri buscando detener los sollozos.

Yurio miraba totalmente pasmado la escena, él sabía que las cosas en la familia estaban mal, pero jamás pensó que hasta ese punto.

Mierda ¿Qué se supone que debe hacer ahora?

Miraba de Viktor a Yuuri, que ambos seguían en su mismo lugar. Viktor mirando sin ver la dirección en donde se fue Fyo, con un semblante tan serio que daba escalofríos. Y el cerdo se secaba el rastro de lágrimas con la manga de su camiseta. Se las secaba con demasiada rudeza en opinión de Yurio.

Suspiro.

-          Mierda, katsudon –tanto Yuuri como Viktor lo miraron- ni siquiera pienses en lo que dijo – se acercó a la mesa y se sentó con brusquedad, cruzando sus brazos y gruñendo como habitualmente lo hacía en presencia de lo Nikiforov – estoy seguro que no es lo que realmente piensa.

Viktor sonrió agradecido con Yurio y le desordeno los cabellos, haciéndolo gruñir.

Katsuki  se sentó junto a Yurio, tocándole el brazo en un gesto agradecido, haciendo sonrojar al ruso menor.

Viktor suspiro.

-          Yurio – el nombrado gruño por el apodo – cuida a Yuuri, iré a hablar con Fyo.

-          Viktor –llamo Yuuri mirándolo con ojos suplicantes, el alvino sabía lo que esa mirada significaba. No quería que pelearan de nuevo y menos ver a su hijo con otro golpe.

-          Descuida mi katsudon, solo hablaremos no te preocupes – lo beso en los labios pasando por sobre Yurio.

-          Mierda quieren parar, porque si es así, a mi será a quien se le vaya el apetito esta vez. Viejos pervertidos.

-          Awww, Yurio esta celoso.- dijo Viktor.

-          ¡vete de una vez viejo! –grito con cuchara en mano, amenazándolo con la mirada pero sin moverse del todo, Yuuri aún tenía la mano posada en su brazo.

Viktor se retiró riendo como niño.

-          Estúpido –murmuro mientras volvía a dejar los cubiertos donde correspondían, escuchando la leve risa del japonés.

A Yurio le agradaban esos momentos donde se sentía en “familia” porque a pesar de que hubiera rivalidad entre él y katsuki, o esperaba superar a Viktor no pudo evitar caer, caer en esa atmosfera que ambos desprendían, y querer volverse cercano a ellos, querer dejarse envolver por esa calidez.

Y quizás si no hubiera sido por un hecho puntual seguiría anhelando esa calidez a la distancia.

Esa vez que gano a Yuuri la medalla de bronce en la competencia de Rusia con el baile de “ágape” en el programa corto y con la rutina de allegro appasionato.

Aunque gano, incluso si era un segundo lugar

Aunque obtuvo la plata.

Yuri Plisetsky no se sentía satisfecho, no se sentía pleno.

¿De qué mierda sirvió hacer todo ese ballet si no iba a sentirse orgulloso al final?

¿De qué mierda sirvió pasar más allá de su límite, si no se sentía como un ganador?

Totalmente frustrado, patinaba con furia, patinaba con rapidez y exactitud, descargando toda su tención contra el hielo.

Y fue en uno de sus arranques, que al intentar hacer un flip cuádruple, cayo demasiado brusco y no recuerda como, pero solo sentía dolor en la cabeza, quedando recostado en el hielo y aun perdido en sus pensamientos cerros los ojos.

Abrió los ojos un poco desorientado, sintiendo una caricia delicada en su cabello, como cuando era niño antes de perder a su madre.

-          ¿ma…ma? – murmuro sin querer abrir los ojos, persiguiendo el calor de esa caricia.

-          Yurio-kun… - escucho que lo llamaban con una voz conocida, pero no era la de su madre.- Yurio-kun – abrió los ojos, topándose con la mirada preocupada de un katsuki Yuuri que lo miraba a través de sus lentes.- ¿estás bien? – cuando Yurio se dio cuenta, estaba descansando en las piernas del nipón.

-          ¿está despierto? – esa voz…

-          Viktor – dijo Yuuri mientras la mano que le acariciaba se detuvo, Plisetsky gruño en respuesta.

-          Descuida ya vienen para revisarlo. – Yurio miro confundido al par que en ese momento le explicaba lo que paso. Al parecer ambos querían un lugar privado para hablar o Viktor le quería mostrar algo al katsudon en la pista no recuerda y no le interesa hacerlo, fue cuando lo vieron caer y quedarse en el hielo.

Ahora Yuuri estaba sentado en el hielo mientras su cabeza descansaba en sus piernas.

Al no querer moverlo por el golpe no les quedo de otra, y Viktor fue a buscar a un preocupado y furioso Yakov Feltsman que venía con un equipo de revisión para él, hace poco, estrenado senior.

 

Fue desde ese momento y más después cuando se encontraron en Detroit con el pequeño Fyo y lo dejaron a su cargo que de cierto modo extraño se auto adoptó a los Nikiforov

-          Estará bien – murmuro presionando la mano de katsuki que reposaba en su brazo.

-          Hn –asintió con una sonrisa- gracias Yurio.

 

Viktor primero fue a su habitación a ponerse una camiseta, no encontraba propio hablar seriamente con su hijo si tenía el torso descubierto, a él obvio no le molestaba, pero a veces su pequeño Fyo es tan vergonzoso como lo puede ser el mismo Yuuri.

Abrió la puerta sin golpear o avisar antes, encontrándose con su hijo menor –porque también consideraba a Yurio como tal- acostado de lado  en la cama, dándole la espalda en posición fetal.

-          ¿Fyo? – no obtuvo respuesta, pero sabía que estaba despierto, así que sentándose en el borde la cama, acaricio los oscuros cabellos.

¿Cómo no querer a su bebe si tenía las mismas expresiones que Yuuri?

Para Víctor su hijo, su regalo tenía la combinación perfecta de él y el amor de su vida.

Así como sus padres, podía ser tan sorprendente como terco.

Sonrió con cariño hacia su hijo.

-          Eres igual a Yuuri.- dijo en un suspiro.

-          No me compares con él.

-          ¿Por qué no? Es alguien sorpréndete y terco igual que tú, aunque bueno lo terco lo sacaste de los dos- rio por su comentario, haciendo que su hijo se volteara a él, y el viera la mejilla aun un poco sonrojada por el golpe. - ¿Por qué lo tratas de esa manera Fyo-chan? – le acaricia con delicadeza y ternura la mejilla golpeada.- siempre querías estar con él, jugaban juntos, le confiabas todo y aunque él te dio lo mejor que puede entregar, lo tratas así.

-          ¿Qué? ¿y que sería eso? – se sentó haciéndole espacio a su padre que al subir en la cama, le rodeo los hombros, dejando que su hijo se apoyara en su pecho.

-          Jejeje, es algo obvio creo yo. Pero en eso te pareces un poco a mí, eres un poco lento cuando se trata de sentimientos ajenos- recordó esa vez cuando estaban en china y no sabía qué hacer para tratar los nervios de Yuuri y… se pasó. - ¿vamos a que te disculpes?

-          No quiedo… - al esconder el rostro la respuesta quedo amortiguada en las ropas de Viktor.

-          Je, que terco- sonrió acariciando la espalda del menor.

-          Yo… no soy bueno como tú o como Yurio niichan – soltó- y es porque no tengo talento como tú, no tengo tanto de tus genes como para que mis saltos o mis rutinas salgan como quiero. Me avergüenza saber que mi padre no tenía talento y por ello perdió no solo en el Grand Prix final, sino en las competencias que se hicieron después. – Viktor suspiro.

-          Hijo, aunque hay algo de eso en cierto. Yuuri si perdió esa Grand Prix, pero… ¿sabes que paso después? ¿sabes cómo nos conocimos tu papá y yo? – el pequeño lo miro y negó con la cabeza, recibiendo al sonrisa conciliadora del ruso. – creo que es hora de visitar a tus abuelos en Japón… -murmuro levantándose y dándole la mano a su hijo para que ambos bajaran al comedor- aun así es mejor que te disculpes.

Fyodor solo gruño pero se levantó de todos modos, fue cuando pensó que sería bueno que “Yurio niichan” fuera con ellos también a Japón, estaba tan estreñido que estaba contagiando a su retoño con tantos gruñidos.

Al bajar ambos vieron como Yurio estaba dormido en el sofá con una pierna apoyada en la mesa de centro.

-          ¿Yurio? – Viktor le sacudió el hombro haciendo que despertara de golpe.

-          ¡¿ah?! ¡¿Qué?! – miro para todos lados hasta posar la mirada en el ruso mayor que sonreía.

-          ¡oh Yurio chan! ¡te has dormido en la sala! ¡ya te hemos dicho que si quieres podemos adoptarte legalmente y podrías venir a dormir todas las noches a tu casa como buen niño!- le comento sonriendo, mientras le guiñaba un ojo.

-          ¡ah! ¡cállate viejo! ¡con unos padres como ustedes prefiero ser huérfano!

-          ¡wow! ¡pero qué cosas tan crueles puedes decir frente a mi hijo! – le tapo los oídos a Fyo, aunque aún así pudiera escuchar a los dos adultos.

-          ¡no molestes quieres!

En eso Fyo noto que faltaba una persona en la estancia.

-          Yurio niiichan – ambos hombros lo miraron- ¿y papá? – Yurio se apoyó en los codos mirando alrededor.

-          Ha de estar en la cocina. Lo note más gordo, seguro está comiendo a escondidas como el cerdo que es – murmuro huraño caminando hacia el lugar, pero nada- no está.

Viktor levanto una ceja.

-          Debió ir arriba – Viktor subió hacia su habitación, esperando encontrar a Yuuri recostado, últimamente tomaba muchas siestas, pero no estaba- no… esta- bajo rápidamente para mirar con gesto preocupado a Yurio- ¡no está!

-          ¡¿Qué?! – respondió el otro.

-          Yu… Yurio niichan – el rubio miro al menor- y si… -trago grueso- y si mi papá se tomó en serio lo que dije… ¿y se fue? ¿nos dejó? – lo miro con miedo y arrepentimiento.

-          Pero que dices Fyo. – Yurio sonrió un poco incrédulo. Pero al ver el gesto serio de Viktor la preocupación también lo invadió.

Los tres empezaron a recorrer la casa y los alrededores, llamándolo a gritos y sin recibir respuesta alguna. Trataron de ubicarlo al celular, pero se encontraba apagado. Fyo sintió miedo y la culpabilidad le llegó como una ola tan grande que no te deja subir a la superficie, ahogándote en tus propias palabras.

Viktor se agarró el flequillo desesperado mientras Yurio apoyaba el cabeza en una mano, sentado en el sillón. Fyo se quedó dando la espalda a la puerta, mirando preocupado el gesto grave de los adultos, hasta que sintió la misma puerta abrirse, mostrando a un abrigado Yuuri con una bolsa de la tienda cercana.

-          ¡Yuuri!

-          ¡cerdo!

Su padre se lanzó a abrazar a su papá, mientras Yurio gruñía mirándolo mal, su forma de mostrar su preocupación supuso.

-          Que… ¿Qué paso? – pregunto cuando un sonriente Viktor se separó para mirarlo, o más bien recorrerlo con la mirada como buscando si estuviera dañado en alguna parte.- ¿Viktor?

-          ¡¿Dónde estabas?! – reclamo Yurio cruzando los brazos y usando su voz amenazante.

-          ¿cómo que donde? Fui a la tienda – dijo levantando la bosa que traía en manos.

-          ¡¿pero por qué mierda no avisas?! – Yuri lo miro con aburrimiento y soltó un suspiro.

-          Por dios Yurio, te avise a ti. – ambos Nikiforov lo miraron mal.

-          ¡¿ha?! ¡¿cuando?!

-          Ya estabas apoyado en el sofá, cuanto dije que se nos había acabado el condimento y que iba comprarlo. Dijiste “aha” y fui.

Las mejillas de Yurio se tornaron rojas y despotricando entro de nuevo a la sala, Viktor sonrió mientras botaba un suspiro de alivio y después de besarle la frente miro de reojo a Fyo y se retiró de la entrada, dejándolos solos.

Yuuri miro a su hijo que tenía la vista tapada con el flequillo y resignado a no recibir palabras de su hijo estaba dispuesto a seguir a su esposo cuando…

-          Pensé que te habías ido…

-          Fyo…

-          ¡y-yo…! – levanto la mirada, con las mejillas rojas y los ojos nerviosos, se aclaró la garganta al notar que casi grita- p-perdóname… no quería decirte esas cosas yo…

-          No te preocupes –le dijo Yuuri frio, sin mirar directamente a Fyo-no debes disculparte, yo jamás te he culpado de algo.- lo miro nuevamente para darle una sonrisa a pesar de su fría actitud.

Fyo incomodo se inclinó para desaparecer nuevamente por las escaleras.

Estas ves, de verdad perdió el apetito.

 

 

 

 

 

-          ¡hmmm! ¡ah! ¡Viktor! – gimió Yuuri al sentir como era penetrado rudamente por su marido- ¡más! ¡más fuerte! ¡ah!

-          ¡hmm! ¡oh! ¡Yuuri! – gimió en el odio de su esposo al sentí como las paredes de katsuki se contrarían deliciosamente alrededor de su miembro, haciéndolos llegar al orgasmo, inundando de su esencia al nipones.

Viktor suspiro, dejando que las manos de Yuuri acariciaran su espalda, pero así como estaba a punto de caer al sueño en los cálidos y tersos brazos de su amado, se vio empujado para quedar recostado en la cama- gracias a dios que compraron hace poco una más grande que la anterior- y como Yuuri, aun con el miembro del ruso dentro empezaba a hacer movimientos circulares con sus caderas, haciéndolo estremecer.

-          Humm… ¡uff! ¡y-Yuuri! – gimió con placer al sentir como su miembro despertaba nuevamente sin salir de katsuki.

-          ¡Viktor! – gimió encorvando la espalda al sentir como ese musculo despertaba dentro de él, nuevamente duro. Listo para la próxima ronda.

Se lamio los labios y miro con deseo al albino debajo de él.

-          ¡ah! – gimió empezando a moverse, sacando hasta casi la punta del miembro de Viktor para luego dejarse caer tan violentamente que no podía generar otra cosa que no fuera placer.

-          Aun… hmm… aun me impresiona… el aguante que puedes tener… mi eros- el mencionado solo sonrió mordiéndose el labio inferior mientras se dejaba envolver por el placer, haciendo esos gestos con las manos, tocando su torso, sus tetillas, tocando sus costados, bailando… seduciéndolo…  - hum… ¿cu-cuantas veces…?

-          Cinco – respondió Yuuri al inclinarse sobre los labios de Viktor, rosándolos sin llegar a besarlos, aunque su marido abriera la boca esperando la tan ansiada caricia- humm ¡ah! ¡ahmm!- gemía encima de sus labios sabiendo lo caliente que Viktor se podía poner con ello-¡AH! – y vaya que funcionaba.

Viktor apretó las caderas de Yuuri haciendo que el vaivén fuera mucho más rápido, mucho más desenfrenado y violento.

-          ¡hmm! – le mordió el labio inferior, arrastrándolo un poco para luego ocuparse en morder ese blanco y largo cuello que era ofrecido hacia él- ¡ah! ¡ah! ¡Vitya! – mierda, ese apodo… como pronunciaba su nombre de esa forma tan desesperada y sensual. Llevo las manos hasta el trasero de Yuuri masajeándolo con rudeza, sintiéndolo más suave y lleno de lo normal, viendo como un poco de carne sobresalía por entre sus dedos, como cuando Yuuri estaba esperando a Fyo y había subido sus primero kilos de más. - ¡ahhh! ¡Viktor! ¡Viktor! – no aguanto más, se sentó de golpe, lamiendo los pezones de Yuuri, succionándolos mientras katsuki llevaba su mano hasta su cabello para masajearlo y darle tirones que solo enviaban escalofríos de placer por su cuerpo.

Era un fetichista lo sabía, pero su fetiche posea nombre y apellido.

Katsuki Yuuri.

-          ¡ahhhh! ¡ya- ya no puedo! ¡y-yo….! ¡nyah!! ¡vik…ya! – Yuuri estaba hablando incoherencias, ya se vendría.

-          Hazlo –gruño mirando la cara de placer que hacia Yuuri al correrse y como el mismo se corría nuevamente en su interior, para luego ambos colapsados caer en la cama, aun sin salir del interior del nipón. – ha… ha… te amo. – le beso la coronilla.

-          Y-yo… ha… Vitya… - Viktor sonrió mientras salía de su esposo y lo acomodaba en su pecho.

-          No me tientes mi querido eros – y le beso los labios, lento y sin prisas, sacando un suspiro de su amor.

-          Mañana… tendré que cambiar las sabanas.

-          Moo, es que Yuuri se vuelve tan sensual –murmuro restregando el rostro contra su Yuuri sacándole unas pocas risas.

Katsuki suspiro nuevamente y Viktor sabía que esa noche fue diferente, que Yuuri pidiera que lo hiciera tan rudo como hace unos momentos atrás, supuso que era su forma de descargue ante lo que pasaba con Fyo al ya no sentirse querido por su hijo.

-          Descuida…

-          Hmm…

-          Descansa, ya verás que todo se solucionara… - Yuuri ya no dijo nada y solo se acomodó mejor en el pecho de Viktor para caer rendido ante el sueño.

Viktor se quedó contemplándolo un poco más antes de dejarse llevar y soñar con esos recuerdos tan bonitos donde aún debía pelear un poco la atención de Yuuri a causa de un celosito Fyo-chan.

 

 

Tuvieron que esperar un par de semanas para que terminaran las clases, y los entrenamientos de Fyo aun con Plisetsky, por lo que al último día de clases ya podían ir al aeropuerto y vista a la familia de parte katsuki en Japón.

 

Llegaron al aeropuerto con anticipación, ya acostumbrados a los viajes de ese tipo debido a sus carreras y el cambio por el rubro de Viktor. Los nervios se hacían presentes en Fyo que hace un par de años que no veía a sus familiares, que no fuera por video llamada claro, dejando que la emoción se viera opacaba por ello.

-          Viktor podrías traerme agua ¿por favor? – pidió Yuuri que se veía algo mareado, nada normal puesto que nunca antes había mostrado síntomas de mareo en sus viajes anteriores como patinador.

-          Vuelvo en seguida – respondió besando a Yuuri- acompáñame Yurio.

-          ¡¿Qué?! ¡¿y por qué diablos debo ir también?! – aunque quejándose hiso caso al mayor y camino detrás de él dejando a padre e hijo solos.

-          Fyo-cha… Fyodor – se corrigió a último momento, sin darse cuenta que una punzada de dolor cruzo por los ojos de su hijo cuando omitió el mote cariñoso a su nombre- ¿te preocupa algo? No es primera vez que viajamos en avión así que… - aunque desde ese día ya no había tanto rose entre ellos, aun no podía volver a tener la misma relación de antes por mucho que el mayor lo deseara.

-          No, no, es que… estoy algo nervioso, hace tiempo que no veo a los abuelos y… quería ver si podía patinar, pero estas tú y… - lo último lo dijo sin pensar, por lo que mirando rápido se fijó en la mueca de dolor de su padre, quien al instante desvió la mirada- no… yo… lo que quería decir…

-          Entiendo. No te preocupes, no será necesario… decirlo si no quieres – se inclino peinándole el flequillo que casi tapaba su ojos izquierdo – tan igual a Viktor­- pensó con ternura besando su frente sin poderlo evitar, pero al notar como la incomodidad ponía tenso a Fyo y mirando para ambos lados, como si los hubieran visto le hiso sentir realmente mal.

Dándose cuenta de su gesto Fyo miro a Yuuri.

-          ¡no! ¡papa...! yo…

-          Aquí tienen – llego Yurio con una botella de agua y una de jugo que lanzo a un nervioso Fyo- bébanselo antes de entrar en el avión. Maldición –murmuro con falsa molestia mientras se sentaba y veía a Viktor acercarse con un par de golosinas.

 

 

 

El primero en despertar fue Fyo, que espabilándose, se dio cuenta que estaba abrazado al brazo de Yuuri. Sorprendido y avergonzado se movió rápidamente aunque le causo un mareo.

-          Hmm – se quejó Yuuri cambio de posición recargándose en Viktor que dormía apoyado en el pecho de katsuki.

Fyo no pudo evitar sonreír y negar con la cabeza, sus padres incluso inconscientes se buscaban mutuamente.

-          ¿ya habremos llegado? – murmuro preguntándose así mismo.

-          Aun no mocoso – esa respuesta tan brusca solo podía ser entregada por alguien.

-          Yurio niichan.

-          Aún quedan un par de horas, deberías volver a dormir si no quieres aburrirte en lo que queda de camino. – murmuro dándole la espalda en lo que Fyo creyó era una nueva posición para dormir.

-          Si… - murmuro despacito mirando por la ventana, junto a Viktor, notando como habían unas cunas estrellas visibles y como la luz de la luna entraba dando sobre sus padres.

Había notado que Yuuri había subido de peso, quizás un kilo o dos, pero no se veía mal, de hecho se veía más joven y… brillante. Solo cambiaba las bolsas bajo sus ojos le impedían ser más atractivo, supuso que parte de eso era su culpa. Por ello se dejó caer apoyándose en su padre, abrazándolo fuertemente, después de todo seguía “durmiendo” y si volvía a despertar antes que Viktor o Yuuri entonces ya no se sentiría tan avergonzado.

A penas cerro los ojos, sintió como un brazo le rodeaba para acercarlo más.

Qué lindo sueño.

-          Papi…

 

 

-          ¡mocoso! ¡despierta! – un movimiento brusco en su asiento le hiso despabilar de golpe - ¡llegamos! – un gruñón Yurio se acercó para sacar la mochila de su pupilo, que estaba arriba del asiento, cuando noto como Viktor y Yuuri un poco más alejados hablando, Yuuri estaba de espaldas, pero la mirada seria de Viktor le hiso reaccionar.

-          ¿Qué le pasa a papá?

-          ¿al cerdo? – Fyo lo miro con un puchero- no lo sé, despertó con unas nauseas horribles, que bueno que estabas dormido, no fue… ugh –un escalofrió le bajo por la espalda- no fue agradable.

Fyo no pregunto nada más, pero sorprendió a Yuuri al ofrecerse a llevar su maleta.

Viktor le sonrió disimuladamente.

Descendieron del avión notando como apenas aclaraba el horizonte, considerando que se miraba gris al ser invierno.

-          ¡Yuuri! – escucharon gritar y al alzar la mirada.

-          ¡Minako-sensei! – la mujer se aproximó abrazando a Yuuri con efusividad.

-          ¡kya! ¡Cuánto tiempo! – aunque ya no daba clases a katsuki particularmente no le molestaba que el siguiera nombrándola de esa manera. Es más, así como el aun la veía como su sensei, ella la miraba aun como su querido alumno.- ¡oh vaya! – miro a Fyo - ¡pero si es Fyo –chan! ¡Cuánto has crecido! – se acercó al menor haciéndole cariño en las mejillas.

Nervioso el menor inclino la cabeza con las mejillas sonrojadas, escondiéndose un poco tras Yuuri.

-          ¡Minako-san! – intercambiaron los saludos con los rusos listos para acercarse a los estacionamientos.

Yuuri agradeció que fueran en un automóvil.

-          Yuuri –lo llamo Viktor- ¿estás bien? – le toco las mejillas con suavidad. Yuuri le sonrió.

-          Estoy bien.

No le creyó demasiado, pero no quiso discutir y se dedicó a disfrutar la pequeña discusión que tenían Yurio con Fyo sobre leyes de tránsito, aunque Fyo mas bien escuchaba los reclamos de su autodenominado hermano.

 

-          ¡Yuuri! ¡Minako-sensei!

No se dio cuenta cuando llegaron a las aguas termales y su abuelita, rellenita y adorable como solo Fyo la podía ver, se acercó emocionada siendo él, el primero a quien abrazara.

-          ¡Pero si es Fyo-chan!

-          ¡está muy grande verdad! – y se dejó envolver por ese cálido ambiente que lo hiso sonrojar un poco. - ¡awww! ¡se ha sonrojado!

Por el comentario Fyo se sonrojo más.

-          ¡es igualito a Yuuri! – frunció el ceño sacando un puchero, otra vez lo comparaban con su padre, la verdad no sabía en que se parecían tanto, claro además del color de cabello.

Cuando entraron los adultos se entretuvieron un rato saludándose entre sí, mientras sus mejillas sufrían el entusiasmo de la familia, incluyendo a loa Nishigori.

 

-          Vaya pero si es Fyo-chan

Oh no.

Se volteó despacio, escuchando ese coro de risas.

-          Ha pasado mucho.

-          Pero sigues igual.

-          De enano.

Las trillizas Nishigori.

Un poco pálido las miro en su esplendor, eran un par de años que no se veían, ahora ellas debían tener quizás unos… ¿20 años? No sabía con esa actitud, pero aunque ellas tuvieran 50 el seguiría siendo su conejillo de indias.

-          ¡oh niñas!

-          ¡Yuuri! –salvado por su padre.

Las trillizas abrazaron a su padre que por lo menos ahora tenía un poco más de color que cuando habían estado en el aeropuerto, pero típico de las ahora universitarias.

-          Yuuri…

-          ¿he?

-          ¡estás más gordo!

-          ¡¿he?! – y las risas inundaron el lugar.

Fyodor no puedo evitar sonreír… al ver a su padre hacerlo otra vez.

 

Viktor y Yuuri se miraron entre el gentío del local, excusándose después de una comida para celebrar su llegada, ambos se fueron por uno de los pasillos. Fyo solo los miro curioso.

-          ¿Por qué ellos…?

-          Fueron a ver a vicchan y a maccachin.

¿Vicchan? ¿Maccachin?

 Ante su cara de duda, su abuela sonrió dulcemente.

-          Vicchan era el caniche que tenía tu padre desde que éramos niños –explico Yuko tomándole la mano a su marido – eran muy unidos… y siempre que podía lo llevaba a las practicas ¡je! – sonrió al recordar.

-          Jejeje ¡siempre recibíamos regaños por que se colaba en el hielo siguiendo a Yuuri por la pista! – Fyo sonrió al notar el ambiente que rodeo a su familia. Mirando sin ver el pasillo por el que se fueron sus padres.

-          Pero fueron en las ultimas competencias… -hablo su abuela llamando su atención nuevamente a la conversación.

-          ¿las ultimas competencias?

-          El Grand Prix…

-          Fue durante ese tiempo que Vicchan perdió entusiasmo.

-          Perdió el apetito y ya no quería levantarse… antes de que llegara Yuuri.

-          Murió. – solo el ruido de los cubiertos de Yurio al chocar con el plato se escuchaba en la estancia, Fyo apretó los labios sin saber que decir, pero sus familiares se mostraban tan tranquilos que le genero un poco de desconcierto. – bueno supongo que el no poder estar aquí para Vicchan le afecto el desempeño en ese Grand Prix – el señor Nishigori siguió el relato, haciendo muecas mientras describir el desastroso desempeño de su padre en el Grand Prix y las competencias posteriores, y como llego a subir de peso por la depresión que eso le género.

Fyo se mordió las mejillas, desvió la mirada sin dejar de escuchar al señor Nishigori referirse a su padre y como las trillizas reían secundando a su padre. No sabía que su padre se había sentido tan mal por eso.

-          Eres igual a Viktor – levanto la mirada a Yurio – no son conscientes de los sentimientos ajenos, hasta que esos sentimientos llegan a ustedes explotándoles en la cara. – recordó esa vez que se topó al ruso mayor admirando con una gran sonrisa el anillo de “compromiso” en la playa de Barcelona.

Miro con atención al mayor, que seguía comiendo como si nada mientras sus familiares relataban hechos después de la “depresión de Yuuri”

-          Entonces llego Viktor. – casi se atraganta con su bebida al escuchar el nombre de su padre.

-          ¡fue una sorpresa! – dijo Minako sensei posando una mano en su mejilla- ¡esa primavera nevó tanto!

-          ¡fue después que subimos el video de Yuuri a internet!

-          ¡¿Qué?! – abrió los ojos sorprendidos, es decir… ¡¿Qué video?!

-           Si ¡mira! – una de las trillizas le hiso acercarse mostrando la rutina.

Y simplemente era…

¡Sorprendente!

A Fyo le brillaron los ojos al ver a su padre.

Pero si era tan bueno… ¡¿Cómo es que quedo en último lugar en el Grand Prix final?!

-          Realizo esa rutina… al mismo tiempo que Viktor.- murmuro por lo bajo el rubio, como en un gruñido.

-          ¿al mismo tiempo?

¡¿Qué?! ¡¿Pero qué mierda pasaba con toda esta nueva información?!

-          él la hiso frente a mí en el ice castle.

-          ¡y nosotras lo grabamos!

-          ¡y luego lo subimos a internet!

Maravillado

Esa era la palabra que lo describía ahora porque… de cierto modo extraño, esa nueva información le hacía sentir que sus padres estaban unidos… conectados incluso de antes de conocerse…

-          Con eso Viktor llego hasta aquí, pidiendo ser el entrenador de Yuuri. – hablo el señor katsuki.

-          ¡tch! – chisto Yurio no queriendo recordar esa parte de la historia – y fue por culpa de ese cerdo que perdí la oportunidad de que Viktor hiciera mi coreografía en mi estreno como senior.

¡Espera! ¡¿Qué?!

Los relatos siguieron, esta vez cooperando con las exclamaciones y gruñidos de Yurio que daba su opinión acerca de los hechos.

-          Pero… -los adultos lo miraron - ¿Qué ocurrió con Maccachin? – Yurio miro para otro lado.

-          Maccachin… esa vez que tus padres iban camino al mundial, un año después del Grand Prix donde estuvo Yurio…

-          Maccachin no dejo de comer ni beber como Vicchan…

-          Fue una noche que mirábamos la última rutina que había hecho Yuuri en ese tiempo.

-          Antes de competir contra Yurio otra vez.

-          Maccachin cerró los ojos mientras veíamos la rutina, como si estuviera arrullado con la música…

-          En ese tiempo – hablo Yurio – en plena competencia Viktor volvió a Japón para despedirse del perro.- el ruso suspiro son pesadez – pero así como se fue… al otro día ya estaba de vuelta con el cerdo. No era la primera vez que se separaban.

-          Oh… - murmuro sin saber que decir… pero se dio cuenta entonces que no sabía nada de sus padres.

No es que no le importara, pero… jamás… quiso preguntar acerca de su pasado, del de ambos, juntos o por separado, lo que hacían era… la historia de ellos…

Le impresionaba.

El bichito de la culpa llego nuevamente hasta su corazón, impidiéndole respirar. Sin saber que Yurio le miraba de reojo mientras los familiares se reanimaban con historias sobre  las travesuras de Maccachin o Vicchan.

 

 

 

 

Estaba solo en su cuarto, acostado en el futon pero sin poder dormir, recordando una y otra vez la razón de su enojo para con su padre… la cara que había puesto Yuuri al mostrarle esa noticia, no era de enojo, rencor o tristeza, era… hasta en cierto modo alegre…

Chistando se descubrió de las frazadas y saco de la mochila la tableta que traía consigo, empezó a buscar, pero esta vez no por su padre Yuuri, sino por…

Viktor Nikiforov”

Naturalmente solo encontraba logros tras logros de su talentoso padre, pero fue esa noticia donde avisaba de su cambio de rubro, de patinador a entrenador que empezó a encontrar lo que buscaba.

la derrota de Yuri Plisetsky”

Un poco extrañado por el título del video, empezó a buscar la noticia completa.

-          ¡ah! – grito al ver la rutina de su padre Yuuri en pantalla, se llevó las manos rápidamente a cubrirse la boca para no despertar a nadie en medio de la noche. Sin duda no podía aparatar la mirada de Yurio niichan, porque era atrayente. Sin embargo su padre fue… ¡espectacular! A pesar de que no hubiera realizado el salto.

Claro sin contar unas cuantas caídas, pero aun así…

In Regards to love…”

-          Eros… - murmuro mirando cada una de las rutinas de Yuuri, cada una más… “excitante” que la anterior. Y el sonrojo lo cubrió al ver el tipo de “acercamiento” que tenían sus padres antes de cada rutina.

Ya eran las 4:05 am cuando encontró un video en especial…

“Yuri on ice”

La música empezó a sonar, llamándolo… inundándolo de un sinfín de sensaciones… era… tranquilo, confuso al principio.

¿Qué hacer? ¿Qué hago ahora? ¿Cómo puedo continuar en lo que amo?”

Poco a poco empezó más rápido, causando un nuevo sentimiento de euforia y admiración en él.

Más rápido

¡Más intenso!

Hasta que lo sintió.

El amor…

La rutina de su padre trataba del amor…

Pero se dio cuenta que no era solo de un amor físico, algo que pudieras tocar… o anhelar.

Es el amor que te entrega algo que no es tuyo, pero te pertenece.

Amor…

Papá…

En lo que quedaba de esa noche lo único que puso hacer fue llorar…

Llorar por que había rechazado el amor de su padre.

Lo mejor que le podía entregar.

 

El amor de katsuki Yuuri.

 

 

 

 

Mierda

No pudo dormir después de ver las rutinas de su padre, por lo que temprano, decidió pasear un poco antes de tomar desayuno.

-          Terminará odiándome mas… me detesta… - era su padre Yuuri.

-          Yuuri… solo es un niño que está haciendo berrinche, pero no te odia…

-          Pero el… no puede aceptar que yo sea su padre. Me… sentí tan feliz de que estuviera en mis brazos y ahora… incluso si solo lo roso él se altera como si yo…  aun… aun me duele lo que me dijo, dime Viktor ¿Qué puedo hacer? ¿Qué debo hacer para que no me rechace? – aun escondido tras la pared, escucho claramente el sollozo de su papá mientras Viktor le abrazaba dándole confort, o intentándolo al menos.

Su padre estaba tan triste…

-          Aun puedes arreglar las cosas – se dio la vuelta ante el susurro.

-          Tía mari… - la hermana de Yuuri le hiso un gesto con la mano, para que la acompañara en silencio.

-          ¿aún no han podido arreglar las cosas? – ambos estaban sentados mirando la nieve acumulada en el patio, mientras ella encendía un cigarrillo. A Fyo no le gustaba el olor, pero dada la situación y tan deprimido como estaba, no le importo.

-          Le dije… cosas muy malas a mi papá…

-          ¿y que fue eso tan malo?

-          Que no tenía talento… que prefería que no fuera mi padre…

-          ¿y es cierto?

-          ¡no! – la miro con los ojos cristalizados, pero la sonrisa que le entregaba su tía le hiso calmarse.

-          ¿sabes…? – inhalo un poco y lo soltó con suavidad ante la atenta mirada de Fyo – Yuuri no siempre fue bueno… pero que no haya nacido con el talento no significa que no lo tenga… somos hermanos, y puede que no parezcamos tan unidos como otros pero… siempre he visto en silencio los avances de Yuuri… y créeme que cualquiera que lo conozca, no podrá no estar sino orgulloso de la persona que es ahora… con sus altos y bajos… con el talento que pudo adquirir con el paso de los años y la determinación que tuvo con Viktor a su lado. – esas fechas cerca de navidad cuando viajo con Minako para “animar” a Yuuri y su ahora cuñado anuncio el compromiso con su hermano, a pesar de su indiferencia inicial, en la noche cuando llegaron al hotel no puedo evitar llamar a Yuko para “celebrar”, llámenlo sexto sentido, pero sabía que cuando llego el ruso no era simplemente para “entrenarlo”

-          Pero… yo…

-          Nunca es tarde para tomar el camino correcto – una ultima calada y apago el cigarro.- Yuuri es una muestra de ello.

 

 

 

Después que su tía lo dejo solo… no pudo levantarse en ese momento… en Japón, en Rusia, en el país o lugar que fuera… se sintió como un verdadero extraño, aun con su familia, aun con sus padres, y fue solo su terquedad lo que lo hiso sentir así.

Ignoraba… ignoraba todo de su padre.

 

 Al acercarse a comer algo con sus familiares se dio cuenta que el único que lo esperaba en la mesa era Yurio, que seguía comiendo.

-          ¿y los demás? – pregunto mientras se sentaba y serbia un poco.

-          Tus abuelos trabajando – mierda jamás lo admitiría, pero le gustaba mucho el katsudon.

-          ¡oh! Supongo que al ser vacaciones… tienen más trabajo por aquí – Yurio se encogió de hombros.

-          Tus padres fueron a dar una vuelta, creo que el cerdo se sentía mareado o algo así.

-          Otra vez… ¿no estará enfermo?

-          ¿te preocupa? –  Fyo bajo la cabeza, avergonzado.

-          He sido un tonto.

-          ¿apenas y te das cuenta? – respondió de mala manera, pero al ver que solo causaba que el chico se encogiera más sobre sí mismo, suspiro- mira… ¿Qué clase de cosas has podido decirle al… a tu padre? – lleno un vaso con té verde listo para tomar.

-          Hubieron veces en que le dije que prefería que tú fueras mi padre.

-          ¡PFFFF! ¡¿HA?! ¡COF! ¡COF! ¡¿Qué?! – tocio un poco más, con un sonrojo en las mejillas y totalmente enojado.

-          Le he dicho también que prefería que él no fuera mi padre… - el seguir con el semblante cabizbajo hiso relajar un poco más a Yurio. Carraspeo la garganta buscando las palabras adecuadas, pero jamás fue bueno con ellas… solo con acciones.

-          …

-          …

-          Termina de comer.

-          ¿hmm?

-          Iremos a ver algo que te interesara.

………

 

-          ¡ugh! ¡mierda! No quiero subir más escaleras. – hablo entrecortado intentado seguir el ritmo de los trotes del ruso.

-          ¡mierda! ¡no hables así!

-          ¡¿Qué?! ¡¿así como?! –pregunto confundido dándose otro empuje más para llegar al ice castle.

-          ¡con palabrotas! ¡tus padres me reñirán si te escuchan!

Enfurruñando al ver asomarse la entrada no pudo más que sonreír, apresurado más el paso.

-          ¡por fin! – se dejó chocar contra la puerta, recuperando lo más que podía la respiración.

-          Te has descuidado mocoso – sin ningún ápice de cansancio, cruzo la puerta con un Fyo sin aire tras de él.

 

 

-          Sabía que vendrían – hablo una calmada Yuko mientras mirada tras una cabeza como dos personas estaban en el hielo.

-          ¿Quiénes…? – no pudo terminar la pregunta por qué la música empezó a sonar, coordinando al moreno y al albino al patinar.

Reconoció la canción en seguida.

“yuri on ice”

 Pensó encantado asomándose al cristal al ver como ambos estaban separados... Y con cada pirueta se acercaban más y más.

Si su padre al interpretarla solo era sorprendente, verlos a ambos en una especie de baile cómplice era… alucinante…

Te absorbía de una manera que ni siquiera quieres pestañar solo para no perder detalle de sus cuerpos… de esa mirada que le entregabas al otro.

Estaba tan concentrado y admirado mirando patinar a sus padres que no noto cuando Yuko salió de la cabina.

-          ¿Por qué te enojaste con Yuuri?

-          ¿Qué? – pregunto sin mirar a Yurio, sin dejar de mirar esa elegante vuelta donde su padre atrajo a Yuuri mientras le recorría con sensualidad la cintura y Yuuri lo hacía con su rostro.

-          Hum… ¿Qué te hiso enfadar con tu papa?

-          …

-          …

-          …

-          Fyo…

-          Yo… mis padres no lo saben… no he querido agobiarlos por ellos… - su padre hiso tan fácilmente un flip cuádruple que le dio escalofríos- nos hemos cambiando por el trabajo de papa… pero no saben que nunca me quejo pro que… me molestan…

-          ¿te molestan? ¿Quiénes? – el rubio se acercó hasta quedar a la par que Fyo, admirando en silencio el baile tan lleno de entrega y amor sobre el hielo.

Un baile que solo lo había visto realizar a ellos dos.

-          Los otros niños… por ser hijo de dos hombres…

-          Nunca creí que te molestara.

-          Y no lo hace... pero… en las practicas… escucho a los otros niños admirados de que mi papá sea Viktor Nikiforov, pero nadie… nadie sabe de mi padre Yuuri katsuki. – se sumergieron una vez más en ese abrazo que los hacía girar, en como Viktor sosteniendo a Yuuri lo hacía reclinar mientras sostenía una de sus piernas y ambos creaban un dibujo en el hielo. Yurio suspiro recordando vagamente esa noche de gala donde había un katsuki totalmente borracho, semidesnudo y restregándose contra Nikiforov,

-          Esos niñatos no saben lo suficiente sobre patinaje para siquiera nombrar a Viktor.

-          Y yo creo lo mismo…

-          Entonces por…

-          Hasta que te escuche a ti – Fyo llevo una mano al cristal, como queriendo alcanzar  a sus padres en un ruego mudo, sin notar la palidez que cubrió el rostro de Plisetsky

-          ¿me escuchaste… a mí?

-          Ese día que dijeras que mi padre no tenía talento… me hiso creer en todas esas tonterías que decían de él, el por qué no era conocido entre mis compañeros, el sentirme en cierto modo humillado por que alguien que no reconocía a uno de mis padres, entonces menos iba a ser capaz de reconocerme a mí.

Mierda, mierda y más mierda ¿en qué momento la cago de esa forma?

Viktor y Yuuri se detuvieron cuando la canción acabo, con un Yuuri de espaldas en su pose donde con una mano apuntaba al público y la otra descansaba en su pecho, pero en esta ocasión miraba directamente a Viktor que sostenía una mano en sus cadera y la otra la entrelazaba con la mano que apuntaba al público.

-          Escucha… - Fyo volteo a verlo, y podría jurar que jamás lo vio más nervioso. - ¡¿es tu culpa?!

-          ¿Por qué? – pregunto totalmente confuso.

-          ¡hubo un momento en que yo dije era “ERA”! ¡maldita sea! ¿tú crees que alguien que es capaz de derrotarme en algún momento es alguien sin talento? ¿alguien es capaz de llamar la atención de Viktor con un puto video es alguien inútil? ¡¿en serio?! – murmuro enojado, y enojándose más al ver como Fyo hacia un puchero con sus labios mientras aguantaba las ganas de llorar.

-          ¡ahora lo sé! ¡Es que…! ¡yo…! ¡yo…!

-          ¡maldición!

-          ¡ahh! – ante la llorosa y sorprendida mirada de Fyo, Yurio lo tomo del cuello de la chaqueta arrastrándolo por el pasillo hasta llegar a la pista, donde tanto Yuuri como Viktor al sentir los reclamos de su hijo intentaron acercarse.- ¡Yurio niiichan!

-          ¡cierra la boca! – exclamo tirándolo al suelo, mirando como un sorprendido Yuuri se acercaba con rapidez- ¡ahora habla!

-          ¡Fyo! – vio a su papá acercarse preocupado. Katsuki se preocupó aún más al ver sus ojos con lágrimas sin derramar.

-          ¡¿pero qué…?! ¡¿Qué está pasando?! – Viktor miro desde Yurio a su hijo, buscando una explicación.

-          ¿ha pasado algo? ¿Fyo? – Yuuri se sentó en el límite del hielo para acercarse a Fyo, pero detuvo su mano a último momento, esto termino por romper al menor.

-          ¡LO SIENTO! - rompió en llanto abrazándose a su papá.

-          ¿Fyo? – pregunto confundido, devolviendo el fuerte abrazo de su hijito.

-          Lo si-siento… todo este tiempo… fui un tonto… y-yo…

-          Oh Fyo… - empezó a hacer cariño desde el cabello a la espalda de su hijo, intentando calmarlo de tan fuerte y sincero llanto.

-          No es cierto lo que dije… - empezó a susurrar- yo te quiero… no quiero otro papa… te dije palabras muy malas… lo siento, lo siento tanto… papi…

-          ¡Fyo! – rompió a llorar Yuuri mientras abrazaba con más fuerza a su hijo ante una emocionaba mirada de Viktor y una afectada, pero en negación, de Yurio.

Viktor mirando a ambos se inclinó para abrazar también a su esposo y a su hijo, fue cuando Yurio encontró prudente retirarse poco a poco, para darles ese espacio y privacidad que por ahora necesitaban.

-          Mierda… fue mi culpa, y yo sin saberlo.

-          Y tenemos todo grabado.

Al escuchar ese coro  toda la sangre de su cuerpo se fue a sus pies… volteo lentamente para encontrarse a las trillizas Nishigori con celulares en mano, amenazando directamente con publicarlo en redes sociales.

Yuri Plisetsky trago grueso.

-          ¿Qué es lo que quieren?

La sonrisa que le devolvieron las jóvenes le hiso temer por su integridad.

 

 

 

-          Oh mi Fyo… estoy tan contento… -murmuro Yuuri acariciando su mejilla contra el cabello de su hijo.

-          Lo siento papi… fui un tonto.

-          Tranquilo ya paso todo… - dijo feliz Viktor de tener nuevamente a su familia unida.- estoy feliz de poder abrazar a mis dos amores.

-          Tres –dijo Yuuri.

-          ¿he? – dijeron Viktor y Fyo con la misma cara de confusión mirando a un sonrojado katsuki.

-          Tres… yo… estoy embarazado.

Y un fuerte grito de júbilo se escuchó por todo el ice castle ante la llegada de tres chicas, que curiosamente y sin que nadie pudiera verlo, un nuevo fondo de pantalla, cada uno diferente pero con el mismo tema, “Yuri Plisetsky abrazado a un serio Otabek”. Grabando y sacando fotos de la noticia ante un muy emocionado Viktor y un muy contento Fyo.

 

 

“el segundo talento es el que se hace.

Al principio sale mal, y hasta llega un punto en que puede ser un error, pero solo la perseverancia y el amor logran que la persona sea capaz de seguir, seguir y seguir hasta lograr lo que el primer talento no puede, aprender... y apreciar aún más cada logro.

Enamorarte aún más de lo que ya amas.”

 

Fin.

 

 

 

 

Notas finales:

Espero hayan disfrutado la lectura, y si han llegado hasta aqui les agradesco enormemente. 

Estaba pensando quizas subirlo a wattpad, o hacer un pequeño especial en continuacion a esta con la pareja de yurio y otabek involucrados. 


Asi que una vez mas gracias, y espero nos leamos pronto.



Nos vemos



                                                                  dou-san


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