Esa tarde, hacia muchísimo calor, demasiado calor para ir a hacer educación física. Tanto él como su hermana se encontraban caminando hacia el establecimiento donde tenían clases de educación física.
Si había una materia que Daniel consideraba innecesaria y estúpida, era educación física. No le iba ni muy bien, ni muy mal, pero se cansaba rápidamente, y como el horario que tenían de esa materia era casi veinte minutos después de la escuela, tenía que almorzar mientras caminaba, y tratar de no vomitar en medio del calentamiento.
Al llegar, Aldana nuevamente se encontraba abrazando a Adrián, era como una garrapata pegada a la piel de un perrito. Daniel detestaba a Aldana, y no solamente por lo molesta que llegaba a ser, sino porque ella siempre se la pasaba hablando pestes de los demás. A decir verdad, a él no le hubiese importando lo que dijera, pero como se había metido con su hermana varias veces a espaldas de Adrián, era algo que no podía pasar por alto.
- ¡Ceci, Dani! Hasta que, al fin, llegan los estaba esperando. – Escucharon una voz familiar que los estaba llamando desde la esquina del lugar en donde se encontraba el establecimiento.
- Ya llegamos Laura ¿Qué paso? – Le pregunto Cecilia al acercarse a ella.
Laura Díaz, 18 años de edad, altura 1.66, ojos color verdes, cabello corto y lizo castaño, piel un tanto beige. Ella estaba vestida con el uniforme de educación física que todos, un pantalón y campera deportiva azul, y unas zapatillas blancas.
- Nada… Es solo que leí un nuevo fanfic de mi OTP que tenía Omegaverse y debía contárselo a alguien. – Le hablo Laura con una sonrisa de emoción.
- A ver ¿De qué trata? – Le pregunto Cecilia.
- Bien, empieza con que el omega… - Daniel simplemente suspiro y dejo que ambas hablaran mientras él sacaba de su bolso una botella de agua para beber.
Laura era una de las pocas chicas que había en su salón y que le caía bien. Ella era la mejor amiga de su hermana, y era una fujoshi igual o peor que Cecilia. Ella normalmente era bastante madura, pero bastante sínica y perversa cuando quería.
- ¡Chicos! Vamos, entren. – Los llamo la preceptora desde la puerta del establecimiento.
Todos entraron de apoco al lugar, la preceptora tomo lista y la profesora les pidió que corrieran alrededor de la cancha. Hacía calor, y eso hacía que empezara a transpirar más rápido de lo normal. Y como era de costumbre, respiro mal mientras corría, razón por la cual, termino doliéndole el abdomen.
Se tomó unos momentos para descansar, y en eso observo a Adrián disimuladamente. El chico, por más bobo que fuese, era muy guapo. Si Daniel era un tronco para los deportes, Adrián tenía una resistencia y habilidad para cualquier tipo de deporte. Envidiaba un poco eso de él, aunque realmente, no le importaba mucho, después de todo, lo que contaba era el cerebro, no lo físico.
Sin embargo, aunque esa fuese su creencia más pura, admitía que había momentos en los que eso no siempre era tan así. No es como si pensase que no fuese atractivo o tuviese una baja autoestima, no, al contrario, el mismo sabía que no era ni feo, pero tampoco guapo, simplemente una persona normal que pensaba que era agradable, hasta cierto punto.
El problema era que, un chico como él, nerd y con muy poca vida social, no podía llegar a interesarle a alguien como Adrián. Él era un chico guapo y divertido que disfrutaba de salir con amigos y muy charlatán. Simplemente eran dos personas completamente diferentes que quizás jamás se complementarían.
Actualmente, había dos posibles personas que terminarían siendo pareja de Adrián. Estaba, su hermana Cecilia, y la estúpida de Aldana. Ella tenía 19 años de edad, repitió dos veces de año. Su cabello era largo, lizo y rubio, sus ojos eran avellana, su piel era blanca, y tenía un cuerpo de modelito. Lastimosamente, solo era bonita por fuera, porque de actitud era un asco.
Luego de correr por un rato, cada grupo de tres tomaba una pelota de vóley y comenzaba a practicar. Cecilia y Laura eran muy buenas jugando vóley, les gustaba mucho el deporte, sobre todo después de ver un anime sobre ese tema. Mientras que Daniel simplemente hacia lo que podía para seguirles un poco el ritmo.
Sin embargo, nuevamente comenzó a dolerle el estómago por estar agitado y estirarse de más.
- ¿Estas bien hermano? – Le pregunto Cecilia al acercarse a su hermano con la pelota de vóley en brazos.
- Sí, estoy bien, solo me duele un poco la panza. –
- ¿Estas embarazado? – Le pregunto Laura, haciendo que ambos hermanos quedaran con cara de sorprendidos y confundidos.
- ¿Qué? – Pregunto Daniel sin poder creer lo que decía Laura, aunque, a juzgar por su sonrisa, ella simplemente parecía querer molestarlo, a lo que su hermana también se rio, dando a entender que también lo molestaría.
- Es que… quizás estés embarazado como el omega del fanfic que estaba leyendo. – Comenzó a hablar Laura.
- ¿Mi hermano es un omega? No me lo esperaba, bueno si, si tienes cara de ser una pasiva. Hermano ¿Por qué nunca me dijiste que te embarazaron? – Le seguía Cecilia el juego, fingiendo estar sorprendida.
- ¿De qué demonios hablan? ¿Qué carajos es un omega? ¿Realmente creen que un hombre puede quedar embarazado? – Pregunto Daniel tratando de que su voz no se escuchara tan fuerte, no quería llamar la atención de nadie.
- Te explicamos, en el omegaverse, en ese mundo las personas están divididos por alfas, omegas y betas. – Comenzó a explicar Laura.
- Los omegas son aquellos que pueden estar en celo, quedar embarazados y son pasivos de por vida. – Continuo Cecilia.
- Los alfas son los que en su mayoría embarazan a los omega, normalmente ellos pueden captar sus feromonas y son salvajes en el sexo. – Siguió Laura.
- Y los betas son como personas común y corrientes. – Termino de explicar Cecilia con una sonrisa.
- A ver, y según su lógica ¿De dónde salen los niños? – Pregunto Daniel sin entender de toda la lógica de lo que estaban explicando ambas chicas. Ellas se miraron la una a la otra y se rieron.
- Por donde te la meten es por donde salen… - Respondieron juntas al mismo tiempo. No era necesario que le dijeran exactamente a que se referían, Daniel capto el mensaje al momento. Sintió como todo su almuerzo se revolvía adentro suyo de tan solo imaginarlo y llevo una de sus manos a su boca.
- Creo que voy a vomitar. – Ya estaba a punto de vomitar, por lo que se fue corriendo al baño. - ¡Voy al baño! –
“¿Para qué diablos les pregunte a esas estúpidas? ¿Por qué?” Daniel sintió como si su mente hubiera sido violada con esa información innecesaria de un mundo ficticio gay, ahora solo quería quitarse el trauma de esa imagen que vino a su mente.
- ¿Qué le paso a Dani? – Se acercó Adrián hacia las chicas al ver que Daniel se había ido corriendo a los baños. Cecilia y Laura se dijeron cosas en susurros y al final miraron a Adrián con una sonrisa.
- Nada, solo está pasando por los primeros síntomas del embarazo. – Hablo Laura fingiendo estar preocupada.
- Un alfa lo dejo embarazado y no sé quiere hacer cargo del hijo. – Siguió Cecilia, fingiendo preocupación y enojo.
- ¿Qué? ¡Esto es terrible! ¿Qué puedo hacer para ayudarlo? – Pregunto Adrián bastante preocupado. El no entendía mucho lo que decían Cecilia y Laura, sin embargo, supo que algo feo le estaba pasando a Daniel por como hablaban ambas chicas.
- Tú quizás seas un alfa o un beta Adrián, tú podrías casarte con él para recuperar su honor y acerté cargo del niño. – Hablo Cecilia tomando sus manos, como si les estuviera suplicando que lo ayudara.
- Si ves que no tiene ni una sola marca de mordida cuello por debajo de la nuca, para reclamarlo como tuyo y que nadie más lo vuelva a tocar. – Agrego Laura para engañarlo.
- ¿Qué, pero…? – Adrián estaba algo inseguro en lo que decían ambas chicas, pero la idea de reclamar a Daniel como suyo y su deseo de ayudarlo, simplemente hizo que dejara de dudarlo y se animara a hacerlo. - No, Daniel me necesita y lo ayudare. –
“Maldita sean esas estúpidas, me las van a pagar.” Pensó Daniel, quien se encontraba en el baño frente al lava manos, lavándose manos y boca mientras se miraba al espejo. Porque si, realmente la imagen de que un hombre cagara un bebe era bastante perturbadora para él.
- ¿Dani? ¿estás bien? – Escucho la voz de Adrián al entrar al baño. Daniel ni siquiera lo miro, simplemente se mojó la cara nuevamente mientras contestaba.
- Si, solo me descompuse un poco porque comí dema… - Justo cuando estaba a punto de terminar de hablar, sintió como Adrián lo abrazo por la espalda y le modio su cuello, justo debajo de su nuca, haciendo que su rostro quedara completamente rojo de la vergüenza. - ¡¿Por qué hiciste eso?! – Le pregunto nervioso al separarse, llevando una de sus manos a su nuca y dándose la vuelta para ver directamente a Adrián.
- No te preocupes Dani, a partir de ahora yo seré tu alfa, nos casaremos y criaremos juntos a nuestro hijo. – Le hablo Adrián con una sonrisa al llevar una de sus manos al vientre de Daniel, quien al momento aparto su mano.
- ¡No estoy embarazado! –
- No tienes de que avergonzarte, es algo natural. –
- ¡No en un hombre! ¿Qué no recuerdas las clases de sexualidad que tuvimos? –
- ¡Pero una vez vi en la tele que un hombre quedo embarazado! –
- ¡Eso fue porque era transexual! ¡Y yo no lo soy! –
Y entre la discusión que estaban teniendo tanto Daniel como Adrián en el baño, no muy lejos de allí estaban observando a lo lejos esa escena Laura y Cecilia, quienes estaban con una sonrisa al ver la tierna acción de Adrián.
- ¿Crees que Daniel nos vaya a matar después de esto? – Pregunto Cecilia un poco preocupada. No era la primera vez que ambas chicas lo molestaban con las cosas gay que ellas leían.
- Totalmente, pero al menos logramos que Adrián abrazara a Dani y lo mordiera con cariño. Así que yo no me hago problema. – Acepto su destino sin pena ni culpa Laura.
- Amén. – Respondió Cecilia.
- ¡Las voy a matar a ustedes dos! – Grito Daniel al ver como ambas chicas se reían de su desgracia.
Continuara…