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Razonamiento Equivocado por kina_chan

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La primera vez que los conoció, había pasado sin darles mucha importancia. Los mellizos eran nuevos en la escuela y los primeros días ambos estaban pegados el uno del otro, por el simple hecho de ser nuevos en una escuela llena de desconocidos.


Sin embargo, Cecilia, era la más sociable de los dos, por lo que ella fue la primera con la que hablo. Ella era bonita y muy amable, razón por la cual varios chicos estaban interesados en ella. Aunque Adrián, por su parte, solo la veía como una amiga.


Durante ese primer año de secundaria avanzada, solo tuvo dos novias, con las cuales salió y se divirtió bastante, aunque ambas habían terminado con él cuando conocían a alguien mejor. Adrián no se hacía mucho problema por esas cosas, no era como si sus relaciones hubieran sido serias al cien por cien.


Al final de ese año, por culpa de haber estado de vago y distraído en clase, se llevó a rendir como cuatro materias. Tenía que estudiar todas para luego rendirlas en diciembre. Las materias eran: arte, matemáticas, literatura y sistema de información contable.


Con arte no tenía mucho problema, básicamente era hacer todos los dibujos que se hicieron en el año, tenía algunos hechos, por lo que le pidió los demás dibujos prestados a Cecilia para hacer los suyos propios. Sin embargo, las demás materias que tenía que rendir no eran tan fáciles. Por lo cual necesitaba ayuda sí o sí. En esos momentos, solo una persona podía salvarlo.


- Ya te dije que no, no insistas más, tengo cosas más importantes que hacer que preocuparme porque un bobo como tú que no ha hecho nada en todo el año. – Le hablo Daniel duramente al escuchar las suplicas de Adrián. Ese día, Adrián había ido a casa de los mellizos invitado por Cecilia para que este pudiera pedirle ayuda a Daniel. Los tres se encontraban en la mesa del comedor, Daniel estaba dibujando mientras escuchaba las insistencias de Adrián.


- Por favor hermano, no es culpa de Adrián ser tan cabeza dura para algunas materias. Solo dale una oportunidad. – Le hablo Cecilia tratando de convencer a su hermano de que ayudara a Adrián.


- Ya te dije que no. – Repitió una vez más y les dio la espalda a ambos para seguir con su dibujo. Cecilia se acercó hacia el oído de Adrián y le susurro.


- Cómpralo con chocolate, eso siempre funciona, es su debilidad. -


- Por favor, prometo comprarte todo el chocolate que me pidas, solo para ti. – Le prometió Adrián, ya bastante desesperado, realmente necesitaba ayuda. Daniel lo miro por unos momentos, suspiro y luego le respondió.


- Esta bien, pero a la primera que te distraigas te mandare al demonio ¿entiendes? – Acepto finalmente, un poco cansando de tanto escucharlo molestarle. Adrián se levantó de su asiento y se acercó hasta Daniel para poder abrazarlo de la emoción.


 - ¡Si! –


- ¡No me abraces! No había necesidad de eso. – Le respondió un poco nervioso mientras se lo quitaba de encima.


- Ten más cuidado Adrián, a Daniel no le gusta mucho que lo toquen por sorpresa. – Le advirtió Cecilia mientras se reía.


Desde ese día, Adrián tenia a quien lo ayudara cada vez que no entendía algo. Cuando él le explicaba, siempre le prestaba atención, la voz de Daniel quedaba grabada en su cabeza con facilidad.


Debía admitir, que su opinión de Daniel cambio mucho cuando lo fue conociendo. Era cierto que era muy reservado y apartado de todos, pero no era un chico malo, era bueno y hasta quizás un poco tímido. Por esas razones, Adrián quería convertirse, aunque sea en su primer amigo, porque según lo que le dijo Cecilia, Daniel no era amigo de nadie.


Durante todo el año siguiente, Adrián había hecho su mayor esfuerzo para tratar de ser su amigo, aunque como excusa para hablarle siempre le pedía que lo ayudara en algo, aunque sea la cosa más simple. Aunque, extrañamente, en el proceso de ser su amigo, termino cayendo perdidamente enamorado de él.


Al principio le pareció extraño, él nunca antes había sentido atracción hacia otro hombre, pero tampoco era como si lo negara, realmente no tenía problema en admitir que le gustaba alguien de su mismo sexo, después de todo, siempre pensó que el amor llegaba a una persona sin importa su forma o color.


Su problema nunca fue aceptar que le gustaba, porque no podía negar que cada vez que estaba de distraído en clases era porque siempre fijaba su mirada sobre Daniel. Su problema era analizar en qué situación se encontraba. No podía ir como si nada un día y confesarle a Daniel lo mucho que lo quería, lo conocía bastante y sabía que algo como eso probablemente lo asustaría.


Pero había momentos en los que realmente ya no sabía cómo ocultar sus sentimientos por él. Cada vez que veía su rostro tenía ganas de besar sus labios, muchas eran las veces que aprovechaba los momentos para poder abrazarlo, aunque Daniel siempre lo apartara por su timidez. Hasta llego un punto donde se dio cuenta de lo mal que estaba, cuando se masturbo pensando en él. “Lamento pensar cosas tan obscenas de ti Daniel.” Se sentía realmente mal por pensar ese tipo de cosas de él, sentía que de algún modo lo estaba ensuciando.


Aunque su mayor problema era que, realmente no sabía muy bien como Daniel lo veía, si llego a convertirse en su amigo siquiera, o solo lo veía como el niño molesto que siempre le pedía ayuda. Daniel en su mayor parte del tiempo, era muy mal humorado y apartado de todo, y eso solo dificultaba más las cosas cuando Adrián trataba de averiguar cómo lo veía realmente.


Recordó aquella vez en que sus sentimientos por poco y salían a flote, de no ser por un mal entendido. Ese día estaba tan distraído observando a Daniel durante la hora libre, que ni cuenta se había dado que sus compañeros le estaban hablando.


- Y dinos Adrián ¿Hay alguien que te guste o algo? – Le pregunto uno de sus compañeros.


- Martínez… - Susurro el apellido de su enamorado sin ser consiente de ellos hasta que todos se comenzaron a reír de él.  - ¿Qué? ¿Eh? ¿Qué me decías? – Pregunto bastante confundido, despertando de su transe y observando a sus compañeros.


- Así que te gusta Cecilia ¿eh? – Pregunto uno de ellos comenzando a reírse. - ¡Hey! ¡Ceci! Adrián dijo que le gustas. – Grito este, haciendo que Cecilia los observara y luego se avergonzara junto con Adrián al terminar de escuchar lo que este dijo.


- ¿Qué? ¡No es cierto! – Intento aclarar las cosas, pero todos en el salón comenzaron a molestarlos. – No les hagas caso, están locos. –


Sin embargo, durante toda la hora los estuvieron molestando. Adrián dirigió solo una vez más su mirada hacia Daniel y se dio cuenta, que este estaba bastante molesto. Supuso que lo mejor sería arreglar todo ese mal entendido primero con Cecilia, porque comenzaron a molestarle con eso por su culpa.


Ni bien llego la hora de la salida, le pidió a Cecilia dos minutos para hablar con ella a sola y poder aclararle las cosas. Caminaron hasta el patio y le conto la verdad.


- Ceci, lo siento, realmente yo no tengo ese tipo de sentimientos hacia ti, de hecho… - Adrián estaba rojo de la vergüenza, suspiro y luego lo confeso.  - La persona que me gusta no eres tú. –


- ¿Es mi hermano? – Pregunto Cecilia subconscientemente.


- ¿Eh? ¿Cómo lo supiste? ¿Fui muy obvio? – Pregunto bastante nervioso y sorprendido, a lo que Cecilia también se sorprendió.


- ¿Qué? ¿Es en serio? Yo solo lo dije por decir. Digo, yo los trataba de gay a ambos, pero jamás pensé que fuera cierto, lo hacía porque me parecía gracioso, pero, es decir... – Trato de explicar lo que pensaba sin mucho éxito, pero al final sonrió. -  Wooh, una de mis shipp se hizo canon, esto es increíble. –


- No entiendo lo que dices, pero por favor, no se lo digas a Daniel. – Le pidió casi en una súplica.


- No te preocupes, guardare tu secreto y te ayudare en todo lo que necesites. - Ella lo abrazo y luego le sonrió. - Bueno, debo irme, debo buscar a mi hermano o de seguro me matara. Nos vemos mañana, Adrián. – Se despidió de él para luego irse de allí corriendo. “Bueno, al menos arregle el mal entendido.” Adrián estaba feliz de haber arreglado las cosas con su amiga.


- Adrián… - Escucho la voz de Daniel llamarlo, este se estaba acercando lentamente hacia él.


- ¡Ah! Daniel Yo… -


- Tú… - Al principio, pensó que Daniel iba a matarlo, porque realmente su rostro se veía serio, y era un hermano mayor bastante celoso con Cecilia. - Supongo que está bien si eres tú. –


- ¿Eh? ¿A qué te refieres? – “¿Habrá escuchado mi conversación con Cecilia?” Adrián no sabía que pensar, ni siquiera entendía a que se refería Daniel.


- Si realmente te gusta Cecilia, lo aceptare, dudo mucho que te atrevas a hacerle algún daño, pero si lo haces juro que te pateare el trasero tan fuerte que te hare volar a la luna ¿entiendes? – Le hablo con un tono amenazante y al final simplemente soltó una pequeña risa.


- Pero yo no… - Ni siquiera le dio tiempo a explicar que Daniel fijo su mirada en el suelo, le dio la espalda y se fue caminando de allí a paso rápido.


- Nos vemos mañana, Adrián. – Se despidió rápidamente para luego irse de allí, dejando a Adrián solo y un tanto triste.


“Pero…. La persona que me gusta eres tú.” Pensó un tanto desanimado, por no animarse a decirle directamente lo que realmente sentía por él. Y eso se debía a que Adrián era de corazón sensible, el tan solo pensar que Daniel lo rechazaría, la sola idea de que eso sucedería, le dolía bastante.


En la actualidad, Adrián se sentía destrozado de la peor forma posible.


- Siento como si… - Empezó hablando Adrián.


- De algún modo… - Continuo Cecilia.


- Me estuvieran dejando de lado. – Hablaron ambos al mismo tiempo, desanimados al ver lo mucho que se reía Daniel al lado de Sebastián.


En ese momento, se encontraban en el salón de clases, en la hora de ciudadanía y trabajo. Tanto Adrián como Cecilia se sentían dejados de lado por Daniel desde que este comenzó a hablar con el chico nuevo del salón.


- Es increíble que a mí me llevara año y medio acercarme a Daniel… y este chico llega y en dos minutos acapara su atención por completo. – Se quejó Adrián. No iba a negarlo, estaba muy celoso, demasiado.


- Quiero que me devuelvan a mi hermano. – Se quejó Cecilia.


En ese momento, ambos compartían un mismo sentimiento, no era exactamente el mismo, pero ambos estaban celosos de algún modo. Cecilia estaba acostumbrada a estar pegada a su hermano mayor para molestarlo, pero molestarlo con todo el cariño y amor que una hermana podría hacerlo.


Sin embargo, Adrián se sentía aun peor. Pensaba que no era justo que Daniel lo acostumbrara tanto a ser el único con derecho a acercarse a él, para que luego venga alguien más y se burle de todo su esfuerzo en dos minutos. Y el sentimiento iba de mal en peor.


Cuando llego la hora del recreo, Cecilia, Laura y Adrián salieron al patio, y se quedaron sentados bajo la sombra de un árbol. Una vez que se encontraban alejados de Daniel, Adrián se sintió libre de lloriquear todo lo que tenía adentro.


- Me está dejando por otro. – Comenzó a lloriquear.


- Oh vamos Adrián, eso no es cierto. – Intento animarlo Cecilia.


- Pero… - Trato de controlar su lloriqueo. - Ese chico es perfecto para él, son igual de apartados del mundo, se la pasan hablando de videojuegos, Games of Thrones, miran las mismas estúpidas series, son igual de nerds. – De un momento a otro, comenzó a llorar de verdad. - Y yo solo soy un bobo que no entiende nada… Ni siquiera sé si Daniel me considera su amigo. –


- Ay, no resisto ver llorar a uno de mis amigos. – Laura se quitó el saco que llevaba puesto y se lo coloco a Adrián sobre la cabeza para tapar su rostro lloroso. Sin embargo, este seguía llorando.  – Agh, aun lo escucho. –


- ¡Laura! – Le reprocho Cecilia y luego le quito el saco de la cara a Adrián. – No te preocupes Adrián, dudo mucho que Daniel se fije en él. Solo tienes que animarte un poco más y ser todo un seme dominante. –


- ¿Seme dominante? Adrián con suerte llega a ser wanko seme. * – Hablo Laura.  


- Pero yo tengo fe de que Adrián puede llegar a ser un seme dominante. Aunque un wanko seme es uno de los más compatibles con un uke tsundere como lo es Daniel. – Le respondió Cecilia.


- ¿Qué rayos es un seme? – Pregunto Adrián tratando de secarse las lágrimas, sin entender del todo lo que ambas chicas decían.


- Cierto… aun no te hemos iniciado en el mundo del yaoi como corresponde. – Hablo Cecilia, y luego ambas se miraron con una sonrisa perversa, sacando al mismo tiempo sus celulares de sus bolsillos. - ¿Qué es lo más perturbador que tienes en tu galería Laura? –


- De todo un poco, tengo hasta la parte traumática de Goosh Goosh* y unos cuantos mangas de Harada*. – Respondió Laura mientras buscaba dicho contenido en su celular.


- Con eso basta, lo siento Adrián, pero en el mundo del yaoi se empieza desde lo más fuerte y traumático a lo más romántico y tierno. – Cecilia se colocó detrás de Adrián y lo abrazo, apretando ambos brazos del chico, de modo que se le dificultase escapar.


- ¿Qué? – Pregunto confundido. - ¿Qué van a hacerme? – Ambas chicas rieron perversamente y el video que Laura le mostraba en su celular, comenzó a reproducirse.


*-*-*-*


Daniel estaba tan entretenido hablando con Sebastián de series que seguían ambos, que para cuando se dio cuenta, había sonado la campana indicando que el recreo ya había finalizado.


- Maldición, olvide que tenía que comprar algo para comer, ahora vuelvo. – Le hablo Daniel a Sebastián al levantarse de su asiento. Ni bien salió del salón, vio como Adrián corría por el pasillo a toda prisa hasta llegar hasta él.


- ¡Dani! – Grito su nombre y luego salto hacia él para poder abrazarlo.


- ¡Adrián suéltame…! – Intento quejarse, pero cuando vio mejor el rostro de Adrián, noto que este estaba llorando.  - ¿Estas llorando? ¿Qué te paso? – Le pregunto bastante preocupado.


- Violaron… violaron mi mente. – Lloriqueo sobre el hombro de Daniel.


- ¿Qué? ¿De qué hablas? – Le pregunto aún más confundido por su respuesta. Segundos después, vio a Laura y a Cecilia caminando por el pasillo, dirigiéndose al salón sin siquiera tomarse la molestia de mirar a ambos chicos.


- Ay, pero que llorón eres. – Se quejó Cecilia.


- Es solo una niñita que no aguanta nada. – Se quejó Laura, y luego ambas entraron al salón.


- Creo que ahora tengo una leve idea de lo que te paso. – “Malditas locas.”Supuso que la razón por la cual Adrián estaba lloriqueando era por culpa de ambas chicas y su extraña afición por los dibujos gay.  - Tranquilo, no es real, ya pronto se borrará de tu cabeza, yo ya pasé por lo mismo, no te preocupes. – Trato de consolarlo para que este se calmara y lo soltara, pero este parecía aferrarse aún más a Daniel. – Adrián… -


- Hueles rico, tu olor me tranquiliza. – Le hablo Adrián con su voz más suave, mientras olía parte de su cuello. En ese momento Daniel se avergonzó tanto que quiso quitárselo de encima.


- ¡Suéltame! –


- ¿Por qué? –


- ¡Por favor, solo aléjate! –


- No quiero, aun no me recupero emocionalmente, necesito más de ti. –


- ¡No digas cosas que se podrían mal interpretar! –


- Todo salió tal y como lo planeamos ¿no? – Le hablo Cecilia a Laura, quienes estaban observando la escenita desde la ventana del salón que daba al pasillo.


- Totalmente. – Respondió Laura.


- ¡Ya van a ver ustedes dos! – Les grito Daniel a ambas chicas, quienes al ser descubiertas cerraron rápidamente la ventana.


“Dios, esto es muy vergonzoso.” Pensó al no poder quitarse a Adrián. No era como si le desagradara recibir un abrazo de Adrián, hacía mucho tiempo que dejo de impórtale si lo abrazaba por sorpresa o no, tan solo quería quitárselo de encima por miedo a que este notara lo muy fuerte que estaba latiendo su corazón, y de ese modo, descubriera sus ocultos sentimientos.


Continuara… 

Notas finales:

Hola!

*Wanko seme: No importa cuán cruel sea el uke con él, éste siempre estará enamorado de él.

 *Goosh Goosh: (Si no lo vieron, busquenlo... pero es perturbador ._.)

*Harada: Mangaka yaoi con historias muy interesantes. (Sin embargo, gran parte de sus historias contiene violaciones) (Amo a Harada, no me gusta el tema de las violaciones, pero mierda que sus mangas tocan temas interesantes T^T)

Bueno, eso es todo por hoy! 

Espero que se haya entendido un poco como es Adrian realmente :3 El chico es un amor, me da ternura. <3

Bay neee! Gracias por leer! Nos leemos pronto!


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