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Be Mine (Segunda Temporada) por Sam96

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Notas del capitulo:

Este es el primer capítulo de la segunda temporada de Be Mine. Espero que sea de su agrado.

Por favor dejen sus reviews :) y gracias por leer este fanfic.

Los años transcurrieron rápidamente desde la última ocasión en la que ambos se vieron, donde se agotaron las esperanzas y concluyeron su relación.


Daniel, aun se encuentra en Tokio, Japón. Su nivel profesional logró incrementarse, ya que ahora tiene más responsabilidad al ser encargado de supervisar la contabilidad de las sucursales dispersas en esta ciudad, siendo todas de la misma empresa para la que él trabaja, y finalmente formar estados financieros en general.


En cuanto a su vida personal, no se ha generado un cambio notable. Reside con su familia, Krystal y su madre, en un departamento bastante amplio, además de ostentoso. Durante el primer año de habitar Tokio, se esforzó excesivamente en su trabajo para estabilizar su nueva vida en esta ciudad, compró los bienes necesarios para satisfacer sus necesidades y las de su familia e inclusive algunos lujos. Sin embargo no fue una tarea fácil el hacer nuevas amistades, a pesar de que Niel dominaba el idioma del país, simplemente no sentía la confianza suficiente para esto. Con el paso del tiempo algunos compañeros de trabajo comenzaron a dialogar con él, y fue así como ganó sus actuales amistades, las cuales han demostrado ser verdaderas y confiables.


Una mañana normal en la vida de Daniel. Se levantó a la hora correspondiente, su madre preparaba su desayuno mientras él se duchaba y vestía formalmente.  Luego comió su desayuno, un par de panqueques con su respectiva tasa de café. Terminó despidiéndose de su madre para ir hacia su trabajo, en un coche mazda 3 color negro, el cual obtuvo con gran esfuerzo.


Al llegar a la empresa estacionó su auto y se dirigió a su oficina, una habitación de tamaño estándar cubierta de un tapiz color blanco ostión, amueblada con un escritorio de madera fina y su correspondiente silla giratoria de piel, una computadora y algunos archiveros, además de un par de sillas de madera y piel, frente a su escritorio.  Tomó los papeles encontrados sobre su escritorio, dentro de un folder, y posteriormente salió de su oficina para comenzar a recabar información financiera de unas cuantas sucursales de la empresa. Antes de esto, consultó con su secretaria si es que había algún comunicado para él, a lo que ella le comentó el imprevisto citatorio del director general, en ese preciso momento. Daniel inmediatamente retomó su camino, en dirección a la mencionada oficina.


Su director había estado esperándolo por unos minutos.  Niel rápidamente entró a la oficina y saludo formalmente, posteriormente le sugirieron tomar asiento, a lo que él accedió y guardo silencio para que su superior pudiese hablar.


- Daniel, usted es uno de mis mejores empleados, su trabajo siempre logra satisfacer mis criterios en cuanto estados financieros. – Dijo el director con semblante serio, después tomó un folder de su escritorio – Por lo que pude ver en los reportes enviados por el departamento de recursos humanos, usted es muy responsable con lo que hace. Sin embargo, es realmente necesario que usted concluya su trabajo. – El jefe de Daniel continuó con semblante serio e incluso preocupado. No le era sencillo dejar ir a uno de sus mejores subordinados.


- ¿Concluir?, Disculpe pero, ¿A qué se refiere con eso? – Respondió Daniel, un tanto anonadado por las palabras que había escuchado. Pensaba que era incoherente el hecho de que su trabajo siempre fue satisfactorio y aun así él sería despedido.


-Lo que escuchó, su trabajo aquí ha terminado. – El director soltó los papeles sobre el escritorio. Niel sólo se dedicó a guardar silencio, aun no asimilaba la noticia. – Daniel, necesito que vuelva a trabajar en Corea del Sur. – Comentó el superior, fingiendo una sonrisa para ocultar su evidente desagrado al dar la noticia.


- ¿Pero por qué esa decisión tan repentina? – El cuerpo del menor se torno frío. Nunca supuso la posibilidad de volver a su país natal. Se había esforzado por rehacer su vida en Japón, y ahora por órdenes de su jefe debía echar todo eso a la basura, y peor aún, volver a su pasado.


- Usted fue de gran ayuda para incrementar las ganancias de la empresa. Ahora es preciso que vuelva a Corea del Sur, la empresa no se encuentra en buenas condiciones, financieramente hablando. – El superior accedió a dar una explicación, ya que estaba consciente de que Niel tenía el derecho de escuchar una.


-¿Y si me rehúso? – Daniel no podía perder tan fácilmente todo lo que ganó con gran esfuerzo. Los recuerdos de los últimos años que pasó en su país natal se apoderaron de su mente, y un nerviosismo comenzaba a atacarlo, sin embargo no era notorio.


- Esa pregunta es muy sencilla. Si decide rehusarse, simplemente será despedido de la empresa. – El director volvió a tornarse serio, imponiendo su autoridad. Jamás perdería ante un subordinado.


- Pero… no es necesario que regrese a Corea del Sur. – Niel pensó rápidamente un argumento que lo hiciera continuar residiendo en Japón. - Lo que sucede con la empresa es que su sistema de administración es poco sólido. – Agregó, de manera seria.


- ¿Poco sólido?... Continua. – El jefe de Niel parecía ahora intrigado por él, ya que sus opiniones resultaban favorecedoras.


- En esa empresa no se lleva una supervisión sobre la contabilidad de las sucursales. El encargado de las finanzas envía algunos empleados para que recolecten los estados financieros necesarios. Es allí donde está el problema, los empleados podrían realizar acuerdos para entregar información no verídica– Daniel expresaba todo lo que sabía sobre su antiguo trabajo, con gran seguridad en sí mismo.


- Tal vez tengas razón. Entonces deberá ir allá y corregir ese sistema de administración, yo hablaré con el director de la empresa para que respete sus decisiones. Con esto concluimos, el departamento de recursos humanos le proporcionará detalles sobre su cambio de dependencia. Por este día continúe con su habitual trabajo. – El superior se puso de pie y dio unos pasos para salir de su oficina, dejando a su empleado completamente solo.


Daniel tenía todos sus sentimientos encontrados en ese momento. Debería estar feliz porque volveré a mi querida Corea del Sur, pensaba el menor, sin embargo no puedo volver…no ahora que he estabilizado mi vida, mis emociones. Ahn salió de la oficina, pensativo aún, y continuó con su rutina. Durante el trayecto a las sucursales se encontraba tan distraído que hubo varias ocasiones en las que estuvo a punto de arriesgar su vida con posibles colisiones con otros vehículos.


Con mucho esfuerzo logró terminar su turno laboral, sin embargo no sentía seguridad si continuaba conduciendo, por lo que llamó a Lee Sung Yeol, su actual pareja, para que le ayudara con su vehículo. No hubo ninguna clase de excusa por parte de Sungyeol, por lo que accedió rápidamente a la petición de Daniel, así que subió a su coche y se dirigió a la empresa del menor. Lee se encontraba realmente preocupado, ya que su novio jamás le había pedido algo así.


Daniel conoció a Sungyeol en el trabajo debido a que éste último auditaba la empresa, todo parece indicar que Niel tiene un gran gusto por los auditores. Lee era todo lo contrario a L.Joe, él tenía completa disponibilidad hacia Daniel, le encantaba pasar el tiempo libre con éste, estaba dispuesto a ayudarle en todo lo que estuviese a su alcance y aun más si él lo quisiera; además, era jodidamente sexy. Junto a todas estas características, también lo destacaba su desarrollo laboral, era uno de los mejores auditores en la firma de auditoría donde trabajaba. Era simplemente perfecto para Daniel, y fácilmente quedaron enamorados. Su relación ha continuado por todo un año. Niel les presento a Sungyeol hace cinco meses, y fue aceptado rápidamente por su amabilidad y el trato hacia el menor.


Ambos se encontraban en el vehículo, en completo silencio, hasta que Sungyeol no pudo contenerse más y se atrevió iniciar la conversación. –Dany… ¿Te encuentras bien?- Expreso en tono serio. ‘Dany’ era como lo llamaba, debido a que escuchó a su familia decirle de esta manera.


- Estoy bien, dentro de lo que cabe. – Daniel rió sarcásticamente, mirando hacia la ventana del auto. – Sungyeol… me acaban de dar noticias…- Expresó en tono serio. Niel conversaba informalmente con su pareja, a pesar de que éste es mayor que él por cuatro años.


Sungyeol no podía mirar al menor, ya que debía estar concentrado en no estrellar el vehículo, sin embargo notaba drásticamente la evidente tristeza en el menor. - ¿Qué pasa? ¿Estamos embarazados, Dany?- Intentó amenizar la situación, añadiendo un poco de risa. Pero al pequeño no pareció importarle.


- El director me obligó a laborar en Corea del Sur, de nuevo. – Niel se encontraba aun devastado. Estuvo a punto de soltar un par de lágrimas, sin embargo dio un gran suspiro y soporto aquella sensación.


- ¡Dany, es una excelente noticia! – Exclamó Sungyeol, con una enorme sonrisa en su rostro. – Volverás a tu país natal – Posteriormente acarició el cabello del menor levemente.


- Sí, es genial… - Susurró. No era nada agradable para él en ese momento, sin embargo no podía decirle nada con respecto a Byung Hun, por lo que debía buscar alguna excusa. – Pero si me voy, ¿Qué pasará contigo? – Dijo realmente preocupado, mirando atentamente al mayor.


- Intentaré pedir el cambio a una sucursal en Corea del Sur. No te preocupes Dany – Sonrió nuevamente. Sungyeol se encontraba realmente emocionado por la noticia. – Será divertido conocer el país donde creciste, ¿Cuándo te vas? – Cuestionó ansioso.


- No lo sé, supongo que en un par de días – Respondió pensativo. Aun tenía que decírselo a su madre y a Krystal, esto lo preocupaba mucho. Todo sucedió tan rápido, y su familia se encontraba tan feliz residiendo en Tokyo…


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