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LAS TRAVESURAS DE MI YO MALVADO por Himitsu furikou Akira

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Notas del fanfic:

Esta historia es en colaboracion con Gisesims con ayuda de Almasmetterling gracias bebe por el lemon.

Amanecía; tenía un ligero dolor de cabeza, ¿Dónde estaba? Ah sí, en la casa de Akashi-san.

Sonrió, aun los ojos cerrados, sin darse cuenta de que otro par de ojos achocolatados le miraban con diversión.

Había sido una fiesta divertida, nos habíamos reunido para festejar el cumpleaños por adelantado del emperador. Había dicho que en su día la pasaría con alguien especial y eso me entristeció, desearía ser más extrovertido y poder expresar mejor mis sentimientos. Lo que pase por alto era la mirada intensa que este me enviaba.

No contaba con que justo en ese momento, pasaba una estrella fugaz y que de alguna extraña manera, mi sueño se cumpliría.

Lentamente abrí los ojos, para ver algo inusual frente a mí, empezando por un cabello castaño del mismo color que el mío, un par de cuernitos en esa cabeza, ojos chocolate, ropa negra, alitas de murciélago y sonrisa pícara, sí; ese soy yo. Espera, si ese soy yo, ¿Quién soy yo?

Di un grito de impresión que fue medio ahogado por mi copia, dejo de gritar y me pongo atención, de alguna manera tengo un par de alas y una aureola de Ángel.

— ¿Que está pasando?

Tu deberías saberlo, somos el mismo al fin y al cabo —si me ponía a pensarlo, no había otra explicación—, pero no te preocupes, solo espérame aquí sentado, iré por ayuda. —Tomo mis manos con las suyas.

Internamente agradecí por lo buena persona que era, y como buen angelito, espere a mi otra parte ahí sentado, donde me lo pidió.

 

Mientras tanto, logre dejar a mi parte poco divertida en la recamara, iluso. Busque la habitación de cierto pelirrojo, di unos pasos, y sigilosamente entre en ella.

Ahí estaba, la fuente de mis suspiros. Me acerque lentamente, y poco a poco retire el cobertor que le cubría, tenía puesto un pijama azul cielo, le toque el rostro y vi cómo se removía un poco, feliz por mi acción, subí a la cama y con una cinta que saque estratégicamente de quien sabe dónde, le ate una mano a la cama.

Akashi-san… —le susurre al oído, oh, que hermoso despertar admire.

—Kouki, ¿Qué haces en mi recamara? —para ese momento, el emperador sí que estaba desconcertado. Movió su cuerpo en un intento de levantarse de la cama, pero yo ya me había sentado en sus piernas para que no se moviera.

Buenos días Akashi-san —canturrie contento—. Vine a desearle un feliz cumpleaños por adelantado —hice un movimiento lascivo que logro sacarle un sonrojo.

—Kouki, más te vale que te hagas responsable de tus actos —me dijo con voz algo ronca.

Seijuro —le dije acercando mi boca a sus labios.

Mientras me movía entre sus piernas, note con descaro como su cuerpo reaccionaba ante mí y eso me hizo feliz, al parecer no se había dado cuenta aun de que tenía una mano atada, toco sin pudor alguno mi trasero con la disponible, gemí de placer pero sabía que mi contraparte se daría cuenta de mis acciones. Me acerco al oído del emperador, y le digo:

Atrápame, si puedes. —Salí de ahí sin darle explicación alguna.

Cerré la puerta, y me escabullí a la habitación de al lado lo más rápido que pude. Una vez adentro, dirigí mi vista hacia la cama, y al instante una sonrisa se formó en mi rostro al ver quienes estaban alli. Takao y Midorima dormían plácidamente… Sería una lástima que alguien los despertara, ¿No? Jajaja.

Lentamente camine hacia la cama, y de un rápido movimiento, me subí sobre Midorima, provocando que este se despertara sobresaltado.

— ¡Ahhh! —Abrió los ojos repentinamente— ¡¿Q-Que…?! ¡¿Furihata?! ¡¿Que estás haciendo?!

Lo ignore y comencé a besar su cuello. Debido a los gritos, Takao se despertó y abrió los ojos como platos al verme sobre su novio.

— ¡¿Kou-Kou-chan?! ¡¿Qué crees que estás haciendo?! —Me grito. Yo solo gire mi rostro, y lo mire con una sonrisa burlona, para continuar besando el cuello del peliverde, notando como este se sonrojaba a más no poder, mientras trataba de alejarme.

— ¡¿Por qué te sonrojas, Shin-chan?! ¡¿Acaso te gusta?!

— ¡¿Q-Que?! ¡Cla-Claro que no! ¡Aléjate de mí, Furihata! —Grito empujándolo lejos.

— ¡Eres de lo peor! ¡Creí que yo era el único que te gustaba! —Con una expresión de dolor, y apunto de soltar lágrimas, se levantó de la cama y salió corriendo de la habitación, no sin antes mirarme, y decir—: Jamás te perdonare esto, Furihata Kouki.

— ¡Takao, espera! —Rápidamente se levantó de la cama, y corrió detrás de su novio.

Satisfecho por lo que acababa de hacer, salí de la habitación, pensando en quien sería mi próxima víctima.

                                                                 ….

Mientras tanto, Akashi trataba de soltarse, pero el nudo era demasiado fuerte.

—Maldición, Kouki… Esta me las pagas. —Se quejó apretando los dientes con furia, mientras observaba con un sonrojo en sus mejillas, la erección que tenía por culpa del castaño—. Mejor que se prepare, porque cuando lo encuentre… No podrá caminar por tres semanas.

                                                                   ….

En la cocina de la mansión, se encontraban Kagami, Kuroko, junto a Kise y Aomine, preparando el desayuno. Akashi le había dado el dia libre a todos sus sirvientes, por lo que, ahora ellos mismos tenían que prepararlo.

—Apresúrate, Bakagami, tenemos hambre. —Dijo mientras abrazaba a Kise por la cintura, -que estaba sentado sobre sus piernas- y besaba su cuello.

— ¡Mejor deja de quejarte y ayúdame! ¡Y tú también Kuroko! —Grito mirando a su novio, que solo lo observaba con su rostro inexpresivo.

—Pero no se cocinar.

—Y-Yo te enseñare, ven.

—Está bien… —Contesto con una sonrisa, para acercarse a él, tomarlo del rostro, y darle un beso apasionado.

Kise y Aomine estaban igual, prácticamente se comían a besos. Era una atmosfera súper romántica y llena de amor, pero eso estaba a punto de cambiar.

                                                                ….

Llegue a la cocina, y observe a los cuatro tan felices y enamorados. Inmediatamente sonreí de forma malvada, la escena era perfecta para lo que tenía planeado.

                                                                ….

 

Aun me encontraba sentado en la cama esperando pacientemente el regreso de mi otra mitad castaña, cuando de repente, empecé a sentir un calor inexplicable.

— ¿Pero qué es lo que estoy haciendo? —Pensé, viendo a través de sus ojos, a un Akashi-san sonrojado, y eso casi hace que me provoque un infarto entre el miedo y la vergüenza.

Me levante de la cama apresurado, y salí de la habitación. Pase a un lado de la que le correspondía a Akashi-san, pero decidí  pasarme de largo para evitar una muerte segura. En ese momento, alcance a oír gritos en la  habitación de Midorima-san y Takao-san; eso me alerto. Me dirigí ahí por puro miedo de saber que era lo que mi yo malo les había hecho. Takao venía en mi dirección y me vio.

— ¡Tu! —Me dijo, apuntándome lleno de ira con su dedo. Se acercó y me tomo de mi camisa blanca por el cuello— ¿Por qué me quieres quitar a mi Shin-chan? ¡¿Que no viste el trabajo que me costó que admitiera que me amaba?! —Grito mientras me movía de un lado al otro fuertemente.

—Takao-san, e-ese n-no fui yo, l-lo juro… —le dije algo consternado. En ese instante me vio con más detenimiento.

—Kou-chan, ¿Por qué eres Kou-chan, verdad? ¿Por qué traes ropa diferente? Y, ¿Qué son estas cosas? ¿Te gusta el cosplay? Picaron —todo esto mientras tocaba sin disimulo mis alitas esponjositas.

—Mooooo Takao-san, no sé qué esta pa-pasando —le dije en un sollozo—, pero debe ayudarme…

—Espera un momento, si tu estas aquí, ¿Quién era el Kou-chan que quería robarme a mi Shin-chan?

—Lo si-siento Takao-san, creo q-que so-solo quiere mo-molestar —baje la cabeza en señal de disculpa, en ese momento llego Midorima-san todo rojo y agitado haciendo que la furia volviera a su mente de nuevo.

— ¡Y tú, Shin-chan pervertido! Que te emocionas a la pri…

 —Cállate Bakao —le dijo mientras le tapaba la boca—, solo estaba a-asustado… —admitió— y tu Furihata, en que… oh, tú no eres el de antes.

—He… Shin-chan, te diste cuenta rápidamente, y eso que yo soy el del ojo de halcón —le dijo aun celoso.

—Es obvio que no son el mismo, Oha Asa advirtió que los Escorpio experimentarían el Ying/yang, tu lado bueno y lado malo han sido separados. —ambos le miramos y decidí preguntar.

— ¿Eso quiere decir que mi otro yo se quedara para siempre? ¿Tendré un gemelo malvado? —le dije al borde del llanto.

—Shin-chan tonto mira que llora el angelito—

Ante la presión, Midorima-san dijo rápidamente—: Tal vez el efecto termine hoy a las 12 de la noche, pero por tu bien deberías atraparle, puede que cause varios inconvenientes.

 —Bien, pues le ayudaremos.

—No es nuestro asunto, además de que debemos hablar tú y yo.

—Pero…

—No hay problema Takao-san, es mí deber atraparme a mí mismo. Lo siento una vez más por los inconvenientes. —Me di la vuelta para dirigirme a la cocina, tal vez estaría en ese lugar.

Mientras el castaño angelito se alejaba, no llego a ver como el peliverde se llevaba al pelinegro de vuelta a la habitación.

—Bien Kazunari, te demostrare que tú eres el único que me gusta —la expresión que puso en ese momento basto para que el pelinegro palideciera. Al ser empujado a la cama con un poco de brusquedad, trago saliva y mentalmente se dijo que le agradecería después al castaño, pero justo en ese momento temía por su trasero.

                                                                      ….

— ¿Con quién empiezo? —pensé, tocándome la barbilla. Poco a poco me acerco al As de Too y a la copia perfecta.

—Aomine-san, ayer se le cayó esto después de salir del baño —dije intentando poner la cara más inocente de mi repertorio, mientras extendía una revista de Mai-chan especial navideño edición de lujo limitada. La cara de Aomine-san palideció y el ambiente se volvió como un tempano de hielo en cuestión de segundos.

–Así que, Daiki… —uff lo llamo por su nombre, jajaja— ¿Me puedes explicar de dónde salió esto? —Le pregunto con un aura oscura a su alrededor.

—Pues, de la tienda Kise-san, ¿De dónde más?

 –Furihata-kun, eso no ayuda. —dijo Kuroko, que ya se había percatado de la situación, así como también de mi apariencia, pero al parecer le divertía también saber lo que pasaría.

—Eso no es mío —dijo mirando a su novio seriamente.

— ¿De verdad, Aominecchi?

—Claro, si fuera mía estaría bien escondida de ti… Espera, es edición limitada… —le arrebata la revista a Kise-san, pero al darse cuenta de sus palabras, le mira con precaución.

— ¡Eres un idiota! Quédate con tu Mai-chan… —se lanza a los brazos de Kuroko, llorando como magdalena. En ese momento Kagami explota en risas por la situación  del moreno.

—Cállate Bakagami, oí Kise era una broma… más o menos —dice murmurando.

—No puedo creer que hagas eso, Aomine-san —le digo para hacer más fuego. El llanto de Kise-san se hace más fuerte.

—Tu cállate chihuahua, y tú también Bakagami.

—Aomine-kun, has hecho llorar a Kise-kun —le dice Kuroko un tanto divertido, Kagami no para de reír.

Rápidamente Aomine-san saca a Kise-san de entre los brazos de Kuroko, y le dice:

—Sabes que te amo rubia, ¿Y de que tanto te ríes, Bakagami?

—De que cof cof «el único que puede vencerme soy yo» fue vencido por una revista, jajaja.

—Y una mierda, tu luz es débil.

—Eso no es cierto Aomine-kun, la luz de Kagami-kun sí que es fuerte… muy fuerte.

—Ku-Kuroko… —le responde Kagami sonrojado.

—Yo solo digo la verdad, Kagami-kun.

— ¿Eso quiere decir que… la luz de Aomine-san no lo es? —pregunto tranquilamente. Todos me miran, ups creo que dije algo que no debía, jajaja.

— ¡Kurokocchi tonto, tonto! —Kise-san sale corriendo, y seguido de él Aomine-san, pero antes me grita:

— ¡Esta me la pagas, chihuahua!

Kuroko me mira, ahora si algo molesto, y se gira hacia Kagami.

—Kagami-kun.

Estaba por marcharme tranquilamente, cuando escucho el llamado del tigre.

—Tú no eres Furi, ¿Dónde está, y que le hiciste? —Me dice algo molesto.Vaya, no es tan idiota. Que le diré, que le diré…

—Yo soy yo Kagami, que cosas dices… —creo que mis provocaciones no servirán con estos dos, pero por lo menos los avergonzare.

—Por cierto, se ve que la luz… es fuerte, Kuroko. —le dije mientras miraba la entrepierna del tigre, ups ahora si se enojó, pero conmigo, ya que un aura oscura salía de Kuroko. Hora de huir. A Kagami casi le da un ataque por la vergüenza.

—Fu-ri-ha-ta-kun, cállate… —Use un pequeño momento de distracción para irme de ahí.

—Espera Kuroko —escuche como le llamaba Kagami, evitando que viniera tras de mí.

                                                                       ….

Mientras tanto, el rubio corría por el pasillo hacia su habitación, mientras intentaba dejar de llorar. Estaba decepcionado y triste. ¿Por qué Furihata había dicho tales cosas? Se sentía traicionado.

— ¡Kise! ¡No corras tan rápido, maldición! —Grito tomándolo del brazo, haciendo que se volteara a mirarlo. Al verlo, sintió una punzada de dolor en su corazón. Sus mejillas estaban mojadas, y sus ojos estaban rojos. Le dolía verlo asi, y más sabiendo que en parte era por su culpa.

— ¡¿Qué quieres?! ¡¿No ves que quiero estar solo?! —Lo miro a los ojos derramando lágrimas—. Me duele saber que prefieres a «Mai-chan» antes que a mí...

Aomine frunció el ceño, y sin decir nada, lo tomo de la cintura, acercándolo a él para darle un beso más que apasionado. Kise se resistió al principio, pero inevitablemente termino correspondiéndole, pasando los brazos alrededor de su cuello.

—Rubio idiota, ¿No te das cuenta de que yo solo tengo ojos para ti? —Le dijo al separarse—. Eres el único que me encanta, ¿Cuántas veces tengo que decírtelo, Kise?

—L-Lo siento, Aominecchi. —Dijo mirándolo arrepentido—. Es solo que… sabes lo inseguro que soy, ¿Por qué haces que me sienta peor?

—Tranquilo, bebe… —Lo miro con ternura, acariciando lentamente su mejilla—. Yo me encargare personalmente de no te sientas inseguro nunca más. —Su mirada cambio a una pervertida, y Kise se sonrojo al escucharlo. Sabía perfectamente a que se refería.

—Está bien… —Esta vez, fue el quien acorto la distancia, uniendo sus labios con los de su pareja en otro beso apasionado, que fue correspondido al instante.

Habrían seguido besándose, de no ser porque fueron interrumpidos por el carraspeo de una voz que conocían muy bien.

—He… D-Disculpen, Kise-san, Aomine-san… —Hablo Furihata con nerviosismo, y un leve sonrojo en sus mejillas.

Tanto Kise como Aomine, miraron molestos al castaño, especialmente el rubio.

— ¡Tu! —Kise tomo a Furihata de la ropa, haciendo que este temblara del miedo. Aomine solo sonrió, orgulloso de su novio, verlo asi lo ponía a mil.

— ¿Q-Q-Que…? ¿Q-Qué ocurre, Kise-san?

— ¡¿Cómo que «que ocurre»?! ¡Te burlaste de nosotros! ¡Hiciste que Kurokocchi hiriera a Aominecchi! ¿Te parece poco? —Grito, soltando su agarre al sentir los brazos de su novio rodeando su cintura.

El moreno desvió la mirada con algo de tristeza e incomodidad.

— ¿Qué es eso que tienes en la espada, chihuahua? ¿Y cómo te cambiaste de ropa tan rápido? —Dijo Aomine, levantando una ceja.

—Y-Yo… Sé que esto sonara raro, pero… ese no era yo.

— ¡¿Que?! —Gritaron Aomine y Kise al unísono.

 —Lamento lo que mi otro yo hizo, de verdad lo siento… Pero les aseguro que me atrapare a mí mismo. ¡Lo prometo! —Acto seguido, se dio la vuelta y comenzó a correr hacia la cocina.

El rubio y el moreno lo observaron incrédulos, sin poder entender nada de lo que el castaño había dicho.

 

                                                                       ….

Cuando por fin el emperador logro desatarse y arreglar el problema entre sus piernas,  sin siquiera quitarse la pijama, salió hecho una furia para encontrar a cierto cachorro seductor, el mismo que pagaría muy cara la osadía de dejarlo en esas condiciones.

Había escuchado los gritos del pelinegro amante de Shintaro, así que rápidamente dedujo que algo había hecho su castaño, ya estaba maquinando el castigo que le daría, y lo saboreaba. Se detuvo en frente de la puerta de la recámara de ambos, pero los ruidos de adentro le indicaron que no conseguiría información ahí, por lo que siguió caminando hasta que llego con los más problemáticos de sus amigos. Supuso que también habían sufrido estragos, al ver la cara roja y llorosa del rubio.

—Ryouta, Daiki. ¿Dónde está Kouki?

—Oí Akashi, el chihuahua esta raro… —le dijo algo pálido el moreno.

—Habíamos hablado con él en la cocina Akashicchi, lo dejamos ahí pero después nos lo encontramos de nuevo aquí.

—Nos pidió disculpas, y dijo que se atraparía a sí mismo.

—Bien, pagaran los destrozos de la recamara, ¿Entendido?

—No romperé nada más que a Kise, Akashi. Despreocúpate.

— ¡Aominecchi! P-Pervertido… —Se quejó haciendo un puchero, mientras sus mejillas se teñían de rosa.

—Como sea, las tijeras no son la solución… —Tomo de escudo de protección a Kise, mientras seguía hablando.

— ¿Dijiste algo, Daiki?

—Di-Dije que el chihuahua estaba en la cocina.

— ¿Qué cosa?

—Digo que Furihata-sama está en la cocina.

—Bien. —Salió en dirección a la cocina.

                                                                 ….

Estaba a punto de entrar a la cocina, pero me detuve al encontrarme con Kuroko y Kagami en la entrada, mirándome molestos. No sabía lo que había hecho mi otro yo, pero por lo que Kise-san me dijo, seguramente era algo malo.

—Ku-Kuroko, Kagami, yo… —Trate de explicarles, pero me interrumpieron.

— ¿Eres el Furihata-kun verdadero?

— ¿Q-Que? —Me sorprendí al escucharlo. ¿Eso quiere decir que lo saben?

— ¿Lo eres, sí o no? —Me pregunto esta vez Kagami, con el ceño fruncido.

— ¡S-Si! ¡Soy yo! —Grite, notando como su expresión cambiaba a una de alivio—. Escuchen, n-no sé qué es lo que paso… Solo desperté, y tenía a una «copia» a mi lado.

—Sí, tu copia malvada… —Dijo Kagami, desviando la mirada con molestia.

— ¡Lo siento! Lo que sea que haya hecho, de verdad lo siento.

—Está bien, no es tu culpa, Furihata-kun. Tranquilo. —Sonrió levemente—. Lo que importa ahora, es encontrar a tu otro yo, y arreglar esto de una vez.

Yo asentí un poco más tranquilo, y salimos de la cocina, comenzando a «buscarme».

                                                                 ….

Seguí caminando hasta llegar a la terraza, donde el gigante de Yosen se encontraba muy acaramelado con el hermano de Kagami y recordé cierto evento que presencié anoche.

 —Himuro-san —le llame para que me prestara atención.

—Furi-chin, ¿Por qué tienes cuernitos? —me pregunto curioso.

No son importantes, Murasakibara-san.

— ¿Decías, Furihata? —me pregunta Himuro, algo incómodo.

Ah, si… Me dijo Kagami que le preguntara si se encontraba bien por lo de… ayer, y si no le dolía mucho la espalda. —La cara de Himuro-san se puso toda roja y la de Murasakibara-san muy seria, jajaja esto se pondrá bueno.

— ¿Que sucedió ayer, Muro-chin? ¿Acaso fue cuando fuiste a la cocina por aperitivos y te tardaste?

Además de que volvió con un pantalón deferente, ¿No? —La verdad era que el pobre de Himuro-san había tropezado con algún líquido y había caído de sentón ensuciándose todo, pero eso el titán no lo sabía.

—Atsushi, n-no es lo que piensas… —Contesto nervioso.

— ¿Ah, no? ¿Y qué es?

—L-Lo que paso, fue que…

— ¡¿Me estas engañando con Kaga-chin?! —Grito interrumpiéndolo— ¡¿Es eso?!

Satisfecho por lo que hice, me retire. Ya moleste a todos. Ahora solo me queda encargarme de mi yo «bueno», y del pelirrojo sexy.

— ¡¿Que?! ¡No! ¡Por supuesto que…!

— ¡Me estas engañando con Kaga-chin! —Volvio a interrumpirlo—. Claro, por eso eres tan «amistoso» con él, ¿No?

— ¡Déjame terminar!

—No quiero escucharlo. —Contesto con frialdad, alejándose del pelinegro.

— ¡Pues tendrás que escucharme, quieras o no! —Lo tomo del brazo, deteniéndolo—. Jamás te engañaría, idiota… Y mucho menos con Taiga, él es como un hermano para mí.

—Pues lo que dijo Furi-chin, demuestra lo contrario.

—No sé por qué Furihata lo dijo de esa manera, ni porque estaba vestido de esa manera… Pero te juro que no es lo que crees. Yo… m-me tropecé, me caí, y ensucie mi pantalón… —Dijo sonrojado, muriéndose de la vergüenza al recordarlo—. Taiga me presto un pantalón que trajo, hasta que el mío este limpio.

—Claro… ¿Me estas tomando el pelo, Muro-chin? —Lo miro levantando una ceja—. No soy idiota, ¿Sabes?

— ¡Si, lo eres! ¡Eres un idiota por siquiera pensar que yo puedo engañarte! —Mientras hablaba, su voz comenzó a tornarse temblorosa, y sus ojos se aguaron, conteniendo varias lagrimas que amenazaban con salir. Murasakibara sintió una punzada en su corazón al verlo.

—Mu-Muro-chin…

—Yo te amo, Atsushi. Sabes todo lo que siento por ti, te lo he dicho en muchas ocasiones, ¿Por qué no confías en mí?

—Lo siento, Muro-chin. Perdóname, te creo… —Acorto la distancia con el menor, acercándose a él para rodearlo con sus brazos en un abrazo, que el contrario correspondió al instante—. Sé que nunca me engañarías, ya no llores, por favor. Es solo que… A veces me molesta lo bien que te llevas con Kaga-chin.

—Tonto, ya te dije que Taiga es como un hermano para mí. El único en mi corazón eres tú, Atsushi. Te amo más que a cualquier otra cosa.

—Yo también te amo… —Se separó unos centímetros de su novio, y lo tomo del rostro, acercándose a sus labios.

— ¿Más que a los dulces y frituras? —Dijo soltando una risa, mirándolo a los ojos.

—Mucho más… —Finalmente unio sus labios con los suyos, en un largo y lento beso apasionado y necesitado.

                                                                  ….

En otra parte, Akashi corría por el pasillo hacia la cocina. Una vez que llego, le dio una patada a la puerta, provocando un gran estruendo al azotarse contra la pared.

— ¡Kouki! —Recorrió con sus ojos todo el lugar, pero al parecer no había nadie. Aomine le había mentido… ¿O no?

— ¿Me buscabas? —Escucho una voz detrás de él. Rápidamente se dio la vuelta, encontrándose con el castaño, que lo miraba de una forma bastante… sensual, y provocativa.

—Aquí estas, por supuesto que te buscaba. Vas a pagar por lo que me hiciste, Furihata Kouki. Asi que mejor prepárate.

— ¿Quieres darme un castigo? —El castaño con alas negras y pequeños cuernos, se lamio los labios, y se acercó al pelirrojo.

Akashi solo se cruzó de brazos, y lo miro con el ceño fruncido, tratando de no dejarse llevar por sus provocaciones.

De pronto, el castaño lo tomo de la ropa, y unio sus labios con los suyos en un beso muy apasionado, rápido, y furioso… Dejándolo más que sorprendido. Al principio no quería corresponderle, pero después solo se dejó llevar. Si el castaño quería jugar, jugarían, obviamente el ganaría.

Le sorprendía que con la apariencia tierna que tenía siempre, lo besara de esa forma. Era muy excitante, mordía su labio inferior, y enredaba su lengua con la suya en una batalla para tomar el control.

Sintió deseos de llevárselo a la cama en ese mismo instante, y hacerle de todo hasta que no pudiera levantarse en al menos tres días. Queriendo probar más, llevo una mano debajo de su ropa, pero fue detenido rápidamente por el castaño, separándose de sus labios.

— ¿Quieres más? —Le pregunto en un tono sensual—. Entonces ven por mí, Seijuro… —Acto seguido, se dio la vuelta, y comenzó a correr, saliendo del lugar.

Akashi apretó los puños de las manos con furia. Otra vez lo dejaba con las ganas, pero esto sí que no iba a dejarlo pasar; recorrería toda la casa de ser necesario, pero no pararía hasta encontrarlo.

— ¡Vuelve aquí, Furihata Kouki! —Salió de la cocina, corriendo detrás del castaño lo más rápido que pudo.

 

                              …………………………………

 

Kuroko, Kagami y yo seguiamos buscando a mi yo malvado, ya me habian contado lo impertinente que habia sido con Kagami en la cocina, mi cara estaba roja igual que la de el, ya me habian dicho que no era necesario que me siguiera disculpando ya que no era mi culpa…. Al menos no del todo.

Nos dirigiamos a otra parte de la casa cuando de pronto senti ese calor de nuevo, pare en seco atrayendo la mirada de la luz y la sombra hacia mi.

—Furi, ¿Ten encuentras bien?— Me pregunto Kagami.

—Furihata-kun tu cara esta muy roja—

—¿Qu-que es lo que hago? Kuroko voy a mo-morir— me agache en el suelo, habia visto lo que mi otra parte habia hecho y tenia mucha vergüenza, ¿Cómo veria a Akashi-san de ahora en adelante?

—Calmate Furihata-kun veras que todo se va a solucionar—

—Seria mejor que nos separasemos ¿No creen? Asi tendremos mas posibilidades de encontrarme— Lo que no queria en verdad era que me encontraran en una situacion comprometedora con Akashi-san

—Tal vez sea cierto, vamos Kuroko nososotros buscaremos de este lado—

                                   …………………………

 

Camine lo mas rapido que pude a el lugar del ultimo vistazo que tube de mi copia, sabia que habia hecho enojar a Akashi-san con sus coqueteos, llegue a la habitacion del emperador y ahí se encontraba mi copia sentado muy inocentemente en el medio de la cama.

—T-tu me mentiste y en-encima de eso mo-molestaste a Akashi-san y a mis amigos—

Claro, sabes muy bien en el fondo que estas mas que enamorado de ese sexy chico pelirrojo, solo que eres demaciado cobarde como para hacer algo al respecto; yo solo te di un empujoncito—

Pe-pero n-no tenias que gacer nada de eso, ¡yo no te lo pedi!. Ahora me vas a acompañar y vas a pedirle disculpas a todos por lo que hiciste— Mi copia solo se cruso de brazos y se nego

Eatamos esperando a alguien y no saldremos de aquí en un buen rato, creeme me vas a amar cuando te des cuenta—

Nada de eso levan…—

En ese momento la puerta se abrio violentamente, era Akashi- san, yon me encontraba intentando levantar a mi copia de la cama para que me acompañase a pedir disculpas y mi rostro palidecio por la sorpresa y el miedo a ser atravezado por unas filosas tijeras, que por cierto el emperador traia en la mano.

Bienvenido Seijuuro, te estabamos esperando—

Akashi-san e-esto ti-tiene una explicacion l-lo juro—

 

Me estaba cansando de buscar por toda la casa hasta que me encontre con Kuroko y Kagami, ellos me dieron buena informacion aun no entendia eso de que habian dos Kouki pero lo iba a averiguar, la direccion que jme indicaron era por donde se encontraba mi habitacion y cuando estaba cerca me parecio escuchar una conversacion,  si Kouki estaba haciendo unas de sus sexis jugarretas con alguien mas rodarian cabezas y su delicioso trasero sufriria las concecuencias en ese preciso momento.

Al abrir la puerta me quede algo imprecionado al ver a dos chicos completamete iguales a escepcion que uno tenia un aura tierna y angelical como su ropa y alas lo indicaban y el otro un aura picara y algo malvada como sus cuernos y colita de diablo tambien lo indicaban. Un paraiso pense.

Bien— me aclare un poco la garganta para concentrarme ante tal vision —Kouki mmm el de blanco, confio un poco mas en ti, me puedes explicar que es lo que esta pasando— dije esto mientras cerraba la puerta con seguro, decidi antes de todo clavar las tijeras en la puerta desde afuera, pobre de aquel desdichado que osase acercarse.

 

Vi como Akashi-san enterraba sus tijeras en la puerta, eso me calmo un poco al menos no las usaria en mi contra, pero antes de contestarle un borron de negro paso a mi lado y se abalanzo hacia el casi tumbandolo.

Pero que malo eres Seijuuro, mira ahora venimos dos por uno, moooo que no te agrada la idea—

Alejate t-tu de Akashi-san per-pervertido, des-desvergonzado— le grite a mi copia mientras lo alejaba de Akashi-san, pero el estaba colgado de su cuello asi que cuando lo jale yo cai encima de el tumbandonos a los tres al piso.

Mi cara se puso completamente roja al darme cuenta en la posicion en la que habiamos caido y alcance a ver un tenue sonrojo en la cara del emperador.

—Kouki, no te atrevas a moverte de tu lugar— me dijo en un susurro, sentia sus manos en mi cadera y como estas se movian lentamente hasta mi trasero — has sido, no; han sido chihuahuas malos, creo que merecen un buen castigo uno mas que otro pero lo merecen— en ese momento lo apreto y lance un gemido que me parecio vergozonso

—Tu, kouki dos quedate quietecito donde estas y no digas nada—

Pero yo tambien quiero participar Seijuuro, no seas malo— esto se esta poniendo divertido lastima, mi tiempo libre se esta terminando

—kouki, ¿No tienes nada que decir?—

—Akashi-san ¿Po-podria qui-quitar sus manos de ahí?—

—No, responde a mi pregunta Kouki—

—Y-yo no se que es lo q-que paso, des-desperte y este es-estaba ya a mi lado, pe-pero Midorima san dijo que Oha Asa nosequecosa y eso…—

ying y yang dijo el peliverde, jajaja eso fue divertido, todo en realidad fue muy divertido— vi como fruncia el ceño en enojo pero ya es muy tarde, lo hecho hecho esta

—Ya veo despues le dire a Shintaro que me de una buena explicacion acerca de esto—

Akashi-san se sento en el piso conmigo sentado en sus piernas, yo estaba muy nervioso ¿Qué no intentaria hacerme pagar por mi osadia? Me veia atentamente e iba acercandose lentamente a mi cara pero para ese momento yo me sentia un poco mareado, todo me daba vueltas y alcanse a ver como mi otro yo caia desmayado en el piso, lentamente cerre los ojos y cai en el pecho de Akashi-san alcance a oir un “ya me las pagaras cuando despiertes”

 

Habia visto con mis propios ojos la version buena y mala de Kouki no es que me disgustara la version deshinibida de el, pero lo queria en sus cinco sentidos asi que solo le provocaria un poco hasta que volviera a la normalidad y puediera castigarle como es debido. No me sorprendi para nada que este de pronto viniera encima de mi y se me colgara al cuello lo que si me descoloco un poco fue que; en el intendo de querer quitarmelo el Kouki bueno cayera encima de mi haciendo mis planes mas faciles de realizar, le toquetee sin pudor alguno viendo con orgullo un lindo sonrojo aparecer en la cara de mi castaño. Pero algo no andaba bien con ambos, no pude alcanzar a evitar que Kouki numero dos cayera desmayado en el piso, pero si con el Kouki que tenia entre mis brazos.

—¿Kouki? Ya me las pagaras cuando despiertes— me levante del suelo con el en brazos y lo recoste en la cama, acto seguido fui por el otro y lo puse a su lado. Sali de mi habitacion y rapidamente teclee un mensaje en mi telefono para todos, cuando llegue a la cocina donde ya se encontraban todos fui rapidamente atacado por sus preguntas.

Silencio todos, contestare sus preguntas—

—¿Qué sucedió con el chihuahua, digo Furihata-sama Akashi—

—Esta desmayado, Shintaro tienes una explicacion para esto—

—Fue obra de Oha Asa, el destino, una broma, no lo se todo Akashi—

—Bien nosotros nos estamos retirando Akashicchi ya es tarde y mañana tenemos instituto—

—Akashi-kun, no sea duro con Furihata-kun—

—¿Kuroko piensas dejar a Furi aquí?—

—No es necesaria la preocupacion Taiga yo me encargare de llevare a su casa—

—Pero hoy, no dentro de tres dias—

—¿Dijiste algo Taiga?—

—…—

—Tetsuya no es necesario que diagas nada—

 

                   ……………………………

 

Cuando por fin se habian marchado todos ya era algo tarde, fui a ver a mi querido cachorro a mi habitacion, se encontraba durmiendo ya solo en medio de la cama.

Me subi a ella apricionando a mi bello durmiente para despertarle, poco a poco abrio sus ojos, al principio se desconcerto y despues los abrio algo sorprendido mirando a tosos lados como cachorro que era buscando escapatoria.

Akashi-san y-yo l-lo si-siento por por to-todo lo que paso, n-no era no era mi intencion ca-causar alboroto de esa ma-manera—

—Kouki, te portaste muy mal, como planeas compensarmelo—

—Yo me disculpare con los chicos y l-lo si-siento de verdad Akashi-san— vi como poco a poco se acercaba hasta darme un pequeño beso en los labios, al principio no correspondi pero poco a poco fui cediendo.

—Esto es parte de mi pago Kouki, pero aun falta mucho mas— me dijo pero mis lagrimas hicieron que se detubiera

—Yo Akashi-san y-yo— el tapo mi boca con su mano y me dijo

—Lo se Kouki, tu tambien me gustas mucho, no; la verdad es que yo te quiero, cada gesto tuyo, esa inocencia y honestidad que te caracteristiza me ha enamorado, me he enamorado de ti Furihata Kouki—

Su declaracion me tomo por sorpresa y sonrei feliz pero recorde de pronto lo que habia dicho, el que pasaria su dia con una persona especial y temi  que mintiera solo para castigarme por lo ocurrido.

—Pero dijo que…—

—Esa persona eres tu Kouki—

—Yo ta-tambien estoy enamora de ti Aka…—

—Dime Seijuuro—

—Pero pero y-yo— mi cara se puso toda roja, me veia tan intensamente que no pude negarme —Sei-seijuuro—

—Oh Kouki creo que es hora de que pages—

Akashi-san me beso intensamente, poco a poco le fui siguiendo el paso, se sentia tan bien, abri mi boca en busca de oxigeno y su lengua se cruzo con la mia, no pude evitar gemir ante tales sensaciones, estando recostados en la cama fui perdiendo el miedo y el nerviosismo para tocar su espalda abrazandole a mi. Se separo un poco y me vio detenidamente.

—De verdad me gustas mucho Kouki, te amo—

—Yo tambien te amo Sei..— me beso una vez mas pero esta vez en el cuello — ahh Sei Sei ahí n-no ahh—

—¿Por que no Kouki? Te disgusta acaso— y siguio explorando mi cuello metiendo sus manos bajo mi camisa tocando mi piel lentamente, dejando sensaciones placenteras ahí donde tocaba

—Es que ahh se si-siente bi-bien ahh Sei—

 

Siguio explorando mi cuerpo, yo sin querer ser menos y aunque fuese atrevido tome su miembro esperando a que el se sintiera tan bien como yo cuando me tocaba, su pene era grande, humedo y grueso haciendo un ruido ahogado cuando lo tome con mis manos, el hace un sonido que me hace pensar en un león. Lo masturbe, primero timidamente , pero luego mas atrevido de mi parte me atrevi a más. El me besaba con tanta pasión que creia que me dejaria sin respirar a veces.

Sei me aparto con suavidad mis manos y el fue descendiendo mientras llenaba de besos mi cuerpo hasta que  toma mi propio miembro y lo engulle haciendome crecer y liberar un fuerte sonido de placer.

Los movimientos de sexo oral que me hace van cada vez mas rapidos, yo casi deliro por la calidez y humedad de la boca de Sei y sobre todo su mirada tan imponente, deberia sentir pena pero me gusta lo que hace, el lo sabe y pierdo la verguenza en ese instatnte cuando nuestras miradas se cruzan.

De pronto y sin haberlo previsto el introduce un dedo a mi pequeño agujero, duele pero de a poco me voy acostumbrando a esa invasión aunque se siente mas incomodo cuando pone otro, parece que buscara algo en mi interior. Mis mejillas se tornan rojas porque siento algo de pena que este  en un lugar tan intimo, pero al mismo tiempo me excita mucho  sobre todo porque no a parado de estimular mi miembro en ese lapso. En cierto momento mi cuerpo da un respingo y siento que casi me vengo cuando Sei acaricia cierta parte de mi interior.

El retira los dedos y mi respiración se hace muy agitada.

—¿Realmente quieres seguir? —Me pregunta aunque no estoy seguro de la respuesta, yo quiero que siga y me haga suyo, este calor que siento es irrefrenable .

—Si Sei...hazme tuyo

El de a poco se va introduciendo en mi empujando en mi interior, esto es mucho mas grande que unos dedos definitivamente y de alguna forma doloroso, pero  al verlo quiero sentir mas y aprender a disfrutar las sensaciones.

De a poco me acostumbro esperando a que se mueva mas, me sorprendo buscando yo mismo con mis caderas a Sei quien parece preocupado si puedo aguantarlo, claro que puedo aguantar esto. Cuando nota que quiero mas se empieza a mover  de a poco , pero cada vez con mas entusiasmo en mi trasero.

Cada embate me enloquece, me hace hace jadear y repetir su nombre, hay mucho calor y mucho sudor por parte de ambos, pero es una deliciosa sensación, cada vez se siente mejor y no puedo parar, no quiero parar. Al menos hasta que mi propio cuerpo no aguanta y derrama su simiente apretandome, aferrandome al cuerpo de Sei, sintiendo todo el cuerpo tembloroso aunque el aun no acaba si no hasta un rato despues dentro de mi con un gruñido haciendome sentir un extraño placer cuando siento su leche caliente en mi interior.

 

 

Nos abrazamos, nos besamos y el me acaricia como si fuese el objeto mas preciado en su vida.

Nos fuimos quedando dormidos poco a poco, estaba realmente feliz pero justo antes de perder la conciencia por los brazos de morfeo vino a mi mente la sonriza picara de mi contraparte malvada, pense que; no fue tan malo que saliera de mi, sonrei una ultima vez ya que estaba al lado del amor de mi vida.


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