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13. El infierno de Byung por dayanstyle

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Notas del capitulo:

AJAAAAAA... se estan volviendo locas con estos cap verdad.....

a decir verdad yo tambien estoy asi de O_O con los cap... a pesar de que ya lo he leido como 4 veces aun me impresiona y me dan ganas de subir la serie completa.. pero las quiero hacer sufrir BUHAHAHAH (inserte risa malvada) 


por cierto gracias por sus rw ya saben que me gusta su opinion y ya saben mientras mas RW mas Actualizaciones seguidas... no creo que tenga que estar colocandoselo... si hoy pasamos de los 15 RW y/o 100 leidas les va a llegar OTRO FIC siiiiiii... les doy los ultimos capitulo de este y les traigo el primero del siguiente.. TRATO??

uds deciden si quieren todo esa ofertota HOYYYY

a leer

Se despertó sobresaltado con el aroma de shifters. Byung miró alrededor y no vio nada. Sus ojos revisaron el cuarto. El doctor Han San Tae permanecía en el escritorio en el que estaba trabajando, con una lámpara para la noche encendida sobre su escritorio mientras revisaba archivos.

El guardia estaba adormilado en una silla junto a la puerta. Su mentón descansaba sobre su pecho, entonces abruptamente levantó la cabeza y miró alrededor, solo para volver a dejar caer el mentón.

Byung sabía que era aroma de shifter. Su olor era único. Pero era más de uno. Por el aroma en el aire. Podría decir que eran tres. Miró de nuevo al hombre tras el escritorio, el hombre obviamente solo estaba atento a lo que leía. Otra mirada al guardia le dijo a Byung que se había dormido rápidamente.

¿Tendrían otros guardias? Sería extenuante tener turnos de veinticuatro horas los siete días de la semana.

Byung levantó la mirada cuando vio que se movía el ducto de ventilación. Era lo suficientemente largo para que albergara los cuerpos de tres personas. El gran marco con rejilla se movió unos centímetros de la pared, abriéndose lentamente. Rápidamente miró al doctor para ver que seguía absorto en los papeles entonces miró de nuevo al guardia que roncaba.

Byung casi jadea, cuando una cara salió con un dedo índice en sus labios indicándole el shifter que quería que él se quedara en silencio. Como si fuera a dejar que esos tipos del laboratorio supieran que había llegado visita. No era probable.

Todo un cuerpo salió y otro comenzó a salir. Byung se deslizó más cerca a la puerta de la jaula, rezando para que funcionara, lo que sea que hubieran planeado y así él podría ser liberado.

El primer hombre quien tenía una bandana en la cabeza, llegó junto al guardia quebrando el cuello del guardia en un milisegundo. Qué mal que el guardia no sufriera. Byung sentía eso, si él hubiera tenido la oportunidad, el guardia hubiera tenido un dolor sin paralelo. No había compasión hacia ese humano en él.

El shifter con la bandana llegó junto a la jaula y vio el teclado de la cerradura. Byung contuvo un gemido antes de que saliera. Quería salir. Los otros dos shifters finalmente emergieron y se acercaron a la jaula.

— ¿Puedes lograr abrirla? —murmuró el último que salió del ducto de ventilación.

— Eso creo. Muévete hacia atrás, cachorro.

Byung se deslizó hacia atrás, incluso cuando cada célula de su cuerpo luchaba contra eso. La urgencia de quedarse cerca a la puerta de la jaula era fuerte. Abrió aún más sus ojos cuando el hombre con la bandana jaló el teclado hasta que lo arrancó.

Joder, ¿Quiénes eran esos hombres? No tenía más remedio que confiar en ellos si quería su libertad, pero esa muestra de fuerza lo hizo preocuparse.

— Vamos, cachorro. —El hombre con la bandana le dijo a Byung. Se deslizó hacia la puerta, incapaz de ir más lejos.

— No puedo. Estoy demasiado débil. —Byung sintió como si fuera a llorar. La libertad estaba tan cerca.

— Te tengo, cachorro. —El hombre con la bandana jaló a Byung a sus brazos. Necesitaba ropa, pero esa era solo una necesidad secundaria con respecto a salir como alma que lleva el diablo de aquí.

Byung miró hacia el escritorio, el doctor roncaba suavemente descansando la cabeza sobre los papeles que había estado leyendo.

Uno de los tres subió al ducto y estiró los brazos para tomar a Byung. El hombre lo sostuvo y levantó a Byung, ayudándolo a entrar. ¿Ahora qué se suponía que iba a hacer? No había manera de que él tuviera la fuerza necesaria para arrastrarse por el ducto.

El hombre que lo sostenía comenzó a jalar lentamente a Byung. Él trató de ayudar, hacía su mejor esfuerzo por mover los pies para así ayudar al tipo y salir.

— No desperdicies tu energía —el hombre le murmuró— La necesitarás.

— Está bien —Byung murmuró.

El segundo hombre que entró al ducto, tomó las piernas de Byung mientras ayudaba al primer hombre a sacar a Byung a través del ducto. No tenía la menor idea de cómo esos shifter lo hicieron, pero él estaría eternamente agradecido por su ayuda.

— Casi terminamos, cachorro.

Byung finalmente dejó salir el aliento ante esas palabras. El pensamiento de vivir durante años en esa jaula había acechado sus sueños. Quería irse lo más lejos posible de este lugar.

— Muévanse —el hombre de la bandana les dijo a los dos hombres que ayudaban a Byung a salir del ducto— No pasará mucho tiempo antes de que se den cuenta de nos llevamos su posesión más preciada.

— ¿Saben por qué ellos me tomaron?

— Lo siento, cachorro. Ni idea —el hombre le contestó— Pero dejamos al doctor vivo para que consigas tus respuestas.

Byung se mordió el labio cuando salió del ducto a lo que parecía un sótano. El hombre con la bandana tomó a Byung de los brazos del otro hombre y lo sacó por la puerta de servicio.

Ellos lo llevaron a través del bosque y entraron a un claro, Byung vio tres motocicletas allí estacionadas esperándolos.

— No sé si pueda montar.

— Estamos preparados —dijo el que sostuvo sus piernas en el ducto. Los ojos de Byung se abrieron más cuando el hombre sacó una soga de la caja de la motocicleta. ¿Qué estaban planeando hacer con él?

— Ten, ponte eso. —El hombre de la soga lanzó la ropa pero la atrapó quien lo había jalado por el ducto. Se giró hacia Byung.

— ¿Cuál es tu nombre, cachorro?

— Byung Hun.

— Lindo nombre. Soy Suho.

— Veo que también tienes un lindo nombre —Byung sonrió.

— Si, y ellos son mis hermanos, Kris y Yongguk.

Así que Kris era el hombre de la bandana.

— Somos los hermanos Wu.

— Encantado de conocerlos. Gracias por ayudarme. Pero… ¿cómo sabían que estaba ahí?

— Estábamos vigilando el lugar. Vimos cuando ellos te metieron. Sentimos no haber llegado antes.

Byung vio la expresión de dolor en Suho mientras observaba los puntos en el abdomen de Byung. Él sabía que era una horrible vista, pero no había nada que pudiera hacer por el momento.

— Solo estoy feliz de que estuvieran ahí —Byung trató de tranquilizarlo.

— ¿Podemos dejar las conversaciones diplomáticas para después? Necesitamos salir de aquí —dijo Kris empujando su motocicleta fuera del claro, Yongguk hizo lo mismo— Más momentos emotivos y necesitaremos un tampón —murmuró mientras caminaba.

Byung lo veía con la boca abierta. ¿Realmente había dicho eso?

— Ponte los pantalones, es todo lo que tenemos. —Suho debía de estar acostumbrado a su hermano porque él no comentó ni prestó atención a eso.

— Gracias. —Byung hacía su mejor esfuerzo para levantar las piernas, pero no parecían querer cooperar.

— Déjame ayudarte. —Suho se inclinó y subió los pantalones por sus piernas y caderas. Finalmente, él estaba cubierto. Ahora que su pene no estaba expuesto, podía enfocarse en otras cosas.

— ¿Puedes caminar?

— Si, pero no rápido.

— Entonces vamos, alejémonos lo más pronto posible.

Byung lentamente siguió a Suho mientras él también empujaba su motocicleta a través del claro. Había un camino pavimentado del otro lado. Yongguk y Kris los esperaban con sus motocicletas ya encendidas.

— Nosotros nos dirigimos hacia el territorio de la manada Kim. Tú puedes ir a donde necesites ir desde ahí —Kris estableció.

— No recuerdo de dónde se supone que soy.

— ¿Por qué no? —Kris preguntó.

— No puedo recordar nada.

 

 

 

Chan Hee pasó por el claro del bosque y cruzó hacia el camino pavimentado, sus uñas raspaban el asfalto mientras gruñía. Acechaba con instinto depredador al hombre que sostenía tiernamente a su pareja.

Tres hombres en sus motocicletas. Sus ojos veían a los tres y a su tamaño mientras calculaba cómo matar al hombre que sostenía a Byung sin lastimar a su pareja.

— Justo la jodida mierda que no necesitamos ahora —el que tenía la bandana bufó.

A Chan Hee no le importaba lo que el hombre necesitaba en este momento. Le había llevado dos semanas rastrear a su pareja hasta aquí. Dos largas y angustiantes semanas, y esos hombres tendrían que luchar por sus vidas si creían que ellos se irían con su Byung.

— Creo que es un rebelde —el que sostenía a su pareja comentó.

No rebelde, pero hambriento por tener a su pareja en sus brazos y deseoso de matar al ángel de la oscuridad para recuperarlo. Saltó con un poder más allá de su control contra el primer hombre lo suficientemente estúpido para aproximarse a él.

— ¡No! —El hombre de la bandana bajó de su motocicleta, la moto cayó al suelo cuando el hombre se unió a la lucha para apartar a Chan Hee del primer hombre.

Chan Hee podía sentir golpes en su costado y cuello, pero nada iba a impedir que desgarrara la garganta del hombre bajo él.

— Nosotros lo salvamos, maldito idiota —el hombre bajo él gritó— Si él es tu cachorro y tratas de protegerlo, nosotros lo salvamos.

— También somos shifters —el hombre de la bandana gruñó jalando a Chan Hee de las orejas. Joder, si eso no dolía.

— ¡Detente! —Byung gritó. Chan Hee se tensó al ver a su pareja dejar los brazos protectores del hombre y aproximarse a la lucha— ¿Por qué siento como si te conociera?

Un cuchillo de acero se deslizó a través del corazón de Chan Hee ante esas palabras. Trastabilló cuando sus pulmones amenazaban con dejar de recibir oxígeno. Su pareja lo miraba como si fuera un completo extraño.

Chan Hee cambió. — Byung Hun. —Tragó el grueso nudo que amenazaba con sofocarlo— ¿No sabes quién soy?

Byung envolvió sus brazos alrededor de su pecho y negó con la cabeza, disculpa se notaba en su mirada.

Chan Hee vio los puntos en el abdomen de su pareja. Sus rodillas se doblaron y colapsó sobre sus rodillas. — ¿Qué te sucedió? —señaló el abdomen de su pareja.

Byung cubrió con sus manos la incisión de manera protectora. — No sé.

— ¿Lo conoces? —el hombre de la bandana preguntó.

— Él es mi pareja —dijo Chan Hee sobre su hombro y se giró de nuevo hacia Byung— Ven aquí, por favor. —Tenía que sostenerlo. Chan Hee se quedó de pie con los brazos extendidos. El ver la incisión se había llevado su cordura y lo había dejado aturdido.

Byung no vaciló. Caminó hacia Chan Hee y gimió. Aunque su bebé no pudiera recordarlo, los lazos de pareja eran fuertes. Byung tenía que sentirlos. Chan Hee jaló a Byung a sus brazos mientras las emociones que había contenido por semanas se liberaron. Inhaló el aroma de su pareja. — Soy L y L, bebé —dijo Chan Hee. Estaba desesperado porque Byung lo recordara. Chan Hee estaba desesperado por ver el reconocimiento en los ojos de su pareja.

El corazón de Chan Hee había muerto el día que se lo llevaron, pero ahora latía de nuevo con la sensación de tener a su pareja nuevamente a salvo en sus brazos.

— ¿Podemos dejar los momentos emotivos para después? A los del laboratorio de Dexter no les tomará mucho tiempo descubrir que Byung se fue, y no estoy a favor de las jaulas y las agujas.

— ¿Quién eres? —Chan Hee preguntó. El tipo era irritante como el infierno, pero si ellos realmente salvaron a Byung, entonces él tenía una deuda con ellos de por vida.

— Soy Kris Wu. —El tipo no extendió la mano y lo dijo como si Chan Hee debiera saberlo.

— ¿Por qué no cambiaste cuando te ataqué?

Kris resopló. — ¿Y arruinar mi chaqueta de cuero? No en toda tu vida.

— ¿Estás seguro que ellos no experimentaron contigo? —Chan Hee preguntó mientras caminaba hacia las motocicletas con su pareja a su lado.

— No, y no montarás conmigo desnudo. Monta con mi hermano Suho. A él no le importa. Al chico le gustan los penes en su culo.- Kris señaló al hombre que había sostenido a Byung.

Chan Hee gruñó. Podía estar en deuda con los shifter, pero quizás una parte de ese pago podría ser una lobotomía. Suho sonrió y le lanzó unos pantalones.

— Si nos encontramos a una maldita persona más ya no tendremos ropa —el hermano que aún no había hablado gruñó.

— Vamos a montar. —Kris maldijo mientras levantaba la motocicleta y la veía— Pagarás las reparaciones —le dijo a Chan Hee.

— Solo llévame a mí y a Byung a casa. Nosotros arreglaremos el resto después. —Chan Hee miró hacia el bosque. Grabó en su memoria su ubicación. Él regresaría y quien estuviera en esto lo pagaría.

— Puedes montar con Suho. Deja que Byung monte con Yongguk. Él es inofensivo.

— ¿Siempre controlas todo? —Chan Hee preguntó poniéndose los pantalones y subiendo detrás de Suho. Con lo mucho que quería protestar, su pareja subió a la parte de atrás de la motocicleta y se sostuvo de alguien más, no tenían elección si querían llegar a casa. Además, ahora Byung no se veía demasiado bien.

— Sí.

 

 

 

Byung estaba acostado de lado mientras el doctor de los lobos revisaba las imágenes de la ecografía que había tomado. El hermoso hombre que reclamaba ser su pareja estaba sentado en la cama frotando el brazo de Byung de arriba a abajo.

— No puedo... —El doctor se limpió la garganta— No puedo creer lo que estoy viendo. Es medicamente imposible.

— Maldición, ¿puede solo decirnos? —Chan Hee gruñó.

El doctor sacudió la cabeza. — Estoy asombrado. Al parecer tu pareja tiene un útero.

Byung jadeó. Sus manos fueron hacia su abdomen sintiendo la incisión que ya había sanado. Había cambiado por consejo del Alfa y permitió a su cuerpo sanar cuando llegaron aquí. Su memoria seguía en blanco, pero pequeños fragmentos empezaban a llegar a su mente.

— ¿Qué diablos significa eso? —Byung demandó poniéndose de pie. ¿Un útero? ¿Lo habían convertido en mujer?

— Quiere decir que ahora tienes un útero en tu interior. Aunque no sé cómo ellos lo lograron o cómo puedes ser fértil sin un canal vaginal para que llegue el esperma. —El doctor sacudía la cabeza de adelante hacia atrás mientras veía las imágenes frente a él— Aunque sigues siendo hombre. —El doctor le hablaba a la imagen en lugar de a ellos— Qué intrigante.

— ¿Entonces no puedo quedar embarazado? —La cabeza de Byung giraba fuera de control. ¿Qué habían hecho esos locos con él? Su corazón estaba latiendo fuera de control al pensar en lo que le habían implantado. No, él no podía tener eso— ¡Sáquenlo! —gritó histéricamente mientras jalaba su estómago, reabriendo la herida con sus uñas y así poder arrancar la abominación que le habían implantado quirúrgicamente.

— Byung. —Chan Hee tomó sus muñecas y las apartó de la carne que sangraba.

— Sácalo, por favor —sollozó hacia Chan Hee. El hombre jaló a Byung a sus brazos, pero en este momento nada podía calmarlo.

— Me temo que ni siquiera yo puedo intentarlo —el doctor dijo tristemente— No sé lo que ellos hicieron ni qué podría dañar si intento removerlo.

— No suenes tan malditamente awed (N/T: sensación de miedo y asombro) —Chan Hee gruñó.

— Desde el punto de vista médico, lo estoy. La ingeniosa manera de cómo construyeron esto… es como un milagro.

— ¿Pero puede quedar embarazado? —Chan Hee repitió la pregunta de Byung.

— No puedo estar cien por ciento seguro, pero lo dudo. Debieron de haberlo rescatado antes de que ellos terminaran lo que intentaban lograr. Cuál era su meta, va más allá de lo que sé, pero dudo que Byung Hun pueda concebir.

Byung se sintió aliviado al oír eso. El pensar en llevar un niño lo asustaba de muerte.

— Ustedes dos sean cuidadosos. Quien sea que haya hecho esto, va a querer a Byung de regreso. Este procedimiento es un milagro médico, y no estoy seguro de que ellos lo vayan a dejar pasar solo porque Byung se fue —el doctor advirtió.

— Déjalos que lo intenten —Chan Heek gruñó.

— Voy a ir a trabajar con los exámenes de sangre de Byung. Déjalo descansar.

Byung vio cómo Chan Hee cerraba la puerta detrás del doctor. Sentía como si viera a través de los ojos de alguien más. Nada de esto era real. ¿Por qué le habían hecho esto a él? ¿Por qué ellos hacían esto? Nada de esto tenía sentido.

— ¿Necesitas algo?

Byung negó con la cabeza hacia Chan Hee, pero su mente quería gritar que él necesitaba su propio cuerpo de regreso de la manera que era antes. Chan Hee se acostó al lado de él, y Byung se deslizó a sus brazos. Lo que necesitaba ahora era algo que lo anclara a la realidad y Chan Hee le daba esa sensación de seguridad. — Estoy asustado.

— Lo sé, bebé. Nosotros atravesaremos por esto. —Chan Hee pasó sus manos a través del cabello de Byung— Aun me debes un corte de cabello.

— ¿Lo hago?

Chan Hee se rió. — Si, lo haces.

Byung se acurrucó más cerca, exprimiendo su cerebro tratando de recordar a este cariñoso hombre. Eso era frustrante, cada vez que lo intentaba la niebla regresaba y todo estaba en blanco.

Byung suspiró enterrando la cara en el cuello de Chan Hee. Podía no recordar al hombre, pero estaba agradecido de tenerlo.

Chan Hee comenzó a tararear mientras los ojos de Byung se cerraban. Su pareja lo mecía suavemente y él sucumbió al sueño. Chan Hee dejó de tararear.

— Podría sacrificar mi palpitante corazón para tenerte de regreso en mis brazos —confesó contra el cabello de Byung. Chan Hee comenzó a tararear de nuevo.

 

 

 

— Estoy de acuerdo que él es un imbécil arrogante, pero ¿puede lastimar tener más protección con todo lo que está sucediendo últimamente? —Chan Hee argumentó su punto hacia Jong In.

— Estoy de acuerdo contigo que tener lobos Timber extra podría ser de gran ayuda, pero si abre la boca una vez más, mi bota iría directo a su culo —Jong In advirtió.

Chan Hee sabía exactamente cómo se sentía Jong In. Kris era un imbécil egocéntrico y un bastardo sin sentimientos. — Le debo la vida de Byung.

Jong In suspiró. — Estoy a favor de pagar por tu deuda, pero ¿no puedes pagarles a sus hermanos mientras lo matamos a él?

Chan Hee se rió. — ¿Es tan malo?

— El tipo dejó un rastro de lodo en la cocina, intencionalmente estornudó cerca de Niel, dejó una caja de arena para gatos fuera de la puerta de la recámara de Ren, y la cereza del pastel es que ese bastardo se comió ¡mis últimos malditos esquimales! —Jong In gritó.

Chan Hee se mordió el interior de la boca para evitar reír. Él se giró y puso su mano en su boca cuando la risa amenazaba por escapar.

— Te juro por Dios, Chan Hee. Si te ríes, tú serás quien conozca mi bota. —Jong In rodeó el escritorio y se dejó caer en la silla— Bien, ellos pueden quedarse, pero si él no se calma, voy a quitarle la bandana de la cabeza y envolverla en su garganta. Le deba o no.

— Gracias. —Chan Hee salió como el infierno de allí antes de que Jong In cumpliera con su promesa porque él se reiría lo quisiera o no.

 

 continuara....

Notas finales:

siii señorrrrr... llegaron los hermanos WU,,... nada mas y nada menos que KRISSSSSSSSSSSSSSS... dios AMO AL YIFAN ES MI JODIDO BIAS... 

 

DEJEN RW Y SE LLEVAN SORPRESAS HOYYY... estoy muuuy emocionda porque en este cap aparecio Kris.. asi que si quieren que comparata mi felicidad.. comenten

nos leemos


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