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13. El infierno de Byung por dayanstyle

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Notas del capitulo:

ajaaaaa-..... rompieron record pues hahahaha... naahhhh...

pues si cumplieron con mas de 100 leidas en poco tiempo y como yo soy mujer de palabra les dare lo que quieren....

a leer

Chan Hee gimió cuando despertó sintiendo unos dulces labios en su pecho. Sus manos se deslizaban por el suave cabello mientras los labios chupaban un pezón. Empujó su brazo por debajo de Byung hasta que pudo tocar su ingle, ondas eléctricas lo recorrieron.

La realidad lo golpeó en el momento. — Byung, ¿qué estás haciendo?

— Tratando de follar.

— Esto se siente bien, pero tienes que detenerte. —Tratar de hablar con su pareja sobre dejar el sexo iba más allá de él. Su cerebro estaba trabajando a medias debido a la lujuria que lo recorría, pero sabía que había una razón para que ellos se detuvieran.

— El doctor dijo que yo no puedo, lo sabes.

Ahora su cerebro estaba funcionando totalmente con el recuerdo de la noche anterior. ¿Qué si embarazaba a su pareja? Nadie sabía lo que podría ocurrir. El doctor de los lobos dijo que estaba muy seguro de que no sucedería, pero ¿Chan Hee podría arriesgar a su pareja por una suposición? — Nosotros no debemos arriesgarnos.

— Dile eso al señor Feliz.

Chan Hee se enderezó rápidamente. — ¿Qué dijiste?

— Dije que le dijeras eso al señor Feliz, ¿por qué?

Chan Hee se rió. — Porque así es como te referías a tu pene antes. Creo que tu memoria está comenzando a regresar.

— Entonces fóllame así las compuertas se abrirán. —Byung empujó sus caderas hacia las de Chan Hee con entusiasmo.

— Pero…

— No. No quiero ninguna protesta. Ahora estoy tan malditamente caliente que estoy por follar tu pierna.

— Aun tan gráfico —Chan Hee murmuró dentro de la boca de Byung cuando lo besaba. Gruñó rodeando con su mano el cuello de su pareja, su pulgar acarició detrás de la oreja de Chan Hee.

— Mi amor —Chan Hee gimió besando el mentón y el cuello de Byung y luego su clavícula.

Chan Hee se rodó, dejando a Byung debajo de él. Su mano izquierda en la cadera de Byung mientras se presionaba. — Te quiero.

— Entonces puedes tenerme. —Byung arqueó su espalda y la ingle de Chan Hee estaba en llamas por el toque de su pareja. Chan Hee deslizó su mano derecha bajo la cabeza de Byung, levantándola ligeramente y besándolo tiernamente.

— Te extrañé. —Chan Hee pasó su lengua sobre los labios de Byung, entonces jaló el labio inferior con sus dientes. Chan Hee se movió, ahora su pene frotaba arriba y abajo por la grieta de Byung. Se empujaba arriba y abajo mientras enterraba su cara en el cuello de Byung, mordiendo su piel. Chan Hee levantó la pierna de Byung, acomodándola en su espalda.

Sus manos se empujaban hacia el trasero de Byung, sus dedos recorrieron su agujero. Relajándose ante su toque. — Por favor -Byung rogó.

La cabeza de Byung giró mientras Chan Hee besaba y mordía su camino hacia el otro lado de su cuello. Las caderas de Chan Hee se movían. Byung podía sentir el presemen deslizándose sobre su grieta.

— Eres el latido de mi corazón, el aire de mis pulmones y la voz de mi alma —Chan Hee recitó mirando a Byung a los ojos.

Byung contuvo las lágrimas. Él no iba a llorar. Chan Hee era todo lo que un hombre podía querer, incluso si no podía recordarlo.

— Te amo, Byung Hun —Chan Hee declaró entonces lo besó, no le dio a Byung oportunidad de contestarle. De cualquier manera ¿qué podía decir? Sus reflexiones se dispersaron cuando un dedo lo penetró. La cabeza de Byung se rodó hacia atrás, sus labios se abrieron y respirar se volvió casi imposible mientras Chan Hee le demostraba lo mucho que realmente lo amaba.

Sus manos seguían en el cuello de Byung mientras besaba su camino hacia abajo por el pecho. Un segundo dedo se unió al primero. Chan Hee lamió y mordisqueó la piel hasta que llegó a la incisión de Byung.

Chan Hee levantó la vista y vio los ojos llenos de dolor de Byung bajó la cabeza y besó la larga línea que iba desde el ombligo hasta el pubis. Esta vez Byung permitió que sus lágrimas corrieran en silencio. ¿Por qué no podía recordar a este hermoso hombre?

— Tranquilo, bebé —Chan Hee murmuró antes de tomar la cabeza del pene de Byung dentro de su boca.

Byung gritó, con el pecho oprimido. Su piel estalló en llamas cuando Chan Hee desencadenó los más poderosos sentimientos en su interior. Levantó la cabeza y apoyó los dedos en la cabecera. Sus caderas giraban mientras la boca de Chan Hee subía y bajaba por el pene de Byung.

Un tercer dedo se presionó dentro de él y Byung jaló sus piernas hacia atrás a su pecho, empujándose hacia abajo para estar totalmente estirado.

— Por favor —Byung rogó de nuevo.

Chan Hee giró su lengua alrededor del pene de Byung, empujando sus dedos profundamente. La mano en su cuello flexionado, con los dedos enterrándose en la piel de Byung.

Byung se retorcía, arqueó la espalda y gritó cuando se corrió. Jalaba la cabecera mientras Chan Hee lo chupaba todo el camino hacia su garganta. Su cerebro se había dispersado en dirección hacia los cuatro puntos cardinales mientras Chan Hee liberaba su pene, sacó los dedos y entró en Byung.

— Mío. —Chan Hee lo miraba a los ojos mientras sus manos recorrían los brazos de Byung que seguían colgados de la cabecera y tomó sus muñecas. Sus muslos presionaban las piernas de Byung, golpeando sus caderas seductoramente mientras su pene le hacía el amor al cuerpo del rubio. Byung trató de bajar la mirada, la intensidad era demasiada.

— No lo hagas.

Byung miró de nuevo los ojos de Chan Hee, viendo su propia existencia en ellos. Una sensación de eufórica utopía se estableció en su interior cuando Byung lloró y se corrió de nuevo.

Las manos de Chan Hee apretaron con fuerza las muñecas de Byung mientras empezaba a envestirlo con su pene con fuerza. -Mi amor, mi alma, mi siempre. —Chan Hee lanzó la cabeza hacia atrás y gritó a los dioses mientras se corría. Empujó a Byung contra la cabecera con tanta fuerza que el cuello de Byung se ladeó.

— Lo siento. —Chan Hee jaló a Byung lejos y lo acomodó suavemente sobre las almohadas. Byung no tenía energías para que eso le importara.

 

 

 

— Te tengo una sorpresa.

Byung sonrió cuando Chan Hee entró a su recámara. — ¿Y qué es?

— No sería sorpresa si te lo digo.

Byung veía como Chan Hee abría un cajón de la cómoda y sacaba una bufanda. — Gírate.

— Bondage. pervertido bastardo —Byung bromeó.

— Buena idea, pero esto no es para eso. —Chan Hee la ató sobre los ojos de Byung entonces cuidadosamente lo guió hacia abajo por las escaleras. Su curiosidad lo estaba haciendo excitarse cuando Chan Hee lo llevó dentro de la camioneta. Después de cerca de quince minutos la camioneta se detuvo y el motor se apagó.

— No veas.

— No lo haré, lo prometo. —Byung sintió alrededor hasta que tomó la manija de la puerta. La abrió y Chan Hee lo sacó.

— Con cuidado, bebé. —Chan Hee le sostenía ambas manos y lo guiaba— Sube un escalón.

Byung lo hizo. — No puedo más con el suspenso. Muéstramelo ya. —Byung se moría por arrancar la bufanda de sus ojos. ¿Qué tipo de sorpresa estaba lejos de su casa?

— Supongo que te he torturado lo suficiente.

Byung se estremeció con las palabras. Una imagen de Chan Hee gritando fuerte llegó a su mente.

— ¿Qué sucede, bebé?

Byung quitó la bufanda de sus ojos. — Tú. Recordé esas palabras. También tengo tu imagen sosteniendo mi cabeza y haciendo el más extraño sonido.

Chan Hee sonrió y besó a Byung. — Yo no hago extraños sonidos durante el sexo, y recuerdo esa noche claramente. Esa fue la mejor mamada de mi vida.-

Byung se ruborizó. — ¿En serio?

— Un tipo recuerda cosas como esa. —Chan Hee tomó los hombros de Byung y lo giró alrededor— Sorpresa.

Byung inclinó la cabeza hacia un lado. — Es una peluquería.- ;El veía el edificio con curiosidad. ¿Por qué Chan Hee le mostraría una peluquería?

— Estoy consciente de que es una peluquería. Pero la sorpresa es que es tuya. —Chan Hee envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Byung, con su mentón apoyado en un hombro de Byung.

— Uh, ¿gracias? —Byung no sabía qué pensar.

— Está bien. Puedo ver tu entusiasmo aquí, así que déjame explicarte. Eres un cosmetólogo. Cortas el cabello, mi cabello necesita un corte. La manada también puede necesitar algo. ¿Alguna cosa llegó a ti?-

Byung buscó en su memoria. «¿Un cosmetólogo?» — No en este momento. Lo siento.

— No te preocupes. Hasta que recuperes tu memoria, podemos trabajar en arreglar este lugar. Pero solo quiero que sepas que estaré contigo todo el tiempo. No dejaré que estés fuera de mi vista de nuevo.

— Está bien. Realmente aprecio esto. —¿Propietario de su propio negocio? ¿Cuán cool era eso? Se giró en los brazos de Chan Hee y abrazó al lobo por su consideración. Byung estaba seguro de que si recuperaba su memoria él podría estar emocionado.

— Vamos tengo las llaves.

— ¿No vas a usar una barra de metal? —Byung señaló hacia los tablones en las ventanas.

— Muy gracioso. —Chan Hee lo jaló para un beso antes de sacar las llaves de su bolsillo. Byung lo siguió.

El lugar necesitaba un buen trabajo de limpieza y nueva pintura. Por otro lado los espejos estaban intactos y las sillas no estaban en mala forma. Con un poco de trabajo duro y pintura nueva, el lugar tenía gran potencial.

— Sé que ahora no se ve bien, pero…

Byung lo besó tímidamente. — Es perfecto. —¿Qué se le dice a un hombre que te compra tu propio negocio? Un “gracias” no parecía ser suficiente. Deseaba poder sentir más emoción sobre esto, pero sus recuerdos no regresaban.

— Aw Jesús, haces que me ruborice. —Su pareja realmente se ruborizó y la vista hizo que Byung se excitara, su pene se levantó tomando nota. Qué mal que ese lugar estuviera demasiado sucio para rodar en él. ¿Quizás Chan Hee podría follarlo contra la pared?

— ¿Ahora qué sigue chico listo? —Byung lo provocó. Su mano se fue hacia el respaldo de una silla cuando una oleada de mareo le llegó.

— ¿Qué sucede, Byung? —Chan Hee tomó a Byung rodeando su cintura, preocupación había en su mirada.

— Solo necesito sentarme. —Las sillas estaban sucias, pero qué podía hacer. Byung sintió la bilis subir a su garganta. ¿Qué infiernos estaba mal con él?

— Vamos, te llevaré a casa. —Chan Hee lo ayudó a estabilizarse y caminar hacia afuera.

— El lugar es realmente lindo. Gracias.

— Puedes agradecérmelo después. —Chan Hee le dio una traviesa sonrisa.

— Pervertido. —Byung sonrió y subió en la camioneta.

— ¿Tienes hambre? Podemos detenernos en el restaurante. —Su pareja cerró la puerta mientras Byung se colocaba el cinturón de seguridad.

— No. Estoy bien. Solo un poco mareado. —Byung se apresuró a soltar el cinturón a tiempo para bajar de la camioneta y vomitar. Con una inestable mano se limpió la boca, sintiendo que necesitaba cepillarse los dientes.

— Eso es todo. Llamaré al doctor. —Chan Hee suavemente levantó a Byung y lo sentó dentro de la camioneta.

 

 

 

Chan Hee se paseaba de un lado a otro dentro de la recámara mientras el doctor examinaba a Byung. —Los shifters no se enferman, entonces, ¿qué está mal en él?

— Tomaré unas muestras de sangre. Justo ahora, puedo decir que él necesita descansar y alimentarse bien. Hasta que no revise las pruebas no sé.

— Gracias. —Chan Hee estrechó la mano del doctor.

— Te avisaré tan pronto tenga los resultados. —El doctor tomó su maletín negro y salió del cuarto.

— ¿Cómo te sientes, bebé?

— Como un animal atropellado en el camino. Siento como si me hubieran raspado —Byung sonrió débilmente.

Chan Hee subió a la cama al lado de su pareja. — Te ves hermoso.

— Solo lo dices porque quieres algo del botín. —Byung se rió y entonces comenzó a llorar.

— ¿Por qué lloras? —Chan Hee preguntó con pánico en su voz.

— No sé —Byung gimió.

— ¿Debo ir por el doctor antes de que se vaya? —Su pareja ya se había puesto de pie y cruzaba el cuarto.

— No, estoy bien. —Byung sorbió los mocos y entonces se carcajeó— Creo que estoy perdiendo la cabeza. —Una montaña rusa de emociones lo recorría. No podía decir si estaba feliz o triste. Era como si tuviera un psicótico momento.

— Normalmente estaría en desacuerdo contigo, pero pareces… desconectado.

— Bueno, joder eso es mucho mejor —Byung le espetó. Palmeó una mano sobre su boca y miró con los ojos bien abiertos a su pareja.

— Uh, está bien. Voy a bajar y traerte algo de jugo y un calmante.

— No necesito un calmante. Te juro que estoy bien.

— El calmante es para mí.

Byung vio a su pareja irse. Se acurrucó en la cama y se preguntó qué infiernos estaba mal con él.

 

 

 

Chan Hee sirvió un vaso grande de jugo para Byung. Estaba preocupado por su pareja. Nadie sabía exactamente lo que esos bastardos enfermos le habían hecho, así que su enfermedad le preocupaba más de lo que pretendía.

— ¿Cómo está?

— No estoy seguro —Chan Hee le contestó a Jong In mientras le preparaba un sándwich a Byung. Quizás algo de fruta podría ayudar.

— Búscame una vez que lo hayas atendido. Quiero cerrar el jodido laboratorio y buscar el expediente de Byung. Necesitamos saber lo que le hicieron —Jong In bufó.

— Esos jodidos lo convirtieron en una abominación —Chan Hee bufó. Cerró los ojos y tomó una profunda respiración— Lo siento, Alfa.

— Disculpa aceptada. ¿No estás tratando con nada de esto, verdad?

Negó con la cabeza. — No tengo tiempo. Byung me necesita, por lo que caerme a pedazos no es una opción.

— Si no tratas con eso pronto, puedes explotar contra tu pareja. Sal a correr. Nosotros lo cuidaremos.

— Está bien. Solo le llevaré el jugo.

— Yo lo haré. Sal.

Chan Hee le dio el vaso a Jong In y salió por la puerta de la cocina. Su mente se rebelaba contra la idea de dejar a su pareja en el piso de arriba, pero sabía que el Alfa tenía razón. No había tratado con lo que había sucedido.

En lugar de cambiar caminó hacia el establo. Los caballos no estaban ahí, así que E.Den y Rasa debían de estar montando. Encontró a Leeteuk sentado ahí.

— ¿Te molestaría algo de compañía?

Leeteuk se apoyó contra una de las caballerizas. — No.

Chan Hee metió las manos en sus bolsillos mirando alrededor del establo que E.Den y Yunho habían construido. Para ser lobos, ellos hicieron un maldito buen trabajo. Tomó asiento en la banca en la pared del fondo.

— ¿Cómo está Byung? —Leeteuk preguntó.

— Jodido. —Chan Hee soltó dejando salir una respiración y se echó hacia atrás— Sigo pensando que si no hablo de eso, entonces eso nunca sucedió.

— Tonta manera de pensar. —Leeteuk se sentó al lado de él— Eso se llama negación. Créeme cuando te digo que sé de lo que hablo.

— Eras un alcohólico. Esto es diferente. —¿Cómo podía la pareja incluso comparar los dos? Tener un problema con la bebida, estaba muy lejos de ser secuestrado y haber experimentado en él.

— Aun lo soy. Eso nunca se va a ir. Trato con eso un día a la vez.

Chan Hee se frotó la cara con sus manos. — Es que estoy tan malditamente enojado. Le fallé a mi pareja, y eso es imperdonable.

— Sé que te dispararon dos veces. Solo el hecho de que vivas y que lo hayas estado buscando durante dos semanas me parece increíble. Lo trajiste a casa. Deberías de estar agradecido.

Chan Hee lo miró fijamente. — ¡Le fallé! Él está allá arriba acostado en la cama con un jodido útero cosido dentro de él. ¿Cómo infiernos se supone que esté agradecido por eso? ¿No sabes cómo la culpa me carcome por no haber evitado que esos bastardos se lo llevaran? —Chan Hee golpeó con su puño la pared— Despierto a mitad de la noche con pesadillas acerca de que Byung muere por lo que ellos le hicieron. Me siento tan malditamente inútil. No sé qué hacer por él —Chan Hee gritó.

— Vas a hacer la única cosa que puedes hacer, estar ahí para él —Leeteuk ofreció— Al menos lo recuperaste. Cosas peores pudieron haberle sucedido. Pudiste estar enterrándolo. Así que, sí, deberías estar jodidamente agradecido.

El corazón de Chan Hee se oprimió ante la imagen de estar de pie ante la tumba de Byung. Su cerebro estaba dividido a la mitad ante las horrorosas cosas por las que su pareja debió haber atravesado. — ¡Joder! —Chan Hee gritó— Él me fue entregado por el destino, y ¡no pude protegerlo! —Golpeó la pared repetidamente sacando toda su rabia— Yo no lo protegí.

— ¿Puedes sostenerlo en tus brazos? ¿Hacerle el amor? ¿Decirle que lo amas? Entonces eres un bastardo afortunado —Leeteuk le gritó.

Chan Hee colapsó en el suelo, sus lágrimas bajaban por sus mejillas sin control. Presionó las palmas de sus manos contra su frente y comenzó a llorar abiertamente. Su Byung había atravesado un infierno y Chan Hee no pudo protegerlo.

— Si sigues cargando con esa culpa sobre tus hombros no serás capaz de ayudar a Byung. Déjala ir. Enfócate en lo que aun tienes —Leeteuk le dio el consejo y se fue, dejando a Chan Hee auto-compadeciéndose. Colocó sus codos en sus rodillas y apoyó la cara en sus manos. La necesidad primordial de hacer que esa gente pagara por lo que le habían hecho a su pareja se alzó en su interior. Si eso tomaba hasta su último aliento, él lo aceptaría, pero vería a todos ellos morir primero.

 

continuara....

Notas finales:

es un capitulo corto ya se ya seeeee.. pero es el penultimo capitulo..

el siguiente cap se van a llevar una sorpresota un posible preinfarto... heheh

nos leemoooooosssss.... 

estamos cerquita del final.. ya saben mis condiciones aun queda tiempo para un nuevo cap y el comienzo de otro fic señoressssssss

dejen los fucking RW... no tengo que estar repitiendolo OKA


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