Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Noche Buena por ALICE15

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

¿Me necesitas? Y exiges que me quede a tu lado. Aseguras que soy la parte de tu mundo que jamás podrá ser reemplazada. Yo sólo puedo sentir como te engañas, que estas más desesperado que yo, por algo de consuelo. Después de saber que el futuro no es más que neblina pobremente iluminada ¿Qué queda? Me he sentido un inútil la mayor parte de mi vida, algo ahí afuera me lo insinuaba constantemente. ¿Qué esperanza hay para mi en un mundo como este? ¿Qué oportunidad hay para un chico gay que quiere dibujar comic? Y lo peor es que siento… que puede que esa oportunidad esta ahí, que está preparada para alguien que la quiera tomar, para todo aquel que la desee… ¿Puedo tomar esa oportunidad? Cada recuerdo, cada sensación y los escalofríos de la brisa nocturna, todo en mi me recalca que… No puedo. Y luego te veo ¿Serás lo único que hare bien en mi vida? ¿Puedo salvarte? Si este momento existe, es para que saboree un pedacito de lo que guardas muy adentro. ¿Lloras cada noche? ¿Te preguntas quien eres? ¿y el sabor de la depresión en tus labios te acompaña todo el día?

¿Me necesitas? Por que caigo a tus pies con sólo un roce y sólo tengo la confianza suficiente para que juegues conmigo como quien juega con un muñeco. ¿Esto es real? Temo abrir mis ojos, temo encontrar una fría mirada o una tristeza callada en tus ojos miel. Siento tus manos, como nunca había sentido nada antes. El contacto humano es tan ajeno a lo que conozco, te representa bien. Desde muy chico que había dejado de recibir abrazos, me había vuelto arisco y no disfrutaba ninguna especie de toque. Para mi eran un castigos los abrazos en mi cumpleaños o los cumpleaños de otros, las muestras de afectó vacías y repulsivas en todas festividades. Ahora que puedo conocer el tacto de cristal que cae sobre mi como gotas de cálido rocío desde las yemas de tus dedos, aprecio bajo una brillante luz la dulzura de un amor que no podía sentir. Me derrito bajo tus consuelos, como suplicas que no te deje a pesar de que no sientes nada.

¿Me necesitas? No importa si el frio entra por la ventana abierta de tu habitación, sólo dejó que tus besos me desvistan a su antojo. No importa cuanto me avergüence ser tu presa fácil, permito quede devores mi boca. A contra luz, frente a la ciudad que está más allá de tu ventana, ruego por que mi silueta sea complaciente.

¿Me necesitas? Gemidos abandonan mi garganta al sentir tus labios húmedos sobre mí cuello, cuando la calidez de tu abdomen roza la piel del mío, cuando estas sobre mi en el suelo de tu habitación. Al menos ahora, cuando me aferro a tu espalda y a tu cuello con la fuerza que no conocía en mi, siento que eres mío. Lentamente desciendes en un recorrido por mi cuerpo, siento que no soy digno de tu escrutinio, este ser que no me atrevo a poner frente a un espejo no debería tener el derecho de ser tuyo ni una sola vez.

-Es tan lindo…- susurras, creyendo que, en el alboroto mental del placer, no te oigo ¿Qué tratas de probarte a ti mismo?

Me retuerzo, intentando callar mi voz, que ruega por cada segundo que me dedicas. Es como si fuera verdad cada palabra que dices. Como si valiera para ti lo que nada a valido antes.

¿Me necesitas? La humedad de tu lengua me llena, anunciando tus planes de continuar hasta el final. Alguna prenda cae entre mis dedos, en mis desesperados intentos por encontrar algo que apretar y entonces siento tu mano sobre la mía, exigiendo que entrelace mis dedos con los tuyos. Después de que me sientes listo, te aproximas a mi rostro una vez más, ahora puedo ver tus ojos, y ya no puedo contener las lágrimas. Una vez mas esa mirada cruel, indiferente a mis espasmos y a mi debilidad. Admito que veo la destellante lujuria burbujear dentro tuyo a través de tu mirada, sin embargo, algo me queda dolorosamente claro después de observarte detenidamente.

Siento como entras lentamente en mi, la presión en mi interior, la nueva presencia. Duele, duele mucho. Lloriqueo sin poder controlarme. No obstante a la firme convicción de mis sentimientos, ningún corazón roto se compara al dolor físico.

-Sebastián, por favor relájate, solo así dejara de dolerte- Desesperado intentas aliviarme. Con una mano sostienes tu peso sobre mi, con la otra acaricias mi mejilla y mi cabello. Inclinándote a besarme. Finalmente me acostumbro a ti.

Terminaste en mi, poco después yo mismo te seguí y me acurrucaste en tu pecho abrazándome con fuerzas, tal vez creyendo que yo iba desaparecer de alguna forma.

-Lo lamento, soy un egoísta- no dije nada, te permití seguir hablando, intentando explicarte. -No quiero que te separes de mi… eres como mi maquina de la felicidad y no niego que te deseo. Quiero acapararte del todo. Y no obstante a ello, no tengo ningún “Te amo” para ofrecerte.

Me quedé llorando largas horas mientras me abrazabas. Rompiste mi corazón, otra vez y yo sólo estaba dándote las herramientas para ello. Lamente el haberme enamorado de una persona rota como tú. Lamente el hecho de no tener el valor para dejarte ir… y toda la voluntad para permitir que hicieses de mi lo que quisieras cuantas veces lo deseases.

Joder… Te amo y te dejo usarme, pero tú no me necesitas.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).