¿Qué tal si te dejas llevar esta noche?
Pasar el resto de la noche sentado junto a la barra de tragos mientras observaba a otros bailando en parejas, se sentía nostalgicamente familiar para Kangin. De esa forma había actuado con su anterior grupo de amigos durante una década y ahora no podía evitar volver a hacerlo estando con sus nuevos vecinos. Tal vez se tratara de una conducta que su mente ya había asimilado de forma natural, o es que la incomodidad de no haber encontrar un compañero ocasional provocó que sus ánimos dieran la búsqueda por terminada en poco tiempo. Había tratado de no pensar en ello y disfrutar de la música con Hankyung y Zhoumi, pero pronto la sensación de formar un mal trío con la pareja le pesó demasiado. Se excusó en que iba a pedir un vaso de cerveza y no regresó a la pista de baile.
-Te extraño, Masi -suspiró con la mirada caída antes de tomar el tercer vaso de vodka.
Una parte de él deseaba patearse el trasero a sí mismo por su miserable actitud, debatiéndose con la otra parte que sólo quería autocompadecerse aun más por lo mismo. No lograba convencerse sobre cual de los dos pensamientos fuera peor. Estaba cansado de actuar así, aunque no sabía qué más podía hacer para superarlo. Mudarse a Busan nunca sería un beneficio si continuaba con sus pensamientos y sentimientos en Seul. Debía encontrar la forma de dejar atrás aquella etapa de su vida y comenzar una nueva.
-Si esto te aburre, podrías ir a la zona de bailes privados -dijo una voz que provenía de la butaca ubicada a su lado derecho.
Al girar su cabeza descubrió a un muchacho mucho más joven que él, seguramente rondando el inicio de los 20 años. Se lo veía extremadamente delgado a pesar de que las ropas holgadas que usaba fueran un par de talles extra. Esto le hizo notar una vez más su propio problema alimenticio, el cual le ocasionó sobrepeso tras abandonar el servicio militar.
-¿Bailes privados? -repitió Kangin sin comprender.
-Puedes pagar por un bailarín que sólo baile para ti en una habitación. A muchos de los que vienen aquí les gusta, aunque personalmente no lo encuentro divertido -explicó de forma breve y simple, para luego pedirle al bartman otro vaso de soju.
-No es algo que me agrade a mí tampoco. Suena un poco desesperado, como un stripper -dijo con un poco de burla, sintiendo que se le formaba en la garganta una carcajada.
-Sólo lo sugerí porque pareces estar aburrido aquí -se disculpó con una sonrisa-. ¿Es la primera vez que vienes?
-Sí. Acabo de mudarme a la ciudad. En cambio se nota que tú conoces el lugar.
-A veces vengo, aunque son mis amigos los que realmente me traen. Prefiero bailar en la academia más cómodamente -se rió despacio, dejando entrever el inicio de sus encías.
-Yo preferiría no bailar directamente -bromeó y ambos rieron.
-Pues no le encuentro mucho sentido a concurrir a un boliche sino vas a bailar. Salvo que te interese más ligar con alguien de por aquí. Esa siempre es una opción.
-Unos vecinos de mi nuevo edificio me convencieron de venir. Dijeron que era un buen lugar y me divertiría. Por ahora sólo tuvieron razón en la primera cosa.
-Es divertido según con quien estés. Por cierto, me llamo Hyukjae -se presentó.
-Soy Youngwoon, pero puedes decirme Kangin.
-Youngwoon suena más dulce. Creo que prefiero tu nombre.
Ambos pasaron el resto de la noche hablando como si se tratara de un simple encuentro entre amigos. Se olvidaron completamente de su entorno y establecieron los cimientos de una nueva relación. No importaba que apenas acabaran de conocerse, Kangin tenía el presentimiento de que Hyukjae sería una nueva fuente de alegría.
FIN