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Maleficio Imperdonable por Ryho-Sama

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Notas del fanfic:

Hola! despues de muchos años siendo lector de esta maravillosa pagina, me animé a escribir mi primer fic. Es un One shot, pero dependiendo de que tal lo encuentren podria hacer una segunda parte. Espero sinceramente que les guste, y cualquier critica o comentario es muy bien recibido :D

 

Ademas, quisiera dedicar este fic a mi ex-novio, que al igual que yo amaba las pelis y los libros de Harry Potter. El ha sido quien me ha hecho creer nuevamente en que dos personas pueden quererse realmente.

Notas del capitulo:

Los personajes No son mios, bla bla bla...

Maleficio Imperdonable

Por Ryho

 

Transcurría el mes de Mayo. La mayoría del alumnado del colegio Howgarts de magia y hechicería se encontraba expectante conforme se acercaba el partido de Gryffndor contra Ravenclaw, último partido de la temporada de Quidditch que decidiría cuál de las casas se alzaría victoria en tan reñido campeonato. Sin embargo, y a pesar de ser capitán del equipo, Harry tenía otras preocupaciones en mente.

La reciente conversación con Myrtle la Llorona habían instalado nuevas sospechas respecto a la identidad de aquel chico que el fantasma había mencionado. Aunque la misma situación le hubiese parecido absurda un par de años atrás, Harry estaba seguro que era Draco Malfoy aquel angustiado desconocido.

Llevaba todo el curso observando, persiguiendo al Slytherin. Sabia, intuía el motivo de su extraño comportamiento durante el curso: había perdido peso notablemente, su aspecto desprolijo evidenciaba cansancio y nerviosismo, no cumplía sus deberes como prefecto y había abandonado su posición como buscador en el equipo de Quidditch de su casa. Harry nunca se había llevado bien con el Slytherin, pero todos esos años de enemistad habían logrado que le conociese un poco, y El-niño-que-vivió sabía que algo andaba mal en la vida de su enemigo.

Aunque siendo sincero consigo mismo, Harry debía reconocer que hace mucho tiempo había dejado de ver a Malfoy como su enemigo, reemplazando su desprecio por curiosidad; por conocer a Draco, por comprender su forma de ser, por compartir sus vidas tan dispares. De modo que, sin darse cuenta y desde la lejanía, Potter había comenzado a sentir sentimientos hacia Draco que iban mas allá del deseo de amistad. De un día para otro, se encontró pensado en Malfoy, en su arrogante y atrayente personalidad, en sus cabellos rubios y finos, en la intensa mirada que sus ojos grises dirigían cuando se burlaba de el, Y, con gran temor tuvo que reconocerse a si mismo que estaba enamorado de otro hombre. De Draco-Capullo Malfoy.

Había cargado con este secreto desde quinto año, sin mencionar nada a Ron ni Hermione y evitando que estos notaran algún cambio en su actitud hacia Malfoy que los hiciese sospechar. Sin embargo, ante el extraño comportamiento que estaba teniendo durante este curso, se le hacia cada vez mas difícil ocultar su obsesión por saber que se traía el rubio entre manos. En base a lo que había visto y oído hasta ahora, el Griffyndor estaba completamente convencido de que Draco se había convertido en un Mortífago, ocupando el lugar dejado por su padre y siendo marcado por Voldemord con aquella escalofriante marca. Pero también sospechaba, casi con certeza que esta decisión había sido tomada forzosamente por Malfoy, frente a las presiones que conllevaba su apellido y la amenaza de represalias contra el y su familia. Por muchos defectos que tuviese el estirado Slytherin, Harry dudaba que fuese capaz de simpatizar con los ideales del Señor Tenebroso, ni que gustase de torturar y matar personas por su ascendencia o linaje.

Conforme pasaron los meses, y tras ocurrir los ataques a Katie Bell y a Ron, se avocó aun mas a averiguar los planes que tuviese Draco, convencido que había estado detrás del collar maldito y la botella de hidromiel envenenada. Estaba asustado ante la falta de escrúpulos del Slytherin, y temeroso de haber sobreestimado sus objetivos, por lo que buscaba excusas entre clases para vigilar la Sala de los menesteres y revisaba cuando podía el mapa del merodeador.

Unos días antes del partido, “el elegido” se encontraba deambulando el pasillo del séptimo piso mientras escrutaba el mapa del merodeador. Al no ver a Draco, supuso que se encontraba dentro de la sala, pero al examinar el pergamino detenidamente lo localizó en un baño de chicos del piso inferior. Y no estaba con sus amigos de Slytherin, sino que con Myrtle.

Con el corazón acelerado, se apresuró a bajar por la escalinata de mármol hasta llegar al baño. La puerta estaba entreabierta, por lo que se acercó sigilosamente, abriéndola mas y observando el reflejo del espejo que se encontraba en la pared interior. Draco se encontraba de pie, inclinado en un lavatorio mientras Myrtle lo observaba desde un cubículo, con un gesto preocupado. En tanto, el Slytherin hacia esfuerzos por controlar el temblor de sus extremidades y su agitada respiración, mientras dejaba caer libremente lagrimas por sus delgadas mejillas; su túnica y corbata estaban en el piso junto a una mochila, y su camisa se encontraba abierta en los primeros botones. A pesar de la angustiante situación, Harry no pudo evitar mirar embelesado la figura  y rostro de Malfoy, cuya pena hacía resaltar aún mas su palida piel y delicados rasgos.

-No llores….- canturreaba Myrtle con voz suave- No llores… Dime que te pasa…. Yo puedo ayudarte….

-Nadie puede ayudarme- se lamentó Malfoy, sin dejar de temblar- No puedo hacerlo, no puedo… no saldrá bien…. Pero si no lo hago pronto… él me matará…

Harry se quedó paralizado ante aquella declaración, viendo como sus sospechas se veían confirmadas: cualquier sea el trabajo que estaba llevando a cabo Draco, lo hacia ante la amenaza de muerte de Voldemord. Y comprendió la desesperada situación en que se encontraba su antiguo enemigo, quien al igual que el no había podido elegir su destino.

Mientras pensaba en esto, no notó que Maldoy había levantado la cabeza y escrutado el  espejo, viendo a Harry a sus espaldas. Rápidamente se dio la vuelta y le lanzo un maleficio que fue a estrellarse contra la lámpara que se encontraba a su costado. Sacando su propia varita, Harry intentó un levicorpus, que fue bloqueado con un encantamiento escudo. El Slytherin agitó su varita, gritando ¡bombarda! y apuntando hacia la pared ubicada en la espalda de Harry, siendo este expulsado hacia delante ante la onda expansiva de la explosión. Jadeando, lanzo el maleficio de piernas unidas, el cual se desvió hacia la derecha destruyendo una cisterna. El agua comenzó a saltar en todas direcciones, provocando que el Griffyndor resbalara al intentar incorporarse. Su varita se coló entre sus dedos, y no tuvo tiempo de buscarla pues el grito y la mirada de Malfoy invadieron sus sentidos y apagaron su conciencia:

-¡Cruciatus!- Bramó, apuntando hacia el pecho de Harry

Un dolor inconmensurable invadió la mente del Griffyindor, el cual gritó al sentir como sus huesos ardían, su piel se desgarraba y su pecho era presionado como si mil cuchillos afilados hiciesen presión al mismo tiempo para penetrar su tórax. Se retorció sobre si mismo, con los ojos cerrados y la cabeza a punto de estallarle, implorando por que se detuviera, por que Draco no lo dañara mas…

Ni bien pensó esto, el dolor cesó. Sentía temblores en sus extremidades, y el sabor metálico de su propia sangre inundó su boca. El dolor en sus sienes iba disminuyendo, mas el de su pecho seguía ahí, oprimiendo el área cercana a donde había recibido la maldición.

Y entonces comprendió que el dolor no era producto de la maldición, sino que era producto de saberse despreciado a tal punto por la persona que quería, hasta llegar a ser torturado de la forma mas cruel y dolorosa posible. Draco, con quien había compartido casi seis años de educación mágica, había usado una maldición con la simple finalidad de provocarle dolor.

Y aun con los ojos cerrados, y su cuerpo temblando, Harry dejo escapar amargas lágrimas a través de sus párpados.

-No….- escucho la voz temblorosa de Malfoy a su lado – Potter, reacciona…. Yo no quise… por favor…

El pánico y el tono implorante en la voz de Draco lo motivaron a abrir los ojos, sintiendo una punzada sobre las sienes. Veía parcialmente la habitación, y el rostro de Draco, que se encontraba arrodillado a su lado. Tenía los ojos desorbitados por la impresión, y sus manos temblaban cuando las acercó al rostro de Harry. Este, sintió el contacto, sintiendo como tan anhelada acción se tornaba en mas opresión en su pecho. Dejó escapar mas lágrimas, mientras su mirada hacia contacto con la de Draco, que también lloraba. Veía alrededor suyo una mancha de sangre que se extendía por el agua del piso, y al sentir el calor en la parte posterior del cráneo supuso que producto del golpe al caer se había abierto una herida en la cabeza.

Sentía su conciencia mas pesada, por lo que no comprendía cuanto tiempo llevaba en la misma posición. Sintiendo como su vista se nublaba temporalmente, levantó pesadamente el brazo, acercando su temblorosa mano a la mejilla de Malfoy. Este, conmocionado por la acción no opuso resistencia, y permitió que Harry le acercase a su rostro, mientras despegaba sus labios:

-Lo siento Draco…. – su voz estaba rasposa, y era apenas audible- debí darte la mano… durante nuestro primer año… si… fuésemos amigos… te habría ayudado a cargar… con tu misión… - Los ojos del rubio se abrieron producto de la sorpresa. Nunca esperó que Potter le dijese aquello, ni que supiera de su misión. Mas aun, nunca esperó que este no lo odiase por ello. Siempre pensó que Potter era solo un idiota con complejo de mártir, que no tenia suficiente altura de miras para fijarse en el resto. Sabía que le despreciaba, y que no dudaría en juzgarle si supiera para quien eran sus lealtades.

Quizá fuese debido a lo solitario que había estado los últimos meses, encerrado en aquella sala tratando de reparar el armario evanescente, pero aquellas palabras dichas por Potter habían sacado a relucir aquellas emociones que por meses había reprimido. No pudo evitar que las lágrimas recorriesen sus mejillas, invadiéndole la desesperación por verse en tan compleja situación, y el remordimiento por haberle hecho daño a Harry. Este, al ver como el remordimiento se apoderaba del rostro de su enemigo, acerco nuevamente el rostro de Malfoy hacia su boca, acortando la distancia que los había separado anteriormente y depositando un suave beso en su mejilla, mientras acariciaba su cabello, descendiendo hacia su mejilla hasta deslizarse por su cuello, estrechándolo en un pequeño abrazo que pretendía hacerle sentir que no estaba solo, que el, Harry Potter, pensaba dia y noche en el.

En ese preciso instante Snape irrumpió en el baño, y viendo la gran cantidad de sangre que se extendía en el piso, se arrodilló rápidamente al lado de Potter, apuntando su varita primeramente a la cabeza para poder detener la hemorragia, y luego al pecho mientras murmuraba un conjuro en voz baja.

Una descarga de energía recorrió el cuerpo de Harry, empeorando los temblores que su cuerpo sufría producto del maleficio recibido. Esta reacción provocó que Snape palideciera y, mientras seguía agitando su varita sobre el pecho del Gryffindor, miro intensamente a Draco exigiendo una explicación.

Ante la intensa mirada de su profesor, Malfoy sintió como la realidad lo golpeaba ¡Había utilizado un maleficio imperdonable contra Potter! Su cuerpo comenzó a temblar, sintiendo el impulso de salir corriendo. Llevo sus manos a su cabello, jalándoselo, tratando de controlar el sentimiento de pavor que se alojaba en su estómago.

Estaba jodido, iría a Azkaban por el resto de su vida… y aun si lograse salir, el señor tenebroso seguramente le mataría por fallar su misión… Debía huir en este momento… avisar a su madre para ponerse a salvo, quizá salir del país

-Ni se te ocurra huir, Draco- Dijo Severus, tomando fuertemente la muñeca del Slytherin – Si huyes, te cazarán tanto los aurores como el señor tenebroso, y sabes perfectamente lo que acostumbra hacer con aquellos que le fallan. ¿Cómo fuiste tan estúpido, como para echarle una imperdonable a Potter?- Malfoy seguía mirando a Harry, sin que su mente lograra explicar razonablemente por qué lo había hecho.

Si, nunca se había llevado bien con Potter, eso no era un secreto para el mundo, pero nunca le había deseado torturarlo ni menos matarlo. En cierta forma, apreciaba que el Gryffindor fuese su rival, lanzándole insultos y peleando constantemente; lo hacían sentir vivo, disfrutaba la sensación de paz que (irónicamente) Potter provocaba en el.

-Trate de ayudarte Draco, sabia que algo así pasaría, pero quisiste hacer todo tu solo- Las palabras de Snape estaban cargadas de una ira mal contenida- Esta vez no puedo ayudarte, iremos a ver al director, y luego ruega porque…

-No….- Dijo Harry, tomando por la túnica al profesor- No se atreva…. A decir nada…

Tanto Malfoy como Snape miraron petrificados como Potter se incorporaba trabajosamente, apoyándose en sus antebrazos para quedar a la misma altura que la mirada de Severus. Su cuerpo seguía temblando, y su rostro estaba parcialmente cubierto de sangre, mas al volver a hablar, había un tono demandante en su voz.

-No le dirá a nadie…. Acerca de la maldición… simplemente lléveme a la enfermería… señor-.

-¿Pero que estupideces dices, Potter? ¿Aun sientes confuso tu minúsculo cerebro?- La rabia de Severus era evidente; la confusión y el desprecio se plasmaban en su rostro.

-Solo diga… que fue un duelo…nadie tiene por que saber toda la verdad…- Al ver la indiferencia en la cara del profesor, Harry tomó una decisión- Si delata a Draco, todo el mundo sabrá… lo amigos que fueron usted y mi padre… y el cariñoso apodo que tenía en el colegio- Snape palideció- simplemente, lléveme a la enfermería…

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Llevaba horas sentado en el suelo, apoyado en aquella pared frente a la enfermería. Ni siquiera había reparado en su ropa ensangrentada, ni en dolor de sus articulaciones. La mente de Draco Malfoy no estaba en aquel pasillo, sino que se encontraba tras esa puerta, donde Potter se encontraba luego de ser trasladado por su padrino.

Había tenido que aguantar las miradas de odio que los amigos del Gryffindor le habían dedicado, el frívolo interrogatorio del director, que no parecía creen en su relato sobre lo que había sucedido, y la indiferencia con que Snape sugirió su expulsión. Y a pesar de todo, lo único que le importaba en este momento era obtener una respuesta de Potter ¿Por qué lo había encubierto? Era consciente del interés que tenía el Gryffindor por saber que tramaba; en mas de una ocasión había querido encararle por su maldito complejo de ser un jodido héroe. Era tan molesto, tan estúpido, tan entrometido, tan…. Jodido Potter.

Y aun así, Draco nunca se había sentido peor en toda su vida. Ni siquiera cuando el señor tenebroso le encomendó aquella misión sintió tanto miedo, como cuando vio a Harry luego de recibir su maleficio. Aun ahora, al recordar la expresión de su rostro, la sangre recorriéndole, sentía un vacío en el pecho y los temblores en su cuerpo se intensificaban.

Necesitaba hablar con Potter, necesitaba una respuesta si pretendía conservar la poca cordura que aún conservaba, después de tantas semanas en la soledad de la sala multipropósito. Inconscientemente acarició su mejilla, en aquel lugar en que Harry le había besado; si bien nunca se hubiese esperado algo asi, no se había sentido mal con ese breve contacto. Dejando de lado el hecho que era otro hombre, y que ese hombre era Harry-Jodido Potter, había sentido en aquel gesto sentimientos que no pudo identificar,

La puesta se abrió súbitamente, y Draco se sobresaltó al notar la mirada de Dumbledore al salir de la habitación. Se miraron fijamente unos segundo, y aunque notó reproche en los penetrantes ojos del director, esta dejó la puerta entreabierta, invitándole a entrar.

-No tarde mucho, señor Malfoy. Espero que ambos puedan sanar esta noche- Murmuró el anciano, alejándose por el pasillo.

Sin detenerse a pensar en aquella frase, Draco se apresuró a atravesar aquella puerta, buscando con la mirada la camilla del Gryffindor. Esta estaba ubicada al extremo de la habitación, bajo una ventana que permitía el ingreso de una tenue luz. Al acercarse, comprobó que tenía vendas en el cráneo, y una gran cantidad de pociones en su mesita de noche. Sintió miedo al acercarse, pues no sabía que reacción esperar. Sin embargo, Harry solo lo miró, confuso y sorprendido por su presencia.

-Po-Potter..- Tartamudeó Draco. Sus manos sudaban y su boca reseca apenas podía articular una palabra- ¿Cómo t-te sientes?

Harry esbozó una ligera sonrisa, y respondió:

-Al parecer mejor que tu, Malfoy. Creo que nunca nadie te había dicho esto antes, pero apestas a inodoro- dijo con un susurro travieso.

Draco enrojeció, primero por la vergüenza de verse en aquel indigno estado, y luego de rabia: ¿Qué tenia aquel idiota bajo ese nido pájaros que cubría su hueca cabeza? ¡lo había torturado, por Merlín! Y aun asi, tenia la desfachatez de burlarse de el. Definitivamente se había pasado con el crucio, pues había terminado de freír el poco cerebro que le quedaba.

-Eres un idiota Potter- dijo el rubio, acercándose hasta quedar al lado de la camilla- No es como si antes no lo supiese; pero el hecho que me hallas salvado el pellejo hoy… realmente tienes hueca esa cabeza rajada tuya.

Harry lo miro, ceñudo, y agregó:

-Hubiese preferido un simple “gracias”, pero al parecer es imposible que el gran Draco Malfoy pueda rebajarse a eso. – Es increíble, le había salvado su pálido culo al no delatarlo, y el cabrón aun se burlaba de el -¿A que has venido?

-Yo…- Maldición, sentía como sus mejillas se acaloraban- ¿Po-por qué hiciste ess-eso por mi? No es como si… - Mierda, nunca se había sentido tan torpe frente a alguien- deberías…. Haberme delatado… yo lo habría hecho si fuese tu- sentenció, expectante el Slytherin.

-¿Quieres saber por qué no te delaté, Malfoy?- Dijo Harry, desviando la mirada hacia la ventana.

-Y… el beso, Potter- Dijo Draco, dirigiendo su mirada al piso, totalmente avergonzado.

El corazón de Harry comenzó a latir fuertemente, mientras fijaba la mirada en su antiguo rival. Por un momento, pensó mentirle, pero luego de ver el precario estado emocional en que se encontraba, necesitaba que Draco supiese la verdad. Aquella verdad que había terminado de confirmar cuando sintió el contacto de su suave mejilla.

-Creo que ambas preguntas tienen la misma respuesta…-Inspiró profundamente, y dijo-Estos meses… te he visto de cerca… y aunque no puedas o quieras confirmármelo, se que Voldemord te ha reclutado como mortífago para que cumplas alguna misión para el.

Draco levantó la vista, asombrado por verse descubierto. Sin embargo, su voz sonó fría al contestar:

-Si sabes que soy un mortífago, ¿Por qué no me entregaste?.

-Porque… -Prosiguió Harry, titubeante- Aunque no lo creas, después de tantos años peleando contigo… he aprendido a conocerte y… creo entender por qué lo haces…- haciendo un esfuerzo, fijó la vista en aquellos ojos grises que lo miraban llenos de curiosidad- Te he observado mucho tiempo Draco, y… creo que me gusta lo que he visto.

-¿Qqu-que has d-dicho Potter?- Dijo Malfoy, totalmente perplejo.

-Creo que… si hubiese aceptado darte la mano aquel dia, no estaríamos en esta situación. No tendría que haberme peleado contigo tanto tiempo… para darme cuenta que… ya sabes…me g-gustas.- Sentenció el elegido, desviando la vista.

Le gustaba. Ni en sus sueños mas descabellados se habría imaginado algo semejante: ¡Harry-el-niño-dorado- Potter se le estaba declarando! Lo cierto es que, a pesar de lo sorprendido que estaba… la idea no le resultaba desagradable. Hace tiempo se había dado cuenta que el Gryffindor, además de irritarlo de sobremanera, también provocaba otro tipo de sentimientos en el. Sin embargo, frente a la misión del señor tenebroso y el encarcelamiento de su padre, había decidido enterrar en lo mas profundo de su corazón aquellas emociones.

Observo que Potter seguía con la vista fija en dirección al suelo, con las mejillas sonrojadas y un ligero temblor en las manos. Algo se removió en su pecho ante esa imagen, y sintió algo que hace meses había olvidado: felicidad.

-Yo… también siento algo por ti, Harry- El Gryffindor levantó la vista, asombrado- Lo se desde hace un tiempo, pero… debes comprender que… nunca tendremos la oportunidad de comprender que es esto que sentimos… ambos tenemos un destino que cumplir… y debemos seguirlo por caminos diferentes.-

Harry había escuchado muchas veces hablar a Malfoy, pero nunca había percibido aquel tono de amargura en su voz. Se sentía impotente, quería maldecir a aquellos que habían moldeado sus vidas, restándoles la posibilidad de conocer al otro. Acercó lentamente su mano hasta acariciar el dorso de la de Draco, que se encontraba apoyada en su cama. Este se sobresaltó al sentir el contacto, mas no la retiró.

-Entiendo a que te refieres… pero, yo no quiero que creas que te odio… ni siquiera con lo que sucedió hoy; también he estado solo frente al resto- Buscó la mirada de Malfoy, i añadió -No te pido que me cuentes que es lo que tramas…

-No podría decírtelo Harry- dijo Draco, sin poder mirar al otro chico a los ojos- Quisiera… debe haber otra forma de pagarte lo de hoy.

Harry meditó un momento las palabras del Slytherin, para luego dirigir su brazo al cabello de Draco, el cual cerró los ojos ante la suave caricia. Sintió como Potter empujaba suavemente su cabeza, acercándola hasta quedar alineadas a escasa distancia. Los ojos verdes de Harry lo miraban, expectantes bajo el reflejo de la luna. Sintió su respiración agitada sobre su rostro, y observo lo delgados y rojizos que eran sus labios.

-Quiero que… nunca olvides este momento…y que me permitas conocer a Draco Malfoy cuanto todo esto haya acabado-Sus miradas se encontraron, nerviosas ante la visión del otro- ¿Lo prometes, Draco?

En respuesta, el Slytherin acabo con la distancia que los separaba, uniendo sus bocas en un cálido beso, con el que pretendía hacerle sentir a Harry aquello que tanto tiempo había callado. Saboreó los labios contrarios, acariciando con su mano la mejilla del moreno, que tembló ante aquella caricia.

Se separaron un momento para recuperar el aliento, mirándose, intentando hacerle saber al otro que aun había esperanza. Antes de besarlo nuevamente, Draco había tomado una decisión.

-Lo prometo Harry… Nunca olvidare... tu debes prometerme… que me recordaras, aun si… estamos enfrentados…. Recuérdame Harry- suplicó.

Sin despegar la vista de aquel hermoso rostro, Harry susurró antes de besarlo:

-Siempre…

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado :D Hasta otra ocasion!!!


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