Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Año nuevo por Yumeko Uchiha

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Observó una vez más su reloj de mano y observó a  la lejanía que se aproximaba una moto junta a una figura que él conocía perfectamente quien rato después, paró donde estaba y se sacaba un casco mostrando un varón de cabellos negros corto, recto labrado en un corte por debajo, ojos del mismo color de su cabello, pero en esta demostraba misterio.

-¿Nos vamos?-él sonrió y posó el otro casco que le pasó el kazajo para él, subió tranquilamente, pero de lo que no se veía venir es que el kazajo arrancó como si nada, dándole un susto y aferrándose fuerte a la cintura del otro, quien giró su rostro y le dedicaba una sonrisa bromista.

-Me las pagarás-suerte tenía que el casco no le permitía al otro mostrar su sonrojo que tenía hasta las orejas.

Y sabía que desde hace un tiempo comenzaba a tener algo que no sabía cómo identifica exactamente...pero era incapaz de demostrar algo, por miedo de que la amistad de 3 años de que tenía con Otabek, se arruinara... ¿Qué cómo fue que empezó a sentir cosas extrañas cada vez que veía al kazajo? No lo sabía...tenía envidia a veces cuando veía a Yuuri, alias “cerdo”, junto al maldito de Victor tan acaramelados, a tal punto de darle náuseas, pero muy en el fondo quisiera que él estuviera en la misma situación, pero...le daba miedo, todo comenzó cuando cumplió su décimo octavo cumpleaños por aquella simple tarde.

*Flashback*

Sentía el frío en sus mejillas debido al frío que había en las calles en dónde paseaba junto al cerdo y ahora esposo Victor agarrados de la mano.

-¿Tienes algún tipo de deseo Yurio?-comenzó a comentar el japonés mientras le dedicaba una pequeña sonrisa.

-¿Huh? ¿De qué hablas cerdo?-su ceño se frunció al notar como el cerdo le hacía ese tipo de preguntas que no sabía ni qué significaba, mientras escondía sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

-Vamos, sé que tienes algún tipo de deseo que quieras cumplir-el oji-azul daba una amplia sonrisa junto a su dedo quien le señalaba a él...su ceño se frunció aún más.

-Si lo tuviera, no tendría por qué decírselos-se acomodó su capucha y se adelantó aún más...la noche se hizo presente y de algún modo él se sentía vacío, pero no sabía cómo descifrarlo hasta que abrió las puertas y notó un salón oscuro, intentó enfocar sus ojos en el interruptor y al encenderlo, un montón de confetis y globos se disparaban hacia su persona.

-¡Felicidades Yuri Plisetsky!-corearon todos en el salón, sus ojos se abrieron en demasía, sus ojos observaban cada persona que había, pero sus ojos no encontraron a su abuelo, no dijo nada pero aún así su vista se ensombreció por décimas de segundos, todos celebraron su décimo octavo cumpleaños, oficialmente ya era un adulto, pero aún sentía que le faltaba algo, hasta que escuchó de algo que decía Victor y el cerdo.

-Yurio-habló el japonés con una tierna sonrisa mientras le sacudía su cabello con cariño, él no se opuso-te tenemos un pequeño regalo...sé que no lo has visto y tanto Victor como yo lo hicimos lo que pudimos para completar tu sueño-no entendía nada hasta que las puertas se abrieron nuevamente mostrando a su abuelo y a...Otabek, su corazón dio un vuelco al ver al kazajo en su cumpleaños, ahora entendía por qué su amigo no se comunicaba con él mediante a video llamadas.

-Felicidades Yuri-habló su abuelo mientras depositaba un fuerte abrazo, siendo correspondido por el otro con anhelo y cariño, poco después se separó y se hizo a un lado y con el pulgar señalaba castamente al kazajo, quien se mantenía mirándolo a los ojos-sentimos la tardanza, estuvo ocupado preparándote tu platillo favorito y yo dándole los pasos para hacerlo-en ese instante sus verdes ojos bajaron hacia los dedos del kazajo, quien tenía muchas heridas-bien, los dejo solos-Yurio miró al cerdo y a Victor, quienes le dedicaban una enorme sonrisa y con los pulgares hacia arriba, dándole ánimos.

-Vamos a fuera-comentó el peli-negro, el otro simplemente asintió sin decir nada, una vez a fuera, sus ojos fueron iluminados por la Luna, cada quien se miraba a los ojos sin comentar nada, hasta que el kazajo comenzó-Perdóname Yuri por no decirte nada al respecto, pero me habían dicho que querían que fuese una sorpresa.

-Yo...-no sabía qué decir al respecto, todo eso aún le mantenía sorprendido, pero no mostraba nada, hasta sentir una grande y cálida mano posar en su cabeza y revolverlas con cariño mientras le entregaba una bolsa junto a una ladina sonrisa que tan hermosamente le dedicaba a él, y a nadie más.

-Felicidades por tu décimo octavo cumpleaños Yuri, oficialmente ya eres un adulto...aunque, sigues siendo más bajo que yo-bromeó mostrándole más ampliamente su sonrisa.

-Yo...-su garganta quería decir muchas cosas, pero pronto  su sangre comenzaba a subir a la cara y la Luna mostraba un fuerte sonrojo en el pálido rostro del ruso, quien poco después se gira, dándole la espalda al kazajo-Gra-gracias-y aún con el sonrojo se mantuvo en donde estaba, porque sentía que si corría se caería, porque justamente sus piernas comenzaban a fallarle.

Desde ese momento supo que algo comenzaba a aflorar en su interior.

*Fin del flashback*

Sus ojos comenzaron a abrirse y lo primero que observó fue a Otabek muy cerca de él...demasiado según él, se sorprendió demasiado y estuvo a punto de caerse de la moto de no ser por las manos de Otabek, que agarró su cintura y lo bajó de la moto.

-Ten más cuidado-habló el otro mientras le quitaba el casco de la cabeza del rubio.

-¿En qué momento me dormí?-suerte que sabía disimular un sonrojo, porque si no lo supiese hacer, el otro comenzaría a hacerle preguntas que le incomodarían demasiado.

-En medio del camino-habló el otro tranquilamente mientras observaba como el cielo comenzaba a oscurecer-entremos ya-él simplemente asintió y entraron a la casa, quienes al entrar encontraron un montón de decoración en el hogar en el que habían quedado.

-Bienvenidos, veo que llegaron temprano.

-Buenas noches-habló cortésmente a la señora quien les sonreía.

-Entren a la sala si gustan, estamos aun haciendo arreglos, peri si también gustan pueden tomar un baño en el onsen-los dos asintieron y al entrar a la sala observaron todo tipo de detalles, entonces encontraron a un par de esposos haciendo un arreglo y en el momento en sus  miradas se encontraron, sonrieron con alegría hacia el rubio, quien salvajemente se sonroja y aparta la vista, mostrando vergüenza, pero que el otro no comprendía nada.

-¿Qué hacen parados ahí? Vengan a ayudar...celebremos el año nuevo sin peleas, ¿sí?-los dos asintieron y comenzaron a ayudar...hubieron risas, enojos por parte del rubio, un Victor inconsciente por parte de Yurio, sonrojos, visitas viniendo de a poco, bromas, fotos por doquier por parte de Pichit, hasta que...

-Yurio, ¿podemos hablar un momento?-comentó el japonés una vez se secó las manos mojadas y se retiraba el delantal.

-Eh...claro-miró a un Victor inconsciente y aun Otabek cuidando del inconsciente, mientras las fotos de Pichit eran tomadas sin cesar y al resto riendo y platicando sobre cualquier tema. Llegaron a una solitaria cocina, con varias bandejas llena de comidas y uno que otro tentempié- ¿Qué quieres cerdo?-el otro simplemente rio suavemente mientras inconscientemente se tocaba su vientre.

-Iré directo al grano Yurio... ¿Te gusta Otabek?-En un principio Yurio se quedó callado hasta que un fuerte sonrojo se apoderaba de su  blanquecino rostro.

-¿¡Qué!? ¡N-No!-su vista se apartó en alguna parte de la cocina, hasta que sintió unas manos agarrándole las mejillas y encarando esa sonrisa que tanto odiaba del cerdo-¡Apártate!-le otorgó un empujón en los hombros, haciendo que en el proceso  él solo se cayera de espaldas.

-No ocultes algo que ya no puedes hacerlo-sus ojos mostraron un brillo especial, fuera de lo común, de lo que ya no sabía Yurio-En un principio no sabes cómo sentirte, porque no sabes si haces lo correcto o no-rio levemente mientras ayudaba al otro a levantarse.

-N-no sé qué lo que dices, estas deli...-no pudo terminar su frase porque fue interrumpido por el otro.

-Tienes el mismo brillo y a la vez la misma confusión que tuve cuando conocí a Victor...una mezcla de miedo y amor-le pasó un vaso de agua.

-¡Eso jamás cerdo!-gritó enojado, pero sus esfuerzos cayeron cuando el japonés le observaba fijamente a los ojos, mostrando que estaba siendo débil...cayó rendido a una silla que se hallaba cerca y suspiró fuertemente mientras un ligero sonrojo se volvía a asomar en su rostro.-Me rindo...no sé lo que me pasa.

-¿Qué sientes cuando estás cerca de Otabek?-Yurio se sorprendió ante semejante pregunta-Sé sincero Yurio...no te preocupes, mis labios estarán sellados ante todos, esto sólo quedará entre nosotros.

-Pues...me gusta estar pasar tiempo con él, divertirme, ser capaz de sentirme como en casa, olvidarme de todo...

-Ya veo, y... ¿qué sentirías si Otabek se fijara en otra persona?-una punzada de dolor en el pecho se posó en el ruso, quien su mirada se tornó sombría.

-Pues nada...él tiene la libertad de escoger a quién quiera como amistad, no siempre estaré con él, él tiene su vida en su país y obviamente estaremos separados...pero-pequeñas y rebeldes lágrimas comenzaron a caer en el delicado rostro del oji verde, quien poco después se percató de eso y se secó rápidamente los ojos, en ese instante siente una manos abrazándole con delicadeza mientras una  de las manos se posaba en su cabeza.

-¿Estás entendiendo ahora?

-¿Entender qué?-sus manos de a poco iban correspondiendo al abrazo del otro.

-Tú mismo tienes que enfrentar lo que sientes, no tienes por qué sentirte así, han tenido una hermosa amistad, pero tú sientes que eso ya no basta para ti y quieres estar a su lado, pero tienes miedo de perder su amistad-se separaron y se miraron a los ojos-Sé fuerte y empecemos un año nuevo, ¿no crees?-el otro simplemente asintió y cuando él estuvo antes  de marcharse el rubio habló.

-Yuuri-el otro se sorprendió al ser llamado por su nombre, ya que él le acostumbraba a llamarle por su apodo de “cerdo”.-Gracias-habló lo más bajito que pudo, pero que Yuuri fue capaz de entender.

Las horas pasaban y la mente de Yuri se mantenía en un debate interno que podía disimularlo entre tanta comida, risas, fotos, pláticas, etc...

-¡Hey chicos!-todos miraron hacia el moreno, fanáticos de las selfies- ¡Faltan 15 minutos para que toquen las 12!-todos observaban el pequeño televisor, que transmitían en vivo las noticias, entonces todos escucharon una vaso sonar, rápidamente todos se mantenían observando al peli plateado quien felizmente tocaba con una pequeña cuchara la copa.

-Escuchen por favor-hablaba alegre mientras veía a su sonrojado esposo apartando la vista por tantas miradas interrogativas hacia su persona.- ¡No sé cómo pasó, pero Yuuri y yo vamos a ser padres!-hubo un silencio sepulcral hasta que comenzaron felicitaciones por todos lados.

-Pero... ¿Cómo es posible que eso ocurra?-escuchó por parte de Yakov, entonces la madre comienza a explicar.

-Por lo que me ha dicho el doctor, Yuuri había nacido como doncel, un caso especial que no se ve en cualquier parte, son muy pocos los que quedan...eso de recién lo supimos cuando Yuuri comenzaba a tener mareos y síntomas de un embarazo, nunca lo supimos descubrir que Yuuri era “especial”-todos comprendieron y siguieron con las felicitaciones, Yuri entendía ahora del brillo diferente al casual de sus ojos y de su mano que fue directamente a su plano vientre...quería acercárseles pero un brazo lo detuvo, observó al causante y notó al kazajo cómo le miraba.

-¿Tienes unos momentos para que podamos hablar a solas por favor?-inconscientemente asiente y se dirigen hacia el patio trasero, alejados por unos cuantos metros de donde estaban todos sus amigos y uno que otros familiares del japonés.

-¿Qué...?-su pregunta fue sellada cuando sintió una mano en su mejilla y unos ojos penetrantes observándolo con un pequeño brillo especial que Yuri no supo cómo descifrar.

-Me gustas-se calló por unos segundos y su pulgar tocó suavemente los rosados labios del rubio,  quien que un sonrojo se asomó por su rostro.- a decir verdad, ni siquiera sé porque me enamoré de ti, pero te amo tanto que no necesito razón -expectante a todo eso, Yuri no sabía qué decir, una alegría intensa se asomó por su pecho y sonrió...sonrió como nunca antes lo había hecho, sus dudas hacia lo que sentía se disiparon de una vez por todas, con cuidado se deshizo del agarre y como pudo, llevó sus brazos al cuello del más alto y depositó un suave pero demostrativo beso, sorprendiendo al otro, que luego posa sus manos en la cintura del otro con cuidado.

-Me gustas mucho-se miraron a los ojos y volvieron a unir sus labios, a lo lejos comenzaron a escuchar unos fuertes cohetes sonar en lo más alto del cielo, iluminando a un nuevo amor, a nuevos amores que se formaban, alegrías, familias en unión, amigos disfrutaban la velada...

-¡Noooo! ¡Es muy niño todavía!-Yuri abrió los ojos de repente al escuchar una voz conocida para él.

-Victor, no seas así, Yurio tiene la edad suficiente para hacer lo que quiera-escuchó como hablaba Yuuri.

-¡Que viva la nueva pareja!-escuchó de otro lado.

-Ya saben: nuevo año, nuevos amores....cómo crecen tan rápido-habló Yakov de lejos.

-El gato fue domesticado -hablaron la mayoría de  chicos y chicas riendo...Yuri no sabía en dónde ocultarse, vieron toda esa escena...si tenía que morir, lo haría...pero no por el momento.

-¡Estúpidos, nuestra privacidad, idiotas!-habló a no poder más, su sonrojo era tan  fuerte que podría competir con un tomate, estaba a punto de dar la bronca de no ser porque una mano le sostuvo.

-Feliz año nuevo Yuri-toda su rabia se fue volando al ver la sonrisa que solamente él le dedicaba, se acercó hasta su oído y le susurró-Te amo-y lo abrazó, para ocultar toda vergüenza depositada en el desalmado Yuri.

A lo lejos Yuuri observó cómo Otabek lo miraba con agradecimiento y él...simplemente sonrió y levantó el pulgar, felicitándolo silenciosamente.

Fin

Notas finales:

espero que les haya gustado


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).