Sus ojos abiertos se movían de un lado a otro, no podía creer lo que sus ojos presenciaban, su corazón dolía y la falta de aire al haber corrido empezaba a hacerle efecto, sus rodillas temblaban al igual que sus manos que se apoyaban en sus piernas, no le podía estar pasando eso a él.
En el letrero frente a él se leía: "Lo sentimos, Ichiraku Ramen permanecerá cerrado por motivos festivos". Sí, su adorado y querido ramen lo había dejado, no podría saborearlo, sentir su textura, ser feliz junto con él, por una larga semana...
- Dobe, ¿qué tanto miras?
Acabó con su drama al oír la voz de Sasuke detrás de él, una corriente de frío chocó contra su espalda y se giró temblando, se lanzó a los brazos de su amigo rompiendo en "llanto".
- ¡Sasuke!
Las personas a su alrededor comenzaron a reírse por la escena que montaba el chico rubio. Sasuke tomó el brazo de Naruto y lo arrastró por toda la ciudad, hasta encontrar un sitio más privado, no permitiría que todos se burlasen de su mejor amigo, SU Naruto, porque él era suyo. Agarró sus hombros y lo sacudió suavemente para traerlo a la realidad, murmuraba cosas extrañas e iba apoyando su peso en su cuerpo.
- ¿Qué sucedió? - preguntó preocupado, nunca había visto así a Naruto.
- Ya no hay...
- ¿Qué?
- No habrá más... - susurró con ojos llorosos.
- ¿Qué no habrá? - dijo angustiado, Naruto se veía muy triste.
- Ya no habrá... ¡Más Ramen, Sasuke!
Una vena saltó en la frente de Sasuke, algún día mataría a su rubia perdición por ser dramático. Se había preocupado demasiado por el estado de Naruto, a pesar de estar cansado por supervisar el trabajo en la compañía de su padre, llegar a casa y encontrarse con Itachi preparando la cena junto con su madre, aceptando ir a comprar el vino que olvidaron, solo para poder encontrarse con Naruto.
- Hoy no comeré nada - Naruto limpió sus lágrimas falsas.
- Espera... ¿Cómo que no vas a comer?
- Mamá y papá no pasarán conmigo Navidad, un imprevisto en la compañía - Naruto bajó su cabeza.
Sasuke se sorprendió al escuchar aquello, los padres de Naruto siempre pasaban los días festivos con él, por lo que siempre Naruto llevaba una sonrisa en el rostro. Pensó un momento lo que iba a decir, su familia adoraba a Naruto, se criaron juntos desde niños, mismas escuelas, mismo jardín, incluso la guardería era la misma. ¿Su familia se molestaría si llevaba a Naruto a pasar Navidad con ellos?
- Naruto...
Ante el llamado miró a su amigo.
- ¿Mmmm?
Sasuke se aclaró la garganta y cerró los ojos.
- ¿Quieres pasar Navidad con mi familia?
Esperó respuesta, pero en cambio recibió un sollozo y luego su cuerpo fue rodeado por los brazos de Naruto, sonrió por esa acción.
- ¡Eres el mejor, Sasuke!
- Entonces vámonos, se está haciendo tarde - miró su reloj.
En todo el camino Naruto fue abrazado a Sasuke, pareciendo una pareja a los ojos de las personas que a última hora compraban regalos. Al llegar a su casa, Sasuke le sonrió a Naruto y entró con él, al abrir la puerta fue recibido por su madre, quien se alegró de ver a Naruto, unos segundos después Itachi dejó su puesto en la cocina para saludar a su rubio, enviándole miradas raras en su opinión. Su padre salió luego de unos minutos y sin esperarlo, vió como abrazaba a Naruto y le sonreía a la vez que le preguntaba por su vida en todos esos meses.
Cuando el reloj marcó la medianoche, los fuegos artificales no se hicieron esperar, toda su familia salió a desear un feliz año a los vecinos, Naruto y Sasuke se quedaron observando la ciudad desde la terraza. Los fuegos artificales iluminaban el rostro de Naruto, su sonrisa se esanchó al ver como Naruto se aterraba al escuchar un explosivo cerca, era su oportunidad, abrazó a Naruto ubicando su mentón en su cabeza.
- Naruto.
- ¿S-Sí? - respondió nervioso al estar entre los brazos de Sasuke.
- Me preguntaba si... ¿Quisieras ser mi pareja?
Los ojos zafiros de Naruto se abrieron de la impresión, unas lágrimas amenazaron con caer de sus ojos, sonrió y se giró para mirar los ojos oscuros de Sasuke. Sasuke lo miró directamente, en menos de un segundo los labios de Naruto se encontraban sobre los suyos, sorprendido reaccionó y rodeó su cintura. En el momento que sus labios se separaron, Naruto se apoyó en su pecho.
- ¿Eso es un sí? - preguntó sin poder creerlo.
- Es un sí, Sasuke.