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17. El Tao de Kris por dayanstyle

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Notas del capitulo:

a leer nenessss

      —Cállate, estoy tratando de ser romántico. —Kris dejó de ver a JongIn y se giró de nuevo hacia Tao.

      —Continúa— Tao lo animó. Si ese era un momento de locura, quería todo de su pareja. Podría no tener nunca una confesión como esa de nuevo.

        Kris se quitó la bandana de su cabeza y se puso sobre una de sus rodillas en el suelo. El vestíbulo se llenó del ruido de los residentes.

       Su pareja miró alrededor, viendo que todos lo veían. Kris se giró y miró a Tao a los ojos. —Nunca he sido bueno con las cosas tiernas y emotivas, pero lo intentaré por ti. Te amo.

Tao podía aceptar eso. Todos en el vestíbulo aplaudieron y Kris se puso de pie, jalándolo en sus fuertes brazos y besándolo profundamente.

—Marica —JongIn se carcajeó.

      No eran tanto las palabras lo que le había afectado. Está bien, su pareja le había confesado su amor, pero era el hecho de que lo hubiera reconocido abiertamente lo que le robó su corazón.

       Ahora, ¿quién tenía la lengua trabada? Podía sentir sus mejillas arder, rezó porque sus orejas no se movieran por la emoción. —También te amo— logró decir.

      Kris miró alrededor. Tao podía ver lo nervioso que estaba. Debió de requerir mucho de su pareja declarar eso abiertamente. Era un principio. Tao tuvo piedad de él.

 

r13;Gracias —murmuró a su pareja y entonces jaló a su pareja escaleras arribas, Kris corrió detrás de él. Tao se giró tan pronto como entraron a la recámara y abrazó a su pareja. Kris debió de haber sentido la misma necesidad porque se quedó ahí, dándole a Tao lo que necesitaba, dándole unos fuertes brazos para envolverlo y dejar que las preocupaciones se alejaran.

—¿Estás bien, Panda? ¿Cómo te sientes? Tao lo abrazó más fuerte, inseguro de cómo contestar a eso. Se había encerrado en la recámara durante las últimas dos semanas. —No sé.

      Kris lo levantó, cargándolo se dirigió a una silla y se sentó con él.

      Kris no protestó cuando Tao se sostenía de él. Reteniéndolo, tomando refugio entre los brazos de su pareja. Le hacía sentir seguro abrazarse a él, tomando la seguridad que necesitaba en ese momento.

     —¿Qué debo hacer? ¿Qué necesitas que haga?— preguntó Kris.

      —Lo que estás haciendo, sólo sostenerme. —Tao se enterró entre sus brazos, inhalando el masculino y único olor de Kris.

       Kris estaba fuera de su elemento, en tierra desconocida. Su abierta declaración en la planta baja lo había hecho sentir expuesto, pero sabía que su pareja se sentía rechazado y él no podía permitir eso. No después de lo que le había sucedido y no después de darse cuenta lo mucho que Tao significaba para él. Era la primera vez que sentía el amor y lo asustaba como el infierno.

      No estaba seguro de lo que debería hacer, así que dejó que Tao le mostrara lo que necesitaba.

       Aun así quería encontrar a Sung Jun y desgarrarle las entrañas a través del agujero de su culo. Eso era sólo cuestión de tiempo. El Elf tendría que relajarse, bajar la guardia y ahí sería cuando Kris golpearía. Ahora su pareja lo necesitaba.

       Se sorprendió cuando su Panda comenzó a besarle el cuello. Kris pensó que pasaría un tiempo antes de que ellos tuvieran intimidad de nuevo. Después de lo que sucedió, él podía esperar hasta que Tao estuviera listo.

      Quizás esa era su manera para tratar con esto. No estaba seguro, nunca había estado en una situación como esta antes.

      Kris inclinó la cabeza a un lado y cerró los ojos ante las sensaciones. Podía sentir el pecho de Tao elevarse y caer rápidamente. Su lengua recorría el camino de su oreja a su cuello, los dedos de su pareja se abrían y cerraban sobre el cabello de Kris. Tao devoraba su cuello con hambre.

       —Bebé. —Kris pasó su mano a través del dorado cabello, giró su mano y le dio un ligero jalón, la erótica lengua le quitaba el aliento. Tao se movió alrededor hasta que estuvo montado a horcajadas en el regazo de Kris y apoyó sus palmas en el pecho de Kris.

—Por favor —Tao rogó dentro de la boca de Kris.

—¿Qué es lo que necesitas, amor?

Tao sacudió la cabeza, sus ojos rogaban que Kris le dijera. El hambre de Tao tenía pegado a Kris. Se movió en la silla y en un rápido movimiento su pareja se sentó en la alfombra. Nunca lo había oído gemir de necesidad antes y eso lo estaba volviendo loco.

       Kris le quitó los pantalones a su pareja y entonces la ropa interior. Sus manos fueron hacia el interior de los muslos de Tao, separando sus piernas, sus ojos bebían la bella vista frente a él.

       Su control era tenue, le tomó cada gramo de su resistencia no precipitarse dentro del agujero que se veía tan apretado. Kris acunó las bolas de Tao, moviendo sus dedos alrededor, y entonces levantó el eje de su pareja, sintiendo lo mucho que Tao lo quería. Tao le quitó la bandana y la dejó en el suelo. r13;Chupa.

—Tao sonrió pero sus ojos ardían por la lujuria.

     —¿Quieres que te chupe?— Kris bromeó seductoramente.

—Uh-huh.

       Kris bajó, su lengua recorrió desde la base a la punta. Era extremadamente raro que él chupara un pene. Pero por Tao, él podía hacer eso. En trescientos años, quizás en cinco ocasiones a lo mucho, él lo había intentado, nunca lo disfrutó, pero sabía que con su pareja podría disfrutarlo.

      Kris pasó su lengua de la base a la punta una vez más, cerrando sus labios alrededor de la cabeza del pene. Su lengua recorrió la esponjosa cabeza, lamiendo el presemen que escurría copiosamente del eje de Tao.

      —Oh Dios, se siente bien. —Tao se aferraba de la alfombra, siseando a través de los dientes. Kris llevó sus dedos a la boca cubriéndolos de saliva e insertó uno dentro del agujero de Tao. Chupaba vigorosamente mientras su dedo jodía el agujero.

 

—Oh mierda, Kris— Tao jadeó. Kris lo sostenía, no tenía idea de lo que estaba sucediendo cuando Tao comenzó a desaparecer, llevándoselo. Creía que Tao no podría hacerlo cuando él lo tocaba.

      Levantó la vista cuando el sol le cegó. Ellos estaban acostados en un verde campo; ¿dónde?, él no estaba seguro.

—No te detengas— Tao le rogó.

       Kris lanzó sus preocupaciones al aire y devoró a su Panda. Tao gimió, levantó las piernas y comenzó a joder la boca de Kris. La escena cambió, ahora parecía que estaban en algún tipo de playa.

       La alta tensión de su pasión debió de estar haciendo esto. Kris hundió sus rodillas en la arena y tragó a Tao, bombeando su pene mientras Tao gritaba. Kris se quitó los jeans, usando saliva para lubricar el agujero de Tao, y entonces se deslizó adentro. Empujó las piernas de su pareja hacia atrás, viendo cómo su pene entraba y salía. Tao tomaba arena en sus manos, sus dedos se encajaban mientras Kris lo jodía con toda su alma. La escena cambió de nuevo. Si no estaba equivocado ellos estaban en las planicies de África. Él había visto en el canal de los animales esas imágenes.

      Kris se empujaba dentro de su pareja, su pene llenaba el canal de su pareja y lo estiraba ampliándolo. Se apartó, dejando sólo la cabeza del pene en el interior, y entonces volvió a entrar. Tao jaló sus piernas hacia su pecho.

      —Mi hermoso Elfo —dijo Kris mientras se empujaba duro. Tao se tensó, arqueó la espalda, y se corrió, gritando el nombre de Kris mientras desaparecían y regresaban a la recámara. Kris se corrió dentro de él, gruñendo mientras liberaba su semilla.

      Colapsó, escondiendo una sonrisa cuando las orejas de Tao se movían. Pensó que era lo más sexy que había visto.

      Kris jaló a Tao hacia él, riéndose por la pura alegría que lo recorría.

       Su pareja era algo especial, tan tímido en la cama y tan lleno de fuego fuera de ella.

—¿Qué infiernos sucedió?— Tao preguntó.

—Me llevaste al paraíso, Panda.

       —Hey, necesito un portavoz, dado lo bien que lo hiciste en el vestíbulo. —JongIn se reía.

—Jódete. —Kris siguió caminando.

—Oh, no vengas con eso, vamos.

      Kris gruñó y siguió caminando, haciendo su mejor esfuerzo por ignorar al Alfa. Ni en un millón de años admitiría el hecho de que disfrutaba las bromas entre ellos.

       —Marica. —JongIn se reía mientras seguía su camino, Kris se dirigió a la cocina para tomar algo de beber para su pareja. Hizo su mejor esfuerzo para no ofenderse con la palabra. Todo eso de mostrar sus emociones lo estaba volviendo irritable.

      ¿Por qué Tao insistía en demostraciones públicas de afecto? Eso iba más allá de él. El chico sabía que él lo amaba. ¿No era eso suficiente? Infiernos, él había chupado el pene de un Elfo. Eso debería de decirle todo.

      Kris tomó la botella de jugo, viéndola se dio cuenta de lo que había hecho. Tao lo había mandado por eso como el niño de los mandados. «Tengo la sensación de que Tao te tendrá comiendo en su mano». Las palabras de Suho regresaron a su mente.

      Kris subió como tromba las escaleras y dejó la botella en la mano de Tao.

     —No sé lo que sucedió entre tú y el jugo pero no te desquites conmigo— Tao bromeó.

     —No soy tu niño de los mandados. La próxima vez ve tú mismo.

Tao lanzó la botella a la cama, viendo a Kris fijamente con esos ojos dorados. —¿Regresamos a eso, Biker Bob?— Tao comenzó a desaparecer.

     —Oh no, no lo hagas. —Kris tomó su mano. Maldijo cuando terminaron en un pastizal al lado de un burro.

      —Qué apropiado, sólo estaba pensando en lo imbécil que te estabas comportando. —Tao le sonrió.

—Regresemos a casa— Kris gruñó.

       —¿Quieres decir a tu cueva? Porque es así exactamente como estás actuando. Señor bípedo —Tao le gritó—. ¿Es tan difícil para ti mostrar que me quieres?

      —El que te quiera no tiene nada que ver con que me quieras corriendo alrededor de ti. —Kris sabía que había dejado que las palabras de JongIn se metieran bajo su piel. Era sólo una jodida botella de jugo como para gritar tanto. Algo trivial comparado a la real razón de su ira. El Alfa lo percibía como débil, algo que él no podía tolerar.

 

     Kris dio un paso mental hacia atrás, examinando cómo manejar la situación. Él quería disculparse, pero de nuevo, eso sería una señal de debilidad. Tao tomó el frente de su camisa, desapareciendo y regresando a la casa. —Bien, tú casa— dijo su pareja con ira antes de alejarse.

         ¿Cómo había logrado actuar como un tonto? «Abrir tu corazón a alguien es una confianza que le entregarás a alguien en algún momento de tu vida, hijo».

      Kris frotó una mano sobre su cara. Sabía que si no confiaba en su pareja con el corazón, con su virilidad, podría perder lo que lentamente estaban construyendo juntos.

      Mierda, eso no era fácil. Revisó la casa hasta que encontró a su pareja en la biblioteca viendo por la ventana y viéndose tan perdido como él se sentía. —Lo siento, Panda.

     —¿Por qué? ¿Qué sucedió para que me riñeras de esa manera?— Tao preguntó a la ventana.

       Kris mordió la bala y circuló los brazos alrededor de la cintura de su pareja, jalando la espalda de Tao a su pecho. —JongIn. Él ahora me ve débil después de mi confesión pública.

Tao se giró en sus brazos, sus ojos más abiertos y la boca abierta. —¿Todo esto es por eso? ¿Temes que alguien te vea débil porque me muestras cariño? Kris asintió.

      —Se requiere ser un hombre fuerte para mostrar a otro que lo amas. Eso no es debilidad.

 

        El cerebro de Kris trató de procesar las palabras de Tao. Eso le dio un giro y entonces decía: «Hace a un hombre débil mostrar a otro cuánto lo ama. Eso no es fuerza».

      Kris luchaba una batalla mental para dejar de mezclar las confusas palabras y solo dejarlas fluir de la manera en que su pareja las dijo. Él se había condicionado desde hacía mucho tiempo y ahora estaba pagando el precio de eso.

—Estoy tratando, Panda. Por favor, sé paciente conmigo. Tao lo besó suavemente. —Mientras sigas tratando yo seguiré escuchando.

     Tuvo que luchar contra la urgencia de apartarse cuando Eli entró a la biblioteca. —La cena está lista.

—Gracias— Tao contestó.

       —Te amo, Panda. —Kris acunó la cara de su pareja—. Sólo recuerda eso.

       —Lo sé, pero es agradable oírlo y verlo. —Tao lo guió de la mano al comedor. Todas las miradas estaban sobre ellos cuando entraron. Kris no vio hacia el Alfa, no quería ver la diversión en su mirada.

       Ellos comieron, Tao constantemente lo tocaba y se inclinaba a besarlo. Kris se sentía como si le estuvieran apuntando con un arma. Palmeó la espalda de su pareja cuando la cena terminó. Había sobrevivido a la muestra pública de afecto sin reñir a su pareja.

 

Tao sabía que se había comportado de por más afectuoso. Todo lo que quería era que Kris se acostumbrara a ser reclamado abiertamente. Él vio cómo su pareja se retorcía alrededor, y lo amaba incluso más por intentarlo.

      Kris apoyó su mano en la baja espalda de Tao, mientras salían del comedor. —¿Podemos ir a montar en motocicleta?

       —¿Aun sigues tratando de que vaya en la parte de atrás de ese inseguro lugar?— Tao se rió.

—Es seguro. Lo prometo. Tao siguió a Kris, quería saltar de felicidad. Realmente no temía subir a la motocicleta. Sólo amaba molestar a su pareja acerca de su manera favorita de transportarse. Parecía estar enamorado de esa cosa. Kris tomó un casco de otra motocicleta. —Usa esto.

—¿Por qué? Tú no usas uno —Tao argumentó.

—Wǒ bù huì dǎ tā—Kris gruñó.

—coreano, amigo.

—Yo no voy a luchar en esto— Kris repitió en coreano.

Tao tomó el casco, acomodando sus puntiagudas orejas mientras se lo colocaba y miró a su pareja. —Me siento un tonto con esta cosa.

—Un tonto a salvo. —Kris vio alrededor y entonces lo besó.

      —Mejor cuida eso. La patrulla de los besos puede atraparte y llevarte a la cárcel.

     Su pareja lo ignoró y se subió a la bestia. Él no iba a acosar demasiado a Kris.

 

El hombre estaba intentando. Tao tomó a Kris de los hombros, subiendo en la parte de atrás y se abrazó al shifter. Presionó su erección contra la espalda de su pareja.

—Es de la otra manera, Panda. Yo penetro.

     —Quisquilloso, quisquilloso. —Tao bajó la visera—. No puedo oírte.

        Kris encendió la motocicleta y salió a paso tortuga.

r13;No te contengas, muéstrame lo que puede hacer esta cosa— Tao le gritó por un lado de su casco sabiendo que el shifter tenia un oído superior.

      Niño, él debería ser cuidado con lo que deseaba. Su pareja tomó la carretera a casi ciento cincuenta kilómetros por hora. Tao lo abrazó más cerca, no estaba seguro de ser capaz de hacer que ambos desaparecieran en un momento si llegaban a chocar.

      Kris disminuyó la velocidad de la motocicleta y entró al bosque.

     —¿Por qué te detienes?— Tao preguntó cuando detuvo completamente la motocicleta y Tao se quitó el casco.

     —Porque vamos a vivir una de mis fantasías, Panda. Desnúdate.

       A Tao no le gustaba el brillo en los ojos de su pareja. Se bajó y le dio el casco a Kris. Sus dedos temblaban tanto que no podía lograr que cooperaran para desabotonar su camisa. Su pareja retiró sus manos desnudándolo de la cintura para arriba en tiempo récord.

—¿Qué si alguien nos ve?— preguntó Tao nervioso.

      —Entonces les arrancaré los ojos por ver tu lindo culito.

—Kris desabrochó los pantalones de Tao, dejando que cayeran hasta los tobillos—. Quítatelos. Tao lo hizo, temiendo que los shifter que patrullaban pudieran atraparlos. Kris levantó las manos y Tao subió al frente de la motocicleta, montándose a horcajadas en su pareja. Se sentía extraño estar desnudo cuando Kris no lo estaba.

      Tragó saliva cuando Kris sacó una delgada tira de cuero del bolsillo de su chaqueta. —Dame tus manos.

       ¿Qué planeaba hacer su pareja? Tao le dio a Kris sus temblorosas manos y vio que Kris las ataba juntas. Oh infiernos, todo lo que necesitaba ahora era chocolate y todo sería perfecto. —¿Qué estás haciendo?

—Relájate, Panda. No te lastimaré.

Tao sabía bien eso, él sólo estaba curioso. —¿Q–qué haces?— preguntó cuando Kris sacó algo de su chaqueta de cuero.

        —Tu placer. Ahora inclínate hacia adelante. —Su pareja lo jaló hasta que Tao estaba apoyado en la rodilla izquierda de su pareja. Se mordió el labio inferior cuando sintió el frío gel lubricando su agujero. Kris lo esparció y empujó un dedo al interior.

      —Relájate— Kris repitió y entonces Tao sintió otro dedo entrando en él. Se inclinó más, dándole a Kris más espacio para que hiciera lo que estaba haciendo. Tao se tensó cuando sintió una vibración en su agujero.

—K–Kris.

     —Te tengo. —Kris acariciaba su espalda mientras empujaba el aparato dentro y fuera de él. Tao cerró los ojos y comenzó a moverse hacia atrás y adelante cuando la cosa en su interior golpeó su dulce punto elevando aun más su lujuria.

        La sensación del acero entre sus piernas y el duro aparato vibrando en su culo más la textura de la mezclilla de su pareja enviaba a Tao al borde. Gritó cuando se corrió, su culo se apretó alrededor del vibrador, aumentando su lujuria aun más.

      —Eso es mi Panda, córrete para mí. —Kris empujaba esa cosa más duro, separando sus nalgas.

      —Él…tú…ung. —Tao no podía lograr que su mente funcionara. Su cerebro se derritió y sus conexiones neuronales estaban hechas un lío cuando su orgasmo lo hizo papilla.

      El duro aparato fue retirado. Los suaves dedos de Kris lo remplazaron. —Voy a joder ese caliente agujero tuyo.

      El pene de Tao regresó a la vida con esas palabras. Le gustaba hablar sucio. —Jódeme.

       Kris lo levantó, se desabrochó los jeans y liberó su glorioso pene sin circuncidar. Tao trató de tomarlo pero era imposible en su posición y con las manos atadas.

      Kris lo levantó, girándolo hasta que el pecho de Tao estaba sobre la motocicleta, su culo presentado a su pareja. Kris jaló a Tao empalándolo. —Panda— Kris murmuró y comenzó a moverse. Tao apoyó sus pies en algo de acero, empujándose hacia el pene de Kris. —Si, Panda, jódete.

      Animado, Tao plantó sus anudadas manos en la motocicleta y se empujó más duro. Su pene aplastado entre su abdomen y la motocicleta, dándose un agradable trabajo rozándose. Las manos de Kris se deslizaban suavemente sobre su espalda, la sensación del ligero toque causó que la piel de Tao se erizara en piel de gallina.

—Oh, Dios, Kris, voy a correrme de nuevo.

       Kris tomó la cintura de Tao empujándose dentro de él. —Te ves tan bueno atado— Kris gruñó.

      Los dedos de Tao levantados cuando explotó al mismo tiempo que Kris gritaba. Su pareja se empujaba dentro del culo de Tao repetidamente siseando antes de bajar el ritmo.

Tao colapsó al frente de la motocicleta, agotado en ese momento. Kris lo levantó y desató las tiras de cuero y frotó círculos en sus muñecas con sus pulgares. —Quiero atarte en la cama y ver tus ojos brillar cuando te corras para mí.

       —Silencio, vas a hacer que esté duro de nuevo. Dos es suficiente.

     Kris se rió y besó su espalda. —¿Mi pareja no puede aguantar?

      —Oh, puedo aguantar. Dame una jarra de café y Viagra y joderemos como conejos —se carcajeó—. Ahora, ¿puedo vestirme antes de que alguien vea mi pálido culo?

      Kris lo liberó y Tao gruñó ante la perdida. Su pareja le ayudó a vestirse, Tao estaba malditamente agotado para hacerlo solo. Kris se acomodó en su ropa y cerró sus pantalones.

      Su pareja tomó la tira de cuero y anudó con ella el cabello de Tao. Tao trató de alejarse, pero Kris no lo dejó. —¿Por qué no quieres atar tu cabello? Se ve bien. Tao se encogió de hombros y vio hacia sus pies. r13;Mis orejas sobresalen.

      —Pero me gustan tus orejas. —Kris pasó su dedo sobre la concha de las orejas que terminaban en punta haciendo que Tao se estremeciera.

      —¿De veras?— Sus orejas nunca le habían molestado antes. Ellas definían lo que eran. Pero la necesidad de verse mejor para su pareja hizo que quisiera esconderlas, avergonzado porque eran diferentes.

       Kris besó una oreja y luego la otra. —Te dije que son sexys. No miento. Tao se ruborizó y le sonrió a su pareja motociclista.

r13;Gracias.

      Kris gruñó cuando una mano tomo el brazó de Tao alejándolo de su pareja. Kris tomó al hombre detrás de Tao.

      —Suéltalo con una jodida— Kris gruñó mientras que sus caninos salían de sus fundas.

     —No, él es mío. —Sung Jun jaló a Tao, pero Kris también lo jaló.

Tao estaba aterrado. Envolvió su alrededor del cuello de Kris y cerró los ojos. 

       —Suéltame —gritó Tao. Cerró los ojos pensando en la oficina de JongIn. Los tres desaparecieron mientras luchaban por liberarse.

       Cuando abrió los ojos, JongIn, y otros tres guerreros los veían fijamente.

      Kris jaló el brazo de Sung Jun y sacó algo de su bolsillo y colocó el brazalete alrededor de la muñeca de Sung Jun. Tao se había preguntado a dónde se había ido el brazalete. —He cargado esto esperando usarlo contigo— Kris gruñó hacia Sung Jun.

Tao se liberó cuando los Centinelas rodearon a Sung Jun. Debieron haber visto la cara de terror en Tao. No podía creer que su mejor amigo hiciera esto de nuevo. ¿Qué infiernos estaba mal con él? En todos los años que conocía al hombre nunca había actuado de esa manera antes.

      —No puedes mantenerme prisionero— Sung Jun gritó, su mirada se atrevió a ver con cautela a Kris que lo sostenía en el lugar. Podía decir que su pareja estaba luchando por no matar al hombre. Eso era claro en su mirada.

      —Te sorprenderá lo que podemos hacer— JongIn gruñó peligrosamente. Se giro hacia Tao—. ¿Fue él quien te atacó?

Tao asintió, escondiéndose detrás de su pareja. Él odiaba el hecho de tener un corazón de gallina, pero enfrentar a quien lo atacó, inclusive si era su mejor amigo, era más de lo que podía aceptar ahora.

 

 

CONTINUARA...

Notas finales:

dejen rw


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