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17. El Tao de Kris por dayanstyle

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Notas del capitulo:

aqui les traigo la  actu nenessss

—Felicitaciones.

   Exactamente no era eso lo que esperaba. —¿Cuánto más vas a estar abierto?— preguntó, buscando un cambio de tema.

      —Otra hora. Gracias por quedarte conmigo. Chan Hee tiene obligaciones patrullando y se vuelve loco si no hay nadie que pueda acompañarme. Hace que cierre la peluquería —dijo Byun mientras guardaba la escoba y el recogedor.

Tao se encogió de hombros con indiferencia. —No tenía nada mejor que hacer. —«Excepto encontrar a mi pareja». Quizás estaba siendo infantil al esconderse. Siempre podría desaparecer si Kris comenzaba a ser demasiado bárbaro. ¿Por qué no ir con él y descubrir de qué se trata todo esto? Tao se puso de pie, su corazón latía erráticamente y sus palmas se humedecieron mientras decidía buscar a Kris. Después de todo era un adulto y necesitaba comenzar a actuar como uno.

      Vio el reloj, pensando que la próxima hora lo iba matar. El delgado segundero se movía lentamente mientras Tao quería que corriera y girara alrededor hasta que pasara la hora.

        El rugido de motocicletas captó su atención. Tao giró la cabeza hacia la puerta cuando oyó conversaciones y carcajadas. Sus manos se aferraron al asiento cuando Kris y otros dos hombres atravesaron la puerta. «Oh Dios, ¿Qué debería hacer?»

      Kris se detuvo inmediatamente y vio a Tao. Sus ojos oscuros eran tan intensos que Tao sólo pudo bajar la mirada. Él podía sentir que lo perforaban mientras veía sus zapatos. Sus nudillos se volvieron blancos de aferrarse a los descansabrazos del sillón. Su corazón saltó cuando oyó que el hombre finalmente habló.

 

      —Necesito un corte de pelo antes de que JongIn me vuelva loco —dijo con una sexy y gruesa voz. Tao mantuvo su mirada abajo, viendo las botas que se dirigían a la silla. Su corazón amenazaba con salirse de su pecho.

     Gimió cuando su mentón fue abruptamente levantado para que viera esos ardientes ojos. Tao podía sentir su cuerpo temblar. Trató de desaparecer, pero nada sucedió. ¿Qué infiernos? Trató de nuevo, pero…nada.

     —¿Vas a desaparecer de nuevo Panda?— Kris preguntó con un gruñido. Tao negó con la cabeza, lamiendo sus secos labios mientras un pulgar acariciaba su ahora humedecido labio inferior. Sus dedos se encajaron más profundamente en la silla, su cuerpo se volvió rígido debido a la tensión cuando Kris se inclinó y el más masculino olor lo inundó. Su pene se engrosó y su agujero se apretaba, creyó que se desmayaría. Su respiración era difícil cuando Kris se movió íntimamente más cerca.

       Kris le murmuró al oído. —Eres mio, bebé. No creas que puedes huir de nuevo, Panda. —El hombre unió sus labios a los de Tao. El sensual acto hizo que Tao cerrara los ojos y se inclinara a eso. Una profunda risa salió de sus labios—. Tenemos tiempo para eso después, Panda.

      Su mentón fue liberado, y Tao casi se cae hacia adelante con el aire vacío que ahora lo rodeaba. Kris se sentó frente a él, su intensa mirada nunca lo dejó mientras Byun le quitaba su bandana amarilla de la cabeza y comenzaba a recortar las puntas del cabello de su pareja. Tao veía los dedos recorrer lo que se veía suave cabello, sintió envidia de que esos no fueran sus dedos. Kris sobresalía de la silla, era tan alto, tan enorme. Tao se congeló en su silla, viendo asombrado cómo los labios de Kris se levantaban en una sonrisa.

      Cuando su pareja se puso de pie y se cepilló el cabello del cuello, Tao entró en pánico. Trató de desaparecer, pero Kris cruzó el espacio entre ellos y tomó su muñeca en segundos. —No, Panda, tú vienes conmigo.

       La baja y seductora voz de Kris amenazaba la cordura de Tao. Podía sentir su manzana de Adán bombear mientras tragaba audiblemente, sacudió la cabeza mientras veía esos hechizantes ojos. Eran tan malditamente intensos, como si Kris pudiera ver dentro de su mente y saber lo que pensaba. —Pero tengo que llevar a Byun a su casa —gritó mientras señalaba a Byun quien le sonreía a Tao.

        —Suho puede llevarlo. —Kris metió la mano en su bolsillo y sacó el dinero que le entregó a Byun antes de suavemente jalar a Tao fuera de la peluquería. Él lo siguió como un cachorro perdido. Quería estar con Kris y al mismo tiempo lo asustaba como el infierno. Tao estaba perdido sobre qué hacer. Tao miró fijamente la motocicleta durante un momento. —Tiene que ser una broma. —Cruzó los brazos sobre su pecho y bufó—. No subiré a eso.

     Kris lo veía mientras soltaba la muñeca de Tao y caminaba hacia su motocicleta, subió a la motocicleta y extendió la mano hacia Tao.

       Veía de la motocicleta a la mano de su novio, el pánico lo inundó de nuevo. Esta vez cuando desapareció terminó dentro de su dormitorio en las tierras del bosque de su tribu.

 

Tao colapsó en su cama, se hizo bola y se cubrió la cara. —Oh, Dios, soy un asno.

       Exteriormente Kris se encogió de hombros con indiferencia. Interiormente, maldijo a su pareja por desaparecer de esa forma de nuevo. Eso estaba comenzando a ser frustrante como el infierno. Quería descubrir en dónde estaba Tao y ponerlo sobre sus rodillas. Unas buenas nalgadas le enseñaría a su pareja a no huir de él.

     —Parece asustadizo. —Yongguk se rió mientras subía a su motocicleta.

       —¿A quién jodidos le importa?— Kris encendió su motocicleta y se fue, dejando a sus hermanos atrás. La sensación de vacío lo carcomía. ¿Podría por lo menos encontrar paz? Eso era tan elusivo como tratar de atrapar un espiral de humo que ascendía y tratar con Tao no ayudaba.

      Eso estaba causando un gran hoyo dentro de él. De algún modo, Kris sabía desde un lugar que él rara vez exploraba, que Tao era la respuesta a su vacío.

      Kris se salió al borde del camino y pasó su mano por la cara entonces vio el campo extenderse frente a él. Oyó a su hermano encender el motor y acercarse.

—¿Listo?— Yongguk preguntó y se colocó al lado de él.

     Kris asintió y se dirigió al camino pavimentado. Inclinó la cabeza hacia atrás y dejó que la brisa limpiara sus pensamientos de esos ojos dorados, del miedo que su Panda tenía cuando vio a Kris entrar en la peluquería. ¿Huiría porque le tenía miedo? Pensó en las palabras que su madre le dijo cuando él era joven. « Abrir tu corazón a alguien es una confianza que le entregarás a alguien en algún momento de tu vida, hijo».

       Kris no estaba seguro si estaba listo para eso. Infiernos, él tenía primero que evitar que el elf desapareciera. Un elf. ¿En qué infiernos estaba pensando el destino? Él no tenía dudas de que se emparejaría con un hombre. Eso estaba sobrentendido. Pero descubrir que su pareja era un elf lo había tomado totalmente por sorpresa. No estaba preparado para eso, pero creía que manejaría eso muy bien.

      Entró al camino de grava, apagó el motor y entró, ignorando las miradas de las parejas en el estudio. Imaginó que todos tenían algo que decir sobre Tao y él. Todo el mundo en esa casa tenía una gran boca. Algo que normalmente no le molestaba, pero cuando se trataba de su pareja, Kris no apreciaba los rumores. Lo que sucedía entre Tao y él, era asunto sólo de ellos y de nadie más.

      —El corte de cabello está hecho. Ahora déjame en paz

—Kris le dijo a JongIn cuando lo vio en el pasillo.

     JongIn le sonrió diabólicamente. —¡Tao!— gritó y entonces se alejó silbando.

—Maldición, JongIn—Tao gruñó cuando apareció.

      Kris atrapó la muñeca de su pareja antes de que el hombre de orejas puntiagudas pudiera desaparecer de nuevo. Aprendería a quedarse en un lugar por más de cinco minutos, incluso si tenía que atarlo. El pensamiento de atar a Tao encendió su sangre. «Después». —Eres muy testarudo— Kris gruñó.

       —¿Puedes repetir eso?— preguntó Tao tragando saliva, su mano temblaba ligeramente.

      —Dije que eres muy testarudo. —Kris jaló al hombre hacia él, Tao golpeó contra su costado—. Ven conmigo.

r13;Kris se giró y jaló al hombre hacia su recámara, cerrando la puerta de golpe detrás de él.

      —Si desapareces una vez más, te amarraré a mi costado, ¿entiendes, Panda?— Señaló con su dedo frente a la cara de Tao.

     —Señor, si señor. —Tao saludó con su dedo medio—. ¿Qué es como me sigues llamando? ¿Gallina?

      —No, te digo Panda. Y si desapareces de nuevo, voy a ponerte sobre mis rodillas. —Kris estaba cansado de esos juegos, él estaba listo para reclamar lo que era suyo. ¿Por qué su hombre luchaba tanto?

      —En tus salvajes sueños, Biker Bob. —Tao se jaló más fuerte para liberar su muñeca. Kris podía decir que Tao realmente no se estaba esforzando o se hubiera liberado. Él no tomaba nada que no se le ofrecía libremente. Kris sentía que la lucha de Tao se debía a sus inseguridades. Él podría ayudarlo a superar eso.

     Vio a Tao cerrar fuerte los ojos mientras retorcía su muñeca, haciendo que se diera cuenta de algo.—No puedes desaparecer si te toco, ¿verdad?— Kris se reía satisfecho.

     —¿Lo descubriste, Einstein?— Tao trató de morder la mano de Kris, pero él la jaló a tiempo.

      —Tengo algo para que muerdas, Panda. —Kris bajó su otra mano y desabrochó sus jeans.

       —Por favor, no —Tao gimió, redoblando esfuerzos para liberarse.

      Kris lo liberó y levantó las manos en señal de rendición. Inclinó la cabeza y frunció el ceño mientras estudiaba a su pareja. —¿Le temes al sexo?— Cuándo su pareja rápidamente alejó su mirada, Kris maldijo en chino—. ¿Eres un maldito virgen?— Eso era genial, justamente genial. Kris no estaba seguro de tener la paciencia para enseñarle a Tao, aunque una pequeña parte de él disfrutaba el hecho de que ningún otro conociera a su pareja.

       Kris se acercó, su pareja abrió más los ojos y sus mejillas estaban rojas y Tao desapareció.

—¡Tao!— Kris gritó. Eso funcionó para JongIn.

      —Ustedes chicos dejen de gritarme de esa forma. Siento que necesito un collar —Tao dijo con un puchero detrás de él.

     Kris se movió alrededor de él. —Puedo arreglar eso. Parece que necesitas dejar de huir de mí.

—No huyo de ti. Sólo olvidé apagar el horno.

      Kris se mordió el labio inferior para evitar sonreír. Eso podría arruinar su intimidadora mirada. —Ven conmigo. Tao negó con la cabeza, dándo un paso hacia atrás.

     —Sólo quiero sostener tu mano. Ahora ven. —Sus palabras eran suaves.

      Su pareja dio un paso al frente, su mirada cautelosa mientras se acercaba. No importaba lo mucho que él quisiera acortar la distancia y jalar a su pareja hacia él. Tao necesitaba hacerlo él mismo. Kris podía ver la mano de su pareja temblar cuando la levantó y tomó la suya.

     Deslizó su mano hacia la de Tao, sabiendo que el hombre no podía desaparecer ahora que él lo tenía. La necesidad de huir de las muestras emotivas de debilidad no atraparon a Kris, en lugar de eso sentía la necesidad de jalar al hombre a sus brazos y confortarlo. «Bueno, eso es nuevo».

—Hola, soy Tao. —Su pareja sonrió tímidamente.

      Kris se rió. —¿Nosotros no habíamos sido presentados formalmente, verdad?

      —Sé que tu nombre es Kris, y cada vez que te veo, esos dos hombres están contigo. No hago orgias. —Tao curvó sus labios hacia adentro y sus mejillas se colorearon.

       —Esos son mis hermanos, Panda, y no habrá orgias en tu futuro. —Dio un bajo gruñido. Soltó el cabello de Tao que caía sobre sus hombros y dejó que el sedoso cabello pasara entre sus dedos.

—¿Sólo nos sostendremos las manos, verdad?

      Kris pasó su pulgar sobre la suave piel de la mano de su pareja. —Sólo nos sostendremos las manos. Tao quería acurrucarse sobre Kris y al mismo tiempo vomitar a causa de los nervios. Hizo la siguiente mejor cosa, se inclinó y olió la chaqueta de piel del hombre. Tao tenía una debilidad por ese olor. Sung Jun y él se habían escapado una vez y fueron a Texas a ver un rodeo y el olor de la piel lo había tenido duro. Ahora, si él pudiera combinar la piel y el chocolate, su vida podría ser encantadora.

      —¿Te gusta el olor?— Kris preguntó con un rico tono de voz. Tao se apartó, limpió su garganta, sus ojos vieron alrededor del cuarto.

—Algo así.

 

      El cuerpo de Tao se estremeció a causa de los nervios cuando Kris lo jaló a sus fuertes brazos. Deslizó sus brazos alrededor de la cintura de su pareja y se sostuvo, aterrado de que Kris pudiera ir más allá.

       —No te asustes, Panda. —Kris pasó su mano a través del cabello, su cuero cabelludo hormigueaba ante la caricia. Tao cerró los ojos, se inclinó hacia la mano de Kris. Era rudo pero suave, si eso tenía sentido. Las sensaciones en su piel hacían que Tao quisiera cosas que nunca pensó que iba a tener el valor de pedir. Abrió la boca para pedirle a Kris que le hiciera el amor cuando fueron interrumpidos.

      —¿Dónde infiernos estás?— dijo un hombre entrando. Tao trató de apartarse y Kris lo liberó.

      —¿No sabes cómo jodidamente tocar?— Kris bufó mientras daba un paso alejándose de Tao. Tao notó que se movió y lo dejó ir.

       —Lo siento, pero tenemos problemas. Ese tipo azul trata de llevarse a Nana —él hombre gruñó.

      —Maldición. Fue tu idea unirnos a la manada. Nosotros podríamos estar en algún lugar tomando Tequila. —Kris señaló con la cabeza a Tao—. Suho, él es Tao.

       —Genial. —Suho inclinó la cabeza hacia él. ¿Qué infiernos estaba mal con su madre para darles a esos chicos esos nombres? Tao inclinó la cabeza saludando al hombre.

      —¿Kiseop está aquí?— Se dio cuenta de lo que Suho acaba de decir. Tao no estaba seguro si el Elves de las sombras los había localizado aquí. ¿Sería sólo coincidencia?  No creía en eso, así que ¿cómo los descubrió? Kiseop era cruel en su trabajo. El Elf de las sombras se alimentaba de la miseria.

      —Estás a salvo. Nadie te dañará —Kris trató de tranquilizarlo.

—No conoces a ese tipo. Dañar es su segundo nombre.

     —Y él no conoce a los hermanos Wu —dijo Suho con un resoplido. Tao lo miró fijamente dándole una verdadera mirada. —Ustedes shifter, denme un descanso.

      —Cambiaria mi actitud si fuera tú. Ahora eres uno de los nuestros —Suho le aconsejó.

     —Oh, afortunado de mí, me uní al totalmente exclusivo Club de Mickey Mouse. —Tao le dio una juguetona palmada.

      —Él tiene fuego. —Suho le sonrió a Kris. Tao rodó los ojos. Si el chico supiera la pequeña gallina que era. Su sarcasmo sólo salía en momentos altamente emotivos, el miedo y el nerviosismo estaban en la cima de eso, y niño, esos hermanos lo ponían nervioso.

—Vamos, Panda. —Kris tomó la mano de Tao y lo jaló, y no había una maldita cosa que pudiera hacer. Él iba a preguntarle a Sung Jun qué infiernos sucedía con eso.

     Él fue arrastrado hacia la oficina de JongIn. Se preguntó si su pareja ahora mantendría sus manos todo el tiempo en él o sólo lo tocaba para evitar que Tao desapareciera.

      JongIn se carcajeó cuando vio a Tao. —¿Ustedes chicos aun no se han matado?

      —¿Ese era tu diabólico plan?— Tao entrecerró los ojos hacia el gran Alfa. Él no hubiera creído que JongIn pensara eso.

     —Quizás. —Le sonrió—. Ahora háblame acerca de Papá pitufo.

       —Él es cruel. No empujaría a nadie contra él. —Tao trató de liberar su mano, pero Kris no lo soltaba. Bien, como sea—. Hace cerca de un año los Elves de las Sombras nos atacaron. Sin provocación involucrada. Ellos normalmente se quedaban en los pantanos, es por eso que nos atraparon con la guardia baja. Ellos sólo atacaron en una noche, y el silencio terminó. Tao tomó una profunda respiración, la siguiente oración amenazaba sus emociones. —Ellos acabaron con toda mi familia. —Hizo una pausa durante un momento para controlarse y entonces continúo—. De algún modo Kiseop ha descubierto en dónde nos encontramos. Me temo que el drama, por así decirlo, ha llegado a su tranquilo pueblo.

       —Como si no tuviéramos ya problemas con los rebeldes y los humanos. —JongIn se dejó caer en la silla—. Así que, ¿cómo luchamos contra ellos?

—No hay forma.

     —Eso es mierda. Ellos no son imparables —el hermano que no había sido presentado declaró.

      —Nosotros aun no hemos encontrado la manera. Por eso estamos aquí. —Duh. Tao trató de nuevo de liberar su mano—. Mira, no voy a ir a ningún lado. Cruzo mi corazón y espero morir con agujas encajadas en mis ojos. —Cruzó su corazón con su mano libre—. Sólo quiero ir al estudio.

     Kris se carcajeó viendo a Tao. —Te las verás conmigo si desapareces de nuevo. —Tao gritó cuando Kris palmeó su trasero—. Recuerdo haber hecho esa misma promesa, Panda. —Le dio un guiño a Tao—. Veo que somos más parecidos de lo que pensé.

     —¿Por qué eso no me emociona? Prometí No desaparecer.

         Kris lo liberó y Tao salió de la oficina. Kris era un loco bastardo. Él que creía que luchar contra el enemigo era difícil. Tratar con los shifter era más difícil. Tao pensó en desaparecer por una fracción de segundo, pero romper una promesa iba en contra de su personalidad. Él era leal con todos. No iba a ir en contra de su pareja. Le había dado su palaba y Tao se apegaría a ella. Sin importar cuán fuerte fuera la tentación.

—Te atrapé— una malvada voz dijo en su oído. Tao trató de gritar, pero una mano azul cubrió su boca evitando que algo saliera.

    —Podemos descubrir dónde viven y quemar el lugar

r13;Suho ofreció.

     —Podemos disparar un par de cohetes a su guarida o como infiernos le llamen a eso. —Seung Hyun sonrió.

      —Qué sucede sobre usar dientes y garras, ¿o eso es demasiado cavernícola para ustedes?— Jongdae preguntó sarcásticamente—. Porque si es así, soy un anticuado.

   —Amigo, eres anticuado desde el día en que naciste.

r13;Baekho se carcajeó.

Jongdae se giró hacia él. —Besa mi culo.

       —Necesitamos averiguar más sobre ese acto de desaparición propio de los suyos —dijo Changjo a través del altavoz del teléfono—. De cualquier manera ¿Por qué me invitas a mayores problemas?

        JongIn estaba cansado de escuchar esa pregunta. Acaso eso se lo había ganado por algún error de cálculo. Todo el mundo quería señalarlo con el dedo por la mala mierda. ¿Le daban crédito por su excelente liderazgo? «Infiernos, no».

      La manada entera estaba en su oficina, todos tratando de imaginar cómo acabar con papá pitufo y a su grupo de harapientas pitufinas. Ellos tenían la ventaja de que desaparecían, pero ellos eran unos jodidos Elves. ¿Podrían pelear? ¿Qué tan difícil sería encontrar su casa?

—¿Quién es el líder de la tribu?— Changjo preguntó.

      —Infiernos si lo sé, pensé que era Tao. —Como Alfa él debería de haberlo sabido. Bueno, ese había sido su error de este año—. Saldré y lo descubriré.

—¿Necesitas respaldo?

      JongIn miró hacia los guerreros, viendo si alguno de sus guerreros se atrevía a decirle alguna tontería al otro Alfa. Un dolor de cabeza a la vez. No necesitaba más enemigos.

r13;Te avisaré si lo necesito.

—Mantenme informado. —Changjo colgó.

      —Como si los lobos Grises pudieran ayudar a… —E.Den miró a Yunho—. Lo siento, hombre.

       El único lobo Gris en la manada se encogió de hombros y le sonrió. —No hay daño.

      —Esta bien, chicos, necesitamos ir a la tierra de las hadas y saber lo que ellos saben. Necesito algunos voluntarios.

      Todas las manos en el cuarto se elevaron. —Bien, pongan su nombre en un sombrero. —JongIn se puso de pie y dejó la oficina. Conociendo a sus hombres, era seguro una discusión sobre el asunto. No necesitaba estar ahí para eso. Fue a buscar tranquilidad, encontró a su pareja en la cocina con otras parejas de la manada.

      Estaban alrededor de la mesa riéndose y comiendo dulces. Una vez que la familia había empezado a crecer, JongIn había comprado una mesa de cocina más grande para acomodar a un mayor número de parejas. Parecía que si todos ellos no estaban en el estudio, o intentando escaparse, estaban en la cocina.

       —Hey, bebé. —Luhan se puso de pie y JongIn lo jaló a sus brazos. Ese ese simple acto era suficiente para calmarlo—. ¿Se divierten?

      —Siempre. —JiYong le sonrió. JongIn estaba feliz por el vampiro. JiYong había sido echado de su aquelarre, nunca había tenido amigos. Ahora tenía un montón.

       —¿Dónde está Tao?— preguntó cuando notó que el elf no estaba con ellos.

      —No lo hemos visto desde que enloqueció al saber que Kris era su pareja. Imagino que empacó sus bolsas y huyó.

r13;Xiumin se carcajeó.

     A JongIn no le gustó la sensación que lo recorrió. —Él estaba aquí, se suponía que estaría con ustedes chicos.

    Todos ellos se vieron los unos a otros sin tener idea

r13;Nosotros no los hemos visto —Rasa le informó.

—¡Tao!— JongIn gritó al techo.

Nada.

      —Mierda. —Salió de la cocina y se dirigió al pasillo, todos en la cocina lo siguieron de cerca.

      —Kris, llama a Tao —JongIn le indicó—. Él no está con las otras parejas.

Kris gruñó. —Lo voy a pegar a mi costado. ¡Tao! Aun nada.

      —Necesitamos movernos, ir a su tribu, ver si rompió su promesa. Quizás esté en su casa. —JongIn señaló a algunos de los guerreros—. Los hermanos Wu, Jongdae, y E.Den, síganme. El resto cuiden a las parejas con sus vidas r13;JongIn gruñó.

       Salieron de la oficina, se oyeron las puertas de la camioneta cerrarse y el ruido de las motocicletas regresar a la vida cuando se dirigieron al territorio Elvin.

 

Tao se paseaba por el pequeño cuarto en el que estaba confinado. Había tratado de desaparecer incontables veces, pero nada sucedió. Era como si Kris aun le estuviera sosteniendo la mano. Vio hacia su mano vacía. Estaría feliz de sostener cualquier parte de su pareja ahora, si al menos pudiera salir de aquí.

      Se oyó el ruido de llaves en la cerradura y entonces la puerta se abrió. Se apartó cuando la figura en la puerta se reía amenazadoramente. Kiseop entró.

      —¿Por qué estoy aquí?— Tao se controló, el pánico en su voz mostraba su miedo. Ese amenazante hombre lo asustaba. Él disfrutaría hacer a Tao rogar. Tenía que controlarse y pensar racionalmente. De otra manera no le ayudaría.

      —Capturaré a tantos de ustedes como pueda, hasta que sienta que han pagado lo que han hecho. —Kiseop se acercó más, sus ojos vacíos de cualquier emoción. El hombre de azul caminó alrededor de él, viendo a Tao con desaprobación. Él sintió un estremecimiento en su espalda. No iba a salir de esta. La cruel expresión de Kiseop cimentó su creencia. Si solo hubiera sido amable con su pareja y hubiera dejado que lo reclamara. Él podría tener más ahora. Se pegaría al recuerdo mientras lo mantenían prisionero aquí.

 

continuara...

Notas finales:

kiseop tiene al panda... porque???

nos leemos nenesss... dejen rw


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