-Te sacaré las esposas. –Aomine entró para acto seguido cerrar la puerta con seguridad y acercarse a Taiga. –Te has portado bien, Kagami. –Libero sus tobillos como sus muñecas y se alejo un poco del peli rojo.
Kagami se incorporo y sobo sus muñecas que estaban adoloridas y rojas por haberse lastimado en los anteriores intentos de escape. Miro a Aomine que aun seguía con su sonrisa.
-“¿Estará esperando que lo ataque?” –Pensó viéndolo, tratando de descifrarlo. Pero si se lo preguntaban, no lo haría, no iba a atacar al peli azul. Eso era lo último que tenía que hacer.
-Podrás pasear por el resto de la habitación pero más allá de eso no, si necesitas usar el baño me tienes que avisar, está cerrado. –Dijo aún alejado de él a lo que Kagami asintió esperando que iba a hacer el oji azul. –Si te portas bien, luego podrás pasear por toda la casa.
Esas palabras reconfortaron a Taiga, estaba a un paso de su objetivo y no podía fallar ahora.
Los días pasaron y Kagami solo podía oír la pequeña radio que Aomine le otorgo, y después de eso se limitaba a comportarse cuando su amigo subía a la habitación.
La mañana llegó y con eso sintió como su cuerpo era sacudido. Se levanto sobresaltado viendo a Aomine muy cerca de él.
-Kagami, tengo que ir a la escuela. –Le susurró con una sonrisa para pararse frente a él. –Salgo a las 18:30, no me tardaré ¿Sí? –Tomo sus mejillas para brindarle un beso en su frente. – Te traje el almuerzo, te cuidas. –Luego de eso beso sus labios aun sosteniendo su rostro para salir de la habitación.
Kagami quedo pasmado. Aunque no quería escuchar decírselo, era una oportunidad para escapar, escucho la puerta principal cerrarse estremeciéndose por el golpe.
-“¿Y ahora qué hago?” –Pensó nervioso, miro por todos lados e inconscientemente su mirada llego a la puerta. –“No…” –Camino hasta estar frente de ella y solo posar su frente. –“Aomine… ¿Qué pasará luego?” –Imagino su vida después de escapar de allí si es que lo lograba.
Un Aomine y Kise preso, su equipo y amigos confortándolo y apoyando ¿Y luego qué más? ¿Seguir? Por alguna razón no le hallaba sentido. Pero si se ponía a pensar detenidamente ¿Había pruebas que inculparan a Aomine? Si tal vez Aomine borraba toda evidencia el saldría libre y Kagami correría nuevamente peligro.
Pero dejo de pensar en todo eso cuando su mano giro la manilla de la puerta y este, para su sorpresa, estaba abierto. Su rostro era un mar de sudor y su cuerpo temblaba, se había vuelto tan débil, abrió la puerta lentamente viendo la casa totalmente sola.
-“Aomine… no está.” –Giro viendo las habitaciones de lado y abajo donde se encontraba la sala y la cocina hasta chocarse con la puerta principal. –“Tan cerca…” –Se dijo aún asustado. Ya estaba enfrente de las escaleras para bajar aun meditando si debía o no. –“Aomine…” –Bajo la primer escalera sintiendo un punzo de terror. –“No está.” –Bajo las escaleras corriendo para ir hacia la puerta.
-Y yo que confiaba en ti. –Escucho detrás de sí, giró viendo a Aomine aun con su uniforme pero su rostro… -Oh Kagami… -Se acerco a él enfurecido escuchándose fuertemente sus pasos.
-¡Ayuda! ¡Alguien! –A tan solo centímetros de abrir la puerta pero fue tomado por Aomine quien lo tiro al suelo alejado pero rápidamente Kagami se reincorporo para intentar escapar. -¡Ayuda! –Forzaba el agarre de Aomine. -¡Ayuda! –Pero esta vez fue lanzado contra la pared bruscamente donde se golpeo la cabeza.
-¡Kagami! –Escucho esa voz, era Takao. La puerta se abrió viendo al peli negro con su uniforme quien quedo espantado al ver a Kagami y a Aomine. -¡Kagami! –Trato de acercarse al peli rojo para sacarlo de allí pero Aomine lo tomo de los pelos.
-Así que aceptaste mi invitación, retardado. –Lo levanto haciendo gemir al ojo de halcón. -¿Piensas que soy demasiado estúpido como para no haberte visto? –Le golpeo el estomago haciendo que cayera indefenso al suelo donde Kagami lo atendió.
Aomine fue directo a cerrar la puerta con seguridad pero fue atacado por Kagami que lo empujo a la pared pero el moreno le golpeo la mejilla haciendo que cayera.
-Kagami ¿Acaso crees que no te conozco lo suficiente? –Dijo irónico para tomarlo y llevarlo a la habitación.
-¡Bájame! ¡Suéltame! –Daba golpes pero Aomine le restaba importancia pero se movía mucho y sería peligroso estando en las escaleras. -¡Aomine!
-¿Quieres que te suelte? –Pregunto estando en la parte más alta de las escaleras. –Está bien. –Tiro a Kagami de las escaleras para verlo golpearse con las barandas hasta golpearse finalmente la cabeza contra el suelo dejándolo inconsciente. Miro a Takao quien fue por Kagami a inspeccionarlo.
-¡Kagami! ¡¿Estás bien?! ¡Kagami!
-Takao. –El peli negro se giro solo para ser golpeado de una patada dejándolo al igual que Kagami, inconsciente. –Tú me vas a ayudar. –Dijo viéndolo desde arriba indiferentemente. Giro para ver a Kagami y solo suspiro para tomarlo una vez más y llevarlo a la habitación donde lo recostó y colocó sus esposas. –Si tan solo te hubieras quedado. –Acaricio su mejilla. –Pero parece que tendré que ser severo, Taiga. –Despojo la ropa del peli rojo como pudo y solo lo dejo con su bóxers. –Taiga…
“Castigo.”