Memorias de un idiota por exoticshine

Era la mañana de un día de septiembre, Charly, como todos solían llamarle, un chico de tez blanca, estatura baja y ojos verdes, caminaba por la calle con rumbo a la escuela sin pensar nada en particular, además de que ese seria el primer día de su tercer semestre de preparatoria, por políticas de la escuela se reestructuraban los grupos, y el, al igual que todos no sabia que esperar, al llegar fue hasta su nuevo salón, el cual se encontraba en el segundo piso, paso el rato hablando con Miguel Ángel, un amigo del curso pasado y que ahora estaba en la clase “D”, justo al lado de su salón, la clase “C”, poco a poco se fue llenando el salón, al toque entro el maestro de Miguel por lo que entro a su salón y el hizo lo mismo, casi al mismo tiempo entro al salón Ramsés, su primo al cual por cierto odiaba, el chico igual de tez blanca, ojos cafés y notablemente mas alto, paso de largo sin saludarle, si había algo que los dos compartían era el odio por el contrario, poco después entraron al salón Rodolfo y Yael, los conocía de secundaria, ambos siempre estaban juntos, se podría decir que no podían estar el uno sin el otro, se sentó en la segunda banca de la segunda fila en cuanto vio al profesor entrar, y detrás de el entro Vladimir, había compartido algunas clases con el en secundaria y al parecer ahora serian compañeros, el chico alto de cabello oscuro en cuanto lo vio le saludo y paso a sentarse detrás de el, luego de un par de indicaciones comenzó la clase de matemáticas. 
En este ciclo escolar, tanto las clases como los días pasaban realmente lento, o muy rápido, depende de a que parte del día te refieres, ¿Por qué?, simple, para todos los alumnos, las clases eran un martirio que te hacia contar los segundos para que estas acabaran, pero cuando sonaba la campana, aquellos diez minutos que te daban de receso entre clase y clase se iban como agua entre los dedos, en esos momentos, Charly en particular pasaba el rato conversando con Rodolfo o con Miguel Ángel, en ocasiones con Mario y Ernesto, quienes se sentaban al lado de el, pero con quien mas tiempo estaba era con Vladimir, conversando, jugando o haciendo cualquier cosa, su simple presencia resultaba agradable, y eso a el le gustaba, pero en este injusto universo algo tenia que llegar a arruinar toda esta perfección, ese algo se llamaba Leonor, la chica de tez blanca,  baja estatura y cabello corto y ondulado, su sola presencia irradiaba una clase de inocencia muy difícil de describir, era bonita, de eso no cabe la menor duda, todo aquel que la viera podía notarlo, y entre ellos estaba el propio Vladimir. La chica estaba en la clase “A”, del otro lado de la escuela, pero eso no fue impedimento para que el pelinegro fijara su vista en la chica, sin importar cuantos pretendientes tuviera esta, movió cielo, mar y tierra hasta que la chica acepto sus sentimientos, a la mañana siguiente, llego al salón con una sonrisa radiante contando a Charly la noticia, en ese tiempo se habían vuelto mejores amigos, por lo cual era mas que obvio que fuese el primero en saberlo, el de ojos verdes lo felicito, estaba feliz por su amigo, pero una parte de el no podía evitar sentirse mal, mal por que aquella sonrisa que nunca había visto en el chico no fuese dedicada a el, era una horrible presión en el pecho que no sabia a que se debía, o tal vez en el fondo si lo sabia, pero no lo aceptaría, podría ser que estuviera mal interpretando las cosas, Vladimir era su amigo, además de un hombre, su relación no pasaría de una amistad, eran amigos, solo eso.
Pero por otro lado, este salón de clases no tiene solo a este par de chicos tan peculiares, en la ultima banca de la tercera fila se encontraba Adrian, un chico alto de tez blanca, cabello oscuro y ojos cafés, muy sociable a demás de inteligente, hablaba con casi todos en el salón, pero con quien mejor se llevaba era con Diego, el chico se sentaba al principio de la quinta fila, justo frente al escritorio, fue durante un trabajo de parejas en la que comenzaron a hablarse, su química fue inmediata, mientras que en un segundo eran desconocidos, al otro ya se hablaban como si fueran amigos de toda la vida.
En este momento estamos a principios de noviembre, lo que significa que la fiesta de bienvenida se aproxima, la cual por razones hasta hoy desconocidas, la escuela organizaba hasta estas fechas en lugar de hacerla a principio de ciclo escolar como es debido. Al final del día, Diego y Adrian estaban parados frente a la escuela esperando a sus respectivas novias.
¿Irás a la bienvenida? – Preguntó Adrian aprovechando que el tema había salido a colación
No lo sé, ¿Tú vas a ir?
Si, mi novia es tan terca que si no voy se molestara conmigo
La conversación de los dos chicos se vio interrumpida al ver a sus novias salir de la escuela, la primera era Brenda la novia de Adrian, la chica de tez morena, de estatura media y cabello ondulado, su mayor atractivo era su sonrisa de dientes perfectos, por el otro lado estaba Rosa, novia de Diego la chica de baja estatura, cabello oscuro a media espalda y de mejillas redondas, ambas saludaron enérgicamente antes de comenzar a caminar 
Diego, convence a Rosa de ir a la bienvenida – Dijo Brenda.
Ya te dije que no sé si mis papás me den permiso – Respondió la otra
Pero tal vez si les dices que vas con Diego te dejen ir.
Rosa vio a Brenda con una expresión de “Lo dices enserio”, pero no dijo nada mas, rápidamente cambiaron el tema de conversación mientras seguían el camino a sus casas.