Era lunes por la mañana y, como habitualmente todos se encontraban de camino a la escuela, para ese entonces, Charly se encontraba ya en salón platicando con Leslie, la cual se sentaba al lado de él; hasta que entro la maestra al salón dando inicio a la clase de literatura, la clase entre tanto pasaba lento para todos, unos por que eran zombies aun con la sensación de las sabanas, y otros simplemente tenían la cabeza en cualquier otro lado menos en las corrientes literarias del siglo XVI, la distracción de los estudiantes por una u otra razón era mas que obvia para cualquiera, incluso para los cometas del salón, Rodolfo y Yael, de 7 clases al día entraban a 5 y se podía considerar un milagro sino es que solo entraban a dos, para todos los maestros, este para ya era considerado un caso perdido, por lo que ya no siquiera se molestaban en recriminarles sus acciones, ellos se sentaban en la cuarta fila de izquierda a derecha en las primeras dos bancas, al frente estaba Rodolfo, de estatura baja, piel blanca y ojos grandes, y detrás de el estaba Yael, muy delgado y alto.
-Oye, ¿No crees que hay algo raro aquí? – Pregunto Rodolfo a su compañero de atrás.
- ¿Raro?, ¿Cómo qué? – Respondió Yael, quien normalmente era más despistado que el de ojos grandes
- Mira bien
Ambos comenzaron a ver a su alrededor, en primer lugar, Diego y Adrian estaba mas que distraídos, algo muy extraño en esos dos, no por nada los dos figuraban entre los 5 mejores promedios del salón, seguido estaban Charly y Vladimir, en primer lugar, Mariel estaba sentada justo en medio de ellos dos y en segundo no se veían muy relajados que digamos, por un lado el mas alto se veía con una expresión de culpa y por el otro el de ojos verdes estaba ansioso y nervioso, ambos sin poder llegar a ocultarlo si quiera un poco.
-Tienes razón – Dijo Yael, ¿Por qué crees que estén así?
- No lo sé, pero…
- Jóvenes, guarden silencio – Les reclamo la maestra y ambos acataron la orden a regañadientes, al termino de la clase apenas la maestra dijo que podían salir, fueron casi corriendo a sentarse en los comedores de la escuela y a conversar sobre cualquier cosa, esto hasta que fueron interrumpidos por cierta chica, o mejor dicho tres.
- Hola chicos – Saludo la chica alta de cabello oscuro
- Hola Ximena – Saludo Rodolfo, Yael se limito a hacer un gesto que disimulara su incomodidad de ver a la chica, que por cierto no le caía nada bien.
- ¿Qué hacen?- Pregunto Sara, ella casi de la misma estatura de Ximena y complexión pequeña.
- Nada, ¿Y ustedes? – Respondió Yael.
- Nada - Yael rio levemente, no era como si Sara fuese su mejor amiga, pero si le agradaba mas que Ximena y por mucho.
- Tenemos hora libre – Siguió Ximena - ¿Entraran a clase?
- Yo no – Dijo Rodolfo – Sigue historia ¿Nos podemos quedar con ustedes?
- Por supuesto – Dijo la alta con una sonrisa.
- Quédate tú, yo si voy a entrar – Dijo Yael – Voy a comprar, ¿Me acompañas Ilem? – La tercera chica que hasta ahora había permanecido en segundo plano asintió y camino junto al alto-
- Casi no se nota que no soportas a Ximena- Comento Ilem una vez se habían alejado lo suficiente, ella era de estatura alta complexión ancha y piel blanca, además de una persona muy sociable.
- ¿Cómo podría cuando no hace mas que pegarse a Rodolfo una y otra vez?
- ¿Y tu no haces lo mismo? – Yael se quedo callado, de cierta forma era verdad – La diferencia entre Ximena y tu es que ella al menos intenta salir de la friendzone, tú solo te resignas a ser su amigo, ¿O me equivoco?
- No tengo oportunidad, prefiero estar a su lado aunque sea solo como su mejor amigo a confesarme y que me odie el resto de su vida
- Solo espero que no cometas una locura – Yael la miro interrogante – Todo amor unilateral tiene un limite, ¿Cuánto tiempo ha durado en tuyo?
Tocaron la campana que anunciaba la siguiente clase, Yael se despidió de Ilem y fue directo a su salón.
POV. YAEL.
Después de despedirme de Ilem fui a mi salón sin si quiera pasar por donde estaba Rodolfo con las otras dos, en realidad, Ilem era la única de las tres con la que me llevaba realmente bien, después de todo ella era mi mejor amiga y por tanto la única que sabe de mis sentimientos por Rodolfo. Durante la clase de historia no preste atención, odio a esa señora que solo habla y habla, lo bueno es que por lo mismo no hacia preguntas a la clase y me daba tiempo de pensar en las palabras de Ilem “Todo amor unilateral tiene un limite”, eso podía ser cierto pero. ¿Cuál era el mío?, para ser sinceros no se desde cuando me enamore de Rodolfo o tal vez siempre lo he querido pero no había dado cuenta de ello hasta hace un par de años, cuando Ximena apareció en nuestras vidas pretendiendo de Rodolfo algo mas que su amistad, cuando entramos a preparatoria creí que por fin me libraría de ella, pero no, todo lo contrario, resulta que la muy zorra entro en la misma escuela que nosotros, créanme que aunque esa chica viene de una escuela de monjas de santa no tiene ni un cabello, mas aparte, Ximena llego con sus dos mejores amigas, así fue como conocí a Ilem, del grupito de la santísima trinidad (Como suelo llamar a ese grupito), ella fue la única que me agrado desde el primer instante, no paso mucho tiempo después de conocernos que ella se dio cuenta de mis sentimientos por mi amigo, pero al contrario de lo que yo pensaba ella no dijo nada, solo se dedica a estar a mi lado incondicionalmente. Estar enamorado de tu mejor amigo no es fácil, hay veces en las que me dan ganas de besarlo frente a toda la escuela y gritarle al mundo lo que siento, pero luego recuerdo que somos amigos, y sobre todo que el es 1000% heterosexual (Su lista de ex novias no es ninguna broma), si lo hiciera en primer lugar me odiaría por toda su vida, y en segunda, seria revelar mi orientación sexual (Si, sigo en el closet), con esas dos cosas en mente siempre llegan a mi todas esas razones que me hacen desistir. El resto del día paso normal, dentro de lo que cabe, a la hora de la salida iba camino a la salida, lo único que quería era llegar a mi casa lo mas pronto posible, pero algo me detuvo, sentí como alguien me sujetaba del brazo y al girar me encontré con Rodolfo
-¿A dónde vas?
- Al baño – Mentí - ¿O si quieres orino aquí?
- Asqueroso, te espero aquí – Dijo sonriendo, una sonrisa iluminada que llegaba hasta sus ojos mientras me miraba solamente a mi
Camine hasta el baño que por suerte no estaba tan lejos de donde estaba, entre a uno de los cubículos quedándome ahí por un momento, ¿Qué había sido eso?, tal vez ya estoy perdiendo la cabeza pero a veces pienso que Rodolfo no me mira como a un amigo mas, pero no creo que eso sea posible (La vida no puede ser tan buena conmigo), di un largo suspiro antes de salir del cubículo, ¿Y si Ilem tenia razón?, ¿Mi amor unilateral estará llegando a su limite?
FIN POV.
Para cuando Yael salió del baño, tal como había dicho, Rodolfo se encontraba esperándolo a unos metros de la entrada de la escuela, Yael dio un suspiro antes de dibujar su mejor sonrisa ir al encuentro de sus amigo.
-¿Te vas directo a casa? – Pregunto el de ojos grandes mientras salían de la escuela
- No iré a ver a mi mamá a su trabajo. ¿Y tú?
- Voy a comprar unas cosas que me encargo mi hermano
- ¿Escuche bien?, ¿Tu haciéndole el mandado a uno de tus hermanos?
- Me dijo que puedo quedarme con el cambio y me dio bastante dinero así que ¿Por qué no?
Yael paso un buen rato burlándose de su amigo y finalmente hablando sobre todo y nada hasta que llegaron a una esquina en la cual sus caminos se separaban, Yael en esos momentos no dejaba de reír por una tontería que había dicho su amigo, sus carcajadas solo se detuvieron cuando Rodolfo de la nada tomo su mano, entrelazando sus dedos
-¿Qué… ¿Qué estas haciendo? – Dijo entrecortadamente en un vago intento de controlar sus nervios
- Nada – Respondió Rodolfo mirándolo a los ojos con falsa inocencia
Yael en ese momento podía sentir perfectamente los cientos de mariposas que revoloteaban en su interior mientras toda la sangre se le subía al rostro, inmediatamente soltó la mano de Rodolfo
-Se hace tarde me voy adiós nos vemos mañana – Las palabras salieron sin pausa alguna atropellándose unas con otras al tiempo que el corría como si su vida dependiera de ello, Rodolfo solo lo veía marcharse con una gran sonrisa en el rostro.
POV. RODOLFO
Vi a Yael correr por las calles alejándose de mi, una vez lo perdí de vista comencé a caminar nuevamente, vi la lista que mi hermano me había dado y me encamine a las tiendas, mientras compraba me era imposible ocultar la sonrisa que llevaba en el rostro desde hacia un buen rato (Creo que incluso la gente me estaba viendo extraño), pero solo me era imposible no sonreír cuando la adorable imagen de Yael todo sonrojado por MI causa era lo único que tenia en mente, incluso en calor de su mano aun hormigueaba en mi derecha. Para cuando volví a casa (Con todos los encargos), mi hermano ya me esperaba en la sala, me acerque al sillón donde estaba sentado y le arroje las cosas encima sin cuidado alguno.
-¿Trajiste todo lo que te pedí?
- Puedes revisarlo si quieres, ahora cumple
Mi hermano asintió mientras sacaba de su cartera una hoja de papel doblada la cual le arrebate con brusquedad.
-Es una lastima, me habría encantado ver la cara de tu amigo cuando le entregara eso – Dijo sonriendo con malicia.
Me dieron unas inmensas ganas de patearlo pero me contuve y me encerré en mi habitación desdoblando la hoja con la que mi hermano me había chantajeado, aunque por otra parte, tal vez ponerle de titulo “Formas de declararle mi amor a mi mejor amigo Yael” no esta en la lista de las mejores ideas que he tenido.
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