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Naranja y pastel por PsychoOnion

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Notas del capitulo:

Hola!!!! :D Cómo están? Espero que bien :3 Ya que una personita votó por que el día de actualización fuera el sábado y otra personita votó por miércoles, trataré de actualizar ambos días! /'-'/

Aquí les dejo otro capítulo más de esta historia. Espero que les guste!!! :D

Quiero agradecer como se merecen a las bellas personitas que me dejaron sus reviews en el capítulo pasado! (Y a las que solo leen también) xd : Rocii, whiteyes, Majo y Caketops! Me hacen muy feliz con sus comenarios! *-*

En este capítulo habrá unas cuantas referencias músicales, que les den una escuchadita no estaría mal, para ponerse en ambiente xd

Bueno! Nos leemos en las notas de abajo! Disfruten! :D

-“Hoy viene a ser como la cuarta vez que espero desde que sé que no vendrás más nunca.” -mi voz pronunciaba cada palabra con especial sentimiento.

La canción “Mariposas” de Silvio Rodríguez sonaba a todo volumen, inundando toda mi habitación y rebotando en mis oídos. Mis labios se movían al ritmo lento de la letra de la música.

¿No pude aguantarme un poco más? ¿Por qué un ataque de este estúpido vacio aparecía en estos momentos?

En la noche iba a ir con Mina a la discoteca. Entonces, ¿Por qué?

Mis ojos rojos, a causa de las muchas pesadas y frías lágrimas que bajaban de ellos. Mi cara colorada de tanto llorar. Mi voz rasgada de tanto gritar. Yo, hecha ovillo en la esquina de mi habitación. No me gusta sentirme así…pero, me gusta sentirme así. ¿Me entienden?

*Burm, burm * el sonido de mi celular vibrando se me antojó asqueroso, totalmente desagradable. Quería levantarme y tirar ese pedazo de artefacto a la basura. Pero no, ni siquiera tenía energía para eso.

-Ya se me pasará-susurré mientras levantaba la manga de mi camiseta y pasaba la punta de una tijera por mi piel. Ah, se sentía tan relajante, el metal rozando con mi brazo; y lo mejor de todo es que no me sangraba, solamente me quedaba una casi imperceptible marca blancuzca desde el final de mi hombro, hasta un poco antes del principio de mi antebrazo.

*Burm, burm* volvió a sonar mi teléfono, me acerqué -ya más tranquila-, y mis ojos se abrieron ligeramente ante la sorpresa.

-Hola- respondí secamente. Sentía mi garganta rasposa, pero traté con todas mis fuerzas, de sonar tranquila y relajada.

-Ana, te estuve llamando varias veces- dijo Mina, su voz sonando a reproche. Después de un corto “No te preocupes” de mi parte, ella siguió –Emm…Estaba pesando…A…antes de ir a comer...no, no a comer...Digo...agh –pude escuchar el suave carraspeó de su garganta- ¿No quieres ir a comer algo antes de ir a la disco?

-Ah- me dejó sorprendida. Luego de meditar lo que me acababa de decir, una suave risa salió de mis labios. -¿A dónde iremos? –Pregunté alegre.- ¿A qué me invitará esta bebé? –soné juguetona.

-Ja, pues ¿Qué puede comer una anciana como tú? ¿Solo puré de papa?-se burló. Pude sentir como sonreía tras la línea.

-¿Te parece a las 8:30 en el restaurante “Las terrazas”?-acomodé la manga doblada de mi camisa y guarde las tijeras en el primer cajón del escritorio que estaba a la par de mi cama.

-Sí. Allí te veo- colgó. Podría apostar a que estaba nerviosa.

Me le quedé viendo a la brillante pantalla del celular. La luz de esta se reflejaba en mis lentes. Me sentía  un poco mejor, así que sí podré ir con ella.

 

                                                                                                      *                         *                         *

 

-A-NA~ -canturrearon detrás de mí. Unas suaves manos, que ya había sentido antes, cubrían mis ojos. Giré y quedé frente a frente con la hermosa chica de cabello corto y piel pálida, la cual me mostraba una amplia sonrisa.

-¡Mua, mua~!-hice mientras levantaba mis labios, haciendo la típica posé de cuando alguien va darle un par de besos a otro alguien. Sus ojos se abrieron como platos y sus mejillas se colorearon de un vivo rojo. Al ver su expresión me comencé a reír a carcajadas-¡Debiste de ver tu cara! JAJAJAJAJA

-¡Ven para acá!-tomó mi nuca y me acercó a su cara- Yo sí te beso –dijo mientras hacia el mismo gesto que yo anteriormente. Sentí como la vergüenza subía a mi cara en forma de sonrojo.

-¡Waaaa!-la aparté mientras me reía- ¡Esta niña me quiere violar!-mi voz fue tan fuerte, que las personas que pasaban alrededor se nos quedaron viendo.

-¡Mentira! ¡No grites eso!-Señor dios, definitivamente los ángeles si existen. Y yo tenía uno enfrente. La cara de Mina me parecía un tomate radioactivo. Al parecer mi risa la contagió y ella comenzó a reírse conmigo. Las burbujeantes carcajadas de la chica estallaban en mis oídos.- Estas loca. –sus ojos clavados en mí. Vi en ellos una mezcla de diversión y vergüenza.

-Claro que no. Ja.-puse mi mano sobre mi pecho, como las actrices cuando se hacen las ofendidas. – ¿Entramos?-afirmé más que preguntar. Ambas nos sentamos en una mesa junto a la ventana. Era solo para dos. “Como si estuviéramos en una cita” pensé mientras las comisuras de mis labios se curvaron levemente, dibujando  una tenue sonrisa en mi rostro-Te ves muy guapa-le dije, mirando su look.

Mina vestía una blusa negra desmangada de algodón, le quedaba algo larga y floja al final; un jeans ajustado color gris, que hacía que sus piernas se vieran un tanto más femeninas; unos converse negros con suela blanca; y una pequeña boina tejida que combinaba con su jeans. En el cuello de la blusa llevaba colgados unos lentes oscuros; y en su muñeca derecha una pulsera negro brillante con textura. Ciertamente se veía muy bien. Lo que noté y causó risa en mí, fue que ninguna de las dos llevaba tacones.

-Gracias. Tú también – me contestó mirándome fijamente a los ojos. Vaya que me puse nerviosa, sentí que me lo decía enserio.

-Jajaja, no tienes porque regresarme el cumplido-dije notoriamente incómoda. No estoy acostumbrada a los halagos. Soy una persona que no se maquilla en lo absoluto, visto simple y soso; y para mi vergüenza, ese día ni siquiera me preocupé en cómo ir vestida, me fue totalmente irrelevante. Aún así, Mina respondió -No te lo estoy regresando. Lo digo enserio. –sus orbes oscuros seguían fijos en mí. Desvié mi vista, rascando mi nuca nerviosamente.

-Y… ¿Ya con ganas de bailar?- pregunté aligerando la tensión que sentía sobre mis hombros.

-Ni tanto. Aunque estoy segura que después de un par de tragos me van a dar ganas.-mostró sus blancos dientes al momento en que sonreía.

-Ohhh, así que piensas emborracharte.-le piqué su nariz con mi dedo índice. –Entonces bailaras tubo para mí- guiñe mi ojo derecho y mis dientes mordían mi labio inferior. ¿Qué si sentía pena por coquetearle? Pues sí, pero hacer eso con ella me gustaba, definitivamente me gustaba.

-La que debe de bailar sensualmente para mí, eres tú-la chica rascó su propia nariz, al parecer era una especie de maña que hacía cuando estaba nerviosa.

-Yo lo hago. Pero apuesto que no querrías. –alcé ambas de mis cejas, de arriba hacia abajo. Miraba a Mina pícaramente.

-Dale. Cuando vayamos me enseñas- oh, esa adictiva sonrisa provocativa apareció en su rostro. Sus penetrantes ojos, se encontraban ligeramente entrecerrados, retándome.

Estuvimos hablando durante una hora en el restaurante. Allí supe algunos gustos básicos de Mina: como que su fruta favorita es la fresa, le gustan los gatos, leer, el sol la quema muy rápido, sus pasatiempos favoritos son cantar y dormir, y otras cosas más. Ella es sumamente divertida y no sentí ni una pizca de aburrimiento mientras estaba en el restaurante. Espero, realmente deseo, que ella sienta el mismo revoltijo en el estomago que yo siento cuando estoy con ella.

-9:30 –dije viendo mi reloj. Arreglé un mechón de mi cabello y acomodé mis lentes.

-¿Vamos a la disco ya?-preguntó mientras se levantaba de la mesa. Ya habíamos pagado la cuenta, así que podíamos retirarnos.

-Vamos- le dediqué una suave sonrisa.

El camino hacia la disco estaba lleno de tiendas de joyerías, comida, artesanías, y otras discos; así que nos resultó entretenida la ida. Yo miraba de reojo a Mina, quien observaba con atención cada centro de baile que pasábamos. Era obvio que se sintiera un poco ansiosa, era la primera vez que iba a un lugar de esos.

-Ya llegamos-dijo ella, sacándome de mis pensamientos.-Entremos - finalizó ansiosa.

Diversidad de hombres entraban; desde los que se veían más “masculinos”, hasta los que eran más femeninos que yo. Algunos vestidos de mujer, otros en paños menores, pelucas, y con toda clase de accesorios coloridos. Las mujeres iban desde las más exquisitamente sensuales, reveladoras, elegantes; hasta las más “masculinas” que fácilmente se confunden con hombres.

Se podía escuchar la canción “Rico” de Barrio Boyzz sonar desde adentro. “UH, QUE RICO” pensé, siguiendo la letra dentro de mi mente. Tragué saliva duramente. Otro dato importante sobre mí: Las discotecas LGBT me emocionan de una manera un tanto insana. Creo que fue mala idea venir con la chica que me gusta a un lugar de estos.

-Ana, entremos ya- dijo la pelicorto, tomando mi mano y llevándome dentro del lugar. Después de pagar nuestras entradas, nos dispusimos a ver el ambiente del establecimiento. Oh, ¡dios de las santas orgias!, estos lugares me encantan. Y pensándolo bien, es mejor que no les cuente de mi vida sexual.

 La música sonaba a todo volumen, la gente bailaba con mucha energía en la pista; el vidrio de las copas y vasos chocando unos contra otros inundaba mis oídos. La canción de Shakira -“Chantaje” comenzó a sonar.

-Ah, ese género no me gusta-dije, siendo totalmente honesta. Ese tipo de música es bailable, pero la letra no es de mi agrado.

-Ni a mí. –teníamos que gritar y acercarnos para poder escucharnos. Los labios de Mina se pusieron extremadamente cerca de mi oído, casi rozándolo- Pero aún así, dijiste que ibas a bailarme –susurró fuerte, sí, eso es posible. Identifiqué a la perfección el tono insinuante en sus palabras. Y un cosquilleo revoloteó en mi pecho y estomago.

-No lo he olvidado, pero pensé que ibas a tomar unos cuantos tragos antes-coqueteé, “arreglando” un tirante de su camisa.

-Ya vengo- dijo emocionada, mostrando sus blancos dientes. No pude evitar sonreír igual de grande. Mina era una ternura, una bollito de canela; no sé qué hago con una niña tan pequeña –y aunque ella no quiera admitirlo, inocente- en una discoteca, ¡Queriendo seducirla! ¡Alguien que me dé una bofetada!

-Uhh-suspiré pesadamente. Creo que es mejor me detenga, a ella le saldría mucho mejor salir con alguien de su edad. Lo sé, suena algo exagerado; pero repito que las menores no son lo mío.

-Hola, hermosa~- canturreó una chica morena de cabello negro, largo y ondulado.

Bien, ya llegamos a la parte de la historia en donde les caigo de la patada. Porque si las mujeres lindas son mi debilidad, las mujeres sensuales hacen lo que quieran conmigo. Y sí, hacían que olvidara toda cursilería dicha antes por mí.

La sexy morena llevaba un candente vestido color rojo profundo, acercándole a carmín; se ajustaba y pegaba a cada centímetro de su cuerpo, ayudando a que esas deliciosas caderas me encendieran más que un horno. Unos tacones color piel de punta, no eran muy altos, pero hacían que esas acarameladas y tonificadas piernas se vieran extremadamente apetecibles.

-¿Quieres bailar conmigo? –relamió sus labios cubiertos por un labial que quería probar en ese mismo momento.

Notas finales:

Qué tal les pareció? En este capítulo pudimos apreciar una faceta un tanto diferente de Ana.

xd Espero haya sido de su agrado, si no, pues ya saben~ dejen su comentario con sus sugerencias xd y/o preguntas.

Aquí les dejo la ropa que utilizó Mina:

http://www.polyvore.com/cgi/img-set/BQcDAAAAAwoDanBnAAAABC5vdXQKFk92VEFqNjluNEJHb0x0eHNpOGpHWXcAAAACaWQKAXgAAAAEc2l6ZQ.jpg

Y aquí esta la ropa de Ana:

https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/236x/47/da/bc/47dabccdc03bade86e3605a8e1992a5b.jpg

Espero leernos pronto! :D

 

 


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