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Naranja y pastel por PsychoOnion

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Notas del capitulo:

Aquí está el segundo capítulo! Espero les guste! :3

No sabía que escribir fuese tan divertido XD...Sé que no lo hago muy bien, pero, me divierto haciéndolo.

 

-¡¡¡Que perezaaa!!!- estiro mis brazos, mientras esbozo un gran y sonoro bostezo. He decido venir un poco más temprano a la cafetería. Sí, justo como piensas, es porque quiero ver de nuevo a la chica pelicorto de aquella mañana. Ya han pasado como 3 o  4 días y me han dado ganas de verle otra vez. Llevo un  buen rato esperando a que llegue y cada vez que la campanilla de la puerta suena, volteo a ver si no es ella.

-Bienvenido- saluda la mesera a una clienta que acaba de entrar al lugar.

-¿Otra vez la confundieron, eh?- pensé. Mis dedos se enredaron alrededor del vaso de vidrio que tenía frente a mí, me lo llevé a la boca y di un gran sorbo, pudiendo saborear el algo ácido jugo de naranja que contenía.

La chica se sentó en la misma mesa que aquella vez. Miraba hacía la gran pared de vidrio que tenía al lado, seguramente observando a las pocas personas que pasaban por allí. Se veía seria pero relajada. Unos momentos después la mesera le llevó una pequeña porción de pastel. Tomó el cubierto-que si no me equivoco era una cuchara- y partió el postre con delicadeza. Llevó el trozo a su boca y, después de hacer una pequeña sonrisa, se lo metió; lo masticaba lento y con ritmo. Así siguió, hasta dejar solamente la rodaja de fresa que el pastel traía encima.

¡Necesito detenerme, ahora!- pensé. Cerré mis ojos, intentando relajarme. Esto de venir unas horas más temprano solo para verla comer un trozo de pastel es demasiado ¡Esta debe ser la primera y la última vez que hagas esto, Ana! Mis dormilones ojos  buscaron a la chica, la cual ya estaba en la caja, pagando su cuenta.

-Cuando ella se vaya, pagaré yo- murmuré para mí, deslizándome un poco en el asiento. Mis ojos volvieron a cerrarse. Solo a mí se me ocurriría levantarme temprano después de haberme dormido a las 3:30 de la madrugada. ¿Y todo para qué? Para ver comer a una extraña. ¿Alguien quiere darme una bofetada? ¿Nadie? ¿No? ¡Porque yo sí!

-Hey, cuatro ojos-una voz explotó en mi oído izquierdo, como si fuera una burbuja de chocolate.- ¿Tan temprano y ya estas cansada?- se burló.

Mis ojos se abrieron de golpe y mi cara giró rápidamente hacía donde provenía aquella voz. Una tenue sonrisa se dibujó en mi rostro. Estaba frente a mí, la chica del cabello corto estaba frente a mí, sonriéndome.

-Casi no he dormido- me enderecé.

-¿Qué tomas?-preguntó interesada, observando fijamente mi vaso.

-Jugo de naranja- levanto el vaso, mostrándole el poco jugo que quedaba. Mis labios no dejaban de sonreír.

-¿No debería de ser café? Digo, si tienes sueño, eso sería lo razonable- la pelicorto metió sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, ya que ahora no traía chaqueta.

-No me gusta el café-me le quedé viendo unos segundos-¿Tienes prisa? ¿No quieres sentarte?-señale con mi dedo índice el asiento que tenía frente a mí.

Ella giró sus ojos color café, deteniéndolos en un punto “x” del techo. Su boca hizo una mueca extraña-aunque graciosa-. Bien habría podido dibujarla, a puesto a que quedaría un muy buen dibujo. Lo hubiera llamado “Pensando en la respuesta”.

-Solo un rato- dijo al fin. Tomó asiento y colocó sus codos sobre la mesa.

-¿C-cómo te llamas?-dije luego de un momento de incómodo silencio.

-Mina. ¿Y tú?- sus labios se movieron rápidamente al pronunciar su nombre.

-Ana,… -¡me muero! ¿No pude ser más cortante? No tenemos ningún tema del que podamos hablar. ¿Por qué la invitaste a sentarse, Ana? Mi mente era un caos, trataba de encontrar algo qué decir, pero no se me venía nada a la cabeza.- ¿Vienes aquí seguido?- logré preguntar.

-Todas las mañanas vengo antes de ir a clases.- sonrió.

-¿Qué estas estudiando?-me parece que esta chica tiene que ver con artes o alguna carrera parecida. Podría apostarlo.

-Licenciatura en artes plásticas. Es mi primer año.-la pelicorto sonaba emocionada. ¡Bingo! Adiviné…pero… ¿Primer año? ¡Por el santo Dios en el que no creo! ¡Esta re pequeña, y es mucho más alta que yo!-¿Y tú?

-A-Ah, yo…ya salí de la Universidad. El año pasado me gradué de la Licenciatura en Turismo.-la chica se mostró igual de sorprendida que yo hace unos momentos. Sus cejas se levantaron y su boca se abrió ligeramente. No es que yo me vea mucho más joven de lo que soy, pero por la manera en la que me visto y por mi altura –algo pequeña- parezco de unos cuantos años menos.

-¿Ya estás trabajando? Es decir que…eres mucho mayor que yo- se quedó viendo hacia la mesa, como procesando lo que acababa de escuchar.

-Sí…yo…-quedé interrumpida por la voz de la chica.

-Ya estas vieja, cuatro ojos.-dijo entre risas. Sus oscuros ojos se entrecerraban mientras me veían fijamente.-No pensé que estuviera hablando con una anciana.

-Oye, niñita. No seas mala.-arrugué mi nariz y fruncí el ceño ligeramente. -Podré estar vieja, pero soy la cosa más guapa que jamás has visto.-sentí como un pequeño cosquilleo quedaba entre mis labios.

-JAJAJAJAJA. ¡Buen  chiste!-las crocantes carcajadas de la pelicorto sonaron en toda la cafetería, llamando la atención de algunas meseras.- ¿Pero qué tengo aquí? ¿A una narcisista de primera?

-¿YO? Por supuesto que no, solo digo la verdad.-sonreí maliciosa. –Soy la- quedé interrumpida nuevamente.

-Me tengo que ir. Ya casi comienzan mis clases.-la chica se levantó de la mesa. Si me preguntan, la noté un poco desanimada. Ese solo pensamiento hizo que mi pecho se estrujara un poco, ¿Será que la estaba pasando bien conmigo? ¿Puedo pensar que esa es la razón por la cual no quería irse?

-Ahh, okay. Suerte- dije sonriente.

-Adiós. Nos vemos-movió su mano suavemente y se retiró del lugar, así, corto, dejándome con una extraña sensación en el pecho y boca del estómago.

-Nos vemos-susurré suavecito, solo para mí. Una sonrisa apareció en mi rostro. Que bonitas me sonaban esas dos palabras. “Nos vemos” repetí en mi mente, mientras daba el último sorbo a mi jugo de naranja.

 

                          *                          *                         *

-¿Y bien? ¿Qué pasó ahora?-preguntó Sandra detrás de la línea. Hablábamos casi todas las noches.

-¿Ahora, cuándo?-sonaba divertida y sorprendida ante la pregunta, pero obviamente ya sabía a lo que se refería.

 -¡No te hagas, Ana! Ahora en la mañana hablaste con la chica de cabello corto. Hasta la hiciste reír.-dijo notoriamente sorprendida.- ¿Ya le dijiste que te gusta?

-¿Pero qué pregunta es esa? ¡Por supuesto que no me gusta!-reí nerviosa, sentí como mis mejillas se calentaban poco a poco. –No es mi tipo. Es muy masculina. A mí me gustan las tipas lindas~-canturreé en el teléfono.

-Estoy segura que la ves linda-rebatió pícaramente mi amiga. Al escuchar eso, deje caer todo mi cuerpo en la cama, hundiéndome en la esponjosa sábana.

-Solo me llama la atención…-me quedé un rato en silencio- ¿Soy muy obvia?-pregunté apenada. Siempre he sido así. Soy demasiado obvia cuando alguien me atrae; le pongo demasiada atención, soy más ruidosa de lo usual, no puedo dejar de verla y seguramente hago cara de estúpida.

-Sip, como siempre.-dijo tranquila Sandra. Sentí como sonreía desde su cuarto.

-¡¡¡Ahhh!!!-hice un grito que más se me antojaba a un largo suspiro.- De todas maneras ya no la veré.

-¿Por qué no? ¿Ya no madrugarás para verla?-se burló.

-Tengo que ser guía turística de un viaje a Colombia. Dura 2 semanas, y luego de eso no pienso madrugar para verla.-exhale un suspiro. De hecho, sí lo volvería a hacer, pero es mejor para mí no darme largas con ella. De todas maneras solo hemos hablado una vez. Siento que es mejor dejar este asunto de la chica del pastel de fresa hasta aquí.  Rápido, lindo, suave; justo como me gusta.

-Ahh, bueno. Me traes recuerdos de Colombia.-dijo Sandra. Después de eso, seguimos hablando de otras idioteces, hasta que se hizo un poco tarde.- Ya es hora que me vaya a dormir. ¿Mañana te vas al viaje?

-Seeee-dije mientras empacaba todo lo que iba a necesitar.-Nos vemos en dos semanas. -agregué emocionada. Mi trabajo me gusta mucho, debo admitir.

-Jajaja, bueno. Buenas noches- luego de eso, colgó. Coloqué mi celular en la mesita de mi cuarto y seguí guardando cosas en la maleta.

Mina, ¿eh? Nunca había escuchado que alguien se llamara así –solo en las series y novelas de la televisión-. Di un gran bostezo y cerré mis ojos.

Aunque no tenía mucho sueño, y estaba más aburrida que cansada, las próximas dos semanas serán algo pesadas. Mejor me voy a dormir.

Notas finales:

¡Muchas gracias por seguir mi historia! ¡No saben cuánto se los agradezco! :D

Si tienen preguntas o sugerencias, dejen su comentario! :)


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