Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Indómito por yuukiko

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 Holas, Espero lo disfruten

“un acto de venganza escribe un capítulo nuevo…”

 

 Julius no hablaba, nadie lograba sacar una palabra de sus labios, llevaba días sin comer  y tenía la mirada perdida. Todos en la aldea  estaban preocupados pues sabían que el chico había adoptado un voto de silencio una semanas antes, cuando sus padre fueron encontrados muertos.

La situación fue la siguiente, Julius se encontraba en la ladera con el pequeño rebaño de ovejas que tenía su familia que  llegaban a 24 animales en total, las había llevado a pastar un poco alejado de su granja  donde vivía con sus padres  y se encontraba en el camino de regreso para meterlas en el corral, el chico amaba su vida en aquellas montañas tan tranquilas, él era alguien sereno e inocente que había sido bendecido al poder gozar de una existencia  pacifica, le gustaba poder estar con aquellos animales tan frágiles que necesitaban ser protegidos,  le gustaba el campo, la brisa fresca que llegaba a esas alturas, el verde de  aquel lugar y la paz,  y por ello se esmeraba tanto en cuidar a esas  ovejas  y ese lugar, pues sabía que era afortunado.

Ese día era particularmente frio, lleno de nubes grisáceas que cubrían todo el cielo y avisaban de una fuerte tormenta, Julius toco sus  brazos sintiendo el frio calar en sus huesos,  junto sus pequeñas manos y las froto rápidamente para darles un poco de calor, su piel  estaba un poco pálida y translucida  y pensó que tal vez necesitaba un poco de sol,  pero dejo aquella idea en el aire cuando  un mal presentimiento estrujo su corazón,   así que se apresuró  en volver  con sus padres y terminar  aquella tarea, de pastorear.

Estuvo intranquilo  en todo su camino de regreso  mientras cada animalito era contado y revisado para asegurarse que no tuvieran espinas en su pelo, y al terminar su trabajo corrió en busca de sus padres pues su instinto le decía que algo malo sucedía, y no tenía ese tipo de pensamientos con frecuencia, la última vez que sintió algo similar, hace 2 años su padre  había resultado herido al caerse de un caballo y estuvo en cama por al menos 3 semanas, y por ello se preocupó aún más apresurándose lo más que podía.

Al acercarse vio la granja y noto   que reinaba un silencio nada natural, sus ojos buscaron  la dirección donde se encontraba la cocina, allí su madre siempre cantaba alguna melodía   mientras cocinaba la deliciosa tartaleta de pescado que tanto le gustaba a su padre, pero esta melodía no sonaba aquella tarde, llegó a la puerta  intento abrirla y al no poder hacerlo toco en repetidas ocasiones  sin obtener  respuesta, corrió hacia la parte trasera donde se encontraban algunas gallinas  que cuidaba su madre  y trato de entrar por los barrotes que cumplían con el propósito de impedir la huida de aquellas aves, y  el al tener un cuerpo delgado y ágil logro entrar por el pequeño espacio que quedaba  alrededor de un metro  y medio de altura, miro los barrotes hechos de madera   y tomo nota mental de que deberían cerrar ese agujero, para que ningún intruso tuviera su misma idea de ingresar por allí,  siguió su camino  hasta estar dentro de la casa lo primero que noto  al estar ahí fue el tan conocido olor metálico en su nariz que era característico de la sangre, pues este mismo olor era el que producían las  reces cuando su padre les cortaba la garganta para desangrarlas.                           Su corazón se aceleró y se apresuró en buscar el origen de aquel olor y lo que encontró  lo dejo  helado, se quedó algunos segundos allí petrificado, mientras veía escéptico que  su padre se encontraba tendido en el piso  bocabajo  mientras  una gran  cantidad de sangre mojaba el piso debajo de  su abdomen, quiso llorar, pero recordó a la mujer que le dio la vida, su amada madre 

-mama… dónde estás?...RESPONDEME- la llamo con desespero y voz entrecortada

 

Corrió a la cocina en su búsqueda, en el lugar  habían varios ingredientes picados  en una charola esperando ser preparados,  y las brasas del carbón  echaban pequeños rollitos de humo mientras  se enfriaban lentamente pero ella no estaba allí. Julius muy agitado, dio vuelta y miro de reojo  la sala donde se encontraba también el comedor  y fue lentamente hacia allí temiendo con lo que pudiera encontrarse.

Su cuerpo había empezado a temblar  y su corazón quería salirse por su garganta, con pasos prudentes y temerosos  llego al comedor donde vio lo peor que un chico de catorce años  puede ver, su madre  se encontraba desparramada  en el  sillón  con sus manos abiertas a cada lado del cuerpo,   su hermoso vestido  azul con largos boleros que había sido regalo de cumpleaños de parte de su padre se encontraba desgarrado en varias partes y empapado con sangre, los llamativos y largos  cabellos rojizos que eran iguales a los suyos, estaban alborotados por toda la superficie del mueble y esa piel blanca de porcelana había perdido totalmente  el brillo quedando casi de un color gris que  le daba un aspecto  irreal y tétrico, haciéndola ver como una  sombría muñeca,  sus ojos azules como las lobelias las  cuales eran sus flores favoritas  se encontraban  abiertos vidriosos y opacos  sin signos de vida  y de su largo  cuello  sobresalía la marca de una  herida   que  le atravesaba hasta  sus pequeños  hombros llenos de diminutas pecas rojizas, y ahora manchados con  una  gran cantidad de sangre

Sin darse cuenta  Julius llego a su lado  y lloro sin sonido alguno, solo dejando caer sus lágrimas por sus mejillas, el sudor resbalaba por su frente y tembloroso tomo las delicadas manos de su madre que estaban heladas y rígidas,  las beso sintiendo el olor  del durazno que siempre tenía  ella en su piel, y la imagino cortando trozos de aquella fruta  para hacer sus  deliciosas cremas  mientras cantaba,  Julius sintió  como si alguien le atravesara el pecho con una barra caliente, se le escapo el aliento,  su respiración se tornó errática y  lloro todo lo que pudo hasta quedar seco  grito su nombre una y otra vez  desgarrando su garganta, mientras  golpeaba repetidas veces ese  pecho que le había brindado tanto amor intentando revivirla sin éxito.                                                   Después de largos minutos, que le parecieron horas observo una elegante daga ensangrentada  que se encontraba abandonada en el suelo, y  la tomo inseguro entre sus manos notando el rojo carmesí  que el creía pertenecía a sus padres,  también observo   en el mango las inscripciones de dos iniciales L.C escritas en  una letra refinada, y se  gravo aquello a fuego en su mente. Aquellas iniciales que seguramente pertenecían al asesino de sus padres y  tomo  aquella arma tan fuerte y de manera tan descuidad que el filo hirió su mano causando que de esta empezara a brotar un pequeño chorro de sangre cosa que el ignoro

No se dio cuenta en que momento llegaron  vecinos a ver que había ocurrido en la granja, pues lograron ver  que dos hombres sospechosos  descendían de  esta dirección de las montañas, y al encontrar la escena corrieron a auxiliarlo  alejándolo del cuerpo de su madre y  buscando como detener el sangrado de su muñeca, mientras  revisaban el resto  de la cabaña para cerciorarse que nadie más quedara allí,   de ahí en adelantes Julius no podría decir que paso, pues estuvo totalmente fuera de sí, ajeno a lo que  pasaba a su alrededor,   agarro la daga con fuerza que  había soltado  para que atendieran su herida y allí lo abandono  la conciencia.

 

Cuando despertó al día siguiente  se encontraba en un lugar desconocido,  estaba un poco desorientado  y nerviosos hasta que las imágenes comenzaron a llegar a su cabeza, todo lo que había pasado el día anterior vino como recuerdo, y un llanto desgarrador  se escuchó en aquella habitación, el llanto de un niño que acababa de perderlo todo,  de alguien que se encontraba asustado, frágil, y abandonado.

Mery  era una mujer  de aproximadamente 36 años de figura  robusta  y cabello castaño oscuro,  era amable  valiente y testaruda , conocida comúnmente por su  fortaleza  ya que no tenía mucha belleza física, nunca había tenido hijos pues siempre se mantuvo soltera y era muy amiga de los padres de aquel joven,  casi como una hermana para Johana la mujer que hacia horas había dejado a  su hijo huérfano, estaba en la sala  de su casa hablando con algunos hombres sobre la tragedia  que marco la tarde de ayer, tratando de tener una idea de lo sucedido, cuando escucho un sonido proveniente de la habitación  de al lado donde  habían llevado a Julius después de que se desmayara. Se puso de pie de inmediato y corrió hacia el lugar para ver como seguía el muchacho que ella tanto quería, pues era  como su sobrino, uno que vio crecer  como parte de su familia, llego a la habitación se aventuró adentro sin tocar la puerta  y se le rompió el corazón al verlo allí como un animalito  temeroso e indefenso soltando sollozos lastimeros  mientras estaba acurrucado en la cama abrazándose a si mismo, se acercó hacia él y lo tomo entre sus brazos sintiendo su pequeño cuerpo, un cuerpo  que no debería pertenecer a alguien de su edad  pues era pequeño como el de un niño  y lo acuno mientras sentía como sus hipido se calmaban de a poco, y retomaba una respiración normal hasta que dejo de llorar, se sentó en la cama a su lado  y lo miro con cariño

-Hijo tu sabes que  de ahora en adelante te puedes quedar aquí conmigo- afirmo ella con decisión pero con voz suave

El solo afirmo con su cabeza y desvió la mirada hacia la puerta donde descubrió algunos de los vecinos de aquella pequeña  localidad que lo miraban con pesar

En aquellas montañas solo Vivian alrededor de 120 personas   que convivían de manera pacífica y tranquila, Vivian de la tierra y  el ganado  eran personas   trabajadoras, personas unidas que se ayudaban unos a otros huyendo  lejos del mundo

Uno de los hombres dio un paso adelante y bajo su sombrero  al pecho mientras agacho  la mirada

 

-muchacho lo siento mucho, tus padres eran personas muy queridas para nosotros lo que paso  ayer debió   haber sido obra de  algún grupo de salvajes- termino de decir siendo interrumpido por  Mery

- no es el momento de hablar de esto Alain- dijo ella muy seria mientras lo miraba

-aquí lo importante es que Julius se encuentra bien – el  más joven de la habitación la  miro  con mucha tristeza en sus ojos  grises, ojos que eran iguales a los de su padre, ojos profundos  e intensos  que incomodaban a cualquiera,  cosa que hizo que ella  evitara aquella mirada  y carraspeara su garganta para cambiar la atmosfera lúgubre que se había formado por unos pequeños instantes

- Hoy sepultaremos  tus padres-  dijo ella  de manera firme perdiendo un poco la calidez que la caracterizaba, ya que ella también sufría por la situación y no sabía cómo tratar con el muchacho

-lo haremos en el árbol donde esta sepultada tu hermana –  termino de decir ella, Julius asintió  lentamente  y se volvió a acostar  en la cama  dándoles la espalda a todos,  no quería hablar con nadie  así que  rápidamente salieron de la habitación dejándolo solo y Mery solo pudo dirigirle una mirada de pesar antes de retirarse de aquel cuarto

Las ceremonias de despedidas concluyeron en la noche, todos los habitantes del pueblo fueron a despedirlos y Julius solo estuvo allí parado  mientras todo pasaba como en cámara lenta, no lloro más,  solo se quedó allí ajeno a lo que sucedía, y la ceremonia concluyo  cuando  terminaron de tapar las tumbas improvisadas y la gente empezó a irse del lugar dejando solo al hijo de aquella pareja.

 

Y así había pasado una semana desde que ocurrió aquello, en un principio Julius había decidido dejarse morir de tristeza, se encontraba débil  pues ni siquiera Mery con su carácter  lograba que  probara bocado, pero al  término de esta  semana se levantó con ánimos renovados con una decisión en su mirada, miro el plato de comida que yacía en la mesita de al lado  y se obligó a comerlo todo venciendo las náuseas que le daba cada bocado, esforzándose por comerlo todo pues tenía su estómago totalmente vacío y  la comida  le genero un gran malestar

se reprendió a si mismo por ser tan  delicado,  y rendirse  sin encontrar al culpable,  y allí tomo la decisión que cambiaría por completo su vida, allí dejaba su inocencia,  su  ternura  su debilidad, en este tiempo había reflexionado mucho, se había compadecido  de si mismo y se había culpado por lo sucedido, había llorado y  había querido morir, pero aquel día  fatídico su destino fue no estar en casa, seguramente habría muerto de estar allí, su propio padre un hombre fuerte   grande y corpulento, no puedo hacer nada  para salvarse a él y a su esposa, menos podría haberlo hecho el,  un joven con su fina figura, delgado  y  débil que solamente había sido consentido por su madre,  y sobreprotegido por su padre, pero él   estaba decidido a cambiar,  dejar atrás el miedo, dejar de sentir impotencia y lograr que ese dolor y esa rabia que  lo consumía se extinguiera  para ello  debía encontrar al culpable de   su desgracia, había tomado una decisión, se había  puesto un gran peso en sus hombros, el  peso de la venganza y haría cualquier cosa por conseguir ese objetivo.

Notas finales:

Espero les  gustara este primer capítulo, fue difícil para mí tratar de corregirlo de la mejor manera posible  para que tuviera una escritura decente.

Gracias por leer


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).