Afuera hay un clima hermoso, el sol y las nubes forman un paisaje único también es un día perfecto porque hoy estoy frente a ti, no sé cómo debería actuar o que debería decirte hace tanto que no nos vemos, en mi camino hacia aquí no hacía nada más que suspirar y pensar si tus padres se molestarían que te robe un poco de tu tiempo, te he traído chocolates son amargos los que más te gustan y un libro, fue el más raro y de tu estilo que pude encontrar o eso dijo el vendedor, toco el timbre y una anciano de no vas de 1,60 me abre la puerta
− ¿quién eres? – pregunto aquel anciano
−soy Ania señor, una vieja amiga de Mika−el hombre pone una cara nostálgica al escuchar mi nombre
−ha pasado mucho tiempo, te has convertido en toda una mujer−me da el paso para entrar en la casa−aunque tampoco me sorprende han pasado cinco años desde la última vez que te vi−la casa no ha cambiado en nada sigue teniendo la misma decoración de madera que tanto te gusta, las cortinas siguen siendo iguales, el televisor incluso el librero sigue teniendo esa esencia de que en cualquier momento se romperá por el gran número de libros en el, claro ahora tiene más libros , llego a la pequeña sala de estar y me siento en el sofá−la señorita Mika no se encuentra salió con sus padres volverá más al rato ¿gusta esperarla? –asiento con la cabeza
tomo uno de los libros que están por colapsar al piso, tiene por titulo Dante y Aristóteles descubriendo el mundo, lo abro en el encuentro tus notas es fácil distinguir cundo has leído ya un libro tiendes a ponerle notas y separadores a las frases que te encantan, las escribías en cuadernos o solías publicarlas en facebook , el libro tiene tu esencia, me detengo en cada parte que has marcado, la historia de aquel libro me tiene atrapada ahora entiendo porque te gusto tanto es tan tu, no sé cuánto tiempo he estado leyendo, lo dejo en la pequeña mesa frente a mí ha pasado un largo rato y alguien acaba de entrar es una chica mi corazón se acelera al pensar que eres tu salgo rápido de la sala pero la conversación entre el anciano y aquella voz me detiene
−viene por un poco de ropa para Mika−contesto la voz
− ¿qué le paso a la señorita Mika? –pregunto el anciano preocupado
−tuvo un colapso, ya la están atendiendo en el hospital− la noticia me tomo de golpe y suelto las cosas que traía para ti llamando la atención de los dos, esos ojos, otra vez me vuelvo a topar con esos ojos oscuros
−que haces tú aquí −habían pasado también cinco años que no me topaba con esa mirada frívola y felina –responde, no tienes nada que hacer aquí
−viene a ver a Mika−respondo aun viéndola a los ojos, mi respuesta ocasiono que una cólera brotara de sus ojos
−Mika no necesita nada de ti−me azota contra la pared su mano izquierda sujeta mi blusa y con la derecha ya en puño está a solo milímetros de mi cara –cinco años tuviste todo ese tiempo para buscarla−agacho la mirada−quita esa estúpida cara si no quieres que yo te la quitare a golpes− amenazo
−Circe ya vas−ambas volteamos hacia el lumbral la madre de Mika está aquí−no es asunto tuyo−Circe me suelta –pero aun así, no deberías estar aquí Ania, vete por favor−mire a su madre y le dije
−antes quisiera saber en qué hospital está internada Mika−su madre no me responde, se acerca lentamente a mí, un gran dolor invade mi rostro, ha pasado muy rápido, me tambaleo un poco y toco mi mejilla
−eres una descarada, no responderé tu pregunta si quieres saberlo, búscalo tu misma−la madre de Mika no solía golpear a las personas pero en esta ocasión me toco sentir su furia −vete de aquí
−tome la poca dignidad que aun me quedaba y salí de esa casa por segunda vez, con el corazón en pedazos
Esa noche no llegue a mi casa ya había tenia tenido suficientes problemas en mi intento de buscar a Mika, no quería escuchar a mi madre quejarse una vez mas de mis hermanos, de su novio o de mi padre y su mujer, llegue un departamento que solía rentar, pertenecía a un viejo amigo de la preparatoria, me instale y baje al bar que atendía en la planta baja, en lo personal no tomo nunca lo hago pero necesita algo que me hiciera recordar mi realidad, pedí un tequila odio el tequila pero ya no importaba, con cada hora que pasaba yo pedía otra botella
−no crees que ya bebiste demasiado Ani, además con quien te peleaste ahora, tienes un poco morada la cara−mire al barman, puse mi dedo en mi boca
−silencio Alejandro, yo diré cuando sea suficiente− y me lleve el vaso a la boca, a mi lado se encontraban un grupo de chicos, uno de ellos se burlaba de su amigo por lo borracho que estaba
−vamos si no aguantas la borrachera, menos vas a aguantar la cruda−le decía mientras picaba su rostro con el vaso, el otro también empezó a molestarlo
−eso te pasa por pedir primero tequila, eres estúpido ni siquiera sabes tomar−tenía el vaso en la comisura de mis labios y no pude evitar reír por su comentario, lo que atrajo su atención−tu de que te ríes mujer−era tonto pelear con un ebrio y recordé una frase de mi hermana me dijo una vez
−nada, es solo que…−la cite− “el tequila no causa cruda” –no recuerdo muy bien de donde saco esa frase, nunca entendí que era lo que quería decir con esa frase, Alejandro soltó una pequeña risa no si fue por la frase por la cara de el tipo o por la expresión que yo puse, el hombre se molesto, porque pensó que me estaba burlando de él
−maldita, puta−se levanto de golpe, mareándose por la velocidad y estragos del alcohol, gire el banco en el que estaba−sus amigos voltearon a verme el rió y se acerco a mi−valla no estás tan mal, una mujer decente no estaría a esta hora y con esa ropa en un lugar como este, que te parece si te diviertes conmigo y mis amigos−otra de las cosas que detesto es que los hombres como ese se me acerquen, solo por usar un short y playera de tirantes no me vuelve una puta
−sufriente tendrá que abandonar el lugar caballeros− Alejandro ya se encontraba detrás de eso tipos
−que tu eres su dueño, entonces te pagare por ella, dime cuanto quieres−vocifero el borracho, Alejandro lo iba a golpear en el rostro si no lo hubiera detenido
−ya basta−le dije
−yo también puedo defenderme sola−a pesar de que no toda la vida nos llevamos bien Alejandro era un amigo con el que podía contar en todo momento−escúchame bien patán, no te interesa como me visto si estoy en traje de baño o con una túnica de monja, además no me interesan los hombres adiós−gire el banco para regresar a mi amargura pero me tomo del brazo
−es porque nunca has estado con un hombre de verdad−ese comentario fue el último, gire nuevamente el banco para depositarle una patada en la cadera, accionando que se doblara del dolor ya alejado de mi deposite otra en su hombro y otro en el tobillo ya en el suelo, me levente y puse mi pie en su miembro aprentándolo, y haciéndolo gritar del dolor−maldita perra marimacha
−si es tan bueno estar con un hombre porque no lo haces con uno−Alejandro había llamado a seguridad para sacar a esos tipos−aun si me gustaran tu sería el último hombre sobre la tierra con quien estaría, preferiría morir desmembrada a dormir contigo
−Ani ya es suficiente− había sido un día horrible y este tipo se había hecho merecedor de mi desquite−Ani… Ania ya basta me aparto Alejandro− llévenselos de aquí no permitan que vuelvan a entrar, regrese a lugar un poco más calmada y continúe con mi danza de tristeza y soledad−me vas contar porque estas bebiendo tanto−me pregunto Alejandro
−si me acompañas con una copa te lo diré
−estoy trabajando no puedo
−ya casi es hora de cerrar si puedes−exhalo fuertemente llamo a uno de los meseros que aun no se iban y le encargo que cerrara, salió a verificar que todo estuviera bien y regreso
−está bien, ahora me vas a contar lo que sucedió−se acerco con una botella de whisky el también odiaba el tequila, le serví y no conteste hasta que dio el primer sorbo
−fui a ver a Mika−el asombro se reflejo en su mirada
−la viste que sucedió −negó con la cabeza
−no, no la vi pero me tope con Circe en su lugar…y con la madre de Mika−me serví una vez mas
−por eso tienes esa marca te peleaste con ella−volví a negar
−esto lo hizo la madre de Mika, ahora sé que realmente me odia−Alejandro me miro tristemente−y también se que ella regreso al hospital, pero no se qué hospital
−que estúpida eres−le dio un sorbo a su vaso, y lo mire de forma amenazante−enserio creíste que podrías verla al primer intento, te lo dije−el odio y el coraje se apoderaban de mí, no por lo que Alejandro me dijera sino porque tenía razón, en mi interior sabía que era demasiado cobarde, las lagrimas brotaron de mis ojos, él estiro su brazo y recargo mi cabeza en su hombro−tranquila fue tu primer intento, su amor es puro y sincero volverán a estar juntas, ahora más que nunca tendrás que esforzarte−el resto de la noche seguimos bebiendo y hablando del pasado, ya entrada la madrugada, Alejandro me subió a mi habitación, ya no tenia noción de quien era o en donde estaba, cuando sentí la delicadeza de las almohadas y el colchón me quede dormida, aun puedo recordar el sueño que tuve esa ocasión, fue un sueño de añoranza, un sueño del pasado
Era mi primer día de clase pasaba a un nuevo nivel no era un gran paso pero marcaba la mitad de mi camino, pasaba a tercer semestre en preparatoria, compañeros nuevos materias nuevas, maestros nuevos, ese año quería destacarme en cuanto a calificaciones en realidad no me interesaba hacer amigos, nunca he encajado socialmente, por lo que en ese mambito me di por vencida, con horario en mano estaba frente a mi nuevo salón, subí las escaleras del edificio y entre en pánico, por lo general, cuando voy a un nuevo lugar o es un nuevo año escolar llego antes que nadie para evitar que todos me vean llegar mi revisen con la mirada como si me fuera a robar algo, bueno ese día eso paso no fui la primera ya habían de menos 12 personas en el interior del salón entre con caleta y busque la fila de bancas mas vacía y me senté, después de unos minutos de sentarme conocí a Alejandro, entro como marchando, hablaba por teléfono, en ese momento pensé “este tipo es muy presumido y altanero” se sentó frente a mi seguía hablando por teléfono y después se salió aquel dentro que no se haya percatado de su presencia estaba muy ciego en cuanto salió todos nos reíamos de él, todos reíamos menos una persona se encontraba en la otra fila de bancas, tenía la cara totalmente pegada a un libro, cuando se parto para respirar la vi por primera su cabello era corto, usaba lentes de goma en color negro un suéter negro, su atención estaba totalmente en aquel libro y así hubiera seguido hasta que la chica vestida de amarillo de al lado comenzó a hablarle sentí un vuelco el estomago y en ese momento me dije “tengo que hablarle pero como” e intentaría ir a saludarla pero la chica que había entrado hace unos segundos se sentó junto a mí y comenzó a hablarme por un tonto juego de celular haciendo que todo mi valor se fuera por los suelos, la clase comenzó al salir de la clase ya solo quedábamos pocos en el salón la chica que se había sentado a mi lado me hablo
−no me presente−dijo con una sonrisa−soy Minerva per me dicen Mina y ¿tu?
−Ania−conteste con cierto pánico
−nos vamos−asentí con la cabeza, Mina, ella y al otro chica que le hablo, nos encontramos en la puerta, Mina fue la primera en hablar−hola−ellas correspondieron el saludo
−soy Minerva pero me gusta que me digan Mina−una de ellas contesto con una sonrisa pero ella solo alzo la mano, caminamos rumbo a nuestra siguiente clase y continuaron las presentaciones
−yo soy Mariana y tu−dijo la chica de amarillo, hacia a mi
−soy Ania−el hablar con desconocidos no era lo mío, trate de imitar a la chica de amarillo−y ¿tu? –le pregunte a ella
−Mika−respondió y Mariana soltó un estridente chillido
−ah que genial nuestros nombres se parecen Mina, Mika, Ania, Mariana−y aplaudió muy emocionada, a mi me pareció más bien que parecía una foca amaestrada, Mika y yo solo asentimos como así de “que chica tan molesta” eso fue un poco gracioso durante la primera semana me juntaba mas con Mina y ella con Mariana, poco a poco me di cuenta que no ponía congeniar con Mina
la siguiente semana, pensé que por fin sería la primera en llegar, pero cuando llegue al salón Mika ya se encontraba ahí con otro libro nuevo, comenzamos a hablar y si tenía razón no congeniábamos ni con mariana y con Mina, todo ese día no la pasamos juntas y para ciencias teníamos que escoger equipo ella y yo nos quedamos juntas y Mina y Mariana se nos unieron, fue entonces cuando le hable a Alejandro no tenia equipo entonces se quedo con nosotras, era muy chistoso pero también un poco presumido al principio no nos hablábamos bien has que supimos que éramos fans de la misma serie de televisión nos volvimos amigos también con Mika estar con ella era increíble las horas pasaban lentas, tenía un gran sentido del sarcasmo eso me encantaba de ella, no sé en qué momento nos volvimos tan unidas pero me alegro de que pasara eso
−hay que salir un día de estoy−me dijo
−sí, hay que hacerlo−fue lo único que le conteste−eres muy rara lo sabias
−las dos somos muy raras−dijo burlándose
−ahora sé porque no tenemos amigos−le dije riendo
−como crees si tenemos, casi no odiamos a la gente−amaba su sentido del humor, así hubiera seguido recordando pero ya no pude los rayos del sol se intensificaban en la habitación también un espantoso dolor de cabeza y una voz que decía mi nombre
−Ani…Ani….Ania…Ania…..ANIA−desperté con lagrimas en los ojos−Ania gracias a dios despertaste, necesito llevarte a un hospital de inmediato
−Mika…lo siento