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pecados capitales por usagi20takahashi

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Notas del capitulo:

Aquí vengo con un nuevo capítulo, disculpen la demora, este capítulo puede ser un poco aburrido, pero es necesario para  los nuevos conflictos que se desarrollaran en la historia.

Capítulo tres

Consecuencias y decisiones

 

 El sol ilumino Tokio por completo, el día estaba caluroso, perfecto para un día en la piscina, Tetsuya ya estaba despierto, y se había dedicado a probarse cada traje de baño que tenía, buscando el que mejor le quedara.

La puerta de su habitación fue abierta y su rubio padre entro con una bandeja, frunció el ceño al ver esa mirada triste que trataba de ocultar con una sonrisa. — ¿Estás bien papi?— pregunto preocupado acercándose al rubio.

El mayor asintió dejando la bandeja en la pequeña mesita junto al sofá.—Si, solo no dormí bien, Tetsuya suspiro, al principio no entendía la tristeza que a veces reflejaba los ojos de su padre, pero cuando comenzó a crecer lo noto, amaba a su papá Daiki, pero también sabía que era responsable de aquella tristeza.

—Papi. —Susurro colocando ambas manos en sus mejillas. — Pase lo que pase, yo siempre te apoyare. — El rubio sonrió abrazando con fuerza a su niño, sonrió sabiendo que Tetsu le daba la fuerza que necesitaba.

—Gracias cariño, bueno desayunemos y te ayudo con el traje de baño. — Dijo divertido al ver la cantidad de ropa desparramaba por todos lados.

—Creo que le gusto a Seijuro. — Comento el menor desviando la mirada y meriendo un pan rápidamente a su boca, Kise rio.

— ¿Así?—pregunto divertido por la reacción de su hijo, el menor asintió mostrándole el mensaje que el peli rojo le envió, Ryouta amaba la confianza que el menor tenía con él.

—Yo no sé cómo actuar ahora, no quiero parecer molestoso. — Suspiro el peli celeste nunca había estado en esta situación y no lo quería arruinar.

—Solo tienes que ser tú mismo, actuar con naturalidad. — Respondió el mayor bebiendo un poco de jugo. — Si él le interesas de verdad no necitas nada más hijo.

El chico sonrió agradecido, siempre paso más tiempo con su rubio padre, Aomine era más rudo con él y lo ayudaba en sus entrenamientos, pero kise siempre le daba buenos consejos y lo animaba a cumplir sus propósitos.

Aomine siempre pasaba fuera de casa, ya sea por los entrenamientos o por época de torneo, viajaba mucho, así que de pequeño se acostumbró acompañar a su padre a sus sesiones de fotos, conferencia y demás trabajo, Kise siempre tenía tiempo para jugar, limpiar la casa y ayudarlo en sus deberes.

—Pero si me pongo nervioso, ¿te puedo llamar?— El mayor rio divertido su hijo era una caja de sorpresa.

 

Tatsuya no paraba de suspirar. Shintarou miraba as u primogénito con curiosidad. — ¿Algo que desees contar Tasuya?— Sus palabras sonaron un poco más dura de lo que deseaba.

Kazunari reprendió con la mirada a su marido cuando vio los hombros de su hijo mayor tensarse, — Hijo tu padre quizo decir ¿si estabas bien?— Comento con sarcasmo.

—Lo siento, solo estaba pensando, no es nada. — Susurro picoteando sus huevos. Otro distraído era Shun que estaba entretenido mirando los brazos de su tío, quien estaba desayunando tranquilamente con una sudadera dejando ver sus trabajados brazos.

— ¿A qué hora se juntaran con Seijuro?— Pregunto el peli verde tratando de calmar el ambiente.

—A las 10, — Contesto el menor de la familia. — ¡Tetsu también ira!

Shintarou frunció el ceño. — Ya mejoro, ayer tenía mucha fiebre. — Ambos pelinegros se encogieron de hombro dando a entender que no sabían. —espero que con este paseo no recaiga o ese par de idiota me escuchara.

—Shin-shan, no seas tan exagerado, Kise no expondría a su hijo si no estuviera completamente recuperado. — Junpei no entendía mucho de la conversación de la familia.

—Bueno creo que es hora de irnos. — Tatsuya hablo agradeciendo a su “madre” por el desayuno.

 

 

 

 

El peli lila miraba al castaño que dormía entre sus brazos con amor, quizás la llegada de su antiguo amor de escuela, nunca olvido por complete ese intenso romance que tuvo en su adolescencia, ahora lo volvía a tener entre sus brazos, malas decisiones de ambos lo llevaron a distanciarse.

Siempre se reprochó no haber detenido a Kiyoshi, fue cobarde y se dejó llevar por la ideas de su padre, se casó con una hermosa chica, que haría que la empresa de su padre no fuera a la quiebra. Kiyoshi le  suplico  que escaparan que no dejara, pero su cobardía fue mayor, quería que su padre  lo reconociera y sintiera orgullo de él.

—No cometeré  el mismo error de nuevo. — Susurro besando esos cabellos castaños, pero luego pensó en el adolecente, sabía que sufriría pero eran joven lo superaría.

Los marrones ojos de Teppei se abrieron, y una boba sonrisa se formó, al ver hace hombre abrazándolo como si fuera un tesoro—Buenos día. — Susurro con presa, acomodándose en el amplio pecho de su compañero. — ¿Está todo bien?—Preguntó temor a la respuesta

—Perfecto. —Susurro el más alto apretando al castaño contra su cuerpo

— ¿Entonces?—Dijo dudoso. — ¿Estamos bien?

—Más que bien diría yo. — El peli morado anuncio dándole un suave beso en sus labios. —Esta vez tú te quedaras a mi lado por siempre.

—Eso es lo que más deseo.

 

Tetsuya estaba en la estación de trenes, los nervios a flor de piel, vestía una camisa blanca y un short negro, tenía afirmado fuertemente su pequeño bolso azul oscuro, como si la vida dependiera de ello.

Sus mejillas tomaron un leve color carmesí cuando vio a cierto pelirrojo con una sudadera pegada a su cuerpo, Short café oscuro y lentes de sol. Seijuro era sencillamente sexy, comparado con él era solo un niñato de quince que aún no se afeitaba.

El mayor se acercó con una extraña sonrisa, cuando estuvo lo suficientemente cerca del más bajo le beso los labios, solo un simple roce, que hizo que el peli celeste fuera al cielo.

 

Tatsuya observo aquel acto con recelo, sabía que su primo algo tramaba, lo averiguaría ante que ocasionar aun desastre, agradeció que su atolondrado hermanito no viera aquella escena.

—Mira lo que compre. —Grito Shun. —Según Oha asa es mi amuleto de la suerte. —Dijo mostrando un pequeño pajarito, parecido a un halcón.

El mayor de los hermanos no pudo evitar rodar los ojos, su hermano menor era igual de posesionado con lo de oha asa, frunció el ceño al ver un pequeño muñeco de nieve. — ¿Para quién es el otro objeto?

—Es para Tetsu, es el amuleto de acuario hoy está en el puesto cuatro. Tatsuya dio la batalla por perdida y siguió cambiando al encuentro de sus primos

 

 

La caminata fue tranquila Shun y Tetsuya se llevaban bien, el pequeño pelinegro no dejaba de hablar y de decir un sarda de cosas que no entendia.

— ¿Entonces te gusta Tetsu?—Se aventuró preguntar el más alto, Seijuro dejó escapar una gran risa, que llamo la atención de los menores por unos momentos haciendo sonrojar a uno de ello.

— ¡Claro que no!—Se apresuró a decir. —Cómo crees que alguien como yo se fijaría en un niño.

—Bueno hace un momento, te vi besándolo o tengo serios problemas de visión. — Contrataco con malicia, viendo a su primo sonreír, no le agradaba esa actitud.

—No seas exagerado. — Dijo algo molesto por la actitud del mayor. —Solo es un pequeño juego, no le des tanta importancia.

—Eso no es bueno Seijuro, le vas a lastimar, sea lo que sea que planeas debes para. — Le regaño en serio, Tetsuya tenía la misma edad de Shun, no se podría imaginar que alguien jugara con los sentimientos del menor.

—No te metas. —Susurro alejándose de su fastidioso primo y acercándose al menor, rodeando los hombros del peli celeste.

Este sonrió con encanto, Tatsuya sabía que eso no terminaría en nada bueno.

 

 

El silencio era asfixiante, Aomine por primera vez sintió culpa, Kise estaba en el sillón bebiendo café, se notaba cansado y sus ojos estaban hinchado, había llorado de eso estaba seguro.

— ¿Dónde está Tetsu?—Bravo Aomine, fue lo mejor que se le ocurrió preguntar, la vista dorada de Ryota se clavó en sus ojos azules, triste, humillada y completamente apagada.

—Fue a la piscina, ¿se te olvido?—La voz del rubio era tranquila y  aterciopelada, miraba la taza de café entre sus manos como si fuera la cosa más interesante del mundo, su respiración era pausada, y aunque pareciera extraño, su rostro reflejaba tanta calma, como si estuviera en paz.

Aomine no sabía cómo actuar, pensó encontrar a su pareja enojada y que le armara un de sus berrinches, pero no esta situación, se sentía nervioso sabía que algo grande se avecinaba.

— ¿Está todo bien?—Se atrevió a preguntar, sintiendo el hombre más cara dura que puede existir. La sonrisa ladina del otro no paso por desapercibida.

—Supongo que debemos hablar. —Susurro el modelo. —Creo que lo mejor para los dos es terminar con esta farsa. —El moreno dejo escapar el aire que no sabía que estaba conteniendo.

— ¡De que hablas!—Cuestiono alterado. —Sé que estas molesto por quedarme a beber hasta tarde, pero lo necesitaba.

—Tú y yo sabemos que no estuviste bebiendo. — Contrataco el más bajo. — Sé que estuviste con Kagami, sé que no es la primera vez que me engañas.

No salió nada de los labios del moreno, su boca se movía con si fuera un pez, dicen que el que calla otorga y Aomine se culpó solo, no tenía como contraatacar esas acusaciones.

—Kise piensa bien las cosas, piensa en Tetsu. —El nombrado apreto los puños.

—Todos estos años no me separe de ti por él, porque quería que mi hijo creciera con su padre, soporte queme engañaras con ese castaño, con el manager de tu equipo y con kagami, pero me canse de ser estúpido, de ser egoísta contigo  por querer amarrarte a una familia que no deseaste,—Aomine intento debatir lo último pero no pudo,—no te atrevas a contradecirlo, estuviste a nada de volver a Japón , de no ser por mi repentino embarazo, te quedaste conmigo por Tetsuya.

Las lágrimas caían por ese rostro tan bello, que siempre se caracterizó de una sonrisa, el peli azul recordó que la gente que sonríe siempre, a veces es para llenar ese vacío, porque por dentro se siente perdidos, sin saberlo destruyo a la persona que lo guio cuando todo era oscuro.

—Pero esta vez seré egoísta, —Continúo el modelo. —Quiero tratar de olvidar, recuperar mi dignidad, eres libre de ser feliz con quien quieras, por Tetsuya no te preocupes puedes verlo cuando quieras, jamás te quitaría ese derecho. —Daiki sintió un vacío al saber que no viviría con su retoño, no lo vería dormir, o jugarían baloncesto.

Aomine Daike con 38 años, tomo el peso de sus actos, ¿Qué le diría a su hijo?, si este se enterara de que engaño a su adorado padre no lo perdonaría, él no podría soportar el desprecio de su niño. Su hijo sufriría con esta separación, su hijo no merece sufrir por sus errores, pero es demasiado tarde.

— ¿Qué le diremos a Tetsu?—Pregunto con temor.

—Tienes toda la tarde para pensar en algo bueno, yo no le diré nada, no te preocupes para el eres su héroe, no seré yo quien lo haga sufrir, — El rubio se acercó al moreno. —Pero el día que se entere y lo vea derramar lagrimas por ellos, te juro que ese día el poco cariño que aun te tengo se va a extinguir para siempre.

Un escalofrío recorrió su cuerpo al ver la mirada de dolor del rubio, no dijo nada, no se movió de su lugar, solo vio al otro subir las escaleras y perderse por el pasillo.

—Muy bien Daiki ahora eres libre. — Susurro con sarcasmo, derramando una amarga lagrima que emanaba de su ojo izquierdo.

 

Seijuro entro a los vestidores, dejo su celular encima de un banquillo y se acercó al peli celeste que estaba cambiándose, se acercó sin hacer ruido y lo rodeo con su brazos dándole besitos a en sus descubiertos hombros, el menor soltó un quejido.

—Eres muy sensible Tetsu. —Susurro para voltearlo y besar de manera apasionada sus labios. Tetsuya se demoró en responder, lo hizo de manera lenta y torpe, era su primer beso y con el chico que le gusta.

Se separaron por la falta de aire, Tetsuya no se percató del pequeño flash que salía del celular, ni de esa sonrisa  extraña de Seijuro, el menor estaba en las nubes. —Te espero afuera Tetsu. —Susurro haciendo que el menor se sonrojara y suspirara.

 

Shun estaba en la piscina mirando el lugar, era amplio tenía muchas atracciones, miro a su hermano quien no paraba de mirar el celular como si esperar algo. — ¿Puedes dejar de hacer eso?—Termino diciendo molesto. —Deja a Murasakibara-san en paz, disfruta el día, hay hombre guapo, deja de sufrir por alguien que no te corresponde. —Eso fue suficiente para estalla r la furia del peli negro mayor.

— ¡Ya cállate!— grito asustado a su hermano. —Tú no sabes anda, eres un niñato estúpido, que ni siquiera ha dado su primer beso. — Le encaro empujándole.

Shun observo marcharse a su hermano se arrepintió por aquellas palabras crueles que les dijo, además ahora con la reciente atracción hacia su tío, no era el más indicado para juzgar a su hermano, debía disculparse.

Se dejó caer en una silla que habitualmente se encuentran en esos balnearios, observo a todos las personas que se encontraban en lugar, miro algunos chicos de su edad, ¿Por qué no se podía fijar en algún chico o chica de su edad?, las cosas serían más fáciles.

— ¡Midorima-kun!— Tetsuya llamo con una sonrisa, el chico se veía radiante el pelinegro sabía que algo extraño sucedía entre el peliceleste y Sei-chan, pero a la vez tenía un mal presentimiento de ese extraño comportamiento.

— ¿Por qué tardaron tanto?—pregunto curioso, entendió el porqué del retraso al ver el sonrojo de su nuevo “primo”

Seijuro parecía fresco como una lechuga, mirando el panorama del lugar, no parecía muy interesado en Tetsuya, eso llamo la atención, ¿Qué tramaba ese pelirrojo?

—Tetsu vamos a bañarnos. — Propuso para cambiar ese ambiente tenso, el más bajo asintió y ambos quinceañeros fueron hacia los toboganes.

 

Chihiro estaba feliz con su nuevo trabajo, el ambiente era agradable y se mantenía fresco, estaba en los toboganes vigilando que las personas  siguieran las reglas al lanzarse por él.  Miro a su amigo y compañero de trabajo reo quien se veía radiante, siempre lo considero guapo, pero nunca sintió algo más que amistad por él.

—Hey Chihiro. — Observo al oji verde con el ceño fruncido. — Mira que cositas más linda vienen por ahí. — Ayudo a una chica  a lanzarse por el tobogán y se giró para ver qué es lo que Reo miraba.

A unos pasos atrás estaban dos chicos, unos años menores que ellos, eran muy lindos, uno era de cabello negro y ojos grises, rasgos fino, simplemente adorable y el otro era precioso, ojos celeste, cabello a juego, piel tan blanca como la leche.

—Cierra la boca te entraran mosca. — Dio un brinco cuando Reo susurro en su oído. —Me quedo con el pelinegro, te dejo al celestito, harían linda pareja.

—No digas tontería, son niños, además no tengo tiempo para pareja. — respondió de manera brusca,  ayudando al siguiente adolecente a subir al tobogán.

—Amargado, creo que al peli celeste lo he visto antes. — Reo suspiro, tratando de recordar donde lo vio.

—Ahora que lo dices tienes razón. —Susurro, ambos vieron como los dos chicos se acercaban a ellos, para lanzarse por el tobogán.

—Bienvenidos. —Reo saludo con su habitual entusiasmo. Shun le regalo una linda sonrisa, mientras que el otro lo miraba con curiosidad, ese mocoso lo se aprecia a él mismo pensó Chihiro.

— ¿Podemos lanzarnos juntos?—Pregunto el pelinegro con entusiasmo.

—No, las reglas no lo permiten. —Chihiro se arrepintió de sonar tan rudo al ver la carita de desilusión del pequeño peli celeste. —Es peligroso se pueden lastimar. —Termino de decir de manera amable para que ambos niños no se sintieran mal.

—Bueno primero voy yo y luego tú Tetsu-chan. —Chihiro sonrió inconscientemente al saber el nombre de aquel ángel, como lo había apodado su mente.

— ¡Yo te ayudo!—reo dijo con su característico entusiasmo, ayudando al menor, para que se lanzara de manera correcta.

—Muchas gracias eres muy amable. —El pelinegro dijo, Reo quedo mudo y el peli gris reprimió las ganas de reír al ver la cara de bobo de su amigo.

Shun se lanzó sin problema, Tetsuya miraba con recelo el gran tobogán, una vez se lanzó con su padre en uno, ambos iban en una pequeña balsa, demasiado pequeña para el cuerpo del moreno, Tetsuya iba entre sus piernas Aomine no lo sujeto bien y el menor en ese entonces de tan solo seis años,  salió disparado y trago un poco de agua ante que su padre lograra sacarlo, fue una sensación horrible, después de eso el resto del día evito la piscina y a su padre.

Se acercó con algo de nerviosismo. — ¿Estas bien?-Pregunto Chihiro al ver el semblante pálido del más bajo.

—Solo tengo algo de miedo, no tengo buenos recuerdos de esto. —Susurro con nerviosismo.

—Tranquilo, estoy aquí para ayudarte, no pasara nada. — Tetsuya miro al chico que lo ayudaba y le sonrió con sinceridad, leyó el nombre bordado en su sudadera blanca, con el logo del balneario.

—Muchas gracias Mayuzumi-san— El nombrado abrió los ojos.

— ¿Cómo supiste mi nombre?—Pregunto de manera desconfiada.

—Sale en tú uniforme. —Respondió de manera infantil, haciendo que un sonrojo apareciera en las mejillas del más alto.

Chihiro dejo su vergüenza a un lado, al escuchar una risita angelical, proviniendo de cierto peli celeste. — Por lo menos mi torpeza te relajo.

—Gracias por eso. — El menor dijo, sentándose en el borde del tobogán.

—Mantente recostado, tus brazos en tu pecho cruzado, no saques ninguna extremidad del tobogán, estarás bien.

Tetsuya asintió cerro los ojo y fue lanzado, cuando su cuerpo toco el agua, sintió su cuerpo relajarse y la adrenalina en su cuerpo. Salió del agua y observo al joven que le ayudo a superar sus nervios, le sonrió y este le devolvió el gesto desde las alturas.

—Es guapo. — Shun apareció a su lado una vez fuera de la piscina. El más bajo no lo negaba, la presencia de mayuzumi era diferente a la de Akashi, pero la presencia de mayuzumi era más sincera, como si no ocultara anda, le daba tranquilidad, en cambio con Seijuro era peligro y eso lo excitaba de sobre manera, se sonrojo por sus pensamiento.

—Tienes razón. —Respondió con una sonrisa pícara. —Aunque el de ojos verde no dejo de mirarte.

— ¡Tetsu-chan!—Le regaño con una sonrisa

 

 

Furihata estaba furioso, ese mocoso era un rebelde, un imbécil, nadie toca lo que es suyo, apretó su celular, que reflejaba como el pelirrojo besaba a cierto peli celeste que le caía como patada en el hígado.

—Esto no se va a quedar así. —Susurro, no Kouki Furihata jamás se dejaría derivar por un mocoso mal educado. Busco entre sus contactos el número de su nueva “novia”

—Hola—

—Soy Kouki

—Mi amor, que alegría que me llames.

—Quería invitarte, este domingo nos juntamos en caso de uno de mis mejores amigos y quiero presentarte.

—No sabe lo feliz que me haces. — Una vez dicho eso la llamada se corto

Kouki sonrió con arrogancia, veamos quien ríe último Sei.

 

 

Yukio estaba terminando de preparar la cena, observo una vez más el reloj y suspiro, Chihiro debió llegar hace una hora, estaba preocupado pero no lo quería llamar y parecer un hermano sobreprotector, siempre se preocupó de darle el espacio necesario al chico de tomar sus propias decisiones.

Cuando sintió el sonido de las llaves, un gran alivio lo invadió, que lo disimulo muy bien. Chihiro entro como un remolino, parloteando algo sobre el chico más lindo y cosas sin sentidos, Yukio creyó era algunos corazones salir del cuerpo del menor.

—Veo que tuviste un día interesante.-Dijo el mayor con una sonrisa, sirviendo la cena.

—Si no pensé que fuera tan interesante. —Suspiro acomodándose en la silla. —Aun que dudo que vea al chico otra vez.

— ¿Era un visitante?-Pregunto interesado, no era muy común de ver a Chihiro tan animado.

—Sí, pero creo a verlo visto ante. —Susurro comiendo un trozo de carne.

— ¿Por lo menos sabes su nombre?

—Sí, es Tetsuya. —Yukio dejo de comer.

— ¿Cómo era?—Kasamatsu tenía un mal sabor de boca.

—Lindo, de cabellito celeste y ojos de igual color, blanco como el algodón. —Describió como si fuera un poeta digno de algún premio importante, Kasamatsu inmediatamente tomo su móvil y coloco en el buscador un nombre muy conocido para él.

Fue cosa de un clik y su celular se llenó de imágenes de un niño, que causo revolución en los medios por su nacimiento al ser hijo de dos personas reconocidas.

— ¿Es él? — Dijo con su mano temblorosa, mostro su celular donde aparecia la imagen del peli celeste y una breve información, Tetsuya Aomine Kise, Hujo de Aomine Daiki, basquetbolista profesional y Ryota Kise modelo y actor.

— ¡Es el!—Grito el adolecente emocionado, —Sabia que lo había visto en algún lado.-Dijo tomando el celular y mirando cada imagen del chiquillo.

Kasamatuso trago en seco, esto no podía estar pasando, de todos los chicos del mundo, su hermano tenía que fijarse en  el hijo, del chico que rechazo en la escuela.

—Mierda. —Susurro al ver a su hermano nuevamente repleto de corazoncitos.

 

Shun estaba furioso, odiaba a esa chica, que en esos momentos se encontraba en su casa, era una castaña de la edad de su tío, suponía, al parecer era una amiga de la infancia. Según lo que escucho de su padre, la chica trabajaba en el hospital, era ayudante en medicina general.

Se veían felices juntos, Hyuga parecía entretenido con la chica, el los observaba  de la escalera, con su ceño fruncido, acababan de llegar con del balneario, y se encontró con la chica, quien lo saludo como si de un bebé se tratase, incluso pellizco una de sus mejillas.

Tatsuya subió rápidamente a su habitación, aún estaba de mal humor, ya que Murasakibara-san no respondió ninguna de sus mensajes, parecía una novia despechada.

Su padre Shintarou  hablo maravilla de la chica, y que era difícil ver en estos días personas jóvenes  tan dedicadas a la medicina. Takao decía que era una chica muy linda. Shun no aguanto más y se fue sin tomar en cuenta los llamados de su padre.

La chica era linda, aunque algo plana para tener 23 era bastante plana, pero en gusto no hay nada escrito, eso era siempre decía mi hermano y tenía razón, ya que sus padres no es como si fueran almas gemelas. Aun así se complementaban a la perfección.

— ¿Así que te gusta nuestro tío?—La vos de su hermano lo hizo saltar.

— ¡No me asustes así!—Dijo mal humorado. Volviendo su vista a la joven pareja. — No me gusta, es solo que  la chica no me agrada.

Tatsuya levanto una ceja. — No te creo, estos molestos, eres un depravado. —Se burló inclinándose a la altura del menor. —Aunque no te culpo el tío esta como quieres.

— ¡Oye yo lo vi primero!—Sonrojándose de inmediato al escuchar sus propias palabras.

— ¡Shun se enamoró!—Se burló  el mayor, picando el estómago del más pequeño.

— ¿De quién se enamoró Shun?—Ambos adolecentes se tensaron, al escuchar la fuerte voz de su padre.

 

Kagami se sentía ansioso, sabía que algo estaba por suceder, vio a su hijo descender de las escaleras, se veía preocupado. — ¿Todo bien Sei-chan?

—Lo mismo debería preguntar yo, ¿con quién pasaste la noche?—Pregunto con desconfianza, mirándole de manera estructurada, sabía que su padre tenía algo que ver con Aomine-san.

—Eso no es de tu incumbencia Seijuro. — Le recalco de manera seria y demandante. —Ahora responde mi pregunta.

—No me pasa nada, todo está perfecto. —Respondió de mala manera, con una sonrisa sínica, dejando al mayor en la sala solo, para que se termina de emborrachar, ambos pelirrojos sabían que estaban jugando con fuego.

—Maldito Daiki, —Susurro al revisar por enésima vez su celular y no ver ninguna respuesta e todos los mensajes que le había enviado. —De seguro de estar feliz con su familia, cenando y yo aquí tomando como un idiota, aguantando la fase rebelde de mi hijo.

 

Tetsuya sabía que algo andaba mal en su caso una vez que entro a ella, su papi tenía sus ojos hinchados y su padres tenía una cara de terror, miedo nunca lo vio así antes. El siempre se mostraba fuerte.

Dejo su bolso en la entrada del salón y camino en silencio sentándose junto a su rubio padre. — ¿Está todo bien?—Se sintió estúpido al preguntar aquello, ambos padres se miraron.

—tenemos que hablar Tetsu. —Aomine dijo, tomando asiento en el sillón frente a él. —Con tu padre decidimos, divorciarnos. —Kise suspiro Aomine era un bruto, hasta con su hijo.

Esas palabras retumbaron en la cabeza del menor.


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