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Mi Respuesta Eres Tú por Sunflower9095

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Notas del fanfic:

Espero que les guste esta pequeña historia de mi couple favorita de NCT,, el primer experimento con estos chicos que hago y ojalá no sea el último. Los chicos no tienen sus mismas edades, es un AU, recuerden jajaja.

Notas del capitulo:

PORTADA EN WATTPAD

 

¡Atención a Jaehyun comiendo! xD

Los días tranquilos de Jung Jaehyun definitivamente habían terminado. Era el inicio de un nuevo año escolar para él y sus amigos, los autodenominados con el ridículo apodo de International brothers; estos eran cuatro inseparables chicos de distintas nacionalidades que desde el primer momento, en primer año hicieron click, y ahora, al inicio del segundo año, Jaehyun, Johnny, Yuta y Ten eran grandes amigos que se divertían de forma ruidosa y constante. Debido a sus personalidades extrovertidas y amigables, junto a sus apariencias atractivas eran bastante populares y queridos por el resto de los estudiantes que disfrutaban de las bromas y ruido que el cuarteto ocasionaba.

 

Al ser el primer día clases, era necesario –según ellos- acercarse un poco a los chicos de primer año, aquellos que, en su mayoría, están asustados o tímidos como ellos estuvieron hace un año en ese entorno nuevo. Bajo la lógica de estos alborotadores, estaban haciéndoles un favor, pero a los ojos de alguien normal, esto podría resultar incomodo en lugar de rompe hielo.

 

¿Por qué? Pues el juego consistía en proponer pequeños retos entre ellos para socializar un poco con los chicos de primer año y que estos vieran lo amigables y accesibles que eran, los retos tenían que ver con cosas como: “Johnny, pídele el número de teléfono a esa chica”, “Ten, dile en tailandés a ese muchacho que lo amas”, “Yuta, abraza a esos dos por la espalda”. Para los introvertidos resultaba una situación de pánico y ganas de huir de ese instituto tan extraño, y para los extrovertidos, un momento de risas y de sentirse aceptado por los mayores.

 

- ¡Jaehyun, Jaehyun! – Johnny, el más alto de todos llamó al castaño – mira, aquel chico, el flacucho cabello negro de ese lado – señaló sutilmente a la próxima víctima.

- Ehh… ok, ok, ya lo vi – dirigió la mirada hacia la mesa que le señalaba su amigo norteamericano – ohh es muy lindo.

- Bien, como es lindo vas a ir a decirle “hola lindo, gracias por el pan”  jajaja – sugirió el japonés – y le robas el pan.

- Sí, eso te queda perfecto, siempre estás robando comida – apoyó la idea Ten con una mirada de odio recordando cada vez que Jaehyun le robó comida.

- ¡Observen y aprendan! – sonrió como si fuese a hacer un acto heroico y se acercó a la mesa donde estaba el chico señalado.

 

(…)

Mark Lee, un estudiante de primer año, hijo de coreanos nacido y criado en Canadá; desde hace unos meses estaba viviendo en Corea en casa de unos tíos mientras sus padres concretaban algunos viajes de trabajo y se estabilizaban en su país natal nuevamente. Era un chico educado con un coreano un poco torpe y extremadamente amable, delgado y con cabellos negros, tal cual como lo había descrito Johnny.

 

Jaehyun se acercó al lugar y Mark lo miró confundido pues este desconocido se acercó demasiado con una sonrisa brillante y enorme que dejaba ver unos lindos hoyuelos en sus mejillas.

 

- Hola lindo, gracias por el pan – recitó con la misma preciosa sonrisa, se inclinó mientras rozaba la delgada mano del pelinegro, acto seguido, tomó el pan, lo mordió y se fue.

-  ¿Qué fue eso hyung? – preguntó Mark a su primo que tenía la mayor cara de confusión del mundo mientras veía como Jung Jaehyun regresaba con sus amigos.

- No tengo ni idea… es la primera vez que ese dongsaeng me habla en la vida.

 

(…)

- ¿Qué tal? Gracias a ustedes tengo un pan – reía tontamente mientras comía con cara de alegría.

- ¿ESTÁS LOCO JUNG JAEHYUN? – le gritó fuertemente Johnny mientras lo examinaba y miraba hacia la mesa en la que estaba sentado Mark justo al lado de su primo.

- ¿Qué pasa? – lo miraba extrañado mientras notaba los rostros con muecas desfiguradas de sus dos amigos atrás - ¿qué ocurre? Me asustan…

- Tú… le robaste un pan a… Lee Taeyong – Dijo con un tono de voz sombrío Ten.

- ¿Lee… Taeyong? – Trató de recordar de donde se le hacía familiar ese nombre – mmm… no entiendo, no sé quien es Lee Taeyong.

- Hyunnie… ¿en serio no tienes idea? – interrogó asombrado el americano.

- Pues… nop – respondió temeroso por las expresiones de pánico de sus amigos – ¡me dijeron que fuera a quitarle un pan! Es un flacucho de cabello negro sentado en esa mesa – estaba justificando su error pero no entendía porque debía hacerlo – ay simplemente me equivoqué… ciertamente no parece de primer año pero ya… no pasa nada, dejen la cara de velorio. – tranquilizó a todos, pensando que seguramente estaban jugándole una broma.

- Jaehyun – suspiró pesadamente Yuta – estás jodido amigo – palmeó la espalda de Jung con gesto de lástima – fue un placer ser tú oppa – bromeó un poco para tratar de aliviar el ambiente.

- ¿Qué ocurre? ¿Quién es Lee Taeyong? ¿Por qué es tan grave haberme confundido? – preguntaba rápidamente creyendo que tal vez no era una broma de sus amigos hacia él.

- Lee Taeyong es un sunbae de último año conocido por todo el instituto, excepto por ti, por tener problemas de ira y atacar a los demás... dicen que atormentó tanto a tanta gente que nadie es capaz de siquiera comer con él por miedo. – relataba con tono de película de terror el tailandés.

- También dicen que Lee Taeyong tenía una novia que lo engañó y, no saben que le hizo, pero terminó volviéndose loca y casi se suicida por su culpa – secundaba Yuta la historia de terror que borraba la linda sonrisa nerviosa de Jaehyun.

- Una vez oí que todos los que se han metido con él terminan abandonado el instituto de formas misteriosas… todos temen acercarse a él por eso, no saben que ha pasado con los chicos que le irritan – culminó el relato Johnny con mirada sombría.

- Esto… ¿es una broma cierto? – dijo el castaño de piel lechosa cuyos hoyuelos estabas perdidos en una expresión de congoja que se acentuó al ver las tres cabezas extranjeras moverse de lado a lado expresando una respuesta negativa.

 

(…)

Los días tranquilos para Lee Taeyong, definitivamente también habían terminado. Era el inicio de un nuevo año escolar, el tercer y último para él y sus compañeros de curso… sí, compañeros, Lee Taeyong a sus 19 años de edad, no tenía ni un solo amigo en aquel enorme lugar y siempre estaba solo. Era atractivo, muy atractivo, parecía un personaje de comic, de hecho, su apodo por ello era manjitnam. Cuando inició su primer año era muy popular por su físico que atraía las miradas de chicas y chicos que siempre halagaban su rostro que lucía frío y arrogante a primera vista, les encantaba hablar de sus ojos grandes de mirada intensa que podían resultar intimidante para algunas personas pero definitivamente atrayentes.

 

Sin embargo, su personalidad distaba de eso, pues era cálido y se preocupaba mucho por los demás, le gustaba cuidar de las amistades que hizo, tanto lo hacía que llegó al punto de involucrarse en una gran pelea con un chico de segundo año; la situación causó una enorme conmoción en el instituto, todos hablaban de cómo ese manjitnam delgado pudo vencer a alguien mayor y más alto que terminó dejando el instituto repentinamente luego de ese evento.

 

Este hecho fue determinante para Taeyong, poco a poco notaba como las personas lo miraban con miedo, constantemente llegaban a sus oídos historias absurdas de eventos que nunca habían sucedido; en un principio a él no le importó demasiado y a sus dos amigos cercanos tampoco, pero su imagen de chico atractivo fue convirtiéndose poco a poco en chico violento, en rumores de él lastimando a otros, en relatos inexistentes de Taeyong en años anteriores retratado como un bully y otras tantas historias fantásticas.

 

Para el segundo año, uno de sus dos amigos se mudó y cambió de instituto, y a mitad de ese mismo segundo año… su otro amigo tuvo que ser internado en el hospital pues estaba muy enfermo. Ese amigo había sido la razón de la pelea que cambió su vida escolar; Taeil, su amigo, quería mantener su enfermedad en secreto, no quería que le tuviesen lástima, aquel chico de segundo año se enteró y burló de Taeil… hasta ese día…

 

Ya en tercer año, era un solitario con una reputación falsa, nadie le hablaba pero todos lo conocían, lo sabía, podía sentir sus miradas, podía oír sus murmullos y los rumores de alguna u otra forma llegaban a sus oídos.

 

- Mark, en serio, no deberías comer conmigo, ve con los chicos de primer año, pronto van a enterarse de todos esos rumores extraños y te van a evitar por mi culpa – aconsejaba de forma tranquila y discreta a su primo en la mesa del almuerzo, no quería que notaran que se conocen.

- ¡Estás loco hyung! No voy a dejarte solo, además es injusto todo esto… debiste hacer algo – el menor, con su acostumbrada personalidad solidaria se rehusaba a dejar a su primo que tanto admiraba y quería.

- Este es mi último año aquí, ya no importa demasiado todo esto, en cambio tú estás iniciando, no quiero que tengas tres años insufribles como yo – zanjó la conversación metiendo rápidamente una cucharada de comida en la boca replicante de Mark.

 

Luego de unos segundos pudo notar a alguien posicionarse frente a él y su primo menor, esa persona los miró a ambos pero luego apartó la mirada de Mark para lanzarle una hermosa y enorme sonrisa a él… Taeyong confundido miró hacia atrás creyendo que buscaba a alguien más pero… no, sus ojos curvados en media luna por su sonrisa estaban fijos en él y se acercó mucho, demasiado… ¿qué mierda hacía ese chico? ¿Cuál era su nombre? ¿Jung… Yeonhyun? Como sea, ese chico de segundo año era ridículamente popular entre las chicas y estaba… ¿estaba tocando su mano en una caricia suave?

- Hola lindo, gracias por el pan – recitó con la misma preciosa sonrisa, se inclinó mientras rozaba la delgada mano del pelinegro, acto seguido, tomó el pan, lo mordió y se fue.

-  ¿Qué fue eso hyung? – preguntó Mark a su primo que tenía la mayor cara de confusión del mundo mientras veía como Jung Jaehyun regresaba con sus amigos.

- No tengo ni idea… es la primera vez que ese dongsaeng me habla en la vida.

- Eso fue… raro – dijo conteniendo las ganas de reír estruendosamente.

- Demasiado, nadie me habla nunca y menos de esa forma tan…

- ¿Seductora? – no aguantó y soltó una risa un poco estridente el menor.

- Es perturbarte pero… sí, se siente como si Jung me hubiese coqueteado – Con expresión extrañada trató de reír con Mark, pero solo salió de los labios de Taeyong una risa nerviosa.

 

(…)

Ese día, Taeyong lo pasó pensativo, era una suerte no tener amigos en esos momentos porque podía estar a solas con sus inquietudes sin ser interrumpido, recordaba el episodio en la cafetería, ese chico bonito caminando hacia su mesa y llevándose un pan como si fuesen cercanos y ese pan hubiese sido guardado para él… pero no, no eran cercanos, nunca habían hablado y el pelinegro solo sabía que se apellidaba Jung y que iba a segundo año porque muchas chicas estaban locas por él, incluso las que estudiaban con Taeyong lo consideraban un dongsaeng atractivo pero no sabía nada más, nada, absolutamente nada.

 

¿Acaso Jung era gay? Tantas chicas caerían en depresión…

 

¿Tal vez quería reclamar un lugar como el “rudo” del instituto? No lo parece, se ve amable y cálido.

 

¿Perdió una apuesta? No cree que alguien, aunque pierda una apuesta le hable…

 

¿Simplemente quiso ser amistoso con alguien con mala reputación como acto de caridad? Esto sonaba lógico, sí, debía ser eso.

 

Con ese pensamiento Taeyong continuó el día, preguntándose mil cosas sobre ese chico y tratando de llegar a conclusiones no humillantes para él… hasta se sintió feliz, feliz de que alguien le hubiese hablado en mucho tiempo; sí, fue extraño, pero no había miedo, no había odio, lo miró a los ojos con una enorme sonrisa sin siquiera demostrar ni un poco de temor, caminó ida y vuelta sin titubear, lo tocó sin pedirle permiso o disculpas por ello… ¡ni siquiera usó discurso formal! Un momento… que maleducado, era un año menor y no lo trató como tal.

 

El pelinegro se debatía sobre hablarle o no, sobre pasar “accidentalmente” por su salón de clases o no, aunque ni siquiera sabía cual era su salón de clases. Tendría que preguntarle a alguien, tal vez a una de las chicas, ellas solían tenerle menos miedo que los chicos… no, era ridículo preguntar algo como eso, ni siquiera fue tan importante, no es como si de la noche a la mañana por un pan robado por un chico bonito y descarado, se iban a hacer amigos inseparables e iba a tener el mejor último año de su vida. Definitivamente no preguntaría eso.

 

- Ehmm… h… hola – con poca confianza se acercó a la presidenta de la clase, la única con la que solía intercambiar palabras por cosas académicas.

- Hola Taeyong – seca, seria pero educadamente contestó.

- Sabes… tengo una duda sobre algo… ¿me podrías ayudar? – con tono bajo y titubeante hablaba el pelinegro sintiendo todas las miradas acusadoras sobre ellos.

- Para eso está la presidenta de la clase Taeyong.

- Ok… ¿conoces a Jung… Jung Yeonhyun? ¿Jehyeon? Aggg no recuerdo su nombre – de no haber tenido esa sonrisa tan bonita estampada en la cara pudo haber leído la placa con su nombre.

- ¿Es de nuestro curso? No hay nadie con ese nombre ni uno similar – se veía pensativa.

- No, no, él… - se sentía tan ridículamente avergonzado, no quería lucir desesperado por amistad – él es de segundo año…

- Oh… ¡no puede ser! – La presidenta cambió su semblante serio y puso las manos en su boca en gesto de asombro - ¿Jung Jaehyun? – dijo con un tinte de emoción en su voz.

- Sí, él ¿lo conoces?

- Todo el instituto lo conoce, es casi tan famoso como tú solo que él no… - se detuvo en seco dándose cuenta que estaba hablando demasiado – lo siento Taeyong… eh… yo…

- No, tranquila… no importa. – trató se sonreír pero solo tuvo una mueca y la chica se sintió terriblemente mal. Ella había estudiado los tres años con Taeyong y realmente no le tenía miedo, no parecía tan malo como esos rumores… pero de todos modos no quería estar con él demasiado ¿qué pensarían los demás?

- Lo siento… ¿qué quieres saber de Jung Jaehyun? Es un buen chico, muy querido por todos… - indirectamente estaba dando una advertencia de que no le hiciera nada malo.

- Solo… quiero saber dónde está su salón – dijo notando la desconfianza en la chica frente a él y sintiéndose otra vez un marginado.

- ¿Por qué quieres saber eso?

- No… hablamos un poco en la cafetería y olvidé decirle algo, es todo... ¿sabes qué? No importa – no pudo soportar la cara de incredulidad de la presidenta de la clase y simplemente se fue, seguro creería que iba a golpearlo, a amenazarlo o cualquier cantidad de cosas extrañas que se inventan. Estaba harto.

 

(…)

Paseando un poco por el segundo piso, donde ven clases los de segundo año pudo verlo, pudo ver a que salón iba. Estaba con sus amigos riendo, tenía en verdad una linda sonrisa, esta llegaba hasta sus ojos y en sus mejillas se marcaban bonitos hoyuelos, su piel era muy blanca, cosa que a Taeyong le pareció bonito y agradable. Era alto, más que él aunque era menor… observándolo por unos segundos pudo entender porque tantas chicas estaban locas por Jung Jaehyun, era simplemente encantador y lucía demasiado amigable.

 

Jaehyun lo miró, congeló su sonrisa y esta se fue desvaneciendo poco a poco, no sabía si asustarse o hacer como si nada pasara, como si no lo hubiese visto… Taeyong por su parte, se sorprendió a si mismo cuando estaba levantando tímidamente su mano en un gesto de saludo hacia el castaño el cual no fue correspondido, simplemente fingió rascar su cabeza y se fue de allí. Jaehyun estaba asustado de él, claro, era igual que todos los demás, pensaba que el episodio de la cafetería le había molestado y fue a buscarlo, es lo que cualquiera pensaría. Taeyong abandonó el segundo piso con un solo pensamiento: Jaehyun es igual a los demás.

 

(…)

- Yuta… ¿qué pensarías de un dongsaeng que no te devuelve el saludo? – preguntó al cabo de unos segundos de silencio.

- Que es un maleducado, me enojaría eso – respondió tranquilamente el japonés.

- Lee Taeyong acaba de saludarme desde lo lejos, no supe que hacer y se fue. – Comentó el coreano – Estoy definitivamente jodido - sentenció el más alto a su amigo japonés con un rostro de sufrimiento.

 

(…)

Jaehyun había pasado el resto de la semana acosado de rumores que tenían que ver con un Taeyong furioso con Jaehyun que buscaba venganza y no descansaría hasta que el castaño dejara el instituto ¿Jaehyun tenía miedo? Pff… por supuesto que sí. Le dijeron que preguntó por su nombre y salón, que había estado persiguiéndolo para darle oportunidad de retractarse de su “error” pero el error era algo ambiguo.

 

Algunos decían que Jaehyun le había robado algo a Taeyong, unos decían que era la novia, otros aseguraban que le había coqueteado a la hermana mayor del pelinegro, habían personas que incluso sospechaban que Taeyong era gay y tenía sentimientos hacia Jaehyun y este lo rechazó… había una gran cantidad de historias sin sentido rondando por todo el instituto.

 

Nadie hablaba de panes.

 

Ni una sola persona creía el verdadero hecho.

 

(…)

- Hola lindo ¿hoy vuelves a guardarme el pan? – dijo un bromista Jaehyun cargado de valentía.

- ¿Qué? – el pelinegro vio como el menor se sentaba frente a él y ponía su bandeja de comida allí.

- Hoy la mesa de mis amigos está muy ruidosa… así que, como parece que aman hablar de que tú y yo tenemos algún tipo de mmm ¿relación? Podríamos decir que ya hasta somos cercanos – sonrió como si nada viendo la expresión estupefacta de Lee – sunbae… - agregó demostrando un poco de temor en su accionar por primera vez.

- Pero… ¿por qué?

- Me gusta el pan – tomó el pan de Taeyong y simplemente lo mordió.

- Mucho gusto sunbae, soy Mark Lee – se presentó la compañía de Taeyong.

- Oh… Mark Lee… por tú culpa estoy teniendo muchos problemas ahora – lo señaló con el pan recién robado y recuperando toda la confianza previa.

- Esto… Jung Jaehyun, yo… he oído algunas de las cosas que dicen y no debes pedirme perdón ni nada de eso – al cabo de un rato el pelinegro sintiendo que pronto vendrían las disculpas y peticiones de que por favor no le haga daño, prefirió aclarar todo – puedes ir a comer con tus amigos, en verdad no haré nada.

- Lo sé, estoy seguro que no harás nada – sonrió y siguió comiendo – solo me darás un poco de pan cada día ¿cierto hyung? – cambió el sunbae por hyung como si ya fueran cercanos.

- ¿Qué? ¿No estás asustado? – abrió sus ojos como platos mostrándole a Jaehyun una mirada diferente, no se veía intensa, amenazante ni fría, se veía… sorprendida, ilusionada…

- ¿Por qué estaría asustado? Son un montón de rumores locos, no te he robado ninguna novia, no conozco a tú noona y… nunca… nunca te he rechazado – luego de una risa incomoda Jaehyun sostuvo su bandeja y se fue del lugar tan rápido como vino.

 

¿Estaba nervioso? ¡Claro que sí! Moría de miedo, sintió que Taeyong lo iba a matar pero tenía que comprobar quien era realmente Lee Taeyong. Todos los rumores que los involucraban a ambos tenían que ver con un montón de cosas que nunca pasaron pero que de todos modos lo asustaron al punto de pasar una semana huyendo de cualquier posible lugar de encuentro con el mayor; sin embargo, luego pensó que nada de eso era cierto y entonces…

 

Tal vez nada de lo que decían de Lee Taeyong era cierto…

 

(…)

Los días que le siguieron al lunes fueron de conmoción en el instituto, lleno de rumores, susurros, historias fantásticas y advertencias de un grupo de “international brothers” preocupados por un Jung Jaehyun perdiendo la cabeza. A veces solo iba y robaba el pan luego de comer, a veces comía con Taeyong, a veces Mark comía con sus amigos de primer año a una distancia prudencial de su primo que ya no estaba solo.

 

Jaehyun siempre reía y parecía iluminar un poco el recóndito rincón de oscuridad y soledad en el que solía encontrarse el pelinegro.

 

Taeyong a veces sonreía con miedo de acostumbrarse a esa cálida compañía y que luego se desvaneciera y nuevamente le mostrara el rostro de miedo aquel día que no correspondió su saludo.

 

(…)

- ¿En verdad te gusta cocinar? ¡A mí también! – decía alegremente Jaehyun que de a poco había podido sacarle con el tiempo más conversación e información a ese callado chico con mirada profunda que cada vez se hacía más conversador.

- Taeyong hyung es el mejor cocinando – aseguraba Mark – siempre hace comida para mí y es deliciosa.

- ¡Ohh quiero conocer esa parte de ti! –se emocionaba por alguna razón de imaginar a Taeyong cocinando y cuidando de Mark – ya es hora que mis regalos no sean solo panes.

- Que malagradecido, llevo días sin comer mi porción de pan por tú culpa – reía un poco con el castaño y se sorprendía de jugar con alguien de ese modo sin que se asustara. – De acuerdo, mereces una caja de almuerzo.

 

(…)

El lunes de la siguiente semana, un Taeyong se despertó muy temprano para hacer dos cajas de almuerzo, una para Mark y otra para Jaehyun. Sí, sacrificó su sueño mañanero solo para cumplir su promesa con ese agradable dongsaeng que había alegrado un poco su vida estos días; estaba tan alegre que se sentía irreal, no sabía si era el tiempo solo, pero nunca se había sentido tan feliz con un amigo, ni siquiera cuando veía que Taeil daba grandes pasos para recuperarse… sí, eso lo llenaba de emoción pero no era el mismo tipo de sentimientos, todo era diferente con Jaehyun.

 

Cuando Taeil sonreía y no parecía adolorido se alegraba, se sentía afortunado y con ganas de bailar de felicidad por su amigo pero con Jaehyun… cuando Jaehyun estaba simplemente en silencio con un pequeño mohín en sus labios era suficiente para mantener al pelinegro con una sonrisa por todo el día, era tan cálida la sensación, que daba un maldito miedo increíble… era extraño, todo con Jaehyun era extraño.

 

(…)

De: Ttiyoungie Hyung 7:33am

Jaehyunnie, cumplí mi promesa, no pidas almuerzo hoy. Hyung lo hizo para ti.

 

(…)

De: Honey Pig 7:35am

¡Gracias hyung! Hoy ven conmigo a comer en otro lugar ¿sí? Pasa a buscarme cuando termines tus clases.

 

(…)

- ¿Trajiste comida para que crezca mucho? – Johnny inspeccionaba la cajita de almuerzo que tenía su amigo en la mesa.

- Calla, eres alto como un poste, no necesitas crecer más – le golpeó la mano para que no tocara nada.

- ¿Entonces para mi Jaehyunnie? Me gusta tú comida y necesito crecer – intervino Ten ganándose otra negativa.

- Es para su oppa – ingresó Yuta a la conversación bromeando nuevamente con el juego de oppa – dongsaeng que tenía con Jaehyun.

- No oppa, no es para ti – le siguió el juego – lárguense todos de mi comida.

- Ahhh ya veo, es para el nuevo oppa ehhh – le fastidió el japonés – me siento traicionado.

- Yo igual, ahora todo es Taeyon hyung, Taeyong hyung, Taeyong hyung – trató de imitarlo de forma exagerada el más alto de todos.

- Ten cuidado con él… a penas lo conoces y ya sabes todo lo que dicen…

- Es mejor comprobar como es una persona estando con ella ¿no? – se expresó tranquilo y confiado de lo que había podido conocer de Taeyong, no era un mal chico.

-Ehh… hola – ingresó Taeyong que escuchó parte de la conversación sintiéndose satisfecho por la respuesta de Jaehyun que hizo que incluso restara importancia a los susurros a su alrededor.

- ¡Hyung! – saludó efusivamente el castaño con un abrazo más amistoso de lo normal solo para que la gente hablara mucho. – mira, siempre te quise presentar a mis amigos, Yuta de Japón, Johnny de USA y Ten de Tailandia.

- Ah… era en serio lo de international brothers – sonrió ligeramente el mayor – m—mucho gusto – se inclinó solo un poco y estos respondieron el saludo silenciosamente.

 

(…)

- Deben estar comiéndonos vivos – estalló en carcajadas el castaño mientras caminaba junto a Taeyong.

- ¿No crees que eso afecta tú reputación de chico amable? – un tono verdaderamente preocupado salió de los labios del mayor.

- ¿Y qué? Es más divertido estar contigo que ser parte de esa gente sin nada mejor que hacer con su vida que inventar, difundir y creer rumores de otras personas – concluyó felizmente haciendo que el ritmo cardiaco de Lee aumentara de forma vertiginosa. – Oh, mira, aquí está – señaló un lugar del instituto poco transitado, la nueva cancha de fútbol en construcción, esta tenía algo de césped para sentarse y disfrutar de un lugar agradable para comer.

- Jaehyun… - habló el más bajo cuando este sacaba una manta para hacer una especie de picnic improvisado – de verdad… gracias.

- ¿Por qué me das las gracias? – preguntó extrañado y repentinamente nervioso.

- Por todo esto… nunca, nunca nadie en el instituto había querido hablarme ¿sabes? Y estar solo es un poco triste a veces – sonrió amargamente el mayor.

- No debes darme las gracias hyung, suena como si estuviese haciendo algún tipo de caridad y no es así – terminó de arreglar la manta – ven, siéntate.

- Mira, aquí está el almuerzo que prometí – sacó una cajita de almuerzo que iluminó los ojos del ladrón de comida.

- GRACIAAAAS – propinó un nuevo abrazo al mayor – yo también te traje uno ¿recuerdas que dije que me gusta cocinar? Espero que te guste – de igual forma tendió su caja de almuerzos.

 

Ambos degustaron los almuerzos deliciosamente llenándose de elogios el uno al otro por sus respectivas habilidades culinarias y luego charlando de cualquier cosa de las clases, de la cancha de futbol sin terminar, de la música, de preferencias al cocinar… en fin, el tiempo pasó volando y pronto debieron separarse e ir a sus respectivos salones con la promesa de repetirlo.

 

Y casi sin darse cuenta, eso se volvió una rutina, el primer y el último día de la semana eran de comida casera y los demás eran de comida de cafetería que consumían en ese mismo lugar, aquella cancha de futbol sin terminar se convirtió en el espacio de escape para esos chicos llenos de miradas constantes, miradas y rumores que cada vez importaban menos. Cada vez le dolían menos las miradas de miedo a Taeyong, cada vez le dolía menos a Jaehyun oír que Taeyong le haría algo malo porque él confiaba en el pelinegro, sentía que lo conocía, sentía que en esas semanas juntos habían creado un vínculo especial, un vínculo que no compartía con ninguno de sus amigos.

 

(...)

- Jaehyunnie – un día luego de varios en los que ya la confianza era suficiente como para tener al menor recostado en el regazo de Taeyong buscando formas en las nubes - ¿por qué nunca preguntaste sobre mi mala reputación? ¿No sientes curiosidad?

- Ugg hyung, estaba quedándome dormido – se quejó con ojos cerrados – la verdad… creo que tuviste que hacer algo malo para ganarte ese estigma pero sé que todo lo que dicen es falso, el verdadero Taeyong hyung es este que está aquí conmigo – sonrió lindamente manteniendo sus ojos cerrados esta vez por vergüenza.

- Eres tan… no sé si amo u odio eso de ti – soltó al viento el mayor.

- ¿Soy tan qué? Debes amar todo hyung.

- Tan… lindo – tras decir esto el pelinegro se aclaró la garganta por decirlo tan fácilmente – digo… que dices cosas lindas, no me malinterpretes ¿sonó raro? Lo siento.

- Sonó perfecto – siguió conservando los ojos cerrados y ampliando la sonrisa mientras sentía que los colores le llegaban a su cara tiñendo su acostumbrada piel blanca de un tono rosa.

- Lo siento, en verdad, lo siento.

 

Fue lo último que dijo Taeyong antes de acercarse suavemente al rostro del menor y darle un pequeño beso en esos labios rosa tan apetecibles a la vista del mayor. Jaehyun no esperaba eso para nada y abrió los ojos de golpe sin comprender muy bien que estaba pasando, vio a Taeyong con ojos cerrados sobre él y sintió su cabello negro haciéndole cosquillas en la cara y… sus labios, sus labios ¡Lee Taeyong estaba besándolo y Jaehyun estaba ahí como si nada! ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Un segundo? ¿Un año? De pronto todo se revolvió en la cabeza del menor y sintió como Taeyong se levantaba para separar el contacto, ahora sentía frío, estaba mareado, algo le faltaba…

 

Impulsivamente Jaehyun no dejó que el mayor terminara de levantarse y enredó sus brazos en el cuello de Taeyong atrayéndolo hacia abajo nuevamente, esta vez sí cerró los ojos, se sentía torpe, vulnerable, inexperto y con miedo a dar un mal beso, con miedo a que el pelinegro se alejara de él decepcionado de sus habilidades… pero no pasó.

 

Ninguno de los dos se alejó y ambos profundizaron aquel beso, beso que estuvo lleno de emociones y miedos, beso que ninguno planeó pero que fue perfecto entre todo lo imperfecto; sus labios se unieron en un vaivén un poco torpe al inicio pero que luego solo anhelaba el conocer cada rincón de la boca contraria; ambos se besaban con pasión y nerviosismo sintiendo por primera vez la razón de esa conexión, la razón detrás de lo diferente que era el tiempo juntos, la razón de lo agradable y felices que se sentían uno al lado del otro… la respuesta estaba en ese beso, la respuesta estaba en esas lenguas enredándose mutuamente, la respuesta estaba en los suspiros que brotaban de sus bocas.

 

La respuesta era Taeyong.

La respuesta era Jaehyun.

 

El beso se vio interrumpido por una pequeña humedad en las mejillas de Jaehyun… estaba llorando, Taeyong estaba llorando.

 

- Hyung… ¿qué pasa? – preguntó asustado el menor, no esperaba algo así.

- Jaehyun-ah… - el pelinegro se levantó limpiando un poco sus lágrimas – lo siento yo… no debí arrastrarte a esto.

- ¿Arrastrarme a qué? – se sentó y abrazó al mayor, parecía tan lleno de soledad que Jaehyun solo quería llenar todos esos días solitarios con su presencia.

- A esto, conmigo – suspiró mientras correspondía el abrazo que le daba el menor, parecía tan lleno de luz que solo quería robarse toda esa luminosidad pero no sentía que la merecía.

- No me arrastras a nada, yo lo quise hyung. Deja de lamentarte por todo, deja de agobiarte por nada.

- Yo… yo debo estar confundido, nunca, nunca me había sentido así, nunca había besado a un chico. Esto está mal ¿cierto? ¿Estoy mal? – se preocupaba, debía preocuparse, no era posible que algo tan maravilloso le estuviese pasando, debía ser un sueño.

- Ay hyung, esto es mi culpa, nadie se resiste a mis encantos – bromeó para suavizar el ambiente, no quería que Taeyong llorara, quería que riera, que siempre riera.

- Jajaja ¿ves? No merezco esto – se separó un poco del abrazo del menor – te odio Jaehyun… yo se supone que debo estar con una chica ¿sabes?

- ¿Y tú crees que yo no? Me estás arruinando la oportunidad con muchas chicas lindas del instituto – puso ese bonito mohín en sus labios – pero como dices que fue una confusión y que estás mal… bueno, acepto, voy a ir a buscar alguna noona de tercer año ¿es verdad que soy popular entre---- - fue callado con un pequeño besito y luego unos dos, cuatro, ocho… ¿quién cuenta?

- No necesitas una noona de tercer año, tienes un hyung de tercer año – sonrió cálidamente y por primera vez, Jaehyun sintió que Taeyong era feliz.

 

Y eso automáticamente le daba una buena dosis de felicidad a él.

Ese día Taeyong no entró a las clases de la tarde

Y Jaehyun tampoco…

 

El mayor decidió contarle toda la verdad, como era su vida al ingresar al instituto, y como todo cambió pasando de ser querido a ser excluido en un parpadeo, le dijo que temía que le pasara lo mismo a él, Jaehyun lo consoló diciendo que su sus amigos podrían ser idiotas, ruidosos y molestos, pero que son las personas más leales, que jamás estaría solo y por ende, no permitiría que Taeyong estuviese solo, el castaño prometió darle el último año de instituto más acompañado posible y que sería su sombra; estaría tan acompañado de Jaehyun que terminaría odiándolo.

Taeyong cree que es imposible odiar a Jaehyun.

 

Jaehyun contó la verdad tras ese primer encuentro en la cafetería y bromeó diciendo que si no se hubiese equivocado, tal vez estaría teniendo unos besos apasionados con su primo, la expresión del mayor le sacó muchas carcajadas.

A Taeyong no le parecía tan divertido.

 

Cuando inició el año, Taeyong solo quería que se acabara rápido, quería salir de ese infierno e iniciar con nuevas personas en la universidad, solo quería alejarse de ese entorno, olvidar esos pasillos, vaciar su memoria de toda la gente de ese lugar y fingir que su autoestima no se vio reducida a nada durando ese tiempo.

 

Ahora, luego de un tiempo, Taeyong solo quiere que ese año sea el doble de lo lento que son los años, que nunca acabe. Ese infierno repentinamente se convirtió en un paraíso, esos pasillos se convirtieron en lugares en los que ha estado con Jaehyun, esas personas le recordaban que había otro chico en uniforme que quería ver, su autoestima se estaba fortaleciendo cada día que pasaba con Jaehyun y su habilidad de iluminar el mundo, de iluminar su mundo.

 

Taeil conoció a Jaehyun y se sintió feliz por su amigo; todo ese tiempo se lamentaba y culpaba de la tristeza que Taeyong trataba de ocultar frente a él.

 

Ten, Yuta y Johnny se acercaron con ciertos recelos a Taeyong y descubrieron con el tiempo la agradable persona que era y entendieron porque Jaehyun le quería tanto.

 

Mark, por su parte, quería tanto a Jaehyun como un hermano mayor, se sentía a gusto con él, era como un hermano perdido con quien compartía gustos y se alegraba de ver a su querido primo tan feliz.

 

(…)

Felicidad… ¿qué era la felicidad? Taeyong no lo sabía, pero si sabía que junto a Jaehyun todo era un poco más agradable, que ese último año no fue detestable para nada, sino todo lo contrario, consiguió un chico que robó su pan equivocadamente y que le trajo un montón de alegría y llenó todos los vacíos de su vida, obtuvo amistades, las personas ya no lo miraban con miedo luego que vieron que sonreía y que otros lo hacían a su lado. Ya no estaba solo.

 

(…)

- ¡Feliz regalo de graduación hyung! – luego de la ceremonia de graduación, Jaehyun invitó a su novio a quedarse en casa.

- ¿Qué es esto? – se reía de lo que llevaba el más alto en sus manos.

- Un pastel en forma de pan ¿eres ciego? Representa el pago de todos los panes que te robé en tú último año como estudiante – acercó el obsequio y lo hizo soplar unas velitas sin ningún sentido porque nadie cumplía años.

- Gracias Jaehyunnie… pero esto no compensa todo lo que me robaste, no solo fueron panes… no te quejes cuando te diga Honey Pig – ante la mirada de odio de Jaehyun, se volvió a carcajear – eres un cerdito.

- Ya, dejemos de hablar de mí, tú eres el que se ha graduado… ¿te gusta el sabor? – desvió el tema.

- Todo lo haces rico, está delicioso – probaba un pedazo del dulce sabor, para Taeyong todo era más dulce si lo tocaba Jaehyun.

- Claro hyung, todo lo hago rico – repentinamente puso su tono bromista sensual.

- Sabes, ahora que ya no soy más un estudiante, creo que he desarrollado un fetiche por los chicos con uniforme…- lanzó secundando la broma de su novio.

- ¿LOS CHICOS con uniforme? Eso suena muy amplio hyung – no quiso sonar molesto, pero sí, le molestó.

- Ok, ok, un chico con uniforme – sentenció acercándose un poco al menor – un chico de cuerpo sexy con uniforme.

 

Se besaron en la cama del menor y aprovecharon que los padres de este trabajaban hasta muy tarde para poder tener el regalo más esperado por Taeyong, unos cuantos besos aquí y allá y pronto los uniformes habían desaparecido y solo quedaban ellos dos llenando todo el espacio, ellos dos sonriéndose entre besos y caricias, ellos dos olvidando por un momento las tristezas, las soledades, las ausencias, las enfermedades, todo lo malo podía ser olvidado mientras estuviesen juntos.

 

Jaehyun se lamentaba no estar todos los días con Taeyong, sentía que el instituto iba a estar muy vacío sin él, que los almuerzos serían solitarios sin él, que ese año sería malditamente frío sin tener cerca al pelinegro que se veía arrogante y rudo pero que era un llorón… cerca como en ese momento, cerca como en ese instante en el que recorría su cuerpo con caricias y le hacía querer mantener ese momento de por vida, poder tatuar las manos de Taeyong en su piel, sus labios en su boca, y que los recuerdos de placer fuesen eternos.

 

Por suerte, seguirían viéndose, seguirían estando juntos, seguirían sacando tiempo para tener almuerzos en otros lugares, besos en otros lugares, caricias en otros lugares… llenarían Seúl de recuerdos y momentos especiales de ellos, solo ellos.

 

- ¿Quién es ese chico sexy en uniforme? – si bien siempre era todo lindura y sonrisas, Jaehyun amaba que Taeyong dijera que su cuerpo era sexy.

 

Aunque en ese momento estén envueltos en sábanas desastrosas, con respiraciones agitadas, cabellos desordenados, pieles rojizas y sudadas… todo era perfecto y ambos tenían la respuesta a todo en esa habitación.

 

- Ya lo sabes… mi respuesta siempre, siempre serás tú, solo tú.

 

 

 

FIN

Notas finales:

¿Les gustó? si la respuesta es si, gracias, si la respuesta es no, lo siento jajaja

He estado leyendo algunos fics de NCT y suelen tener a un Taeyong malo :( con el afán de ver a un TY bueno se me ocurrió esta pequeña historia. Espero fuera de su agrado :D

¡Gracias por leer!


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