—Señor Katsuki, ¿cómo se encuentra?
—Mucho mejor que ayer, realmente pensé que moriría.
—Jaja, es comprensible, su parto es mucho más complicado que el de una mujer.
Por cierto, su pareja estuvo aquí hasta hace un momento, se quedó toda la noche.
—Que poco común de él.
—La verdad me sorprendió cuando llego usted, y luego otro patinador tan reconocido y guapo, pero se nota que se preocupa mucho por usted, es tan lindo.
—Si, lo es…
—Y ya decidió ¿qué nombre le pondrá a sus hijos?
—La niña Irina y el niño… Yuri.
—Muy bonitos nombres, aunque pensé que le pondría otro nombre al varon...
—…
—Ahm, disculpe en unos minutos será la salida, avisare a su pareja que ya puede venir a ayudarle con los niños.
—Oi Yuri, ponte el abrigo está haciendo frio, también traje unas mantillas extra para… ¿Cuáles son los nombres?
—Ya lo habíamos hablado Yura, Irina, y Yuri.
No pensé que te hiciera feliz, mira cómo te sonrojas ja ja.
—Cállate cerdo.
Oh, creo que no debería llamarte así frente a ellos.
—Mira como Irina sujeta tu dedo, realmente te quieren desde ya jaja.
—Viktor me llamo…
—…
—Quería saber si participare en la próxima competencia y le dije que me voy a retirar.
—Yura, estas seguro de esto? Quiero decir, no es necesario que dejes el patinaje por nosotros.
—No necesito más del patinaje, antes consideraba que el patinaje era lo único que me mantenía con vida, pero ahora los tengo a ustedes tres.
—Yura, eres tan joven apenas tienes 19 años y ya te haces responsable de una familia tan grande, creo que me hace sentir un poco culpable.
—Ya cállate, esto lo decidí desde que me enteré de tu embarazo.
Ahora ustedes son mi vida.
Irina Plisetsky y Yuri Plisetsky, la verdad son bonitos nombres, igual que ellos…
—Vamos a casa Yura.
—Sí, yo llevare a Irina y Yuri, no quiero que te esfuerces.
—Tan tierno como siempre.
—Ya cállate…
Yuri Plisetsky Padre de dos bebes, una niña y un niño, con 19 años de edad se retiró del patinaje en hielo para dedicarse a su familia.
Yuuri Katsuki, Padre dos bebes, una niña y un niño, 31 años, se retiró del patinaje en hielo tras ganar la medalla de plata en el Grand Prix.
Sentados frente a una chimenea con la pequeña Irina y el pequeño Yuri durmiendo en sus brazos, ambos disfrutando de un sentimiento de calidez y tranquilidad, mientras afuera la nieve mostraba un ambiente casi igual de frio y nostálgico para Yuri, casi igual al clima en su amada Rusia, Han pasado ya 4 meses desde el hermoso momento en que nacieron sus dos amores y esto los ha unido aún más.
—Yuuri, estaba pensando que cuando los niños deban ir a la escuela deberíamos mudarnos a Rusia, Yakov me ofreció un trabajo como entrenador y la paga es muy buena, quiero poder pagarles una buena educación y ofrecerte una mejor calidad de vida a ti.
—A Rusia eh…
—Entiendo que no es fácil para ti, creo que será inevitable que veas a Viktor, o que Viktor vea Irina y Yuri.
Pero Yuuri, en algún momento tendremos que enfrentar la situación. No podemos vivir escondiéndonos toda la vida.
—Ya Irina y Yuri tienen 4 meses, Irina cada vez es más y más parecida a él, incluso sus ojos se han puesto más claros, y sus pestañas más largas, realmente creo que de todas maneras no podre ocultarlo durante mucho tiempo más.
—En cambio Yuri se parece a ti, lo único que tiene parecido a el son sus ojos, que curioso, es como si el destino tratara de hacérselo saber de alguna manera u otra.
Yuuri, sé que cada vez que los miras lo recuerdas a el, pero ahora estoy yo en tu vida, y no pienso dejarte por nada del mundo ni a ellos… Nuestros hijos son nuestros y de nadie más.
—Yura...
No sé qué hubiese hecho sin ti.
Para un omega como yo con dos hijos sería muy difícil salir adelante solo, te debo todo a ti.
—Igual no es ahora, tenemos tiempo para pensarlo aún faltan unos años hasta que los mocosos necesiten ir a la escuela, puedo seguir trabajando en la pista de patinaje de tu amiga.
—Gracias Yura, pondré los niños en su cuna, trae a Irina también.
—Se ven tan lindos cuando duermen, pero en cierto modo me molesta que se parezcan tanto a el.
—Je je no puedo hacer nada al respecto Yura.
—Claro que si, quizás deberíamos tener uno que se parezca a mi Yuuri.
—Sabes que no es tan fácil, eres un beta después de todo.
—Tsk ya sé, pero siempre existe la posibilidad, ¿no? ¿Qué tal si intentamos hoy?
—Está bien.
Yuri tomo los lentes de Yuuri mientras los colocaba en la mesa de noche, y poco a poco empezaba a desvestirlo mientras lo besaba lentamente.
—Yuuri, no pongas esa cara, si no quieres hacerlo está bien…
—Yura, Yura!
Yuuri coloco sus brazos sobre los hombres de Yuri, mientras colocaba una de sus piernas a su cadera, se sumergía en la pasión del momento, y se dejaba consumir por el deseo de Yuri.
Se escuchaban gemidos de placer, aquel cabello largo y rubio atado en una pequeña coleta le daba un aire aún más maduro y excitante, mientras debajo de el Yuuri con una expresión tímida, a pesar de que no era la primera vez que compartían la cama de esa manera.
Al acabar el acto, Yuri acariciaba la mejilla de Yuuri mientras lagrimas caían por sus mejillas.
—Yuuri, cuando dejaras de llorar siempre que lo hacemos…
—Lo siento, no es tu culpa.
—Nunca he querido decir nada, pero… es por el ¿verdad?
—Lo siento mucho Yura.
—Está bien, entiendo que no es fácil. ya que eres un omega…
—Si...
Solo un Omega…