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Completamente normal por Iridiscencia

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Notas del capitulo:

Quiero disculparme con ustedes porque llevo 4 días de retraso. He tenido problemas con la luz en mi casa y, aunque lo escribí con el móvil  (porque el ordenador no tenía batería y no podía cargarlo) y ya lo tenía preparado, quise pasarlo antes por el corrector. Sin embargo, puede que haya faltas ortográficas todavía :D. 

Sin mucho más que decir, espero que disfruten de la lectura :).

 

Próxima actualización: 27 / 02 / 2017

Tokio, Japón
31 de enero de 2018
Casa de Kuroko Tetsuya
2:40 de la tarde

 

Tetsuya y los chicos se habían separado, buscando pistas de cualquier cosa que pudiera explicar de manera cautelosa y lógica qué podría haber ocurrido.

— Tetsu no puede haberse hecho pequeño así de golpe. Eso solo pasa en Detective Conan, ¡no en la vida real! – Se quejó Aomine.

— A de haber un factor químico o físico que explique esta irracionabilidad, nanodayo. – Comentó Midorima.

— Esto es que Kuroko practica magia negra. Yo ya os lo dije. Esa cara fantasmal, esa actitud oscura y su cara tan pálida e inexpresiva... no era normal. – Sentenció Kagami mientras chocaba su puño contra la palma de su mano y a pesar de sus seguridades, su cuerpo temblaba ante que la idea fuera posible.

— Vaya, Taiga. – Habló Akashi con cierto sarcasmo en su voz. – Suponía que eras idiota, pero... no a estos niveles... − Se burló finalmente.

La tensión en el ambiente era respirable. Todos tenían esa sensación que uno siente cuando de un día a otro, una persona cercana muere. Quedas en ese shock emocional en el cual no sientes nada, no lo asimilas, estás aún tragando la dura realidad e intentando asimilar la ausencia de aquella persona.

Momoi dejó salir un suspiro largo.

Tras cierto silencio sepulcral, pensando todos en como un día relativamente animado y feliz, -típico de un chico de 18- acabó siendo un total caos, lleno de cosas raras y eventos sobrenaturales, empezaron a buscar entre las cosas de la habitación de Kuroko y entre todo, Momoi encontró varias cajas, relativamente pequeñas, de CDs. Cada uno con nombres, fechas y números diferentes.

— No sé si esto nos va a servir... Quizás sepamos un poco más sobre la vida de Tetsu y podamos lidiar con Chibi-Tetsu. – Dijo la peli-rosa mientras dejaba algunas cajas sobre la mesa.

— No te empieces a encariñar con el mocoso, por favor. No quiero ver lagrimas cuando me encargue de asesinarlo. – Comentó Akashi con un rostro totalmente serio mientras jugaba peligrosamente con unas tijeras celestes.

— Akashi, ¿puedes abstenerte de decir este tipo de cosas como si fuera algo normal? – Susurró cierta vocecilla temorosa.

— ¿Estás cuestionando mi palabra, Daiki?

Aomine negó con la cabeza mientras comenzaba a sudar frio.

Todos rodearon los CDs como si allí estuvieran todas las respuestas a sus dudas.

— ¿Crees que esto está bien, Momoi-cchi? Si se entera Kuroko-cchi nos va a matar. – Dijo el rubio.

— Va, seguro y te mueres por saber que hay dentro de ellos. – Pincharon Taiga y Daiki que no ocultaron sus ganas por curiosear la vida de su sombra.

— Pero...

— Los miraremos. Debemos enterarnos de que está pasando. – Dijo Akashi de manera severa.

— Traducido como; "me estoy muriendo por saber que hay dentro de esto." – Susurró Murasakibara y afirmado por Midorima.

Momoi, a pesar de todas las dudas que había en el aire respecto la reacción de Kuroko cuando se enterase de que invadieron su privacidada, colocó el primero de una pila donde decía: "Felices 7. Padres y C. Bijuu". Presionó el play y pronto se vio como Kuroko, siendo pequeño, colocaba la cámara de la manera más alta posible.

Su cara era redonda, blanca, y su cabello era largo, sujetado en una cola baja. Llevaba una yukata de mangas largas de color negra con una cinta celeste rodeando su cadera. Se veía adorable. 

Salió corriendo, mientras sonreía radiantemente hasta alcanzar la silla que quedaba al medio de una gran mesa. Junto a un inmenso pastel de nata y chocolate junto a siete velas que iluminaban la sala penumbrosa. Mucha gente que no conocían rodeaba la mesa mientras susurraban y aplaudían fuertemente. Seguidamente entonaron la canción de "feliz cumpleaños" aunque en francés.

Los gritos y los abrazos no se hicieron esperar al acabar de soplar las velas mientras un hombre de cabello dorado encendía la luz. Habían algunos chicos que aparentaban tener su edad con los que jugaba y bailaba de manera desordenada sobre una pista mientras los adultos se juntaban o hacían repetidas fotos, aclamando la atención del protagonista del día.

Alguien desconocido cogió la cámara y fue reproduciendo diferentes escenas. Después la cámara volvió a su lugar y se pudo apreciar, por primera vez en su vida, al padre de Kuroko.

— PèrePère! Peut-on aller à Paris ce soir pour regarder les feux d'artifice? ?! Naruto et Sasuke peuvent être à venir?! – Dijo un alegre Kuroko de manera emocionada a un hombre muy alto. 

Este le cogió y lo subió hacia arriba mientras le sonreía animadamente. Su piel era ligeramente bronceada junto con unos ojos azules oscuro y cabello rubio. Vestía un traje oscuro totalmente pulcro; peinado elegante, corbata azul, camisa blanca, americana negra, pantalones del mismo color y cinturón ajustado. Y no podemos faltar a decir de sus zapatos hechos a medida haciendo honor a su trabajo de negocios. Un hombre totalmente distinguido y atractivo. – Oh oui, mon petit! Mais Kakashi accompagnera. Je ne veux pas d'errance volé sans moi!

— Oh...  – La sonrisa de Kuroko parecido desvanecerse tras las palabras dichas por su padre. – Alors vous ne pouvez pas vous joindre à nous ...?

Je suis désolé Cheri. Maman et je dois sortir de ce soir, affaires ... Mais Kakashi prendra soin de vous! – Dijo el mayor intentando animar al pequeño mientras le dedicaba una hermosa sonrisa y acariciaba su cabello. 

— Oui! Je suis heureux que vous ayez pu venir aujourd'hui! – La sonrisa de Kuroko volvió a iluminar su rostro y abrazaba al mayor con dulzura. 

Detrás de ellos apareció el rostro de una mujer (seguramente la madre del peli-celeste) de pálido rostro y cabellos azulados junto con aquella mirada grisacea preciosa. Vestía un refinado kimono blanco con detalles rosados junto con un delicado lazo negro y rosado. Su cabello estaba recogido en un sutil moño.

Sus manos se alzaron y recogieron al pequeño Tetsuya entre sus finos brazos mientras besaba la frente de este. 

— Je suis également très heureux d'être avec vous ce soir. Comment pourrait-il manquer le récemment terminé sent années de mon amour? – Se notaba contenta y feliz. Su voz parecía acariciar los cabellos de un angel.

— Qu'en est-il de moi? Déjà je ne suis pas votre amour? – Se quejó el padre de Kuroko con actuada decepción y moléstia haciendo reír al menor.

— Ne sois pas stupide, vous savez que vous êtes la chose la plus importante dans ma vie, trésors. – Se carcajeó mama sellando sus labios con el padre de Kuroko quien recibió el beso con gusto a la vez que le hacía mimos al peli-celeste.

Después de esta pequeña conversación, Kuroko corrió hacia la cámara mientras hablaba con un chico rubio mientras este último se divertía molestando a un pelinegro ceñudo. Como todos hablaban en francés no pudieron descifrar que decían con exactitud. Después de esto, apagó la reproducción y el vídeo se terminó.

Era una fiesta, una simple fiesta de cumpleaños y Kuroko expresaba la parte más tierna y expresiva de la que los presentes habían logrado observar en todos esos años. Y realmente les gusto. 

Todos empezaron a reflexionar un poco. La pregunta estrella era "¿qué fue lo que le pasó a Kuroko para pasar de ser luz a sombra?".

Los chicos ya sabían que los padres de Kuroko eran casi fantasmas en la vida de este. Ellos mismos no los conocían y tampoco nunca los vieron en las prácticas o incluso en los partidos de básquet. Es más, ahora que bien lo pensaban, nunca habían visto a nadie que se preocupara del pequeño Tetsuya. Quizás eso mismo fue lo que le afectó más... Pero... ¿Y el chico pelinegro o el rubio extraño? 

¿Y ese tal Kakashi? ¿A dónde estarían ahora sus padres? 

 

Tokyo, Japón - Aeropuerto
31 de enero de 2018
Avión privado Clan Bijuu
3:12 de la tarde

 

— ¡Por fin hemos llegado! ¡Echaba de menos Japón desde la última vez que vinimos! – Naruto se quitó las gafas de sol mientras estaba su cuerpo de manera cansada. Sasuke lo seguía de cerca con cara amarga mientras que Sai llevaba incrustada su típica sonrisa en su blanca cara.

— ¿Puedes mantenerte callado, maldito dobe? – Habló Sasuke. Pasó su mano por su rostro algo cansado. Chasqueó la lengua. – Espero que Tetsuya tenga una muy buena excusa. – Soltó un suspiro.

Kakashi caminó con tranquilidad hacia los tres chicos. – Llevarán el equipaje a nuestra base. Voy a llamar a Kuroko a ver si me puede dar la dirección o las coordenadas de su ubicación. 

 

Todo estaba a punto de volverse un caos.

 

Notas finales:

De nuevo pido disculpas :(.

Saludos y besos!


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